lunes, 8 de octubre de 2012

Lunes, 08 de Octubre de 2012


Fecha
CITA BIBLICA
Descripción Biblia
Referencias BIBLICAS
*** Texto del Lunes, 08 de Octubre de 2012 ***
Lunes 8 de octubre
El hombre [...] tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne (Gén. 2:24).

► es12 pág. 100 Octubre
(Génesis 2:24)
Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre,
(Génesis 24:58) Entonces llamaron a Rebeca y le dijeron: “¿Quieres ir con este hombre?”. A su vez, ella dijo: “Estoy dispuesta a ir”.
(Salmo 45:10) Escucha, oh hija, y mira, e inclina tu oído; y olvida tu pueblo y la casa de tu padre.
(Marcos 10:7) Por este motivo dejará el hombre a su padre y a su madre,

(Génesis 2:24) Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne.
(Salmo 45:10) Escucha, oh hija, y mira, e inclina tu oído; y olvida tu pueblo y la casa de tu padre.
y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne.

(Proverbios 5:18) Resulte bendita tu fuente de aguas, y regocíjate con la esposa de tu juventud,
(Malaquías 2:16) Porque él ha odiado un divorciarse —ha dicho Jehová el Dios de Israel—; y al que con violencia ha cubierto su prenda de vestir —ha dicho Jehová de los ejércitos—. Y tienen que guardarse respecto a su espíritu, y no deben tratar traidoramente.
(Mateo 19:5) y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’?
(Romanos 7:2) Por ejemplo, la mujer casada está atada por ley a su esposo mientras este vive; pero si su esposo muere, queda desobligada de la ley de su esposo.
(1 Corintios 6:16) ¡Qué! ¿No saben que el que se une a una ramera es un solo cuerpo? Porque: “Los dos —dice él— serán una sola carne”.
(1 Corintios 7:10) A los casados doy instrucciones —sin embargo, no yo, sino el Señor— de que la esposa no debe irse de su esposo;
(Efesios 5:31) “Por esta razón el hombre dejará a [su] padre y a [su] madre y se adherirá a su esposa, y los dos llegarán a ser una sola carne.”
(Hebreos 13:4) Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros.
Siempre que el apóstol Pablo habló de sus buenos amigos Áquila y Priscila, los mencionó juntos. La unidad de esta pareja ilustra a qué se refería Dios cuando indicó que marido y mujer deben ser “una sola carne”. En efecto, los dos trabajaban lado a lado en su hogar, en su oficio y en el ministerio. Cuando Pablo visitó Corinto por primera vez, lo invitaron a quedarse con ellos en su casa, que al parecer se convirtió temporalmente en la base de operaciones del apóstol. Más tarde, utilizaron su hogar en Éfeso para celebrar las reuniones de la congregación, y juntos ayudaron a cristianos nuevos, como Apolos, a crecer espiritualmente (Hech. 18:2, 18-26).
(Hechos 18:2)
Y halló a cierto judío de nombre Áquila, un natural del Ponto que recientemente había llegado de Italia, y a Priscila su esposa, por el hecho de que Claudio había ordenado que todos los judíos se fueran de Roma. De modo que fue a ellos
(Hechos 18:26) Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Áquila, lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios.
(1 Corintios 16:19) Las congregaciones de Asia les envían sus saludos. Áquila y Prisca, junto con la congregación que está en su casa, los saludan cordialmente en [el] Señor.
(2 Timoteo 4:19) Da mis saludos a Prisca y a Áquila y a la casa de Onesíforo.
(Hebreos 13:24) 24 Den mis saludos a todos los que llevan la delantera entre ustedes, y a todos los santos. Los de Italia les envían sus saludos.
