jueves, 31 de enero de 2013

Jueves, 31 de Enero de 2013


TEXTO DEL DIA
CITA BIBLICA
Descripción Biblia
Referencias BIBLICAS
*** Texto del Jueves, 31 de Enero de 2013 ***

Jueves 31 de enero

A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes (Juan 6:53).

(Juan 6:53) Entonces Jesús les dijo: “Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes.
(Juan 6:27) Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, que el Hijo del hombre les dará; porque sobre este el Padre, sí, Dios, ha puesto su sello [de aprobación]”.
(Juan 6:33) Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da vida al mundo”.
(Hechos 20:28) Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del [Hijo] suyo.
(Romanos 3:25) Dios lo presentó como ofrenda para propiciación mediante fe en su sangre. Esto fue con el fin de exhibir su propia justicia, porque estaba perdonando los pecados que habían ocurrido en el pasado mientras Dios estaba ejerciendo longanimidad;
(Revelación 20:4) Y vi tronos, y hubo quienes se sentaron en ellos, y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios, y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen, y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir, y reinaron con el Cristo por mil años.
(Revelación 20:5) (Los demás de los muertos no llegaron a vivir sino hasta que se terminaron los mil años.) Esta es la primera resurrección.
¿Cómo respondemos a la iluminación con la que Jehová nos ayuda a comprender cada vez mejor “las cosas profundas” de su Palabra? (1 Cor. 2:10-13.)
(1 Corintios 2:10-13) Pues es a nosotros a quienes Dios las ha revelado mediante su espíritu, porque el espíritu escudriña todas las cosas, hasta las cosas profundas de Dios. 11 Porque, ¿quién entre los hombres conoce las cosas del hombre salvo el espíritu del hombre que está en él? Así, también, nadie ha llegado a conocer las cosas de Dios, salvo el espíritu de Dios. 12 Ahora bien, nosotros recibimos, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado bondadosamente. 13 De estas cosas también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por [el] espíritu, al combinar nosotros [asuntos] espirituales con [palabras] espirituales.
(Deuteronomio 29:29) ”Las cosas ocultas pertenecen a Jehová nuestro Dios, pero las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos hasta tiempo indefinido, para que pongamos por obra todas las palabras de esta ley.
(Mateo 16:17) En respuesta, Jesús le dijo: “Feliz eres, Simón hijo de Jonás, porque carne y sangre no te [lo] reveló, sino mi Padre que está en los cielos.
(Marcos 4:11) Y él procedió a decirles: “A ustedes se les ha dado el secreto sagrado del reino de Dios, mas a los de afuera todas las cosas ocurren en ilustraciones,
(Efesios 3:5) En otras generaciones este [secreto] no fue dado a conocer a los hijos de los hombres como ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por espíritu,
(2 Timoteo 1:10) pero ahora se ha hecho claramente patente mediante la manifestación de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que ha abolido la muerte, pero ha arrojado luz sobre la vida y la incorrupción mediante las buenas nuevas,
(1 Pedro 1:12) A ellos les fue revelado que, no para sí mismos, sino para ustedes, ministraban las cosas que ahora han sido anunciadas a ustedes mediante los que les han declarado las buenas nuevas con espíritu santo enviado desde el cielo. En estas mismas cosas los ángeles desean mirar con cuidado.
(Juan 14:26) Mas el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les he dicho.
(1 Juan 2:27) Y en cuanto a ustedes, la unción que recibieron de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les esté enseñando; antes bien, como la unción de él les está enseñando acerca de todas las cosas, y es verdad y no es mentira, y así como les ha enseñado, permanezcan en unión con él.
(Romanos 8:26) 26 De igual manera el espíritu también acude con ayuda para nuestra debilidad; porque el [problema de] lo que debemos pedir en oración como necesitamos hacerlo no lo sabemos, pero el espíritu mismo aboga por nosotros con gemidos no expresados.
