TEXTO DEL DIA
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CITA BIBLICA
Descripción Biblia
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Referencias BIBLICAS
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*** Texto del sábado,
12 de enero de 2013 ***
Sábado 12 de enero
[Jehová] está haciendo [...]
vino que regocija el corazón del hombre mortal (Sal. 104:14, 15).
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(Salmo 104:14, 15)
Él está haciendo
brotar hierba verde para las bestias,
y vegetación para el servicio de la humanidad,
para hacer salir alimento de la tierra,
15 y vino que regocija el corazón del hombre mortal, para hacer brillar el
rostro con aceite, y pan que sustenta
el mismísimo corazón del hombre mortal.
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(Génesis
1:30) Y a toda bestia salvaje de la tierra y a toda criatura voladora
de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida como
alma he dado toda la vegetación verde para alimento”. Y llegó a ser así.
(1 Reyes 18:5)
Y Acab pasó a decir a Abdías: “Ve por la tierra a todos los manantiales de
agua y a todos los valles torrenciales. Tal vez hallemos hierba verde, para
que conservemos vivos los caballos y mulos y no nos sean cortadas [más] de
las bestias”.
(Jeremías
14:6) Y las cebras mismas se han quedado paradas sobre las colinas
peladas; con avidez han aspirado el viento como los chacales; sus ojos han
fallado porque no hay vegetación.
(Joel
2:22) No estén temerosas, ustedes las bestias del campo abierto,
porque los pastos de[l] desierto ciertamente se harán verdes. Porque el árbol
realmente dará su fruto. La higuera y la vid tienen que dar su energía vital.
(Génesis 1:29) Y Dios
pasó a decir: “Miren que les he dado toda vegetación que da semilla que está
sobre la superficie de toda la tierra y todo árbol en el cual hay fruto de
árbol que da semilla. Que les sirva de alimento.
(Génesis 3:18) Y
espinos y cardos hará crecer para ti, y tienes que comer la vegetación del
campo.
(Génesis 9:3) Todo
animal moviente que está vivo puede servirles de alimento. Como en el caso de
la vegetación verde, de veras lo doy todo a ustedes.
(Job 38:27) para
satisfacer lugares azotados por tempestades y desolados, y hacer brotar el
crecimiento de hierba?
(Hebreos 6:7) Por
ejemplo, la tierra que embebe la lluvia que a menudo viene sobre ella, y que
luego produce vegetación apropiada para aquellos para quienes también se
cultiva, recibe en cambio una bendición de Dios.
(Job 28:5) En
cuanto a la tierra, de ella sale alimento; pero debajo de ella, ha sido
trastornada como por fuego.
(1 Corintios
3:7) de modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios
que [lo] hace crecer.
(Jueces
9:13) A su vez la vid les dijo: ‘¿Tengo acaso que renunciar a mi vino
nuevo, que regocija a Dios y a los hombres, y tengo que ir a mecerme sobre
los árboles?’.
(2 Samuel 13:28)
Entonces Absalón dio orden a sus servidores, y dijo: “Vean, por favor, que
tan pronto como el corazón de Amnón esté de humor alegre con el vino, y yo
ciertamente les diga: ‘¡Derriben a Amnón!’, entonces tienen que darle muerte.
No tengan miedo. ¿No les he dado orden yo mismo a ustedes? Sean fuertes y
prueben que son hombres valientes”.
(Ester
1:10) Al séptimo día, cuando el corazón del rey estaba de humor alegre
por el vino, él dijo a Mehumán, Biztá, Harboná, Bigtá y Abagtá, Zetar y
Carcás, los siete oficiales de la corte que ministraban a la persona del rey
Asuero,
(Proverbios
31:6) Den ustedes licor embriagante al que está a punto de perecer, y
vino a los que están amargados de alma.
(Eclesiastés
2:3) Exploré con mi corazón mediante alegrar mi carne aun con vino,
mientras conducía mi corazón con sabiduría, aun para echar mano de la tontería
hasta que viera yo qué bien había para los hijos de la humanidad en lo que
ellos hacían bajo los cielos por el número de los días de su vida.