(Hechos 11:28) 28 Uno de ellos, por nombre Ágabo, se levantó, y por el espíritu procedió a indicar que una gran hambre estaba para venir sobre toda la tierra habitada; la cual, de hecho, tuvo lugar en el tiempo de Claudio.
(Hechos 18:18-26)
Sin embargo, Pablo, después de quedarse bastantes días más, se despidió de los hermanos y procedió a embarcarse para Siria, y con él Priscila y Áquila, puesto que en Cencreas él se había hecho cortar al rape el pelo de la cabeza, porque tenía un voto. 19 De modo que llegaron a Éfeso, y a ellos los dejó allí; pero él mismo entró en la sinagoga y razonó con los judíos. 20 Aunque seguían solicitándole que permaneciera por más tiempo, no consintió, 21 sino que se despidió y agregó: “Volveré otra vez a ustedes, si Jehová quiere”. Y se hizo a la mar desde Éfeso 22 y bajó a Cesarea. Y subió y saludó a la congregación, y bajó a Antioquía. 23 Y cuando hubo pasado algún tiempo allí, partió y fue de lugar en lugar a través del país de Galacia y de Frigia, fortaleciendo a todos los discípulos. 24 Ahora bien, cierto judío de nombre Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, llegó a Éfeso; y estaba bien versado en las Escrituras. 25 Este había sido instruido oralmente en el camino de Jehová y, puesto que estaba fulgurante con el espíritu, iba hablando y enseñando con exactitud las cosas acerca de Jesús, pero conocía solamente el bautismo de Juan. 26 Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Áquila, lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios.
(Romanos 16:1) 16 Les recomiendo a Febe nuestra hermana, que es ministra de la congregación que está en Cencreas,
(Números 6:18) ”’Y el nazareo tiene que afeitarse la cabeza de su nazareato a la entrada de la tienda de reunión, y tiene que tomar el pelo de la cabeza de su nazareato y ponerlo sobre el fuego que está debajo del sacrificio de comunión.
(Hechos 21:23) Por lo tanto, haz esto que te decimos: Tenemos cuatro varones que tienen sobre sí un voto.
(Hechos 13:14) Ellos, sin embargo, siguieron adelante desde Perga y llegaron a Antioquía de Pisidia y, entrando en la sinagoga en el día de sábado, tomaron asiento.
(Hechos 17:2) Así que, según tenía por costumbre Pablo, pasó adentro a donde ellos, y por tres sábados razonó con ellos a partir de las Escrituras,
(Hechos 21:6) 6 y nos despedimos los unos de los otros, y nosotros subimos al barco, pero ellos se volvieron a sus hogares.
(Romanos 1:10) rogando que, si de algún modo es posible, ahora por fin sea prosperado en la voluntad de Dios para ir a ustedes.
(1 Corintios 4:19) Pero iré a ustedes dentro de poco, si Jehová quiere, y llegaré a conocer, no el habla de los que están hinchados, sino [su] poder.
(Santiago 4:15) En vez de eso, deberían decir: “Si Jehová quiere, viviremos y también haremos esto o aquello”.
(Gálatas 1:2) 2 y todos los hermanos [que están] conmigo, a las congregaciones de Galacia:
(Hechos 16:6) 6 Además, atravesaron Frigia y el país de Galacia, porque el espíritu santo les había prohibido hablar la palabra en el [distrito de] Asia.
(Hechos 14:22) fortaleciendo las almas de los discípulos, animándolos a permanecer en la fe, y [diciendo]: “Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones”.
(Hechos 15:32) Y Judas y Silas, puesto que ellos mismos también eran profetas, animaron a los hermanos con muchos discursos, y los fortalecieron.

