TEXTO DEL DIA
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CITA BIBLICA
Descripción Biblia
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Referencias BIBLICAS
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*** Texto
del Jueves, 31 de Enero de 2013
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Jueves
31 de enero
A menos
que coman la carne del Hijo del
hombre y beban su sangre, no tienen
vida en ustedes (Juan 6:53).
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(Juan 6:53)
Entonces Jesús les dijo: “Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes.
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(Juan 6:27) Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el
alimento que permanece para vida eterna, que el Hijo del hombre les dará;
porque sobre este el Padre, sí, Dios, ha puesto su sello [de aprobación]”.
(Juan 6:33) Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y
da vida al mundo”.
(Hechos 20:28) Presten atención a sí mismos y a todo el
rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes,
para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del
[Hijo] suyo.
(Romanos 3:25) Dios lo presentó como ofrenda para propiciación
mediante fe en su sangre. Esto fue con el fin de exhibir su propia justicia,
porque estaba perdonando los pecados que habían ocurrido en el pasado
mientras Dios estaba ejerciendo longanimidad;
(Revelación 20:4) Y vi tronos, y hubo quienes se sentaron en ellos,
y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados
con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios,
y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen, y que no
habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a
vivir, y reinaron con el Cristo por mil años.
(Revelación 20:5) (Los demás de los muertos no llegaron a vivir
sino hasta que se terminaron los mil años.) Esta es la primera resurrección.
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¿Cómo respondemos a
la iluminación con la que Jehová nos ayuda a comprender cada vez mejor “las
cosas profundas” de su Palabra? (1 Cor. 2:10-13.)
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(1 Corintios
2:10-13) Pues es a nosotros a quienes Dios las ha
revelado mediante su espíritu,
porque el espíritu escudriña todas
las cosas, hasta las cosas
profundas de Dios. 11 Porque, ¿quién
entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el espíritu del
hombre que está en él? Así, también, nadie ha llegado a conocer las cosas de
Dios, salvo el espíritu de Dios. 12 Ahora
bien, nosotros recibimos, no el espíritu del mundo, sino el espíritu
que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado bondadosamente.
13 De estas cosas también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría
humana, sino con las enseñadas por [el] espíritu,
al combinar nosotros [asuntos] espirituales con [palabras] espirituales.
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(Deuteronomio 29:29) ”Las cosas ocultas pertenecen a Jehová nuestro
Dios, pero las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos
hasta tiempo indefinido, para que pongamos por obra todas las palabras de
esta ley.
(Mateo 16:17) En respuesta, Jesús le dijo: “Feliz eres, Simón
hijo de Jonás, porque carne y sangre no te [lo] reveló, sino mi Padre que
está en los cielos.
(Marcos 4:11) Y él procedió a decirles: “A ustedes se les ha
dado el secreto sagrado del reino de Dios, mas a los de afuera todas las
cosas ocurren en ilustraciones,
(Efesios 3:5) En otras generaciones este [secreto] no fue dado
a conocer a los hijos de los hombres como ahora ha sido revelado a sus santos
apóstoles y profetas por espíritu,
(2 Timoteo 1:10) pero ahora se ha hecho claramente
patente mediante la manifestación de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que ha
abolido la muerte, pero ha arrojado luz sobre la vida y la incorrupción
mediante las buenas nuevas,
(1 Pedro 1:12) A ellos les fue revelado que, no
para sí mismos, sino para ustedes, ministraban las cosas que ahora han sido
anunciadas a ustedes mediante los que les han declarado las buenas nuevas con
espíritu santo enviado desde el cielo. En estas mismas cosas los ángeles
desean mirar con cuidado.
(Juan 14:26) Mas el ayudante, el espíritu santo, que el
Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas y les hará
recordar todas las cosas que les he dicho.
(1 Juan 2:27) Y en cuanto a ustedes, la unción que
recibieron de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les esté
enseñando; antes bien, como la unción de él les está enseñando acerca de
todas las cosas, y es verdad y no es mentira, y así como les ha enseñado,
permanezcan en unión con él.
(Romanos 8:26) 26 De
igual manera el espíritu también acude con ayuda para nuestra debilidad;
porque el [problema de] lo que debemos pedir en oración como necesitamos
hacerlo no lo sabemos, pero el espíritu mismo aboga por nosotros con gemidos
no expresados.
