viernes, 5 de abril de 2013

Lectura de la Biblia abril 5 de 2013




(Jeremías 1:1-6:30) Las palabras de Jeremías hijo de Hilquías, uno de los sacerdotes que estaban en Anatot, en la tierra de Benjamín; 2 a quien le ocurrió la palabra de Jehová en los días de Josías hijo de Amón, el rey de Judá, en el año decimotercero de reinar él. 3 Y esta siguió ocurriendo en los días de Jehoiaquim hijo de Josías, el rey de Judá, hasta la terminación del año undécimo de Sedequías hijo de Josías, el rey de Judá, hasta que Jerusalén se fue al destierro en el mes quinto. 4 Y empezó a ocurrirme la palabra de Jehová, diciendo: 5 “Antes de estar formándote en el vientre, te conocí; y antes que procedieras a salir de la matriz, te santifiqué. Profeta a las naciones te hice”. 6 Pero yo dije: “¡Ay, oh Señor Soberano Jehová! Mira que realmente no sé hablar, pues solo soy un muchacho”. 7 Y Jehová pasó a decirme: “No digas: ‘Solo soy un muchacho’. Antes bien, a todos aquellos a quienes te envíe, debes ir; y todo lo que yo te mande, debes hablar. 8 No tengas miedo a causa de sus rostros, porque: ‘Yo estoy contigo para librarte’, es la expresión de Jehová”. 9 En esto, Jehová alargó la mano e hizo que esta me tocara la boca. Entonces me dijo Jehová: “Mira que he puesto mis palabras en tu boca. 10 Ve, te he comisionado este día para estar sobre las naciones y sobre los reinos, para desarraigar y para demoler y para destruir y para derruir, para edificar y para plantar”. 11 Y siguió ocurriéndome la palabra de Jehová, y dijo: “¿Qué estás viendo, Jeremías?”. De modo que dije: “Un retoño de almendro es lo que estoy viendo”. 12 Y Jehová pasó a decirme: “Has visto bien, porque me mantengo despierto respecto a mi palabra para ponerla por obra”. 13 Y procedió a ocurrirme la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: “¿Qué estás viendo?”. De modo que dije: “Una olla con boca ancha a la que se sopla es lo que estoy viendo, y su boca está alejada del norte”. 14 Ante esto, Jehová me dijo: “Desde el norte se soltará la calamidad contra todos los habitantes de la tierra. 15 Porque ‘¡mira!, voy a mandar a llamar a todas las familias de los reinos del norte —es la expresión de Jehová—; y ciertamente vendrán y colocarán cada cual su trono a la entrada de las puertas de Jerusalén, y contra todos sus muros en derredor y contra todas las ciudades de Judá. 16 Y ciertamente hablaré con ellos mis juicios por toda su maldad, puesto que me han dejado y siguen haciendo humo de sacrificio a otros dioses e inclinándose ante las obras de sus propias manos’. 17 ”Y en cuanto a ti, debes ceñirte las caderas, y tienes que levantarte y hablarles todo lo que yo mismo te mande. No te sobrecojas de terror alguno a causa de ellos, para que yo no te infunda terror delante de ellos. 18 Pero en cuanto a mí, aquí he hecho de ti hoy una ciudad fortificada y una columna de hierro y muros de cobre contra todo el país, para con los reyes de Judá, para con sus príncipes, para con sus sacerdotes y para con la gente de la tierra. 19 Y de seguro pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti, porque: ‘Yo estoy contigo —es la expresión de Jehová— para librarte’”. 
