TEXTO DEL
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CITA
Descripción Biblia
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Referencias
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*** Texto del
Martes, 29 de Enero de 2013 ***
Martes 29 de enero
[Jesús] se dio
a sí mismo como rescate correspondiente
por todos (1 Tim. 2:6).
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(1 Timoteo 2:6)
que se dio a sí mismo como rescate correspondiente
por todos... de [esto] ha de darse testimonio a sus propios
tiempos particulares.
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(Mateo 20:28) Así como el Hijo del hombre no vino para que se le
ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio por
muchos”.
(Marcos 10:45) Porque aun el Hijo del hombre no vino para que se
le ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio
por muchos”.
(Colosenses 1:14) por medio de quien tenemos
nuestra liberación por rescate, el perdón de nuestros pecados.
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Al pecar, Adán
trajo la imperfección y la muerte a sus descendientes, o sea, a miles de
millones de personas. Es cierto que, como Jesús era perfecto, pudiera
haber procreado miles de millones de seres humanos perfectos. Y basándonos
en ello, en el pasado afirmamos que la combinación de la vida de Jesús y la
de sus potenciales descendientes perfectos constituía un sacrificio que
correspondía, o equivalía, a la vida de Adán y la de sus descendientes
imperfectos. Pero ¿habla la Biblia en algún lugar de descendientes
potenciales de Cristo que formen parte del rescate? No. Romanos 5:15-19
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(Romanos 5:15-19)
Mas no es con el don como fue con la ofensa. Porque si por la ofensa de un
solo hombre muchos murieron, mucho más abundaron para los muchos la bondad
inmerecida de Dios y su dádiva gratuita
con la
bondad inmerecida por
el solo hombre, Jesucristo. 16 También,
no es con la dádiva gratuita como fue
con el resultado que se produjo mediante el solo [hombre] que pecó. Porque el juicio resultó
de una sola ofensa en condenación,
pero el don resultó de muchas ofensas en una declaración
de justicia. 17 Porque si por la ofensa
del solo [hombre] la muerte reinó mediante aquel solo,
mucho más los que reciben la abundancia de la bondad
inmerecida y de la dádiva gratuita de la justicia
reinarán en vida mediante la sola [persona], Jesucristo.
18 Así, pues, como mediante una sola ofensa el
resultado a toda clase de hombres fue la condenación, así mismo también
mediante un solo acto de justificación el
resultado a toda clase de hombres es el
declararlos justos para vida. 19 Porque así
como mediante la desobediencia del solo hombre muchos fueron
constituidos pecadores, así mismo, también, mediante la
obediencia de la sola [persona] muchos
serán constituidos justos.
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(Tito 3:4) Sin embargo, cuando se manifestó la bondad y el amor
para con el hombre de parte de nuestro Salvador, Dios,
(Isaías 53:11) A causa del penoso afán de
su alma él verá, quedará satisfecho. Por medio de su conocimiento el justo,
mi siervo, traerá una posición de justos a muchas personas; y él mismo cargará
los errores de ellas.
(Hebreos 2:9) pero contemplamos a Jesús,
que había sido hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y
honra por haber sufrido la muerte, para que por la bondad inmerecida de Dios
gustase la muerte por todo [hombre].
(Romanos 6:23)
23 Porque el salario que el pecado paga es muerte,
pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.
(Génesis 2:17) Pero en cuanto al árbol del
conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día
que comas de él, positivamente morirás”.
(Génesis 3:6) Por consiguiente, la mujer
vio que el árbol era bueno para alimento, y que a los ojos era algo que
anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a
tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también a su esposo cuando
[él estuvo] con ella, y él empezó a comerlo.
(Génesis 3:17) 17 Y
a Adán dijo: “Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol
respecto del cual te di este mandato: ‘No debes comer de él’, maldito está el
suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida.
(Génesis 3:19)
Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él
fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás”.
(1 Corintios 11:32) Sin embargo, cuando se nos juzga,
somos disciplinados por Jehová, para que no lleguemos a ser condenados con el
mundo.
(Romanos 4:25)
25 Él fue entregado a causa de nuestras ofensas y fue
levantado a fin de declararnos justos.
