lunes, 10 de septiembre de 2012

Lunes, 10 de Septiembre de 2012



TEXTO DEL DIA
CITA BIBLICA

Descripción Biblia
Referencias BIBLICAS

*** Texto del Lunes, 10 de Septiembre de 2012 ***
Lunes 10 de septiembre
[Dios] también dispondrá la salida para que puedan [aguantar] (1 Cor. 10:13).
es12 pág. 91 Septiembre
(1 Corintios 10:13)
Ninguna tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres.
(1 Pedro 5:9) 9 Pero pónganse en contra de él, sólidos en la fe, sabiendo que las mismas cosas en cuanto a sufrimientos van realizándose en toda la asociación de sus hermanos en el mundo.
Pero Dios es fiel,
(1 Tesalonicenses 5:24) El que los llama es fiel, y él también lo hará.
(2 Tesalonicenses 3:3) Pero el Señor es fiel, y él los hará firmes y los guardará del inicuo.
y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar,
(Lucas 22:32) Mas yo he hecho ruego a favor de ti para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez que hayas vuelto, fortalece a tus hermanos”.
(2 Pedro 2:9) Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa, pero reservar a personas injustas para el día del juicio para que sean cortadas [de la existencia],
sino que junto con la tentación también dispondrá la salida para que puedan aguantarla
(1 Samuel 30:6) Y aquello se le hizo muy angustioso a David, porque la gente dijo que lo apedrearan; pues el alma de toda la gente se había amargado, cada uno a causa de sus hijos y sus hijas. De modo que David recurrió a fortalecerse mediante Jehová su Dios.
(Isaías 40:29) Está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía dinámica.
(Hechos 27:44) y que los demás lo hicieran, algunos en tablas y algunos en ciertas cosas del barco. Y así sucedió que todos fueron llevados a salvo a tierra.
(Filipenses 4:13) Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.
Los siervos de Jehová vivimos en un mundo que nos trata con hostilidad, y por eso no nos sorprende vernos ante las tentaciones, el desaliento, la persecución y la presión de quienes nos rodean (Juan 15:17-19).
(Juan 15:17-19)
”Estas cosas les mando: que se amen unos a otros.
(Juan 13:34) Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros.
(1 Juan 3:23) En verdad, este es su mandamiento: que tengamos fe en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos estemos amando unos a otros, así como él nos dio mandamiento.
Si el mundo los odia, saben que me ha odiado a mí antes que los odiara a ustedes.
(Mateo 10:22) Y ustedes serán objeto de odio de parte de toda la gente por motivo de mi nombre; mas el que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo.
(Lucas 19:14) Pero sus ciudadanos lo odiaban, y enviaron tras él un cuerpo de embajadores a decir: ‘No queremos que este llegue a ser rey sobre nosotros’.
(Juan 17:14) Yo les he dado tu palabra, pero el mundo los ha odiado, porque ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.
(1 Juan 3:13) No se maravillen, hermanos, de que el mundo los odie.
Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo.
(1 Juan 4:5) 5 Ellos se originan del mundo; por eso hablan [lo que procede] del mundo y el mundo los escucha.
Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo,
(Juan 17:14) Yo les he dado tu palabra, pero el mundo los ha odiado, porque ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.
(Santiago 4:4) Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.
sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.
(Lucas 6:22) ”Felices son ustedes cuando los hombres los odien, y cuando los excluyan y los vituperen y desechen su nombre como inicuo por causa del Hijo del hombre.
(1 Pedro 4:4) Porque no continúan corriendo con ellos en este derrotero al mismo bajo sumidero de disolución, ellos están perplejos y siguen hablando injuriosamente de ustedes.
Pero, con la ayuda del espíritu santo, lograremos superar todos los desafíos que se presenten en nuestro servicio a Jehová. Él no permitirá que seamos tentados más allá de lo que podemos soportar. Y de ningún modo nos dejará ni nos desamparará (Heb. 13:5).
(Hebreos 13:5)
Que [su] modo de vivir esté exento del amor al dinero,
(1 Timoteo 6:10) 10 Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y, procurando realizar este amor, algunos han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores.
y estén contentos
(Proverbios 30:8) Aleja de mí la falsedad y la palabra mentirosa. No me des ni pobreza ni riqueza. Déjame devorar el alimento prescrito para mí,
(1 Timoteo 6:8) Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas.
con las cosas presentes.
(Filipenses 4:11) 11 No es que esté hablando respecto a estar en necesidad, porque he aprendido, en cualesquiera circunstancias que esté, a ser autosuficiente.
Porque él ha dicho: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé”.
(Deuteronomio 31:6) Sean animosos y fuertes. No tengan miedo ni sufran un sobresalto delante de ellos, porque Jehová tu Dios es el que marcha contigo. No te desamparará ni te dejará enteramente”.
(Deuteronomio 31:8) Y Jehová es el que marcha delante de ti. Él mismo continuará contigo. No te desamparará ni te dejará enteramente. No tengas miedo ni te aterrorices”.
Contamos con la protección y fortaleza que nos brinda la obediencia a las normas bíblicas. Además, valiéndose de su espíritu, Dios puede motivar a nuestros hermanos para que nos den apoyo cuando más lo necesitemos. Por tanto, continuemos buscando espíritu santo mediante la oración y el estudio de las Escrituras. Al ser “hechos poderosos con todo poder al alcance de la gloriosa potencia” de Dios, podremos “[aguantar] plenamente y [ser] sufridos con gozo” (Col. 1:11). w11 15/1 5:18, 19
(Colosenses 1:11)
siendo hechos poderosos con todo poder al alcance de la gloriosa potencia de él
(Efesios 3:16) 16 a fin de que les conceda, según las riquezas de su gloria, que sean hechos poderosos en el hombre que son en el interior, con poder mediante el espíritu de él,
para que aguanten plenamente y sean sufridos con gozo,
(Romanos 5:2, 3) . . .. 3 Y no solo eso, sino que alborocémonos estando en tribulaciones, puesto que sabemos que la tribulación produce aguante;
*** w11 15/1 Poder para superar todas las dificultades ***

