martes, 28 de agosto de 2012

Martes, 28 de Agosto de 2012


 
TEXTO DEL DIA
CITA BIBLICA

Descripción Biblia
Referencias BIBLICAS
Martes, 28 de Agosto de 2012

es12 pág. 87 Agosto.



Martes 28 de agosto
Tienen que ser santos, porque yo soy santo (1 Ped. 1:16).

(1 Pedro 1:16)
porque está escrito: “Tienen que ser santos, porque yo soy santo”.
(Levítico 11:44) Porque yo soy Jehová su Dios; y ustedes tienen que santificarse y tienen que resultar santos, porque yo soy santo. De modo que no deben hacer inmundas sus almas por medio de ninguna criatura enjambradora que se mueve sobre la tierra.
(Levítico 19:2) “Habla a la entera asamblea de los hijos de Israel, y tienes que decirles: ‘Deben resultar santos, porque yo Jehová su Dios soy santo.
(Levítico 20:26) Y ustedes tienen que resultarme santos, porque yo Jehová soy santo; y estoy procediendo a separarlos de los pueblos para que lleguen a ser míos.
(Deuteronomio 23:14) Porque Jehová tu Dios está andando en tu campamento para librarte y para abandonar en tu mano a tus enemigos; y tu campamento tiene que resultar santo, para que él no vea en ti nada indecente y ciertamente se aparte de acompañarte.

Podemos cumplir con esta importante condición dando los pasos necesarios para lavarnos en sentido simbólico. ¿Qué es lo que nos purificará? La palabra de verdad de Dios. En las Escrituras se compara la palabra de verdad de Dios a agua purificadora. Por ejemplo, el apóstol Pablo escribió que Cristo purificó a su casta novia —la congregación de cristianos ungidos— “limpiándola con el baño de agua por medio de la palabra” a fin de que “sea santa y sin tacha”, y por eso, a los ojos de Jehová se encuentra limpia (Efe. 5:25-27).
(Efesios 5:25-27)
Esposos, continúen amando a sus esposas,
(1 Pedro 3:7) 7 Ustedes, esposos, continúen morando con ellas de igual manera, de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino, puesto que ustedes también son herederos con ellas del favor inmerecido de la vida, a fin de que sus oraciones no sean estorbadas.
tal como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por ella,
(Hechos 20:28) Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del [Hijo] suyo.
(Gálatas 1:4) Él se dio por nuestros pecados para librarnos del inicuo sistema de cosas actual según la voluntad de nuestro Dios y Padre,
26 para santificarla,
(Hebreos 13:11, 12) . . .. 12 Por eso Jesús también, para santificar al pueblo con su propia sangre, sufrió fuera de la puerta.

limpiándola con el baño de agua por medio de la palabra,
(Juan 17:17) 17 Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.
27 para presentarse él a sí mismo la congregación en su esplendor,
(Salmo 45:13) La hija del rey está toda gloriosa dentro [de la casa]; su ropa tiene engastes de oro.
(Tito 2:14) que se dio a sí mismo por nosotros para librarnos de toda clase de desafuero y limpiar para sí un pueblo peculiarmente suyo, celoso de obras excelentes.
sin que tenga mancha, ni arruga, ni ninguna de tales cosas, sino que sea santa y sin tacha.
(2 Corintios 11:2) Porque estoy celoso de ustedes con un celo piadoso, porque yo personalmente los prometí en matrimonio a un solo esposo para presentarlos cual virgen casta al Cristo.
(Efesios 1:4) así como nos escogió en unión con él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin tacha delante de él en amor.
(Colosenses 1:22) él ahora los ha reconciliado de nuevo por medio del cuerpo carnal de aquel mediante [su] muerte, para presentarlos santos y sin tacha y no expuestos a ninguna acusación delante de él,
(Hebreos 10:22) acerquémonos con corazones sinceros en la plena seguridad de la fe, pues los corazones se nos han limpiado por rociadura de una conciencia inicua, y los cuerpos se nos han lavado con agua limpia.
(Revelación 21:27) Pero cualquier cosa que no sea sagrada, y cualquiera que se ocupe en una cosa repugnante, y la mentira, no entrará en ella de ninguna manera; solamente [entrarán] los que estén escritos en el rollo de la vida del Cordero.
Años antes, Jesús había mencionado el poder purificador de la palabra de Dios, palabra que él mismo había proclamado. En efecto, les dijo a sus discípulos: “Ustedes ya están limpios a causa de la palabra que les he hablado” (Juan 15:3).
(Juan 15:3)
Ustedes ya están limpios a causa de la palabra que les he hablado.