2 Y procedió a ocurrirme la palabra de Jehová, y dijo: 2 “Ve, y tienes que clamar a oídos de Jerusalén, y decir: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Bien recuerdo, por parte tuya, la bondad amorosa de tu juventud, el amor mientras estuviste comprometida para casarte, tu andar en pos de mí en el desierto, en una tierra no sembrada. 3 Israel era cosa santa para Jehová, lo primero en producto para Él”’. ‘Cualesquiera personas que lo devoraban se hacían culpables. Calamidad misma venía sobre ellas’, fue la expresión de Jehová”. 4 Oigan la palabra de Jehová, oh casa de Jacob, y todos ustedes las familias de la casa de Israel. 5 Esto es lo que ha dicho Jehová: “¿Qué han hallado sus padres en mí que fuera injusto, para que se hayan alejado de mí, y siguieran andando tras el ídolo vano y se hicieran vanos ellos mismos? 6 Y no han dicho: ‘¿Dónde está Jehová, Aquel que nos hizo subir de la tierra de Egipto, Aquel que nos llevó andando por el desierto, por una tierra de llanura desértica y de hoyo, por una tierra falta de agua, y de sombra profunda, por una tierra a través de la cual ningún hombre pasó y en la cual no moró hombre terrestre alguno?’. 7 ”Y gradualmente los traje a una tierra del huerto, para que comieran su fruto y sus cosas buenas. Pero ustedes entraron y contaminaron mi tierra; y de mi propia herencia hicieron algo detestable. 8 Los sacerdotes mismos no dijeron: ‘¿Dónde está Jehová?’. Y los mismísimos que manejaban la ley no me conocieron; y los pastores mismos transgredieron contra mí, y hasta los profetas profetizaron por Baal, y anduvieron en pos de los que no podían traer provecho. 9 ”‘Por lo tanto, contenderé más con ustedes —es la expresión de Jehová—, y con los hijos de sus hijos contenderé.’ 10 ”‘Pero pasen a las tierras costaneras de los kitim y vean. Sí, envíen hasta a Quedar y den su consideración especial, y vean si ha sucedido cosa parecida a esta. 11 ¿Ha hecho una nación intercambio de dioses, aun por los que no son dioses? Pero mi propio pueblo ha cambiado mi gloria por lo que no puede traer provecho. 12 Fijen su mirada asombrada, oh cielos, en esto; y erícense en muy grande horror —es la expresión de Jehová—, 13 porque hay dos cosas malas que mi pueblo ha hecho: Me han dejado hasta a mí, la fuente de agua viva, para labrarse cisternas, cisternas rotas, que no pueden contener el agua.’ 14 ”‘¿Es Israel un siervo, o un esclavo nacido en la casa? ¿Por qué ha venido a ser para saqueo? 15 Contra él rugen los leoncillos crinados; han dado su voz. Y se pusieron a hacer de su tierra un objeto de pasmo. Sus propias ciudades han sido incendiadas, de modo que no hay habitante. 16 Hasta los hijos de Nof y Tahpanés mismos siguieron alimentándose de ti en la coronilla de la cabeza. 17 ¿No es esto lo que procediste a hacer a ti misma al dejar a Jehová tu Dios durante el tiempo en que [él] te llevaba andando por el camino? 18 Y ahora, ¿qué debe importarte el camino de Egipto para que bebas las aguas de Sihor? Y ¿qué debe importarte el camino de Asiria para que bebas las aguas del Río? 19 Tu maldad debe corregirte, y tus propios actos de infidelidad deben censurarte. Sabe, pues, y ve que el que dejes a Jehová tu Dios es cosa mala y amarga, y ningún pavor de mí te [ha resultado]’, es la expresión del Señor Soberano, Jehová de los ejércitos. 20 ”‘Porque hace mucho que hice pedazos tu yugo; rompí tus ataduras. Pero dijiste: “No voy a servir”, porque sobre toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso estabas echada despatarrada, prostituyéndote. 21 Y en cuanto a mí, yo te había plantado como una vid roja selecta, toda ella semilla verdadera. ¿Cómo, pues, has sido cambiada para conmigo en los [sarmientos] degenerados de una vid extranjera?’ 22 ”‘Pero aunque hicieras el lavado con álcali y tomaras para ti grandes cantidades de lejía, tu error ciertamente sería una mancha delante de mí’, es la expresión del Señor Soberano Jehová. 