(Job 11:7) ¿Puedes sondear las cosas profundas de Dios, o
puedes sondear hasta el mismísimo límite del Todopoderoso?
(Romanos 11:33) ¡Oh la profundidad de las riquezas y de la
sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables [son] sus juicios e
ininvestigables sus caminos!
(Efesios 3:18) a fin de que sean enteramente capaces de
comprender con todos los santos cuál es la anchura y longitud y altura y
profundidad,
(Romanos 1:9) Porque
Dios, a quien rindo servicio sagrado con mi espíritu respecto a las buenas nuevas
acerca de su Hijo, es mi testigo de cómo sin cesar siempre hago mención de
ustedes en mis oraciones,
(Romanos 8:16) El
espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.
(Juan 14:17) el espíritu de la verdad, que el mundo no puede
recibir, porque ni lo contempla ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque
permanece con ustedes y está en ustedes.
(Romanos 8:27) Sin embargo, el que escudriña los corazones sabe
cuál es la intención del espíritu, porque este aboga en conformidad con Dios
por los santos.
(1 Juan 4:3) pero toda
expresión inspirada que no confiesa a Jesús no se origina de Dios. Además,
esta es la [expresión inspirada] del anticristo que ustedes han oído que
venía, y actualmente ya está en el mundo.
(1 Juan 5:19) Sabemos
que nosotros nos originamos de Dios, pero el mundo entero yace en el [poder
del] inicuo.
(Revelación 16:14) Son,
de hecho, expresiones inspiradas por demonios, y ejecutan señales, y salen a
los reyes de toda la tierra habitada, para reunirlos a la guerra del gran día
de Dios el Todopoderoso.
(Juan 15:26) 26 Cuando
llegue el ayudante que yo enviaré a ustedes del Padre, el espíritu de la verdad,
que procede del Padre, ese dará testimonio acerca de mí;
(1 Juan 4:6) 6 Nosotros
nos originamos de Dios. El que adquiere el conocimiento de Dios nos escucha;
el que no se origina de Dios no nos escucha. Es así como notamos la expresión
inspirada de la verdad y la expresión inspirada del error.
(Colosenses 2:8) Cuidado:
quizás haya alguien que se los lleve como presa suya mediante la filosofía y
el vano engaño según la tradición de los hombres, según las cosas elementales
del mundo y no según Cristo;
(1 Timoteo 6:20) Oh
Timoteo, guarda lo que ha sido depositado a tu cuidado, apartándote de las
vanas palabrerías que violan lo que es santo, y de las contradicciones
del falsamente llamado “conocimiento”.
(2 Pedro 1:16) No, no
fue siguiendo cuentos falsos artificiosamente tramados como les hicimos
conocer el poder y la presencia de nuestro Señor Jesucristo, sino por haber
llegado a ser testigos oculares de su magnificencia.
(Juan 16:13) 13 Sin
embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda
la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las
cosas que oye, y les declarará las cosas que vienen.
(Proverbios 1:23) Vuélvanse ante mi censura. Entonces ciertamente
haré que para ustedes salga burbujeando mi espíritu; ciertamente les daré a
conocer mis palabras.
(Juan 6:63) El espíritu es lo que es dador de vida; la carne
no sirve para nada. Los dichos que yo les he hablado son espíritu y son vida.
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Deberíamos actuar
como el apóstol Pedro. Cuando Jesús pronunció las palabras del texto de hoy,
hubo quienes las tomaron al pie de la letra y dijeron: “Este discurso es
ofensivo; ¿quién puede escucharlo?”. Como resultado, “se fueron a las cosas
de atrás”. En cambio, notemos lo que le dijo Pedro a Jesús: “Señor, ¿a
quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna” (Juan 6:60, 66, 68).
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(Juan 6:60)
Por lo tanto, muchos de sus discípulos, al oír esto, dijeron: “Este discurso
es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?”.
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(Mateo 11:6) y feliz es el que no
halla causa para tropiezo en mí”.
(Juan 6:66) Debido a esto,
muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás, y ya no andaban con
él.
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(Juan 6:66)
Debido a esto, muchos de sus discípulos se fueron a las cosas
de atrás, y ya no andaban con él.
