martes, 11 de septiembre de 2012

Martes, 11 de Septiembre de 2012





TEXTO DEL DIA

CITA BIBLICA
Descripción Biblia

Referencias BIBLICAS
*** Texto del Martes, 11 de Septiembre de 2012 ***
Martes 11 de septiembre
¡Maldito sea el día en que nací! (Jer. 20:14.)
► es12 pág. 91 Septiembre
(Jeremías 20:14)
¡Maldito sea el día en que nací! ¡No llegue a ser bendecido el día en que mi madre me dio a luz!
(Job 3:3) “Perezca el día en que llegué a nacer; también la noche en que alguien dijo: ‘¡Un hombre físicamente capacitado ha sido concebido!’.
(Jeremías 15:10) ¡Ay de mí, oh madre mía, porque me has dado a luz, hombre sujeto a riña y hombre sujeto a contienda con toda la tierra! No he dado un préstamo, y no me han dado un préstamo. Todos ellos están invocando el mal contra mí.

(Job 10:18) ¿Por qué, pues, me sacaste de la matriz? Que hubiera expirado, para que ni siquiera un ojo me viera,
(Jeremías 15:10) ¡Ay de mí, oh madre mía, porque me has dado a luz, hombre sujeto a riña y hombre sujeto a contienda con toda la tierra! No he dado un préstamo, y no me han dado un préstamo. Todos ellos están invocando el mal contra mí.
(Jeremías 20:15) ¡Maldito sea el hombre que le llevó buenas nuevas a mi padre, y dijo: “¡Te ha nacido un hijo, un varón!”. Positivamente lo regocijó.
(Salmo 109:28) Que ellos, por su parte, pronuncien una invocación de mal, pero que tú, por tu parte, pronuncies una bendición. Se han levantado, pero que sean avergonzados, y que tu propio siervo se regocije.
(Proverbios 26:2) Tal como el pájaro tiene motivo para huir, [y] tal como la golondrina para volar, así una invocación de mal misma no viene sin verdadero motivo.
Muchos siervos de Jehová realizan su ministerio en lugares donde hace falta gran aguante. Ese fue el caso de Jeremías, quien profetizó en Judá durante los agitados últimos días de aquel reino. A diario tenía que dar prueba de su fe en Dios cumpliendo con el difícil mandato de anunciar sus mensajes de juicio. Hubo un momento en el que hasta su leal secretario, Baruc, se quejó de lo fatigosa que era su situación (Jer. 45:2, 3).
(Jeremías 45:2, 3)
“Esto es lo que Jehová el Dios de Israel ha dicho respecto a ti, oh Baruc: 3 ‘Has dicho: “¡Ay de mí,
(Jeremías 15:10) 10 ¡Ay de mí, oh madre mía, porque me has dado a luz, hombre sujeto a riña y hombre sujeto a contienda con toda la tierra! No he dado un préstamo, y no me han dado un préstamo. Todos ellos están invocando el mal contra mí.
ahora, porque Jehová ha añadido desconsuelo a mi dolor! Me he fatigado a causa de mi suspirar, y no he hallado lugar de descanso”’.
(Jeremías 8:18) 18 Un desconsuelo que no tiene remedio ha subido en mí. Mi corazón está enfermo.
¿Cedió Jeremías al desánimo? Bueno, en una ocasión se deprimió tanto que exclamó: “¿Por qué he salido de la [...] matriz para ver duro trabajo y desconsuelo y para que mis días se acaben en pura vergüenza?” (Jer. 20:15, 18)
(Jeremías 20:15)
¡Maldito sea el hombre que le llevó buenas nuevas a mi padre, y dijo: “¡Te ha nacido un hijo, un varón!”. Positivamente lo regocijó.
(Salmo 127:3) ¡Miren! Los hijos son una herencia de parte de Jehová; el fruto del vientre es un galardón.
(Lucas 1:58) Y sus vecinos y sus parientes oyeron que Jehová había engrandecido para con ella su misericordia, y empezaron a regocijarse con ella.
(Jeremías 20:18)
¿Por qué he salido de la mismísima matriz
(Job 3:20) ¿Por qué da él luz al que sufre desgracia, y vida a los amargados de alma?
(Job 14:1) ”El hombre, nacido de mujer, es de vida corta y está harto de agitación.
para ver duro trabajo y desconsuelo
(Salmo 90:10) En sí mismos los días de nuestros años son setenta años; y si debido a poderío especial son ochenta años, sin embargo su insistencia está en penoso afán y cosas perjudiciales; porque tiene que pasar rápidamente, y volamos.
(Lamentaciones 3:1) Soy el hombre físicamente capacitado que ha visto la aflicción a causa del bastón de su furor.
y para que mis días se acaben en pura vergüenza?
(Santiago 5:10) 10 Hermanos, tomen por modelo de sufrir el mal y de ejercer paciencia a los profetas, que hablaron en el nombre de Jehová.
Con todo, el fiel profeta no se rindió. Siguió esperando en Jehová. Como consecuencia, pudo ver el cumplimiento de las palabras de Dios que encontramos en Jeremías 17:7: “Bendito es el hombre físicamente capacitado que confía en Jehová, y cuya confianza Jehová ha llegado a ser”. w11 15/3 2:7, 8
(Jeremías 17:7)
7 Bendito es el hombre físicamente capacitado que confía en Jehová, y cuya confianza Jehová ha llegado a ser.
(Salmo 34:8) Gusten y vean que Jehová es bueno; feliz es el hombre físicamente capacitado que se refugia en él.
(Salmo 125:1) Los que confían en Jehová son como el monte Sión, al que no se le puede hacer tambalear, sino que mora aun hasta tiempo indefinido.
(Salmo 146:5) Feliz es el que tiene al Dios de Jacob por ayuda suya, cuya esperanza está en Jehová su Dios,
(Proverbios 16:20) El que está mostrando perspicacia en un asunto hallará el bien, y feliz es el que está confiando en Jehová.
(Isaías 26:3) La inclinación que está bien sostenida la salvaguardarás en paz continua, porque en ti se hace que uno confíe.
(Isaías 30:18) Y por lo tanto Jehová se mantendrá en expectación de mostrarles favor a ustedes, y por lo tanto se levantará para mostrarles misericordia. Porque Jehová es un Dios de juicio. Felices son todos los que se mantienen en expectativa de él.
w11 15/3 2:7, 8