23 ¿Cómo puedes decir: ‘No me he contaminado. Tras los Baales no he andado’? Ve tu camino en el valle. Fíjate en lo que has hecho. Una camella joven veloz que va corriendo a la ventura de acá para allá en sus caminos; 24 una cebra acostumbrada al desierto, según el vehemente deseo de su alma, aspirando con avidez el viento; en el tiempo de su cópula, ¿quién puede volverla atrás? Ninguno que la busca tendrá que rendirse de cansancio. En su mes la hallarán. 25 Retén tu pie de [llegar a estar] descalzo, y tu garganta de la sed. Pero tú procediste a decir: ‘¡No hay remedio! No, sino que me he enamorado de extraños, y tras ellos voy a andar’. 26 ”Como con la vergüenza de un ladrón cuando se le descubre, así los de la casa de Israel han sentido vergüenza, ellos, sus reyes, sus príncipes y sus sacerdotes y sus profetas. 27 Están diciendo a un árbol: ‘Tú eres mi padre’, y a una piedra: ‘Tú misma me diste a luz’. Pero hacia mí han vuelto la cerviz, y no el rostro. Y en el tiempo de su calamidad dirán: ‘¡Levántate, sí, y sálvanos!’. 28 ”¿Pero dónde están tus dioses que has hecho para ti? Que se levanten, si pueden salvarte en el tiempo de tu calamidad. Porque tantos como el número de tus ciudades han llegado a ser tus dioses, oh Judá. 29 ”‘¿Por qué siguen ustedes contendiendo contra mí? ¿Por qué han transgredido, todos ustedes, contra mí?’, es la expresión de Jehová. 30 Sin que surta efecto he golpeado a sus hijos. Ninguna disciplina aceptaron ellos. La espada de ustedes ha devorado a sus profetas, como león que está causando ruina. 31 Oh generación, vean ustedes mismos la palabra de Jehová. ”¿He llegado a ser yo un mero desierto para Israel, o una tierra de intensa oscuridad? ¿Por qué han dicho estos, mi pueblo: ‘Hemos vagado. No volveremos más a ti’? 32 ¿Puede una virgen olvidar sus adornos, una novia sus fajas para los pechos? Y no obstante, mi propio pueblo... ellos me han olvidado innumerables días. 33 ”¿Por qué, oh mujer, mejoras tu camino a fin de buscar amor? Por eso, también ha sido en cosas malas que has enseñado tus caminos. 34 También, en tus faldas se han hallado las marcas de sangre de las almas de los inocentes pobres. No las he hallado en el acto de forzar la entrada, sino [que están] sobre todas estas. 35 ”Pero dices: ‘He permanecido inocente. De seguro su cólera se ha vuelto de contra mí’. ”¡Mira!, voy a entrar en controversia contigo por decir tú: ‘No he pecado’. 36 ¿Por qué tratas como muy insignificante el cambiar tu camino? De Egipto, también, te avergonzarás, tal como te avergonzaste de Asiria. 37 Por esta causa también saldrás con las manos sobre tu cabeza, porque Jehová ha rechazado los objetos de tu confianza, y no tendrás éxito con ellos”. 
3 Hay un dicho: “Si un hombre despidiera a su esposa y ella realmente se fuera de él y llegara a ser de otro hombre, ¿debiera él volver más a ella?”. ¿Acaso esa tierra no se ha contaminado positivamente? “Y tú misma has cometido prostitución con muchos compañeros; y ¿debe haber un volver a mí? —es la expresión de Jehová—. 2 Alza los ojos a las sendas trilladas y ve. ¿Dónde no se te ha forzado? A la orilla de los caminos te has sentado por ellos, como un árabe en el desierto; y sigues contaminando la tierra con tus actos de prostitución y tu maldad. 3 De modo que se retienen los chaparrones copiosos, y ni siquiera ha ocurrido una lluvia primaveral. Y la frente de una esposa que comete prostitución ha llegado a ser tuya. Has rehusado sentirte humillada. 4 ¿Acaso desde ahora has clamado a mí: ‘¡Padre mío, tú eres el amigo íntimo de mi juventud! 5 ¿Debe uno quedarse resentido hasta tiempo indefinido, o seguir vigilando [algo] para siempre?’? ¡Mira! Has hablado, y pasaste a hacer cosas malas y a prevalecer.” 