TEXTO DEL DIA
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CITA BIBLICA
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Descripción Biblia
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Referencias BIBLICAS
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*** Texto del Jueves, 08 de Noviembre de 2012 ***
Jueves 8 de noviembre
► es12 pág. 111 Noviembre
Fue despreciado, y lo consideramos como de ninguna
importancia (Isa. 53:3).
Joven, sin duda has oído hablar de la presión de
grupo y sabes por experiencia propia lo que significa. Seguramente, en un
momento u otro, alguien ha insistido en que hagas algo que está mal. ¿Cómo te
sientes en esas ocasiones? Quizás como Christopher, de 14 años, quien
comenta: “Quisiera que me tragara la tierra, o si no, ser igual que mis
compañeros para no llamar la atención”. ¿Te parece que los chicos y
chicas de tu edad influyen demasiado en ti? Si así es, ¿a qué crees que
se deba? ¿Será que te gustaría ser aceptado? Eso en sí no es malo.
Incluso los adultos buscan la aprobación de los demás. A nadie le agrada
ser rechazado, tenga la edad que tenga. Ahora bien, hay que ser realista: si
defiendes lo que es correcto, no le vas a caer bien a todo el mundo.
El mismo Jesús tuvo que enfrentarse a ese hecho y, sin embargo,
siempre hizo lo que debía. w10 15/11 2:1, 2
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(Isaías 53:3)
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Fue despreciado y fue evitado por los hombres,
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(Salmo 22:7) En
cuanto a todos los que me ven, me hacen escarnio; siguen abriendo ancha la
boca, siguen meneando [la] cabeza:
(Miqueas 5:1) “En
este tiempo te haces cortaduras, oh hija de una invasión; un sitio ha puesto
él contra nosotros. Con la vara golpearán sobre la mejilla al juez de Israel.
(Mateo 26:67)
Entonces le escupieron en el rostro y le dieron de puñetazos. Otros le dieron
de bofetadas,
(Juan 6:66)
Debido a esto, muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás, y ya
no andaban con él.
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(Salmo 35:16) Entre los apóstatas que
se mofan por una torta hubo un crujir de sus dientes aun contra mí.
(Mateo 5:11) ”Felices son ustedes
cuando los vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de
cosa inicua contra ustedes por mi causa.
(Mateo 9:24) Jesús se puso a decir:
“Salgan de aquí, porque la muchachita no ha muerto, sino que duerme”. Ante
eso, empezaron a reírse de él desdeñosamente.
(Lucas 16:14) Ahora bien, los
fariseos, que eran amantes del dinero, escuchaban todas estas cosas, y le
hacían gestos de desprecio.
(Job 16:4) También yo mismo bien
podría hablar como lo hacen ustedes. Si solo existieran las almas de ustedes
donde mi alma está, ¿me mostraría yo brillante en palabras contra ustedes, y
menearía la cabeza contra ustedes?
(Salmo 44:14) Nos pones como dicho
proverbial entre las naciones, un sacudimiento de la cabeza entre los grupos
nacionales.
(Salmo 109:25) Y para ellos yo mismo
he llegado a ser algo [que es] digno de oprobio. Me ven... empiezan a menear
la cabeza.
(Mateo 27:39) De modo que los que
pasaban hablaban injuriosamente de él, meneando la cabeza
(Jeremías 41:5) entonces vinieron
hombres de Siquem, de Siló y de Samaria, ochenta hombres con sus barbas
afeitadas y sus prendas de vestir rasgadas y con cortaduras que se habían
hecho, y había ofrenda de grano y olíbano en su mano para llevarlos a la casa
de Jehová.
(Jeremías 48:37) Porque sobre toda
cabeza hay calvicie, y toda barba está cortada. ¡Sobre todas las manos hay
cortaduras, y sobre las caderas hay saco!’”
(Deuteronomio 28:52) Y verdaderamente te
tendrán sitiado dentro de todas tus puertas hasta que tus muros altos y
fortificados en que estás confiando caigan en toda tu tierra; sí, ciertamente
te tendrán sitiado dentro de todas tus puertas en toda tu tierra, que Jehová
tu Dios te ha dado.
(2 Reyes 25:1) Y aconteció
que en el año noveno de ser él rey, en el mes décimo, al décimo día del mes,
Nabucodonosor el rey de Babilonia llegó, sí, él y toda su fuerza militar,
contra Jerusalén, y se pusieron a acampar contra ella y a edificar contra
ella un muro de asedio todo en derredor.
(Lucas 19:43) Porque vendrán días
sobre ti en que tus enemigos edificarán en derredor de ti una fortificación
de estacas puntiagudas y te rodearán y te afligirán de todos lados,
(Mateo 26:31) Entonces Jesús les
dijo: “A todos ustedes se les hará tropezar respecto a mí esta noche, porque
está escrito: ‘Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán esparcidas’.
