TEXTO DEL
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CITA
Descripción Biblia
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Referencias
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*** Texto del lunes,
14 de enero de 2013 ***
Lunes 14 de enero
Los que [se casen] tendrán
tribulación en la carne (1 Cor.
7:28).
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(1 Corintios 7:28) Pero aunque te casaras, no cometerías ningún pecado. Y si una [persona] virgen se
casara, la tal no cometería ningún pecado. No obstante, los que lo hagan
tendrán tribulación en la carne. Pero
yo les ahorro [eso].
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(Hebreos 13:4)
4 Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el
lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores
y a los adúlteros.
(Génesis 3:16) 16 A la mujer
dijo: “Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez; con dolores de parto
darás a luz hijos, y tu deseo vehemente será por tu esposo, y él te
dominará”.
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Muchos recién
casados se sorprenden —e incluso se llevan una decepción— al descubrir que
no siempre coinciden en temas importantes. Tal vez choquen al hablar del
dinero, las actividades del tiempo libre, el lugar de residencia o las
visitas a sus familias. Y quizás vean que los defectos y manías del
otro, que antes de la boda les parecían insignificancias, ahora los exasperan
y les dificultan la convivencia. Por eso, lo mejor es que ambos traten todos
estos asuntos mientras aún son novios. La clave del éxito y la felicidad
en el matrimonio es que ambos cónyuges afronten juntos los retos que se
presenten. Los dos han de ponerse de acuerdo sobre asuntos como la educación
de los hijos y el cuidado de los padres mayores, sin permitir que los
problemas familiares los separen. Si se guían por los principios
bíblicos, lograrán solucionar las dificultades —o al menos sobrellevarlas— y,
en definitiva, seguir unidos y felices (1 Cor. 7:10, 11). w11 15/10 2:14-16
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(1 Corintios 7:10, 11) A los casados doy
instrucciones —sin embargo, no yo, sino el Señor—
de que la esposa no debe irse de su esposo;
11 pero si de hecho se fuera, que permanezca sin
casarse, o, si no, que se reconcilie con su esposo; y el esposo no debe dejar
a su esposa.
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(Mateo
5:32) 32 Sin embargo, yo les digo que todo el
que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, la expone
al adulterio, y cualquiera que se case con una divorciada comete adulterio.
(Jeremías 3:20)
‘Verdaderamente, [como] una esposa se ha ido traidoramente de su compañero,
así ustedes, oh casa de Israel, me han tratado traidoramente a mí’, es la
expresión de Jehová.”
(Mateo
19:6) De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo
que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”.
(Marcos
10:11) Y él les dijo: “Cualquiera que se divorcie de su esposa y se
case con otra comete adulterio contra ella,
(Lucas
16:18) ”Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete
adulterio, y el que se casa con una mujer divorciada de un esposo comete
adulterio.
(Números
14:33) Y sus hijos llegarán a ser pastores en el desierto cuarenta
años, y tendrán que responder por los actos de fornicación de ustedes, hasta
que los cadáveres de ustedes se acaben en el desierto.
(Jueces
19:2) Y su concubina empezó a cometer fornicación contra él. Por fin
se fue de él a la casa de su padre en Belén de Judá, y continuó allí cuatro
meses completos.
(Ezequiel
23:11) ”Cuando su hermana Oholibá [lo] llegó a ver, entonces ejerció
su deseo sensual más ruinosamente que ella, y su prostitución más que la fornicación
de su hermana.
(Oseas
2:5) Porque la madre de ellos ha cometido fornicación. La que estuvo
encinta con ellos ha actuado vergonzosamente, porque ha dicho: ‘Quiero ir
tras los que me aman apasionadamente, los que [me] dan mi pan y mi agua, mi
lana y mi lino, mi aceite y mi bebida’.
(Marcos
7:21) porque de dentro, del corazón de los hombres, proceden
razonamientos perjudiciales: fornicaciones, hurtos, asesinatos,
(Hechos
5:29) En respuesta, Pedro y los [otros] apóstoles dijeron: “Tenemos
que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.