(Job 11:7) ¿Puedes sondear las cosas profundas de Dios, o puedes sondear hasta el mismísimo límite del Todopoderoso?
(Romanos 11:33) ¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables [son] sus juicios e ininvestigables sus caminos!
(Efesios 3:18) a fin de que sean enteramente capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura y longitud y altura y profundidad,
(Romanos 1:9) Porque Dios, a quien rindo servicio sagrado con mi espíritu respecto a las buenas nuevas acerca de su Hijo, es mi testigo de cómo sin cesar siempre hago mención de ustedes en mis oraciones,
(Romanos 8:16) El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.
(Juan 14:17) el espíritu de la verdad, que el mundo no puede recibir, porque ni lo contempla ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes y está en ustedes.
(Romanos 8:27) Sin embargo, el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del espíritu, porque este aboga en conformidad con Dios por los santos.
(1 Juan 4:3) pero toda expresión inspirada que no confiesa a Jesús no se origina de Dios. Además, esta es la [expresión inspirada] del anticristo que ustedes han oído que venía, y actualmente ya está en el mundo.
(1 Juan 5:19) Sabemos que nosotros nos originamos de Dios, pero el mundo entero yace en el [poder del] inicuo.
(Revelación 16:14) Son, de hecho, expresiones inspiradas por demonios, y ejecutan señales, y salen a los reyes de toda la tierra habitada, para reunirlos a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.
(Juan 15:26) 26 Cuando llegue el ayudante que yo enviaré a ustedes del Padre, el espíritu de la verdad, que procede del Padre, ese dará testimonio acerca de mí;
(1 Juan 4:6) 6 Nosotros nos originamos de Dios. El que adquiere el conocimiento de Dios nos escucha; el que no se origina de Dios no nos escucha. Es así como notamos la expresión inspirada de la verdad y la expresión inspirada del error.
(Colosenses 2:8) Cuidado: quizás haya alguien que se los lleve como presa suya mediante la filosofía y el vano engaño según la tradición de los hombres, según las cosas elementales del mundo y no según Cristo;
(1 Timoteo 6:20) Oh Timoteo, guarda lo que ha sido depositado a tu cuidado, apartándote de las vanas palabrerías que violan lo que es santo, y de las contradicciones del falsamente llamado “conocimiento”.
(2 Pedro 1:16) No, no fue siguiendo cuentos falsos artificiosamente tramados como les hicimos conocer el poder y la presencia de nuestro Señor Jesucristo, sino por haber llegado a ser testigos oculares de su magnificencia.
(Juan 16:13) 13 Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye, y les declarará las cosas que vienen.
(Proverbios 1:23) Vuélvanse ante mi censura. Entonces ciertamente haré que para ustedes salga burbujeando mi espíritu; ciertamente les daré a conocer mis palabras.
(Juan 6:63) El espíritu es lo que es dador de vida; la carne no sirve para nada. Los dichos que yo les he hablado son espíritu y son vida.
Deberíamos actuar como el apóstol Pedro. Cuando Jesús pronunció las palabras del texto de hoy, hubo quienes las tomaron al pie de la letra y dijeron: “Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?”. Como resultado, “se fueron a las cosas de atrás”. En cambio, notemos lo que le dijo Pedro a Jesús: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna” (Juan 6:60, 66, 68).
(Juan 6:60) Por lo tanto, muchos de sus discípulos, al oír esto, dijeron: “Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?”.
(Mateo 11:6) y feliz es el que no halla causa para tropiezo en mí”.
(Juan 6:66) Debido a esto, muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás, y ya no andaban con él.

(Juan 6:66) Debido a esto, muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás, y ya no andaban con él.
(Lucas 9:62) 62 Jesús le dijo: “Nadie que ha puesto la mano en el arado y mira a las cosas [que deja] atrás es muy apto para el reino de Dios”.
(Mateo 11:6) y feliz es el que no halla causa para tropiezo en mí”.
