TEXTO DEL DÍA
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CITA BÍBLICA
Descripción Biblia
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Referencias BÍBLICAS
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*** Texto del sábado,
26 de enero de 2013 ***
Sábado 26 de enero
En cuanto a todos los
que me ven, me hacen escarnio; siguen abriendo ancha la boca, siguen meneando
la cabeza: “Se encomendó a Jehová. ¡Que Él le provea escape! ¡Líbrelo, ya
que se ha deleitado en él!” (Sal.
22:7, 8).
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(Salmo 22:7, 8) En cuanto a todos los que me ven, me hacen escarnio; siguen abriendo ancha la boca,
siguen meneando [la] cabeza: 8 “Se encomendó
a Jehová. ¡Que Él le provea escape! ¡Líbrelo, ya que se ha deleitado
en él!”.
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(Salmo 35:16) Entre los apóstatas que se mofan por
una torta hubo un crujir de sus dientes aun contra mí.
(Mateo 5:11) ”Felices son ustedes cuando los
vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua
contra ustedes por mi causa.
(Mateo 9:24) Jesús se puso a decir: “Salgan de
aquí, porque la muchachita no ha muerto, sino que duerme”. Ante eso,
empezaron a reírse de él desdeñosamente.
(Lucas 16:14) Ahora bien, los fariseos, que eran
amantes del dinero, escuchaban todas estas cosas, y le hacían gestos de
desprecio.
(Job 16:4) También yo mismo bien podría hablar como lo hacen
ustedes. Si solo existieran las almas de ustedes donde mi alma está, ¿me
mostraría yo brillante en palabras contra ustedes, y menearía la cabeza
contra ustedes?
(Salmo 44:14) Nos pones como dicho proverbial entre las naciones, un
sacudimiento de la cabeza entre los grupos nacionales.
(Salmo 109:25) Y para ellos yo mismo he llegado a ser algo [que es]
digno de oprobio. Me ven... empiezan a menear la cabeza.
(Mateo 27:39) De modo que los que pasaban hablaban injuriosamente de
él, meneando la cabeza
(Salmo 37:5) 5 Haz
rodar sobre Jehová tu camino, y fíate de él, y él mismo obrará.
(Mateo 27:43) Ha puesto en Dios su confianza;
líbrelo Él ahora si le quiere, puesto que dijo: ‘Soy Hijo de Dios’”.
(Lucas 23:35) Y el pueblo estaba de pie mirando.
Mas los gobernantes hacían gestos de desprecio, y decían: “A otros salvó;
sálvese a sí mismo, si este es el Cristo de Dios, el Escogido”.
(Salmo 18:19) Y procedió a sacarme a un lugar
espacioso; estaba librándome, porque se había deleitado en mí.
(Salmo 91:14) Porque en mí él ha puesto su cariño,
yo también le proveeré escape. Lo protegeré porque ha llegado a conocer mi
nombre.
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Tal como había
predicho David, Cristo sufrió las mofas de la gente cuando estaba clavado en
el madero. El relato de Mateo dice: “Los que pasaban hablaban
injuriosamente de él, meneando la cabeza y diciendo: ‘¡Oh tú, supuesto
derribador del templo y edificador de él en tres días, sálvate! Si eres
hijo de Dios, ¡baja del madero de tormento!’. Del mismo modo, también, los
sacerdotes principales junto con los escribas y ancianos empezaron a burlarse
de él y a decir: ‘¡A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar!
Él es rey de Israel; baje ahora del madero de tormento y creeremos en
él. Ha puesto en Dios su confianza; líbrelo Él ahora si le quiere,
puesto que dijo: “Soy Hijo de Dios”’” (Mat. 27:39-43). Jesús soportó con dignidad todos
estos insultos. ¡Qué gran ejemplo para nosotros! w11 15/8 2:13
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(Mateo 27:39-43) De modo que los que pasaban hablaban injuriosamente de él, meneando la cabeza 40 y diciendo: “¡Oh tú, supuesto derribador del
templo y edificador de él en tres días, sálvate! Si eres hijo de Dios,
¡baja del madero de tormento!”. 41 Del
mismo modo, también, los sacerdotes principales junto con los escribas y
ancianos empezaron a burlarse de él y a decir: 42 “¡A otros
salvó; a sí mismo no se puede salvar! Él es rey de Israel; baje
ahora del madero de tormento y creeremos en él. 43 Ha
puesto en Dios su confianza; líbrelo Él ahora si le quiere,
puesto que dijo: ‘Soy Hijo de Dios’”.
