martes, 20 de noviembre de 2012

Martes, 20 de Noviembre de 2012




TEXTO DEL DIA

CITA BIBLICA
Descripción Biblia

Referencias BIBLICAS
*** Texto del Martes, 20 de Noviembre de 2012 ***
Martes 20 de noviembre
Dios es amor (1 Juan 4:8).


► es12 pág. 115 Noviembre
(1 Juan 4:8)
El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor.
(Éxodo 34:6) Y Jehová fue pasando delante del rostro de él y declarando: “Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad,
(Miqueas 7:18) ¿Quién es un Dios como tú, uno que perdona el error y pasa por alto la transgresión del resto de su herencia? Ciertamente no tendrá asida su cólera para siempre, porque se deleita en la bondad amorosa.
(1 Juan 4:19) En cuanto a nosotros, amamos, porque él nos amó primero.

(2 Crónicas 30:9) Porque cuando ustedes se vuelvan a Jehová, sus hermanos y sus hijos serán objeto de misericordia delante de quienes los tengan cautivos, y se les permitirá volver a esta tierra; porque Jehová el Dios de ustedes es benévolo y misericordioso, y no apartará de ustedes el rostro si se vuelven a él”.
(Nehemías 9:17) De manera que rehusaron escuchar, y no se acordaron de tus maravillosos actos que ejecutaste con ellos, sino que endurecieron su cerviz y nombraron un cabeza para volver a su servidumbre en Egipto. Pero tú eres un Dios de actos de perdón, benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa, y no los dejaste.
(Joel 2:13) Y rasguen su corazón, y no sus prendas de vestir; y vuelvan a Jehová su Dios, porque él es benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa, y ciertamente sentirá pesar debido a la calamidad.
(Lucas 6:36) Continúen haciéndose misericordiosos, así como su Padre es misericordioso.
(Hebreos 8:12) Porque seré misericordioso en cuanto a sus hechos injustos, y de ningún modo recordaré más sus pecados.’”
(Éxodo 22:27) Pues es su única cobertura. Es su manto para su piel. ¿En qué se acostará? Y tiene que ocurrir que él clamará a mí, y yo ciertamente oiré, porque soy benévolo.
(Nehemías 9:31) Y en tu abundante misericordia no hiciste un exterminio de ellos ni los dejaste; porque eres un Dios benévolo y misericordioso.
(Salmo 86:15) Pero tú, oh Jehová, eres Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y apego a la verdad.
(Jonás 4:2) Por lo tanto, oró a Jehová y dijo: “Ah, pues, oh Jehová, ¿no era este un asunto mío, mientras yo estaba en mi propio suelo? Por eso proseguí y huí a Tarsis; porque sabía que tú eres un Dios benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa, y que sientes pesar en cuanto a la calamidad.
(Números 14:18) ‘Jehová, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa, que perdona error y transgresión, pero de ninguna manera dará exención de castigo, que hace venir el castigo por el error de los padres sobre los hijos, sobre la tercera generación y sobre la cuarta generación’.
(Nahúm 1:3) Jehová es tardo para la cólera y grande en poder, y de ninguna manera se retendrá Jehová de castigar. En el viento destructor y en la tempestad está su camino, y la masa de nubes es el polvo de sus pies.
(Romanos 9:22) Pues, si Dios, aunque tiene la voluntad de demostrar su ira y de dar a conocer su poder, toleró con mucha [y] gran paciencia vasos de ira hechos a propósito para la destrucción,
(2 Pedro 3:9) Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento.
(Jeremías 31:3) Desde lejos se me apareció Jehová mismo [y dijo]: “Y con un amor hasta tiempo indefinido te he amado. Por eso te he atraído con bondad amorosa.
(Lamentaciones 3:22) Son los hechos de bondad amorosa de Jehová el que no nos hayamos acabado, porque sus misericordias ciertamente no terminan.
(Miqueas 7:18) ¿Quién es un Dios como tú, uno que perdona el error y pasa por alto la transgresión del resto de su herencia? Ciertamente no tendrá asida su cólera para siempre, porque se deleita en la bondad amorosa.
(Salmo 31:5) En tu mano encomiendo mi espíritu. Me has redimido, oh Jehová el Dios de la verdad.