(Juan 6:60) Por lo tanto, muchos de sus discípulos, al oír esto, dijeron: “Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?”.
(Juan 6:68) Simón Pedro le contestó: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna;
(Mateo 16:16) En contestación, Simón Pedro dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”.
(Marcos 8:29) Y él les hizo la pregunta: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?”. Respondiendo, Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo”.
(Revelación 14:4) 4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero,
(Juan 6:63) El espíritu es lo que es dador de vida; la carne no sirve para nada. Los dichos que yo les he hablado son espíritu y son vida.
(Juan 17:3) Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.
(Hechos 5:20) “Váyanse, y, puestos de pie en el templo, sigan hablando al pueblo todos los dichos acerca de esta vida”.
El apóstol sabía que Dios le daría iluminación espiritual. ¿Cómo reaccionamos nosotros cuando se publican aclaraciones doctrinales? ¿Procuramos entender las razones bíblicas que han motivado los cambios? (Pro. 4:18.)
(Proverbios 4:18) Pero la senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido.
(2 Samuel 23:4) entonces es como la luz de la mañana, cuando brilla el sol, una mañana sin nubes. Del resplandor, de la lluvia, hay hierba procedente de la tierra’.
(Salmo 97:11) Luz misma ha relumbrado para el justo, y regocijo aun para los rectos de corazón.
(Salmo 119:105) Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda.
(Daniel 12:4) ”Y en cuanto a ti, oh Daniel, haz secretas las palabras y sella el libro, hasta el tiempo de[l] fin. Muchos discurrirán, y el [verdadero] conocimiento se hará abundante”.
(Mateo 5:14) ”Ustedes son la luz del mundo. No se puede esconder una ciudad cuando está situada sobre una montaña.
(1 Corintios 13:12) Porque en la actualidad vemos en contorno nebuloso por medio de un espejo de metal, pero entonces será cara a cara. En la actualidad conozco parcialmente, pero entonces conoceré con exactitud así como soy conocido con exactitud.
(2 Corintios 4:6) Porque Dios es el que dijo: “De la oscuridad resplandezca la luz”, y él ha resplandecido en nuestros corazones para iluminar[los] con el glorioso conocimiento de Dios por el rostro de Cristo.
(2 Pedro 1:19) Por consiguiente, tenemos la palabra profética [hecha] más segura; y ustedes hacen bien en prestarle atención como a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro, hasta que amanezca el día y el lucero se levante, en sus corazones.
Si imitamos a los habitantes de la ciudad de Berea del siglo primero, apreciaremos aún más el privilegio de servir a Dios (Hech. 17:11). w11 15/9 2:14, 15
(Hechos 17:11) Ahora bien, estos eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así.
(Lucas 16:29) 29 Pero Abrahán dijo: ‘Tienen a Moisés y a los Profetas; que escuchen a estos’.
(Juan 5:39) 39 ”Ustedes escudriñan las Escrituras, porque piensan que por medio de ellas tendrán la vida eterna; y estas son las mismas que dan testimonio acerca de mí.
(Proverbios 14:15) 15 Cualquiera que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos.

*** w11 15/9 ¿Hemos hecho de Jehová nuestra herencia? ***

¿Hemos hecho de Jehová nuestra herencia?
“Sigan [...] buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas.” (MAT. 6:33)
¿QUÉ nos viene a la mente cuando leemos en la Biblia la palabra Israel? Tal vez pensemos en que así se llamaron Jacob —uno de los hijos de Isaac— y la nación formada por sus descendientes. Pero las Escrituras también utilizan este nombre en sentido simbólico. Normalmente se refiere al “Israel de Dios”, es decir, los 144.000 cristianos que Jehová ha ungido con su espíritu para ser reyes y sacerdotes en el cielo (Gál. 6:16; Rev. 7:4; 21:12). Ahora bien, en Mateo 19:28 esta palabra se usa de un modo diferente al hablar de “las doce tribus de Israel”. Examinemos ese pasaje.