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(Lucas 18:32)
Por ejemplo, lo entregarán a [hombres de] las naciones y se burlarán de él y
lo tratarán insolentemente y escupirán contra él;
(Hebreos 12:3)
Sí, consideren con sumo cuidado y atención al que ha aguantado tal habla
contraria de pecadores en contra de sus propios intereses, para que no vayan
a cansarse y a desfallecer en sus almas.
(Salmo 22:7)
En cuanto a todos los que me ven, me hacen escarnio; siguen abriendo ancha la
boca, siguen meneando [la] cabeza:
(Salmo 109:25)
Y para ellos yo mismo he llegado a ser algo [que es] digno de oprobio. Me
ven... empiezan a menear la cabeza.
(Lucas 23:35)
Y el pueblo estaba de pie mirando. Mas los gobernantes hacían gestos de
desprecio, y decían: “A otros salvó; sálvese a sí mismo, si este es el Cristo
de Dios, el Escogido”.
(Marcos 15:30)
sálvate bajando del madero de tormento”.
(Lucas 4:3)
Entonces el Diablo le dijo: “Si eres hijo de Dios, di a esta piedra que se
convierta en pan”.
(Marcos 15:31) Del mismo
modo también los sacerdotes principales se burlaban entre sí junto con los
escribas y decían: “A otros salvó; ¡a sí mismo no se puede salvar!
(Lucas 23:35) Y el
pueblo estaba de pie mirando. Mas los gobernantes hacían gestos de desprecio,
y decían: “A otros salvó; sálvese a sí mismo, si este es el Cristo de Dios,
el Escogido”.
(Juan 1:49)
Natanael le contestó: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de
Israel”.
(Juan 12:13)
tomaron ramas de palmeras y salieron a su encuentro. Y se pusieron a gritar:
“¡Salva, te rogamos! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová, sí, el
rey de Israel!”.
(Marcos 15:32)
32 Baje ahora el Cristo el rey de Israel del madero de
tormento, para que veamos y creamos”. Hasta los que estaban fijados en
maderos junto con él lo vituperaban.
(Salmo 3:2) Muchos están
diciendo de mi alma: “No hay para él salvación por Dios”. Sélah.
(Salmo 22:8) “Se encomendó a
Jehová. ¡Que Él le provea escape! ¡Líbrelo, ya que se ha deleitado en él!”.
(Salmo 42:10) Con asesinato
contra mis huesos me han vituperado los que me muestran hostilidad, mientras
me dicen todo el día: “¿Dónde está tu Dios?”.
(Marcos 14:62)
Entonces Jesús dijo: “Lo soy; y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la
diestra del poder y viniendo con las nubes del cielo”.
(Juan 5:18)
A causa de esto, realmente, los judíos procuraban con más empeño matarlo,
porque no solo quebraba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio
Padre, haciéndose igual a Dios.
(Juan 10:36)
¿me dicen ustedes a mí, a quien el Padre santificó y despachó al mundo:
‘Blasfemas’, porque dije: Soy Hijo de Dios?
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Hallaron al
Mesías
“Hemos
hallado al Mesías.” (JUAN 1:41)
JUAN EL
BAUTISTA está con dos de sus discípulos, Andrés y Juan. Al ver acercarse
a Jesús, exclama: “¡Miren, el Cordero de Dios!”. Los dos discípulos se van de
inmediato detrás de Cristo y pasan el resto del día con él. Más tarde, Andrés
sale a buscar a su hermano, Simón Pedro, y le hace este emocionante anuncio:
“Hemos hallado al Mesías”. Acto seguido, lo conduce hasta Jesús (Juan
1:35-41).
2 Con el
tiempo, Andrés, Pedro y otros tienen la oportunidad de examinar detenidamente
las Escrituras. Quedan tan convencidos de que Jesús de Nazaret es el Mesías
prometido que no dudan en afirmarlo en público. Nosotros también veremos
cómo se fortalece nuestra fe en la Biblia y en el Ungido de Jehová al
continuar estudiando las profecías mesiánicas.