6 Y Jehová procedió a decirme en los días de Josías el rey: “‘¿Has visto lo que ha hecho la infiel Israel? Está yendo sobre toda montaña alta y debajo de todo árbol frondoso, para cometer prostitución allí. 7 Y después de haber hecho ella todas estas cosas yo seguí diciendo que se volviera aun a mí, pero no se volvió; y Judá siguió mirando a su propia hermana traicionera. 8 Cuando llegué a ver eso, por la mismísima razón de que la infiel Israel había cometido adulterio, la despedí y procedí a darle el certificado de su pleno divorcio; no obstante, su hermana Judá, la traicionera en sus tratos, no se atemorizó, sino que ella misma también empezó a ir y cometer prostitución. 9 Y la prostitución de ella ocurrió debido a [su] concepto frívolo, y siguió contaminando la tierra y cometiendo adulterio con piedras y con árboles; 10 y a pesar de todo esto, su hermana traicionera, Judá, no se volvió a mí con todo su corazón, sino solo falsamente’, es la expresión de Jehová”. 11 Y Jehová pasó a decirme: “La infiel Israel ha demostrado que su propia alma es más justa que Judá, la traicionera en sus tratos. 12 Ve, y tienes que proclamar estas palabras al norte y decir: ”‘“De veras vuélvete, oh renegada Israel”, es la expresión de Jehová’. ‘“No haré caer mi rostro [airadamente] sobre ustedes, porque soy leal”, es la expresión de Jehová.’ ‘“No me quedaré resentido hasta tiempo indefinido. 13 Solo fíjate en tu error, porque es contra Jehová tu Dios contra quien has transgredido. Y continuaste esparciendo tus caminos a los extraños debajo de todo árbol frondoso, pero ustedes no escucharon mi voz”, es la expresión de Jehová’”. 14 “Vuélvanse, oh hijos renegados —es la expresión de Jehová—. Porque yo mismo he llegado a ser su dueño marital; y ciertamente los tomaré, uno de una ciudad y dos de una familia, y ciertamente los traeré a Sión. 15 Y de veras les daré pastores de acuerdo con mi corazón, y ellos ciertamente los apacentarán con conocimiento y perspicacia. 16 Y tiene que suceder que ustedes llegarán a ser muchos y ciertamente darán fruto en la tierra en aquellos días —es la expresión de Jehová—. Ya no dirán ellos: ‘¡El arca del pacto de Jehová!’, ni subirá ella al corazón, ni se acordarán de ella ni la echarán de menos, y no se hará más. 17 En aquel tiempo llamarán a Jerusalén el trono de Jehová; y a ella todas las naciones tienen que ser reunidas al nombre de Jehová en Jerusalén, y ya no andarán tras la terquedad de su mal corazón.” 18 “En aquellos días andarán, la casa de Judá al lado de la casa de Israel, y juntas saldrán de la tierra del norte a la tierra que di como posesión hereditaria a los antepasados de ustedes. 19 Y yo mismo he dicho: ‘¡Oh, cómo procedí a colocarte entre los hijos y a darte la tierra deseable, la posesión hereditaria del adorno de los ejércitos de las naciones!’. Y dije además: ‘“¡Padre mío!”, ustedes clamarán a mí, y no se volverán de seguirme’. 20 ‘Verdaderamente, [como] una esposa se ha ido traidoramente de su compañero, así ustedes, oh casa de Israel, me han tratado traidoramente a mí’, es la expresión de Jehová.” 21 En las sendas trilladas se ha oído un sonido, el llanto, las súplicas de los hijos de Israel. Porque han torcido su camino; han olvidado a Jehová su Dios. 22 “Vuélvanse, hijos renegados. Yo sanaré su condición de renegados.” “¡Aquí estamos! Hemos venido a ti, porque tú, oh Jehová, eres nuestro Dios. 23 Verdaderamente, tanto las colinas como la bulla sobre las montañas pertenecen a la falsedad. Verdaderamente en Jehová nuestro Dios está la salvación de Israel. 24 Pero la mismísima cosa vergonzosa se ha comido el afán de nuestros antepasados desde nuestra juventud, sus rebaños y sus vacadas, sus hijos y sus hijas. 25 Nos acostamos en nuestra vergüenza, y nuestra humillación sigue cubriéndonos; porque para con Jehová nuestro Dios hemos pecado, nosotros y nuestros padres desde nuestra juventud y hasta el día de hoy, y no hemos obedecido la voz de Jehová nuestro Dios.” 
