jueves, 11 de abril de 2013

Lectura de la Biblia abril 11 de 2013


(Job 29:1-25) Y Job procedió de nuevo a alzar su expresión proverbial, y pasó a decir:  2 “¡Ah, que estuviera yo como en los meses lunares de mucho tiempo atrás, como en los días en que Dios me guardaba;  3 cuando hacía brillar su lámpara sobre mi cabeza, [cuando] yo andaba [por la] oscuridad a su luz;  4 tal como me hallaba en los días de mi madurez, cuando la intimidad con Dios estaba en mi tienda;  5 cuando el Todopoderoso estaba todavía conmigo, [cuando] mis servidores estaban todo en derredor de mí!  6 Cuando yo lavaba mis pasos en mantequilla, y la roca seguía derramando corrientes de aceite para mí;  7 cuando salía a la puerta junto al pueblo, ¡en la plaza pública preparaba mi asiento!  8 Los muchachos me veían y se escondían, y hasta los de edad se levantaban, se ponían de pie.  9 Príncipes mismos restringían palabras, y la palma de la mano se ponían sobre la boca. 10 La voz de los caudillos mismos estaba escondida, y la lengua misma se les pegaba al paladar. 11 Porque el oído mismo escuchaba y procedía a pronunciarme feliz, y el ojo mismo veía y procedía a dar testimonio a favor de mí. 12 Porque yo libraba al afligido que clamaba por ayuda, y al huérfano de padre y a cualquiera que no tuviera ayudador. 13 La bendición del que estaba a punto de perecer... sobre mí venía, y el corazón de la viuda yo alegraba. 14 Con justicia me vestí, y esta me vestía. Mi equidad era como vestidura sin mangas... y turbante. 15 Ojos llegué a ser yo para el ciego; y pies para el cojo era yo. 16 Era un verdadero padre para los pobres; y la causa judicial de alguien a quien no conocía... yo la examinaba. 17 Y quebraba las mandíbulas del malvado, y de sus dientes arrancaba la presa. 18 Y solía decir: ‘Dentro de mi nido expiraré, y como los granos de arena multiplicaré [mis] días. 19 Mi raíz está abierta para las aguas, y el rocío mismo pasará la noche sobre mi rama mayor. 20 Mi gloria está fresca conmigo, y mi arco en mi mano disparará repetidas veces’. 21 A mí me escuchaban; y esperaban, y quedaban callados para [recibir] mi consejo. 22 Después de mi palabra no volvían a hablar, y sobre ellos goteaba mi palabra. 23 Y me esperaban como a la lluvia, y abrían bien la boca para la lluvia primaveral. 24 Yo les sonreía —no [lo] creían— y la luz de mi rostro no echaban abajo. 25 Yo les escogía el camino, y estaba sentado como cabeza; y residía como un rey entre [sus] tropas, como quien consuela a los que están de duelo.

(Job 30:1-31) ”Y ahora se han reído de mí, aquellos más jóvenes que yo en días, cuyos padres yo hubiera rehusado colocar con los perros de mi rebaño.  2 Aun el poder de sus manos... ¿de qué me servía? En ellos el vigor ha perecido.  3 A causa de carencia y hambre son estériles, y roen una región árida, [donde] ayer hubo tempestad y desolación.  4 Andaban arrancando la hierba salina junto a los matorrales, y la raíz de retamas era su alimento.  5 De la comunidad se los expulsaba; la gente les gritaba como a un ladrón.  6 [Tienen] que residir en la ladera misma de valles torrenciales, en agujeros del polvo y en rocas.  7 Entre los matorrales clamaban; bajo las ortigas se aglomeraban.  8 Hijos del insensato, también hijos del innominado, a azotes han sido echados del país.  9 Y ahora he venido a ser hasta el tema de su canción, y les sirvo de refrán. 10 Me han detestado, se han mantenido lejos de mí; y de mi rostro no detuvieron [su] esputo. 11 Pues él aflojó la propia cuerda de [mi] arco y procedió a humillarme, y el freno lo dejaron suelto a causa de mí. 12 A [mi] diestra se levantan como camada; han dejado mis pies libres, pero procedieron a levantar contra mí sus desastrosas barreras. 13 Han demolido mis veredas; fueron de provecho solo para adversidad mía, sin que tuvieran ayudador alguno. 14 Como por brecha ancha proceden a venir; bajo una tempestad han venido rodando. 15 Terrores repentinos han sido vueltos sobre mí; se hace que mi noble porte huya como el viento, y cual nube ha pasado mi salvación. 16 Y ahora mi alma se derrama dentro de mí; días de aflicción se apoderan de mí. 17 De noche mis huesos mismos han sido taladrados [y han caído] de mí, y [dolores] que me roen no descansan. 18 Por la abundancia de poder le sobreviene un cambio a mi prenda de vestir; como el cuello de mi vestido talar me ciñe. 19 Él me ha bajado al barro, de modo que me muestro como polvo y ceniza. 20 Clamo a ti por ayuda, pero no me respondes; me he puesto de pie, para que te muestres atento a mí. 21 Te cambias para hacerte cruel para conmigo; con el pleno poder de tu mano me abrigas animosidad. 22 Me alzas al viento, me haces cabalgar [en él]; entonces me disuelves con un estallido. 23 Porque bien sé yo que me harás volver a la muerte, y a la casa de reunión para todo viviente. 24 Solo que nadie alarga la mano contra un simple montón de ruinas, ni durante la decadencia de uno hay un clamor por ayuda respecto a esas cosas. 25 Ciertamente he llorado por el que tuvo un día duro; mi alma se ha desconsolado por el pobre. 26 Aunque esperé el bien, no obstante vino el mal; y seguí aguardando la luz, pero vinieron las tinieblas. 27 Se hizo que mis propios intestinos hirvieran, y estos no guardaron silencio; se presentaron días de aflicción delante de mí. 28 Entristecido anduve por todos lados cuando no había luz del sol; me levanté en la congregación, seguí clamando por ayuda. 29 Hermano para los chacales vine a ser, y compañero para las hijas del avestruz. 30 Mi misma piel se ennegreció [y cayó] de sobre mí, y mis huesos mismos se pusieron calientes de sequedad. 31 Y mi arpa llegó a ser meramente para duelo, y mi caramillo para la voz de los que lloran.

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