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(Lucas 9:62) 62 Jesús
le dijo: “Nadie que ha puesto la mano en el arado y mira a las cosas [que
deja] atrás es muy apto para el reino de Dios”.
(Mateo 11:6) y feliz es el que no
halla causa para tropiezo en mí”.
(Juan 6:60) Por lo tanto, muchos
de sus discípulos, al oír esto, dijeron: “Este discurso es ofensivo; ¿quién
puede escucharlo?”.
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(Juan 6:68)
Simón Pedro le contestó: “Señor,
¿a quién nos iremos? Tú tienes
dichos de vida eterna;
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(Mateo 16:16) En contestación, Simón Pedro dijo: “Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios vivo”.
(Marcos 8:29) Y él les hizo la pregunta: “Pero ustedes, ¿quién
dicen que soy?”. Respondiendo, Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo”.
(Revelación 14:4) 4 Estos
son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son
los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron
comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero,
(Juan 6:63) El espíritu es lo que es dador de vida; la carne
no sirve para nada. Los dichos que yo les he hablado son espíritu y son vida.
(Juan 17:3) Esto significa vida eterna, el que estén
adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien
tú enviaste, Jesucristo.
(Hechos 5:20) “Váyanse, y, puestos de pie en el templo, sigan
hablando al pueblo todos los dichos acerca de esta vida”.
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El apóstol
sabía que Dios le daría iluminación espiritual. ¿Cómo reaccionamos nosotros
cuando se publican aclaraciones doctrinales? ¿Procuramos entender las razones
bíblicas que han motivado los cambios? (Pro. 4:18.)
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(Proverbios
4:18) Pero la senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose
más y más clara hasta que el día queda firmemente
establecido.
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(2 Samuel 23:4) entonces es como la luz de la mañana,
cuando brilla el sol, una mañana sin nubes. Del resplandor, de la lluvia, hay
hierba procedente de la tierra’.
(Salmo 97:11) Luz misma ha relumbrado para el justo, y regocijo
aun para los rectos de corazón.
(Salmo 119:105) Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz
para mi vereda.
(Daniel 12:4) ”Y en cuanto a ti, oh Daniel, haz secretas las
palabras y sella el libro, hasta el tiempo de[l] fin. Muchos discurrirán, y
el [verdadero] conocimiento se hará abundante”.
(Mateo 5:14) ”Ustedes son la luz del mundo. No se puede esconder
una ciudad cuando está situada sobre una montaña.
(1 Corintios 13:12) Porque en la actualidad vemos en
contorno nebuloso por medio de un espejo de metal, pero entonces será cara a
cara. En la actualidad conozco parcialmente, pero entonces conoceré con
exactitud así como soy conocido con exactitud.
(2 Corintios 4:6) Porque Dios es el que dijo: “De la
oscuridad resplandezca la luz”, y él ha resplandecido en nuestros corazones
para iluminar[los] con el glorioso conocimiento de Dios por el rostro de
Cristo.
(2 Pedro 1:19) Por consiguiente, tenemos la palabra
profética [hecha] más segura; y ustedes hacen bien en prestarle atención como
a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro, hasta que amanezca el día y
el lucero se levante, en sus corazones.
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Si imitamos a
los habitantes de la ciudad de Berea del siglo primero, apreciaremos aún más
el privilegio de servir a Dios (Hech. 17:11). w11 15/9 2:14, 15
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(Hechos 17:11)
Ahora bien, estos eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque
recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con
cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a
si estas cosas eran así.
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(Lucas 16:29) 29 Pero
Abrahán dijo: ‘Tienen a Moisés y a los Profetas; que escuchen a estos’.
(Juan 5:39) 39 ”Ustedes
escudriñan las Escrituras, porque piensan que por medio de ellas tendrán la
vida eterna; y estas son las mismas que dan testimonio acerca de mí.
(Proverbios 14:15) 15 Cualquiera
que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos.
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*** w11
15/9 ¿Hemos hecho de Jehová nuestra
herencia? ***
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¿Hemos hecho de
Jehová nuestra herencia?
