viernes, 16 de noviembre de 2012

Viernes, 16 de Noviembre de 2012




TEXTO DEL DIA

CITA BIBLICA
Descripción Biblia

Referencias BIBLICAS
*** Texto del Viernes, 16 de Noviembre de 2012 ***
Viernes 16 de noviembre
Sigan [...] amonestándose unos a otros con salmos, alabanzas a Dios [y] canciones espirituales con gracia (Col. 3:16).



► es12 pág. 113 Noviembre

Cada uno de nosotros haría bien en plantearse: “Si me metieran en prisión, ¿cuántos cánticos del Reino podría cantar de memoria?”. Dado que la música ocupa un lugar primordial en la religión verdadera, deberíamos preguntarnos: “¿Demuestro el debido aprecio por los cánticos? ¿Canto con ganas? ¿Cómo ve mi familia los cánticos que se entonan entre la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de Servicio, así como entre el discurso público y el Estudio de La Atalaya? ¿Les enseño a mis hijos que esos cánticos no son un intermedio ni una ocasión para dejar los asientos por razones triviales, como estirar las piernas?”. No olvidemos que el canto es parte de nuestra adoración. Todos tenemos la oportunidad y el deber de unir nuestras voces para alabar a Jehová. w10 15/12 4:11, 12
(Colosenses 3:16)
Que la palabra del Cristo resida en ustedes ricamente en toda sabiduría.
(1 Corintios 2:7) Más bien, hablamos la sabiduría de Dios en un secreto sagrado, la sabiduría escondida, que Dios predeterminó antes de los sistemas de cosas para nuestra gloria.
(Colosenses 2:3) Cuidadosamente ocultados en él están todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

(Génesis 3:15) Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”.
(Romanos 16:25) Ahora, al que puede hacerlos firmes de acuerdo con las buenas nuevas que yo declaro y la predicación de Jesucristo, conforme a la revelación del secreto sagrado que ha sido guardado en silencio por tiempos de larga duración,
(Efesios 3:9) y de hacer ver a los hombres cómo se administra el secreto sagrado que desde el pasado indefinido ha estado escondido en Dios, que creó todas las cosas.
(Colosenses 1:26) 26 el secreto sagrado que fue escondido de los pasados sistemas de cosas y de las generaciones pasadas. Mas ahora ha sido puesto de manifiesto a sus santos,
Sigan enseñándose
(Colosenses 1:28) Él es a quien damos publicidad, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de que presentemos a todo hombre completo en unión con Cristo.
(Tito 2:1) Tú, sin embargo, sigue hablando las cosas que son apropiadas para la enseñanza saludable.

(Hechos 20:20) 20 mientras no me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa.
(1 Corintios 1:30) Pero a él se debe el que ustedes estén en unión con Cristo Jesús, que ha venido a ser para nosotros sabiduría procedente de Dios, también justicia y santificación y liberación por rescate;
(Colosenses 3:16) Que la palabra del Cristo resida en ustedes ricamente en toda sabiduría. Sigan enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, alabanzas a Dios, canciones espirituales con gracia, cantando en sus corazones a Jehová.
(Efesios 4:13) 13 hasta que todos logremos alcanzar la unidad en la fe y en el conocimiento exacto del Hijo de Dios, a un hombre hecho, a la medida de estatura que pertenece a la plenitud del Cristo;
y amonestándose unos a otros con salmos,
(Deuteronomio 31:19) ”Y ahora escríbanse esta canción y enséñala a los hijos de Israel. Colócala en la boca de ellos a fin de que esta canción sirva de testigo mío contra los hijos de Israel.
(1 Corintios 14:26) ¿Qué ha de hacerse, pues, hermanos? Cuando ustedes se juntan, uno tiene un salmo, otro tiene una enseñanza, otro tiene una revelación, otro tiene una lengua, otro tiene una interpretación. Efectúense todas las cosas para edificación.
alabanzas a Dios, canciones espirituales
(Efesios 5:19) 19 hablándose a sí mismos con salmos y alabanzas a Dios y canciones espirituales, cantando y acompañándose con música en el corazón a Jehová,
con gracia, cantando en sus corazones a Jehová.
(1 Crónicas 16:23) ¡Canten a Jehová, todos ustedes los de la tierra! ¡Anuncien de día en día la salvación que él da!
(Salmo 30:4) Celebren con melodía a Jehová, oh los que le son leales, den gracias a su santa mención conmemorativa;
(Salmo 147:7) Respondan ustedes a Jehová con acción de gracias; celebren con melodía a nuestro Dios con el arpa,
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Cantemos a Jehová