(Romanos 5:12) 12 Por
eso, así como por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la
muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres
porque todos habían pecado...
(Romanos 5:14) 14 No
obstante, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían
pecado a la semejanza de la transgresión de Adán, el cual tiene un parecido
con el que había de venir.
(2 Corintios
9:8) 8 Dios, además, puede hacer que toda su
bondad inmerecida abunde para con ustedes, para que, teniendo ustedes siempre
plena autosuficiencia en todo, tengan en abundancia para toda buena obra.
(Romanos 3:24) y es como dádiva gratuita que por su bondad
inmerecida se les está declarando justos mediante la liberación por el
rescate [pagado] por Cristo Jesús.
(2 Corintios 9:15) A
Dios vayan las gracias por su indescriptible dádiva gratuita.
(Santiago 1:17) Toda dádiva buena y
todo don perfecto es de arriba, porque desciende del Padre de las luces
[celestes], y con él no hay la variación del giro de la sombra.
(Revelación 5:10) e hiciste que fueran
un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y han de reinar sobre la tierra”.
(Revelación 20:4) Y vi tronos, y hubo
quienes se sentaron en ellos, y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las
almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de
Jesús y por hablar acerca de Dios, y los que no habían adorado ni a la bestia
salvaje ni a su imagen, y que no habían recibido la marca sobre la frente ni
sobre la mano. Y llegaron a vivir, y reinaron con el Cristo por mil años.
(1 Pedro 3:18)
Pues, hasta Cristo murió una vez para siempre respecto a pecados, un justo
por injustos, para conducirlos a ustedes a Dios, habiendo sido muerto en la
carne, pero hecho vivo en el espíritu.
(Revelación 1:5) y de Jesucristo, “el
Testigo Fiel”, “El primogénito de los muertos”, y “El Gobernante de los reyes
de la tierra”. Al que nos ama y que nos desató de nuestros pecados por medio
de su propia sangre
(1 Corintios 15:21) 21 Pues,
dado que la muerte es mediante un hombre, la resurrección de los muertos
también es mediante un hombre.
(Romanos 4:25)
25 Él fue entregado a causa de nuestras ofensas y fue
levantado a fin de declararnos justos.
(Romanos 1:16)
Porque no me avergüenzo de las buenas nuevas; son, en realidad, el poder de
Dios para salvación a todo el que tiene fe, al judío primero, y también al
griego;
(Gálatas 3:28) No hay ni judío ni griego,
no hay ni esclavo ni libre, no hay ni varón ni hembra; porque todos ustedes
son una [persona] en unión con Cristo Jesús.
(1 Timoteo 2:4) cuya voluntad es que hombres de
toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad.
(Juan 10:10) El ladrón no viene
sino para hurtar y matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y la
tengan en abundancia.
(Romanos 3:25) Dios lo presentó
como ofrenda para propiciación mediante fe en su sangre. Esto fue con el fin
de exhibir su propia justicia, porque estaba perdonando los pecados que habían
ocurrido en el pasado mientras Dios estaba ejerciendo longanimidad;
(Salmo 51:5) ¡Mira! Con error fui
dado a luz con dolores de parto, y en pecado me concibió mi madre.
(Romanos 5:12) Por eso, así como por
medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el
pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían
pecado...
(Hebreos 5:8)
8 Aunque era Hijo, aprendió la obediencia por las
cosas que sufrió;
(Hebreos 2:10)
10 Porque le fue propio a aquel por cuya causa todas
las cosas son y mediante el cual todas las cosas son, al llevar a la gloria a
muchos hijos, perfeccionar mediante sufrimientos al Agente Principal de su
salvación.
(Isaías 53:11)
11 A causa del penoso afán de su alma él verá, quedará
satisfecho. Por medio de su conocimiento el justo, mi siervo, traerá una posición
de justos a muchas personas; y él mismo cargará los errores de ellas.
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señala que fue la muerte de “un solo hombre”
la que trajo la liberación. Como vemos, es la vida perfecta de Jesús la que
corresponde a la de Adán. La atención debe centrarse exclusivamente en
Jesucristo. Lo único que permitió que hombres de toda clase recibieran
la dádiva gratuita de ser declarados justos y obtener la vida fue el “solo
acto de justificación” de Jesús, es decir, su total obediencia y fidelidad a
Jehová hasta la muerte (2 Cor.