(Mateo 26:67) Entonces le escupieron
en el rostro y le dieron de puñetazos. Otros le dieron de bofetadas,
(Mateo 27:30) Y le escupieron, y
tomaron la caña y empezaron a pegarle en la cabeza.
(Marcos 14:27) Y Jesús les dijo: “A
todos ustedes se les hará tropezar, porque está escrito: ‘Heriré al pastor, y
las ovejas serán esparcidas’.
(Juan 18:22) Después que hubo dicho
estas cosas, uno de los oficiales que estaba de pie allí cerca le dio a Jesús
una bofetada y dijo: “¿Así contestas al sacerdote principal?”.
(Juan 19:3) y empezaron a acercarse
a él y decir: “¡Buenos días, rey de los judíos!”. También, le daban
bofetadas.
(Isaías 50:6) Mi espalda di a los
golpeadores, y mis mejillas a los que mesaban [el pelo]. Mi rostro no oculté
de cosas humilladoras ni del esputo.
(Mateo 27:30) Y le escupieron, y
tomaron la caña y empezaron a pegarle en la cabeza.
(Marcos 14:65) Y algunos comenzaron a
escupirle y a cubrirle todo el rostro y a darle de puñetazos y a decirle:
“¡Profetiza!”. Y, dándole de bofetadas, lo recibieron los servidores del
tribunal.
(Lucas 22:63) 63 Ahora
bien, los varones que lo custodiaban se pusieron a burlarse de él, y le
pegaban;
(Isaías 53:3) Fue despreciado y fue
evitado por los hombres, un hombre que era para dolores y para estar
familiarizado con la enfermedad. Y hubo como si fuera el ocultar uno su
rostro de nosotros. Fue despreciado, y lo consideramos como de ninguna
importancia.
(Juan 19:3) y empezaron a acercarse
a él y decir: “¡Buenos días, rey de los judíos!”. También, le daban
bofetadas.
(Lucas 9:62) 62 Jesús
le dijo: “Nadie que ha puesto la mano en el arado y mira a las cosas [que
deja] atrás es muy apto para el reino de Dios”.
(Mateo 11:6) y feliz es el que no
halla causa para tropiezo en mí”.
(Juan 6:60) Por lo tanto, muchos de
sus discípulos, al oír esto, dijeron: “Este discurso es ofensivo; ¿quién
puede escucharlo?”.
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un hombre que era para dolores y para estar
familiarizado con la
enfermedad.
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(Levítico 16:21) Y
Aarón tiene que poner ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo y
confesar sobre él todos los errores de los hijos de Israel y todas sus
sublevaciones en todos sus pecados, y tiene que ponerlos sobre la cabeza del
macho cabrío y enviarlo al desierto por mano de un hombre preparado para
ello.
(Mateo 26:37) Y
tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a contristarse
y a perturbarse en gran manera.
(Lucas 19:41) Y
cuando llegó a estar cerca, miró la ciudad y lloró sobre ella,
(Juan 11:35)
Jesús cedió a las lágrimas.
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(Levítico 1:4) 4 Y
tiene que poner su mano sobre la cabeza de la ofrenda quemada, y esta tiene
que ser aceptada benévolamente a favor suyo para hacer expiación por él.
(Nehemías 1:6) 6 por
favor, deja que tu oído se ponga atento y tus ojos estén abiertos, para
escuchar la oración de tu siervo, que yo estoy orando delante de ti hoy, día
y noche, acerca de los hijos de Israel tus siervos, a la vez que hago
confesión respecto a los pecados de los hijos de Israel con que hemos pecado
contra ti. Hemos pecado, tanto yo como la casa de mi padre.
(Salmo 69:9) Porque el puro celo por
tu casa me ha consumido, y los mismísimos vituperios de los que te vituperan
han caído sobre mí.
(Isaías 53:5) Pero a él se le estuvo
traspasando por nuestra transgresión; se le estuvo aplastando por nuestros
errores. El castigo que era para nuestra paz estuvo sobre él, y a causa de
sus heridas ha habido una curación para nosotros.
(Efesios 2:3) Sí, entre ellos todos
nosotros en un tiempo nos comportamos en armonía con los deseos de nuestra
carne, y hacíamos las cosas que eran la voluntad de la carne y de los
pensamientos, y éramos naturalmente hijos de la ira así como los demás.
(1 Corintios 15:3) Porque
les transmití, entre las primeras cosas, lo que yo también recibí: que Cristo
murió por nuestros pecados según las Escrituras;
(1 Pedro 2:24) Él mismo
cargó con nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, para que
acabáramos con los pecados y viviéramos a la justicia. Y “por sus heridas
ustedes fueron sanados”.