 “Produciré melodía a mi Dios mientras yo sea.” (SAL. 146:2)
¡CUÁNTAS horas pasó el joven David cuidando los rebaños de su padre cerca de Belén! Mientras vigilaba las ovejas, se dedicó a observar las estrellas del firmamento, “las bestias del campo”, “los pájaros del cielo” y las demás maravillas de la creación. Tan conmovido quedó que quiso componer sentidas alabanzas a Jehová, el Hacedor de aquellas prodigiosas obras. Hoy encontramos muchos de sus cánticos en el libro de Salmos (léase Salmo 8:3, 4, 7-9).
2 Probablemente fuera durante esta etapa de su vida cuando David perfeccionó sus destrezas musicales. Adquirió tal maestría con el arpa que fue invitado a tocar para el rey Saúl (Pro. 22:29). Con sus dulces sonidos producía en el atribulado corazón del monarca el mismo efecto calmante que hasta el día de hoy suele tener la buena música. Al oír los acordes de su arpa, “Saúl conseguía alivio y le iba bien” (1 Sam. 16:23). Los devotos cánticos de aquel compositor e intérprete han superado la prueba del tiempo. Baste señalar que incluso en la actualidad, tres milenios después del nacimiento de David, millones de personas de toda condición y origen acuden constantemente a aquellos salmos en busca de consuelo y esperanza (2 Cró. 7:6; léanse Salmo 34:7, 8 y 139:2-8; Amós 6:5).
El digno lugar de la música en la religión verdadera
3 David siempre utilizó su gran talento con el más noble de los fines: glorificar a Jehová. Además, cuando ascendió al trono de Israel, se encargó de que los oficios del tabernáculo contaran con hermosa música. De entre los levitas en activo, 4.000 —más de la décima parte— fueron seleccionados como “dadores de alabanza”. De estos, 288 estaban “entrenados en el canto a Jehová, [y eran] todos peritos” (1 Cró. 23:3, 5; 25:7).
4 Muchas de las canciones que interpretaban los levitas eran salmos de David. Los israelitas que tenían el honor de estar presentes cuando se interpretaban aquellas composiciones seguramente se sentían muy conmovidos. Con el tiempo, cuando llegó el momento de trasladar el arca del pacto a Jerusalén, “David [...] dijo a los jefes de los levitas que apostaran a sus hermanos los cantores con los instrumentos de canto, instrumentos de cuerda y arpas y címbalos, para que tocaran fuertemente” y así consiguieran que “se elevara un son de regocijo” (1 Cró. 15:16).
5 ¿Por qué recibió tanta atención la música durante el reinado de David? ¿Sencillamente porque era una afición del monarca? No. Había otro motivo mucho más importante, como se indicó siglos más tarde cuando Ezequías restableció los servicios religiosos en el templo. En 2 Crónicas 29:25, leemos que aquel justo rey “hizo que los levitas se apostaran en la casa de Jehová, con címbalos, con instrumentos de cuerda y con arpas, por el mandamiento de David y de Gad el hombre de visiones del rey y de Natán el profeta, porque por mano de Jehová fue el mandamiento [transmitido] por medio de sus profetas”.
6 Así es: valiéndose de sus profetas, Jehová dio instrucciones de que sus siervos lo alabaran con cánticos. De hecho, los levitas que eran cantores estaban exentos de ciertos deberes a fin de tener suficiente tiempo para la composición y, muy probablemente, para los ensayos (1 Cró. 9:33).
7 Ahora bien, quizás uno diga: “Lo mío no es cantar. Estoy seguro de que nunca me habrían elegido para ser uno de los cantores peritos del tabernáculo”. Pero recordemos que no todos los intérpretes levitas eran tan expertos. En 1 Crónicas 25:8 se señala que también había aprendices. Además, hay que destacar que, aunque sin duda había músicos y cantantes hábiles en las demás tribus, Jehová seleccionó únicamente a los levitas para esta labor. Y podemos estar seguros de que, sin importar que fueran peritos o aprendices, se entregaron a ella de todo corazón.
