TEXTO DEL DIA
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CITA BIBLICA
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Descripción Biblia
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Referencias BIBLICAS
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*** Texto del martes,
27 de noviembre de 2012 ***
Martes 27 de
noviembre
Presenten sus cuerpos
como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios (Rom. 12:1).
► es12 pág. 117
Noviembre
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(Romanos 12:1)
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Por consiguiente, les suplico por las compasiones de
Dios, hermanos, que
presenten sus cuerpos
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(Salmo 110:3) Tu
pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar. En los
esplendores de la santidad, desde la matriz del alba, tienes tu compañía de
hombres jóvenes justamente como gotas de rocío.
(1 Corintios 6:20)
porque fueron comprados por precio. Sin falta, glorifiquen a Dios en el
cuerpo que son ustedes.
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como sacrificio
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(Hebreos 13:13)
13 Salgamos, pues, a él fuera del campamento, soportando el
vituperio que él soportó,
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vivo,
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13 Tampoco
sigan presentando sus miembros al pecado como armas de la injusticia, sino
preséntense a Dios como aquellos vivos de entre los muertos; también sus
miembros a Dios como armas de la justicia.
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santo,
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(2 Corintios 7:1) Por lo tanto, dado que tenemos
estas promesas, amados, limpiémonos de toda contaminación de la carne y del
espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
(1 Pedro 1:15) y más bien, de acuerdo con el Santo
que los llamó, háganse ustedes mismos santos también en toda [su] conducta,
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acepto a Dios,
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(Levítico 22:19) 19 para que granjee
aprobación para ustedes tiene que ser sana, un macho entre la vacada, entre
los carneros jóvenes o entre las cabras.
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un servicio sagrado
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(Filipenses 3:3) Porque nosotros somos los que
tenemos la circuncisión verdadera, los que estamos rindiendo servicio sagrado
por el espíritu de Dios y tenemos nuestra jactancia en Cristo Jesús y no tenemos
nuestra confianza en la carne,
(Hebreos 9:14) ¿cuánto más la sangre del Cristo, que
por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará
nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado a[l]
Dios vivo?
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con su facultad de
raciocinio.
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(2 Timoteo 1:7) 7 Porque Dios no nos
dio un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de buen
juicio. . .
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Si deseamos recibir
el favor divino, debemos mantener nuestro cuerpo en un estado que Jehová
acepte. Él lo rechazaría como sacrificio si lo estuviéramos contaminando
con el abuso del alcohol o el consumo de tabaco, hojas de coca, nueces de
betel u otras drogas (2 Cor.
7:1).
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(2 Corintios 7:1)
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Por lo tanto, dado que
tenemos estas promesas,
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(2 Corintios
6:16) ¿Y qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque
nosotros somos templo de un Dios vivo; así como dijo Dios: “Yo residiré entre
ellos y andaré entre [ellos], y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”.
(2 Pedro
1:4) Mediante estas cosas nos ha dado libremente las preciosas y
grandiosísimas promesas, para que por estas ustedes lleguen a ser partícipes
de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el
mundo por la lujuria.
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amados, limpiémonos
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(1 Timoteo
3:9) manteniendo el secreto sagrado de la fe con una conciencia
limpia.
(1 Juan
3:3) Y todo el que tiene esta esperanza puesta en él se purifica a sí
mismo así como ese es puro.
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de toda contaminación de la carne y del espíritu,
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(Zacarías 13:2) ”Y en aquel día tiene que ocurrir
—es la expresión de Jehová de los ejércitos— [que] cortaré de la tierra los
nombres de los ídolos, y no serán recordados más; y también haré que pasen de
la tierra los profetas y el espíritu de inmundicia.
(Romanos 12:1) Por consiguiente, les suplico por las
compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio
vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de
raciocinio.
(1 Timoteo 1:5) Realmente, el objetivo de este
mandato es amor procedente de un corazón limpio y de una buena conciencia y
de fe sin hipocresía
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perfeccionando la santidad
en el temor de Dios.
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(2 Corintios 1:12) Porque la cosa de que nos
jactamos es esta, de la cual da testimonio nuestra conciencia: que con
santidad y sinceridad piadosa, no con sabiduría carnal, sino con la bondad
inmerecida de Dios, nos hemos comportado en el mundo, pero más especialmente
para con ustedes.
(Revelación 14:7) y decía con voz fuerte: “Teman a
Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora del juicio por él, de modo que
adoren al que hizo el cielo y la tierra y [el] mar y [las] fuentes de [las]
aguas”.
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. También lo
consideraría ofensivo si tuviéramos una conducta inmoral, pues “el que
practica la fornicación peca contra su propio cuerpo” (1 Cor. 6:18).
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(1 Corintios 6:18)
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Huyan de la fornicación.
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(Génesis 39:12) Entonces ella se agarró de él por su
prenda de vestir, y dijo: “¡Acuéstate conmigo!”. Pero él dejó su prenda de
vestir en la mano de ella y echó a huir y salió afuera.
(1 Tesalonicenses 4:3) Porque esto es la
voluntad de Dios: la santificación de ustedes, que se abstengan de la
fornicación;
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Todo otro pecado que el hombre cometa está fuera de su cuerpo, pero el
que practica la fornicación peca contra su propio cuerpo.
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(Romanos 1:24) Por lo tanto, en conformidad con los
deseos de sus corazones, Dios los entregó a la inmundicia, para que sus
cuerpos fueran deshonrados entre sí,
(Romanos 1:27) y así mismo hasta los varones dejaron
el uso natural de la hembra y se encendieron violentamente en su lascivia
unos para con otros, varones con varones, obrando lo que es obsceno y
recibiendo en sí mismos la recompensa completa, que se les debía por su
error.
(Romanos 6:12) Por lo tanto, no dejen que el pecado
continúe reinando en su cuerpo mortal de modo que obedezcan los deseos de
este.
