viernes, 4 de enero de 2013

Viernes, 04 de Enero de 2013

TEXTO DEL DIA
CITA BIBLICA
Descripción Biblia
Referencias BIBLICAS
*** Texto del Viernes, 04 de Enero de 2013 ***

Viernes 4 de enero

De casa en casa, continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas (Hech. 5:42).

(Hechos 5:42)
Y todos los días en el templo, y de casa en casa, continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús.

(Hechos 20:20) 20 mientras no me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa.
(Hechos 2:46) Y día tras día asistían constantemente y de común acuerdo al templo, y tomaban sus comidas en hogares particulares y participaban del alimento con gran regocijo y sinceridad de corazón,
(Hechos 4:31) Y cuando hubieron hecho ruego, el lugar donde estaban reunidos fue sacudido; y todos sin excepción quedaron llenos del espíritu santo, y hablaban la palabra de Dios con denuedo.
(Hechos 18:5) Pues bien, cuando Silas y también Timoteo hubieron bajado de Macedonia, Pablo empezó a estar intensamente ocupado con la palabra, dando testimonio a los judíos para probar que Jesús es el Cristo.
(2 Corintios 10:14) 14 Realmente no estamos extendiéndonos más de lo debido como si no llegáramos hasta ustedes, porque nosotros fuimos los primeros en ir hasta alcanzarlos en la declaración de las buenas nuevas acerca del Cristo.