2 Jesús dijo: “En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel”. En este versículo, ¿quiénes son “las doce tribus de Israel”? Son las personas que serán juzgadas por los discípulos ungidos de Jesús y que podrán vivir para siempre en el Paraíso. Todas ellas se beneficiarán de la labor de los 144.000 sacerdotes.
3 Al igual que los levitas y los sacerdotes de la antigüedad, los cristianos ungidos aprecian muchísimo el privilegio de servir a Jehová (Núm. 18:20). Claro, no esperan que él les entregue como posesión algún lugar en la Tierra. Pero sí anhelan el día en que serán reyes y sacerdotes junto a Jesucristo en el cielo, donde, tal como indica Revelación 4:10, 11, seguirán prestando servicio a Dios (Eze. 44:28).
4 Ahora bien, mientras están en la Tierra, ¿cómo demuestran que Jehová es su herencia? Con su forma de vivir indican que nada hay tan importante para ellos como servirle. Además, cifran su fe en el sacrificio redentor de Cristo y obedecen sus mandatos. De este modo, hacen “seguros para sí su llamamiento y selección” (2 Ped. 1:10). Naturalmente, no todos gozan de las circunstancias más favorables, pero no utilizan sus limitaciones como excusa para aflojar el paso. Al contrario, se esfuerzan por darle el máximo a Dios. ¡Qué buen ejemplo para quienes esperan vivir eternamente en la Tierra!
5 Todos los cristianos, sean o no ungidos, deben cumplir este mandato de Jesús: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo” (Mat. 16:24). De hecho, ese es el espíritu con el que adoran a Dios y siguen a Cristo millones de personas que anhelan vivir en el Paraíso. En lugar de regirse por la ley del mínimo esfuerzo, hacen tanto como les permiten sus posibilidades. Muchos simplifican su vida y emprenden el precursorado regular. Algunos sirven de precursores auxiliares varios meses. Y otros, aunque no pueden ser precursores, se esfuerzan todo lo que pueden en el ministerio. Son como la fiel María que aplicó aceite perfumado a Jesús. ¿Qué dijo él sobre aquel gesto? “Ella ha hecho una obra buena conmigo. [...] Lo que ella podía hacer, lo hizo.” (Mar. 14:6-8, Comentario al Evangelio de Marcos, de F. Lentzen-Deis.) Desde luego, no siempre es fácil dar el máximo a Jehová, pues vivimos en un mundo dominado por Satanás. Aun así, ponemos todo nuestro empeño y confiamos en nuestro Padre celestial. Veamos cuatro campos en los que podemos actuar así.
Buscar primero el Reino de Dios
6 Jesús enseñó que sus discípulos han de buscar primero el Reino y la justicia de Dios. ¡Qué diferentes son “los hombres de este sistema de cosas, cuya parte correspondiente está en esta vida”! (Léase Salmo 17:1, 13-15.) Estas palabras indican que no pueden aspirar a nada más que lo que ofrece la vida actual. ¿Por qué? Porque no se acuerdan de su Creador y solo se preocupan por mejorar su nivel económico, formar una familia y legar a sus hijos todo el dinero que puedan. Pero nosotros queremos ser como David. Para él era mucho más importante labrarse “un buen nombre” ante Jehová, tal y como su hijo Salomón recomendó más tarde (Ecl. 7:1, nota). Al igual que Asaf, David constató por experiencia propia que ninguna otra cosa es más importante ni reporta tantas satisfacciones como ser amigo de Jehová. Así piensan también muchos cristianos de nuestro tiempo y por eso anteponen las actividades espirituales a todo lo demás, incluido el trabajo.