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Ciertamente, es
preciso que los hombres y mujeres que desean agradar a Dios sean
“santos [...] en toda su conducta” (1 Ped. 1:14-16).
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(1 Pedro 1:14-16)
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Como hijos obedientes, dejen de amoldarse
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(Romanos 12:2) 2 Y cesen de
amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su
mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y
la perfecta voluntad de Dios.
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según los deseos que tuvieron en otro tiempo en su ignorancia, 15 y
más bien, de acuerdo con el Santo que los llamó, háganse ustedes mismos
santos también en toda [su]
conducta,
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(Deuteronomio 28:9) Jehová te
establecerá como pueblo santo para sí, tal como te juró, porque continúas
guardando los mandamientos de Jehová tu Dios, y has andado en sus caminos.
(Isaías 62:12) Y los hombres ciertamente los
llamarán el pueblo santo, los recomprados por Jehová; y a ti misma se te
llamará: Buscada, una Ciudad No Dejada por Completo.
(Romanos 12:1) Por consiguiente, les suplico por las
compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio
vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de
raciocinio.
(Hebreos 12:14) Sigan tras la paz con todos, y la
santificación sin la cual nadie verá al Señor,
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16 porque está escrito: “Tienen que ser
santos, porque yo soy
santo”.
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(Levítico 11:44) Porque yo soy Jehová su Dios; y
ustedes tienen que santificarse y tienen que resultar santos, porque yo soy
santo. De modo que no deben hacer inmundas sus almas por medio de ninguna
criatura enjambradora que se mueve sobre la tierra.
(Levítico 19:2) “Habla a la entera asamblea de los
hijos de Israel, y tienes que decirles: ‘Deben resultar santos, porque yo
Jehová su Dios soy santo.
(Levítico 20:26) Y ustedes tienen que resultarme
santos, porque yo Jehová soy santo; y estoy procediendo a separarlos de los
pueblos para que lleguen a ser míos.
(Deuteronomio 23:14) Porque Jehová tu
Dios está andando en tu campamento para librarte y para abandonar en tu mano
a tus enemigos; y tu campamento tiene que resultar santo, para que él no vea
en ti nada indecente y ciertamente se aparte de acompañarte.
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. Otro sacrificio
que Jehová recibe con gusto tiene que ver con la facultad del habla. Así es,
las personas que aman a Dios siempre hablan bien de él (Sal. 34:1-3).
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(Salmo 34:1-3)
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Ciertamente bendeciré a Jehová en todo tiempo;
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(Hechos 16:25) Mas como a la mitad de la noche,
Pablo y Silas estaban orando y alabando a Dios con canción; sí, los presos
los oían.
(Efesios 5:20) dando gracias siempre por todas las
cosas a nuestro Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
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constantemente estará su alabanza en mi boca.
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(Salmo 44:8) En Dios ciertamente ofreceremos
alabanza todo el día, y hasta tiempo indefinido elogiaremos tu nombre. Sélah.
(Salmo 71:8) Llena está mi boca de tu alabanza;
todo el día, de tu hermosura.
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En Jehová se jactará
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(Isaías 45:25) En Jehová toda la descendencia de
Israel resultará tener razón y se jactará en cuanto a sí misma’”.
(Jeremías 9:24) “Pero el que se gloría, gloríese a
causa de esta misma cosa: de tener perspicacia y de tener conocimiento de mí,
que yo soy Jehová, Aquel que ejerce bondad amorosa, derecho y justicia en la
tierra; porque en estas cosas de veras me deleito”, es la expresión de
Jehová.
(1 Corintios 1:31) para que sea así como
está escrito: “El que se jacta, jáctese en Jehová”.
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mi alma; los mansos oirán y se regocijarán.
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(Salmo 119:74)
74 Los que te temen son los que me ven y se
regocijan, porque he esperado tu propia palabra.
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3 Oh, engrandezcan ustedes a Jehová conmigo,
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(Salmo 35:27) Clamen gozosamente y regocíjense los
que se deleitan en mi justicia, y digan constantemente: “Sea engrandecido
Jehová, que se deleita en la paz de su siervo”.
(Salmo 69:30) Ciertamente alabaré el nombre de Dios
con canción, y lo engrandeceré, sí, con acción de gracias.
(Lucas 1:46) Y María dijo: “Mi alma engrandece a
Jehová,
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y juntos ensalcemos su
nombre.
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(Salmo 148:13) 13 Alaben
ellos el nombre de Jehová, porque solo su nombre es inalcanzablemente alto.
Su dignidad está por encima de tierra y cielo.
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Al leer los
Salmos 148 a 150, observamos con cuánta frecuencia se nos invita a alabarlo.
No hay duda: “la alabanza [a Jehová] es propia”, siempre y cuando venga
“de parte de los rectos” (Sal.
33:1).
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(Salmo 33:1)
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Clamen gozosamente, oh
justos, a causa de Jehová.
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(Salmo 32:11) Regocíjense en
Jehová y estén gozosos, ustedes los justos; y clamen gozosamente, todos
ustedes los que son rectos de corazón.
(Salmo 97:12) Regocíjense en
Jehová, oh justos, y den gracias a su santa mención conmemorativa.
(Filipenses 4:4) Siempre
regocíjense en [el] Señor. Una vez más diré: ¡Regocíjense!
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De parte de los
rectos la alabanza es
propia.
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(Salmo 147:1)
147 Alaben a Jah, porque es bueno celebrar con melodía a nuestro Dios;
porque es agradable... la alabanza es propia.
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Una excelente
manera de glorificar a nuestro Padre celestial es participando en la
predicación de las buenas nuevas, obra a la que concedió gran importancia
Jesús, nuestro Modelo (Luc.