(Eclesiastés
9:7) Ve, come tu alimento con regocijo y bebe tu vino con buen corazón,
porque ya el Dios [verdadero] se ha complacido en tus obras.
(Eclesiastés
10:19) El pan es para la risa de los trabajadores, y el vino mismo
regocija la vida; pero el dinero es lo que tiene buena acogida en todo.
(Salmo
92:10) 10 Pero tú ensalzarás mi cuerno como el
de un toro salvaje; [me] mojaré ligeramente con aceite fresco.
(Jeremías
37:21) 21 En conformidad, el rey Sedequías dio
orden, y entonces custodiaron a Jeremías en el Patio de la Guardia; y
diariamente se le daba un pan redondo de la calle de los panaderos, hasta que
todo el pan de la ciudad se agotó. Y Jeremías continuó morando en el Patio de
la Guardia.
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La Biblia muestra
en varios pasajes que Jehová no quiere que simplemente pasemos por la
vida, sino que disfrutemos de ella. En efecto, Dios hace crecer los
cultivos para que obtengamos grano, aceite y vino con que alimentarnos. Pero
notemos que el vino es un producto que no solo nos nutre, sino que
además nos “regocija el corazón” (Ecl. 9:7; 10:19).
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(Eclesiastés 9:7) Ve, come tu alimento con regocijo y bebe tu vino con buen corazón, porque ya el Dios
[verdadero] se ha complacido en tus obras.
(Eclesiastés 10:19) El pan es para la risa de los trabajadores, y el vino
mismo regocija la vida; pero el dinero es
lo que tiene buena acogida en todo.
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(Deuteronomio
12:7) Y allí tendrán que comer delante de Jehová su Dios y regocijarse
en toda empresa de ustedes, ustedes y sus casas, porque Jehová tu Dios te ha
bendecido.
(1
Reyes 8:66) Al octavo día despidió al pueblo; y ellos empezaron
a bendecir al rey e irse a sus hogares, regocijándose y sintiéndose alegres
de corazón por todo el bien que Jehová había ejecutado para David su siervo y
para Israel su pueblo.
(Salmo
104:15) y vino que regocija el corazón del hombre mortal, para hacer
brillar el rostro con aceite, y pan que sustenta el mismísimo corazón del
hombre mortal.
(Eclesiastés
2:24) En cuanto al hombre, no hay nada mejor [que] el que coma y en
realidad beba y haga que su alma vea el bien a causa de su duro trabajo. Esto
también lo he visto, yo mismo, que esto proviene de la mano del Dios
[verdadero].
(Deuteronomio
16:15) Siete días celebrarás la fiesta a Jehová tu Dios en el lugar
que Jehová escoja, porque Jehová tu Dios te bendecirá en todo tu producto y
en todo hecho de tu mano, y nada sino gozoso tendrás que llegar a estar.
(Hechos
10:31) y dijo: ‘Cornelio, tu oración ha sido oída favorablemente y tus
dádivas de misericordia han sido recordadas delante de Dios.
(Hechos
10:35) sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es
acepto.
(Hechos
14:17) aunque, verdaderamente, no se dejó a sí mismo sin testimonio,
por cuanto hizo bien, dándoles lluvias desde el cielo y épocas fructíferas,
llenando por completo sus corazones de alimento y de alegría”.
(Salmo
104:15) y vino que regocija el corazón del hombre mortal, para hacer
brillar el rostro con aceite, y pan que sustenta el mismísimo corazón del
hombre mortal.
(Eclesiastés
9:7) Ve, come tu alimento con regocijo y bebe tu vino con buen
corazón, porque ya el Dios [verdadero] se ha complacido en tus obras.
(Eclesiastés
7:12) Porque la sabiduría es para una protección [lo mismo que] el
dinero es para una protección; pero la ventaja del conocimiento es que la
sabiduría misma conserva vivos a sus dueños.
(Lucas
16:9) ”También, les digo a ustedes: Háganse amigos por medio de las
riquezas injustas, para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los
lugares de habitación eternos.