8 Aunque David era un virtuoso de la música y la amaba profundamente, no deberíamos pensar que el talento es lo que más cuenta para Dios. En Salmo 33:3, este mismo rey escribió: “Esmérense en tocar las cuerdas junto con gozoso gritar”. La idea está muy clara: cuando uno alaba a Jehová, lo importante es que se esmere por hacerlo lo mejor que pueda.
La música después del reinado de David
9 Durante el reinado de Salomón, la música se utilizó extensamente en el culto al Dios verdadero. Por ejemplo, en la inauguración del templo intervino una orquesta completa, con una sección de metales integrada por 120 trompetas (léase 2 Crónicas 5:12). La narración bíblica señala que tanto los trompeteros —todos ellos sacerdotes— como los cantores lograron “que se oyera un solo sonido en [su interpretación para] alabar y dar gracias a Jehová”. Durante el canto decían: “Porque él es bueno, porque hasta tiempo indefinido es su bondad amorosa”. Cuando cesó su alegre melodía, “la casa [de Jehová] se llenó de una nube”, lo cual indicaba la aprobación divina. ¡Qué emoción tan sobrecogedora tienen que haber sentido los presentes al escuchar decenas de trompetas sonando en armonía con miles de cantantes! (2 Cró. 5:13.)
10 Los cristianos del siglo primero también usaron música en la adoración. Claro, no se reunían en templos o tabernáculos, sino en casas particulares. Y muchas veces lo hacían en condiciones poco favorables debido a la persecución y otros factores. Aun así, no se olvidaban de alabar a Dios con sus cánticos.
11 Pablo exhortó a los cristianos de Colosas a que se animaran unos a otros “con salmos, alabanzas a Dios, [y] canciones espirituales con gracia” (Col. 3:16). De hecho, cuando él y Silas fueron encarcelados, estuvieron un buen rato “orando y alabando a Dios con canción”, aunque, obviamente, no contaban con la ayuda de un cancionero (Hech. 16:25). En vista de su ejemplo, cada uno de nosotros haría bien en plantearse: “Si me metieran en prisión, ¿cuántos cánticos del Reino sería capaz de cantar de memoria?”.
12 Dado que la música ocupa un lugar primordial en la religión verdadera, deberíamos preguntarnos: “¿Demuestro el debido aprecio por los cánticos? ¿Hago todo lo posible por llegar a tiempo a las reuniones y asambleas a fin de participar junto con mis hermanos en el cántico de apertura? ¿Canto con ganas? ¿Cómo ve mi familia los cánticos que se entonan entre la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de Servicio, así como entre el discurso público y el Estudio de La Atalaya? ¿Les enseño a mis hijos que esos cánticos no son un intermedio ni una ocasión para dejar los asientos por razones triviales, como estirar las piernas?”. Jamás olvidemos que el canto es parte de nuestra adoración. Da igual que uno sea un “perito” o tan solo un “aprendiz”. Todos tenemos la oportunidad y el deber de unir nuestras voces para alabar a Jehová (compárese con 2 Corintios 8:12).
Cambian los tiempos, cambian las necesidades
13 Hace más de cien años, la edición en inglés de esta revista explicó una razón por la que nuestros cánticos del Reino son tan importantes: “Cantar la verdad es una buena manera de grabarla en la mente y el corazón de los siervos de Dios”. Dado que la letra de muchos cánticos se basa en la Biblia, cuando nos los aprendemos, la verdad se fija con más fuerza en nuestro interior. ¡Qué buena razón para memorizar al menos unos pocos! Cabe señalar que el sentimiento con el que los hermanos de algunas congregaciones interpretan los cánticos ha dejado impresionadas a muchas personas en su primera visita al Salón del Reino.
14 Pensemos ahora en lo que sucedió una noche de 1869. Cuando volvía a casa del trabajo, el joven Charles Russell oyó el sonido de cánticos procedente de un local situado en un sótano. Para aquel entonces se había dado por vencido en su búsqueda de la verdad sobre Dios y había decidido dedicarse por entero a sus negocios. Pensaba que, ya que no le era posible ayudar espiritualmente a las personas, por lo menos podría remediarles las necesidades físicas con el dinero que ganara. Al bajar al sótano, vio que se estaban celebrando oficios religiosos. Aunque era una sala polvorienta y destartalada, se sentó a escuchar. Años después escribió que lo que oyó aquella noche “[le] bastó, con la guía de Dios, para recuperar la fe, vacilante entonces, en la inspiración divina de la Biblia”. Observemos que lo primero que le atrajo a la reunión fueron los cánticos.