4:18, 43, 44). w11 15/2 2:12, 13
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(Lucas 4:18)
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El espíritu de Jehová
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(Isaías 61:1) 61 El espíritu
del Señor Soberano Jehová está sobre mí, por razón de que Jehová me ha ungido
para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los
quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los [que han sido]
llevados cautivos y la apertura ancha [de los ojos] aun a los prisioneros;
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está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los
pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de
vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación,
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(Isaías 42:3)
No romperá ninguna caña quebrantada; y en cuanto a una mecha de lino de
disminuido resplandor, no la extinguirá. En apego a la verdad sacará la
justicia.
(Mateo 12:20)
No quebrantará ninguna caña cascada, y no extinguirá ninguna mecha de lino
que humea, hasta que envíe la justicia con éxito.
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(Lucas 4:43, 44)
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Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las
buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado”.
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(Lucas 8:1)
Poco después iba viajando de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, predicando
y declarando las buenas nuevas del reino de Dios. Y con él iban los doce,
(Juan 9:4)
Tenemos que obrar las obras del que me envió mientras es de día; la noche
viene cuando nadie puede trabajar.
(Hechos 10:38)
a saber, Jesús que era de Nazaret, cómo Dios lo ungió con espíritu santo y
poder, y fue por la tierra haciendo bien y sanando a todos los [que eran]
oprimidos por el Diablo; porque Dios estaba con él.
(Romanos 15:8)
Porque digo que Cristo realmente llegó a ser ministro de los circuncisos a
favor de la veracidad de Dios, para confirmar las promesas que Él hizo a los
antepasados de ellos,
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44 Por consiguiente, iba predicando en
las sinagogas de Judea.
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(Mateo 4:23)
Y recorría toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando las buenas
nuevas del reino y curando toda suerte de dolencia y toda suerte de mal entre
el pueblo.
(Marcos 1:39)
Y sí fue, predicando en las sinagogas de ellos por todas partes de Galilea, y
expulsando los demonios.
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*** w11
15/2 La aprobación de Dios nos conduce
a la vida eterna ***
La aprobación
de Dios nos conduce a la vida
eterna
“Tú mismo bendecirás al justo, oh Jehová; como con
un escudo grande, con aprobación lo cercarás.” (SAL. 5:12)
LA VIUDA de Sarepta y su hijo están hambrientos, y
lo mismo le sucede a Elías. Cuando la pobre madre se dispone a encender el
fuego para cocinar, el profeta le pide pan y agua. Ella no tiene ningún
inconveniente en darle de beber, pero los únicos alimentos que posee son “un
puñado de harina en el jarro grande y un poco de aceite en el jarro pequeño”.
Por eso, cree que no puede ofrecerle nada a Elías, y así se lo explica
(1 Rey. 17:8-12).
2 Pero
el profeta es insistente: “De lo que hay allí, hazme primero una pequeña
torta redonda, y tienes que traérmela acá fuera, y para ti y tu hijo puedes
hacer algo después. Porque esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel:
‘El jarro grande de harina mismo no se agotará, y el jarro pequeño de
aceite mismo no fallará’” (1 Rey. 17:13, 14).
3 La
decisión que debía tomar la viuda tenía que ver con algo mucho más importante
que el empleo de sus últimas provisiones. ¿Se preocuparía más por cubrir sus
necesidades materiales y las de su hijo, o por obtener la aprobación y la
amistad de Dios? ¿Confiaría en que Jehová podía salvarlos? Nosotros nos
enfrentamos hoy a un dilema semejante. ¿Nos interesa más conseguir seguridad
material, o recibir la aprobación de Jehová? Sin duda, tenemos sobradas
razones para confiar en Dios y servirle. Y él nos ha explicado cuáles
son los pasos que debemos dar para gozar de su favor.
Jehová es
digno de recibir adoración
4
Jehová tiene el derecho de exigirnos a los seres humanos que lo adoremos de
la forma como él desea. En el cielo, un coro de siervos suyos confirmó
este hecho al proclamar con una sola voz: “Digno eres tú, Jehová, nuestro
Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste
todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas” (Rev.
4:11). Él es el Hacedor del universo, y por ello merece recibir nuestra
adoración.
5
Tenemos otra razón para servir a Jehová: el inigualable amor que nos ha
demostrado a todos los seres humanos. Para empezar, la Biblia indica que
formó “al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los
creó” (Gén. 1:27). También, nos hizo el regalo del libre albedrío, o sea, la
capacidad de razonar y tomar nuestras propias decisiones. Al habernos
dado la vida, es nuestro Padre (Luc. 3:38). Y como buen padre que es,
nos proporciona todo lo necesario para ser felices. En efecto, “él hace
salir su sol [...] y hace llover”, lo que permite que los campos
no solo nos brinden comida en abundancia, sino que también sean un
deleite para la vista (Mat. 5:45).
6
Además, Jehová nos ha rescatado de las terribles consecuencias del pecado.
Cuando Adán se rebeló, actuó como el jugador que le quita dinero a su familia
para apostarlo. ¿Por qué? Porque al desobedecer a Dios, les quitó a sus hijos
la herencia a la que hubieran tenido derecho: ser felices por toda la
eternidad. Con su egoísmo, vendió a la humanidad como esclava a una dueña muy
cruel: la imperfección. Este es el motivo por el que estamos condenados a
enfermarnos, sufrir penas y tristezas y finalmente morir. ¡Cuánto necesitamos
que se nos libre de esa terrible esclavitud! Claro, la liberación de un
esclavo exige un pago a cambio, y Jehová se ha encargado de efectuarlo (léase
Romanos 5:21). Lo hizo al disponer que su
Hijo, Jesús, viniera a “dar su alma en rescate en cambio por muchos” (Mat.
20:28). Dentro de poco, las personas que cuentan con el favor divino
obtendrán plenamente los beneficios del rescate.
