TEXTO DEL DÍA
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CITA BÍBLICA
Descripción Biblia
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Referencias BÍBLICAS
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*** Texto del
Miércoles, 30 de Enero de 2013 ***
Miércoles 30 de enero
Su Padre celestial sabe que ustedes
necesitan todas estas cosas (Mat. 6:32).
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(Mateo 6:32) Porque
todas estas son las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño.
Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas
cosas.
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(Lucas 12:30)
30 porque todas estas son las cosas en pos de las
cuales van con empeño las naciones del mundo, pero el Padre de ustedes sabe
que ustedes necesitan estas cosas.
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Estas palabras indican que Jehová nos ayudará a cubrir nuestras
necesidades. Ahora bien, “todas estas cosas” que él nos garantiza
no siempre coinciden con nuestras preferencias o deseos. Aun así, Cristo
nos anima a no inquietarnos por “las cosas en pos de las cuales las
naciones van con empeño”. ¿Por qué? Él mismo da la respuesta en otro de
sus consejos: “Presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca
lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por
las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes
instantáneamente como un lazo” (Luc. 21:34, 35).
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(Lucas 21:34, 35) ”Mas presten atención a sí
mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer
con exceso y beber con exceso,
y por las inquietudes de la
vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente
35 como un lazo.
Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la
tierra.
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(Isaías 5:11)
11 ¡Ay de los que se levantan muy de mañana para
buscar solo licor embriagante, que se quedan hasta tarde en la oscuridad
nocturna, de modo que el vino mismo los inflama!
(Mateo 6:25)
”Por esto les digo: Dejen de inquietarse respecto a su alma en cuanto a qué
comerán o qué beberán, o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se pondrán. ¿No
significa más el alma que el alimento, y el cuerpo que la ropa?
(1 Timoteo
6:8) Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos
con estas cosas.
(Proverbios 11:4) Las cosas valiosas no serán de ningún
provecho en el día del furor, pero la justicia misma librará de la muerte.
(Isaías 5:13)
Por lo tanto, mi pueblo tendrá que irse al destierro por falta de
conocimiento; y su gloria será hombres muertos de hambre, y su muchedumbre
estará abrasada de sed.
(Romanos 13:13) Como de día, andemos decentemente, no en
diversiones estrepitosas y borracheras, no en coito ilícito y conducta
relajada, no en contienda y celos.
(1 Tesalonicenses
5:3) 3 Cuando [los hombres] estén diciendo:
“¡Paz y seguridad!”, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles
instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no
escaparán de ninguna manera.
(1 Tesalonicenses
5:2) Porque ustedes mismos saben bastante bien que el día de Jehová
viene exactamente como ladrón en la noche.
(2 Pedro
3:10) Sin embargo, el día de Jehová vendrá como ladrón, y en este los
cielos pasarán con un ruido de silbido, pero los elementos, estando
intensamente calientes, serán disueltos, y la tierra y las obras [que hay] en
ella serán descubiertas.
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Ya estamos en la recta final. ¡Y qué triste sería no poder
cruzar la meta por habernos llenado de cargas innecesarias! Si somos
sabios, viviremos de acuerdo con estas palabras de Pablo: “Es un medio de
gran ganancia [...] esta devoción piadosa junto con contentamiento” (1 Tim. 6:6, nota).
Tomar en serio este consejo nos hará más fácil correr hasta alcanzar el
triunfo. w11 15/9 4:6-8
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(1 Timoteo 6:6) Ciertamente es un medio de gran ganancia, [esta] devoción piadosa junto con autosuficiencia.
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(2 Corintios
4:18) mientras tenemos los ojos fijos, no en las cosas que se ven,
sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero
las que no se ven son eternas.
(Filipenses 1:21) Porque en mi caso el vivir es Cristo, y
el morir, ganancia.
(Romanos 12:1) Por consiguiente, les suplico por las
compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio
vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de
raciocinio.