A finales del siglo XIX y principios del XX había algunos Estudiantes de la Biblia que pensaban que cumplían con la comisión de predicar presentando discursos. No obstante, llegó un momento en que el pueblo de Dios comprendió que la voluntad divina era que también se emplearan otros métodos de predicación, como las visitas casa por casa. Cuando eso sucedió, algunos excelentes oradores se negaron a intentarlo. Daban la imagen de ser hombres espirituales y entregados al servicio del Señor, pero cuando se les demostró lo que Jehová esperaba que hicieran, salieron a la superficie sus verdaderas intenciones y motivaciones. Su actitud los llevó a ser desaprobados por Dios y a terminar abandonando su organización (Mat. 10:1-6; Hech. 20:20). ¿Y qué sucedió con los que permanecieron leales? ¿Acaso les resultó fácil ir de puerta en puerta? Claro que no. A muchos se les hizo cuesta arriba, sobre todo al principio. La diferencia es que ellos fueron obedientes, y Jehová los bendijo abundantemente. w11 15/7 4:10, 11
(Mateo 10:1-6)
 De manera que mandó llamar a sus doce discípulos y les dio autoridad sobre espíritus inmundos, para expulsarlos y para curar toda suerte de dolencia y toda suerte de mal. 2 Los nombres de los doce apóstoles son estos: Primero, Simón, al que llaman Pedro, y Andrés su hermano; y Santiago [hijo] de Zebedeo y Juan su hermano; 3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el recaudador de impuestos; Santiago [hijo] de Alfeo, y Tadeo; 4 Simón el cananita, y Judas Iscariote, el que más tarde lo traicionó. 5 A estos doce Jesús los envió, dándoles estas órdenes: “No se vayan por el camino de las naciones, y no entren en ciudad samaritana; 6 sino, más bien, vayan continuamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
(Marcos 3:14) Y formó [un grupo de] doce, a quienes también dio el nombre de “apóstoles”, para que continuaran con él y para enviarlos a predicar
(Marcos 3:15) y a tener autoridad para expulsar los demonios.
(Marcos 6:7) Entonces mandó llamar a los doce, e inició el enviarlos de dos en dos, y empezó a darles autoridad sobre los espíritus inmundos.
(Lucas 9:1) Entonces convocó a los doce y les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para curar enfermedades.
(Revelación 21:14) 14 El muro de la ciudad también tenía doce piedras de fundamento, y sobre ellas los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
(Marcos 3:16) Y el [grupo de] doce que él formó fueron: Simón, a quien también dio el sobrenombre de Pedro,
(Lucas 6:13) Pero cuando se hizo de día llamó a sí a sus discípulos y escogió doce de entre ellos, a los cuales también dio el nombre de “apóstoles”:
(Hechos 1:13) Así, cuando hubieron entrado, subieron al aposento de arriba, donde estaban alojados, tanto Pedro como Juan y Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago [hijo] de Alfeo y Simón el celoso, y Judas [hijo] de Santiago.
(Juan 1:42) Lo condujo a Jesús. Cuando Jesús lo miró, dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas” (que se traduce Pedro).
(Hechos 15:14) Symeón ha contado cabalmente cómo Dios por primera vez dirigió su atención a las naciones para sacar de entre ellas un pueblo para su nombre.
(Marcos 1:16) Al ir andando a lo largo del mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés el hermano de Simón echando [sus redes] en el mar, pues eran pescadores.
(Juan 1:40) Andrés el hermano de Simón Pedro era uno de los dos que oyeron lo que Juan dijo y siguieron a [Jesús].
(Mateo 4:21) Al seguir adelante de allí también, vio a otros dos [que eran] hermanos: Santiago [hijo] de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, remendando sus redes, y los llamó.
(Marcos 3:17) y Santiago [hijo] de Zebedeo, y Juan el hermano de Santiago (también dio a estos el sobrenombre de Boanerges, que significa Hijos del Trueno),