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Es evidente
que Jehová quiere que los seres humanos vivan felices, pues está “llenando
por completo sus corazones [...] de alegría” (Hech. 14:16, 17).
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(Hechos 14:16,
17) En las generaciones pasadas él permitió a todas las naciones
seguir adelante en sus caminos, 17 aunque, verdaderamente,
no se dejó a sí mismo sin testimonio, por cuanto hizo
bien, dándoles lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando por
completo sus corazones de alimento y de alegría”.
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(Deuteronomio
18:14) ”Porque estas naciones que vas a desposeer solían escuchar a
los que practican magia y a los que adivinan; pero en cuanto a ti, Jehová tu
Dios no te ha dado nada semejante a esto.
(Hechos
17:30) Cierto, Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia;
sin embargo, ahora está diciéndole a la humanidad que todos en todas partes
se arrepientan.
(Hechos
17:27) para que busquen a Dios, por si buscaban a tientas y
verdaderamente lo hallaban, aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno
de nosotros.
(Romanos
1:20) Porque las [cualidades] invisibles de él se ven claramente desde
la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas,
hasta su poder sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables;
(Salmo
65:10) Hay un empapamiento de sus surcos, un allanamiento de sus
terrones; con chaparrones copiosos la ablandas; bendices sus mismísimos
brotes.
(Salmo
147:8) Aquel que está cubriendo de nubes los cielos, Aquel que prepara
lluvia para la tierra, Aquel que hace que de las montañas brote hierba verde.
(Jeremías
5:24) Pero no han dicho en su corazón: “Temamos, ahora, a Jehová
nuestro Dios, Aquel que está dando el aguacero y la lluvia del otoño y la
lluvia de la primavera en su estación, Aquel que guarda para nosotros hasta
las semanas prescritas de la cosecha”.
(Mateo
5:45) para que demuestren ser hijos de su Padre que está en los
cielos, ya que él hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover
sobre justos e injustos.
(Salmo 145:16) 16 Estás
abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente.
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Siendo así,
no hay razón para que nos sintamos culpables porque de vez en cuando
dediquemos tiempo a actividades recreativas. De hecho, observar
“atentamente las aves del cielo” y “los lirios del campo”, por dar un par de
ejemplos, puede revigorizarnos y enriquecernos como personas (Mat. 6:26, 28; Sal.
8:3, 4).
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(Mateo 6:26)
Observen atentamente las aves del cielo, porque ellas no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros; no obstante, su Padre celestial las alimenta. ¿No valen
ustedes más que ellas?
(Mateo 6:28)
También, en cuanto al asunto de ropa, ¿por qué se inquietan? Aprendan una
lección de los lirios del
campo, cómo crecen; no se afanan, ni hilan;
(Salmo 8:3,
4) Cuando veo tus cielos, las obras de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has preparado,
4 ¿qué es el hombre mortal para que lo tengas presente, y el hijo del hombre terrestre para que cuides de él?
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(Job
38:41) ¿Quién le prepara al cuervo su alimento cuando sus propios
polluelos claman a Dios por ayuda, [cuando] siguen errantes porque no hay
nada de comer?
(Salmo
147:9) Él está dando a las bestias su alimento, a los cuervos jóvenes
que siguen clamando.
(Mateo
10:29) ¿No se venden dos gorriones por una moneda de poco valor? Sin
embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin [el conocimiento de] su Padre.
(Lucas
12:24) Reparen en los cuervos, que ni siembran ni siegan, y no tienen
ni troje ni granero, y sin embargo Dios los alimenta. ¿Cuánto más valen
ustedes que las aves?
(Deuteronomio
7:6) 6 Porque tú eres un pueblo santo a Jehová
tu Dios. Es a ti a quien Jehová tu Dios ha escogido para que llegues a ser su
pueblo, una propiedad especial, de entre todos los pueblos que están sobre la
superficie del suelo.
(Lucas 12:27) 27 Reparen
en los lirios, cómo crecen; no se afanan, ni hilan; pero les digo: Ni
siquiera Salomón en toda su gloria se vistió como uno de estos.