5:14, 15; 1 Ped. 3:18). w11 15/6 2:11
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(2 Corintios 5:14,
15) Porque el amor que el Cristo tiene nos obliga, porque esto es lo
que hemos juzgado, que un hombre murió por todos;
así pues, todos habían muerto; 15 y murió por todos
para que los que viven no vivan ya para sí,
sino para el que murió por
ellos y fue levantado.
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(Isaías 53:10) Pero Jehová mismo se deleitó en aplastarlo; lo
enfermó. Si pones su alma como ofrenda por la culpa, él verá su prole,
prolongará [sus] días, y en su mano lo que es el deleite de Jehová tendrá éxito.
(Mateo 20:28) Así como el Hijo del hombre no vino para que se le
ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio por
muchos”.
(1 Timoteo 2:6) que se dio a sí mismo como rescate
correspondiente por todos... de [esto] ha de darse testimonio a sus propios
tiempos particulares.
(Romanos 14:7)
7 Ninguno de nosotros, de hecho, vive con respecto a sí
mismo únicamente, y ninguno muere con respecto a sí mismo únicamente;
(Romanos 6:11)
11 Así mismo también ustedes: ténganse por muertos, en
verdad, con referencia al pecado, pero vivos con referencia a Dios por Cristo
Jesús.
(Hechos 3:15)
15 mientras que mataron al Agente Principal de la
vida. Pero Dios lo ha levantado de entre los muertos, del cual hecho nosotros
somos testigos.
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(1 Pedro 3:18)
Pues, hasta Cristo murió una vez para siempre respecto a
pecados, un justo por injustos,
para conducirlos a ustedes a Dios,
habiendo sido muerto en la carne,
pero hecho vivo en el espíritu.
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(Isaías 53:6) Como ovejas todos nosotros
hemos andado errantes; cada cual a su propio camino nos hemos dirigido; y
Jehová mismo ha hecho que el error de todos nosotros se encuentre con aquel.
(Hebreos 9:28) así también el Cristo fue
ofrecido una vez para siempre para cargar con los pecados de muchos; y la
segunda vez que aparece será aparte del pecado y a los que lo están esperando
con intenso anhelo para [la] salvación [de ellos].
(Romanos 5:6)
6 Porque, de hecho, Cristo, mientras todavía éramos débiles,
murió por impíos al tiempo señalado.
(2 Corintios
5:18) 18 Pero todas las cosas vienen de Dios,
que nos ha reconciliado consigo mediante Cristo y nos ha dado el ministerio
de la reconciliación,
(1 Corintios 15:50) Sin embargo, esto digo,
hermanos: que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco
la corrupción hereda la incorrupción.
(Colosenses 1:22) él ahora los ha
reconciliado de nuevo por medio del cuerpo carnal de aquel mediante [su]
muerte, para presentarlos santos y sin tacha y no expuestos a ninguna acusación
delante de él,
(1 Timoteo 3:16) 16 Realmente,
se reconoce que el secreto sagrado de esta devoción piadosa es grande: ‘Él
fue puesto de manifiesto en carne, fue declarado justo en espíritu, se
apareció a ángeles, fue predicado entre naciones, fue creído en [el] mundo,
fue recibido arriba en gloria’.
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Dios nos recomienda su amor ***
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Dios nos recomienda
su amor
“La
bondad inmerecida [reinará] mediante la justicia con vida eterna en mira.”
(ROM. 5:21)
“EL MAYOR [...]
legado que dejaron los romanos para la posteridad fueron sus leyes y la
concepción de que la vida tiene que ajustarse a las leyes.” (David J. Williams,
traductor de la Biblia y profesor de la Universidad de Melbourne, Australia.)
Sin entrar a discutir esta afirmación, hay un legado mucho más valioso. Se trata
de un regalo que nos ha hecho Jehová: el medio para que podamos obtener su
aprobación, la salvación y la vida eterna.