“¡Mira! Tu
Rey viene”
3 Haría
su entrada triunfal en Jerusalén.
En una predicción de Zacarías, se dirigen estas palabras a la “hija de
Sión”, es decir, a Jerusalén: “Ponte muy gozosa [...]. Grita en
triunfo [...]. ¡Mira! Tu rey mismo viene a ti. Es justo, sí,
salvado; humilde, y cabalga sobre un asno, [...] sobre un animal
plenamente desarrollado, hijo de un asna” (Zac. 9:9). Y un salmo predijo
con qué palabras recibirían al Mesías: “Bendito sea Aquel que viene en el
nombre de Jehová” (Sal. 118:26). Es obvio que Jesús no pudo haber
manipulado a toda la ciudad de Jerusalén. Más bien, fue de forma
completamente espontánea que el pueblo lo vitoreó, cumpliéndose así lo que
habían anunciado las profecías. Al leer este relato, imagínese esa
alegre escena (léase Mateo 21:4-9).
4 Sería
muy valioso para Dios, pero muchos no lo
aceptarían como el Mesías. Una profecía señala
cómo lo considerarían quienes cerraran los ojos a la evidencia: “Fue
despreciado [...] como [si fuera] de ninguna importancia” (Isa. 53:3;
Mar. 9:12). No obstante, el salmista había indicado por inspiración: “La
piedra que los edificadores rechazaron ha llegado a ser cabeza del ángulo.
Esto ha venido a ser de parte de Jehová” (Sal. 118:22, 23). Jesús se
aplicó a sí mismo estas palabras cuando habló con sus enemigos, y Pedro
también reconoció que se cumplían en Cristo (Mar. 12:10, 11; Hech.
4:8-11). Ciertamente, el Hijo de Dios se convirtió en la “piedra angular de
fundamento”, o sea, la base sobre la que se construiría la congregación de
cristianos ungidos. Esta piedra fue “rechazada, es verdad, por los hombres
[incrédulos], pero [resultó] escogida, preciosa, para con Dios” (1 Ped.
2:4-6).
Sería traicionado
y abandonado
5 Sufriría
la traición de un amigo. El Mesías
haría suyas estas palabras de una profecía de David: “El hombre que estaba en
paz conmigo, en quien yo confiaba, que estaba comiendo mi pan, ha
engrandecido [o levantado] contra mí su talón [para hacerme caer]” (Sal.
41:9). Comer pan con una persona era considerado una muestra de amistad (Gén.
31:54). Por tanto, la profecía de David habla de un mal amigo, un traidor de
la peor clase. Jesús mismo indicó cómo se cumpliría esa predicción cuando les
dijo a sus apóstoles que iba a ser traicionado: “No hablo de todos
ustedes; yo conozco a los que he escogido. Mas es para que se cumpla la
Escritura: ‘El que comía de mi pan ha alzado contra mí su talón’” (Juan
13:18). Como bien sabemos, Cristo se refería con este comentario a la traición
de Judas Iscariote.
6 Sería
traicionado por el precio de un esclavo:
30 monedas de plata. Mateo dijo que, tal como se
había profetizado, el pago por la traición de Jesús fue esa mísera cantidad.
Ahora bien, el evangelista señaló que esto lo había predicho “Jeremías
el profeta”. ¿Por qué dijo eso, si las palabras están tomadas de Zacarías
11:12, 13? Es probable que, en tiempos de Mateo, Jeremías fuera el
primer libro de un conjunto de escritos proféticos que incluía a Zacarías
(compárese con Lucas 24:44). Judas no llegó a utilizar aquel dinero
manchado de sangre, sino que lo arrojó en el templo y luego se suicidó (Mat.
26:14-16; 27:3-10).
7 Le
abandonarían sus discípulos. Fue tal y como había
profetizado Zacarías: “Hiere al pastor, y que las ovejas del rebaño sean
esparcidas” (Zac. 13:7). El 14 de nisán del año 33, Jesús dijo a sus
seguidores: “A todos ustedes se les hará tropezar respecto a mí esta noche,
porque está escrito: ‘Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán
esparcidas’”. Y así sucedió, pues el propio Mateo señaló que “todos los
discípulos lo abandonaron y huyeron” (Mat. 26:31, 56).