(1 Timoteo
3:16) Realmente, se reconoce que el secreto sagrado de esta devoción
piadosa es grande: ‘Él fue puesto de manifiesto en carne, fue declarado justo
en espíritu, se apareció a ángeles, fue predicado entre naciones, fue creído
en [el] mundo, fue recibido arriba en gloria’.
(Filipenses 4:11)
11 No es que esté hablando respecto a estar en
necesidad, porque he aprendido, en cualesquiera circunstancias que esté, a
ser autosuficiente.
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*** w11 15/9 “Corran de tal
modo que lo alcancen” ***
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“Corran de tal
modo que lo alcancen”
“Corran de tal modo que lo alcancen.” (1 COR.
9:24)
CON la intención
de animar a los cristianos hebreos a seguir luchando por alcanzar la vida
eterna, Pablo les escribió una carta donde utilizó la impactante imagen de
una carrera. Y les dejó muy claro que no estaban solos. Tenían a su
alrededor una enorme “nube de testigos” que ya habían completado el trayecto.
Si recordaban la fidelidad y el esfuerzo de aquellos corredores que les
habían precedido, contarían con un incentivo más para continuar adelante y no darse
por vencidos.
2 En el artículo
anterior hablamos de varios fieles de la “nube de testigos”. Cada uno de
ellos es una clara prueba del poder de la verdadera fe, gracias a la cual
consiguieron perseverar y cruzar la línea de meta. ¿Cómo podemos lograrlo
nosotros? Haciendo caso de la exhortación que dirige Pablo a todos los
cristianos: “Quitémonos nosotros también todo peso, y el pecado que fácilmente
nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de
nosotros” (Heb. 12:1).
3 Algo que nos
ayudará a entender las palabras “quitémonos [...] todo peso” es el
siguiente comentario de la obra El mundo clásico: la
epopeya de Grecia y Roma: “Los griegos se
ejercitaban y competían desnudos en los juegos atléticos”, los cuales incluían
las carreras pedestres. Efectivamente, los corredores se desvestían por
completo para no llevar ningún peso que los estorbara. Aunque hoy
parezca una falta de pudor y decencia, lo hacían con la finalidad de ganar el
premio. Entonces, ¿qué idea nos transmite la exhortación de Pablo? Que para
conseguir el premio en la carrera por la vida es esencial librarse de
cualquier estorbo. Era un consejo sabio en aquel entonces y lo sigue siendo
ahora. Pero ¿qué cargas podrían dificultar que lleguemos a la meta?
“Quitémonos [...]
todo peso”
4 ¿Qué está
incluido en el “peso” que Pablo nos invita a quitarnos? Todo lo que nos
impida concentrar nuestra atención y esfuerzos en la carrera. Fijémonos en lo
que dijo Jesús sobre la época en la que vivió Noé, uno de los fieles que
mencionó Pablo: “Así como ocurrió en los días de Noé, así será también en los
días del Hijo del hombre” (Luc. 17:26). ¿Se estaba centrando Cristo en la catástrofe
sin precedentes que se avecina? No. Lo que estaba destacando era la
clase de vida que hoy lleva la gente, una vida muy parecida a la de tiempos
de Noé (léase Mateo 24:37-39). En su
inmensa mayoría, aquellas personas tenían muy poco interés en Dios, y menos aún
en obedecer sus mandamientos. ¿Qué ocupaba su mente? Cosas tan cotidianas
como la comida, la bebida y el matrimonio. El problema fue que, como
indicó Jesús, estaban tan absortos en ellas que “no hicieron caso” de la
advertencia.
5 Al igual que Noé
y los suyos, nosotros estamos muy ocupados. Debemos cubrir nuestras propias
necesidades y las de nuestra familia. Esto puede consumir mucho tiempo, energías
y recursos, y constituir una seria inquietud, sobre todo si afrontamos
problemas económicos. Además, al hacernos cristianos asumimos otras
importantes responsabilidades, como predicar, prepararnos para las reuniones,
asistir al Salón del Reino y fortalecer nuestra espiritualidad mediante el
estudio individual y en familia. Noé también tenía muchas obligaciones, y las
cumplió todas “precisamente así” como se le había mandado (Gén. 6:22). Sin
duda, si queremos llegar a la meta, es necesario que reduzcamos todo lo
posible las cargas que ya soportamos y evitemos añadirnos cargas
innecesarias.