(Romanos 2:2) Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios es, de acuerdo con la verdad, contra los que practican tales cosas

(Éxodo 15:11) ¿Quién entre los dioses es como tú, oh Jehová? ¿Quién es como tú, que resultas poderoso en santidad? Aquel que ha de ser temido con canciones de alabanza, Aquel que hace maravillas.
(Salmo 35:10) Que todos mis huesos mismos digan: “Oh Jehová, ¿quién hay como tú, que libras al afligido de uno que es más fuerte que él, y al afligido y pobre del que le roba?”.
(Isaías 40:18) ¿Y a quién pueden ustedes asemejar a Dios, y qué semejanza pueden poner al lado de él?
(Jeremías 23:3) “Y yo mismo juntaré al resto de mis ovejas de todas las tierras a las cuales las había dispersado, y ciertamente las traeré de vuelta a su apacentadero, y de veras serán fructíferas y llegarán a ser muchas.
(Joel 2:32) Y tiene que ocurrir que todo el que invoque el nombre de Jehová escapará salvo; porque en el monte Sión y en Jerusalén resultarán estar los escapados, tal como ha dicho Jehová, y entre los sobrevivientes, a quienes Jehová llama.”
(Romanos 9:27) Además, Isaías clama respecto a Israel: “Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, es el resto lo que será salvo.
(Revelación 12:17) Y el dragón se airó contra la mujer, y se fue para hacer guerra contra los restantes de la descendencia de ella, los cuales observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar testimonio de Jesús.
(Salmo 36:7) ¡Cuán preciosa es tu bondad amorosa, oh Dios! Y en la sombra de tus alas los hijos de los hombres mismos se refugian.
(Salmo 62:12) También la bondad amorosa te pertenece, oh Jehová, porque tú mismo das el pago a cada uno conforme a su obra.
(Salmo 103:9) No por todo tiempo seguirá señalando faltas, ni hasta tiempo indefinido se quedará resentido.
(Isaías 57:16) Porque no contenderé hasta tiempo indefinido, ni estaré indignado perpetuamente; porque a causa de mí el espíritu mismo se pondría endeble, hasta las criaturas que respiran, que yo mismo he hecho.
(Lamentaciones 3:22) Son los hechos de bondad amorosa de Jehová el que no nos hayamos acabado, porque sus misericordias ciertamente no terminan.
(1 Juan 4:10) 10 El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio propiciatorio por nuestros pecados.
No necesitamos saber cada detalle de la creación para tener fe en Dios ni para amarlo y respetarlo de todo corazón. De hecho, para que nazca la fe hace falta más que disponer de fríos datos. Tal como la amistad entre dos personas crece al ir conociéndose mejor, así mismo se fortalece nuestra fe a medida que aprendemos cómo es Dios. En realidad, nuestra convicción de que él existe crece al ver cómo responde nuestras oraciones y al comprobar lo beneficiosos que son sus principios. Y nuestra relación con Jehová se estrecha aún más al ver día a día cómo nos dirige, nos protege, nos da lo que necesitamos y bendice nuestros esfuerzos por servirle. Todo esto nos confirma claramente que él existe y que su espíritu está muy activo. Además, si estudiamos la Biblia con empeño, se fortalecerá nuestra fe en que Jehová hizo todas las cosas (Rev. 4:11). Fue el amor, su cualidad más atrayente, lo que lo impulsó a crear. w11 15/2 1:19, 20
(Revelación 4:11)
“Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria
(Mateo 5:16) Así mismo resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres, para que ellos vean sus obras excelentes y den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos.
(Revelación 14:7) y decía con voz fuerte: “Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora del juicio por él, de modo que adoren al que hizo el cielo y la tierra y [el] mar y [las] fuentes de [las] aguas”.

(Efesios 5:8) porque en un tiempo ustedes eran oscuridad, pero ahora son luz en relación con [el] Señor. Sigan andando como hijos de la luz,
(Filipenses 2:15) para que resulten sin culpa e inocentes, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y aviesa, entre los cuales ustedes resplandecen como iluminadores en el mundo,
(1 Pedro 2:9) Pero ustedes son “una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias” de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa.
(Juan 10:32) Jesús les respondió: “Muchas obras excelentes les exhibí de parte del Padre. ¿Por cuál de esas obras me apedrean?”.
(Juan 15:8) Mi Padre es glorificado en esto, que ustedes sigan llevando mucho fruto y demuestren ser mis discípulos.