(Isaías 53:6) Como ovejas todos
nosotros hemos andado errantes; cada cual a su propio camino nos hemos
dirigido; y Jehová mismo ha hecho que el error de todos nosotros se encuentre
con aquel.
(2 Corintios 5:21) Al que
no conoció pecado, él lo hizo pecado por nosotros, para que nosotros
llegáramos a ser justicia de Dios por medio de él.
7 Entonces tiene que salpicarla
siete veces sobre el que está limpiándose de la lepra, y tiene que
pronunciarlo limpio, y tiene que enviar el pájaro vivo sobre el campo
abierto.
7 Entonces tiene que salpicarla
siete veces sobre el que está limpiándose de la lepra, y tiene que
pronunciarlo limpio, y tiene que enviar el pájaro vivo sobre el campo
abierto.
(Isaías 53:3) Fue despreciado y fue
evitado por los hombres, un hombre que era para dolores y para estar
familiarizado con la enfermedad. Y hubo como si fuera el ocultar uno su
rostro de nosotros. Fue despreciado, y lo consideramos como de ninguna
importancia.
(Marcos 14:33) Y tomó consigo a Pedro
y a Santiago y a Juan, y comenzó a aturdirse y a perturbarse penosamente.
(Salmo 119:136) Corrientes de agua
han bajado corriendo de mis ojos debido al hecho de que no se ha guardado tu
ley.
(Jeremías 9:1) ¡Oh, que mi cabeza fuera
aguas, y que mis ojos fueran fuente de lágrimas! Entonces podría llorar día y
noche por aquellos de la hija de mi pueblo que fueron muertos.
(Lucas 23:28) Jesús se volvió a las
mujeres y dijo: “Hijas de Jerusalén, dejen de llorar por mí. Al contrario,
lloren por ustedes mismas y por sus hijos;
(Juan 11:35) Jesús cedió a las
lágrimas.
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Y hubo como si fuera el ocultar uno su rostro de nosotros.
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(Hebreos 13:13) 13 Salgamos,
pues, a él fuera del campamento, soportando el vituperio que él soportó,
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(Hechos 7:58) Y después de echarlo
fuera de la ciudad, se pusieron a arrojarle piedras. Y los testigos pusieron
sus prendas de vestir exteriores a los pies de un joven llamado Saulo.
(Romanos 15:3) Porque hasta el Cristo
no se agradó a sí mismo; sino que, así como está escrito: “Los vituperios de
los que te vituperaban han caído sobre mí”.
(2 Corintios 12:10) Por lo
tanto me complazco en debilidades, en insultos, en necesidades, en
persecuciones y dificultades, por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces
soy poderoso.
(1 Pedro 4:14) Si a
ustedes los están vituperando por el nombre de Cristo, son felices, porque el
[espíritu] de gloria, sí, el espíritu de Dios, descansa sobre ustedes.
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Fue despreciado, y lo consideramos como de ninguna importancia
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(Salmo 22:13) Han
abierto contra mí su boca, como un león despedazador y rugiente.
(Zacarías 11:13) Ante
aquello, Jehová me dijo: “Tíralo al tesoro... el valor majestuoso con el cual
he sido evaluado desde su punto de vista”. De consiguiente, tomé las treinta
piezas de plata y tiré aquello en el tesoro en la casa de Jehová.
(Hechos 3:13) El
Dios de Abrahán y de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha
glorificado a su Siervo, Jesús, a quien ustedes, por su parte, entregaron y
repudiaron ante el rostro de Pilato, cuando él había decidido ponerlo en
libertad.
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(Job 16:10) Han abierto ancha su
boca contra mí, con oprobio me han herido las mejillas, en un número grande
se unen en masa contra mí.
(Salmo 35:21) Y abren ancha la boca
aun contra mí. Han dicho: “¡Ajá! ¡Ajá!, nuestro ojo [lo] ha visto”.
(Lamentaciones 2:16) Contra ti todos tus
enemigos han abierto la boca. Han silbado y han seguido crujiendo los
dientes. Han dicho: “Ciertamente nos [la] tragaremos. Este realmente es el
día que hemos aguardado con esperanza. ¡Hemos hallado! ¡Hemos visto!”.
(Mateo 26:4) y entraron en consejo
para prender a Jesús mediante un ardid astuto, y matarlo.
(Salmo 57:4) Mi alma está en medio de
leones; no puedo menos que acostarme entre devoradores, [aun] los hijos de
los hombres, cuyos dientes son lanzas y flechas, y cuya lengua es una espada
aguda.
(1 Pedro 5:8) Mantengan su
juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león
rugiente, procurando devorar [a alguien].