7
Ciertamente, el Creador ha hecho más que nadie por proporcionarnos una vida
feliz y llena de significado. Si obtenemos su aprobación, lograremos ver
cómo repara los estragos que ha sufrido la humanidad. De manera directa
y personal, Jehová nos mostrará que es el “remunerador de los que le buscan
solícitamente” (Heb. 11:6).
“Tu pueblo
se ofrecerá de buena gana”
8
Jehová nunca obliga a nadie a servirle. Permite que cada persona haga uso de
su libre albedrío. Y concede su aprobación a quien toma la sabia decisión
de servirle. En tiempos de Isaías planteó esta pregunta: “¿A quién
enviaré, y quién irá por nosotros?”. Como vemos, reconoció el derecho del
profeta a tomar su propia decisión y respetó su dignidad. Sin duda, Isaías se
sintió muy satisfecho de poder responderle: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”
(Isa. 6:8).
9 Cada
uno de nosotros es libre de rendir culto a Dios o de negarse a hacerlo.
Jehová quiere que lo adoremos por voluntad propia (léase Josué
24:15). Nunca aprobará nuestro servicio si lo realizamos de
mala gana o simplemente para complacer a otras personas (Col. 3:22). Tampoco
lo aceptará si se lo ofrecemos “con titubeo”, es decir, si actuamos con
indecisión al dejar que algunas actividades cristianas sufran por culpa de
los intereses mundanos (Éxo. 22:29). Él sabe que cuando le servimos con
toda el alma, los primeros beneficiados somos nosotros. Esta es la razón por
la que Moisés exhortó a los israelitas a elegir la vida. ¿De qué modo harían
esa elección? “Amando a Jehová [...], escuchando su voz y adhiriéndo[se]
a él.” (Deu. 30:19, 20.)
10 En
la antigüedad, el rey David cantó a Jehová: “Tu pueblo se ofrecerá de buena
gana en el día de tu fuerza militar. En los esplendores de la santidad,
desde la matriz del alba, tienes tu compañía de hombres jóvenes justamente
como gotas de rocío” (Sal. 110:3). Hoy, mucha gente solo se preocupa por el
dinero y las diversiones. Sin embargo, quienes aman a Jehová comprenden que
el servicio sagrado siempre viene primero. Y el celo con el que predican
las buenas nuevas deja claro cuáles son sus prioridades. Confían plenamente
en que Jehová cubrirá sus necesidades cotidianas (Mat. 6:33, 34).
Sacrificios que
Dios aprueba
11 El
pacto de la Ley establecía que, para conseguir el favor de Dios, había que
hacerle ofrendas que fueran gratas a sus ojos. Así, leemos en Levítico 19:5
que los israelitas debían presentar el “sacrificio de comunión a Jehová” de
tal modo que les permitiera “granjearse [su] aprobación”. Y ese mismo
libro indica que tenían que ofrecerle el “sacrificio de acción de gracias” de
tal forma que pudieran “granjearse [su] aprobación” (Lev. 22:29). Cada vez
que los israelitas presentaban sobre el fuego del altar un sacrificio animal
digno, el humo que se elevaba era para Jehová como un “olor conducente a
descanso” (Lev. 1:9, 13). Dicho de otro modo, aquellas expresiones de
amor de sus siervos le producían sosiego y placer (Gén. 8:21, nota). Estos
detalles de la Ley nos enseñan un principio aplicable hoy: recibiremos la
aprobación de Jehová si le ofrecemos los sacrificios que le agradan. Pero
¿cuáles son estos sacrificios? Centrémonos en dos facetas: nuestras acciones
y nuestras palabras.
12 El
apóstol Pablo escribió a los cristianos de Roma: “Presenten sus cuerpos como
sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de
raciocinio” (Rom. 12:1). Como vemos, si deseamos recibir el favor divino,
debemos mantener nuestro cuerpo en un estado que Jehová acepte. Él lo
rechazaría como sacrificio si lo estuviéramos contaminando con el abuso del alcohol
o el consumo de tabaco, hojas de coca, nueces de betel u otras drogas
(2 Cor. 7:1). También lo consideraría ofensivo si tuviéramos una
conducta inmoral, pues “el que practica la fornicación peca contra su propio
cuerpo” (1 Cor. 6:18). Ciertamente, es preciso que los hombres y mujeres
que desean agradar a Dios sean “santos [...] en toda su conducta”
(1 Ped. 1:14-16).
13 Otro
sacrificio que Jehová recibe con gusto tiene que ver con la facultad del
habla. Así es, las personas que aman a Dios siempre hablan bien de él, dentro
y fuera de casa (léase Salmo 34:1-3).
Al leer los Salmos 148 a 150, observamos con cuánta frecuencia se nos
invita a alabarlo. No hay duda: “la alabanza [a Jehová] es propia”,
siempre y cuando venga “de parte de los rectos” (Sal. 33:1). Una excelente
manera de glorificar a nuestro Padre celestial es participando en la
predicación de las buenas nuevas, obra a la que concedió gran importancia
Jesús, nuestro Modelo (Luc. 4:18, 43, 44).
14 Al
trabajar con celo en el ministerio, damos prueba de que amamos a Dios y
anhelamos su aprobación. Pensemos en la exhortación que dirigió Oseas a los
israelitas que habían perdido el favor divino por practicar la religión falsa
(Ose. 13:1-3). El profeta los invitó a rogarle a Jehová: “Dígnate
perdonar el error; y acepta lo que es bueno, y ciertamente ofreceremos en
cambio los toros jóvenes de nuestros labios” (Ose. 14:1, 2).
15 ¿Qué
simbolizan “los toros jóvenes de nuestros labios”? Dado que el toro era el
animal más valioso que podía sacrificar un israelita, esta expresión se
refiere a las palabras sinceras y bien meditadas con las que se alaba al Dios
verdadero. ¿Cómo respondía Jehová a quienes le hacían tales dádivas?