(Marcos 3:18) y Andrés, y Felipe, y Bartolomé, y Mateo, y Tomás, y Santiago [hijo] de Alfeo, y Tadeo, y Simón el cananita
(Lucas 6:14) Simón, a quien también dio el nombre de Pedro, y Andrés su hermano, y Santiago y Juan, y Felipe y Bartolomé,
(Juan 1:45) Felipe halló a Natanael y le dijo: “Hemos hallado a aquel de quien Moisés, en la Ley, y los Profetas escribieron, a Jesús, hijo de José, de Nazaret”.
(Juan 11:16) Por eso Tomás, que se llamaba El Gemelo, dijo a sus condiscípulos: “Vamos nosotros también, para que muramos con él”.
(Juan 20:27) Dijo entonces a Tomás: “Pon tu dedo aquí, y ve mis manos, y toma tu mano y métela en mi costado, y deja de ser incrédulo, y hazte creyente”.
(Marcos 2:14) Mas al ir pasando, alcanzó a ver a Leví [hijo] de Alfeo sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: “Sé mi seguidor”. Y levantándose, le siguió.
(Lucas 5:27) Ahora bien, después de estas cosas él salió y vio a un recaudador de impuestos de nombre Leví sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: “Sé mi seguidor”.
(Lucas 6:15) 15 y Mateo y Tomás, y Santiago [hijo] de Alfeo, y Simón que es llamado “el celoso”,
También conocido como “Judas hijo de Santiago”. Véanse Lu 6:16; Jn 14:22; Hch 1:13
(Marcos 3:18) 18 y Andrés, y Felipe, y Bartolomé, y Mateo, y Tomás, y Santiago [hijo] de Alfeo, y Tadeo, y Simón el cananita
(Salmo 41:9) También el hombre que estaba en paz conmigo, en quien yo confiaba, que estaba comiendo mi pan, ha engrandecido contra mí [su] talón.
(Mateo 26:47) Y mientras todavía hablaba, ¡mire!, vino Judas, uno de los doce, y con él una gran muchedumbre con espadas y garrotes, de parte de los sacerdotes principales y de los ancianos del pueblo.
(Juan 13:18) No hablo de todos ustedes; yo conozco a los que he escogido. Mas es para que se cumpla la Escritura: ‘El que comía de mi pan ha alzado contra mí su talón’.
*** Documento extraído ***
(Mateo 28:19) Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo,
(Marcos 6:7) Entonces mandó llamar a los doce, e inició el enviarlos de dos en dos, y empezó a darles autoridad sobre los espíritus inmundos.
(Lucas 9:2) Y los envió a predicar el reino de Dios y a hacer curaciones,
(2 Reyes 17:24) Subsiguientemente, el rey de Asiria trajo [gente] de Babilonia y de Cutá y de Avá y de Hamat y de Sefarvaim, y los hizo morar en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel; y ellos empezaron a tomar posesión de Samaria y a morar en sus ciudades.
(Lucas 9:52) De modo que envió mensajeros delante de sí. Y ellos fueron por su camino y entraron en una aldea de samaritanos, para hacerle preparativos;
(Juan 4:9) Por lo tanto, la mujer, la samaritana, le dijo: “¿Cómo es que tú, a pesar de ser judío, me pides de beber a mí, que soy mujer samaritana?”. (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)
(Isaías 53:6) Como ovejas todos nosotros hemos andado errantes; cada cual a su propio camino nos hemos dirigido; y Jehová mismo ha hecho que el error de todos nosotros se encuentre con aquel.
(Jeremías 50:6) Rebaño de criaturas que perecen es lo que mi pueblo ha llegado a ser. Sus propios pastores las han hecho andar errantes. En las montañas las han descarriado. De montaña a colina han ido. Han olvidado su lugar de descanso.
(Ezequiel 34:6) Mis ovejas siguieron descarriándose en todas las montañas y en toda colina alta; y por toda la superficie de la tierra mis ovejas fueron esparcidas, sin que hubiera quien hiciera una búsqueda y sin que hubiera quien procurara hallarlas.
(Hechos 13:46) De modo que, hablando con denuedo, Pablo y Bernabé dijeron: “Era necesario que la palabra de Dios se les hablara primero a ustedes. Puesto que la están echando de ustedes y no se juzgan dignos de vida eterna, ¡miren!, nos volvemos a las naciones.


