(Jeremías 1:1-6:30) Las
palabras de Jeremías hijo de Hilquías, uno de los sacerdotes que estaban en
Anatot, en la tierra de Benjamín; 2 a quien le ocurrió
la palabra de Jehová en los días de Josías hijo de Amón, el rey de Judá, en el
año decimotercero de reinar él. 3 Y esta siguió
ocurriendo en los días de Jehoiaquim hijo de Josías, el rey de Judá, hasta la
terminación del año undécimo de Sedequías hijo de Josías, el rey de Judá, hasta
que Jerusalén se fue al destierro en el mes quinto. 4 Y
empezó a ocurrirme la palabra de Jehová, diciendo: 5 “Antes
de estar formándote en el vientre, te conocí; y antes que procedieras a salir
de la matriz, te santifiqué. Profeta a las naciones te hice”. 6 Pero
yo dije: “¡Ay, oh Señor Soberano Jehová! Mira que realmente no sé hablar, pues
solo soy un muchacho”. 7 Y Jehová pasó a decirme: “No
digas: ‘Solo soy un muchacho’. Antes bien, a todos aquellos a quienes te envíe,
debes ir; y todo lo que yo te mande, debes hablar. 8 No
tengas miedo a causa de sus rostros, porque: ‘Yo estoy contigo para librarte’,
es la expresión de Jehová”. 9 En esto, Jehová alargó la
mano e hizo que esta me tocara la boca. Entonces me dijo Jehová: “Mira que he
puesto mis palabras en tu boca. 10 Ve, te he comisionado
este día para estar sobre las naciones y sobre los reinos, para desarraigar y
para demoler y para destruir y para derruir, para edificar y para plantar”. 11 Y
siguió ocurriéndome la palabra de Jehová, y dijo: “¿Qué estás viendo,
Jeremías?”. De modo que dije: “Un retoño de almendro es lo que estoy viendo”. 12 Y
Jehová pasó a decirme: “Has visto bien, porque me mantengo despierto respecto a
mi palabra para ponerla por obra”. 13 Y procedió a
ocurrirme la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: “¿Qué estás viendo?”.
De modo que dije: “Una olla con boca ancha a la que se sopla es lo que estoy
viendo, y su boca está alejada del norte”. 14 Ante esto,
Jehová me dijo: “Desde el norte se soltará la calamidad contra todos los
habitantes de la tierra. 15 Porque ‘¡mira!, voy a mandar
a llamar a todas las familias de los reinos del norte —es la expresión de
Jehová—; y ciertamente vendrán y colocarán cada cual su trono a la entrada de
las puertas de Jerusalén, y contra todos sus muros en derredor y contra todas
las ciudades de Judá. 16 Y ciertamente hablaré con ellos
mis juicios por toda su maldad, puesto que me han dejado y siguen haciendo humo
de sacrificio a otros dioses e inclinándose ante las obras de sus propias
manos’. 17 ”Y en cuanto a ti, debes ceñirte las caderas,
y tienes que levantarte y hablarles todo lo que yo mismo te mande. No te
sobrecojas de terror alguno a causa de ellos, para que yo no te infunda terror
delante de ellos. 18 Pero en cuanto a mí, aquí he hecho
de ti hoy una ciudad fortificada y una columna de hierro y muros de cobre
contra todo el país, para con los reyes de Judá, para con sus príncipes, para
con sus sacerdotes y para con la gente de la tierra. 19 Y
de seguro pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti, porque: ‘Yo estoy
contigo —es la expresión de Jehová— para librarte’”.
2 Y procedió a ocurrirme la palabra de Jehová,
y dijo: 2 “Ve, y tienes que clamar a oídos de Jerusalén,
y decir: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Bien recuerdo, por parte tuya, la
bondad amorosa de tu juventud, el amor mientras estuviste comprometida para
casarte, tu andar en pos de mí en el desierto, en una tierra no sembrada. 3 Israel
era cosa santa para Jehová, lo primero en producto para Él”’. ‘Cualesquiera
personas que lo devoraban se hacían culpables. Calamidad misma venía sobre
ellas’, fue la expresión de Jehová”. 4 Oigan la palabra
de Jehová, oh casa de Jacob, y todos ustedes las familias de la casa de Israel.