Poder para vencer las dificultades y las tentaciones

18 Los siervos de Jehová vivimos en un mundo que nos trata con hostilidad, y por eso no nos sorprende vernos ante las tentaciones, el desaliento, la persecución y la presión de quienes nos rodean (Juan 15:17-19). Pero, con la ayuda del espíritu santo, lograremos superar todos los desafíos que se presenten en nuestro servicio a Jehová. Él no permitirá que seamos tentados más allá de lo que podemos soportar (1 Cor. 10:13). Y de ningún modo nos dejará ni nos desamparará (Heb. 13:5). Contamos con la protección y fortaleza que nos brinda la obediencia a las normas bíblicas. Además, valiéndose de su espíritu, Dios puede motivar a nuestros hermanos para que nos den apoyo cuando más lo necesitemos.
19 Continuemos buscando espíritu santo mediante la oración y el estudio de las Escrituras. Al ser “hechos poderosos con todo poder al alcance de la gloriosa potencia” de Dios, podremos “[aguantar] plenamente y [ser] sufridos con gozo” (Col. 1:11).
[Nota]
Encontrará más ejemplos en La Atalaya del 1 de mayo de 2001, página 16, y en ¡Despertad! del 8 de febrero de 1993, páginas 21 y 22.
*** w01 1/5 pág. 16 párrs. 9-13 Conservemos el gozo en el servicio de Jehová ***
fueron detenidos y sentenciados a largas condenas de prisión por no renunciar a sus creencias bíblicas. La vida en la cárcel era dura, pero estos hermanos encontraron motivos para dar gracias a Dios, igual que Pablo y Silas. La experiencia en la prisión, indicaron, les fortaleció la fe y los ayudó a cultivar cualidades cristianas valiosas, como la generosidad, la empatía y el cariño fraternal. Por ejemplo, compartían el contenido de los paquetes que recibían de su casa con sus hermanos cristianos, quienes consideraban que aquellos artículos adicionales procedían de Jehová, el Dador supremo de “toda dádiva buena y todo don perfecto”. Tales actos de bondad alegraban tanto a los que compartían sus pertenencias como a los que las recibían. De este modo, la experiencia concebida para quebrantar su fe los hizo en realidad más fuertes espiritualmente (Santiago 1:17; Hechos 20:35).
10 A Ella, que también vive en un país donde la obra del Reino estuvo proscrita durante mucho tiempo, la detuvieron por hablar de su esperanza cristiana con otras personas. Durante ocho meses se vio sometida a interrogatorios continuos. Cuando por fin la llevaron a juicio, la condenaron a diez años de prisión en un establecimiento donde no había más adoradores de Jehová. En aquel tiempo, Ella solo tenía 24 años.
11 Por supuesto, a esta joven no le agradaba la idea de pasar en la cárcel la mayor parte de los primeros años de su vida adulta, pero como no estaba en sus manos cambiar la situación, se resolvió a cambiar de actitud. Por consiguiente, decidió considerar la cárcel su territorio de predicación. “Había tanta ocasión para predicar —relata— que el tiempo pasó muy deprisa.” Transcurridos más de cinco años, la interrogaron de nuevo. Sus interrogadores se dieron cuenta de que la reclusión no había acabado con su fe, por lo que le dijeron: “No podemos ponerla en libertad, ya que no ha cambiado”. “¡Pues claro que he cambiado! —contestó con resolución—. Ahora tengo mejor ánimo que cuando ingresé en prisión, y mi fe es más fuerte que antes.” Y agregó: “Si no quieren ponerme en libertad, permaneceré en la cárcel hasta que Jehová considere oportuno liberarme”. Cinco años y medio de reclusión no le habían robado el gozo. Aprendió a estar satisfecha fueran cuales fuesen las circunstancias en las que se hallara. ¿Nos enseña algo su ejemplo? (Hebreos 13:5.)
12 No lleguemos a la conclusión de que Ella posee un don fuera de lo común que le permite hacer frente a tales dificultades. Con relación al período de interrogatorios que vivió antes de que la condenaran, reconoce: “Recuerdo que me castañeteaban los dientes y me sentía como un pollito asustado”. No obstante, tiene fe fuerte en Jehová. Ha aprendido a confiar en él (Proverbios 3:5-7). Como consecuencia, Dios es más real para ella ahora que antes. Explica: “Cada vez que entraba en la sala de interrogatorios, me invadía una sensación de paz. [...] Cuanto más aterradora era la situación, más profunda era la paz”. Esa paz provenía de Jehová. El apóstol Pablo dice: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús” (Filipenses 4:6, 7).