Él mismo dio la respuesta: “Los amaré de mi propio albedrío” (Ose.
14:4). Como vemos, por su propio deseo y voluntad, Dios brindaba su perdón,
su aprobación y su amistad a quienes le hacían dichos sacrificios de
alabanza.
16 Los
verdaderos siervos de Dios siempre se han distinguido por alabarlo
públicamente. Para el salmista era tan importante darle gloria que le dirigió
esta súplica: “Por favor, complácete en las ofrendas voluntarias de mi
boca, oh Jehová” (Sal. 119:108). ¿Qué puede decirse de la actualidad?
Refiriéndose al sinnúmero de adoradores de nuestros tiempos, Isaías predijo:
“Las alabanzas de Jehová anunciarán” y “con [la] aprobación [de él] subirán
[sus ofrendas] sobre [su] altar” (Isa. 60:6, 7). Hoy, millones de
cristianos cumplimos estas palabras al ofrecerle el “sacrificio de alabanza,
es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre”
(Heb. 13:15).
17 ¿Qué
hay de usted? ¿Está haciendo ofrendas que complacen a Dios? Si no es
así, ¿realizará los cambios precisos y comenzará a alabarlo en público
predicando las buenas nuevas? Ese sacrificio de alabanza será una muestra de
fe, por lo que le resultará “más grato a Jehová que un toro” (léase
Salmo 69:30, 31). Tenga la
seguridad de que el “olor conducente a descanso” de esa ofrenda llegará hasta
su trono, y él le concederá su aprobación (Eze. 20:41). ¡Qué gozo sin par
podrá sentir entonces!
“Tú mismo
bendecirás al justo”
18 Hoy,
muchos llegan a la misma conclusión equivocada que algunos israelitas del
tiempo de Malaquías: “¿De qué vale servir a Dios? ¿Qué hemos ganado con
obedecer sus mandamientos[?]” (Mal. 3:14, Nueva Traducción Viviente).
Cegados por el materialismo, creen que las promesas de Jehová nunca se
realizarán y que las leyes divinas se han quedado anticuadas. Piensan que lo
único que logran quienes van a predicarles es perder el tiempo y perturbar la
paz de los hogares.
19 Esa
forma de pensar se remonta en realidad al jardín de Edén. ¿Quién convenció a
Eva de que no era suficiente la maravillosa vida que Jehová le había
dado? ¿Quién le insinuó que no valía la pena esforzarse por conseguir la
aprobación de su Padre celestial? Fue Satanás, el mismo que hoy induce a la
gente a creer que no se consigue nada haciendo la voluntad de Dios. Pero
Eva y su esposo terminaron comprobando que perder el favor divino implica
perder la vida. Y esa es la amarga lección que aprenderán dentro de poco
todos los que siguen su mal ejemplo (Gén. 3:1-7, 17-19).
20
Alguien que actuó de manera mucho más sabia que nuestros primeros padres fue
la viuda de Sarepta. ¿Qué hizo al escuchar las alentadoras palabras del
profeta? Se puso a hornear el poco pan que tenía y le sirvió a él
primero. Pero Jehová fue fiel a la promesa que le había hecho mediante Elías,
como bien señala el relato: “Continuó comiendo, ella junto con él y con su casa,
por días. El jarro grande de harina mismo no se agotó, y el jarro
pequeño de aceite mismo no falló, conforme a la palabra de Jehová que él
había hablado por medio de Elías” (1 Rey. 17:15, 16).
21 La
viuda de Sarepta hizo algo que hoy solo una pequeña parte de los miles de
millones de habitantes del planeta están dispuestos a hacer. Cifró su fe en
el Dios de la salvación, y él no le falló. Esta y muchas otras
narraciones bíblicas nos confirman que Jehová merece toda nuestra confianza (léanse
Josué 21:43-45 y 23:14).
Y en la actualidad también vemos numerosas pruebas de que él nunca
abandona a quienes gozan de su aprobación (Sal. 34:6, 7, 17-19).
22 El
día de juicio “sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra” es
inminente e inevitable (Luc. 21:34, 35). De poco van a servir los
lujos y las riquezas. Nada tendrá más valor que oír al Juez designado por
Dios diciéndonos: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre,
hereden el reino preparado para ustedes” (Mat. 25:34). Entonces veremos
hacerse realidad estas palabras: “Tú mismo bendecirás al justo, oh Jehová;
como con un escudo grande, con aprobación lo cercarás” (Sal. 5:12). Sin duda,
ahora es el momento de buscar la aprobación de Dios.
[Nota]
Véase La Atalaya del 15 de marzo
de 2005, página 13, párrafo 15, y del 1 de agosto
de 1997, páginas 20 a 25.
¿Recordamos estos
puntos?
• ¿Por qué merece Jehová que lo adoremos de todo
corazón?
• ¿Qué sacrificios acepta hoy Jehová?
• ¿Qué son “los toros jóvenes de nuestros labios”, y
por qué se los debemos ofrecer a Jehová?
• ¿Por qué tenemos que buscar el favor de Dios?
[Preguntas del
estudio]
1, 2. ¿Qué le
pide Elías a la viuda de Sarepta, y qué promesa termina haciéndole?
3. ¿A qué
importante cuestión nos enfrentamos?
4. ¿Por qué
merece Jehová que lo adoremos?
5. ¿Por qué
debería impulsarnos a servir a Dios el amor que él nos demuestra?
6, 7. a) ¿De
qué manera perjudicó Adán a sus descendientes? b) ¿Cómo beneficiará el
sacrificio de Cristo a quienes buscan la aprobación de Dios?
8. Al repasar
la experiencia de Isaías, ¿qué aprendemos sobre el servicio a Dios?