Acusado y agredido
8 Sería
juzgado y condenado a muerte (léase
Isaías 53:8). Al amanecer del día 14 de nisán, se reunió
en pleno el Sanedrín. Este tribunal decidió atar a Jesús y enviarlo al
gobernador romano Poncio Pilato, quien, después de interrogarlo,
no halló en él ninguna culpabilidad. Pilato dirigió la palabra a los
numerosos judíos que habían acudido ante él y les ofreció ponerles en
libertad a Jesús, pero ellos gritaron en respuesta: “¡Al madero con él!”.
De hecho, prefirieron que soltara en su lugar a un delincuente llamado
Barrabás. Queriendo complacerlos, Pilato lo liberó y ordenó que Jesús fuera
azotado y clavado en un madero (Mar. 15:1-15).
9 Sería
víctima de falsos testimonios. Al igual que
David, el Mesías podría decir: “Testigos violentos se levantan; lo que
no he sabido me preguntan” (Sal. 35:11). En conformidad con estas
palabras proféticas, “los sacerdotes principales y todo el Sanedrín buscaban
testimonio falso contra Jesús a fin de darle muerte” (Mat. 26:59). “Muchos,
en realidad, testificaban falsamente contra él, pero sus testimonios
no estaban de acuerdo.” (Mar. 14:56.) Tan rabiosos estaban los enemigos
de Cristo que no dudaron en recurrir a declaraciones falsas para lograr
que lo mataran.
10 Se
quedaría callado ante sus acusadores.
Isaías anunció: “Estuvo en severa estrechez, y él fue dejando que se le
afligiera; no obstante, no abría la boca. Se le fue llevando
justamente como una oveja a la degollación; y, como una oveja que delante de
sus esquiladores ha enmudecido, él igualmente no abría la boca” (Isa.
53:7). Jesús cumplió al detalle la profecía: “Mientras lo acusaban los
sacerdotes principales y los ancianos, no contestó nada. Entonces Pilato
le dijo: ‘¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?’. Pero no le
contestó, no, ni una sola palabra, de modo que el gobernador quedó muy
admirado” (Mat. 27:12-14). En ningún momento insultó a sus enemigos
(Rom. 12:17-21(Rom. 12:17-21; 1 Ped. 2:23).
11 Sería
agredido. En la profecía de Isaías, el Mesías dice: “Ofrecí mis
espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba.
No retiré la cara de los que me insultaban y escupían” (Isa. 50:6, Versión
Popular). Por su parte, en Miqueas leemos: “Con la vara golpearán
sobre la mejilla al juez de Israel” (Miq. 5:1). En el Evangelio de
Marcos hallamos un claro testimonio del cumplimiento de estas profecías en
Jesús: “Algunos comenzaron a escupirle y a cubrirle todo el rostro y a darle
de puñetazos y a decirle: ‘¡Profetiza!’. Y, dándole de bofetadas, lo
recibieron los servidores del tribunal. [...] También, [los soldados] le
daban en la cabeza con una caña y le escupían y, doblando las rodillas, le
rendían homenaje” en son de burla (Mar. 14:65; 15:19). Sobra decir que él
no hizo nada para merecer tales abusos.
Fiel hasta
la muerte
12 Sería
clavado de pies y manos en un
madero como un delincuente. El Mesías vio
cómo se hacían realidad en su caso estas palabras de David: “La asamblea de
malhechores mismos me ha circundado. Como un león acometen mis manos y mis
pies” (Sal. 22:16). Los lectores de la Biblia conocen muy bien los sucesos
que cumplieron estas palabras. El evangelista Marcos relata: “Era ya la
hora tercera [o sea, como las nueve de la mañana], y lo fijaron en el madero”
(Mar. 15:25). Además, una profecía de Isaías indicó que el Mesías sería
incluido entre los pecadores: “Derramó su alma hasta la mismísima muerte, y
con los transgresores fue contado” (Isa. 53:12). En conformidad con esta
indicación de las Escrituras, “fueron fijados en maderos con [Jesús] dos
salteadores, uno a su derecha y uno a su izquierda” (Mat. 27:38).