15 Con el paso del tiempo se ha ido perfeccionando nuestra comprensión de las Escrituras. Ya lo dice Proverbios 4:18: “La senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido”. Lógicamente, la creciente iluminación espiritual exige hacer cambios en nuestra forma de “cantar la verdad”. En los últimos veinticinco años, los testigos de Jehová de muchos países hemos utilizado con gusto el libro Canten alabanzas a Jehová. Pero desde su aparición ha ido aclarándose nuestro entendimiento de diversos asuntos, de modo que algunas de las expresiones que contiene se han quedado anticuadas. Por ejemplo, ya no hablamos del “nuevo orden”, sino del “nuevo mundo”. Tampoco decimos que el nombre divino será “vindicado”, sino “santificado”. Como vemos, estas mejoras doctrinales hacían necesario actualizar nuestro cancionero.
16 Estas son algunas de las razones por las que el Cuerpo Gobernante aprobó la edición del nuevo cancionero Cantemos a Jehová. Ahora solo contiene 135 títulos, lo que nos hará más fácil la labor de memorizar la letra, aunque solo sea de unos pocos cánticos. Este consejo está en armonía con la recomendación que hizo Pablo en Efesios 5:19 (léase).
Demostremos gratitud
17 ¿Deberíamos quedarnos callados durante los cánticos por miedo a equivocarnos? ¡Claro que no! ¿No es cierto que cuando hablamos “todos tropezamos muchas veces”? (Sant. 3:2.) Pero no por eso dejamos de alabar a Jehová de casa en casa. Entonces, ¿por qué vamos a dejar de dar gloria a Dios con nuestros cánticos tan solo porque no somos buenos intérpretes? A Jehová, quien “asignó boca al hombre”, le complace que usemos nuestra voz para cantarle alabanzas (Éxo. 4:11).
18 Varios idiomas disponen ya de los discos Cantemos a Jehová (coro y orquesta), que ofrecen hermosos arreglos instrumentales y vocales. Estas grabaciones son sumamente agradables. Si las escuchamos con frecuencia, no tardaremos en aprendernos de memoria por lo menos algunos de los nuevos cánticos. Muchas de las letras se han compuesto de forma que al cantar un verso sea fácil imaginar lo que viene luego. En vista de lo anterior, cuando pongamos estas grabaciones, ¿por qué no tratamos de seguir al coro? Si nos familiarizamos con la letra y la tonada en casa, podremos cantar con más confianza en el Salón del Reino.
19 En los días especiales de asamblea y en las asambleas de circuito y distrito se reproducen grabaciones de un agradable acompañamiento musical. Aunque es fácil pasarlas por alto, conllevan muchísimo trabajo. Primero se selecciona la música, y luego se componen con cuidado los arreglos que interpreta la orquesta Watchtower, compuesta por 64 hermanos y hermanas. Cada uno de ellos dedica un sinnúmero de horas a repasar las partituras que usan en los ensayos y en la grabación final en nuestros estudios de Patterson (Nueva York). Todos los integrantes —diez de los cuales viajan desde su país a Estados Unidos— valoran el privilegio de preparar música para nuestras grandes reuniones. Sin duda, les estamos muy agradecidos. ¿Cómo podemos demostrar durante las asambleas que apreciamos sus sacrificios? Ocupando sin dilación nuestros asientos cuando se nos invita a hacerlo y escuchando tranquilamente la música que con tanto cariño se ha preparado.
20 Nuestro Dios escucha las alabanzas que le cantamos cuando nos juntamos para adorarlo. Para él son muy importantes. Por eso, alegremos su corazón entonándolas con entusiasmo. Sin importar que seamos peritos o aprendices, ¡cantemos a Jehová! (Sal. 104:33.)