(Génesis 1:1) En [el] principio Dios
creó los cielos y la tierra.
(Salmo 19:1) Los cielos están
declarando la gloria de Dios; y de la obra de sus manos la expansión está
informando.
(Salmo 102:25) Hace mucho tú
colocaste los fundamentos de la tierra misma, y los cielos son la obra de tus
manos.
(Romanos 1:20) Porque las
[cualidades] invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo
en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder
sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables;
(Salmo 104:19)
Él ha hecho la luna para tiempos señalados; el sol mismo conoce bien dónde se
pone.
(Isaías 40:26)
Levanten los ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel
que saca el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun
por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, porque él también es
vigoroso en poder, ninguna [de ellas] falta.
(Mateo 5:45)
para que demuestren ser hijos de su Padre que está en los cielos, ya que él
hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e
injustos.
(Isaías
51:12) “Yo... yo mismo soy Aquel que está consolándolos. ”¿Quién eres
tú para que tengas miedo a un hombre mortal que ha de morir, y a un hijo de
la humanidad que quedará como simple hierba verde?
(1
Corintios 15:47) El primer hombre procede de la tierra y es
hecho de polvo; el segundo hombre procede del cielo.
(Job
7:17) ¿Qué es el hombre mortal para que lo críes, y para que fijes tu
corazón en él,
(Salmo
144:3) Oh Jehová, ¿qué es el hombre para que tomes nota de él, el hijo
del hombre mortal, para que te fijes en él?
(Hebreos
2:6) Pero cierto testigo ha dado prueba en algún lugar, diciendo:
“¿Qué es el hombre para que lo tengas presente, o [el] hijo del hombre para
que cuides de él?
(Génesis
1:29) Y Dios pasó a decir: “Miren que les he dado toda vegetación que
da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra y todo árbol en el
cual hay fruto de árbol que da semilla. Que les sirva de alimento.
(Génesis
9:3) Todo animal moviente que está vivo puede servirles de alimento.
Como en el caso de la vegetación verde, de veras lo doy todo a ustedes.
(Mateo
6:25) ”Por esto les digo: Dejen de inquietarse respecto a su alma en
cuanto a qué comerán o qué beberán, o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se
pondrán. ¿No significa más el alma que el alimento, y el cuerpo que la ropa?
(Mateo
6:30) Pues bien, si Dios viste así a la vegetación del campo, que hoy
está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más
razón, hombres de poca fe?
(Lucas
12:28) Pues, si Dios viste así a la vegetación del campo que hoy
existe y mañana se echa en el horno, ¡con cuánta más razón los vestirá a
ustedes, hombres de poca fe!
(Juan
3:16) ”Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito,
para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida
eterna.
(Hechos
14:17) aunque, verdaderamente, no se dejó a sí mismo sin testimonio,
por cuanto hizo bien, dándoles lluvias desde el cielo y épocas fructíferas,
llenando por completo sus corazones de alimento y de alegría”.
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Vivir una vida
plena y saludable es un “don de Dios” (Ecl. 3:12, 13). Comprendemos que nuestro
tiempo libre forma parte de ese regalo, y por eso queremos emplearlo como a
él le agrada. w11 15/10 1:1, 2
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(Eclesiastés 3:12,
13) He llegado a saber que no hay nada mejor para ellos que
regocijarse y hacer el bien durante la vida
de uno; 13 y también
que todo hombre coma y realmente beba y vea el bien por todo su duro trabajo.
Es el don de Dios.
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(Salmo 37:3)
Confía en Jehová y haz el bien; reside en la tierra, y [en todo] trata con
fidelidad.
(Isaías 64:5)
Has salido al encuentro del que se alboroza y hace justicia, los que siguen
acordándose de ti en tus propios caminos. ¡Mira! Tú mismo te indignaste,
mientras nosotros seguimos pecando... en ellos mucho tiempo, y ¿se nos
debería salvar?
