(1 Corintios 13:1-14:40)
Si hablo en las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, he
venido a ser un [pedazo de] bronce sonante o un címbalo estruendoso. 2 Y
si tengo el don de profetizar y estoy enterado de todos los secretos sagrados y
de todo el conocimiento, y si tengo toda la fe como para trasladar montañas,
pero no tengo amor, nada soy. 3 Y si doy todos mis
bienes para alimentar a otros, y si entrego mi cuerpo, para jactarme, pero no
tengo amor, de nada absolutamente me aprovecha. 4 El
amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se
hincha, 5 no se porta indecentemente, no busca sus
propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. 6 No
se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad. 7 Todas
las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta. 8 El
amor nunca falla. Pero sea que haya [dones de] profetizar, serán eliminados;
sea que haya lenguas, cesarán; sea que haya conocimiento, será eliminado. 9 Porque
tenemos conocimiento parcial y profetizamos parcialmente; 10 pero
cuando llegue lo que es completo, lo que es parcial será eliminado. 11 Cuando
yo era pequeñuelo, hablaba como pequeñuelo, pensaba como pequeñuelo, razonaba
como pequeñuelo; pero ahora que he llegado a ser hombre, he eliminado las
[cosas características] de pequeñuelo. 12 Porque en la
actualidad vemos en contorno nebuloso por medio de un espejo de metal, pero
entonces será cara a cara. En la actualidad conozco parcialmente, pero entonces
conoceré con exactitud así como soy conocido con exactitud. 13 Ahora,
sin embargo, permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el mayor
de estos es el amor.
14 Sigan tras el amor; sin embargo, sigan
procurando celosamente los dones espirituales, pero preferiblemente que
profeticen. 2 Porque el que habla en una lengua no habla
a los hombres, sino a Dios, porque nadie escucha, sino que él habla secretos
sagrados por el espíritu. 3 Sin embargo, el que
profetiza edifica y anima y conforta a los hombres con su habla. 4 El
que habla en una lengua se edifica a sí mismo, pero el que profetiza edifica a
la congregación. 5 Ahora bien, yo quisiera que todos
ustedes hablaran en lenguas, pero prefiero que profeticen. Realmente, el que
profetiza es mayor que el que habla en lenguas, a no ser, de hecho, que
traduzca, para que la congregación reciba edificación. 6 Pero
al presente, hermanos, si yo fuera a ustedes hablándoles en lenguas, ¿de qué
les serviría a menos que les hablara o con una revelación o con conocimiento o
con una profecía o con una enseñanza? 7 Como es el caso,
las cosas inanimadas emiten sonido, sea flauta o arpa; a menos que esta haga
intervalo a los tonos, ¿cómo se sabrá lo que se está tocando con la flauta o
con el arpa? 8 Porque en verdad, si la trompeta da un
toque de llamada indistinto, ¿quién se preparará para el combate? 9 Así
mismo ustedes también, a menos que por la lengua profieran habla fácil de
entender, ¿cómo se sabrá lo que se está hablando? En efecto, estarán hablando
al aire. 10 Puede ser que haya muchísimos géneros de
sonidos del habla en el mundo, y sin embargo ningún [género] carece de
significado. 11 Por eso, si yo no entiendo la fuerza del
sonido del habla, seré extranjero al que está hablando, y el que está hablando
será extranjero para mí. 12 Por eso ustedes mismos,
también, dado que están celosamente deseosos de [dones del] espíritu, procuren
abundar en ellos para la edificación de la congregación. 13 Por
lo tanto, el que hable en una lengua ore que pueda traducir. 14 Porque
si oro en una lengua, mi [don del] espíritu es lo que ora, pero mi mente es
infructífera. 15 ¿Qué ha de hacerse, entonces? Oraré con
el [don del] espíritu, pero también oraré con la mente. Cantaré alabanzas con
el [don del] espíritu, pero también cantaré alabanzas con la mente. 16 De
otro modo, si ofreces alabanzas con un [don del] espíritu, ¿cómo dirá “Amén” a
tu expresión de gracias el hombre que ocupa el asiento de la persona común,
puesto que no sabe lo que estás diciendo? 17 Es verdad
que das gracias de una manera excelente, pero el otro hombre no está siendo
edificado. 18 Doy gracias a Dios que hablo en más
lenguas que todos ustedes. 19 Sin embargo, en la
congregación prefiero hablar cinco palabras con mi mente, para también instruir
a otros oralmente, a diez mil palabras en una lengua. 20 Hermanos,
no se hagan niñitos en facultades de entendimiento; más bien, sean pequeñuelos
en cuanto a la maldad; sin embargo, lleguen a estar plenamente desarrollados en
facultades de entendimiento. 21 En la Ley está escrito: “‘Con
las lenguas de extranjeros y con los labios de extraños hablaré a este pueblo,
y sin embargo ni aun entonces me harán caso’, dice Jehová”. 22 Por
consiguiente, las lenguas son para una señal, no a los creyentes, sino a los
incrédulos, entre tanto que el profetizar es, no para los incrédulos, sino para
los creyentes. 23 Por eso, si toda la congregación se
junta en un lugar y todos hablan en lenguas, pero entran personas comunes, o
incrédulos, ¿no dirán que ustedes están locos? 24 Pero
si todos ustedes están profetizando y entra cualquier incrédulo o persona común,
es censurado por todos ellos, es examinado detenidamente por todos; 25 los
secretos de su corazón quedan manifiestos, de modo que él cae sobre [su]
rostro y adora a Dios, declarando: “Dios verdaderamente está entre ustedes”. 26 ¿Qué
ha de hacerse, pues, hermanos? Cuando ustedes se juntan, uno tiene un salmo,
otro tiene una enseñanza, otro tiene una revelación, otro tiene una lengua,
otro tiene una interpretación. Efectúense todas las cosas para edificación. 27 Y
si alguno habla en una lengua, limítese esto a dos o tres a lo más, y por
turno; y que alguien traduzca. 28 Pero si no hay
traductor, que guarde silencio en la congregación y hable consigo mismo y con
Dios. 29 Además, hablen dos o tres profetas, y los demás
disciernan el significado. 30 Pero si hay una revelación
a otro mientras está sentado allí, que el primero calle. 31 Porque
todos ustedes pueden profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos
reciban estímulo. 32 Y [los dones del] espíritu de los
profetas han de ser controlados por los profetas. 33 Porque
Dios no es [Dios] de desorden, sino de paz. Como en todas las congregaciones de
los santos, 34 las mujeres guarden silencio en las
congregaciones, porque no se permite que hablen, sino que estén en sujeción,
tal como dice la Ley. 35 Pues, si quieren aprender algo,
interroguen a sus propios esposos en casa, porque es vergonzoso que una mujer
hable en la congregación. 36 ¿Qué? ¿Fue de ustedes de
quienes salió la palabra de Dios, o fue solamente hasta ustedes hasta quienes
llegó? 37 Si alguno piensa que es profeta o [está]
dotado del espíritu, que reconozca las cosas que les escribo, porque son
mandamiento del Señor. 38 Pero si alguno es ignorante,
continúa ignorante. 39 Por consiguiente, hermanos míos,
sigan procurando celosamente el profetizar, y sin embargo no prohíban el hablar
en lenguas. 40 Pero que todas las cosas se efectúen
decentemente y por arreglo.
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