5 Esto es lo que ha dicho Jehová: “¿Qué han hallado sus
padres en mí que fuera injusto, para que se hayan alejado de mí, y siguieran
andando tras el ídolo vano y se hicieran vanos ellos mismos? 6 Y
no han dicho: ‘¿Dónde está Jehová, Aquel que nos hizo subir de la tierra de
Egipto, Aquel que nos llevó andando por el desierto, por una tierra de llanura
desértica y de hoyo, por una tierra falta de agua, y de sombra profunda, por
una tierra a través de la cual ningún hombre pasó y en la cual no moró hombre
terrestre alguno?’. 7 ”Y gradualmente los traje a una
tierra del huerto, para que comieran su fruto y sus cosas buenas. Pero ustedes
entraron y contaminaron mi tierra; y de mi propia herencia hicieron algo
detestable. 8 Los sacerdotes mismos no dijeron: ‘¿Dónde
está Jehová?’. Y los mismísimos que manejaban la ley no me conocieron; y los
pastores mismos transgredieron contra mí, y hasta los profetas profetizaron por
Baal, y anduvieron en pos de los que no podían traer provecho. 9 ”‘Por
lo tanto, contenderé más con ustedes —es la expresión de Jehová—, y con los
hijos de sus hijos contenderé.’ 10 ”‘Pero pasen a las
tierras costaneras de los kitim y vean. Sí, envíen hasta a Quedar y den su
consideración especial, y vean si ha sucedido cosa parecida a esta. 11 ¿Ha
hecho una nación intercambio de dioses, aun por los que no son dioses? Pero mi propio
pueblo ha cambiado mi gloria por lo que no puede traer provecho. 12 Fijen
su mirada asombrada, oh cielos, en esto; y erícense en muy grande horror —es la
expresión de Jehová—, 13 porque hay dos cosas malas que
mi pueblo ha hecho: Me han dejado hasta a mí, la fuente de agua viva, para
labrarse cisternas, cisternas rotas, que no pueden contener el agua.’ 14 ”‘¿Es
Israel un siervo, o un esclavo nacido en la casa? ¿Por qué ha venido a ser para
saqueo? 15 Contra él rugen los leoncillos crinados; han
dado su voz. Y se pusieron a hacer de su tierra un objeto de pasmo. Sus propias
ciudades han sido incendiadas, de modo que no hay habitante. 16 Hasta
los hijos de Nof y Tahpanés mismos siguieron alimentándose de ti en la
coronilla de la cabeza. 17 ¿No es esto lo que procediste
a hacer a ti misma al dejar a Jehová tu Dios durante el tiempo en que [él] te
llevaba andando por el camino? 18 Y ahora, ¿qué debe
importarte el camino de Egipto para que bebas las aguas de Sihor? Y ¿qué debe
importarte el camino de Asiria para que bebas las aguas del Río? 19 Tu
maldad debe corregirte, y tus propios actos de infidelidad deben censurarte.
Sabe, pues, y ve que el que dejes a Jehová tu Dios es cosa mala y amarga, y
ningún pavor de mí te [ha resultado]’, es la expresión del Señor Soberano,
Jehová de los ejércitos. 20 ”‘Porque hace mucho que hice
pedazos tu yugo; rompí tus ataduras. Pero dijiste: “No voy a servir”, porque
sobre toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso estabas echada
despatarrada, prostituyéndote. 21 Y en cuanto a mí, yo
te había plantado como una vid roja selecta, toda ella semilla verdadera.
¿Cómo, pues, has sido cambiada para conmigo en los [sarmientos] degenerados de
una vid extranjera?’ 22 ”‘Pero aunque hicieras el lavado
con álcali y tomaras para ti grandes cantidades de lejía, tu error ciertamente
sería una mancha delante de mí’, es la expresión del Señor Soberano Jehová. 23 ¿Cómo
puedes decir: ‘No me he contaminado. Tras los Baales no he andado’? Ve tu
camino en el valle. Fíjate en lo que has hecho. Una camella joven veloz que va
corriendo a la ventura de acá para allá en sus caminos; 24 una
cebra acostumbrada al desierto, según el vehemente deseo de su alma, aspirando
con avidez el viento; en el tiempo de su cópula, ¿quién puede volverla atrás?