(Efesios 5:9) porque el fruto de la luz consiste en toda clase de bondad y justicia y verdad.
(1 Pedro 2:12) 12 Mantengan excelente su conducta entre las naciones, para que, en la cosa de que hablan contra ustedes como [de] malhechores, ellos, como resultado de las obras excelentes de ustedes, de las cuales son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día para la inspección [por él].
(Proverbios 8:13) El temor de Jehová significa odiar lo malo. El propio ensalzamiento y el orgullo y el mal camino y la boca perversa he odiado.
(Mateo 10:28) Y no se hagan temerosos de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; sino, más bien, teman al que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el Gehena.
(Salmo 19:1) Los cielos están declarando la gloria de Dios; y de la obra de sus manos la expansión está informando.
(Romanos 11:36) Porque procedentes de él y por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria para siempre. Amén.
(Judas 25) a[l] único Dios nuestro Salvador mediante Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, potencia y autoridad por toda la eternidad pasada y ahora y para toda la eternidad. Amén.
(Revelación 4:9) Y siempre que las criaturas vivientes ofrecen gloria y honra y acción de gracias al que está sentado sobre el trono, al que vive para siempre jamás,
(1 Pedro 4:17) Porque es el tiempo señalado para que el juicio comience con la casa de Dios. Ahora bien, si comienza primero con nosotros, ¿cuál será el fin de los que no son obedientes a las buenas nuevas de Dios?
(2 Pedro 2:9) Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa, pero reservar a personas injustas para el día del juicio para que sean cortadas [de la existencia],
(Éxodo 20:11) Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y procedió a descansar en el séptimo día. Por eso Jehová bendijo el día del sábado y procedió a hacerlo sagrado.
(Salmo 124:8) Nuestra ayuda está en el nombre de Jehová, el Hacedor del cielo y de la tierra.”
(Salmo 146:6) el Hacedor del cielo y de la tierra, del mar, y de todo lo que en ellos hay, Aquel que observa apego a la verdad hasta tiempo indefinido,
(Hechos 14:15) 15 y diciendo: “Varones, ¿por qué hacen estas cosas? Nosotros también somos humanos que tenemos sufrimientos igual que ustedes, y les estamos declarando las buenas nuevas, para que se vuelvan de estas cosas vanas al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas [que hay] en ellos.
y la honra
(1 Timoteo 1:17) 17 Ahora bien, al Rey de la eternidad, incorruptible, invisible, [el] único Dios, sea honra y gloria para siempre jamás. Amén.


(Salmo 10:16) Jehová es Rey hasta tiempo indefinido, aun para siempre. Las naciones han perecido de Su tierra.
(Salmo 29:10) Sobre el diluvio Jehová se ha sentado; y Jehová se sienta como rey hasta tiempo indefinido.
(Daniel 6:26) De delante de mí ha sido emitida una orden de que, en todo dominio de mi reino, la gente ha de temblar y temer delante del Dios de Daniel. Porque él es el Dios vivo y Aquel que dura hasta tiempos indefinidos, y su reino es uno que no será reducido a ruinas, y su dominio es para siempre.
(Revelación 15:3) Y están cantando la canción de Moisés el esclavo de Dios y la canción del Cordero, y dicen: “Grandes y maravillosas son tus obras, Jehová Dios, el Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de la eternidad.
(Romanos 1:23) 23 y tornaron la gloria del Dios incorruptible en algo semejante a la imagen del hombre corruptible, y de aves y cuadrúpedos y cosas que se arrastran.
(Juan 1:18) A Dios ningún hombre lo ha visto jamás; el dios unigénito que está en [la posición del] seno para con el Padre es el que lo ha explicado.
(Colosenses 1:15) Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación;
(Deuteronomio 6:4) ”Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios es un solo Jehová.
(Isaías 43:10) “Ustedes son mis testigos —es la expresión de Jehová—, aun mi siervo a quien he escogido, para que sepan y tengan fe en mí, y para que entiendan que yo soy el Mismo. Antes de mí no fue formado Dios alguno, y después de mí continuó sin que lo hubiera.
(1 Corintios 8:4) Ahora bien, respecto al comer alimentos ofrecidos a ídolos, sabemos que un ídolo no es nada en el mundo, y que no hay más que un solo Dios.