9, 10. a)
¿Con qué actitud debemos servir a Jehová? b) ¿Por qué es la mejor decisión
servir a Dios con toda el alma?
11. ¿Qué bendición esperaban obtener los israelitas
al hacer sacrificios a Jehová?
12. Si no quieren ofender a Dios, ¿qué
prácticas deben evitar quienes le “presenten sus cuerpos como sacrificio”?
13. ¿Por qué es apropiado que alabemos a Jehová?
14, 15. ¿Qué tipo de sacrificios animó a ofrecer
Oseas, y cómo los recibía Jehová?
16, 17. ¿Cómo recibe Jehová la alabanza de quienes
comienzan a predicar movidos por la fe?
18, 19. a) ¿Qué opinión tiene la mayoría de la gente
sobre el valor de servir a Dios? b) ¿Qué implica perder el favor divino?
20, 21. a) ¿Qué hizo la viuda de Sarepta, y cómo le
benefició? b) ¿Por qué debemos imitar su ejemplo, y cómo podemos hacerlo?
22. ¿Por qué es urgente buscar la aprobación de Dios
ahora mismo?
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(Salmo 5:12)
12 Porque tú mismo bendecirás al justo, oh Jehová;
como con un escudo grande, con aprobación lo cercarás.
(1 Reyes
17:8-12) 8 La palabra de Jehová ahora le vino,
diciendo: 9 “Levántate, ve a Sarepta, que pertenece a
Sidón, y tienes que morar allí. ¡Mira! Ciertamente daré orden allí a una
mujer, una viuda, para que te suministre alimento”. 10 Por
lo tanto, él se levantó y se fue a Sarepta, y entró por la entrada de la
ciudad; y, ¡mire!, allí estaba una mujer, una viuda, recogiendo pedazos de
leña. De modo que la llamó y dijo: “Por favor, consígueme un sorbo de agua en
una vasija para beber”. 11 Cuando ella empezó a ir
para conseguirlo, él pasó a llamarla y a decir: “Por favor, consígueme un
pedacito de pan en tu mano”. 12 Por lo cual ella dijo:
“Tan ciertamente como que vive Jehová tu Dios, no tengo torta redonda, sino
un puñado de harina en el jarro grande y un poco de aceite en el jarro
pequeño; y aquí estoy recogiendo unos cuantos pedazos de leña, y tengo que
entrar y hacer algo para mí y mi hijo, y tendremos que comerlo y morir”.
(1 Reyes
17:13, 14) 13 Entonces le dijo Elías:
“No tengas miedo. Entra, haz conforme a tu palabra. Solo que de lo que hay
allí, hazme primero una pequeña torta redonda, y tienes que traérmela acá
fuera, y para ti y tu hijo puedes hacer algo después. 14 Porque
esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘El jarro grande de harina
mismo no se agotará, y el jarro pequeño de aceite mismo no fallará hasta el
día en que Jehová dé un aguacero sobre la superficie del
suelo’”. . .
(Revelación 4:11)
11 “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de
recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y
a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”.
(Génesis 1:27)
27 Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la
imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó.
(Lucas 3:38)
38 [hijo] de Enós, [hijo] de Set, [hijo] de Adán,
[hijo] de Dios.
(Mateo 5:45)
45 para que demuestren ser hijos de su Padre que está
en los cielos, ya que él hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace
llover sobre justos e injustos.
(Romanos 5:21)
21 ¿Con qué fin? Para que, así como el pecado reinó
con la muerte, así mismo también la bondad inmerecida reinara mediante la
justicia con vida eterna en mira mediante Jesucristo nuestro Señor.
(Mateo 20:28)
28 Así como el Hijo del hombre no vino para que se le
ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio por
muchos”.
(Hebreos 11:6)
6 Además, sin fe es imposible ser[le] de buen agrado,
porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a
ser remunerador de los que le buscan solícitamente.
(Isaías 6:8)
8 Y empecé a oír la voz de Jehová que decía: “¿A quién
enviaré, y quién irá por nosotros?”. Y yo procedí a decir: “¡Aquí estoy yo!
Envíame a mí”. . .
(Josué 24:15)
15 Ahora, si es malo a sus ojos servir a Jehová,
escójanse hoy a quién quieren servir, si a los dioses a quienes sirvieron sus
antepasados que estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos
en cuya tierra están morando. Pero en cuanto a mí y a mi casa,
nosotros serviremos a Jehová”.
(Colosenses 3:22)
22 Esclavos, sean obedientes en todo a los que son
[sus] amos en sentido carnal, no con actos de servir al ojo, como quienes
procuran agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, con temor de
Jehová.
(Éxodo 22:29)
29 ”No debes dar con titubeo la plenitud de tus
productos agrícolas ni el desbordamiento de tu lagar. El primogénito de tus
hijos me has de dar.
(Deuteronomio 30:19,
20) 19 De veras tomo los cielos y la tierra
como testigos contra ustedes hoy, de que he puesto delante de ti la vida y la
muerte, la bendición y la invocación de mal; y tienes que escoger la vida a
fin de que te mantengas vivo, tú y tu prole, 20 amando
a Jehová tu Dios, escuchando su voz y adhiriéndote a él; porque él es tu vida
y la longitud de tus días, para que mores sobre el suelo que Jehová juró a
tus antepasados Abrahán, Isaac y Jacob que les daría”.
(Salmo 110:3)
3 Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día
de tu fuerza militar. En los esplendores de la santidad, desde la matriz del
alba, tienes tu compañía de hombres jóvenes justamente como gotas de rocío.
(Mateo 6:33,
34) 33 ”Sigan, pues, buscando primero el reino
y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas. 34 Por
lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día
siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su
propia maldad.
(Levítico 19:5)
5 ”’Ahora bien, en caso de que sacrifiquen un
sacrificio de comunión a Jehová, deben sacrificarlo para granjearse
aprobación.