(Mateo 27:5) 5 De
modo que él tiró las piezas de plata en el templo y se retiró, y se fue y se
ahorcó.
(Éxodo 21:32) Si ha sido a un esclavo
o a una esclava a quien el toro haya acorneado, [el dueño] dará el precio de
treinta siclos al amo de aquel o de aquella, y el toro será apedreado.
(Marcos 14:11) Estos, al oírlo, se
regocijaron, y prometieron darle dinero en plata. De modo que él se puso a
buscar cómo traicionarlo convenientemente.
(Mateo 27:6) Mas los sacerdotes
principales tomaron las piezas de plata y dijeron: “No es lícito echarlas en
la tesorería sagrada, porque son el precio de sangre”.
(Hechos 1:18) (Este mismo hombre, por
tanto, compró un campo con el salario de la injusticia, y cayendo de cabeza,
reventó ruidosamente por en medio, y todos sus intestinos quedaron
derramados.
(Éxodo 3:6) Y siguió diciendo: “Yo
soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob”. Entonces Moisés ocultó su rostro, porque temía mirar al Dios
[verdadero].
(Mateo 22:32) ‘Yo soy el Dios de
Abrahán y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob’? Él es el Dios, no de los
muertos, sino de los vivos”.
(Juan 7:39) Sin embargo, dijo esto
respecto al espíritu que estaban para recibir los que ponían fe en él; porque
aún no había espíritu, por cuanto Jesús todavía no había sido glorificado.
(Filipenses 2:9) Por esta misma razón,
también, Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el
nombre que está por encima de todo [otro] nombre,
(Isaías 52:13) ¡Miren! Mi siervo
actuará con perspicacia. Estará en puesto alto, y ciertamente será elevado y
ensalzado en gran manera.
(Isaías 53:11) A causa del penoso afán
de su alma él verá, quedará satisfecho. Por medio de su conocimiento el
justo, mi siervo, traerá una posición de justos a muchas personas; y él mismo
cargará los errores de ellas.
(Hechos 2:23) a este [hombre], como
uno entregado por el consejo determinado y presciencia de Dios, ustedes lo
fijaron en un madero por mano de desaforados, y lo eliminaron.
(Hechos 5:30) El Dios de nuestros
antepasados levantó a Jesús, a quien ustedes mataron, colgándolo en un
madero.
(Mateo 27:21) Entonces, tomando la
palabra, el gobernador les dijo: “¿A cuál de los dos quieren que les ponga en
libertad?”. Ellos dijeron: “A Barrabás”.
(Lucas 23:14) y les dijo: “Ustedes me
trajeron a este hombre como amotinador del pueblo, y, ¡miren!, lo examiné
delante de ustedes, pero no hallé en este hombre base alguna para las
acusaciones que hacen contra él.
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*** w10 15/11 págs. 7-11 Joven,
resiste la presión de grupo ***
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Joven, resiste la
presión de grupo
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“Sean siempre
amables e inteligentes al hablar, así tendrán una buena respuesta para cada
pregunta que les hagan.” (COL.
4:6, La Palabra de Dios para Todos
[PDT])
SIN duda has oído hablar de la presión de grupo y sabes por
experiencia propia lo que significa. Seguramente, en un momento u otro,
alguien ha insistido en que hagas algo que está mal. ¿Cómo te sientes en esas
ocasiones? Quizás como Christopher, de 14 años, quien comenta: “Quisiera
que me tragara la tierra, o si no, ser igual que mis compañeros para
no llamar la atención”.
2 ¿Te parece que los chicos y chicas de tu edad
influyen demasiado en ti? Si así es, ¿a qué crees que se deba? ¿Será que
te gustaría ser aceptado? Eso en sí no es malo. Incluso los adultos
buscan la aprobación de los demás. A nadie le agrada ser rechazado,
tenga la edad que tenga. Ahora bien, hay que ser realista: si defiendes lo
que es correcto, no le vas a caer bien a todo el mundo. El mismo
Jesús tuvo que enfrentarse a ese hecho y, sin embargo, siempre hizo lo que
debía. Aunque hubo quienes siguieron al Hijo de Dios y se hicieron sus
discípulos, otros lo despreciaron y lo consideraron una persona sin “ninguna
importancia” (Isa. 53:3).
¿Cuánto poder tiene la presión de
grupo?
3 Habrá momentos en que te sentirás tentado a comportarte
como tus compañeros para evitar que te critiquen. No caigas en ese
error. Los cristianos no podemos actuar como niños a los que se puede
llevar de aquí para allá como si fueran “aventados [...] por olas” (Efe. 4:14).