(Salmo 90:2)  2 Antes que nacieran las montañas mismas, o tú procedieras a producir como con dolores de parto la tierra y el terreno productivo, aun de tiempo indefinido a tiempo indefinido tú eres Dios.
y el poder,
(Revelación 5:13) Y a toda criatura que está en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: “Al que está sentado en el trono y al Cordero sean la bendición y la honra y la gloria y la potencia para siempre jamás”.
(Revelación 7:12) y dijeron: “¡Amén! La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fuerza [sean] a nuestro Dios para siempre jamás. Amén”.
(Revelación 11:17) y dijeron: “Te damos gracias, Jehová Dios, el Todopoderoso, Aquel que eres y que eras, porque has tomado tu gran poder y has empezado a reinar.
(Revelación 12:10) Y oí una voz fuerte en el cielo decir: “¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios!
porque tú creaste todas las cosas,
(Efesios 3:9) y de hacer ver a los hombres cómo se administra el secreto sagrado que desde el pasado indefinido ha estado escondido en Dios, que creó todas las cosas.
(Revelación 10:6) y juró por Aquel que vive para siempre jamás, que creó el cielo y las cosas [que hay] en él, y la tierra y las cosas [que hay] en ella, y el mar y las cosas [que hay] en él: “Ya no habrá más demora;
y a causa de tu voluntad
(Mateo 6:10) Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.
(Mateo 26:39) Y yendo un poco más adelante, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa. Sin embargo, no como yo quiero, sino como tú quieres”.
(1 Pedro 4:2) con el fin de vivir el resto de [su] tiempo en la carne, ya no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios.
(1 Juan 2:17) Además, el mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
existieron y fueron creadas”.
(Génesis 2:3) 3 Y Dios procedió a bendecir el día séptimo y a hacerlo sagrado, porque en él ha estado descansando de toda su obra que Dios ha creado con el propósito de hacer.
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El espíritu santo: la fuerza detrás de la creación
“Por la palabra de Jehová los cielos mismos fueron hechos, y por el espíritu de su boca todo el ejército de ellos.” (SAL. 33:6)
EN 1905, cuando Albert Einstein publicó su teoría de la relatividad especial, tanto él como la comunidad científica en general pensaban que el universo consistía en una sola galaxia: la Vía Láctea. ¡Qué poco sabían sobre la verdadera magnitud del cosmos! Hoy día se cree que existen más de cien mil millones de galaxias, compuestas en muchos casos por miles de millones de estrellas. Y a medida que se usan mejores observatorios y se ponen en órbita telescopios más potentes, más galaxias se descubren.
2 A principios del siglo XX no solo eran muy limitados los conocimientos sobre el universo en general, sino también sobre nuestro planeta en particular. Es cierto que los científicos sabían mucho más que sus antecesores, pero hoy comprendemos mucho mejor que ellos la belleza y complejidad de la vida y los ecosistemas terrestres. Y en el futuro veremos contestadas muchas más preguntas acerca de los cielos y la Tierra. Ahora bien, hoy mismo deberíamos plantearnos la siguiente cuestión: ¿de dónde salió todo lo que existe? El único que puede darnos la respuesta es el Creador, y la ha revelado en las Santas Escrituras.
El milagro de la creación
3 Las palabras de apertura de la Biblia muestran de dónde salió el universo: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Gén. 1:1). Partiendo de la nada, Jehová empleó su poderosa fuerza activa para crear “los cielos y la tierra”, sí, todo el cosmos. Dios se valió del espíritu santo para realizar sus imponentes obras, tal como el hombre se vale de sus manos y sus herramientas para elaborar hermosas creaciones.
4 Utilizando lenguaje figurado, las Escrituras llaman al espíritu santo el “dedo de Dios” (Luc. 11:20; Mat. 12:28). Y todo lo que Jehová ha logrado mediante dicha fuerza —toda “la obra de sus manos”— canta su grandeza. El salmista exclamó: “Los cielos están declarando la gloria de Dios; y de la obra de sus manos la expansión está informando” (Sal. 19:1). Como vemos, la creación da testimonio del espectacular poder del espíritu de Jehová (Rom. 1:20). Veamos algunos ejemplos.