Ninguno que la busca tendrá que rendirse de cansancio. En su mes la hallarán. 25 Retén
tu pie de [llegar a estar] descalzo, y tu garganta de la sed. Pero tú
procediste a decir: ‘¡No hay remedio! No, sino que me he enamorado de extraños,
y tras ellos voy a andar’. 26 ”Como con la vergüenza de
un ladrón cuando se le descubre, así los de la casa de Israel han sentido
vergüenza, ellos, sus reyes, sus príncipes y sus sacerdotes y sus profetas. 27 Están
diciendo a un árbol: ‘Tú eres mi padre’, y a una piedra: ‘Tú misma me diste a
luz’. Pero hacia mí han vuelto la cerviz, y no el rostro. Y en el tiempo de su
calamidad dirán: ‘¡Levántate, sí, y sálvanos!’. 28 ”¿Pero
dónde están tus dioses que has hecho para ti? Que se levanten, si pueden
salvarte en el tiempo de tu calamidad. Porque tantos como el número de tus
ciudades han llegado a ser tus dioses, oh Judá. 29 ”‘¿Por
qué siguen ustedes contendiendo contra mí? ¿Por qué han transgredido, todos
ustedes, contra mí?’, es la expresión de Jehová. 30 Sin
que surta efecto he golpeado a sus hijos. Ninguna disciplina aceptaron ellos.
La espada de ustedes ha devorado a sus profetas, como león que está causando
ruina. 31 Oh generación, vean ustedes mismos la palabra
de Jehová. ”¿He llegado a ser yo un mero desierto para Israel, o una tierra de
intensa oscuridad? ¿Por qué han dicho estos, mi pueblo: ‘Hemos vagado. No
volveremos más a ti’? 32 ¿Puede una virgen olvidar sus
adornos, una novia sus fajas para los pechos? Y no obstante, mi propio
pueblo... ellos me han olvidado innumerables días. 33 ”¿Por
qué, oh mujer, mejoras tu camino a fin de buscar amor? Por eso, también ha sido
en cosas malas que has enseñado tus caminos. 34 También,
en tus faldas se han hallado las marcas de sangre de las almas de los inocentes
pobres. No las he hallado en el acto de forzar la entrada, sino [que están]
sobre todas estas. 35 ”Pero dices: ‘He permanecido
inocente. De seguro su cólera se ha vuelto de contra mí’. ”¡Mira!, voy a entrar
en controversia contigo por decir tú: ‘No he pecado’. 36 ¿Por
qué tratas como muy insignificante el cambiar tu camino? De Egipto, también, te
avergonzarás, tal como te avergonzaste de Asiria. 37 Por
esta causa también saldrás con las manos sobre tu cabeza, porque Jehová ha
rechazado los objetos de tu confianza, y no tendrás éxito con ellos”.
3 Hay un dicho: “Si un hombre despidiera a su
esposa y ella realmente se fuera de él y llegara a ser de otro hombre, ¿debiera
él volver más a ella?”. ¿Acaso esa tierra no se ha contaminado positivamente?
“Y tú misma has cometido prostitución con muchos compañeros; y ¿debe haber un
volver a mí? —es la expresión de Jehová—. 2 Alza los
ojos a las sendas trilladas y ve. ¿Dónde no se te ha forzado? A la orilla de
los caminos te has sentado por ellos, como un árabe en el desierto; y sigues
contaminando la tierra con tus actos de prostitución y tu maldad. 3 De
modo que se retienen los chaparrones copiosos, y ni siquiera ha ocurrido una
lluvia primaveral. Y la frente de una esposa que comete prostitución ha llegado
a ser tuya. Has rehusado sentirte humillada. 4 ¿Acaso
desde ahora has clamado a mí: ‘¡Padre mío, tú eres el amigo íntimo de mi
juventud! 5 ¿Debe uno quedarse resentido hasta tiempo
indefinido, o seguir vigilando [algo] para siempre?’? ¡Mira! Has hablado, y
pasaste a hacer cosas malas y a prevalecer.” 6 Y Jehová
procedió a decirme en los días de Josías el rey: “‘¿Has visto lo que ha hecho
la infiel Israel? Está yendo sobre toda montaña alta y debajo de todo árbol
frondoso, para cometer prostitución allí. 7 Y después de
haber hecho ella todas estas cosas yo seguí diciendo que se volviera aun a mí,
pero no se volvió; y Judá siguió mirando a su propia hermana traicionera. 8 Cuando
llegué a ver eso, por la mismísima razón de que la infiel Israel había cometido
adulterio, la despedí y procedí a darle el certificado de su pleno divorcio; no
obstante, su hermana Judá, la traicionera en sus tratos, no se atemorizó, sino
que ella misma también empezó a ir y cometer prostitución. 9 Y
la prostitución de ella ocurrió debido a [su] concepto frívolo, y siguió
contaminando la tierra y cometiendo adulterio con piedras y con árboles; 10 y