4 “Si quieres volverte, oh Israel —es la expresión de Jehová—, puedes volverte aun a mí. Y si a causa de mí quitas tus cosas repugnantes, entonces no andarás como fugitivo. 2 Y [si] ciertamente juras: ‘¡Tan ciertamente como que Jehová vive en verdad, en justicia y en rectitud!’, entonces en él las naciones realmente se bendecirán, y en él se jactarán acerca de sí mismas.” 3 Porque esto es lo que Jehová ha dicho a los hombres de Judá y a Jerusalén: “Árense tierra cultivable, y no sigan sembrando entre espinas. 4 Circuncídense a Jehová, y quiten los prepucios de sus corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén; para que no salga mi furia justamente como un fuego, y ciertamente arda sin que haya quien la extinga, a causa de la maldad de sus tratos”. 5 Anúncien[lo] en Judá, y publíquen[lo] hasta en Jerusalén, y dígan[lo], y toquen un cuerno por todo el país. Clamen fuertemente y digan: “Reúnanse, y entremos en las ciudades fortificadas. 6 Levanten una señal enhiesta hacia Sión. Provéanse amparo. No se detengan”. Porque hay una calamidad que voy a traer desde el norte, sí, un gran estallido. 7 Él ha subido como un león de su matorral, y el que está arruinando a las naciones ha partido; ha salido de su lugar a fin de poner tu tierra como un objeto de pasmo. Tus propias ciudades caerán en ruinas de manera que no habrá habitante. 8 Por este motivo, cíñanse de saco. Golpéense los pechos y aúllen, porque la cólera ardiente de Jehová no se ha vuelto de contra nosotros. 9 “Y tiene que suceder en aquel día —es la expresión de Jehová— que perecerá el corazón del rey, también el corazón de los príncipes; y los sacerdotes ciertamente tendrán que pasmarse, y los profetas mismos quedarán asombrados.” 10 Y procedí a decir: “¡Ay, oh Señor Soberano Jehová! Verdaderamente has engañado por completo a este pueblo y a Jerusalén, al decir: ‘La paz misma llegará a ser de ustedes’, y la espada ha alcanzado hasta la misma alma”. 11 En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: “Hay un viento abrasador de las sendas trilladas a través del desierto [en] el camino a la hija de mi pueblo; no es para aventar, ni para limpiar. 12 El viento mismo en su plenitud viene hasta de estas a mí. Ahora yo mismo también proferiré los juicios para con ellos. 13 ¡Miren! Como nubes de lluvia subirá él, y sus carros son como un viento de tempestad. Sus caballos son más veloces que águilas. ¡Ay de nosotros, porque se nos ha despojado con violencia! 14 Lava tu corazón para que quede limpio de pura maldad, oh Jerusalén, para que seas salvada. ¿Hasta cuándo estarán alojados dentro de ti tus pensamientos erróneos? 15 Porque una voz está anunciando desde Dan y está publicando algo perjudicial desde la región montañosa de Efraín. 16 Hagan mención [de ello], sí, a las naciones. Publíquen[lo] contra Jerusalén”. “Vigilantes vienen de un país lejano, y lanzarán su voz contra las mismísimas ciudades de Judá. 17 Como guardas del campo abierto han llegado a estar contra ella por todos lados, porque se ha rebelado hasta contra mí —es la expresión de Jehová—. 18 Tu camino y tus tratos... habrá un pagártelos a ti. Esta es la calamidad sobre ti, pues es amarga; porque ha alcanzado hasta tu mismo corazón.” 19 ¡Oh mis intestinos, mis intestinos! Estoy con fuertes dolores en las paredes de mi corazón. Mi corazón está alborotado dentro de mí. No puedo quedarme callado, porque el sonido del cuerno es lo que mi alma ha oído, la señal de alarma de la guerra. 20 Estallido sobre estallido es lo que se ha clamado, porque todo el país ha sido despojado con violencia. De repente mis tiendas han sido despojadas con violencia, en un momento mis telas de tienda. 21 ¿Hasta cuándo seguiré viendo la señal enhiesta, seguiré oyendo el sonido del cuerno? 22 Porque es tonto mi pueblo. No se han fijado en mí. Son hijos imprudentes; y no son quienes tengan entendimiento. Sabios son para hacer lo malo, pero para hacer lo bueno realmente no tienen conocimiento. 23 Vi la tierra, y, ¡mira!, [estaba] vacía y desierta; y dentro de los cielos, y su luz ya no existía. 24 Vi las montañas, y, ¡mira!, se mecían, y todas las colinas mismas recibieron un sacudimiento. 25 Vi, y, ¡mira!, no había un hombre terrestre, y todas las criaturas voladoras de los cielos habían huido. 26 Vi, y, ¡mira!, el huerto mismo era un desierto, y todas sus mismísimas ciudades habían sido demolidas. Era a causa de Jehová, a causa de su ardiente cólera. 27 Porque esto es lo que ha dicho Jehová: “Un yermo desolado es lo que toda la tierra llegará a ser, y ¿no llevaré a cabo un verdadero exterminio? 28 A causa de esto la tierra estará de duelo, y los cielos arriba ciertamente se oscurecerán. Es porque he hablado, he considerado, y no he sentido pesar, ni de ello me volveré. 29 Debido al sonido de los hombres de a caballo y los tiradores con arco, toda la ciudad está huyendo. Han entrado en los matorrales, y han subido a meterse entre las rocas. Toda ciudad es dejada, y no hay hombre que more en ellas”. 30 Ahora que tú estás violentamente despojada, ¿qué harás, puesto que solías vestirte de escarlata, puesto que solías engalanarte con adornos de oro, puesto que solías agrandar tus ojos con pintura negra? En vano solías embellecerte. Los que [te] deseaban lujuriosamente te han rechazado; siguen buscando tu misma alma. 31 Pues he oído una voz como la de una mujer enferma, angustia como la de una mujer que está dando a luz su primer hijo, la voz de la hija de Sión que sigue luchando angustiosamente para respirar. Sigue extendiendo las palmas de las manos: “¡Ay de mí, ahora, porque mi alma está cansada de los que matan!”. 