(Levítico 22:29)
29 ”Y en caso de que ustedes sacrificaran un
sacrificio de acción de gracias a Jehová, deben sacrificarlo para granjearse
aprobación.
(Levítico 1:9)
9 Y sus intestinos y sus canillas serán lavados con
agua; y el sacerdote tiene que hacer humear todo ello sobre el altar como
ofrenda quemada, ofrenda hecha por fuego, de olor conducente a descanso a
Jehová.
(Génesis 8:21)
21 Y Jehová empezó a oler un olor conducente a
descanso, de modo que dijo Jehová en su corazón: “Nunca más invocaré el mal
sobre el suelo a causa del hombre, porque la inclinación del corazón del
hombre es mala desde su juventud; y nunca más asestaré un golpe a toda cosa
viviente tal como he hecho. . .
(Romanos 12:1)
12 Por consiguiente, les suplico por las compasiones de Dios,
hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a
Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio.
(2 Corintios
7:1) 7 Por lo tanto, dado que tenemos estas promesas, amados,
limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando
la santidad en el temor de Dios.
(1 Corintios
6:18) 18 Huyan de la fornicación. Todo otro
pecado que el hombre cometa está fuera de su cuerpo, pero el que practica la
fornicación peca contra su propio cuerpo.
(1 Pedro
1:14-16) 14 Como hijos obedientes, dejen de
amoldarse según los deseos que tuvieron en otro tiempo en su ignorancia, 15 y
más bien, de acuerdo con el Santo que los llamó, háganse ustedes mismos
santos también en toda [su] conducta, 16 porque está
escrito: “Tienen que ser santos, porque yo soy santo”.
(Salmo 34:1-3)
34 Ciertamente bendeciré a Jehová en todo tiempo; constantemente
estará su alabanza en mi boca. ב [Behth] 2 En
Jehová se jactará mi alma; los mansos oirán y se regocijarán. ג [Guí·mel]
3 Oh, engrandezcan ustedes a Jehová conmigo, y
juntos ensalcemos su nombre.
(Salmos 148:1-150:6)
148 ¡Alaben a Jah! Alaben a Jehová desde los cielos, alábenlo en las
alturas. 2 Alábenlo, todos ustedes sus ángeles.
Alábenlo, todos ustedes su ejército. 3 Alábenlo,
sol y luna. Alábenlo, estrellas de luz todas. 4 Alábenlo,
cielos de los cielos, y aguas que están sobre los cielos. 5 Alaben
ellos el nombre de Jehová; porque él mismo mandó y fueron creados. 6 Y
los tiene subsistiendo para siempre, hasta tiempo indefinido. Ha dado una
disposición reglamentaria, y esta no pasará. 7 Alaben
a Jehová desde la tierra, monstruos marinos y profundidades acuosas todas,
8 fuego y granizo, nieve y humo espeso, viento
borrascoso que realizas su palabra, 9 montañas y
colinas todas, árboles frutales y cedros todos, 10 animales
salvajes y animales domésticos todos, cosas que se arrastran y pájaros
alados, 11 reyes de la tierra y grupos nacionales
todos, príncipes y jueces todos de la tierra, 12 ustedes
los jóvenes y también ustedes las vírgenes, viejos junto con muchachos. 13 Alaben
ellos el nombre de Jehová, porque solo su nombre es inalcanzablemente alto.
Su dignidad está por encima de tierra y cielo. 14 Y él
ensalzará el cuerno de su pueblo, la alabanza de todos los que le son leales,
de los hijos de Israel, el pueblo a él cercano. ¡Alaben a Jah! 149
¡Alaben a Jah! Canten a Jehová una canción nueva, su alabanza en la
congregación de los que son leales. 2 Regocíjese
Israel en su magnífico Hacedor, los hijos de Sión... estén gozosos en su Rey.
3 Que alaben su nombre con danza. Con la
pandereta y el arpa celébrenlo con melodía. 4 Porque
Jehová está complaciéndose en su pueblo. Hermosea a los mansos con salvación.
5 Alborócense en gloria los que son leales;
clamen gozosamente sobre sus camas. 6 Que las
canciones que enaltecen a Dios estén en la garganta de ellos, y una espada de
dos filos esté en su mano, 7 para ejecutar
venganza en las naciones, reprensiones en los grupos nacionales, 8 para
sujetar a sus reyes con prisiones y a sus glorificados con grilletes de
hierro, 9 para ejecutar en ellos la decisión
judicial escrita. Tal esplendor pertenece a todos los que le son leales.
¡Alaben a Jah! 150 ¡Alaben a Jah! Alaben a Dios en su lugar santo.
Alábenlo en la expansión de su fuerza. 2 Alábenlo
por sus obras de poder. Alábenlo conforme a la abundancia de su grandeza.
3 Alábenlo con el toque del cuerno. Alábenlo con
el instrumento de cuerdas y el arpa. 4 Alábenlo
con la pandereta y la danza de corro. Alábenlo con cuerdas y el caramillo.
5 Alábenlo con los címbalos de sonido melodioso.
Alábenlo con los címbalos estruendosos. 6 Toda
cosa que respira... alabe a Jah. ¡Alaben a Jah!
(Salmo 33:1)
33 Clamen gozosamente, oh justos, a causa de Jehová. De parte de los
rectos la alabanza es propia.
(Lucas 4:18)
18 “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me
ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una
liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar
a los quebrantados con una liberación,
(Lucas 4:43,
44) 43 Pero él les dijo: “También a otras
ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para
esto fui enviado”. 44 Por consiguiente, iba predicando
en las sinagogas de Judea.
(Oseas 13:1-3)
13 “Al hablar Efraín, hubo temblor; él mismo llevó [peso] en Israel.