El poder infinito de Dios
5 La inmensidad del universo evidencia que el poder y la energía de Jehová son inagotables (léase Isaías 40:26). Los científicos han aprendido que la materia se puede convertir en energía, y viceversa. Y nuestra estrella, el Sol, es un ejemplo de esta transformación. Gracias a las reacciones que tienen lugar en su interior, cada segundo 4.000.000 de toneladas de materia solar se convierten en luz y otras formas de energía radiante. Aunque solo nos llega una pequeñísima fracción de dicha energía, es más que suficiente para sostener la vida en la Tierra. Obviamente, se necesitó una formidable cantidad de poder y energía para crear el Sol y los demás miles de millones de estrellas. Jehová posee toda esa energía y muchísima más.
6 El orden que observamos en la creación demuestra que Dios intervino mediante su espíritu. Para ilustrarlo, imagine que introduce bolitas de colores en una caja y luego las mezcla bien y las arroja al suelo. ¿Caerán agrupadas por color: las azules por un lado, las amarillas por otro y así por el estilo? ¡Claro que no! Los objetos que se someten a una acción incontrolada no tienden al orden, sino al desorden. Esta es una reconocida ley fundamental de la naturaleza.
7 Sin embargo, ¿qué ha encontrado el hombre al observar el cielo a través de sus telescopios? Un inmenso sistema de galaxias, estrellas y planetas moviéndose con extraordinaria precisión. ¿Podría ser ese orden producto de la casualidad ciega o de un accidente cósmico? De ningún modo. Entonces, ¿qué fuerza llevó a que existiera un universo tan organizado? Ningún método de observación y experimentación científica es capaz de identificarla. Pero la Biblia señala que se trata del espíritu santo, la fuerza más poderosa del universo. Bien lo dijo el salmista: “Por la palabra de Jehová los cielos mismos fueron hechos, y por el espíritu de su boca todo el ejército de ellos” (Sal. 33:6). Al recorrer con la mirada el firmamento nocturno, podemos ver una pequeña porción de este gran “ejército” de estrellas.
El espíritu santo y nuestro planeta
8 La información que tenemos sobre la creación no es nada en comparación con lo que nos falta por descubrir. El fiel Job destacó nuestra ignorancia al decir que tan solo conocemos de Dios “los bordes de sus caminos”, o sea, de sus obras creativas. Y a continuación exclamó: “¡Y qué [leve] susurro [...] se ha oído acerca de él!” (Job 26:14). Siglos después, un sagaz observador del mundo natural, el rey Salomón, señaló acerca de Jehová: “Todo lo ha hecho bello a su tiempo. Aun el tiempo indefinido ha puesto en el corazón de ellos, para que la humanidad nunca descubra la obra que el Dios verdadero ha hecho desde el comienzo hasta el fin” (Ecl. 3:11; 8:17).
9 Con todo, Jehová ha revelado importantes detalles relacionados con sus obras. Por ejemplo, las Escrituras indican que en tiempos remotos el espíritu santo estuvo muy activo en nuestro planeta (léase Génesis 1:2). En aquel entonces no había tierra seca ni luz ni, al parecer, aire respirable.
10 La Biblia describe luego la labor que realizó Dios en una sucesión de días creativos, los cuales no fueron períodos de veinticuatro horas, sino enormes espacios de tiempo. En el primero de ellos, Jehová hizo que empezara a percibirse la luz sobre la superficie terrestre. Así dio inicio a un proceso que culminó en una etapa posterior, cuando el Sol y la Luna se hicieron visibles desde la Tierra (Gén. 1:3, 14). En el segundo día comenzó a formarse la atmósfera (Gén. 1:6). Como consecuencia, el planeta disponía ya de agua, luz y aire. Sin embargo, aún no había tierra seca. A principios del tercer día creativo, Jehová usó su espíritu para producir las masas continentales. Quizás logró que se elevaran sobre el vasto mar que cubría el planeta valiéndose de poderosas fuerzas geológicas (Gén. 1:9). Más tarde, tanto en ese día como en los siguientes, tendrían lugar otros acontecimientos de gran magnitud.
El espíritu santo y los seres vivos
11 El espíritu santo también produjo las complejísimas formas de vida que habitan la Tierra. Del tercer al sexto día, Dios usó su fuerza activa para crear una asombrosa variedad de animales y plantas (Gén. 1:11, 20-25). Entre ellos encontramos innumerables ejemplos de organización, simetría y belleza que revelan un diseño del más alto nivel.