a pesar de todo esto, su hermana traicionera, Judá, no se volvió a mí con todo
su corazón, sino solo falsamente’, es la expresión de Jehová”. 11 Y
Jehová pasó a decirme: “La infiel Israel ha demostrado que su propia alma es
más justa que Judá, la traicionera en sus tratos. 12 Ve,
y tienes que proclamar estas palabras al norte y decir: ”‘“De veras vuélvete,
oh renegada Israel”, es la expresión de Jehová’. ‘“No haré caer mi rostro
[airadamente] sobre ustedes, porque soy leal”, es la expresión de Jehová.’ ‘“No
me quedaré resentido hasta tiempo indefinido. 13 Solo
fíjate en tu error, porque es contra Jehová tu Dios contra quien has
transgredido. Y continuaste esparciendo tus caminos a los extraños debajo de
todo árbol frondoso, pero ustedes no escucharon mi voz”, es la expresión de
Jehová’”. 14 “Vuélvanse, oh hijos renegados —es la
expresión de Jehová—. Porque yo mismo he llegado a ser su dueño marital; y
ciertamente los tomaré, uno de una ciudad y dos de una familia, y ciertamente
los traeré a Sión. 15 Y de veras les daré pastores de
acuerdo con mi corazón, y ellos ciertamente los apacentarán con conocimiento y
perspicacia. 16 Y tiene que suceder que ustedes llegarán
a ser muchos y ciertamente darán fruto en la tierra en aquellos días —es la
expresión de Jehová—. Ya no dirán ellos: ‘¡El arca del pacto de Jehová!’, ni
subirá ella al corazón, ni se acordarán de ella ni la echarán de menos, y no se
hará más. 17 En aquel tiempo llamarán a Jerusalén el
trono de Jehová; y a ella todas las naciones tienen que ser reunidas al nombre
de Jehová en Jerusalén, y ya no andarán tras la terquedad de su mal corazón.” 18 “En
aquellos días andarán, la casa de Judá al lado de la casa de Israel, y juntas
saldrán de la tierra del norte a la tierra que di como posesión hereditaria a
los antepasados de ustedes. 19 Y yo mismo he dicho:
‘¡Oh, cómo procedí a colocarte entre los hijos y a darte la tierra deseable, la
posesión hereditaria del adorno de los ejércitos de las naciones!’. Y dije
además: ‘“¡Padre mío!”, ustedes clamarán a mí, y no se volverán de seguirme’. 20 ‘Verdaderamente,
[como] una esposa se ha ido traidoramente de su compañero, así ustedes, oh casa
de Israel, me han tratado traidoramente a mí’, es la expresión de Jehová.” 21 En
las sendas trilladas se ha oído un sonido, el llanto, las súplicas de los hijos
de Israel. Porque han torcido su camino; han olvidado a Jehová su
Dios. 22 “Vuélvanse, hijos renegados. Yo sanaré su condición
de renegados.” “¡Aquí estamos! Hemos venido a ti, porque tú, oh Jehová, eres
nuestro Dios. 23 Verdaderamente, tanto las colinas como
la bulla sobre las montañas pertenecen a la falsedad. Verdaderamente en Jehová
nuestro Dios está la salvación de Israel. 24 Pero la
mismísima cosa vergonzosa se ha comido el afán de nuestros antepasados desde
nuestra juventud, sus rebaños y sus vacadas, sus hijos y sus hijas. 25 Nos
acostamos en nuestra vergüenza, y nuestra humillación sigue cubriéndonos;
porque para con Jehová nuestro Dios hemos pecado, nosotros y nuestros padres
desde nuestra juventud y hasta el día de hoy, y no hemos obedecido la voz de
Jehová nuestro Dios.”
4 “Si quieres volverte, oh Israel —es la
expresión de Jehová—, puedes volverte aun a mí. Y si a causa de mí quitas tus
cosas repugnantes, entonces no andarás como fugitivo. 2 Y
[si] ciertamente juras: ‘¡Tan ciertamente como que Jehová vive en verdad, en
justicia y en rectitud!’, entonces en él las naciones realmente se bendecirán,
y en él se jactarán acerca de sí mismas.” 3 Porque esto
es lo que Jehová ha dicho a los hombres de Judá y a Jerusalén: “Árense tierra
cultivable, y no sigan sembrando entre espinas. 4 Circuncídense
a Jehová, y quiten los prepucios de sus corazones, hombres de Judá y habitantes
de Jerusalén; para que no salga mi furia justamente como un fuego,
y ciertamente arda sin que haya quien la extinga, a causa de la
maldad de sus tratos”. 5 Anúncien[lo] en Judá, y
publíquen[lo] hasta en Jerusalén, y dígan[lo], y toquen un cuerno por todo el
país. Clamen fuertemente y digan: “Reúnanse, y entremos en las ciudades
fortificadas. 6 Levanten una señal enhiesta hacia Sión.