(Marcos
10:11) Y él les dijo: “Cualquiera que se divorcie de su esposa y se
case con otra comete adulterio contra ella,
(Lucas
16:18) ”Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete
adulterio, y el que se casa con una mujer divorciada de un esposo comete
adulterio.
(Romanos
7:3) Así es que, mientras vive su esposo, sería llamada adúltera si
llegara a ser de otro hombre. Pero si su esposo muere, queda libre de la ley
de él, de modo que no es adúltera si llega a ser de otro hombre.
(Mateo
19:9) 9 Yo les digo que cualquiera que se
divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, y se case con
otra, comete adulterio”.
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*** w11 15/10 Consejos sabios sobre la
soltería y el matrimonio ***
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Consejos sabios sobre la soltería
y el matrimonio
“Esto lo digo [...] para moverlos a lo que es
decoroso y a lo que resulta en atender constantemente al Señor sin
distracción.” (1 COR. 7:35)
LAS relaciones personales entre hombres y mujeres
son fuente de grandes alegrías, pero también de inquietudes y frustraciones.
Los cristianos hacen bien en buscar la guía de Jehová a fin de mantener el
equilibrio emocional al tratar con el sexo opuesto. Pero esa no es la
única razón por la que deben acudir a su Padre celestial. Hay solteros que,
aunque están contentos con su estado, sienten que los amigos o familiares los
presionan para que busquen su “media naranja”. Otros, por el contrario,
desean casarse, pero no encuentran la pareja adecuada. Y los que ya
han comenzado un noviazgo necesitan orientación sobre cómo prepararse para
las responsabilidades matrimoniales. Además, estemos casados o no, todos nos
enfrentamos a situaciones que ponen a prueba nuestra pureza moral.
2 Sean cuales
sean nuestras circunstancias, está claro que repercuten en nuestra felicidad
y, más importante aún, en nuestra relación con Jehová. Por eso, conviene
analizar las sabias recomendaciones sobre la soltería y el matrimonio que
hizo el apóstol Pablo en el capítulo 7 de su primera carta a los Corintios.
Como él mismo explicó, las puso por escrito para animarnos a mantener un
comportamiento “decoroso”, o decente, y a “atender constantemente al Señor
sin distracción” (1 Cor. 7:35). Mientras repasamos estos valiosos consejos,
reflexionemos en cómo podemos aprovechar nuestra situación en la vida —seamos
solteros o casados— para servir a Jehová de forma más plena.
Una decisión trascendental que cada
uno debe tomar
3 En la
sociedad judía del siglo primero, el matrimonio se consideraba el estado
ideal. Y lo mismo sucede ahora en diversas culturas: si alguien sigue
soltero a cierta edad, los parientes y amigos se preocupan y se sienten en la
obligación de ofrecerle sugerencias. Puede que lo animen a esforzarse más por
buscar pareja o incluso le mencionen que tal o cual persona podría ser un
buen partido. Quizás hasta actúen de casamenteros y se las ingenien para que
conozca a alguien. Pero iniciativas como estas pueden conducir a situaciones
muy incómodas, amistades rotas y sentimientos heridos.
4 Pablo nunca
presionó a nadie ni para que se casara ni para que se quedara
soltero (1 Cor. 7:7). Aunque él era feliz sirviendo a Jehová sin la
compañía de una esposa, respetaba el derecho de los demás a contraer
matrimonio. En lo que respecta a su estado civil, cada uno tiene derecho
a tomar su propia decisión sin que nadie lo empuje en una u otra dirección.
Cómo aprovechar al máximo la
soltería
5 En su
mensaje a la congregación de Corinto, Pablo destacó los beneficios
espirituales de estar soltero (léase 1 Corintios
7:8). Aunque no estaba casado, jamás actuó como los
religiosos de la cristiandad que se creen mejores por guardar el celibato.
Lo que hizo fue señalar que la soltería les proporciona a los
proclamadores del Reino una ventaja. ¿Cuál?