13 Ella, que ya está en libertad, conservó el gozo pese a las dificultades. No lo hizo gracias a sus fuerzas, sino a las que le dio Jehová. Lo mismo le ocurrió al apóstol Pablo, quien escribió: “Por eso muy gustosamente prefiero jactarme respecto de mis debilidades, para que el poder del Cristo permanezca como tienda sobre mí. [...] Porque cuando soy débil, entonces soy poderoso” (2 Corintios 12:9, 10).
*** g93 8/2 págs. 21-23 Mantuve integridad en la Alemania nazi ***
ocasión especial, hacían que todos los operarios nos congregásemos. Se hizo común para entonces el saludo “Heil Hitler!”. Cierto día se me ordenó que tomara parte en instrucción premilitar, de modo que tuve que preguntarme de qué lado estaba.
Por el pasaje de Hechos 4:12 yo sabía que la salvación, o heil, no vendría de Hitler, sino únicamente por medio de Jesucristo. Por lo tanto, no podía decir “Heil Hitler”, y nunca lo hice. Tampoco presté atención a la orden de participar en la instrucción premilitar.
Entre 1936 y 1937 arrestaron a mi madre, a mi hermana menor, Helene, y a dos de mis hermanos, Hans y Ernst. A partir de entonces yo también deseé tomar mi posición a favor del Dios verdadero. Empecé a leer la Biblia por la noche y a pedirle a Jehová que me ayudara. Mi hermana Lisbeth también comenzó a interesarse de nuevo.
Asumo mi posición
Aunque aún no me había bautizado, cuando llegó el momento me puse firmemente del lado de Jehová y me negué a servir en el ejército de Hitler. Fui arrestado y entregado a las autoridades militares. Cinco semanas más tarde, un tribunal militar de Rastenburg me condenó a un año de prisión.
Me condujeron a la prisión central de Stuhm (Prusia occidental), donde me incomunicaron en una celda. Durante los períodos de ejercicios en el patio de la prisión, me consolaba intercambiar miradas con fieles Testigos de Königsberg que conocía desde la infancia. Poco después, mis hermanos Paul, Hans y Ernst fueron encerrados en la misma prisión debido a su fe en Dios. Durante mi incomunicación, mi hermano Hans a veces se las arreglaba para pasarme un pedazo de pan.
Cumplida mi condena, la Gestapo de Königsberg me interrogó repetidas veces. Como me negué a cambiar de decisión, me condujeron al campo de concentración de Sachsenhausen. Allí me asignaron a trabajar en la construcción de un garaje desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde. Debido al trato inhumano, hubo prisioneros que intentaron escapar, aunque sabían que si los atrapaban los matarían de un tiro. En una ocasión vi a un prisionero suicidarse arrojándose sobre el cercado electrificado del campo.
Se intensifica la presión
En septiembre de 1939 estalló la II Guerra Mundial, y como consecuencia se intensificó la presión sobre nosotros en el campo de Sachsenhausen. Se nos impuso más trabajo y se nos quitó la ropa de lana, que era la de más abrigo. El 15 de septiembre los nazis iban a aprovechar el caso de nuestro hermano cristiano August Dickmann, que se había negado a hacer el servicio militar, para dar una lección ejemplar. Convocaron una concentración especial para su ejecución.
Centenares de nosotros, compañeros Testigos, vimos con nuestros propios ojos el fusilamiento de August. Tras esto, se hizo marchar a todos los demás prisioneros, excepto a los testigos de Jehová. Entonces, Cuadrangular preguntó quién estaba dispuesto a firmar la renuncia de su fe, expresando así su deseo de hacerse soldado. Ni uno solo firmó. Cuadrangular estaba furioso.
El invierno de 1939 fue crudo. La poca ropa que teníamos no abrigaba mucho, y estábamos mal alimentados: la muerte pasó factura. Muchos de nuestros hermanos mayores murieron, pero el porcentaje de muertes entre nosotros fue pequeño en comparación con otros grupos de prisioneros. Incluso el robusto Cuadrangular cayó en cama, y murió en febrero de 1940.
A otro campo