12 Tomemos por caso el ADN (ácido desoxirribonucleico), uno de los compuestos químicos que transmiten de una generación a otra las características propias de cada especie. El ADN es imprescindible para que se reproduzcan todas las formas de vida del planeta, desde los organismos microscópicos y la hierba, pasando por el ser humano, hasta el elefante y la enorme ballena azul. Aunque todos ellos son muy distintos, el código que controla gran parte de sus rasgos hereditarios es sumamente estable. Esto ha permitido conservar las diferencias entre los grupos básicos de criaturas a lo largo del tiempo. Así, de acuerdo con el propósito divino, cada especie puede realizar las funciones que le corresponden dentro de la compleja red de la vida (Sal. 139:16). Este sistema tan eficiente es una prueba más de que la naturaleza es obra del espíritu santo, el “dedo de Dios”.
La obra cumbre de la creación terrestre
13 Jehová dedicó incontables milenios a realizar innumerables obras, tanto animadas como inanimadas. Gracias a ello, la Tierra dejó de estar “sin forma y desierta”. Sin embargo, Dios no había terminado de usar su espíritu para crear. De hecho, estaba a punto de realizar la obra maestra de la creación terrestre. Hacia el final del sexto día se valió de su espíritu para formar al hombre a partir de elementos extraídos del suelo (Gén. 2:7).
14 Génesis 1:27 señala: “Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó”. Como estamos hechos a la imagen de Dios, tenemos la capacidad de amar, de decidir libremente e incluso de entablar amistad con él. Por eso no nos sorprende que nuestro cerebro sea tan distinto al de los animales. Fue diseñado para que tuviéramos la dicha de aprender acerca de Jehová y sus obras por toda la eternidad.
15 En el comienzo de la historia humana, Dios les entregó la Tierra a Adán y su esposa, Eva, para que la exploraran y disfrutaran de todas sus maravillas (Gén. 1:28). Les dio alimentos en abundancia y un hogar paradisíaco. Además, les brindó la oportunidad de vivir eternamente y gozar de la estima de miles de millones de descendientes perfectos. Por desgracia, las cosas resultaron de otro modo.
Reconozcamos el papel del espíritu santo
16 En una terrible muestra de ingratitud y egoísmo, Adán y Eva se rebelaron contra su Creador. Como resultado, todos sus hijos hemos nacido imperfectos y condenados al sufrimiento. Pero la Biblia enseña que Dios reparará los daños causados por nuestros primeros padres y llevará a cabo su propósito original. Hará de la Tierra un paraíso habitado por personas que gozarán siempre de salud y felicidad (Gén. 3:15). Sin duda, todos queremos mantener viva esa alentadora esperanza, y para ello necesitamos espíritu santo.
17 Para obtener espíritu santo, debemos pedirlo en nuestras oraciones (Luc. 11:13). Así se fortalecerá nuestra fe y nos convenceremos aún más de que el universo es obra de Jehová. Hoy día sufrimos un auténtico bombardeo de ideas evolucionistas y ateas. No podemos dejarnos intimidar ni confundir por esos razonamientos sin base. Todos debemos estar preparados para resistir esa propaganda, así como la presión social para aceptarla (léase Colosenses 2:8).
18 Nuestra fe en Dios y en la Biblia se fortalecerá si examinamos con objetividad los argumentos que apoyan la creación. Hay quienes, al analizar el origen del universo y el hombre, descartan de entrada cualquier tipo de intervención sobrenatural. Pero esta postura es muy parcial, pues no tiene en cuenta todas las pruebas. Además, pasa por alto el hecho indiscutible de que hay orden y propósito detrás de las “cosas maravillosas sin número” que existen en el cosmos (Job 9:10; Sal. 104:25). Los cristianos estamos convencidos de que en la creación intervino el espíritu santo bajo la dirección inteligente de Jehová.
El espíritu santo y nuestra fe en Dios
19 Claro, no necesitamos saber cada detalle de la creación para tener fe en Dios ni para amarlo y respetarlo de todo corazón. De hecho, para que nazca la fe hace falta más que disponer de fríos datos. Tal como la amistad entre dos personas crece al ir conociéndose mejor, así mismo se fortalece nuestra fe a medida que aprendemos cómo es Dios. En realidad, nuestra convicción de que él existe crece al ver cómo responde nuestras oraciones y al comprobar lo beneficiosos que son sus principios. Y nuestra relación con Jehová se estrecha aún más al ver día a día cómo nos dirige, nos protege, nos da lo que necesitamos y bendice nuestros esfuerzos por servirle. Todo esto nos confirma claramente que él existe y que su espíritu está muy activo.