6 Entonces, ¿qué
quiso decir Pablo con su exhortación: “Quitémonos [...] todo peso”?
Es evidente que no nos anima a descargarnos de todas
nuestras obligaciones. Jesús nos invita a tener esta actitud equilibrada: “Nunca
se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’, o ‘¿qué hemos de beber?’,
o ‘¿qué hemos de ponernos?’. Porque todas estas son las cosas en pos de
las cuales las naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe que
ustedes necesitan todas estas cosas” (Mat. 6:31, 32). ¿Qué indican estos
versículos? Que hasta las cosas necesarias de la vida, como la ropa y la
comida, pueden convertirse en una carga o en una piedra de tropiezo si no las
mantenemos en el lugar que les corresponde.
7 Centrémonos en
este comentario de Jesús: “Su Padre celestial sabe que ustedes necesitan
todas estas cosas”. Estas palabras llevan implícita la idea de que Jehová
cumplirá con su parte y nos ayudará a cubrir nuestras necesidades. Ahora
bien, “todas estas cosas” que él nos garantiza no siempre coinciden con
nuestras preferencias o deseos. Aun así, Cristo nos anima a no inquietarnos
por “las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño”. ¿Por qué? Él mismo
da la respuesta en otro de sus consejos: “Presten atención a sí mismos para
que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y
beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día
sobre ustedes instantáneamente como un lazo” (Luc. 21:34, 35).
8 Ya estamos en
la recta final. En vista de que nos encontramos a pocos pasos de la
meta, ¡qué triste sería no poder cruzarla por habernos llenado de cargas
innecesarias! Si somos sabios, viviremos de acuerdo con estas palabras
de Pablo: “Es un medio de gran ganancia [...] esta devoción piadosa
junto con contentamiento” (1 Tim. 6:6, nota). Sin duda, si tomamos en
serio este consejo, se nos hará más fácil correr hasta alcanzar el triunfo.
“Quitémonos [...]
el pecado que fácilmente nos enreda”
9 Pero Pablo
indica que no basta con deshacernos de “todo peso”. También nos invita a
quitarnos el pecado “que fácilmente nos enreda”. Estas palabras traducen un término
griego que no aparece en la Biblia más que en este pasaje. Comentando
sobre este versículo, el especialista Albert Barnes dijo: “Cuando corre, el
atleta ha de prescindir de prendas de vestir que puedan enrollársele entre
las piernas y entorpecerle el paso. De igual modo, el cristiano debe
desprenderse de cualquier estorbo semejante”. ¿Qué cosas podrían enredarle en
el pecado de la pérdida de fe?
10 La fe no se
pierde de la noche a la mañana. Esto es algo que al cristiano pudiera
sucederle poco a poco, quizás sin que se dé cuenta. En su carta, Pablo
advirtió unos capítulos antes del peligro de que uno esté alejándose de la
verdad, como un barco “a la deriva”, y desarrollando “un corazón inicuo y
falto de fe” (Heb. 2:1; 3:12). Recordemos lo que sucede cuando a un corredor
se le enredan las piernas en la ropa: casi siempre sufre una caída. Y es
más fácil que esto suceda si no hace caso de la recomendación de evitar
ciertas prendas de vestir cuando corre. ¿Por qué pudiera actuar así? Porque
es descuidado, confiado o distraído. Veamos, entonces, qué nos enseña el
consejo de Pablo.
11 En último término,
¿por qué pierde alguien la fe? Por las cosas que ha estado haciendo durante
cierto tiempo. Hablando del “pecado que fácilmente nos enreda”, un biblista
explica que es “el que tiene más fuerza sobre nosotros, sea por nuestras
circunstancias, forma de ser o compañías”. En otras palabras, el
ambiente, las debilidades personales y las amistades ejercen una poderosa
influencia sobre nosotros. Tanto es así que pueden debilitar nuestra fe e
incluso acabar con ella (Mat. 13:3-9).