5 Anden discurriendo por las calles de Jerusalén y vean, ahora, y sepan, y busquen ustedes mismos en sus plazas públicas si acaso pueden hallar un hombre, si acaso existe alguien que haga justicia, alguien que busque fidelidad, y yo la perdonaré. 2 Aunque dijeran ellos: “¡Tan ciertamente como que Jehová vive!”, con eso estarían jurando a lo que es pura falsedad. 3 Oh Jehová, ¿no están esos ojos tuyos hacia la fidelidad? Los has golpeado, pero ellos no han enfermado. Los exterminaste. Rehusaron aceptar disciplina. Hicieron sus rostros más duros que un peñasco. Rehusaron volverse. 4 Hasta yo mismo había dicho: “De seguro son de clase baja. Obraron tontamente, porque han pasado por alto el camino de Jehová, el juicio de su Dios. 5 Yo ciertamente procederé a ir a los grandes y hablaré con ellos; porque ellos mismos tienen que haberse fijado en el camino de Jehová, el juicio de su Dios. De seguro ellos mismos tienen que haber quebrado el yugo todos juntos; tienen que haber roto las ataduras”. 6 Por eso un león del bosque los ha herido, un lobo mismo de las llanuras desérticas sigue despojándolos con violencia, un leopardo se mantiene despierto junto a sus ciudades. Todo el que sale de ellas queda despedazado. Porque sus transgresiones han llegado a ser muchas; sus actos de infidelidad han llegado a ser numerosos. 7 ¿Cómo puedo perdonarte por esta mismísima cosa? Tus propios hijos me han dejado, y siguen jurando por lo que no es Dios. Y yo seguí satisfaciéndolos, pero ellos continuaron cometiendo adulterio, y a la casa de una prostituta van en tropas. 8 Caballos sobrecogidos de calor sexual, que tienen testículos [fuertes], han llegado a ser ellos. Cada uno le relincha a la esposa de su compañero. 9 “¿No debo yo pedir cuentas a causa de estas mismísimas cosas? —es la expresión de Jehová—. O en una nación que es así, ¿no debe vengarse mi alma?” 10 “Suban ustedes contra sus filas [de vides] y arruinen, pero no hagan un verdadero exterminio. Quiten sus sarmientos que están creciendo con exuberancia, porque no pertenecen a Jehová. 11 Porque la casa de Israel y la casa de Judá positivamente han tratado traidoramente conmigo —es la expresión de Jehová—. 12 Han negado a Jehová, y siguen diciendo: ‘Él no es. Y no vendrá sobre nosotros ninguna calamidad, y no veremos espada ni hambre’. 13 Y los profetas mismos llegan a ser un viento, y la palabra no está en ellos. Así es como se les hará a ellos.” 14 Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová, el Dios de los ejércitos: “Por la razón de que ustedes están diciendo esta cosa, mira que voy a hacer que mis palabras en tu boca sean un fuego, y este pueblo será pedazos de leña, y ciertamente los devorará”. 15 “¡Mira!, voy a traer sobre ustedes una nación de lejos, oh casa de Israel —es la expresión de Jehová—. Es una nación duradera. Es una nación de mucho tiempo atrás, una nación cuyo lenguaje no conoces, y no puedes oír [con entendimiento] lo que hablan. 16 Su aljaba es como una sepultura abierta; todos ellos son hombres poderosos. 17 Ellos también ciertamente se comerán tu cosecha y tu pan. Los hombres se comerán a tus hijos y a tus hijas. Se comerán tus rebaños y tus vacadas. Se comerán tu vid y tu higuera. Destrozarán con la espada tus ciudades fortificadas en las que estás confiando.” 18 “Y aun en aquellos días —es la expresión de Jehová— no llevaré a cabo un exterminio de ustedes. 19 Y tiene que suceder que ustedes dirán: ‘¿Debido a qué razón nos ha hecho todas estas cosas Jehová nuestro Dios?’. Y tendrás que decirles: ‘Tal como ustedes me han dejado a mí y se han puesto a servir a un dios extranjero en la tierra de ustedes, así servirán ustedes a extraños en una tierra que no es de ustedes’.” 