“Sigan [...]
buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas
les serán añadidas.” (MAT. 6:33)
¿QUÉ nos
viene a la mente cuando leemos en la Biblia la palabra Israel? Tal vez
pensemos en que así se llamaron Jacob —uno de los hijos de Isaac— y la nación
formada por sus descendientes. Pero las Escrituras también utilizan este
nombre en sentido simbólico. Normalmente se refiere al “Israel de Dios”, es
decir, los 144.000 cristianos que Jehová ha ungido con su espíritu para ser
reyes y sacerdotes en el cielo (Gál. 6:16; Rev. 7:4; 21:12). Ahora bien, en
Mateo 19:28 esta palabra se usa de un modo diferente al hablar de “las doce
tribus de Israel”. Examinemos ese pasaje.
2 Jesús
dijo: “En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono
glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce
tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel”. En este versículo,
¿quiénes son “las doce tribus de Israel”? Son las personas que serán juzgadas
por los discípulos ungidos de Jesús y que podrán vivir para siempre en el
Paraíso. Todas ellas se beneficiarán de la labor de los 144.000 sacerdotes.
3 Al
igual que los levitas y los sacerdotes de la antigüedad, los cristianos
ungidos aprecian muchísimo el privilegio de servir a Jehová (Núm. 18:20).
Claro, no esperan que él les entregue como posesión algún lugar en la
Tierra. Pero sí anhelan el día en que serán reyes y sacerdotes junto a
Jesucristo en el cielo, donde, tal como indica Revelación 4:10, 11,
seguirán prestando servicio a Dios (Eze. 44:28).
4 Ahora
bien, mientras están en la Tierra, ¿cómo demuestran que Jehová es su
herencia? Con su forma de vivir indican que nada hay tan importante para
ellos como servirle. Además, cifran su fe en el sacrificio redentor de Cristo
y obedecen sus mandatos. De este modo, hacen “seguros para sí su
llamamiento y selección” (2 Ped. 1:10). Naturalmente, no todos
gozan de las circunstancias más favorables, pero no utilizan sus
limitaciones como excusa para aflojar el paso. Al contrario, se
esfuerzan por darle el máximo a Dios. ¡Qué buen ejemplo para quienes esperan
vivir eternamente en la Tierra!
5 Todos
los cristianos, sean o no ungidos, deben cumplir este mandato de Jesús:
“Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero
de tormento y sígame de continuo” (Mat. 16:24). De hecho, ese es el
espíritu con el que adoran a Dios y siguen a Cristo millones de personas que
anhelan vivir en el Paraíso. En lugar de regirse por la ley del mínimo
esfuerzo, hacen tanto como les permiten sus posibilidades. Muchos simplifican
su vida y emprenden el precursorado regular. Algunos sirven de precursores
auxiliares varios meses. Y otros, aunque no pueden ser precursores,
se esfuerzan todo lo que pueden en el ministerio. Son como la fiel María que
aplicó aceite perfumado a Jesús. ¿Qué dijo él sobre aquel gesto? “Ella ha
hecho una obra buena conmigo. [...] Lo que ella
podía hacer, lo hizo.” (Mar. 14:6-8, Comentario
al Evangelio de Marcos, de F. Lentzen-Deis.)
Desde luego, no siempre es fácil dar el máximo a Jehová, pues vivimos en
un mundo dominado por Satanás. Aun así, ponemos todo nuestro empeño y
confiamos en nuestro Padre celestial. Veamos cuatro campos en los que podemos
actuar así.
Buscar primero
el Reino de Dios
6 Jesús
enseñó que sus discípulos han de buscar primero el Reino y la justicia de
Dios. ¡Qué diferentes son “los hombres de este sistema de cosas, cuya parte
correspondiente está en esta vida”! (Léase Salmo 17:1,
13-15.) Estas palabras indican que no pueden aspirar a
nada más que lo que ofrece la vida actual. ¿Por qué? Porque no se
acuerdan de su Creador y solo se preocupan por mejorar su nivel económico,
formar una familia y legar a sus hijos todo el dinero que puedan. Pero
nosotros queremos ser como David. Para él era mucho más importante labrarse
“un buen nombre” ante Jehová, tal y como su hijo Salomón recomendó más tarde
(Ecl. 7:1, nota). Al igual que Asaf, David constató por experiencia
propia que ninguna otra cosa es más importante ni reporta tantas
satisfacciones como ser amigo de Jehová. Así piensan también muchos
cristianos de nuestro tiempo y por eso anteponen las actividades espirituales
a todo lo demás, incluido el trabajo.