(1 Tesalonicenses
5:15) Vean que nadie pague daño por daño a ningún otro; antes bien,
sigan siempre tras lo que es bueno los unos para con los otros y para con
todos los demás.
(1 Timoteo
6:18) que trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes,
que sean liberales, listos para compartir,
(Deuteronomio
20:6) ¿Y quién es el hombre que ha plantado una viña y no ha empezado
a usarla? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y
otro hombre empiece a usarla.
(Salmo
128:2) Porque comerás el afán de tus propias manos. Feliz serás, y te
irá bien.
(Eclesiastés
5:18) ¡Mira! La mejor cosa que yo mismo he visto, la cual es bella, es
que uno coma y beba y vea el bien por todo su duro trabajo con el cual
trabaja duro bajo el sol por el número de los días de su vida que el Dios
[verdadero] le ha dado, porque esa es su porción.
(Isaías
65:22) No edificarán y otro [lo] ocupará; no plantarán y otro [lo]
comerá. Porque como los días de un árbol serán los días de mi pueblo; y la
obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal.
(Eclesiastés
5:19) 19 También, a todo hombre a quien el Dios
[verdadero] ha dado riquezas y posesiones materiales, también lo ha facultado
para comer de ello y para llevarse su porción y para regocijarse con su duro
trabajo. Este es el don de Dios.
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*** w11 15/10 ¿Son sanas nuestras diversiones?
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¿Son
sanas nuestras diversiones?
“Sigan asegurándose de lo que es acepto al Señor.”
(EFE. 5:10)
LA Biblia muestra en numerosos pasajes que Jehová
no quiere que simplemente pasemos por la vida, sino que desea que
disfrutemos de ella. Por ejemplo, Salmo 104:14, 15 señala que él “está
haciendo [...] salir alimento de la tierra, y vino que regocija el
corazón del hombre mortal, para hacer brillar el rostro con aceite, y pan que
sustenta el mismísimo corazón del hombre mortal”. En efecto, Dios hace
crecer los cultivos para que obtengamos grano, aceite y vino con que
alimentarnos. Pero notemos que el vino es un producto que no solo nos
nutre, sino que además nos “regocija el corazón” (Ecl. 9:7; 10:19).
Es evidente que Jehová quiere que los seres humanos vivan felices, pues
está “llenando por completo sus corazones [...] de alegría” (Hech.
14:16, 17).
2
Siendo así, no hay razón para que los siervos de Dios se sientan
culpables porque de vez en cuando dediquen tiempo a actividades recreativas.
De hecho, el que “observen atentamente las aves del cielo” y “los lirios
del campo”, por mencionar un par de ejemplos, puede revigorizarlos y
enriquecerlos como personas (Mat. 6:26, 28; Sal. 8:3, 4).
En realidad, vivir una vida plena y saludable es un “don de Dios” (Ecl.
3:12, 13). Comprendemos que nuestro tiempo libre forma parte de ese
regalo suyo, y por eso queremos emplearlo como a él le agrada.
Libertad dentro de unos límites
3 Como
veremos a continuación, el cristiano equilibrado reconoce que cada cual tiene
derecho a elegir los pasatiempos que prefiera, pero siempre dentro de unos
límites. Con las diversiones ocurre lo mismo que con ciertos alimentos, que
en algunos lugares del mundo son exquisiteces y en otros se consideran poco
menos que incomibles. Los cristianos de cierta parte del mundo tal vez elijan
actividades que a los de otra parte no les resulten interesantes.
Y estas diferencias se dan incluso entre quienes viven en la misma zona.
Hay quienes disfrutan relajándose con un buen libro en su sillón favorito,
mientras que a otros les parece aburrido; a unos les encanta andar en
bicicleta por el campo, pero a otros les resulta agotador. Todos debemos
aceptar que, tal como sucede con la comida, en el ocio existen muchas
opciones válidas (Rom. 14:2-4).