Provéanse amparo. No se detengan”. Porque hay una calamidad que voy a traer
desde el norte, sí, un gran estallido. 7 Él ha subido
como un león de su matorral, y el que está arruinando a las naciones ha
partido; ha salido de su lugar a fin de poner tu tierra como un objeto de
pasmo. Tus propias ciudades caerán en ruinas de manera que no habrá habitante. 8 Por
este motivo, cíñanse de saco. Golpéense los pechos y aúllen, porque la cólera
ardiente de Jehová no se ha vuelto de contra nosotros. 9 “Y
tiene que suceder en aquel día —es la expresión de Jehová— que perecerá el
corazón del rey, también el corazón de los príncipes; y los sacerdotes
ciertamente tendrán que pasmarse, y los profetas mismos quedarán asombrados.” 10 Y
procedí a decir: “¡Ay, oh Señor Soberano Jehová! Verdaderamente has engañado
por completo a este pueblo y a Jerusalén, al decir: ‘La paz misma llegará a ser
de ustedes’, y la espada ha alcanzado hasta la misma alma”. 11 En
aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: “Hay un viento abrasador de
las sendas trilladas a través del desierto [en] el camino a la hija de mi
pueblo; no es para aventar, ni para limpiar. 12 El
viento mismo en su plenitud viene hasta de estas a mí. Ahora yo mismo también
proferiré los juicios para con ellos. 13 ¡Miren! Como
nubes de lluvia subirá él, y sus carros son como un viento de tempestad. Sus
caballos son más veloces que águilas. ¡Ay de nosotros, porque se nos ha
despojado con violencia! 14 Lava tu corazón para que
quede limpio de pura maldad, oh Jerusalén, para que seas salvada. ¿Hasta cuándo
estarán alojados dentro de ti tus pensamientos erróneos? 15 Porque
una voz está anunciando desde Dan y está publicando algo perjudicial desde la
región montañosa de Efraín. 16 Hagan mención [de ello],
sí, a las naciones. Publíquen[lo] contra Jerusalén”. “Vigilantes vienen de un
país lejano, y lanzarán su voz contra las mismísimas ciudades de Judá. 17 Como
guardas del campo abierto han llegado a estar contra ella por todos lados,
porque se ha rebelado hasta contra mí —es la expresión de Jehová—. 18 Tu
camino y tus tratos... habrá un pagártelos a ti. Esta es la calamidad sobre ti,
pues es amarga; porque ha alcanzado hasta tu mismo corazón.” 19 ¡Oh
mis intestinos, mis intestinos! Estoy con fuertes dolores en las paredes de mi
corazón. Mi corazón está alborotado dentro de mí. No puedo quedarme callado,
porque el sonido del cuerno es lo que mi alma ha oído, la señal de alarma de la
guerra. 20 Estallido sobre estallido es lo que se ha
clamado, porque todo el país ha sido despojado con violencia. De repente mis
tiendas han sido despojadas con violencia, en un momento mis telas de tienda. 21 ¿Hasta
cuándo seguiré viendo la señal enhiesta, seguiré oyendo el sonido del cuerno? 22 Porque
es tonto mi pueblo. No se han fijado en mí. Son hijos imprudentes; y no son
quienes tengan entendimiento. Sabios son para hacer lo malo, pero para hacer lo
bueno realmente no tienen conocimiento. 23 Vi la tierra,
y, ¡mira!, [estaba] vacía y desierta; y dentro de los cielos, y su luz ya no
existía. 24 Vi las montañas, y, ¡mira!, se mecían, y
todas las colinas mismas recibieron un sacudimiento. 25 Vi,
y, ¡mira!, no había un hombre terrestre, y todas las criaturas voladoras de los
cielos habían huido. 26 Vi, y, ¡mira!, el huerto mismo
era un desierto, y todas sus mismísimas ciudades habían sido demolidas. Era a
causa de Jehová, a causa de su ardiente cólera. 27 Porque
esto es lo que ha dicho Jehová: “Un yermo desolado es lo que toda la tierra
llegará a ser, y ¿no llevaré a cabo un verdadero exterminio? 28 A
causa de esto la tierra estará de duelo, y los cielos arriba ciertamente se
oscurecerán. Es porque he hablado, he considerado, y no he sentido pesar, ni de
ello me volveré. 29 Debido al sonido de los hombres de a
caballo y los tiradores con arco, toda la ciudad está huyendo. Han entrado en
los matorrales, y han subido a meterse entre las rocas. Toda ciudad es dejada,
y no hay hombre que more en ellas”. 30 Ahora que tú
estás violentamente despojada, ¿qué harás, puesto que solías vestirte de
escarlata, puesto que solías engalanarte con adornos de oro, puesto que solías
agrandar tus ojos con pintura negra? En vano solías embellecerte. Los que [te]
deseaban lujuriosamente te han rechazado; siguen buscando tu misma alma. 31 Pues
he oído una voz como la de una mujer enferma, angustia como la de una mujer que
está dando a luz su primer hijo, la voz de la hija de Sión que sigue luchando
angustiosamente para respirar. Sigue extendiendo las palmas de las manos: “¡Ay
de mí, ahora, porque mi alma está cansada de los que matan!”.