Unos días después de la muerte de Cuadrangular, 70 de nosotros fuimos trasladados al pequeño campo de Wewelsburg, cerca de la ciudad de Paderborn. Esperábamos que las condiciones del campo fuesen mejores, pero fue al revés: teníamos menos comida y un trabajo agotador en la cantera. Hubo días en que estábamos completamente empapados de agua y nieve. Durante este período tan angustioso, por las noches me cubría hasta la cabeza con la manta y derramaba mi corazón en llanto ante Jehová. Cada vez que lo hacía, sentía calma interior y paz mental; así recibía de Dios “ayuda al tiempo apropiado”. (Hebreos 4:16.)
Jehová cuidó de nuestra salud espiritual, pues procedentes del campo de concentración de Buchenwald llegaron a Wewelsburg unos Testigos que llevaban consigo alimento espiritual: literatura bíblica. Fuimos pasando en pequeños grupos al barracón de literas, donde celebramos con ellos un estudio de La Atalaya clandestino. Hasta la comida del campo mejoró un poco.
Cuando un compañero Testigo consiguió que trabajara con él en la herrería, agradecí la bondad de Jehová. En los talleres, donde trabajaban principalmente Testigos, los prisioneros recibían mejores raciones de alimento. Además, eran lugares más calientes y no se hostigaba a los prisioneros para que trabajaran. El cambio me benefició físicamente, pues, aunque me había quedado en los huesos, en tan solo seis meses conseguí estar fuerte de nuevo.
Recibo noticias sobre mis hermanos
En Wewelsburg recibí noticias de mi hermana Lisbeth, quien me indicó que nuestro hermano Ernst se había mantenido íntegro a Jehová hasta la muerte. Le habían decapitado el 6 de junio de 1941 en Berlín, después de cuatro años de encarcelamiento. Cuando otros Testigos se enteraron, vinieron a felicitarme. Aquella actitud positiva me conmovió profundamente. Para nosotros era más importante la lealtad que la supervivencia.
Dos años después, el 1 de febrero de 1943, mi hermano mayor, Hans, fue fusilado en Quednau, cerca de Königsberg. Tenía treinta y cuatro años y había permanecido cinco en prisión. Un testigo ocular de su ejecución me dijo algún tiempo después que el oficial le preguntó si tenía un último deseo. Hans pidió que le dejaran hacer una oración, y se lo concedieron. La oración impresionó tanto a los soldados, que cuando el oficial dio la orden de hacer fuego, ninguno le obedeció. Repitió de nuevo la orden, pero solo hubo un disparo, que dio en el cuerpo de Hans. Luego el oficial sacó su propia pistola y culminó la ejecución.
Otros ejemplos de integridad
Veintisiete de los Testigos trasladados de Buchenwald a Wewelsburg fueron seleccionados para hacer el servicio militar y fueron destinados a distintas unidades. Todos se negaron a entrar en filas salvo uno, que aceptó servicio no combatiente. Aunque trataron de intimidar a los 26 hermanos asegurándoles que serían ejecutados, de nada sirvió. Cuando se les trajo de nuevo al campo de Wewelsburg, el comandante los amenazó, diciendo: “En cuatro semanas servirán de abono para las margaritas”.
A partir de ese momento, estos fieles hermanos fueron objeto de tratos muy duros. Las SS idearon todo medio posible de oprimirlos, agotarlos y atormentarlos, si cabe, hasta morir. ¡Pero los 26 sobrevivieron! Más tarde se trató igual a prisioneros que no eran Testigos y se produjeron muchas muertes, incluso en poco tiempo.
La integridad de mis hermanas
En abril de 1943 me trasladaron al campo de Ravensbrück. Aunque era un campo para mujeres, tenía una pequeña sección para hombres. Me pusieron a trabajar en el taller de reparación de automóviles, justo enfrente del campo de mujeres. Las hermanas que pasaban cerca se fijaron en mi triángulo púrpura. ¡Qué alegría poder intercambiar un velado saludo o una cálida sonrisa! Pronto corrió la voz de que yo era el hijo de la abuela Rehwald. En efecto, mi madre, mi hermana Helene y mi cuñada, la esposa de mi difunto hermano Hans, estaban allí.
Nuestras hermanas cristianas me proporcionaron ropa interior y de vez en cuando me daban un pedazo de pan. En cierta ocasión organizaron las cosas de tal modo que me fue posible hablar a escondidas con mi querida madre. De habernos descubierto, las consecuencias habrían sido graves. ¡Qué encuentro tan feliz! Mi madre murió algunos meses después, poco antes de que el campo fuera liberado. Había permanecido fiel hasta la muerte.