(Hechos 20:20)
mientras no me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa.
(Mateo 28:20) enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”.
(Hechos 20:27) porque no me he retraído de decirles todo el consejo de Dios.
(2 Timoteo 4:2) predica la palabra, ocúpate en ello urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso; censura, corrige, exhorta, con toda gran paciencia y [arte de] enseñar.
(Hechos 5:42) 42 Y todos los días en el templo, y de casa en casa, continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús.

*** w11 15/7 ¿Ha entrado usted en el descanso de Dios? ***

¿Ha entrado usted en el descanso de Dios?
“La palabra de Dios es viva, y ejerce poder.” (HEB. 4:12).
EN EL artículo anterior vimos que, para entrar en el descanso de Dios, debemos obedecerle y actuar en conformidad con su propósito. Ahora bien, no siempre resulta fácil. Por ejemplo, si descubriéramos que algo que nos gusta hacer le desagrada a Jehová, ¿nos resistiríamos a cambiar? Sin duda, esa actitud no sería propia de una persona que está “lista para obedecer” (Sant. 3:17).. En este artículo analizaremos varias situaciones donde podemos demostrar que somos obedientes, o, lo que es lo mismo, que de verdad queremos vivir de acuerdo con el propósito de Dios.
2 ¿Nos cuesta a veces aplicar los consejos bíblicos que recibimos? La Biblia dice que Dios quiere reunir “las cosas deseables de todas las naciones”, es decir, personas a las que considera muy valiosas porque aman la justicia (Ageo 2:7).. Siendo sinceros, antes de conocer la verdad, la mayoría de nosotros dejábamos mucho que desear. Pero llegamos a amar tanto a Jehová y a su Hijo que hicimos grandes cambios en nuestra forma de ser y actuar. A fin de agradar a Dios, seguramente tuvimos que hacer muchos esfuerzos y muchas oraciones, pero lo logramos. Y, finalmente, llegó el feliz día en el que pudimos bautizarnos (léase Colosenses 1:9, 10)..
3 Ahora bien, ¿terminó ahí nuestra batalla? Claro que no. Sabemos que, mientras seamos imperfectos, tendremos que seguir en la lucha. Pero estamos convencidos de que si no aflojamos el paso, Jehová bendecirá nuestros esfuerzos por agradarle cada día más.
Aceptemos los consejos
4 El primer paso para luchar contra nuestros puntos débiles es identificarlos. ¿Cómo nos ayuda Jehová a lograrlo? Puede valerse de un discurso que nos haga reflexionar o de un artículo que nos cale hondo. Pero si no captamos el consejo o no lo ponemos en práctica, puede utilizar a nuestros hermanos para que nos lo recuerden (léase Gálatas 6:1)..
5 No siempre es fácil aceptar los consejos de otro ser humano, por muy prudente y bondadoso que sea, pues sabemos que es tan imperfecto como nosotros. Con todo, conviene recordar que es Jehová quien ordena a los responsables de la congregación que “traten de reajustar [a los hermanos] con espíritu de apacibilidad”, es decir, que los corrijan con cariño (Gál. 6:1).. Si aceptamos lo que nos dicen, seremos aún más “deseables”, o valiosos, a los ojos de Dios. Es curioso que, cuando hablamos con Jehová, todos admitimos sin problemas que cometemos errores. Pero quizá no nos resulte tan fácil reconocer un error concreto cuando un anciano nos lo señala. Puede que cuestionemos sus intenciones, nos quejemos de su falta de tacto, restemos importancia al problema o pongamos excusas (2 Rey. 5:11).. Y si se trata de un asunto delicado —como la conducta de un familiar, la apariencia, la falta de higiene o las diversiones que Jehová desaprueba—, tal vez hasta nos enojemos y hagamos sentir mal al consejero. Pero, más tarde, cuando lo pensamos en frío, comprendemos que reaccionamos mal y que el consejo era oportuno.
6 El versículo que encabeza este artículo nos recuerda que “la palabra de Dios [...] ejerce poder”. En efecto, consigue que hagamos grandes cambios en nuestra vida, cambios que no solo se producen antes de bautizarnos, sino también después. En el mismo pasaje, Pablo añade que “la palabra de Dios [...] penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón” (Heb. 4:12).. Aquí, el “alma” se refiere a nuestro exterior, lo que parecemos ser, y el “espíritu”, a nuestro interior, lo que en realidad somos. ¿Qué quiso decir el apóstol? Que cuando examinamos la Biblia y entendemos lo que Dios espera que hagamos, nuestra reacción revela cómo somos realmente. ¿Qué se puede decir de cada uno de nosotros? ¿Concuerda siempre nuestro exterior con lo que hay en nuestro interior? (Léase Mateo 23:27, 28.). Pensemos en qué haríamos en las siguientes situaciones.
Vayamos al paso de la organización de Jehová
7 Muchos de nosotros conocemos muy bien Proverbios 4:18.: “La senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido”. Estas palabras indican que nuestra conducta cristiana y nuestra comprensión del propósito divino van mejorando con el tiempo.