20 Otro magnífico ejemplo de cómo usa Jehová su fuerza activa es la Biblia, pues sus escritores “hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo” (2 Ped. 1:21). Si la estudiamos con empeño, se fortalecerá nuestra fe en que Jehová hizo todas las cosas (Rev. 4:11). Fue el amor, su cualidad más atrayente, lo que lo impulsó a crear (1 Juan 4:8). Por lo tanto, hagamos todo lo posible por ayudar a la gente a conocer a nuestro cariñoso Padre celestial y Amigo. Y no dejemos de guiarnos por su espíritu, pues así tendremos el honor de seguir aprendiendo acerca de Jehová por toda la eternidad (Gál. 5:16, 25). Esforcémonos cada día por conocer mejor su personalidad y sus maravillosas obras, y por imitar el inmenso amor que demostró al crear con su espíritu los cielos, la Tierra y la humanidad.
[Nota]
Véanse las páginas 24 y 25 del libro ¿Existe un Creador que se interese por nosotros?
¿Podría explicarlo?
• ¿Qué nos enseñan los cielos y la Tierra sobre la forma en que Dios usa su espíritu?
• ¿Qué cosas podemos hacer gracias a que estamos hechos a la imagen de Dios?
• ¿Por qué debemos repasar las pruebas que apoyan la creación?
• ¿Cómo podemos fortalecer nuestra amistad con Jehová?
[Preguntas del estudio]
 1, 2. a) ¿Cómo ha ido aumentando el conocimiento acerca de la Tierra y el universo? b) ¿Qué importante cuestión deberíamos plantearnos?
 3, 4. ¿Cómo fue creado el universo, y de qué forma alaba a Dios?
 5. Dé un ejemplo del poder creativo del espíritu de Jehová.
 6, 7. a) ¿Qué demuestra que Dios intervino en la creación mediante su espíritu? b) ¿Cómo sabemos que el universo no surgió por casualidad?
 8. ¿Cuánto conocemos realmente sobre las obras de Jehová?
 9, 10. ¿Qué fuerza usó Dios para crear la Tierra, y qué acontecimientos tuvieron lugar durante los primeros tres días creativos?
11. ¿Qué revela la organización, simetría y belleza de los seres vivos?
12. a) ¿Qué funciones desempeña el ADN? b) ¿De qué es prueba la eficiencia del ADN?
13. ¿Cómo creó Dios al hombre?
14. ¿Qué diferencia fundamental existe entre el ser humano y los animales?
15. ¿Qué panorama tenían ante sí Adán y Eva?
16. ¿Qué esperanza tenemos a pesar de la rebelión de nuestros primeros padres?
17. ¿Qué clase de ideas debemos evitar?
18. Al analizar el origen del universo y el hombre, ¿por qué sería un error descartar la existencia de un Creador inteligente?
19. ¿Qué lo convence a usted de que Dios existe y de que su espíritu está muy activo?
20. a) ¿Por qué creó Dios el universo y la humanidad? b) ¿Qué lograremos si nos guiamos a diario por el espíritu santo?



(Salmo 33:6)  6 Por la palabra de Jehová los cielos mismos fueron hechos, y por el espíritu de su boca todo el ejército de ellos.
(Génesis 1:1) 1 En [el] principio Dios creó los cielos y la tierra.
(Lucas 11:20) 20 Pero si es por medio del dedo de Dios como yo expulso los demonios, el reino de Dios verdaderamente los ha alcanzado.
(Mateo 12:28) 28 Pero si es por medio del espíritu de Dios como yo expulso a los demonios, el reino de Dios verdaderamente los ha alcanzado.
(Salmo 19:1) 19 Los cielos están declarando la gloria de Dios; y de la obra de sus manos la expansión está informando.
(Romanos 1:20) 20 Porque las [cualidades] invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables;
(Isaías 40:26) 26 Levanten los ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, porque él también es vigoroso en poder, ninguna [de ellas] falta.
(Salmo 33:6)  6 Por la palabra de Jehová los cielos mismos fueron hechos, y por el espíritu de su boca todo el ejército de ellos.