En efecto, los niños son muy fáciles de influenciar. Pero tú ya vas
camino de convertirte en adulto. Así que si estás convencido de que las
normas de Jehová son para tu bien, no permitas que nadie te impida
seguirlas. ¡Es tu derecho! (Deu.
10:12, 13.) Actuar de otro modo es dejar que los demás controlen
tu vida. La realidad es que si cedes a la presión, te convertirás en un
simple títere en manos de tus compañeros (léase 2 Pedro 2:19).
4 En cierta ocasión, Aarón, el hermano de Moisés, se
dejó llevar por la presión de grupo. Cuando los israelitas le pidieron que
les hiciera un ídolo, accedió a sus deseos. Pero no creas que era un
debilucho. Recuerda el valor que había demostrado anteriormente cuando se
presentó junto con su hermano delante del faraón —el hombre más poderoso de
Egipto— y le comunicó los mensajes de Dios. En cambio, ahora, al
enfrentarse a sus compañeros israelitas, su reacción fue totalmente distinta.
Le fue más difícil resistir su influencia que plantarse delante del rey de
Egipto. ¡Qué poderosa es la presión de grupo! (Éxo. 7:1, 2; 32:1-4.)
5 Como muestra este ejemplo, la presión de grupo
no es un problema solo para los jóvenes o para quienes están débiles y
se sienten atraídos por el mundo. También afecta a quienes, como tú, se
esfuerzan de corazón por comportarse bien. Quizás tus compañeros recurran a
burlas, desafíos o acusaciones para incitarte a hacer algo malo. Sea cual sea
la situación, no es nada fácil resistir. Si quieres vencer, primero
debes estar bien convencido de lo que has aprendido.
“Sigan dando prueba de lo que
ustedes mismos son”
6 ¿Estás convencido de que tus creencias y las normas
que sigues son las correctas? Ese es el primer paso para resistir la presión
de grupo (léase 2 Corintios 13:5).
¿Por qué? Porque si estás seguro de lo que crees, tendrás el valor de
defenderlo, aunque seas tímido por naturaleza (2 Tim. 1:7, 8). En cambio, si solo
lo crees a medias, te va a costar mucho trabajo, aunque sientas una gran
confianza en ti mismo. Así que, ¿por qué no compruebas si es cierto lo
que te han enseñado de la Biblia? Empieza por lo más básico. Por ejemplo, tú
crees en Dios y has oído las razones por las que otras personas también creen
en él. Pero ahora pregúntate: “¿Qué me convence a mí de que
Dios existe?”. Claro, el propósito al plantearte esta cuestión no es
llenarte de dudas, sino fortalecer tu fe. Así mismo, podrías preguntarte:
“¿Cómo sé que Dios inspiró la Biblia?” (2 Tim. 3:16). “¿Qué pruebas tengo de que
vivimos en ‘los últimos días’?” (2 Tim. 3:1-5.) “¿Qué motivos tengo para pensar que las
normas de Jehová son para mi bien?” (Isa. 48:17, 18.)
7 Tal vez dudes en hacerte esas preguntas por miedo a
no poder contestarlas. Pero eso sería tan ilógico como negarte a ver el
marcador de combustible del automóvil por temor de que el tanque esté vacío.
Si ese fuera el caso, necesitarías saberlo para tomar medidas. Del mismo
modo, deberías averiguar si hay algún campo en el que tengas que fortalecer
tu fe (Hech. 17:11).
8 Pongamos un ejemplo. La Biblia advierte:
“Huyan de la fornicación”. Pregúntate: “¿Por qué es sabio este consejo?”.
Piensa en por qué tienen relaciones inmorales tus compañeros y en por qué
dice la Biblia que el que actúa así “peca contra su propio cuerpo” (1 Cor. 6:18). Luego
compara las razones y plantéate lo siguiente: “¿Qué es mejor? ¿Realmente vale
la pena caer en la tentación?”. Ve más allá y reflexiona en qué pasaría si lo
hicieras. Puede que algunos compañeros te felicitaran, pero ¿cómo te
sentirías después, cuando estuvieras con tus padres o con los hermanos en el
Salón del Reino? ¿Y cómo te sentirías al tratar de orar a Dios? ¿De
verdad estarías dispuesto a echar a perder tu relación con él por ganar la
aceptación de tus compañeros?
9 Si eres adolescente, estás en una etapa de la vida
en la que tu “facultad de raciocinio” —tu capacidad de analizar las cosas— se
está desarrollando como nunca antes (léase Romanos 12:1, 2). Este es el momento
de pensar seriamente en lo que significa para ti ser testigo de Jehová. Eso
te permitirá fortalecer tus convicciones. Entonces, cuando tus compañeros te
presionen, sabrás responder de inmediato y con más confianza. Te sentirás
como una joven cristiana que dijo: “Cuando me mantengo firme ante mis
compañeros, les estoy mostrando quién soy yo. Mi religión no es una
simple etiqueta. Es lo que da forma a mis opiniones, mis metas, mis
principios. Es mi vida entera”.