7 Veamos el caso de Jean-Claude, un superintendente casado y con tres hijos que vive en la República Centroafricana. Un día, su jefe de producción le notificó que le iba a cambiar el horario y pasaría a trabajar los siete días de la semana desde las seis y media de la noche. Hay que aclarar que en ese país no abundan los empleos, por lo que la mayoría de la gente hace lo que sea con tal de conservarlos. ¿Cómo reaccionó Jean-Claude? Le explicó al jefe que su deber no era solo ganarse el pan, sino también cuidar espiritualmente de su familia y atender su congregación. La respuesta que recibió fue terminante: “Bastante suerte tienes con poder trabajar. Más te valdría dejar a un lado a tu mujer, tus hijos y tus problemas. Dedícate a la empresa y punto. Tú decides: o tu religión, o tu trabajo”. De estar en su lugar, ¿qué habríamos hecho nosotros? Jean-Claude estaba convencido de que, si se quedaba desempleado, Jehová cuidaría de él. Por tanto, decidió seguir muy ocupado en sus labores cristianas, con la confianza de que Dios le ayudaría a sostener a su familia. Cuando llegó la siguiente reunión, asistió como de costumbre y luego se preparó para ir a trabajar, sin saber si al llegar lo despedirían. Entonces sonó su teléfono y le dieron la noticia: habían echado a su jefe. ¡Nuestro hermano no se había quedado en la calle!
8 Muchos cristianos que han visto peligrar su empleo se han preguntado: “Si me quedo sin trabajo, ¿cómo mantendré a mi familia?” (1 Tim. 5:8). Sea que hayamos pasado por esta situación o no, sabemos que Jehová nunca abandona a quienes lo tienen como herencia y aprecian el privilegio de servirle. De hecho, es muy posible que hayamos comprobado por experiencia propia lo cierta que es esta promesa de Jesús: “Sigan [...] buscando primero el reino [...], y todas estas otras cosas [como la comida y la ropa] les serán añadidas” (Mat. 6:33).
9 Pensemos de nuevo en la tribu de Leví. No había heredado ninguna tierra. Sin embargo, como su principal ocupación era el servicio sagrado, podía contar con el cuidado de Jehová, quien le había dado esta garantía: “Yo soy la parte que te corresponde, y tu herencia” (Núm. 18:20). Aunque nosotros no servimos en un santuario construido por el hombre, hacemos bien en mostrar la misma actitud que los sacerdotes y los levitas y confiar en que Dios nos dará lo necesario. Al ir acercándonos al fin, esta fe es cada vez más importante (Rev. 13:17).
Buscar primero la justicia de Dios
10 Jesús también exhortó a sus discípulos a buscar primero la justicia de Dios (Mat. 6:33). Por eso, cuando hemos de determinar si algo está bien o mal, nos guiamos por lo que dice Jehová, y no por lo que opinan los hombres (léase Isaías 55:8, 9). Pongamos un ejemplo. Antes de estudiar la Biblia, algunas personas cultivaban o vendían tabaco, fabricaban o vendían armas de guerra o se dedicaban a la instrucción militar. Sin embargo, al aprender la verdad, muchos decidieron cambiar de ocupación y pudieron bautizarse (Isa. 2:4; 2 Cor. 7:1; Gál. 5:14).
11 Una de tales personas fue Andrew, quien conoció la verdad junto con su esposa y tomó la determinación de servir a Dios. Aunque estaba muy orgulloso de su carrera, decidió dejarla. ¿Por qué? Porque veía que era incompatible con el principio de neutralidad cristiana y quería poner en primer lugar la justicia divina. Cuando se quedó sin trabajo, solo disponía de dinero para alimentar a sus dos hijos durante unos pocos meses. En cierto sentido, su situación era como la de los levitas, quienes no poseían ninguna herencia material. Pero confió en Jehová y salió a buscar un nuevo empleo. ¿Cómo le ha ido desde entonces a esta familia? Han visto que “la mano de Jehová” nunca se queda corta (Isa. 59:1). Lo que es más, al llevar una vida sencilla, Andrew y su esposa han podido servir de tiempo completo. “Hemos pasado momentos de preocupación a causa del dinero, la vivienda, la salud e incluso la edad —admite—. Pero siempre hemos contado con el apoyo de Jehová. [...] Cuando mi esposa y yo reflexionamos en el pasado, llegamos a la conclusión de que no existe empresa más noble y remuneradora que servir a Jehová.” (Ecl. 12:13.)