2 La forma en que
Jehová hizo disponible esta dádiva tiene algunas implicaciones que, en cierto
sentido, son de tipo legal. Pablo las explica en el capítulo 5 de Romanos,
pero no lo hace con un estilo frío, como en un tratado de derecho. Por
el contrario, comienza con unas palabras que nos llenan de emoción: “Ahora
que hemos sido declarados justos como resultado de fe, gocemos de paz con
Dios mediante nuestro Señor Jesucristo”. ¿Cómo ven la dádiva divina las
personas que la aceptan? Como una muestra del amor de Jehová a la que quieren
corresponder. Entre quienes actuaron así figura el propio apóstol, que
escribió: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones mediante
el espíritu santo” (Rom. 5:1, 5).
3 Ahora bien, ¿por
qué fue necesario que Dios nos diera ese bondadoso regalo? ¿Por qué pudo
ofrecerlo de forma justa y equitativa? ¿Qué debe hacer uno para recibirlo?
Veamos las convincentes respuestas que ofrecen las Escrituras y notemos cómo
subrayan el amor de Jehová.
El amor de
Dios frente al pecado del hombre
4 En su gran amor,
Jehová envió a su Hijo unigénito a ayudarnos. Bien lo dijo Pablo: “Dios
recomienda su propio amor a nosotros en que, mientras todavía éramos
pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:8). Notemos que aquí se destaca
en qué condición nos hallábamos los seres humanos cuando Jesús dio su vida: “todavía
éramos pecadores”. Por eso, hacemos bien en ver cómo llegamos a ese estado.
5 Pablo lo explica
comenzando por una realidad histórica: “Por medio de un solo hombre el pecado
entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió
a todos los hombres porque todos habían pecado” (Rom. 5:12). En otros
pasajes de la Biblia, Dios nos brinda la clave para entender estas palabras.
Como sabemos, Jehová dio comienzo a la humanidad al crear a Adán y Eva,
quienes, al igual que él, eran perfectos. Luego les puso una prohibición muy
razonable, advirtiéndoles que si la desobedecían serían castigados con la
muerte (Gén. 2:17). Desgraciadamente, nuestros primeros padres tomaron la
desastrosa decisión de no hacer caso a Jehová, con lo que demostraron
que no lo aceptaban como Legislador y Soberano (Deu. 32:4, 5).
6 Los hijos de Adán
fueron engendrados después de la rebelión de Edén. Por eso, todos recibieron
de su padre el pecado y sus consecuencias. Ahora bien, Jehová no los
culpó por el pecado de Adán, pues no eran ellos los que habían violado
su mandamiento; además, para ese tiempo aún no se había dado ningún código
legal (Gén. 2:17). Con todo, heredaron el pecado. Desde entonces, el pecado y
la muerte reinaron sobre la humanidad hasta el tiempo en que Dios entregó la
Ley a los israelitas, la cual dejó claro que eran pecadores (léase
Romanos 5:13, 14). El pecado
transmitido por Adán pudiera compararse a ciertos males y defectos hereditarios,
como la talasemia, o anemia mediterránea, y la hemofilia, la cual suele
manifestarse en graves hemorragias. Un personaje célebre que padeció
esta última enfermedad fue el príncipe Alejo de Rusia, hijo del zar Nicolás
II y de la zarina Alejandra. En familias como la anterior, no todos
los hijos padecen el mal, aunque quizás sean portadores. Pero con el pecado
heredado de Adán es diferente. Nadie está libre. Todos lo recibimos de
nuestros padres, lo pasamos a nuestros hijos y sufrimos sus mortales
consecuencias. ¿Tendrá remedio esta situación?
¿Qué nos ha
brindado Dios mediante Jesucristo?
7 El Dios de amor ha
dispuesto lo necesario para que nos curemos del pecado heredado. Pablo explicó
que esto es posible gracias al “último Adán”, es decir, un hombre que, al
igual que el primero, era perfecto (1 Cor. 15:45). Sin embargo, como
veremos a continuación, los dos actuaron de forma diferente y consiguieron
resultados completamente distintos (léase Romanos
5:15, 16).