Pero procedió a hacerse culpable respecto a Baal y morir. 2 Y
ahora cometen pecado adicional y se hacen una estatua fundida de su plata,
ídolos según su propio entendimiento, obra de artífices, todo ello. A ellos
les dicen: ‘Que los sacrificadores que son hombres besen a simples becerros’.
3 Por lo tanto, llegarán a ser como las nubes de la
mañana y como el rocío que temprano se va; como el tamo que es arrebatado de
la era como por tempestad, y como el humo [que escapa] del hoyo [del techo].
(Oseas 14:1,
2) 14 “Vuelve, sí, oh Israel, a Jehová tu Dios, porque has
tropezado en tu error. 2 Tomen con ustedes palabras y
vuelvan a Jehová. Díganle todos: ‘Dígnate perdonar el error; y acepta lo que
es bueno, y ciertamente ofreceremos en cambio los toros jóvenes de nuestros
labios.
(Oseas 14:4)
4 ”Sanaré la infidelidad de ellos. Los amaré de [mi]
propio albedrío, porque mi cólera se ha vuelto de él.
(Salmo 119:108)
108 Por favor, complácete en las ofrendas voluntarias
de mi boca, oh Jehová, y enséñame tus propias decisiones judiciales.
(Isaías 60:6,
7) 6 La mismísima oleada en masa de camellos te
cubrirá, los camellos jóvenes de Madián y de Efá. Todos los de Seba...
vendrán. Oro y olíbano traerán. Y las alabanzas de Jehová anunciarán. 7 Todos
los rebaños de Quedar... te serán juntados. Los carneros de Nebayot... te
ministrarán. Con aprobación subirán sobre mi altar, y yo hermosearé mi propia
casa de hermosura.
(Hebreos 13:15)
15 Mediante él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de
alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su
nombre.
(Salmo 69:30,
31) 30 Ciertamente alabaré el nombre de Dios
con canción, y lo engrandeceré, sí, con acción de gracias. 31 Esto
también le será más grato a Jehová que un toro, que un toro joven que exhibe
cuernos, que tiene pezuña partida.
(Ezequiel 20:41)
41 Debido al olor conducente a descanso me complaceré
en ustedes, cuando los saque de los pueblos y realmente los junte de las
tierras a las cuales han sido esparcidos, y ciertamente seré santificado en
ustedes delante de los ojos de las naciones.’
(Malaquías 3:14)
14 “Ustedes han dicho: ‘De ningún valor es servir a
Dios. Y ¿qué provecho hay en que hayamos guardado la obligación a él, y que
hayamos andado contristados por causa de Jehová de los ejércitos?
(Génesis 3:1-7)
3 Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las
bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a
decir a la mujer: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no
deben comer de todo árbol del jardín?”. 2 Ante esto,
la mujer dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos
comer. 3 Pero en cuanto a [comer] del fruto del árbol
que está en medio del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, no
deben tocarlo para que no mueran’”. 4 Ante esto, la
serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán. 5 Porque
Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos
y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. 6 Por
consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento, y que a los
ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De
modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también
a su esposo cuando [él estuvo] con ella, y él empezó a comerlo. 7 Entonces
se les abrieron los ojos a ambos, y empezaron a darse cuenta de que estaban
desnudos. Por lo tanto cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas
para los lomos.
(Génesis 3:17-19)
17 Y a Adán dijo: “Porque escuchaste la voz de tu
esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato:
‘No debes comer de él’, maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás
su producto todos los días de tu vida. 18 Y espinos y
cardos hará crecer para ti, y tienes que comer la vegetación del campo. 19 Con
el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él
fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás”.
(1 Reyes
17:15, 16) 15 Por lo tanto, ella se fue
e hizo conforme a la palabra de Elías; y continuó comiendo, ella junto con él
y con su casa, por días. 16 El jarro grande de harina
mismo no se agotó, y el jarro pequeño de aceite mismo no falló, conforme a la
palabra de Jehová que él había hablado por medio de Elías.
(Josué 21:43-45)
43 Así que Jehová dio a Israel toda la tierra que
había jurado dar a sus antepasados, y ellos procedieron a tomar posesión de
ella y a morar en ella. 44 Además, Jehová les dio
descanso todo en derredor, conforme a todo lo que había jurado a sus antepasados,
y ni siquiera uno de todos sus enemigos se mantuvo de pie delante de ellos.
Todos sus enemigos los dio Jehová en manos de ellos. 45 No
falló ni una promesa de toda la buena promesa que Jehová había hecho a la
casa de Israel; todo se realizó.
(Josué 23:14)
14 ”Ahora, ¡miren!, hoy me voy por el camino de toda
la tierra, y ustedes bien saben con todo su corazón y con toda su alma que ni
una sola palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha
hablado ha fallado. Todas se han realizado para ustedes. Ni una sola palabra
de ellas ha fallado.
(Salmo 34:6,
7) 6 Este afligido llamó, y Jehová mismo
oyó. Y de todas sus angustias Él lo salvó. ח [Jehth] 7 El
ángel de Jehová está acampando todo en derredor de los que le temen, y los
libra.
(Salmo 34:17-19)
17 Clamaron, y Jehová mismo oyó, y de todas sus
angustias los libró. ק [Qohf] 18 Jehová está
cerca de los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están
aplastados en espíritu. ר [Rehsch] 19 Son
muchas las calamidades del justo, pero de todas ellas lo libra Jehová.
(Lucas 21:34,
35) 34 ”Mas presten atención a sí mismos para
que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y
beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel
día sobre ustedes instantáneamente 35 como un lazo.
Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra.
(Mateo 25:34)
34 ”Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan,
ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para
ustedes desde la fundación del mundo.
(Salmo 5:12)
12 Porque tú mismo bendecirás al justo, oh Jehová;
como con un escudo grande, con aprobación lo cercarás.
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martes, 27 de noviembre de 2012
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