4 Por
supuesto, la libertad de elección no es una excusa para participar en
actividades perjudiciales. Volvamos al ejemplo de la comida. Por mucho que
nos guste variar, ¿verdad que jamás se nos ocurriría comer ningún alimento
podrido? No solo sería una insensatez, sino que además estaríamos
poniendo en riesgo nuestra propia salud. Por la misma razón, aunque estemos
abiertos a una amplia variedad de diversiones, evitamos todas las que son
inmorales, violentas o muy peligrosas, pues violan los principios bíblicos y
amenazan nuestra salud física y espiritual. Es obvio que debemos
mantenernos dentro de unos límites razonables. Para ello, lo mejor es
determinar de antemano si el tipo de entretenimiento que nos atrae es bueno o
no (Efe. 5:10). A continuación veremos cómo hacerlo.
5
Nuestras diversiones nos beneficiarán únicamente si son del agrado de Jehová.
¿Cómo sabemos si una actividad está a la altura de los principios de su
Palabra? (Sal. 86:11.) Sometiéndola a una serie de tres preguntas.
La llamaremos “la prueba del qué, cuándo y quién”.
Analicemos una por una estas tres cuestiones.
¿Qué incluye?
6 La
primera pregunta que debemos hacernos al elegir una determinada forma de
entretenimiento es la siguiente: “¿Qué incluye la actividad que me atrae?”.
En otras palabras: ¿cuáles son sus características? Conviene tomar en
cuenta que, para el siervo de Dios, existen dos clases de diversiones:
primero, las que debe evitar a toda costa, y segundo, las que puede aceptar
suponiendo que se lo permite la conciencia. ¿Cuáles son totalmente
inadmisibles? Aquellas en las que se realizan o se presentan actos que chocan
de plano con los principios o las leyes divinas (1 Juan 5:19). Aunque en
este mundo malvado triunfa el entretenimiento en el que ocupan un lugar
relevante el sadismo, el demonismo, la homosexualidad, la pornografía, la
violencia y otros actos condenados en las Escrituras, los cristianos lo
rechazamos rotundamente (1 Cor. 6:9, 10; léase Revelación
21:8). Sin importar dónde estemos, evitamos cualquier contacto
con todo lo que exalta estas prácticas, y de esta manera le demostramos
a Jehová que somos obedientes a este mandato suyo: “Aborrezcan lo que es
inicuo” (Rom. 12:9; 1 Juan 1:5, 6).
7
Hablemos ahora de la segunda categoría: las diversiones que no guardan
relación directa con prácticas condenadas expresamente en las Escrituras.
¿Cómo sabe el cristiano si la actividad que planea realizar es sana a los
ojos de Jehová? Mirándola a la luz de los principios bíblicos (Pro.
4:10, 11). Así podrá tomar una decisión personal que lo deje con la
conciencia tranquila (Gál. 6:5; 1 Tim. 1:19). ¿Qué le ayudará a hacer
una buena elección? Regresemos al ejemplo de la comida. Antes de probar un plato
nuevo, solemos preguntar cuáles son sus ingredientes. Igualmente, antes de
elegir cierto tipo de entretenimiento, hemos de investigar cuál es su
contenido (Efe. 5:17).
8
Pongamos un caso. A muchos nos encantan ciertos deportes porque nos
parecen emocionantes. Eso es perfectamente comprensible. Ahora bien, ¿pudiera
ser que también nos atraigan otros “ingredientes”, como la competitividad
salvaje, el riesgo, las lesiones, las celebraciones desenfrenadas o el
patriotismo? Hagamos un autoanálisis. Tal vez descubramos que nuestra actitud
no encaja con el criterio de Jehová ni con el mensaje de paz y amor
que predicamos y optemos por renunciar a esa actividad (Isa. 61:1; Gál.
5:19-21). Pero si llegamos a la conclusión de que los “ingredientes” de
cierta diversión son compatibles con las normas bíblicas, llevarla a cabo
puede resultarnos revitalizante (Gál. 5:22, 23; léase Filipenses
4:8).
¿Cuándo la realizaré?