5 Anden discurriendo por las calles de
Jerusalén y vean, ahora, y sepan, y busquen ustedes mismos en sus plazas
públicas si acaso pueden hallar un hombre, si acaso existe alguien que haga
justicia, alguien que busque fidelidad, y yo la perdonaré. 2 Aunque
dijeran ellos: “¡Tan ciertamente como que Jehová vive!”, con eso estarían
jurando a lo que es pura falsedad. 3 Oh Jehová, ¿no
están esos ojos tuyos hacia la fidelidad? Los has golpeado, pero ellos no han
enfermado. Los exterminaste. Rehusaron aceptar disciplina. Hicieron sus rostros
más duros que un peñasco. Rehusaron volverse. 4 Hasta yo
mismo había dicho: “De seguro son de clase baja. Obraron tontamente, porque han
pasado por alto el camino de Jehová, el juicio de su Dios. 5 Yo
ciertamente procederé a ir a los grandes y hablaré con ellos; porque ellos
mismos tienen que haberse fijado en el camino de Jehová, el juicio de su Dios.
De seguro ellos mismos tienen que haber quebrado el yugo todos juntos; tienen
que haber roto las ataduras”. 6 Por eso un león del
bosque los ha herido, un lobo mismo de las llanuras desérticas sigue
despojándolos con violencia, un leopardo se mantiene despierto junto a sus
ciudades. Todo el que sale de ellas queda despedazado. Porque sus
transgresiones han llegado a ser muchas; sus actos de infidelidad han llegado a
ser numerosos. 7 ¿Cómo puedo perdonarte por esta
mismísima cosa? Tus propios hijos me han dejado, y siguen jurando por lo que no
es Dios. Y yo seguí satisfaciéndolos, pero ellos continuaron cometiendo
adulterio, y a la casa de una prostituta van en tropas. 8 Caballos
sobrecogidos de calor sexual, que tienen testículos [fuertes], han llegado a
ser ellos. Cada uno le relincha a la esposa de su compañero. 9 “¿No
debo yo pedir cuentas a causa de estas mismísimas cosas? —es la expresión de
Jehová—. O en una nación que es así, ¿no debe vengarse mi alma?” 10 “Suban
ustedes contra sus filas [de vides] y arruinen, pero no hagan un verdadero
exterminio. Quiten sus sarmientos que están creciendo con exuberancia, porque
no pertenecen a Jehová. 11 Porque la casa de Israel y la
casa de Judá positivamente han tratado traidoramente conmigo —es la expresión
de Jehová—. 12 Han negado a Jehová, y siguen diciendo:
‘Él no es. Y no vendrá sobre nosotros ninguna calamidad, y no veremos espada ni
hambre’. 13 Y los profetas mismos llegan a ser un
viento, y la palabra no está en ellos. Así es como se les hará a ellos.” 14 Por
lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová, el Dios de los ejércitos: “Por la
razón de que ustedes están diciendo esta cosa, mira que voy a hacer que mis
palabras en tu boca sean un fuego, y este pueblo será pedazos de leña, y ciertamente
los devorará”. 15 “¡Mira!, voy a traer sobre ustedes una
nación de lejos, oh casa de Israel —es la expresión de Jehová—. Es una nación
duradera. Es una nación de mucho tiempo atrás, una nación cuyo lenguaje no
conoces, y no puedes oír [con entendimiento] lo que hablan. 16 Su
aljaba es como una sepultura abierta; todos ellos son hombres poderosos. 17 Ellos
también ciertamente se comerán tu cosecha y tu pan. Los hombres se comerán a
tus hijos y a tus hijas. Se comerán tus rebaños y tus vacadas. Se comerán tu
vid y tu higuera. Destrozarán con la espada tus ciudades fortificadas en las
que estás confiando.” 18 “Y aun en aquellos días —es la
expresión de Jehová— no llevaré a cabo un exterminio de ustedes. 19 Y
tiene que suceder que ustedes dirán: ‘¿Debido a qué razón nos ha hecho todas
estas cosas Jehová nuestro Dios?’. Y tendrás que decirles: ‘Tal como ustedes me
han dejado a mí y se han puesto a servir a un dios extranjero en la tierra de
ustedes, así servirán ustedes a extraños en una tierra que no es de ustedes’.” 20 Anuncien
esto en la casa de Jacob, y publíquenlo en Judá, y digan: 21 “Oye
