domingo, 9 de diciembre de 2012

Domingo, 09 de Diciembre de 2012



TEXTO DEL DIA

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Referencias BIBLICAS

Domingo, 09 de Diciembre de 2012



Domingo 9 de diciembre
Por favor, complácete en las ofrendas voluntarias de mi boca, oh Jehová (Sal. 119:108).

es12 pág. 121 Diciembre

Por favor, complácete en las ofrendas voluntarias de mi boca, oh Jehová (Sal. 119:108).
(Salmo 119:108)
Por favor, complácete en las ofrendas voluntarias de mi boca, oh Jehová,

(Números 29:39) ”’Estos los ofrecerán a Jehová en sus fiestas periódicas, además de sus ofrendas de voto y sus ofrendas voluntarias como sus ofrendas quemadas y sus ofrendas de grano y sus libaciones y sus sacrificios de comunión’”.
(Salmo 50:23) El que ofrece acción de gracias como su sacrificio es el que me glorifica; y en cuanto al que guarda un camino fijo, ciertamente le haré ver la salvación por Dios”.
(Oseas 14:2) Tomen con ustedes palabras y vuelvan a Jehová. Díganle todos: ‘Dígnate perdonar el error; y acepta lo que es bueno, y ciertamente ofreceremos en cambio los toros jóvenes de nuestros labios.
(Hebreos 13:15) Mediante él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.
y enséñame tus propias decisiones judiciales.
(Deuteronomio 4:5) Miren, les he enseñado disposiciones reglamentarias y decisiones judiciales, tal como Jehová mi Dios me ha mandado, para que ustedes obren de esa manera en medio de la tierra a la cual van para tomar posesión de ella.
(Deuteronomio 33:10) Instruyan ellos a Jacob en tus decisiones judiciales y a Israel en tu ley. Ofrezcan incienso ante tus narices y una ofrenda entera en tu altar.
(Isaías 48:17) Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Recomprador, el Santo de Israel: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar.
Al trabajar con celo en el ministerio, damos prueba de que amamos a Dios y anhelamos su aprobación. Pensemos en la exhortación que dirigió Oseas a los israelitas que habían perdido el favor divino por practicar la religión falsa (Ose. 13:1-3).
(Oseas 13:1-3)
“Al hablar Efraín, hubo temblor; él mismo llevó [peso] en Israel.
17 De modo que Josué dijo esto a la casa de José, a Efraín y Manasés: “Eres un pueblo numeroso, y gran poder es tuyo. No debes recibir una sola suerte,
Pero procedió a hacerse culpable respecto a Baal
(2 Reyes 17:16) y siguieron dejando todos los mandamientos de Jehová su Dios, y procedieron a hacerse estatuas fundidas, dos becerros, y a hacer un poste sagrado, y empezaron a inclinarse ante todo el ejército de los cielos y a servir a Baal;
(Oseas 11:2) ”Ellos los llamaron. A ese mismo grado se fueron de delante de ellos. A las imágenes de Baal se pusieron a hacer sacrificios, y a las imágenes esculpidas empezaron a hacer humo de sacrificio.
y morir.
(Éxodo 20:5) 5 No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirlas, porque yo Jehová tu Dios soy un Dios que exige devoción exclusiva, que trae castigo por el error de padres sobre hijos, sobre la tercera generación y sobre la cuarta generación, en el caso de los que me odian;
2 Y ahora cometen pecado adicional y se hacen una estatua fundida de su plata,
(Salmo 115:4) Los ídolos de ellos son plata y oro, la obra de las manos del hombre terrestre.
(Isaías 46:6) Hay los que con profusión sacan el oro de la bolsa, y con el brazo de la balanza pesan la plata. Alquilan a un metalario, y él hace de ello un dios. Se prosternan, sí, se inclinan.
(Jeremías 10:4) Con plata y con oro uno lo hace bello. Con clavos y martillos los sujetan, para que ninguno bambolee.
(Oseas 2:8) Pero ella misma no reconoció que era yo quien le había dado el grano y el vino dulce y el aceite, y que yo había hecho que la plata misma abundara para ella, y oro, [al cual] dieron uso para Baal.

ídolos según su propio entendimiento,
(Isaías 44:17) Pero de lo restante de él realmente hace un dios mismo, su imagen tallada. Se prosterna ante ella y se inclina y le ora y dice: “Líbrame, porque tú eres mi dios”.
(Jeremías 10:9) Plata batida en láminas es lo que se trae aun de Tarsis, y oro de Ufaz, la hechura de un artífice y de las manos de un metalario; su vestido es hilo azul y lana teñida de púrpura rojiza. Todos son la hechura de personas diestras.
obra de artífices, todo ello.
(Jeremías 10:3) Porque las costumbres de los pueblos son solamente una exhalación, porque un simple árbol del bosque es lo que uno ha cortado, la obra de las manos del artífice con el podón.
(Habacuc 2:18) ¿De qué provecho ha sido una imagen tallada, cuando el formador de ella la ha tallado, una estatua fundida, y un instructor de falsedad?, ¿cuando el formador de su forma ha confiado en ella, hasta el grado de hacer dioses que nada valen [y] que no pueden hablar?
A ellos les dicen: ‘Que los sacrificadores que son hombres besen a simples becerros’.
(1 Reyes 12:28) Por lo tanto, el rey tomó consejo e hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: “Es demasiado para ustedes el que suban a Jerusalén. Aquí está tu Dios, oh Israel, que te hizo subir de la tierra de Egipto”.
(1 Reyes 19:18) Y he dejado que siete mil permanezcan en Israel, todas las rodillas que no se han doblado a Baal, y toda boca que no lo ha besado”.