10 No es fácil mantenerse firme y defender los
principios justos (Luc.
13:24). Y probablemente te preguntes si vale la pena tanto
esfuerzo. Pero recuerda: si das la impresión de que te estás disculpando o de
que te avergüenzas de tus creencias, tus compañeros lo notarán y quizás hasta
se pongan más pesados. En cambio, si te expresas con convicción, tal vez
te sorprenda lo rápido que se dan por vencidos (compárese con Lucas 4:12, 13).
“Medita para responder”
11 Otro importante paso para vencer la presión de
grupo es estar preparado (léase Proverbios 15:28).
En otras palabras, hay que pensar de antemano en las situaciones que probablemente
surgirán. Un poco de previsión puede evitar una gran confrontación. Por
ejemplo, imagínate que vas caminando y te das cuenta de que más adelante
están algunos compañeros de clase fumando. ¿Qué probabilidades hay de que te
ofrezcan un cigarrillo? ¿Qué puedes hacer para anticiparte al problema? Proverbios 22:3 dice:
“Sagaz es el que ha visto [venir] la calamidad y procede a ocultarse”.
Si cambias de ruta, quizás puedas evitar el encuentro. Eso no es
ser cobarde; es ser sabio.
12 Pero ¿y si surge una situación que no hay
forma de evadir? Imagínate que un compañero tuyo te dice con
incredulidad: “¡Cómo! ¿Todavía no te has acostado con nadie?”.
En ese caso, ¿qué responderás? La clave está en el siguiente
consejo bíblico: “Sean siempre amables e inteligentes al hablar, así tendrán
una buena respuesta para cada pregunta que les hagan” (Col. 4:6, PDT). Tal como indica este
versículo, la manera en que te enfrentes a la presión dependerá de las
circunstancias. A veces, en lugar de dar una larga lista de razones
bíblicas, quizás baste con una respuesta sencilla y firme del tipo: “No,
no lo he hecho” o “Ese es un asunto personal”.
13 Fíjate en cómo actuaba Jesús. Cuando sabía que
no iba a lograr nada ofreciendo una explicación detallada, daba una
respuesta breve o incluso se quedaba callado, como en la ocasión en que
Herodes lo interrogó (Luc.
23:8, 9). Por lo general, la mejor respuesta que puedes dar a una
pregunta impertinente es el silencio (Pro. 26:4; Ecl. 3:1, 7). Pero ¿y si notas que tu compañero
es sincero? Incluso si te habla de mala manera, tal vez se trate simplemente
de que no entiende tu postura acerca de las relaciones sexuales o de
cualquier otro asunto (1 Ped.
4:4). En tal caso, podrías aprovechar para darle una explicación
más amplia de los principios bíblicos en que te basas. En vez de dejarte
dominar por el temor, mantente siempre “[listo] para presentar una defensa”
de tu fe (1 Ped. 3:15).
14 Habrá ocasiones en las que incluso puedas darle un
giro a la situación para que la presión recaiga sobre el otro. Claro, debes
esforzarte por no ofender. Por ejemplo, si un compañero te reta a fumar
un cigarrillo, podrías decirle: “No, gracias” y añadir: “¿Tú fumas? Yo creía
que eras más inteligente”. ¿Ves cómo se invierten los papeles? En vez de
ser tú el que tiene que dar explicaciones, es él el que tiene que
plantearse las razones por las que fuma.
15 ¿Y si a pesar de tus esfuerzos la presión
no disminuye? En ese caso, lo mejor es retirarse. Cuanto más tiempo
te quedes, más probable será que cedas. Así que márchate de allí. Pero
no lo veas como una derrota. Recuerda que eres tú quien tomó el control
de la situación. No te convertiste en títere de tus compañeros, y además
le alegraste el corazón a Jehová (Pro. 27:11).
“Los planes bien meditados dan
buen resultado”
16 En ocasiones la presión para hacer cosas malas
podría provenir de jóvenes que dicen servir a Jehová. Imagínate que uno de
ellos te invita a una fiesta. ¿Qué harías si al llegar descubres que
no hay ningún adulto para supervisarla? ¿O qué harías si un joven lleva
alcohol, y ni tú ni otros chicos tienen edad para beber? En estas
y otras situaciones semejantes tendrás que tomar tu propia decisión según lo
que te diga tu conciencia educada por la Biblia. Una adolescente cristiana
comenta: “Mi hermana y yo nos fuimos del cine porque la película tenía muchas
malas palabras, pero otros jóvenes se quedaron. Nuestros padres nos
felicitaron, pero el grupo con el que estábamos se molestó porque los hicimos
quedar mal”.