esto, ahora, oh pueblo imprudente que carece de corazón: Tienen ojos, pero no
pueden ver; tienen oídos, pero no pueden oír. 22 ‘¿Ni
siquiera a mí me temen ustedes —es la expresión de Jehová—, o no están con
fuertes dolores siquiera a causa de mí, que he puesto la arena como límite para
el mar, una disposición reglamentaria de duración indefinida que no puede
traspasar? Aunque se agiten sus olas, no obstante no pueden prevalecer; y
[aunque], en efecto, se pongan bulliciosas, no obstante no pueden traspasarlo. 23 Pero
este pueblo mismo ha llegado a tener un corazón terco y rebelde; se han
desviado y siguen andando en su proceder. 24 Pero no han
dicho en su corazón: “Temamos, ahora, a Jehová nuestro Dios, Aquel que está
dando el aguacero y la lluvia del otoño y la lluvia de la primavera en su
estación, Aquel que guarda para nosotros hasta las semanas prescritas de la
cosecha”. 25 Los propios errores de ustedes han apartado
estas cosas, y sus propios pecados han retenido de ustedes lo que es bueno. 26 ”’Porque
entre mi pueblo se ha hallado a hombres inicuos. Siguen atisbando, como cuando
se agachan los pajareros. Han colocado una [trampa] ruinosa. Es a hombres a
quienes atrapan. 27 Como una jaula está llena de
criaturas voladoras, así sus casas están llenas de engaño. Por eso se han hecho
grandes y ganan riquezas. 28 Se han puesto gordos; se
han hecho brillantes. También han rebosado de cosas malas. No han defendido
ninguna causa judicial, ni la causa judicial del huérfano de padre, para lograr
éxito; y no han tomado a su cargo el juicio de los pobres’”. 29 “¿No
debo yo pedir cuentas a causa de estas mismas cosas? —es la expresión de
Jehová—, o, en una nación que es así, ¿no debe vengarse mi alma? 30 Una
situación pasmosa, hasta una cosa horrible, se ha hecho que exista en el país: 31 Los
profetas mismos realmente profetizan en falsedad; y en cuanto a los sacerdotes,
van sojuzgando conforme a sus poderes. Y mi propio pueblo así [lo] ha amado; ¿y
qué harán ustedes al final de ello?”
6 Pónganse a cubierto, oh hijos de Benjamín,
de en medio de Jerusalén; y toquen el cuerno en Teqoa. Y sobre Bet-hakerem
alcen una señal de fuego; porque la calamidad misma se ha asomado por el norte,
aun un gran estallido. 2 La hija de Sión realmente se ha
parecido a una mujer grata a la vista y de crianza melindrosa. 3 A
ella procedieron a venir los pastores y sus hatos. Contra ella plantaron [sus]
tiendas todo en derredor. Pacieron cada uno en su propia parte. 4 Contra
ella han santificado la guerra: “¡Levántense, y subamos al mediodía!”. “¡Ay de
nosotros, porque ha declinado el día, porque las sombras del atardecer siguen
extendiéndose!” 5 “Levántense, y subamos durante la
noche y arruinemos sus torres de habitación.” 6 Porque
esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: “Corten leña y amontonen
contra Jerusalén un cerco de sitiar. Es la ciudad a la cual se tiene que pedir
cuentas. Ella no es otra cosa sino opresión en medio de ella. 7 Como
una cisterna mantiene frescas sus aguas, así ella ha mantenido fresca su
maldad. En ella se oye violencia y expoliación; enfermedad y plaga se hallan
delante de mi rostro constantemente. 8 Déjate corregir,
oh Jerusalén, para que mi alma no se aparte de ti disgustada; para que no te
ponga como un yermo desolado, una tierra no habitada”. 9 Esto
es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: “Sin falta rebuscarán al resto de
Israel tal como a una vid. Vuelve a poner tu mano como uno que está vendimiando
sobre los zarcillos de las vides”. 10 “¿A quién hablaré
y advertiré, para que oigan? ¡Mira! Su oído es incircunciso, de manera que no
pueden prestar atención. ¡Mira! La mismísima palabra de Jehová ha venido a ser
para ellos un oprobio, en la cual [palabra] no pueden deleitarse. 11 Y
con la furia de Jehová me he llenado. Me he fatigado de contener[me].”