Confiemos en Dios al encarar indiferencia y oposición

7 Muchos siervos de Jehová realizan su ministerio en lugares donde hace falta gran aguante. Ese fue el caso de Jeremías, quien profetizó en Judá durante los agitados últimos días de aquel reino. A diario tenía que dar prueba de su fe en Dios cumpliendo con el difícil mandato de anunciar sus mensajes de juicio. Hubo un momento en el que hasta su leal secretario, Baruc, se quejó de lo fatigosa que era su situación (Jer. 45:2, 3). ¿Cedió Jeremías al desánimo? Bueno, en una ocasión se deprimió tanto que exclamó: “¡Maldito sea el día en que nací! [...] ¿Por qué he salido de la [...] matriz para ver duro trabajo y desconsuelo y para que mis días se acaben en pura vergüenza?” (Jer. 20:14, 15, 18).
8 Con todo, el fiel profeta no se rindió. Siguió esperando en Jehová. Como consecuencia, pudo ver el cumplimiento de las palabras de Dios que encontramos en Jeremías 17:7, 8: “Bendito es el hombre físicamente capacitado que confía en Jehová, y cuya confianza Jehová ha llegado a ser. Y ciertamente llegará a ser como un árbol plantado junto a las aguas, que envía sus raíces al mismísimo lado de la corriente de agua; y no verá cuando venga el calor, sino que su follaje realmente resultará frondoso. Y en el año de sequía no se inquietará, ni dejará de producir fruto”.
9 Como árbol frondoso “plantado junto a las aguas” que riegan un huerto, Jeremías nunca dejó de “producir fruto”. En vez de hacer caso de las malvadas burlas de la gente, se aferró a Jehová, la Fuente de “agua” vivificante, y tomó muy en serio todo lo que él le dijo (léase Salmo 1:1-3; Jer. 20:9). ¡Qué magnífico ejemplo para todos, y más para quienes sirven en territorios difíciles! Si ese es nuestro caso, acudamos siempre a Jehová. Él nos dará la perseverancia necesaria para seguir haciendo “declaración pública de su nombre” (Heb. 13:15).
10 Para ayudarnos a sobrellevar estos últimos días, Jehová nos brinda un verdadero paraíso espiritual. Entre otras bendiciones, nos ha dado la Biblia completa, la cual se está traduciendo con fidelidad a cada vez más idiomas. Además, a través del esclavo fiel nos va sirviendo a su debido tiempo un banquete de alimento espiritual. Y también nos permite disfrutar de compañerismo edificante con una gran multitud de hermanos en nuestras reuniones y asambleas. ¿Sacamos buen partido de todas estas bendiciones? Todos los que así lo hagan “clamarán gozosamente a causa de la buena condición de corazón”. Pero quienes no escuchen a Dios “darán alaridos a causa del dolor de corazón y aullarán a causa de puro quebranto de espíritu” (Isa. 65:13, 14).

Salmo 1:1-3
Feliz es el hombre que no ha andado en el consejo de los inicuos, y en el camino de los pecadores no se ha parado, y en el asiento de los burladores no se ha sentado.  2 Antes bien, su deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja.  3 Y ciertamente llegará a ser como un árbol plantado al lado de corrientes de agua, que da su propio fruto en su estación y cuyo follaje no se marchita, y todo lo que haga tendrá éxito

(Jeremías 20:9)
Y dije: “No voy a hacer mención de él, y no hablaré más en su nombre”. Y en mi corazón resultó ser como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos; y me cansé de contener, y no pude [aguantarlo].

(Hebreos 13:15)
Mediante él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre

(Isaías 65:13, 14)
Por lo tanto, esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “¡Miren! Mis propios siervos comerán, pero ustedes mismos padecerán hambre. ¡Miren! Mis propios siervos beberán, pero ustedes mismos padecerán sed. ¡Miren! Mis propios siervos se regocijarán, pero ustedes mismos sufrirán vergüenza. 14 ¡Miren! Mis propios siervos clamarán gozosamente a causa de la buena condición de corazón, pero ustedes mismos darán alaridos a causa del dolor de corazón y aullarán a causa de puro quebranto de espíritu.



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