8 Pablo señala que
no sucede “con el don como [...] con la ofensa”. ¿Qué ocurrió en el
caso de “la ofensa”, es decir, el pecado de Adán? Él mismo fue el
culpable, y recibió con toda justicia la sentencia de muerte. Pero, como añade
el apóstol, no fue el único que perdió la vida: “Por la ofensa de un
solo hombre muchos murieron”. La justicia de Dios exigía que los
descendientes imperfectos de Adán —entre ellos nosotros— recibieran la
misma condena que el primer hombre. No obstante, nos consuela saber que
el otro hombre perfecto, Jesús, fue capaz de conseguir un resultado
totalmente contrario. ¿Cuál? Pablo da la respuesta al mencionar que hombres
de toda clase son “declara[dos] justos para vida” (Rom. 5:18).
9 ¿Qué implican las
palabras griegas que se traducen “declaración de justicia” y “declararlos
justos”? El traductor de la Biblia antes citado escribió: “Es una imagen
de origen legal en la que se establece un punto casi jurídico. No se
refiere a un cambio en el interior de la persona, sino en su situación ante
Dios [...]. En la metáfora, Dios es el juez que toma una decisión a
favor del acusado, el cual —por así decirlo— comparece ante el tribunal
divino por el cargo de ser injusto, pero termina absuelto por el propio Dios”.
10 ¿Cómo podía “el
Juez de toda la tierra” actuar con justicia al absolver, o declarar libre de
culpa, a una persona injusta? (Gén. 18:25.) Podía hacerlo porque
bondadosamente envió a la Tierra a su Hijo unigénito y así puso la base
necesaria. Jesús cumplió a la perfección la voluntad de su Padre, a pesar de
que se enfrentó a tentaciones, burlas despiadadas y malos tratos. Fue fiel
hasta el límite, llegando a morir en un madero de tormento (Heb. 2:10). De este
modo, sacrificó su vida humana perfecta como rescate para redimir a los
descendientes de Adán, es decir, liberarlos del pecado y la muerte (Mat.
20:28; Rom. 5:6-8).
11 En otro pasaje,
Pablo lo llama un “rescate correspondiente” (1 Tim. 2:6). La cuestión
es: ¿a qué corresponde? Al pecar, Adán trajo la imperfección y la
muerte a sus descendientes, o sea, a miles de millones de personas. Es cierto
que, como Jesús era perfecto, pudiera haber procreado miles de millones de
seres humanos perfectos. Y basándonos en ello, en el pasado afirmamos
que la combinación de la vida de Jesús y la de sus potenciales descendientes
perfectos constituía un sacrificio que correspondía, o equivalía, a la vida
de Adán y la de sus descendientes imperfectos. Pero ¿habla la Biblia en algún
lugar de descendientes potenciales de Cristo que formen parte del rescate?
No. Romanos 5:15-19 señala que fue la muerte de “un solo hombre” la que trajo
la liberación. Como vemos, es la vida perfecta de Jesús la que corresponde a
la de Adán. La atención debe centrarse exclusivamente en Jesucristo. Lo único
que permitió que hombres de toda clase recibieran la dádiva gratuita de ser
declarados justos y obtener la vida fue el “solo acto de justificación” de
Jesús, es decir, su total obediencia y fidelidad a Jehová hasta la muerte (2 Cor.
5:14, 15; 1 Ped. 3:18). Ahora bien, ¿cómo nos absuelve Dios gracias
al rescate?
Absueltos gracias al
rescate
12 Jehová aceptó el
sacrificio redentor que ofreció su Hijo (Heb. 9:24; 10:10, 12). Sin
embargo, ¿en qué situación se encontraban los discípulos de Cristo mientras
vivían en la Tierra? Todos ellos —incluidos sus apóstoles fieles— seguían
siendo imperfectos. Aunque se esforzaban por actuar bien, no siempre lo
conseguían. ¿Por qué? Por culpa del pecado heredado (Rom. 7:18-20). Pero
ahora Dios podía corregir la situación. Al haber aceptado el “rescate
correspondiente”, podía aplicarlo a favor de sus siervos, y así decidió
hacerlo.