7 Veamos
el caso de Jean-Claude, un superintendente casado y con tres hijos que vive
en la República Centroafricana. Un día, su jefe de producción le
notificó que le iba a cambiar el horario y pasaría a trabajar los siete días
de la semana desde las seis y media de la noche. Hay que aclarar que en ese
país no abundan los empleos, por lo que la mayoría de la gente hace lo
que sea con tal de conservarlos. ¿Cómo reaccionó Jean-Claude? Le explicó al
jefe que su deber no era solo ganarse el pan, sino también cuidar
espiritualmente de su familia y atender su congregación. La respuesta
que recibió fue terminante: “Bastante suerte tienes con poder trabajar. Más
te valdría dejar a un lado a tu mujer, tus hijos y tus problemas. Dedícate a
la empresa y punto. Tú decides: o tu religión, o tu trabajo”. De estar
en su lugar, ¿qué habríamos hecho nosotros? Jean-Claude estaba convencido de
que, si se quedaba desempleado, Jehová cuidaría de él. Por tanto, decidió
seguir muy ocupado en sus labores cristianas, con la confianza de que Dios le
ayudaría a sostener a su familia. Cuando llegó la siguiente reunión, asistió
como de costumbre y luego se preparó para ir a trabajar, sin saber si al
llegar lo despedirían. Entonces sonó su teléfono y le dieron la noticia:
habían echado a su jefe. ¡Nuestro hermano no se había quedado en la
calle!
8 Muchos
cristianos que han visto peligrar su empleo se han preguntado: “Si me quedo
sin trabajo, ¿cómo mantendré a mi familia?” (1 Tim. 5:8). Sea que
hayamos pasado por esta situación o no, sabemos que Jehová nunca abandona a
quienes lo tienen como herencia y aprecian el privilegio de servirle.
De hecho, es muy posible que hayamos comprobado por experiencia propia
lo cierta que es esta promesa de Jesús: “Sigan [...] buscando primero el
reino [...], y todas estas otras cosas [como la comida y la ropa] les
serán añadidas” (Mat. 6:33).
9
Pensemos de nuevo en la tribu de Leví. No había heredado ninguna tierra.
Sin embargo, como su principal ocupación era el servicio sagrado, podía
contar con el cuidado de Jehová, quien le había dado esta garantía: “Yo soy
la parte que te corresponde, y tu herencia” (Núm. 18:20). Aunque nosotros
no servimos en un santuario construido por el hombre, hacemos bien en
mostrar la misma actitud que los sacerdotes y los levitas y confiar en que
Dios nos dará lo necesario. Al ir acercándonos al fin, esta fe es cada
vez más importante (Rev. 13:17).
Buscar primero
la justicia de Dios
10 Jesús
también exhortó a sus discípulos a buscar primero la justicia de Dios (Mat.
6:33). Por eso, cuando hemos de determinar si algo está bien o mal, nos
guiamos por lo que dice Jehová, y no por lo que opinan los hombres (léase
Isaías 55:8, 9). Pongamos un
ejemplo. Antes de estudiar la Biblia, algunas personas cultivaban o vendían
tabaco, fabricaban o vendían armas de guerra o se dedicaban a la instrucción
militar. Sin embargo, al aprender la verdad, muchos decidieron cambiar de
ocupación y pudieron bautizarse (Isa. 2:4; 2 Cor. 7:1; Gál. 5:14).
11 Una de
tales personas fue Andrew, quien conoció la verdad junto con su esposa y tomó
la determinación de servir a Dios. Aunque estaba muy orgulloso de su carrera,
decidió dejarla. ¿Por qué? Porque veía que era incompatible con el principio
de neutralidad cristiana y quería poner en primer lugar la justicia divina.
Cuando se quedó sin trabajo, solo disponía de dinero para alimentar a sus dos
hijos durante unos pocos meses. En cierto sentido, su situación era como
la de los levitas, quienes no poseían ninguna herencia material. Pero
confió en Jehová y salió a buscar un nuevo empleo. ¿Cómo le ha ido desde
entonces a esta familia? Han visto que “la mano de Jehová” nunca se queda
corta (Isa. 59:1). Lo que es más, al llevar una vida sencilla, Andrew y
su esposa han podido servir de tiempo completo. “Hemos pasado momentos de
preocupación a causa del dinero, la vivienda, la salud e incluso la edad
—admite—. Pero siempre hemos contado con el apoyo de Jehová. [...]