12 En el transcurso
de los años, el esclavo fiel y discreto ha destacado la necesidad de tener
mucho cuidado con lo que vemos y escuchamos, pues influye profundamente en
nuestros pensamientos y deseos. Además, nos ha advertido que podemos salirnos
de trayectoria si nos dejamos arrastrar por el amor al dinero o la fascinación
por el entretenimiento y la tecnología, con su constante avalancha de
novedades. Ahora bien, ¿cómo consideramos personalmente tales consejos? ¿Nos
parecen exagerados? ¿Creemos que solo son aplicables a los demás y que somos
inmunes al peligro? Pensar así sería un grave error. Las trampas del mundo de
Satanás son tan difíciles de detectar y tan engañosas que han llevado a
muchos a la perdición. Nunca adoptemos una actitud descuidada, confiada o
distraída. ¡Podríamos quedarnos sin el premio de la vida! (1 Juan
2:15-17.)
13 Día tras día
nos relacionamos con gente que promueve los objetivos, valores y opiniones
del mundo (léase Efesios 2:1, 2).
¿Cuánto impacto tendrán en nosotros? Eso dependerá, en buena medida, de cómo
reaccionemos ante su influencia. Pablo señaló que la forma de pensar mundana
es como el “aire” que nos rodea. Pero es un aire muy tóxico, que ocasiona la
muerte espiritual. Por eso, debemos esforzarnos por evitarlo al máximo. Si no,
nos asfixiaremos y nunca llegaremos a la meta. ¿Qué nos ayudará a seguir
adelante? No perder de vista a Jesús, el líder de la carrera (Heb.
12:2). Otro excelente ejemplo es el de Pablo, quien se incluyó entre los
participantes de esta prueba y, de hecho, animó a sus hermanos a imitarlo (1 Cor.
11:1; Fili. 3:14).
Cómo alcanzar
el premio
14 ¿Cuánta
importancia daba Pablo a la carrera por la vida? En su discurso de
despedida a los ancianos de Éfeso, les dijo: “No hago mi vida de valor
alguno como preciada para mí, con tal que termine mi carrera y el ministerio
que recibí del Señor Jesús” (Hech. 20:24, nota). Como vemos, para él era
crucial alcanzar la meta. Tanto es así que estaba dispuesto a sacrificar
hasta su propia vida para lograrlo. Había hecho grandes esfuerzos en la
predicación, pero consideraba que serían inútiles si no conseguía cruzar
la línea de llegada. Claro, nunca se confió ni pensó que tuviera
garantizada la victoria (léase Filipenses 3:12, 13).
Fue solo cuando se acercaba su muerte que pudo decir con cierta seguridad: “He
peleado la excelente pelea, he corrido la carrera hasta terminarla, he
observado la fe” (2 Tim. 4:7).
15 Además, Pablo
deseaba que sus hermanos completaran el trayecto y no se salieran a
medio camino. Esta es la razón por la que recomendó a los filipenses que
trabajaran con empeño por su salvación. En efecto, les dijo: “[Sigan]
teniendo la palabra de vida asida con fuerza, para que yo tenga causa para
alborozarme en el día de Cristo: que no corrí en vano, ni trabajé
duro en vano” (Fili. 2:16). Y demostró el mismo interés por sus compañeros
de Corinto. Refiriéndose al premio, les dijo: “Corran de tal modo que lo
alcancen” (1 Cor. 9:24).
16 En una
competición de larga distancia, como el maratón, los corredores no divisan
la meta desde el mismo comienzo. Sin embargo, no piensan en otra cosa a
lo largo de la prueba, y más aún cuando les queda poca distancia por
recorrer. En nuestro caso ha de suceder igual. El premio tiene que
ser muy real para nosotros. Así estaremos más motivados a seguir luchando por
alcanzarlo.