13 No es que
Jehová estuviera obligado a aplicar el rescate a los apóstoles y otras
personas porque se lo hubieran ganado con sus buenas obras. Más bien, lo hizo
por su gran amor y misericordia. Por su libre decisión, los absolvió de la
condena que pesaba contra ellos y pasó a verlos como libres de la culpa
heredada de Adán. Pablo dejó muy claro este punto al decir: “Por esta bondad
inmerecida, en verdad, ustedes han sido salvados mediante fe; y esto no debido
a ustedes: es dádiva de Dios” (Efe. 2:8).
14 ¡Qué
extraordinario regalo hace el Todopoderoso cuando le perdona a alguien el
pecado heredado y las faltas en que ha caído! De hecho, si sumáramos los
errores cometidos por la totalidad de los cristianos antes de abrazar la
verdad, la cifra sería enorme. Pero gracias al rescate, Dios puede perdonar
todos estos pecados. Es tal como escribió Pablo: “El don resultó de
muchas ofensas en una declaración de justicia” (Rom. 5:16). Claro, tanto los
apóstoles como las demás personas que recibieron la generosa dádiva de ser
declarados justos tuvieron que seguir adorando a Jehová con fe. ¿Cuál sería
su recompensa en el futuro? “Los que reciben la abundancia de la bondad
inmerecida y de la dádiva gratuita de la justicia reinarán en vida
mediante la sola persona, Jesucristo.” El legado que dejó Adán es
contrario al que deja Jehová al hacer la dádiva de justicia. Mientras que el
primero lleva a la muerte, el segundo lleva a la vida (Rom. 5:17; léase
Lucas 22:28-30).
15 Quienes reciben la
dádiva de ser declarados justos se convierten en hijos espirituales de Dios.
Pasan a ser coherederos con Cristo, lo que les brinda la esperanza de
resucitar como espíritus para reinar con él en el cielo (léase Romanos
8:15-17, 23).
Dios manifiesta su
amor a otros
16 Pero no todos
los que sirven a Dios con fe reinarán con Cristo en el cielo. Al igual
que los fieles de tiempos precristianos, muchos siervos de Jehová tienen hoy
la esperanza bíblica de vivir para siempre en una Tierra paradisíaca. ¿Les ha
hecho ya Jehová la amorosa dádiva de considerarlos justos con la vida
terrestre en perspectiva? Según explica Pablo a los romanos, podemos
contestar con un rotundo sí.
17 Pablo menciona un
ejemplo destacado. Habla de Abrahán, un hombre de fe que vivió siglos antes
de que Jehová entregara la Ley a Israel y mucho antes de que Cristo abriera
el camino a la vida en los cielos (Heb. 10:19, 20). El apóstol
dice: “No fue mediante ley que Abrahán o su descendencia tuvieron la
promesa de que él hubiera de ser heredero de un mundo, sino que fue mediante
la justicia por fe” (Rom. 4:13; Sant. 2:23, 24). Como vemos, Dios
consideró justo al fiel Abrahán (léase Romanos 4:20-22).
18 Eso no quiere
decir que este siervo de Dios nunca cometiera un pecado. No, él no era
justo en ese sentido (Rom. 3:10, 23). Sin embargo, Jehová, en su sabiduría
infinita, tomó en cuenta tanto su fe excepcional como sus obras de fe. En particular,
Abrahán tuvo fe en la “descendencia” prometida que vendría de su familia. Esa
Descendencia fue el Mesías, o Cristo (Gén. 15:6; 22:15-18). Tomando como base
“el rescate pagado por Cristo Jesús”, el Juez Supremo puede perdonar los
pecados de Abrahán y de muchos otros fieles de tiempos precristianos, lo cual
permitirá que resuciten en el futuro (léase Romanos
3:24, 25; Sal. 32:1, 2).
Dios nos considera
justos hoy
19 El hecho de que el
Dios de amor considerara justo a Abrahán debe animar a todos los cristianos
verdaderos de la actualidad. Jehová no lo declaró justo en el mismo
sentido que a quienes unge con espíritu para ser “coherederos con Cristo”.