6 En muchos
casos, pueden aceptar responsabilidades de servicio que tal vez quedarían
fuera de su alcance si estuvieran casados. Sin ir más lejos, Pablo tuvo el
gran privilegio de ser “apóstol a las naciones” (Rom. 11:13). Cuando leemos
los capítulos 13 a 20 de Hechos, vemos que, como parte de su ministerio,
viajó con otros misioneros, abrió territorios y fundó congregaciones en un
lugar tras otro. En su servicio se enfrentó a problemas que casi ninguno
de nosotros ha experimentado (2 Cor. 11:23-27, 32, 33). Pero
disfrutaba tanto haciendo discípulos que no le importaba llevar una vida
tan sacrificada (1 Tes. 1:2-7, 9; 2:19). ¿Habría alcanzado todos
esos logros de haber tenido esposa e hijos? Es poco probable.
7 Muchos
cristianos solteros aprovechan su situación actual para fomentar los
intereses del Reino. Ese es el caso de Sara y Limbania, dos precursoras de
Bolivia que se han mudado a un pequeño pueblo donde hacía años que nadie
predicaba. Aunque la localidad carece de servicio eléctrico, ellas explican
que no les supone ningún problema: “Como no hay ni radio
ni televisión, la gente puede dedicarse sin distracciones a su
pasatiempo favorito: la lectura”. De hecho, unos vecinos les mostraron
varias publicaciones nuestras que dejaron de imprimirse tiempo atrás, pero
que ellos todavía leen. Estas dos hermanas encuentran personas interesadas en
el mensaje en casi todas las casas, por lo que apenas logran abarcar el
territorio. Cuentan que una señora de edad avanzada les dijo: “Si los
testigos de Jehová han llegado hasta aquí, ¡eso es que el fin está muy
cerca!”. Gracias a su labor, varios habitantes comenzaron enseguida a asistir
a las reuniones de la congregación.
8 Es verdad
que los matrimonios también obtienen excelentes resultados al anunciar las
buenas nuevas en territorios donde no es fácil predicar. Pero no es
menos cierto que los precursores solteros pueden aceptar asignaciones que
resultarían muy difíciles para quienes están casados o son padres.
Al destacar los beneficios de la soltería en el servicio de Jehová,
Pablo sin duda estaba tomando en cuenta la enorme obra que había por delante.
Su deseo era que todos experimentaran el mismo gozo que él en su
ministerio.
9 Una
precursora soltera de Estados Unidos escribió: “Algunos creen que para ser
feliz hay que casarse. Pero yo he comprobado que la verdadera felicidad
no depende de eso, sino de nuestra amistad con Jehová. Claro, la
soltería exige sacrificios, pero si se le sabe sacar partido, es un regalo
fantástico”, y agregó: “En vez de obstaculizar la felicidad, ser soltero
puede favorecerla. Jehová nos quiere mucho a todos, sin importar que tengamos
cónyuge o no”. Hoy día, esta hermana disfruta sirviendo en un lugar donde se
necesitan publicadores del Reino. Todo el que no esté casado debería
preguntarse: “¿Sería posible que aprovechara mi libertad para aumentar mi
participación en la obra?”. Bien pudiera descubrir que, en su caso, la
soltería es un regalo divino de valor incalculable.
Solteros que desean casarse
10 Tras
permanecer solteros por un tiempo, muchos cristianos fieles piensan en el
matrimonio. Como saben que necesitan la guía de Jehová, le piden que los
ayude a encontrar un buen cónyuge (léase 1 Corintios
7:36).
11 Algunos
cristianos anhelan hallar un cónyuge que sirva de todo corazón a Jehová. ¿Es
ese su caso? Entonces, recurra constantemente a la oración (Fili.
4:6, 7). Aunque lleve mucho tiempo esperando, no se desanime. Puede
tener la certeza de que Dios lo comprende y amorosamente le dará la ayuda
emocional que necesita para enfrentarse a la situación (Heb. 13:6).
12 Algunos
cristianos que buscan pareja reciben propuestas matrimoniales de personas que
no están fuertes en la verdad o ni siquiera son Testigos. Aunque la
soledad sea muy dura, deben recordar que hacer una mala elección podría
causarles muchísimo más dolor y sufrimiento. Y para bien o para mal, una
vez que den el “sí, quiero”, no habrá vuelta atrás (1 Cor. 7:27).