20 Anuncien esto en la casa de Jacob, y publíquenlo en Judá, y digan: 21 “Oye esto, ahora, oh pueblo imprudente que carece de corazón: Tienen ojos, pero no pueden ver; tienen oídos, pero no pueden oír. 22 ‘¿Ni siquiera a mí me temen ustedes —es la expresión de Jehová—, o no están con fuertes dolores siquiera a causa de mí, que he puesto la arena como límite para el mar, una disposición reglamentaria de duración indefinida que no puede traspasar? Aunque se agiten sus olas, no obstante no pueden prevalecer; y [aunque], en efecto, se pongan bulliciosas, no obstante no pueden traspasarlo. 23 Pero este pueblo mismo ha llegado a tener un corazón terco y rebelde; se han desviado y siguen andando en su proceder. 24 Pero no han dicho en su corazón: “Temamos, ahora, a Jehová nuestro Dios, Aquel que está dando el aguacero y la lluvia del otoño y la lluvia de la primavera en su estación, Aquel que guarda para nosotros hasta las semanas prescritas de la cosecha”. 25 Los propios errores de ustedes han apartado estas cosas, y sus propios pecados han retenido de ustedes lo que es bueno. 26 ”’Porque entre mi pueblo se ha hallado a hombres inicuos. Siguen atisbando, como cuando se agachan los pajareros. Han colocado una [trampa] ruinosa. Es a hombres a quienes atrapan. 27 Como una jaula está llena de criaturas voladoras, así sus casas están llenas de engaño. Por eso se han hecho grandes y ganan riquezas. 28 Se han puesto gordos; se han hecho brillantes. También han rebosado de cosas malas. No han defendido ninguna causa judicial, ni la causa judicial del huérfano de padre, para lograr éxito; y no han tomado a su cargo el juicio de los pobres’”. 29 “¿No debo yo pedir cuentas a causa de estas mismas cosas? —es la expresión de Jehová—, o, en una nación que es así, ¿no debe vengarse mi alma? 30 Una situación pasmosa, hasta una cosa horrible, se ha hecho que exista en el país: 31 Los profetas mismos realmente profetizan en falsedad; y en cuanto a los sacerdotes, van sojuzgando conforme a sus poderes. Y mi propio pueblo así [lo] ha amado; ¿y qué harán ustedes al final de ello?” 
6 Pónganse a cubierto, oh hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalén; y toquen el cuerno en Teqoa. Y sobre Bet-hakerem alcen una señal de fuego; porque la calamidad misma se ha asomado por el norte, aun un gran estallido. 2 La hija de Sión realmente se ha parecido a una mujer grata a la vista y de crianza melindrosa. 3 A ella procedieron a venir los pastores y sus hatos. Contra ella plantaron [sus] tiendas todo en derredor. Pacieron cada uno en su propia parte. 4 Contra ella han santificado la guerra: “¡Levántense, y subamos al mediodía!”. “¡Ay de nosotros, porque ha declinado el día, porque las sombras del atardecer siguen extendiéndose!” 5 “Levántense, y subamos durante la noche y arruinemos sus torres de habitación.” 6 Porque esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: “Corten leña y amontonen contra Jerusalén un cerco de sitiar. Es la ciudad a la cual se tiene que pedir cuentas. Ella no es otra cosa sino opresión en medio de ella. 7 Como una cisterna mantiene frescas sus aguas, así ella ha mantenido fresca su maldad. En ella se oye violencia y expoliación; enfermedad y plaga se hallan delante de mi rostro constantemente. 8 Déjate corregir, oh Jerusalén, para que mi alma no se aparte de ti disgustada; para que no te ponga como un yermo desolado, una tierra no habitada”. 9 Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: “Sin falta rebuscarán al resto de Israel tal como a una vid. Vuelve a poner tu mano como uno que está vendimiando sobre los zarcillos de las vides”. 10 “¿A quién hablaré y advertiré, para que oigan? ¡Mira! Su oído es incircunciso, de manera que no pueden prestar atención. ¡Mira! La mismísima palabra de Jehová ha venido a ser para ellos un oprobio, en la cual [palabra] no pueden deleitarse. 