13 Sería
insultado (léase Salmo 22:7, 8). Tal
como había predicho David, Cristo sufrió las mofas de la gente cuando estaba
clavado en el madero. El relato de Mateo dice: “Los que pasaban hablaban
injuriosamente de él, meneando la cabeza y diciendo: ‘¡Oh tú, supuesto
derribador del templo y edificador de él en tres días, sálvate! Si eres
hijo de Dios, ¡baja del madero de tormento!’. Del mismo modo, también, los
sacerdotes principales junto con los escribas y ancianos empezaron a burlarse
de él y a decir: ‘¡A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar!
Él es rey de Israel; baje ahora del madero de tormento y creeremos en
él. Ha puesto en Dios su confianza; líbrelo Él ahora si le quiere,
puesto que dijo: “Soy Hijo de Dios”’” (Mat. 27:39-43). Jesús soportó con
dignidad todos estos insultos. ¡Qué gran ejemplo para nosotros!
14 Sortearían
su ropa. David dijo: “Reparten entre sí mis prendas de vestir,
y sobre mi ropa echan suertes” (Sal. 22:18). ¿Cómo se cumplieron estas
palabras en Cristo? “Cuando [los soldados romanos] lo hubieron fijado en el
madero, repartieron sus prendas de vestir exteriores echando suertes.” (Mat.
27:35; léase Juan 19:23, 24.)
15 Le
darían a beber vinagre y hiel.
Cristo haría suyas estas palabras de los Salmos: “Por alimento me dieron una
planta venenosa, y para mi sed trataron de hacerme beber vinagre” (Sal.
69:21). El Evangelio de Mateo indica lo que le ocurrió a Jesús: “Le
dieron a beber vino mezclado con hiel; pero, después de gustarlo, él rehusó
beber”. Más tarde, alguien “corrió y, tomando una esponja, la empapó en
vino agrio y, poniéndola en una caña, se puso a darle de beber” (Mat.
27:34, 48).
16 Parecería
que Dios lo había abandonado (léase
Salmo 22:1). Marcos muestra cómo se hizo realidad la profecía
de Salmos: “A la hora nona [o sea, hacia las tres de la tarde] Jesús clamó
con voz fuerte: ‘Éli, Éli, ¿láma sabajtháni?’,
que, traducido, significa: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?’” (Mar. 15:34). No es que él hubiera perdido la fe en su
Padre celestial. Entonces, ¿en qué sentido lo abandonó Jehová en manos de sus
enemigos? Lo hizo al retirarle su protección para que pudiera ser puesto
a prueba hasta el límite. Ciertamente, las palabras que exclamó Cristo
cumplieron Salmo 22:1.
17 Lo
herirían con una lanza, pero no le
romperían ningún hueso. Zacarías anunció: “Los
habitantes de Jerusalén [...] mirarán a Aquel a quien traspasaron” (Zac.
12:10). Y David predijo en Salmo 34:20: “[Jehová] está guardando todos
los huesos de aquél; ni siquiera uno de ellos ha sido quebrado”.
Un testigo ocular, el apóstol Juan, confirma que así le sucedió a Jesús:
“Uno de los soldados le punzó el costado con una lanza, y al instante salió
sangre y agua. Y el que lo ha visto [es decir, Juan mismo] ha dado
testimonio, y su testimonio es verdadero [...]. De hecho, estas
cosas sucedieron para que se cumpliera la escritura: ‘Ni un hueso de él será
quebrantado’. Y, de nuevo, una escritura diferente dice: ‘Mirarán a
Aquel a quien traspasaron’” (Juan 19:33-37).
18 Sería
enterrado junto a los ricos (léase Isaías
53:5, 8, 9). El Evangelio de Mateo
explica que el 14 de nisán, en las últimas horas de la tarde, “un hombre rico
de Arimatea, de nombre José, [...] fue a Pilato y pidió el cuerpo de
Jesús. [...] Y José tomó el cuerpo, lo envolvió en un lino limpio y
fino, y lo puso en su nueva tumba conmemorativa, que había labrado en la masa
rocosa. Y, después de hacer rodar una piedra grande a la puerta de la
tumba conmemorativa, se fue” (Mat. 27:57-60).