Por tanto, jamás cedamos a la desesperación. Podríamos cometer un error del
que quizá nos arrepintamos toda la vida (léase 1 Corintios
7:39).
Cómo prepararse
para la vida de casado
13 Como vimos
antes, Pablo destacó los beneficios de la soltería, pero jamás menospreció a
los siervos de Jehová que optaron por casarse. Todo lo contrario. Guiado por
el espíritu santo, escribió consejos que ayudan a las parejas a comprender
mejor los retos de la vida matrimonial y la manera de lograr una unión
sólida.
14 A decir
verdad, algunas parejas necesitan replantearse sus expectativas. Durante el
noviazgo, tal vez crean que su amor es único y extraordinario, y que eso les
garantiza el éxito. Llegan a la boda como si fueran los protagonistas de un
cuento de hadas, pensando que nada en el mundo podrá empañar su alegría.
Si fueran más realistas, comprenderían que forzosamente surgirán
problemas en el matrimonio y que el romanticismo, por maravilloso que sea,
no bastará para hacerles frente (léase 1 Corintios
7:28).
15 Muchos
recién casados se sorprenden —e incluso se llevan una decepción— al
descubrir que no siempre coinciden en temas importantes. Tal vez choquen
al hablar del dinero, las actividades del tiempo libre, el lugar de
residencia o las visitas a sus familias. Y quizás vean que los defectos y
manías del otro, que antes de la boda les parecían insignificancias, ahora
los exasperan y les dificultan la convivencia. Por eso, lo mejor es que ambos
traten todos estos asuntos mientras aún son novios.
16 La clave del
éxito y la felicidad en el matrimonio es que ambos cónyuges afronten juntos
los retos que se presenten. Los dos han de ponerse de acuerdo sobre asuntos
como la educación de los hijos y el cuidado de los padres mayores, sin
permitir que los problemas familiares los separen. Si se guían por los principios
bíblicos, lograrán solucionar las dificultades —o al menos sobrellevarlas— y,
en definitiva, seguir unidos y felices (1 Cor. 7:10, 11).
17 Pablo pone
sobre el tapete otra realidad de la vida matrimonial en 1 Corintios
7:32-34 (léase). Señala que el hombre casado inevitablemente
“se inquieta por las cosas del mundo”, es decir, por la comida, la ropa, la
casa y otros asuntos necesarios. ¿A qué se debe tanta preocupación?
A que tiene que cuidar de su esposa y hacerla feliz. Antes podía
concentrarse en el ministerio, pero ahora debe dedicarle a ella buena parte
de su tiempo y energías. Y lo mismo cabe decir de la mujer. ¡Qué bueno
es ver que nuestro sabio Padre reconoce esta necesidad! Jehová comprende que
los casados tienen que fortalecer su unión y que ello les exige parte del
tiempo y las energías que antes invertían en su servicio.
18 Las palabras
de Pablo nos permiten extraer otra lección. Si para atender a su pareja
el casado tiene que sacrificar parte del tiempo que antes empleaba en el
servicio a Dios, ¿no debería hacer algo parecido con su vida social?
Pensemos: ¿cómo le afectaría a una mujer que su esposo fuera a practicar
deporte con sus amigos con tanta frecuencia como cuando estaba soltero?
¿Y cómo se sentiría un hombre si su esposa siguiera pasando muchas horas
con sus amigas? Sin duda, no tardarían en dudar del cariño de la otra
persona y sentirse abandonados e infelices. Pero esto no ocurrirá si la
pareja se esfuerza al máximo por mantener vivos sus lazos (Efe. 5:31).
Jehová nos exige pureza moral
19 Todos los
siervos de Jehová comprenden que es esencial huir de la inmoralidad sexual.
Hay quienes se casan para evitar problemas en este sentido. No obstante,
conviene tener claro que el matrimonio no es una protección automática.
En tiempos bíblicos, las ciudades amuralladas solo defendían a quienes
se quedaban dentro. Si salían al exterior, se exponían a ser asaltados,
o incluso asesinados, por las bandas de maleantes. Del mismo modo, los
esposos solo estarán resguardados contra la inmoralidad mientras se mantengan
dentro de los límites que ha establecido Jehová, el Creador del matrimonio.