(Santiago 1:17)
Toda dádiva buena y todo don perfecto es de arriba, porque desciende del Padre de las luces [celestes], y con él no hay la variación del giro de la sombra.

(Hechos 20:35)
En todas las cosas les he exhibido que por medio de laborar así tienen que prestar ayuda a los que son débiles, y tienen que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar que en recibir’”

(Hebreos 13:5)
Que [su] modo de vivir esté exento del amor al dinero, y estén contentos con las cosas presentes. Porque él ha dicho: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé”.

(Proverbios 3:5-7)
Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. 6 En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas. 7 No te hagas sabio a tus propios ojos. Teme a Jehová y apártate de lo malo.

(Filipenses 4:6, 7)
No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; 7 y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús.

(2 Corintios 12:9, 10)
y, con todo, él realmente me dijo: “Mi bondad inmerecida es suficiente para ti; porque [mi] poder está perfeccionándose en la debilidad”. Por eso muy gustosamente prefiero jactarme respecto de mis debilidades, para que el poder del Cristo permanezca como tienda sobre mí. 10 Por lo tanto me complazco en debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones y dificultades, por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy poderoso.

(Hechos 4:12)
Además, no hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre debajo del cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos”.

(Hebreos 4:16)
Acerquémonos, por lo tanto, con franqueza de expresión al trono de la bondad inmerecida, para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado.



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