17 Como señaló
Pablo, aquí entra en juego la fe, a la que definió como “la expectativa
segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades
aunque no se contemplen” (Heb. 11:1). Pensemos en Abrahán y Sara. ¿Por
qué estuvieron dispuestos a dejar todas las comodidades que tenían y vivir
como “extraños y residentes temporales en la tierra” de Canaán? Porque “vieron
desde lejos” el cumplimiento de las promesas de Jehová. Recordemos, además, a
Moisés. ¿Por qué se privó de “disfrutar temporalmente del pecado” y de “los
tesoros de Egipto”? También por su fe, que le dio las fuerzas para actuar así.
En efecto, leemos que “miraba atentamente hacia el pago del galardón”
(Heb. 11:8-13, 24-26). ¡Qué apropiado es, por lo tanto, que, al mencionar a
cada uno de estos siervos fieles, Pablo comience siempre con las palabras “por
fe”! Sin duda, fue esta cualidad la que les permitió extender la mirada más
allá de las pruebas y dificultades del momento y ver lo que ya estaba haciendo
Jehová por ellos y lo que iba a hacer en el futuro.
18 Si queremos que
se fortalezca nuestra fe y así evitar “el pecado que fácilmente nos enreda”,
hemos de estudiar el ejemplo de los hombres y mujeres del capítulo 11 de
Hebreos y esforzarnos por imitarlo (Heb. 12:1). También debemos reunirnos con
nuestros fieles hermanos para que todos juntos podamos “incitarnos al amor y
a las obras excelentes” (Heb. 10:24).
19 Ya casi estamos
llegando a la meta. ¡La tenemos ante nuestros propios ojos! Gracias a la fe y
a la ayuda de Jehová, podemos cumplir la exhortación de Pablo: “Quitémonos [...]
todo peso, y el pecado que fácilmente nos enreda”. Esto nos permitirá correr
de tal modo que alcancemos la gloriosa recompensa que nos promete nuestro
amado Padre, Jehová.
[Nota]
Los judíos
consideraban ofensiva esta costumbre de los atletas. Por eso, como indica un
libro apócrifo, la propuesta de construir un gimnasio en Jerusalén en tiempos
de los Macabeos provocó un gran revuelo. La idea de edificarlo vino del
sumo sacerdote Jasón, quien se había vuelto apóstata y quería que la gente
adoptara el estilo de vida griego (2 Macabeos 4:7-17).
¿Qué hemos aprendido?
• ¿Qué quiere
decir el consejo: “Quitémonos [...] todo peso”?
• ¿Qué pudiera
llevar a un cristiano al pecado de perder la fe?
• ¿Por qué
debemos concentrarnos en el premio?
[Preguntas del estudio]
1, 2. a) ¿Qué utilizó Pablo para animar
a los cristianos hebreos? b) ¿Qué exhortación hemos recibido los siervos
de Dios?
3. ¿Qué lección quería establecer Pablo al
utilizar la imagen de los atletas griegos?
4. ¿En qué cosas estaba absorta la gente de
tiempos de Noé?
5. ¿Qué nos ayudará a triunfar en la
carrera?
6, 7. ¿Qué consejo de Jesús debemos tener
muy presente?
8. ¿Por qué es más necesario que nunca que
nos quitemos todo peso?
9, 10. a) ¿A qué se refiere la expresión
“el pecado que fácilmente nos enreda”? b) ¿Qué pudiera sucederle a
nuestra fe?
11. ¿Cómo pudiéramos
perder la fe?
12. ¿Qué
consejos debemos seguir para no perder la fe?
13. ¿Qué nos
ayudará a seguir corriendo sin que nos asfixie el “aire” del mundo?
14. ¿Cuánta
importancia daba Pablo a la carrera cristiana?
15. ¿Qué
palabras de ánimo dirigió Pablo a sus compañeros de carrera?
16. ¿Por qué
debemos tener siempre presente el premio que recibiremos al llegar a la meta?
17. ¿Cómo ha
ayudado la fe a los siervos de Dios a concentrarse en la recompensa?
18. ¿Qué nos
ayudará a evitar “el pecado que fácilmente nos enreda”?
19. ¿Por qué
debemos seguir luchando en la carrera cristiana?
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miércoles, 30 de enero de 2013
Miércoles, 30 de Enero de 2013
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