9 En
segundo lugar deberíamos plantearnos esta otra pregunta: “¿Cuándo realizaré
la actividad?”. Hay que analizar tanto el momento en que la vamos a llevar a
cabo como el tiempo que nos consumirá. Mientras que la pregunta del qué
revela cuáles son nuestras preferencias y lo que nos parece aceptable o no,
la del cuándo saca a la luz nuestras verdaderas prioridades, ya que
muestra lo que nos parece en realidad más importante. Pues bien, ¿cómo nos
aseguramos de que el entretenimiento no cobre demasiada relevancia en
nuestra vida?
10
Recordemos que Jesucristo dijo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu
corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Mar.
12:30). ¿Cómo demostramos que nuestro principal interés en la vida es amar a
Jehová? Obedeciendo este consejo de Jesús: “Sigan, pues, buscando primero el
reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas”
(Mat. 6:33). Como veremos, estas palabras nos ayudan a determinar el tiempo y
la importancia que debemos concederle al entretenimiento.
11 Jesús
no pide que busquemos “solo el reino”. Lo que nos manda es
buscar “primero el reino”. Él sabe que debemos dedicar tiempo y
energías a muchas otras actividades, pues necesitamos un hogar, comida, ropa,
educación, trabajo y esparcimiento, entre otras cosas. Pero los intereses del
Reino siempre deben recibir prioridad (1 Cor. 7:29-31). Si nos
guiamos por este principio fundamental, no permitiremos que nada
interfiera en nuestra actividad más importante: el servicio a Jehová.
Al aplicar este principio a las diversiones, las mantendremos dentro de
unos límites y lograremos que nos beneficien.
12
¿Cuántas horas le dedicaremos al entretenimiento? Para decidirlo, hay que
sentarse a calcular “los gastos” (Luc. 14:28). En efecto, debemos
analizar la inversión de tiempo que requiere cierta actividad recreativa y
plantearnos si vale la pena. Si vemos que nos llevará a descuidar
obligaciones como el estudio personal, la adoración en familia, las reuniones
cristianas y la predicación, entonces sería un “derroche” que no podemos
permitirnos (Mar. 8:36). Pero si concluimos que se trata de una diversión
ocasional que renovará nuestras energías y nos permitirá seguir buscando
primero el Reino, será una buena “inversión”.
¿Quién me acompañará?
13 La
tercera pregunta que todos debemos hacernos es la siguiente: “¿Quién me
acompañará en la actividad?”. Es muy importante saber con quién nos
relacionaremos, pues nuestras diversiones solo serán edificantes si también
lo son nuestras amistades. Claro está, tal como una comida resulta mucho más
agradable cuando se está en buena compañía, el entretenimiento se disfruta
mucho más cuando se comparte con buenos amigos. Por eso es perfectamente
comprensible que a la mayoría de nosotros, y en especial a los jóvenes, nos
guste divertirnos en grupo. La clave del éxito reside en seleccionar
amistades beneficiosas y evitar las compañías perjudiciales (2 Cró.
19:2; léase Proverbios 13:20; Sant.
4:4).
14 A la
hora de elegir nuestras compañías, hacemos bien en imitar el ejemplo de
Jesús. Desde el comienzo de la creación, él ha amado siempre a los seres
humanos (Pro. 8:31). Y cuando estuvo en la Tierra, trató con bondad y
consideración a todos sus semejantes (Mat. 15:29-37). No obstante, tenía
clara en su mente la línea divisoria entre la simple cordialidad y la amistad
verdadera. Se llevaba bien con las personas en general, pero únicamente
entablaba relaciones estrechas con quienes cumplían con una condición. ¿Cuál?
La misma que les señaló a sus once apóstoles fieles: “Ustedes son mis
amigos si hacen lo que les mando”
(Juan 15:14; véase también Juan 13:27, 30). Es patente que Jesús
solo aceptaba en su círculo íntimo a quienes eran discípulos suyos y siervos
de Jehová.