¡Aclamemos
al Mesías!
19 Sería
resucitado. El Mesías haría suyas estas palabras que David le
dirigió a Jehová: “No dejarás mi alma en el Seol” (Sal. 16:10). ¡Qué
sorpresa se llevaron las mujeres que fueron a la tumba donde se había
depositado su cuerpo! Un ángel que había adoptado forma humana les dijo:
“Dejen de aturdirse. Ustedes buscan a Jesús el Nazareno, que fue fijado en un
madero. Fue levantado; no está aquí. ¡Miren! El lugar donde lo
pusieron” (Mar. 16:6). Más tarde, Pedro pronunció un discurso ante la
multitud que había acudido a Jerusalén en el año 33 para celebrar la fiesta
del Pentecostés. El apóstol les dijo: “David [...] vio de antemano
y habló respecto a la resurrección del Cristo, que ni fue abandonado en
el Hades ni su carne vio corrupción” (Hech. 2:29-31).
En conformidad con esta profecía, Dios no permitió que el cuerpo de
Jesús se corrompiera. Lo que es más, hizo que su Hijo amado resucitara
milagrosamente como espíritu (1 Ped. 3:18).
20 Sería
reconocido por Dios como Hijo suyo (léanse
Salmo 2:7 y Mateo 3:17). Además, Jesús
contó con el reconocimiento de las multitudes cuando hizo su entrada triunfal
en Jerusalén. Hoy, nosotros también aclamamos con gran alegría a Cristo y su
glorioso gobierno (Mar. 11:7-10). El Mesías “cabalga en la causa de la
verdad y la humildad y la justicia”, y pronto acabará con sus enemigos (Sal.
2:8, 9; 45:1-6). Gracias a su reinado, la Tierra entera disfrutará de
paz y prosperidad (Sal. 72:1, 3, 12, 16; Isa. 9:6, 7). Como
testigos de Jehová, debemos anunciar que su amado Hijo ya reina en los cielos
y va a traer un futuro maravilloso. ¡Qué honor tan grande tenemos!
¿Qué contestaciones
daríamos?
• ¿Qué
profecías anunciaron que Jesús sería traicionado y abandonado, y cómo se
cumplieron?
• ¿Qué
circunstancias de la ejecución de Cristo se habían predicho?
• ¿Qué lo
convence a usted de que Jesús es el Mesías prometido?
[Preguntas
del estudio]
1. ¿Qué llevó a Andrés a decir: “Hemos
hallado al Mesías”?
2. ¿Por qué hacemos bien en seguir
examinando las profecías acerca del Mesías?
3. ¿Qué profecías se cumplieron cuando Jesús
hizo su entrada triunfal en Jerusalén?
4. ¿Cómo se cumplió Salmo 118:22, 23?
5, 6. ¿Qué decían algunas predicciones sobre
la traición del Mesías, y cómo se cumplieron?
7. ¿Cómo se cumplió Zacarías 13:7?
8. ¿Cómo se hizo realidad Isaías 53:8?
9. ¿Qué cumplimiento tuvo Salmo 35:11 en el
caso de Jesús?
10. ¿De
qué manera se cumplió Isaías 53:7?
11. ¿Cómo
se hicieron realidad Isaías 50:6 y Miqueas 5:1?
12. ¿Cómo
se cumplieron en Jesús las palabras de Salmo 22:16 e Isaías 53:12?
13. ¿Cómo
se cumplieron en Jesús las palabras de Salmo 22:7, 8?
14, 15.
¿Cómo se cumplieron las profecías sobre el sorteo de la ropa y el
ofrecimiento de vinagre?
16. ¿De
qué manera se cumplió Salmo 22:1?
17. ¿Cómo
se cumplieron Zacarías 12:10 y Salmo 34:20?
18. ¿Qué
llevó a que Jesús fuera enterrado con los ricos?
19. ¿Qué
sucesos cumplieron las palabras de Salmo 16:10?
20. ¿Qué
dicen las profecías acerca del reinado del Mesías?
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sábado, 26 de enero de 2013
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