8 En el artículo anterior vimos que, después de la muerte de Jesús, muchos discípulos suyos de origen judío seguían apegados a la Ley mosaica (Hech. 21:20).. En sus escritos inspirados, Pablo les demostró magistralmente que los cristianos no tenían que obedecer dicha Ley, pero hubo quienes se negaron a aceptarlo (Col. 2:13-15).. ¿Por qué? Tal vez porque creían que cumpliendo la Ley —o al menos algunos de sus preceptos— evitarían que los judíos los persiguieran. En su carta a los Hebreos, el apóstol les dejó claro que para entrar en el descanso de Jehová era indispensable que se mantuvieran al paso con el desarrollo del propósito divino (Heb. 4:1, 2. 6.; léase Hebreos 4:11).. Si querían que Dios los aprobara, tendrían que aceptar que él estaba dirigiendo a su pueblo por un camino diferente.
9 En la actualidad también hemos visto cómo se han ido aclarando diversas doctrinas bíblicas. Lejos de inquietarnos, estas actualizaciones refuerzan nuestra confianza en el esclavo. Sabemos que el Cuerpo Gobernante, que actúa en nombre de este, no duda en revisar o corregir algún punto cuando comprende que es necesario. Y no tiene miedo a las críticas. Para estos hermanos, lo más importante es mantenerse al día con el desarrollo del propósito de Dios. ¿Qué hay de nosotros? ¿Cómo respondemos cuando se modifica una explicación bíblica? (Léase Lucas 5:39.).
10 Examinemos ahora otra situación. A finales del siglo XIX y principios del XX, entre los Estudiantes de la Biblia —como se llamaba entonces a los testigos de Jehová— había excelentes oradores. Pensaban que, en su caso, la mejor forma de predicar era presentando buenos discursos. Les encantaba hablar en público, y algunos parecían disfrutar con las adulaciones de los presentes. No obstante, llegó un momento en que el pueblo de Dios comprendió que la voluntad divina era que también se emplearan otros métodos de predicación, como las visitas casa por casa. Cuando eso sucedió, algunos excelentes oradores se negaron de plano a intentarlo. Daban la imagen de ser hombres espirituales y entregados al servicio del Señor, pero cuando se les demostró lo que Jehová esperaba que hicieran, salieron a la superficie sus verdaderas intenciones y motivaciones. Su actitud los llevó a ser desaprobados por Dios y a terminar abandonando su organización (Mat. 10:1-6.; Hech. 5:42.; 20:20)..
11 ¿Qué sucedió con los que permanecieron leales? ¿Acaso les resultó fácil ir de puerta en puerta? Claro que no. A muchos se les hizo cuesta arriba, sobre todo al principio. La diferencia es que ellos fueron obedientes. Poco a poco vencieron sus temores, y Jehová los bendijo abundantemente. ¿Y usted? ¿Qué hace cuando se le invita a probar un método de predicación al que no está acostumbrado? ¿Está dispuesto a intentarlo?
Cuando un ser querido deja a Jehová
12 Como bien sabemos, Jehová solo acepta a quienes se mantienen puros física, moral y espiritualmente (léase Tito 2:14).. Ahora bien, este principio puede plantearnos pruebas de lealtad especialmente duras. Por poner un ejemplo, imaginemos que un matrimonio ejemplar ve cómo su único hijo abandona la verdad. El joven desprecia la relación espiritual que lo une a Jehová y a sus padres, opta por “disfrutar temporalmente del pecado” y acaba siendo expulsado (Heb. 11:25)..
13 Sus padres quedan destrozados. Por supuesto, ellos conocen perfectamente las instrucciones bíblicas para estos casos: “Cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que, llamándose hermano, sea fornicador, o persona dominada por la avidez, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, y ni siquiera coman con tal hombre” (1 Cor. 5:11. 13).. Comprenden que la palabra “cualquiera” también incluye a los familiares que no vivan en la misma casa que ellos. Pero experimentan emociones encontradas, pues quieren mucho a su hijo. Por eso, tal vez razonen: “Si limitamos al máximo la relación con él, ¿cómo vamos a ayudarlo a volver a Jehová? ¿No sería mejor ser un poco más flexibles?”.
14 Compartimos el dolor de tales padres. Ellos no se encuentran en esta situación por voluntad propia. Fue el propio hijo quien, cuando tuvo en sus manos la decisión de corregirse, prefirió seguir en el mal camino, aun sabiendo que eso afectaría gravemente la relación con ellos y con la congregación. Es natural que los padres sientan desconsuelo e impotencia.
15 Pero ellos también tienen en sus manos una decisión: ¿obedecerán las claras instrucciones de Jehová? Es cierto que, en contadas ocasiones, será preciso reunirse con el hijo para atender algún asunto familiar importante. Pero ¿utilizarán esta excepción como excusa para relacionarse sin que haya necesidad? Al decidir lo que van a hacer, no deben pasar por alto lo que piensa Jehová. Él estableció la expulsión con un propósito: mantener limpia su organización y, si es posible, lograr que el pecador recapacite. ¿Cómo pueden contribuir los padres a que se cumpla este propósito?
16 Aarón, el hermano de Moisés, se enfrentó a una situación parecida con dos de sus hijos, Nadab y Abihú. Jehová los castigó con la muerte por haber cometido la grave ofensa de ofrecerle incienso de forma impropia. ¡Qué doloroso debió de ser para su padre saber que nunca más volvería a verlos, hablarles ni estar con ellos! Pero eso no fue todo. Aarón y sus demás hijos recibieron la orden divina de evitar las muestras de duelo acostumbradas: “No vayan a dejar sus cabezas desaseadas, y no deben rasgar sus prendas de vestir, para que no mueran ustedes y para que no se indigne [Dios] contra toda la asamblea” (Lev. 10:1-6).. De este episodio extraemos una clara lección: nuestro amor a Jehová siempre debe estar por encima de nuestro amor a un familiar, y más aún si no se arrepiente de sus pecados.