17 Como muestra la experiencia anterior, si escuchas
la voz de tu conciencia cristiana, la situación pudiera volverse incómoda.
Aun así, lo mejor es que hagas lo que consideres correcto. Ahora bien, tienes
que estar preparado. Si vas a ir a una fiesta, ten listo un plan B
por si las cosas no salen como esperas. Algunos jóvenes quedan con sus
padres en que los llamarán si necesitan que vayan a recogerlos antes (Sal. 26:4, 5). Como
dice la Biblia, “los planes bien meditados dan buen resultado” (Pro. 21:5, Versión Popular).
Disfruta tu juventud
18 Jehová te creó con la capacidad de gozar de la vida
y quiere que seas feliz (léase Eclesiastés 11:9).
Recuerda que lo único que hacen muchos de tus compañeros es “disfrutar
temporalmente del pecado” (Heb.
11:25). El Dios verdadero te ofrece algo que es muchísimo mejor:
felicidad eterna. Por eso, cuando te sientas tentado a hacer algo que sabes
que va a desagradarle, recuerda que, tarde o temprano, todo lo que él te pide
te beneficia.
19 ¿De qué te valdría a la larga complacer a tus
compañeros? De muy poco, pues de aquí a unos años la mayoría seguramente
no recordará ni tu nombre. En cambio, si resistes la presión
de grupo, Jehová lo notará y nunca olvidará quién eres ni lo fiel que
has sido. Él “[abrirá] las compuertas de los cielos y realmente
[vaciará] sobre [ti] una bendición hasta que no haya más carencia” (Mal. 3:10). De hecho,
hoy ya te está dando generosamente su espíritu para infundirte valor. Tenlo
por seguro: con la ayuda de Jehová tú puedes resistir la presión de grupo.
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(Colosenses 4:6) 6 Que su habla
siempre sea con gracia, sazonada con sal, para que sepan cómo deben dar una
respuesta a cada uno.
(Efesios 4:14) 14 a
fin de que ya no seamos pequeñuelos, aventados como por olas y llevados de
aquí para allá por todo viento de enseñanza por medio de las tretas de los
hombres, por medio de astucia en tramar el error.
(Deuteronomio 10:12, 13) 12 ”Y
ahora, oh Israel, ¿qué está pidiendo de ti Jehová tu Dios sino que temas a
Jehová tu Dios, de modo que andes en todos sus caminos, y lo ames, y sirvas a
Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; 13 que
guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos que te estoy mandando hoy,
para bien tuyo?
(2 Pedro 2:19) 19 A
la vez que les están prometiendo libertad, ellos mismos existen como esclavos
de la corrupción. Porque cualquiera que es vencido por otro queda esclavizado
por este.
(Éxodo 7:1, 2) 7 Por
consiguiente, Jehová dijo a Moisés: “Mira, te he hecho Dios para Faraón, y
Aarón tu propio hermano llegará a ser tu profeta. 2 Tú...
tú hablarás todo lo que te mande; y Aarón tu hermano se encargará de hablar a
Faraón, y él tiene que enviar de su tierra a los hijos de Israel.
(Éxodo 32:1-4) 32 Entretanto,
el pueblo llegó a ver que Moisés tardaba mucho en bajar de la montaña. De
modo que el pueblo se congregó en torno a Aarón, y le dijeron: “Levántate,
haznos un dios que vaya delante de nosotros, porque en cuanto a este Moisés,
el hombre que nos hizo subir de la tierra de Egipto, ciertamente no sabemos
qué le habrá pasado”. 2 Ante esto, Aarón les dijo:
“Arranquen los aretes de oro que están en las orejas de sus esposas, de sus
hijos y de sus hijas, y tráiganmelos”. 3 Y todo el
pueblo se puso a arrancar los aretes de oro que estaban en sus orejas y a
llevárselos a Aarón. 4 Entonces él tomó [el oro] de
manos de ellos, y lo formó con un buril y procedió a hacer de él una estatua
fundida de un becerro. Y empezaron a decir: “Este es tu Dios, oh Israel, que
te hizo subir de la tierra de Egipto”.
(2 Corintios 13:5) 5 Sigan
poniéndose a prueba para ver si están en la fe, sigan dando prueba de lo que
ustedes mismos son. ¿O no reconocen que Jesucristo está en unión con ustedes?
A no ser que estén desaprobados.
(2 Timoteo 1:7, 8) 7 Porque
Dios no nos dio un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de buen
juicio. 8 Por lo tanto, no te avergüences del
testimonio acerca de nuestro Señor, ni de mí, prisionero por su causa; antes
bien, acepta tu parte en sufrir el mal por las buenas nuevas según el poder
de Dios.