12 Jesús dijo a sus discípulos: “Si tienen fe del tamaño de un grano de mostaza, dirán a esta montaña: ‘Transfiérete de aquí allá’, y se transferirá, y nada les será imposible” (Mat. 17:20). En armonía con estas palabras, todos deberíamos preguntarnos: “¿Seguiría yo buscando primero la justicia de Dios aunque ello significara pasar por ciertas dificultades?”. Si no estamos seguros de que seríamos capaces de hacerlo, ¿por qué no les pedimos a otros hermanos que nos cuenten cómo los ha ayudado Jehová? Seguro que sus testimonios fortalecen nuestra fe.
Apreciar el medio que Dios usa para alimentarnos
13 Quienes valoran el privilegio de servir a Jehová pueden confiar en que él siempre cuidará de ellos, tal como cuidó de los levitas. Y no solo cubrirá sus necesidades físicas, sino también las espirituales. Recordemos el caso de David: hasta en lo más profundo de una cueva podía contar con la ayuda de Dios. Nosotros debemos mostrar la misma confianza incluso cuando no veamos la salida a nuestros problemas. Y no olvidemos el ejemplo de Asaf: él logró ver sus preocupaciones desde otra perspectiva al “entrar en el magnífico santuario de Dios” (Sal. 73:17). Igualmente, nosotros conseguiremos fortaleza espiritual si acudimos a Jehová. Así le demostraremos que, pase lo que pase, valoramos muchísimo el privilegio de adorarlo y tenerlo como nuestra herencia.
14 En ocasiones se nos aclaran algunas de “las cosas profundas de Dios” (1 Cor. 2:10-13). ¿Cómo respondemos a la iluminación con la que Jehová nos ayuda a comprender cada vez mejor su Palabra? Deberíamos actuar como el apóstol Pedro. En cierta ocasión, Jesús dijo a sus oyentes: “A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes”. Hubo quienes tomaron sus palabras al pie de la letra y dijeron: “Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?”. Como resultado, “se fueron a las cosas de atrás”. En cambio, notemos lo que le dijo Pedro a Jesús: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna” (Juan 6:53, 60, 66, 68).
15 A decir verdad, el apóstol no terminó de entender a qué se refería Jesús al hablar de comer su carne y beber su sangre. Pero eso no lo inquietó, pues sabía que Dios le daría iluminación espiritual. ¿Qué hay de nosotros? ¿Cómo reaccionamos cuando se publican aclaraciones doctrinales? ¿Procuramos entender las razones bíblicas que han motivado los cambios? (Pro. 4:18.) Deberíamos parecernos a los habitantes de la ciudad de Berea del siglo primero, quienes “recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente” (Hech. 17:11). Si los imitamos, apreciaremos aún más el privilegio de servir a Dios y tenerle como nuestra herencia.
Casarse “solo en el Señor”
16 Otros cristianos han demostrado que respetan la voluntad de Dios obedeciendo el mandato de casarse “solo en el Señor”, aunque esto signifique quedarse solteros (1 Cor. 7:39). Todos ellos deben confiar en que Jehová les brindará su cuidado y su cariño. Además, cuando les invada la soledad o el desánimo, han de acudir a él y contarle sus inquietudes, tal como hizo David: “Delante de él seguí derramando mi preocupación; delante de él continué informando acerca de mi propia angustia, cuando mi espíritu desmayó dentro de mí” (Sal. 142:1-3). Es probable que el profeta Jeremías también se sintiera así a veces, pues durante décadas llevó a cabo su ministerio sin el apoyo de un cónyuge. Su animador ejemplo se analiza en el capítulo 8 del libro Dios nos habla mediante Jeremías.