Cuando mi esposa y yo reflexionamos en el pasado, llegamos a la conclusión de
que no existe empresa más noble y remuneradora que servir a Jehová.”
(Ecl. 12:13.)
12 Jesús
dijo a sus discípulos: “Si tienen fe del tamaño de un grano de mostaza, dirán
a esta montaña: ‘Transfiérete de aquí allá’, y se transferirá, y nada les
será imposible” (Mat. 17:20). En armonía con estas palabras, todos deberíamos
preguntarnos: “¿Seguiría yo buscando primero la justicia de Dios aunque ello
significara pasar por ciertas dificultades?”. Si no estamos seguros de
que seríamos capaces de hacerlo, ¿por qué no les pedimos a otros
hermanos que nos cuenten cómo los ha ayudado Jehová? Seguro que sus
testimonios fortalecen nuestra fe.
Apreciar el
medio que Dios usa para alimentarnos
13 Quienes
valoran el privilegio de servir a Jehová pueden confiar en que él siempre
cuidará de ellos, tal como cuidó de los levitas. Y no solo cubrirá
sus necesidades físicas, sino también las espirituales. Recordemos el caso de
David: hasta en lo más profundo de una cueva podía contar con la ayuda de
Dios. Nosotros debemos mostrar la misma confianza incluso cuando
no veamos la salida a nuestros problemas. Y no olvidemos el ejemplo
de Asaf: él logró ver sus preocupaciones desde otra perspectiva al “entrar en
el magnífico santuario de Dios” (Sal. 73:17). Igualmente, nosotros
conseguiremos fortaleza espiritual si acudimos a Jehová. Así le demostraremos
que, pase lo que pase, valoramos muchísimo el privilegio de adorarlo y
tenerlo como nuestra herencia.
14 En
ocasiones se nos aclaran algunas de “las cosas profundas de Dios”
(1 Cor. 2:10-13). ¿Cómo respondemos a la iluminación con la que Jehová
nos ayuda a comprender cada vez mejor su Palabra? Deberíamos actuar como el
apóstol Pedro. En cierta ocasión, Jesús dijo a sus oyentes: “A menos que
coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en
ustedes”. Hubo quienes tomaron sus palabras al pie de la letra y dijeron:
“Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?”. Como resultado, “se
fueron a las cosas de atrás”. En cambio, notemos lo que le dijo
Pedro a Jesús: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de
vida eterna” (Juan 6:53, 60, 66, 68).
15 A decir
verdad, el apóstol no terminó de entender a qué se refería Jesús al
hablar de comer su carne y beber su sangre. Pero eso no lo inquietó,
pues sabía que Dios le daría iluminación espiritual. ¿Qué hay de nosotros?
¿Cómo reaccionamos cuando se publican aclaraciones doctrinales? ¿Procuramos
entender las razones bíblicas que han motivado los cambios? (Pro. 4:18.)
Deberíamos parecernos a los habitantes de la ciudad de Berea del siglo
primero, quienes “recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y
examinaban con cuidado las Escrituras diariamente” (Hech. 17:11). Si los
imitamos, apreciaremos aún más el privilegio de servir a Dios y tenerle
como nuestra herencia.
Casarse “solo
en el Señor”
16 Otros
cristianos han demostrado que respetan la voluntad de Dios obedeciendo el
mandato de casarse “solo en el Señor”, aunque esto signifique quedarse
solteros (1 Cor. 7:39). Todos ellos deben confiar en que Jehová les
brindará su cuidado y su cariño. Además, cuando les invada la soledad o el
desánimo, han de acudir a él y contarle sus inquietudes, tal como hizo David:
“Delante de él seguí derramando mi preocupación; delante de él continué
informando acerca de mi propia angustia, cuando mi espíritu desmayó dentro de
mí” (Sal. 142:1-3). Es probable que el profeta Jeremías también se
sintiera así a veces, pues durante décadas llevó a cabo su ministerio sin el
apoyo de un cónyuge. Su animador ejemplo se analiza en el capítulo 8 del
libro Dios nos habla mediante Jeremías.