“Derrámala sobre el niño en la calle y sobre el grupo íntimo de jóvenes al
mismo tiempo; porque ellos también serán atrapados, un hombre junto con su
esposa, un viejo junto con uno que está lleno de días. 12 Y
sus casas ciertamente serán transferidas a otros para posesión, los campos y
las esposas al mismo tiempo. Porque extenderé mi mano contra los habitantes del
país”, es la expresión de Jehová. 13 “Porque desde el
menor de ellos aun hasta el mayor de ellos, cada uno está sacando para sí
ganancia injusta; y desde el profeta aun hasta el sacerdote, cada uno está
obrando falsamente. 14 Y tratan de sanar el quebranto de
mi pueblo livianamente, diciendo: ‘¡Hay paz! ¡Hay paz!’, cuando no hay paz. 15 ¿Sintieron
ellos vergüenza porque era cosa detestable lo que habían hecho? En primer
lugar, positivamente no sienten ninguna vergüenza; en segundo lugar, ni
siquiera han llegado a saber sentirse humillados. Por eso caerán entre los que
están cayendo; cuando yo tenga que pedirles cuentas, tropezarán”, ha dicho
Jehová. 16 Esto es lo que ha dicho Jehová: “Deténganse
en los caminos, y vean, y pregunten acerca de las veredas de mucho tiempo
atrás, dónde, sí, está el buen camino; y anden en él, y hallen desahogo para
sus almas”. Pero ellos siguieron diciendo: “No vamos a andar”. 17 “Y
levanté sobre ustedes atalayas: ‘¡Presten atención al sonido del cuerno!’.”
Pero ellos siguieron diciendo: “No vamos a prestar atención”. 18 “Por
lo tanto, ¡oigan, oh naciones! Y sabe, oh asamblea, lo que habrá entre ellos. 19 ¡Escucha,
oh tierra! Aquí voy a traer calamidad sobre este pueblo como el fruto de sus
pensamientos, porque no prestaron atención a mis propias palabras; y mi ley...
también siguieron rechazándola.” 20 “¿Qué me importa que
traigas hasta olíbano desde Seba y la caña aromática desde el país lejano? Los
holocaustos de ustedes no sirven para ningún placer, y sus mismísimos
sacrificios no me han sido gratos.” 21 Por lo tanto,
esto es lo que ha dicho Jehová: “Mira, voy a poner tropiezos para este pueblo,
y ciertamente tropezarán por ellos, padres e hijos juntos; el vecino y su
compañero... perecerán”. 22 Esto es lo que ha dicho
Jehová: “¡Mira! Viene un pueblo de la tierra del norte, y hay una nación grande
a la que se despertará desde las partes más remotas de la tierra. 23 Empuñarán
el arco y la jabalina. Es un [pueblo] cruel, y no tendrán piedad. Su misma voz
resonará justamente como el mar, y sobre caballos montarán. Está dispuesto en
orden de batalla como un hombre de guerra contra ti, oh hija de Sión”. 24 Hemos
oído el informe acerca de él. Nuestras manos han caído. Angustia misma se ha
apoderado de nosotros, dolores de parto como los de una mujer que está dando a
luz. 25 No salgas al campo, y no andes siquiera por el
camino; porque allí está la espada que pertenece al enemigo, hay terror todo en
derredor. 26 Oh hija de mi pueblo, cíñete de saco y
revuélcate en las cenizas. Haz que tu duelo sea el que se hace por un [hijo] único,
el plañido de amargura; porque de repente vendrá sobre nosotros el violento
despojador. 27 “Yo te he hecho ensayador de metales
entre mi pueblo, uno que hace un escudriñamiento cabal; y notarás y
tendrás que examinar su camino. 28 Todos ellos son los hombres
más tercos, que andan por todos lados como calumniadores... cobre y hierro.
Todos ellos son ruinosos. 29 El fuelle ha sido
chamuscado. Procedente de su fuego hay plomo. Uno ha seguido refinando con
intensidad simplemente para nada, y los que son malos no han sido separados. 30 Plata
rechazada es lo que la gente ciertamente los llamará, porque Jehová los ha
rechazado.”
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