(Job 26:14) 14 ¡Miren! Estos son los bordes de sus caminos, ¡y qué susurro de un asunto se ha oído acerca de él! Pero de su poderoso trueno, ¿quién puede mostrar entendimiento?”.
(Eclesiastés 3:11) 11 Todo lo ha hecho bello a su tiempo. Aun el tiempo indefinido ha puesto en el corazón de ellos, para que la humanidad nunca descubra la obra que el Dios [verdadero] ha hecho desde el comienzo hasta el fin.
(Eclesiastés 8:17) 17 Y vi toda la obra del Dios [verdadero], que la humanidad no puede averiguar la obra que se ha hecho bajo el sol; por mucho y duro que siga trabajando la humanidad en buscar, sin embargo no averiguan. Y aunque dijeran que son suficientemente sabios para saberlo, no podrían averiguarlo.
(Génesis 1:2) 2 Ahora bien, resultaba que la tierra se hallaba sin forma y desierta y había oscuridad sobre la superficie de [la] profundidad acuosa; y la fuerza activa de Dios se movía de un lado a otro sobre la superficie de las aguas.
(Génesis 1:3) 3 Y Dios procedió a decir: “Llegue a haber luz”. Entonces llegó a haber luz.
(Génesis 1:14) 14 Y Dios pasó a decir: “Llegue a haber lumbreras en la expansión de los cielos para hacer una división entre el día y la noche; y tienen que servir de señales y para estaciones y para días y años.
(Génesis 1:6) 6 Y Dios pasó a decir: “Llegue a haber una expansión en medio de las aguas, y ocurra un dividir entre las aguas y las aguas”.
(Génesis 1:9) 9 Y Dios pasó a decir: “Que las aguas [que están] debajo de los cielos se reúnan en un mismo lugar y aparezca lo seco”. Y llegó a ser así.
(Génesis 1:11) 11 Y pasó Dios a decir: “Haga brotar la tierra hierba, vegetación que dé semilla, árboles frutales que lleven fruto según sus géneros, cuya semilla esté en él, sobre la tierra”. Y llegó a ser así.
(Génesis 1:20-25) 20 Y Dios pasó a decir: “Enjambren las aguas un enjambre de almas vivientes, y vuelen criaturas voladoras por encima de la tierra sobre la faz de la expansión de los cielos”. 21 Y Dios procedió a crear los grandes monstruos marinos y toda alma viviente que se mueve, los cuales las aguas enjambraron según sus géneros, y toda criatura voladora alada según su género. Y llegó a ver Dios que [era] bueno. 22 Con eso los bendijo Dios, y dijo: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen las aguas en las cuencas de los mares, y háganse muchas las criaturas voladoras en la tierra”. 23 Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día quinto. 24 Y Dios pasó a decir: “Produzca la tierra almas vivientes según sus géneros, animal doméstico y animal moviente y bestia salvaje de la tierra según su género”. Y llegó a ser así. 25 Y Dios procedió a hacer la bestia salvaje de la tierra según su género y el animal doméstico según su género y todo animal moviente del suelo según su género. Y Dios llegó a ver que [era] bueno.
(Salmo 139:16) 16 Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que fueron formadas y todavía no había una entre ellas.
(Génesis 2:7) 7 Y Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente.
(Génesis 1:27) 27 Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó.
(Génesis 1:28) 28 Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra”.
(Génesis 3:15) 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”.
(Lucas 11:13) 13 Por lo tanto, si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!”.
(Colosenses 2:8) 8 Cuidado: quizás haya alguien que se los lleve como presa suya mediante la filosofía y el vano engaño según la tradición de los hombres, según las cosas elementales del mundo y no según Cristo;
(Job 9:10) 10 haciendo inescrutables cosas grandes, y cosas maravillosas sin número.
(Salmo 104:25) 25 En cuanto a este mar, tan grande y ancho, allí hay cosas movientes sin número, criaturas vivientes, pequeñas así como grandes.
(2 Pedro 1:21) 21 Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.
(Revelación 4:11) 11 “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”.
(1 Juan 4:8) 8 El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor.
(Gálatas 5:16) 16 Pero digo: Sigan andando por espíritu y no llevarán a cabo ningún deseo carnal.
(Gálatas 5:25) 25 Si estamos viviendo por espíritu, sigamos andando ordenadamente también por espíritu.

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