17 Cierta
hermana que vive en Estados Unidos explica su situación: “No es que
quiera quedarme soltera para siempre. Simplemente, estoy esperando a
encontrar la persona adecuada para casarme. Mi madre, que no es Testigo,
intentó convencerme para que aprovechara cualquier ocasión que se me
presentara. Pero le pregunté: ‘Si me caso con el primero que aparezca y el
matrimonio sale mal, ¿te harás tú responsable?’. Con el tiempo, se dio cuenta
de que yo tenía un trabajo estable, sabía cuidar de mí misma y que era feliz
como estaba. Así que me dejó tranquila”. ¿Qué hace esta hermana cuando la
embarga la soledad? Ella misma responde: “Me refugio en Jehová. Él nunca
me abandona”. ¿Qué la ha ayudado a confiar en Dios? “La oración —cuenta—.
Orar me recuerda que él es alguien real en mi vida y que siempre está a mi
lado. ¿Cómo no voy a sentirme feliz y especial, si disfruto de conexión
directa con el Rey del universo?” No le cabe ninguna duda de que “hay
más felicidad en dar que en recibir”, y por eso afirma: “Procuro ayudar a los
demás sin esperar nada a cambio. Cada vez que pienso: ‘¿Qué puedo hacer por
tal o cual persona?’, me siento muy bien” (Hech. 20:35). Es obvio que
esta cristiana valora muchísimo el privilegio de servir a Jehová y tenerle
como herencia.
18 Sin
importar cuál sea nuestra situación personal, podemos lograr que Jehová sea
nuestra herencia. De este modo, tendremos la dicha incomparable de
formar parte de su pueblo (2 Cor. 6:16, 17). Lo que es más,
disfrutaremos del mismo privilegio que otros siervos fieles del pasado:
no solo tendremos a Jehová como nuestra herencia, sino que nosotros
seremos la herencia de Jehová (léase Deuteronomio
32:9, 10). ¡Qué maravilloso es saber que,
tal como hizo con Israel, él cuidará de cada uno de nosotros como su valiosa
posesión! (Sal. 17:8.)
[Nota]
Véase la
revista ¡Despertad! de noviembre de 2009, páginas 12 a 14.
¿Qué hemos
aprendido?
Explique
cómo hacemos de Jehová nuestra herencia en los siguientes campos:
• Buscar
primero el Reino y la justicia de Dios
•
Apreciar el medio que Dios usa para alimentarnos
•
Respetar el mandato bíblico de casarnos “solo en el Señor”
[Preguntas del
estudio]
1, 2. a) ¿A quiénes se refiere la
expresión “el Israel de Dios” que aparece en Gálatas 6:16? b) ¿Quiénes
son “las doce tribus de Israel” mencionadas en Mateo 19:28?
3, 4. ¿Qué excelente ejemplo dan los fieles
ungidos?
5. ¿Qué debemos hacer para tener a Jehová
como herencia, y por qué no siempre es fácil?
6. a) ¿Por qué puede decirse que la
única herencia de la gente del mundo está en esta vida? b) ¿Por qué es
sabio imitar la actitud de David?
7. ¿Qué bendición recibió un hermano por
buscar primero el Reino?
8, 9. ¿De qué forma demostraremos, como los
sacerdotes y levitas, que tenemos a Jehová como herencia?
10, 11.
¿Cómo han demostrado algunas personas confianza en Jehová en cuestiones de
empleo? Mencione algún ejemplo.
12. ¿Qué
cualidad necesitamos para seguir buscando primero la justicia de Dios? Relate
algún caso del lugar donde vive.
13. ¿En
qué pueden confiar quienes se esfuerzan por servir a Jehová?
14, 15.
¿Cómo debemos reaccionar cuando se publican aclaraciones sobre el significado
de algún pasaje bíblico, y por qué?
16. ¿Qué
debemos hacer para cumplir el mandato de 1 Corintios 7:39 y tener a
Jehová como herencia?
17.
¿Cómo logra cierta hermana superar los momentos de soledad?
18.
¿Cómo podemos convertirnos nosotros en la herencia de Jehová?
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jueves, 31 de enero de 2013
Jueves, 31 de Enero de 2013
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