20 ¿Cuáles son
esos límites? Pablo los definió claramente en 1 Corintios 7:2-5.
La esposa es la única persona que posee el derecho a disfrutar de
relaciones íntimas con su cónyuge, y lo mismo puede decirse del esposo.
Se espera que cada uno le proporcione al otro “lo que le es debido” en
el ámbito sexual. Por desgracia, hay quienes descuidan a su pareja en este
asunto porque pasan extensos períodos alejados el uno del otro, sea por
cuestiones de trabajo o por tomar vacaciones por separado. ¡Qué triste sería
que, en esta situación, alguien cediera a la tentación del Diablo y cometiera
adulterio “por su falta de regulación”! Jehová bendecirá a todos los cabezas
de familia que se esfuercen por dar lo necesario a los suyos sin poner en
peligro su matrimonio (Sal. 37:25).
Beneficios de obedecer los consejos
bíblicos
21 Las
decisiones referentes a la soltería y el matrimonio no son nada fáciles
de tomar. Ninguno de nosotros está libre de la imperfección, la culpable de
la mayoría de los problemas entre las personas. Por eso, hasta quienes
cuentan con la bendición de Jehová —estén casados o no— experimentan de vez
en cuando dificultades de este tipo. En cualquier caso, el cristiano que
aplique los sabios consejos del capítulo 7 de Primera a los Corintios se
ahorrará muchos disgustos y, sobre todo, “hará [las cosas] bien” a los ojos
de Dios, independientemente de cuál sea su estado civil (léase 1 Corintios
7:37, 38). Sin duda, no hay nada más
importante que recibir la aprobación divina. Si contamos con ella,
podremos vivir eternamente en el nuevo mundo, donde las relaciones entre
hombres y mujeres ya no se verán afectadas por las presiones de la
sociedad actual.
[Nota]
Véase el libro El secreto de
la felicidad familiar, capítulo 2, párrafos 16
a 19.
¿Sabe la respuesta?
• ¿Por qué no se debe presionar a nadie para
que se case?
• ¿De qué forma aprovechará mejor el tiempo el
cristiano soltero?
• ¿Cómo pueden prepararse los novios para la vida de
casados?
• ¿Por qué no es el matrimonio una protección
automática contra la inmoralidad sexual?
[Preguntas del estudio]
1, 2. ¿Por
qué debemos analizar los consejos de la Biblia sobre la soltería y el matrimonio?
3, 4.
a) ¿Qué puede ocurrir si alguien se preocupa demasiado por un familiar o
un amigo que sigue soltero? b) ¿Cómo nos ayuda el consejo de Pablo a
adoptar una actitud equilibrada respecto al matrimonio?
5, 6. ¿Por
qué recomendó Pablo la soltería?
7. ¿Cómo
aprovechan dos precursoras su soltería para fomentar los intereses del Reino?
8, 9.
a) ¿Qué tenía Pablo en mente al destacar los beneficios de la soltería?
b) ¿Con qué ventajas cuentan los cristianos no casados?
10, 11. ¿Qué apoyo les brinda Jehová a quienes
desean casarse pero no encuentran un buen cónyuge?
12. ¿Por qué conviene pensarlo bien antes de aceptar
una propuesta de matrimonio?
13-15. ¿Qué posibles problemas deben tratarse
durante el noviazgo?
16. ¿Por qué es importante que los cónyuges se
pongan de acuerdo sobre la forma de afrontar los retos del matrimonio?
17. ¿Qué preocupación por “las cosas del mundo”
suelen experimentar los casados?
18. ¿Qué cambios en la vida social suelen ser
necesarios tras la boda?
19, 20. a) ¿Por qué no es el matrimonio
una protección automática contra la inmoralidad sexual? b) ¿A qué
peligro se exponen las parejas que pasan largos períodos separadas?
21. a) ¿Por qué es tan difícil tomar decisiones
sobre la soltería y el matrimonio? b) ¿Cómo nos ayuda el capítulo 7 de
Primera a los Corintios?
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lunes, 14 de enero de 2013
lunes, 14 de enero de 2013
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