Este fervoroso matrimonio se mudó luego a Roma, donde también abrieron las puertas de su hogar para las reuniones. Posteriormente volvieron a Éfeso, donde siguieron fortaleciendo a los hermanos (Rom. 16:3-5). w11 15/1 2:11
(Romanos 16:3-5)
Den mis saludos a Prisca y a Áquila
(Hechos 18:2) Y halló a cierto judío de nombre Áquila, un natural del Ponto que recientemente había llegado de Italia, y a Priscila su esposa, por el hecho de que Claudio había ordenado que todos los judíos se fueran de Roma. De modo que fue a ellos
(Hechos 18:26) Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Áquila, lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios.
(1 Corintios 16:19) Las congregaciones de Asia les envían sus saludos. Áquila y Prisca, junto con la congregación que está en su casa, los saludan cordialmente en [el] Señor.
(2 Timoteo 4:19) Da mis saludos a Prisca y a Áquila y a la casa de Onesíforo.
mis colaboradores
(1 Corintios 3:9) Porque somos colaboradores de Dios. Ustedes son campo de Dios bajo cultivo, edificio de Dios.
(Colosenses 4:11) y Jesús, que se llama Justo, los cuales son de los circuncisos. Solamente estos son mis colaboradores para el reino de Dios, y estos mismos han venido a ser para mí un socorro fortalecedor.
en Cristo Jesús, 4 los cuales por mi alma han arriesgado su propio cuello,
(1 Juan 3:16) 16 En esto hemos venido a conocer el amor, porque aquel entregó su alma por nosotros; y nosotros estamos obligados a entregar [nuestras] almas por [nuestros] hermanos.

a quienes no solo yo, sino todas las congregaciones de las naciones, dan gracias;
(Efesios 5:20) 20 dando gracias siempre por todas las cosas a nuestro Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
5 y [saluden] a la congregación que está en casa de ellos.
(1 Corintios 16:19) Las congregaciones de Asia les envían sus saludos. Áquila y Prisca, junto con la congregación que está en su casa, los saludan cordialmente en [el] Señor.
(Colosenses 4:15) Den mis saludos a los hermanos [que están] en Laodicea, y a Ninfa y a la congregación [que se reúne] en su casa.
(Filemón 2) y a Apfia, nuestra hermana, y a Arquipo, nuestro compañero de armas, y a la congregación que está en tu casa:
Saluden a mi amado Epéneto, que es primicias de Asia para Cristo.
(1 Corintios 16:15) 15 Ahora los exhorto, hermanos: ustedes saben que la casa de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se pusieron a servir a los santos.
*** w11 15/1 págs. 14-16 Respetemos el don divino del matrimonio ***