Los cristianos de ese reducido grupo son “llamados a ser santos” y son
aceptados como “hijos de Dios” (Rom. 1:7; 8:14, 17, 33). Abrahán, sin
embargo, llegó a ser “amigo de Jehová”, y esto cuando Cristo aún no había
dado su vida en rescate (Sant. 2:23; Isa. 41:8). ¿Qué puede decirse,
entonces, de los cristianos que esperan vivir cuando se restaure el Paraíso?
20 Estos cristianos
no han recibido “la dádiva gratuita de la justicia” con vida celestial
en mira “mediante la liberación por el rescate pagado por Cristo Jesús” (Rom.
3:24; 5:15, 17). No obstante, tienen fe firme en Dios y en el medio
que él ha establecido para nuestra salvación. Y lo evidencian con sus
buenas obras, entre ellas la de ir “predicándoles [a las personas] el reino
de Dios y enseñando las cosas respecto al Señor Jesucristo” (Hech. 28:31).
Por estas razones, Jehová los considera justos en el mismo sentido que a
Abrahán. Aunque no disfrutan de “la dádiva gratuita” que reciben los
ungidos, aceptan muy agradecidos el mismo regalo que obtuvo el fiel
patriarca: la amistad con Dios.
21 La esperanza de
vivir eternamente en la Tierra no es una de tantas promesas que se
quedarán sin cumplir, como las que suelen hacer los políticos. Por el contrario,
forma parte del propósito que el Soberano Universal se ha trazado en su
infinita sabiduría. En efecto, Jehová ha ido dando los pasos necesarios
para hacer realidad su propósito. Y todas estas medidas las ha adoptado
en plena conformidad con la justicia. Lo que es más, son una demostración
palpable de su inmenso amor. Sin duda, Pablo tenía toda la razón del mundo
para escribir: “Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, mientras
todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:8).
[Nota]
La explicación de
que la prole o descendencia de Jesús estaba incluida en el “rescate
correspondiente” se publicó, por ejemplo, en Perspicacia para comprender
las Escrituras, volumen 2, página 825, párrafos 3 y 4.
¿Recordamos estos puntos?
• ¿Qué herencia
hemos recibido los descendientes de Adán, y cuáles han sido las
consecuencias?
• Explique cómo se
pagó el “rescate correspondiente” y cuál es la correspondencia implicada.
• ¿De qué esperanza
disfrutamos al haber sido declarados justos?
[Preguntas del estudio]
1, 2. ¿Qué herencia dejaron los romanos, y
qué legado mucho más valioso hemos recibido?
3. ¿Qué preguntas es lógico hacerse?
4, 5. a) ¿Qué extraordinaria prueba de su
amor nos dio Jehová? b) ¿Qué hechos históricos nos aclaran el significado de
Romanos 5:12?
6. a) Explique por qué estaban los
descendientes de Adán condenados a morir y si la situación cambió al dar Dios
la Ley. b) ¿Por qué es comparable el pecado a una enfermedad como la
hemofilia?
7, 8. ¿Qué diferentes resultados produjeron
Adán y Jesús con su forma de actuar?
9. Cuando Dios declara justos a los hombres,
tal como dice Romanos 5:16, 18, ¿qué hace por ellos?
10. ¿Qué hizo Jesús
para que Jehová pudiera declararnos justos?
11. ¿Cuál es la
correspondencia en la que se basa el rescate?
12, 13. ¿Por qué es
una muestra de amor y misericordia el que Dios declare justa a una persona?
14, 15. ¿Qué
recompensa se ofreció a las personas a las que Dios declaró justas, pero qué
tenían que hacer todavía?
16. ¿Qué dádiva
reciben hoy los cristianos que no esperan reinar con Cristo?
17, 18. a) ¿Cómo
consideró Dios al fiel Abrahán? b) ¿Por qué pudo Jehová ver a Abrahán como
una persona justa?
19. ¿Qué hecho
sobre Abrahán anima a muchos cristianos de la actualidad?
20. ¿Qué deben
hacer las personas de la actualidad para que Dios las considere justas en el
mismo sentido que a Abrahán?
21. ¿De qué
podremos disfrutar gracias al amor y la justicia de Jehová?
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martes, 29 de enero de 2013
Martes, 29 de Enero de 2013
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