(2 Timoteo 3:16) 16 Toda
Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para
censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia,
(2 Timoteo 3:1-5) 3 Mas sabe
esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de
manejar. 2 Porque los hombres serán amadores de sí
mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a
los padres, desagradecidos, desleales, 3 sin tener
cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio,
feroces, sin amor del bien, 4 traicioneros,
testarudos, hinchados [de orgullo], amadores de placeres más bien que
amadores de Dios, 5 teniendo una forma de devoción
piadosa, pero resultando falsos a su poder; y de estos apártate.
(Isaías 48:17, 18) 17 Esto
es lo que ha dicho Jehová, tu Recomprador, el Santo de Israel: “Yo, Jehová,
soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que
te hace pisar en el camino en que debes andar. 18 ¡Oh,
si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría
a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar.
(Hechos 17:11) 11 Ahora
bien, estos eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque
recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado
las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así.
(1 Corintios 6:18) 18 Huyan
de la fornicación. Todo otro pecado que el hombre cometa está fuera de su
cuerpo, pero el que practica la fornicación peca contra su propio cuerpo.
(Romanos 12:1, 2) 12 Por
consiguiente, les suplico por las compasiones de Dios, hermanos, que
presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio
sagrado con su facultad de raciocinio. 2 Y cesen de
amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su
mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y
la perfecta voluntad de Dios.
(Lucas 13:24) 24 “Esfuércense
vigorosamente por entrar por la puerta angosta, porque muchos, les digo,
tratarán de entrar, pero no podrán,
(Lucas 4:12, 13) 12 Respondiendo,
Jesús le dijo: “Dicho está: ‘No debes poner a prueba a Jehová tu Dios’”. 13 De
modo que el Diablo, habiendo concluido toda la tentación, se retiró de él
hasta otro tiempo conveniente.
(Proverbios 15:28) 28 El
corazón del justo medita para responder, pero la boca de los inicuos hace
salir burbujeando cosas malas.
(Proverbios 22:3) 3 Sagaz
es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos
han pasado adelante y tienen que sufrir la pena.
(Colosenses 4:6) 6 Que
su habla siempre sea con gracia, sazonada con sal, para que sepan cómo deben
dar una respuesta a cada uno.
(Lucas 23:8, 9) 8 Cuando
Herodes vio a Jesús se regocijó mucho, pues hacía bastante tiempo que quería
verlo, por haber oído acerca de él, y esperaba ver alguna señal ejecutada por
él. 9 Entonces empezó a interrogarlo con muchas
palabras; pero él no le contestó nada.
(Proverbios 26:4) 4 No
respondas a nadie estúpido conforme a su tontedad, para que no llegues a ser
tú mismo también igual a él.
(Eclesiastés 3:1) 3 Para todo hay un
tiempo señalado, aun un tiempo para todo asunto bajo los cielos:
(Eclesiastés 3:7) 7 tiempo
de rasgar y tiempo de unir cosiendo; tiempo de callar y tiempo de hablar;
(1 Pedro 4:4) 4 Porque
no continúan corriendo con ellos en este derrotero al mismo bajo sumidero de
disolución, ellos están perplejos y siguen hablando injuriosamente de
ustedes.
(1 Pedro 3:15) 15 Antes
bien, santifiquen al Cristo como Señor en su corazón, siempre listos para
presentar una defensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que
hay en ustedes, pero haciéndolo junto con genio apacible y profundo respeto.
(Proverbios 27:11) 11 Sé
sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me
está desafiando con escarnio.
(Salmo 26:4, 5) 4 No
me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que
son. 5 He odiado la congregación de los
malhechores, y con los inicuos no me siento.
(Proverbios 21:5) 5 Los
planes del diligente propenden de seguro a ventaja, pero todo el que es
apresurado se encamina de seguro a la carencia.
(Eclesiastés 11:9) 9 Regocíjate,
joven, en tu juventud, y hágate bien tu corazón en los días de tu mocedad, y
anda en los caminos de tu corazón y en las cosas vistas por tus ojos. Pero
sabe que debido a todas estas el Dios [verdadero] te traerá a juicio.
(Hebreos 11:25) 25 escogiendo
ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del
pecado,
(Malaquías 3:10) 10 Traigan
todas las décimas partes al almacén, para que llegue a haber alimento en mi
casa; y pruébenme, por favor, en cuanto a esto —ha dicho Jehová de los
ejércitos—, a ver si no les abro las compuertas de los cielos y realmente
vacío sobre ustedes una bendición hasta que no haya más carencia.”
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jueves, 8 de noviembre de 2012
Jueves, 08 de Noviembre de 2012
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