11 Y con la furia de Jehová me he llenado. Me he fatigado de contener[me].” “Derrámala sobre el niño en la calle y sobre el grupo íntimo de jóvenes al mismo tiempo; porque ellos también serán atrapados, un hombre junto con su esposa, un viejo junto con uno que está lleno de días. 12 Y sus casas ciertamente serán transferidas a otros para posesión, los campos y las esposas al mismo tiempo. Porque extenderé mi mano contra los habitantes del país”, es la expresión de Jehová. 13 “Porque desde el menor de ellos aun hasta el mayor de ellos, cada uno está sacando para sí ganancia injusta; y desde el profeta aun hasta el sacerdote, cada uno está obrando falsamente. 14 Y tratan de sanar el quebranto de mi pueblo livianamente, diciendo: ‘¡Hay paz! ¡Hay paz!’, cuando no hay paz. 15 ¿Sintieron ellos vergüenza porque era cosa detestable lo que habían hecho? En primer lugar, positivamente no sienten ninguna vergüenza; en segundo lugar, ni siquiera han llegado a saber sentirse humillados. Por eso caerán entre los que están cayendo; cuando yo tenga que pedirles cuentas, tropezarán”, ha dicho Jehová. 16 Esto es lo que ha dicho Jehová: “Deténganse en los caminos, y vean, y pregunten acerca de las veredas de mucho tiempo atrás, dónde, sí, está el buen camino; y anden en él, y hallen desahogo para sus almas”. Pero ellos siguieron diciendo: “No vamos a andar”. 17 “Y levanté sobre ustedes atalayas: ‘¡Presten atención al sonido del cuerno!’.” Pero ellos siguieron diciendo: “No vamos a prestar atención”. 18 “Por lo tanto, ¡oigan, oh naciones! Y sabe, oh asamblea, lo que habrá entre ellos. 19 ¡Escucha, oh tierra! Aquí voy a traer calamidad sobre este pueblo como el fruto de sus pensamientos, porque no prestaron atención a mis propias palabras; y mi ley... también siguieron rechazándola.” 20 “¿Qué me importa que traigas hasta olíbano desde Seba y la caña aromática desde el país lejano? Los holocaustos de ustedes no sirven para ningún placer, y sus mismísimos sacrificios no me han sido gratos.” 21 Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová: “Mira, voy a poner tropiezos para este pueblo, y ciertamente tropezarán por ellos, padres e hijos juntos; el vecino y su compañero... perecerán”. 22 Esto es lo que ha dicho Jehová: “¡Mira! Viene un pueblo de la tierra del norte, y hay una nación grande a la que se despertará desde las partes más remotas de la tierra. 23 Empuñarán el arco y la jabalina. Es un [pueblo] cruel, y no tendrán piedad. Su misma voz resonará justamente como el mar, y sobre caballos montarán. Está dispuesto en orden de batalla como un hombre de guerra contra ti, oh hija de Sión”. 24 Hemos oído el informe acerca de él. Nuestras manos han caído. Angustia misma se ha apoderado de nosotros, dolores de parto como los de una mujer que está dando a luz. 25 No salgas al campo, y no andes siquiera por el camino; porque allí está la espada que pertenece al enemigo, hay terror todo en derredor. 26 Oh hija de mi pueblo, cíñete de saco y revuélcate en las cenizas. Haz que tu duelo sea el que se hace por un [hijo] único, el plañido de amargura; porque de repente vendrá sobre nosotros el violento despojador. 27 “Yo te he hecho ensayador de metales entre mi pueblo, uno que hace un escudriñamiento cabal; y notarás y tendrás que examinar su camino. 28 Todos ellos son los hombres más tercos, que andan por todos lados como calumniadores... cobre y hierro. Todos ellos son ruinosos. 29 El fuelle ha sido chamuscado. Procedente de su fuego hay plomo. Uno ha seguido refinando con intensidad simplemente para nada, y los que son malos no han sido separados. 30 Plata rechazada es lo que la gente ciertamente los llamará, porque Jehová los ha rechazado.”

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