17 En la actualidad, Dios no ejecuta de inmediato a quienes violan sus leyes. En su gran amor, les concede la oportunidad de demostrar arrepentimiento. Claro, si un hijo es expulsado, es porque no ha aprovechado esta oportunidad. Por tanto, ¿qué sucedería si sus padres siguieran relacionándose con él innecesariamente? ¿No consideraría Jehová que lo están poniendo a prueba?
18 Muchos cristianos que estuvieron fuera de la congregación y fueron readmitidos reconocen que la firmeza de sus familiares y amigos fue lo que les hizo recapacitar. En una carta que recomendaba la readmisión de una joven, los ancianos de su congregación escribieron que algo que la ayudó a cambiar fue que “su hermano respetó las medidas disciplinarias de la expulsión”. Ella reconoció que ver a este miembro de su familia “obedecer fielmente los principios bíblicos la animó a regresar”.
19 Tal como hemos visto en este artículo, no podemos dejarnos llevar por el corazón. Aunque nos cueste obedecer algún principio bíblico, debemos hacerlo con la absoluta seguridad de que la mejor manera de afrontar los problemas es la que Jehová nos enseña.
“La palabra de Dios es viva”
20 Cuando Pablo afirmó en Hebreos 4:12. que “la palabra de Dios es viva”, no se refería específicamente a la Biblia. El contexto muestra que estaba hablando del conjunto de las promesas divinas. La idea principal es que estas no son palabras muertas, vacías, sino que siempre se cumplen. Eso mismo es lo que había destacado el propio Jehová al asegurar: “Así resultará ser mi palabra [...]. No volverá a mí sin resultados, sino que [...] tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado” (Isa. 55:11).. Por tanto, no hay razón para que nos impacientemos si las cosas no avanzan tan rápido como quisiéramos. Jehová “ha seguido trabajando” y lo seguirá haciendo hasta que su propósito termine de cumplirse (Juan 5:17)..
21 Hay miembros de la “gran muchedumbre” que llevan décadas sirviendo a Jehová (Rev. 7:9).. Muchos no esperaban tener que llegar a la vejez, pero no han permitido que eso los desanime (Sal. 92:14).. ¿Por qué? Porque saben que “la palabra de Dios es viva”, pues Jehová está trabajando para que sus promesas se cumplan sin falta. A él le importa mucho su propósito y le alegra comprobar que a nosotros también. Durante el séptimo día en el que vivimos, Jehová ha estado descansando, con la certeza de que su voluntad se cumplirá y de que su pueblo siempre vivirá en conformidad con ella. Como hemos aprendido, todos podemos entrar en el descanso de Dios. ¿Lo ha hecho usted ya?
[Notas]
Aunque muchos líderes judíos obedecían la Ley mosaica al pie de la letra, cuando llegó Jesús no lo reconocieron como el Mesías. El problema fue que no quisieron ver cómo estaba desarrollando Dios su propósito.
Hallará más información en las páginas 207 a 209 del libro “Manténganse en el amor de Dios”.
En nuestros tiempos, Dios nos habla por medio de la Biblia, la cual consigue que hagamos grandes cambios en nuestra vida. Por lo tanto, la explicación de Pablo en Hebreos 4:12. también es aplicable a las Escrituras.
Recordemos las ideas principales
• ¿Qué debemos hacer para entrar en el descanso de Dios?
• ¿Cómo deberíamos responder a los consejos de la Biblia si hemos entendido lo que Dios espera de nosotros?
• ¿Qué situaciones ponen a prueba nuestra lealtad a Dios, y por qué es esencial ser obedientes?
• ¿Qué dos aplicaciones tiene Hebreos 4:12?
[Preguntas del estudio]
 1. ¿Qué debemos hacer para entrar en el descanso de Dios, y por qué puede resultarnos difícil?
 2, 3. ¿Qué necesitamos para agradar a Jehová?
 4. ¿De qué tres medios se vale Jehová para darnos consejos?
 5. ¿Por qué deben los ancianos ayudar a los hermanos, y qué reacciones debemos evitar cuando nos aconsejan?
 6. ¿Cómo revela la palabra de Dios los “pensamientos e intenciones del corazón”?
 7, 8. a) ¿Por qué insistían en seguir obedeciendo la Ley mosaica algunos cristianos de origen judío? b) ¿Por qué decimos que estaban actuando en contra del propósito de Jehová?
 9. ¿Cómo debemos responder cuando el esclavo modifica una explicación bíblica?
10, 11. ¿Qué lección aprendemos de lo que ocurrió cuando se introdujeron nuevos métodos de predicación?
12, 13. a) ¿Por qué exige Jehová que se expulse a quienes cometen pecados graves y no se arrepienten? b) ¿A qué difícil prueba de lealtad se enfrentan algunos padres?
14, 15. ¿A qué decisión se enfrentan los padres de un expulsado?
16, 17. ¿Qué nos enseña el ejemplo de Aarón?
18, 19. ¿Qué alegría pudieran recibir los cristianos que obedecen las instrucciones de Jehová sobre el trato con familiares expulsados?
20. ¿Qué dos aplicaciones tiene Hebreos 4:12? (Véase también la nota.)
21. ¿Qué ánimo les brinda Hebreos 4:12 a los miembros de la “gran muchedumbre” de más edad?

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