(Salmo 146:2)  2 Ciertamente alabaré a Jehová mientras dure mi vida. Ciertamente produciré melodía a mi Dios mientras yo sea.
(Salmo 8:3, 4)  3 Cuando veo tus cielos, las obras de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has preparado,  4 ¿qué es el hombre mortal para que lo tengas presente, y el hijo del hombre terrestre para que cuides de él?
(Salmo 8:7-9)  7 ganado menor y bueyes, todos ellos, y también las bestias del campo abierto,  8 los pájaros del cielo y los peces del mar, todo cuanto pasa por las sendas de los mares.  9 Oh Jehová Señor nuestro, ¡cuán majestuoso es tu nombre en toda la tierra!
(Proverbios 22:29) 29 ¿Has contemplado a un hombre hábil en su trabajo? Delante de reyes es donde él se apostará; no se apostará delante de hombres comunes.
(1 Samuel 16:23) 23 Y sucedió que, cuando el espíritu de Dios llegaba a estar sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con la mano; y Saúl conseguía alivio y le iba bien, y el espíritu malo se apartaba de sobre él.
(2 Crónicas 7:6) 6 Y los sacerdotes estaban de pie en sus puestos de servicio, y los levitas con los instrumentos de canto a Jehová que David el rey había hecho para dar gracias a Jehová, “porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido”, cuando David daba alabanza por mano de ellos; y los sacerdotes estaban haciendo sonar fuertemente las trompetas enfrente de ellos, mientras todos los israelitas estaban de pie.
(Salmo 34:7, 8)  7 El ángel de Jehová está acampando todo en derredor de los que le temen, y los libra. ט [Tehth]  8 Gusten y vean que Jehová es bueno; feliz es el hombre físicamente capacitado que se refugia en él.
(Salmo 139:2-8)  2 Tú mismo has llegado a conocer mi sentarme y mi levantarme. Has considerado mi pensamiento desde lejos.  3 Mi viajar y mi yacer tendido has medido, y te has familiarizado hasta con todos mis caminos.  4 Pues no hay una sola palabra en mi lengua, cuando, ¡mira!, oh Jehová, tú ya lo sabes todo.  5 Detrás y delante, me has sitiado; y pones tu mano sobre mí.  6 [Tal] conocimiento es demasiado maravilloso para mí. Tan alto es, que yo no puedo alcanzarlo.  7 ¿Adónde puedo irme de tu espíritu, y adónde puedo huir de tu rostro?  8 Si ascendiera al cielo, allí estarías; y si tendiera mi lecho en el Seol, ¡mira!, tú [estarías allí].
(Amós 6:5) 5 que improvisan de acuerdo con el sonido del instrumento de cuerdas; que, como David, han inventado para sí instrumentos de canto;
(1 Crónicas 23:3) 3 Por consiguiente, se numeró a los levitas desde la edad de treinta años para arriba; y su número, cabeza por cabeza de ellos, hombre físicamente capacitado por hombre físicamente capacitado, llegó a ser treinta y ocho mil.
(1 Crónicas 23:5) 5 y cuatro mil porteros y cuatro mil dadores de alabanza a Jehová con los instrumentos que, [dijo David,] “he hecho para dar alabanza”.
(1 Crónicas 25:7) 7 Y el número de ellos junto con sus hermanos entrenados en el canto a Jehová, todos peritos, llegó a ser doscientos ochenta y ocho.