15 Esa
es la actitud que debemos adoptar nosotros. Para determinar si alguien merece
nuestra amistad, preguntémonos: “¿Demuestra con sus palabras y acciones que
obedece los mandatos de Jehová y de Jesús? ¿Comparte mis creencias y valores
bíblicos? ¿Será una influencia positiva y me ayudará a mantenerme fiel a
Jehová y buscar primero el Reino?”. Si respondemos afirmativamente a
estas cuestiones, podemos tener la confianza de que tal persona será un buen
compañero para nuestros momentos de ocio (léase Salmo
119:63; 2 Cor. 6:14; 2 Tim. 2:22).
Pongamos a prueba nuestras diversiones
16 En
resumen, hemos analizado tres aspectos relacionados con nuestro tiempo libre:
qué diversiones elegimos, cuándo las realizamos y con quién. Y hemos
visto que para que nuestro entretenimiento nos beneficie, tiene que estar a
la altura de las normas bíblicas en cada uno de esos tres puntos. Antes de
elegir cualquier actividad, debemos someterla a la siguiente prueba: ¿Qué
incluye? Hay que asegurarse de que no contenga nada impropio para un
cristiano (Pro. 4:20-27). ¿Cuándo la realizaremos? No podemos
permitir que nos consuma demasiado tiempo (1 Tim. 4:8). ¿Quién
nos acompañará? Debemos evitar a toda costa las malas influencias (Ecl. 9:18;
1 Cor. 15:33).
17 Si
vemos que cierta actividad no cumple las condiciones bíblicas del qué,
cuándo y quién, entonces no pasa la prueba. Pero si
concluimos que sí las cumple, podemos tener la tranquilidad de que esa
diversión nos beneficiará y contribuirá a honrar a Jehová (Sal. 119:33-35).
18 En
definitiva, en los momentos de ocio, asegurémonos siempre de hacer lo que
debemos, cuando debemos y con quien debemos. Esforcémonos de corazón por
seguir en todo momento este consejo bíblico: “Sea que estén comiendo, o
bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la
gloria de Dios” (1 Cor. 10:31).
[Nota]
En este artículo emplearemos indistintamente
términos como entretenimiento, diversiones, ocio y pasatiempos
para referirnos en general a las actividades recreativas que realizamos en
nuestro tiempo libre.
¿Qué
respondería?
¿Cómo podemos aplicar al entretenimiento los
principios que hallamos en los siguientes versículos?
• Filipenses 4:8
• Mateo 6:33
• Proverbios 13:20
[Preguntas del estudio]
1, 2.
a) ¿Qué pasajes bíblicos muestran que Jehová desea que disfrutemos la
vida? b) Dado que el tiempo libre es un “don de Dios”, ¿qué queremos
hacer con él?
3. ¿Por qué
es razonable tomar en cuenta la diversidad de gustos en materia de
diversiones?
4. ¿Por qué
es necesario mantenerse dentro de unos límites al elegir diversiones?
Ilústrelo con una comparación.
5. ¿Cómo
podemos saber si le agradan a Jehová nuestras diversiones?
6. ¿Qué
diversiones rechazamos, y por qué?
7, 8. ¿Cómo
sabe el cristiano si la actividad que planea realizar es sana a los ojos de
Jehová? Ponga un ejemplo.
9. Mencione
qué descubrimos al hacernos la pregunta: “¿Cuándo realizaré la actividad?”.
10, 11. ¿Cómo nos ayuda Mateo 6:33 a determinar
cuánto tiempo debemos dedicar al entretenimiento?
12. ¿Qué aplicación tienen las palabras de Lucas
14:28 en el campo del entretenimiento?
13. ¿Por qué conviene analizar con quién nos
relacionamos cuando nos divertimos?
14, 15. a) ¿Qué buen ejemplo dio Jesús a la
hora de elegir amistades? b) ¿Qué preguntas debemos plantearnos al
seleccionar nuestros amigos?
16. ¿A qué prueba debemos someter las actividades
que practicamos en nuestro tiempo libre?
17, 18. a) ¿Cómo podemos saber si nuestra forma
de entretenernos está a la altura de las normas bíblicas? b) ¿Qué
decisión debe tomar cada cristiano en lo relacionado con las diversiones?
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sábado, 12 de enero de 2013
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