17 Cierta hermana que vive en Estados Unidos explica su situación: “No es que quiera quedarme soltera para siempre. Simplemente, estoy esperando a encontrar la persona adecuada para casarme. Mi madre, que no es Testigo, intentó convencerme para que aprovechara cualquier ocasión que se me presentara. Pero le pregunté: ‘Si me caso con el primero que aparezca y el matrimonio sale mal, ¿te harás tú responsable?’. Con el tiempo, se dio cuenta de que yo tenía un trabajo estable, sabía cuidar de mí misma y que era feliz como estaba. Así que me dejó tranquila”. ¿Qué hace esta hermana cuando la embarga la soledad? Ella misma responde: “Me refugio en Jehová. Él nunca me abandona”. ¿Qué la ha ayudado a confiar en Dios? “La oración —cuenta—. Orar me recuerda que él es alguien real en mi vida y que siempre está a mi lado. ¿Cómo no voy a sentirme feliz y especial, si disfruto de conexión directa con el Rey del universo?” No le cabe ninguna duda de que “hay más felicidad en dar que en recibir”, y por eso afirma: “Procuro ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Cada vez que pienso: ‘¿Qué puedo hacer por tal o cual persona?’, me siento muy bien” (Hech. 20:35). Es obvio que esta cristiana valora muchísimo el privilegio de servir a Jehová y tenerle como herencia.
18 Sin importar cuál sea nuestra situación personal, podemos lograr que Jehová sea nuestra herencia. De este modo, tendremos la dicha incomparable de formar parte de su pueblo (2 Cor. 6:16, 17). Lo que es más, disfrutaremos del mismo privilegio que otros siervos fieles del pasado: no solo tendremos a Jehová como nuestra herencia, sino que nosotros seremos la herencia de Jehová (léase Deuteronomio 32:9, 10). ¡Qué maravilloso es saber que, tal como hizo con Israel, él cuidará de cada uno de nosotros como su valiosa posesión! (Sal. 17:8.)
[Nota]
Véase la revista ¡Despertad! de noviembre de 2009, páginas 12 a 14.
¿Qué hemos aprendido?
Explique cómo hacemos de Jehová nuestra herencia en los siguientes campos:
• Buscar primero el Reino y la justicia de Dios
• Apreciar el medio que Dios usa para alimentarnos
• Respetar el mandato bíblico de casarnos “solo en el Señor”
[Preguntas del estudio]
 1, 2. a) ¿A quiénes se refiere la expresión “el Israel de Dios” que aparece en Gálatas 6:16? b) ¿Quiénes son “las doce tribus de Israel” mencionadas en Mateo 19:28?
 3, 4. ¿Qué excelente ejemplo dan los fieles ungidos?
 5. ¿Qué debemos hacer para tener a Jehová como herencia, y por qué no siempre es fácil?
 6. a) ¿Por qué puede decirse que la única herencia de la gente del mundo está en esta vida? b) ¿Por qué es sabio imitar la actitud de David?
 7. ¿Qué bendición recibió un hermano por buscar primero el Reino?
 8, 9. ¿De qué forma demostraremos, como los sacerdotes y levitas, que tenemos a Jehová como herencia?
10, 11. ¿Cómo han demostrado algunas personas confianza en Jehová en cuestiones de empleo? Mencione algún ejemplo.
12. ¿Qué cualidad necesitamos para seguir buscando primero la justicia de Dios? Relate algún caso del lugar donde vive.
13. ¿En qué pueden confiar quienes se esfuerzan por servir a Jehová?
14, 15. ¿Cómo debemos reaccionar cuando se publican aclaraciones sobre el significado de algún pasaje bíblico, y por qué?
16. ¿Qué debemos hacer para cumplir el mandato de 1 Corintios 7:39 y tener a Jehová como herencia?
17. ¿Cómo logra cierta hermana superar los momentos de soledad?
18. ¿Cómo podemos convertirnos nosotros en la herencia de Jehová?