(Juan 13:10) Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, sino que está todo limpio. Y ustedes están limpios, pero no todos”.
(Juan 17:17) Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.
(Hechos 15:9) Y no hizo ninguna distinción entre nosotros y ellos, sino que purificó los corazones de ellos por fe.
(1 Pedro 1:22) Ahora que ustedes han purificado sus almas por [su] obediencia a la verdad con el cariño fraternal sin hipocresía como resultado, ámense unos a otros intensamente desde el corazón.

Por lo tanto, la palabra de verdad tiene la capacidad de purificarnos moral y espiritualmente. Si queremos que Dios acepte nuestro servicio, es imprescindible que nos dejemos limpiar por la verdad divina. w10 15/7 3:14, 15
“Tienen que ser santos”

*** w10 15/7 págs. 18-19 párrs. 14-15
Participemos plenamente en la gran cosecha espiritual ***
14 Citando de las Escrituras Hebreas, el apóstol Pedro explicó cuál es la voluntad de Dios para las personas que le sirven: “De acuerdo con el Santo que los llamó, háganse ustedes mismos santos también en toda su conducta, porque está escrito: ‘Tienen que ser santos, porque yo soy santo’” (1 Ped. 1:15, 16; Lev. 19:2; Deu. 18:13). Este texto muestra que los cosechadores tenemos que mantenernos limpios moral y espiritualmente. Y podemos cumplir con esta importante condición dando los pasos necesarios para lavarnos en sentido simbólico. ¿Qué es lo que nos purificará? La palabra de verdad de Dios.
15 En las Escrituras se compara la palabra de verdad de Dios a agua purificadora. Por ejemplo, el apóstol Pablo escribió que Cristo purificó a su casta novia —la congregación de cristianos ungidos— “limpiándola con el baño de agua por medio de la palabra” a fin de que “sea santa y sin tacha”, y por eso, a los ojos de Jehová se encuentra limpia (Efe. 5:25-27). Años antes, Jesús había mencionado el poder purificador de la palabra de Dios, palabra que él mismo había proclamado. En efecto, les dijo a sus discípulos: “Ustedes ya están limpios a causa de la palabra que les he hablado” (Juan 15:3). Por lo tanto, la palabra de verdad tiene la capacidad de purificarnos moral y espiritualmente. Si queremos que Dios acepte nuestro servicio, es imprescindible que nos dejemos limpiar por la verdad divina.


(1 Ped. 1:15, 16; Lev. 19:2; Deu. 18:13).
(1 Pedro 1:15, 16) y más bien, de acuerdo con el Santo que los llamó, háganse ustedes mismos santos también en toda [su] conducta, 16 porque está escrito: “Tienen que ser santos, porque yo soy santo”.
(Levítico 19:2) “Habla a la entera asamblea de los hijos de Israel, y tienes que decirles: ‘Deben resultar santos, porque yo Jehová su Dios soy santo.
(Deuteronomio 18:13) Debes resultar exento de falta con Jehová tu Dios.

(Efesios 5:25-27)
Esposos, continúen amando a sus esposas, tal como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por ella, 26 para santificarla, limpiándola con el baño de agua por medio de la palabra, 27 para presentarse él a sí mismo la congregación en su esplendor, sin que tenga mancha, ni arruga, ni ninguna de tales cosas, sino que sea santa y sin tacha.

(Juan 15:3)
Ustedes ya están limpios a causa de la palabra que les he hablado.

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