(1 Crónicas 15:16) 16 David ahora dijo a los jefes de los levitas que apostaran a sus hermanos los cantores con los instrumentos de canto, instrumentos de cuerda y arpas y címbalos, para que tocaran fuertemente para hacer que se elevara un son de regocijo.
(2 Crónicas 29:25) 25 Entretanto, hizo que los levitas se apostaran en la casa de Jehová, con címbalos, con instrumentos de cuerda y con arpas, por el mandamiento de David y de Gad el hombre de visiones del rey y de Natán el profeta, porque por mano de Jehová fue el mandamiento por medio de sus profetas.
(1 Crónicas 9:33) 33 Y estos eran los cantores, los cabezas de los padres de los levitas en los comedores, aquellos a quienes se dejó libres de deberes; porque de día y de noche era su responsabilidad estar en la obra.
(1 Crónicas 25:8) 8 De modo que echaron suertes en cuanto a las cosas que había que atender, y el pequeño era lo mismo que el grande, el perito junto con el aprendiz.
(Salmo 33:3)  3 Cántenle una canción nueva; esmérense en tocar las cuerdas junto con gozoso gritar.
(2 Crónicas 5:12) 12 y los levitas que eran cantores pertenecientes a todos ellos, a saber, a Asaf, a Hemán, a Jedutún y a sus hijos y a sus hermanos vestidos de tela fina con címbalos y con instrumentos de cuerda y arpas, estuvieron de pie al oriente del altar, y junto con ellos sacerdotes hasta [el número de] ciento veinte tocando las trompetas;
(2 Crónicas 5:13) 13 y aconteció que tan pronto como los trompeteros y los cantores estuvieron como uno solo en hacer que se oyera un solo sonido en alabar y dar gracias a Jehová, y tan pronto como elevaron el sonido con las trompetas y con los címbalos y con los instrumentos de canto y con alabar a Jehová, “porque él es bueno, porque hasta tiempo indefinido es su bondad amorosa”, la casa misma se llenó de una nube, la mismísima casa de Jehová,
(Colosenses 3:16) 16 Que la palabra del Cristo resida en ustedes ricamente en toda sabiduría. Sigan enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, alabanzas a Dios, canciones espirituales con gracia, cantando en sus corazones a Jehová.
(Hechos 16:25) 25 Mas como a la mitad de la noche, Pablo y Silas estaban orando y alabando a Dios con canción; sí, los presos los oían.
(2 Corintios 8:12) 12 Porque si primero está allí la prontitud, es especialmente acepto según lo que tiene la persona, no según lo que no tiene.
(Proverbios 4:18) 18 Pero la senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido.
(Efesios 5:19) 19 hablándose a sí mismos con salmos y alabanzas a Dios y canciones espirituales, cantando y acompañándose con música en el corazón a Jehová,
(Santiago 3:2) 2 Porque todos tropezamos muchas veces. Si alguno no tropieza en palabra, este es varón perfecto, capaz de refrenar también [su] cuerpo entero.
(Éxodo 4:11) 11 Ante esto, Jehová le dijo: “¿Quién asignó boca al hombre o quién asigna al mudo o al sordo o al de vista perspicaz o al ciego? ¿No soy yo, Jehová?
(Salmo 104:33) 33 Ciertamente cantaré a Jehová durante toda mi vida; ciertamente produciré melodía a mi Dios mientras yo sea.

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