Trabajar en unión fortalece el matrimonio

11 Siempre que el apóstol Pablo habló de sus buenos amigos Áquila y Priscila, los mencionó juntos. La unidad de esta pareja ilustra a qué se refería Dios cuando indicó que marido y mujer deben ser “una sola carne” (Gén. 2:24). En efecto, los dos trabajaban lado a lado en su hogar, en su oficio y en el ministerio. Cuando Pablo visitó Corinto por primera vez, lo invitaron a quedarse con ellos en su casa, que al parecer se convirtió temporalmente en la base de operaciones del apóstol. Más tarde, utilizaron su hogar en Éfeso para celebrar las reuniones de la congregación, y juntos ayudaron a cristianos nuevos, como Apolos, a crecer espiritualmente (Hech. 18:2, 18-26). Este fervoroso matrimonio se mudó luego a Roma, donde también abrieron las puertas de su hogar para las reuniones. Posteriormente volvieron a Éfeso, donde siguieron fortaleciendo a los hermanos (Rom. 16:3-5).
12 Durante un tiempo, Áquila y Priscila también desempeñaron con Pablo su oficio de fabricantes de tiendas de campaña. Una vez más, vemos que ambos esposos realizaban sus tareas unidamente, sin andar compitiendo ni discutiendo (Hech. 18:3). Claro, lo que fortalecía la espiritualidad de su matrimonio era el tiempo que pasaban juntos en las actividades cristianas. De hecho, fuera en Corinto, en Éfeso o en Roma, llegaron a ser conocidos como “colaboradores en Cristo Jesús” (Rom. 16:3). En efecto, dondequiera que iban, colaboraban codo a codo en la predicación del Reino.
13 Sin lugar a dudas, la unión matrimonial se fortalece cuando se comparten metas y actividades (Ecl. 4:9, 10). Por desgracia, muchos casados pasan poco tiempo juntos. Dedican largas horas a sus respectivos empleos. Otros viajan mucho por razones de trabajo o incluso emigran al extranjero para enviar dinero a su familia. Hasta cuando están en casa, algunos se aíslan a causa de la televisión, las aficiones, los deportes, los videojuegos o Internet. ¿Ocurre así en su hogar? En tal caso, quizás puedan hacer cambios para pasar más tiempo juntos en diversas tareas, como preparar la comida, lavar los platos, atender el jardín, o cuidar de sus hijos o de sus padres mayores.
14 Más importante aún es que todas las semanas realicen como pareja actividades espirituales. Analizar el texto diario y llevar a cabo la Noche de Adoración en Familia es una magnífica ayuda para unificar sus valores y metas. También lo es salir juntos en la predicación, quizás sirviendo de precursores. ¿Les permiten sus circunstancias hacerlo, aunque sea solo temporalmente, quizás por un mes, un año, o más? (Léase 1 Corintios 15:58.) Una hermana que participaba en el precursorado con su esposo explica: “El ministerio nos permitía compartir momentos y conversar a gusto. Como teníamos en común la meta de ayudar espiritualmente a las personas, yo veía que formábamos un verdadero equipo. Y me sentía más apegada a él, no solo como mi marido, sino también como mi mejor amigo”. Ustedes también deben trabajar en unión para lograr objetivos que valgan la pena. De ese modo conseguirán que sus intereses, prioridades y costumbres vayan armonizándose día a día. Como en el caso de Áquila y Priscila, serán cada vez más “una sola carne”, tanto en su manera de pensar y sentir como en su forma de actuar.

(Hechos 18:3) 3 y, por ser del mismo oficio, se quedó en su casa, y trabajaban, porque el oficio de ellos era hacer tiendas de campaña.

(Romanos 16:3) 3 Den mis saludos a Prisca y a Áquila mis colaboradores en Cristo Jesús,

(Eclesiastés 4:9, 10) 9 Mejores son dos que uno, porque tienen buen galardón por su duro trabajo. 10 Pues si uno de ellos cae, el otro puede levantar a su socio. Pero ¿cómo le irá al que está solo y cae cuando no hay otro que lo levante?

(1 Corintios 15:58) 58 Por consiguiente, amados hermanos míos, háganse constantes, inmovibles, siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su labor no es en vano en lo relacionado con [el] Señor.


(Colosenses 1:23) con tal que, por supuesto, continúen en la fe, establecidos sobre el fundamento, y constantes, y no dejándose mover de la esperanza de esas buenas nuevas que ustedes oyeron, y que se han predicado en toda la creación que está bajo el cielo. De estas [buenas nuevas] yo Pablo llegué a ser ministro.
(Hebreos 3:14) Porque realmente llegamos a ser participantes del Cristo sólo si mantenemos fuertemente asida la confianza que tuvimos al principio con firmeza hasta el fin,
(2 Pedro 3:17) Ustedes, por lo tanto, amados, teniendo este conocimiento de antemano, guárdense para que no vayan a ser llevados con ellos por el error de gente desafiadora de ley y caigan de su propia constancia.



(Romanos 12:11) 11 No sean holgazanes en sus quehaceres. Fulguren con el espíritu. Sirvan a Jehová como esclavos.


(2 Crónicas 15:7) Y ustedes, sean animosos y no dejen caer las manos, porque existe un galardón para su actividad”.
(1 Corintios 3:8) Ahora bien, el que planta y el que riega uno son, pero cada [persona] recibirá su propio galardón según su propia labor.
(Revelación 14:13) Y oí una voz procedente del cielo decir: “Escribe: Felices son los muertos que mueren en unión con [el] Señor desde este tiempo en adelante. Sí, dice el espíritu, que descansen de sus labores, porque las cosas que hicieron van junto con ellos”.

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