3 Por lo tanto, llegarán a ser como las nubes de la mañana
4 “¿Qué te haré, oh Efraín? ¿Qué te haré, oh Judá, cuando la bondad amorosa de ustedes es como las nubes de la mañana y como el rocío que se va temprano?


y como el rocío que temprano se va; como el tamo que es arrebatado de la era como por tempestad, y como el humo [que escapa] del hoyo [del techo].

(Job 21:18) ¿Llegan a ser ellos como paja delante de un viento, y como tamo que un viento de tempestad ha hurtado?
(Salmo 1:4) Los inicuos no son así, sino que son como el tamo impelido por el viento.
(Daniel 2:35) En aquel tiempo el hierro, el barro moldeado, el cobre, la plata y el oro fueron, todos juntos, triturados, y llegaron a ser como el tamo de la era del verano, y el viento se los llevó, de modo que no se halló ningún rastro de ellos. Y en cuanto a la piedra que dio contra la imagen, llegó a ser una gran montaña y llenó toda la tierra.









(Oseas 14:1, 2)
“Vuelve, sí, oh Israel, a Jehová tu Dios,
(1 Samuel 7:3) Y Samuel procedió a decir a toda la casa de Israel: “Si con todo su corazón están volviéndose a Jehová, quiten de en medio de ustedes los dioses extranjeros y también las imágenes de Astoret, y dirijan su corazón inalterablemente a Jehová y sírvanle solo a él, y él los librará de la mano de los filisteos”.
(2 Crónicas 30:6) Por consiguiente, los correos con las cartas de la mano del rey y de sus príncipes fueron por todo Israel y Judá, aun conforme al mandamiento del rey, diciendo: “Hijos de Israel, vuélvanse a Jehová el Dios de Abrahán, Isaac e Israel, para que él se vuelva a los que quedan de ustedes como escapados de la palma de la mano de los reyes de Asiria.
(Isaías 55:6) Busquen a Jehová mientras pueda ser hallado. Clamen a él mientras resulte estar cerca.
(Oseas 12:6) “Y en lo que respecta a ti, a tu Dios debes volver, guardando bondad amorosa y justicia; y que haya un esperar en tu Dios constantemente.
(Joel 2:13) Y rasguen su corazón, y no sus prendas de vestir; y vuelvan a Jehová su Dios, porque él es benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa, y ciertamente sentirá pesar debido a la calamidad.
porque has tropezado en tu error.
(Jeremías 2:19) Tu maldad debe corregirte, y tus propios actos de infidelidad deben censurarte. Sabe, pues, y ve que el que dejes a Jehová tu Dios es cosa mala y amarga, y ningún pavor de mí te [ha resultado]’, es la expresión del Señor Soberano, Jehová de los ejércitos.
(Lamentaciones 4:6) El [castigo por el] error de la hija de mi pueblo también llega a ser mayor que el [castigo por el] pecado de Sodoma, la cual fue derribada como en un momento, y a la cual ninguna mano se dirigió [con ayuda].
2 Tomen con ustedes palabras y vuelvan a Jehová.
(Oseas 12:6) 6 “Y en lo que respecta a ti, a tu Dios debes volver, guardando bondad amorosa y justicia; y que haya un esperar en tu Dios constantemente.
Díganle todos: ‘Dígnate perdonar el error;
(Éxodo 34:7) que conserva bondad amorosa para miles, que perdona error y transgresión y pecado, pero de ninguna manera dará exención de castigo, que hace venir el castigo por el error de padres sobre hijos y sobre nietos, sobre la tercera generación y sobre la cuarta generación”.
(2 Samuel 24:10) Y el corazón de David empezó a darle golpes después de haber contado así al pueblo. Por consiguiente, David dijo a Jehová: “He pecado muchísimo en lo que he hecho. Y ahora, Jehová, deja pasar el error de tu siervo, por favor; porque he obrado muy tontamente”.
(Salmo 51:2) Lávame cabalmente de mi error, y límpiame aun de mi pecado.
(Miqueas 7:18) ¿Quién es un Dios como tú, uno que perdona el error y pasa por alto la transgresión del resto de su herencia? Ciertamente no tendrá asida su cólera para siempre, porque se deleita en la bondad amorosa.

y acepta lo que es bueno, y ciertamente ofreceremos en cambio los toros jóvenes de nuestros labios.
(Salmo 69:31) Esto también le será más grato a Jehová que un toro, que un toro joven que exhibe cuernos, que tiene pezuña partida.
(Hebreos 13:15) Mediante él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.

¿Qué simbolizan “los toros jóvenes de nuestros labios”? Dado que el toro era el animal más valioso que podía sacrificar un israelita, esta expresión se refiere a las palabras sinceras y bien meditadas con las que se alaba al Dios verdadero. ¿Cómo respondía Jehová a quienes le hacían tales dádivas? Él mismo dio la respuesta: “Los amaré de mi propio albedrío” (Ose. 14:4). Como vemos, por su propio deseo y voluntad, Dios brindaba su perdón, su aprobación y su amistad a quienes le hacían dichos sacrificios de alabanza. Los verdaderos siervos de Dios siempre se han distinguido por alabarlo públicamente. w11 15/2 2:14-16
(Oseas 14:4)
”Sanaré la infidelidad de ellos.
(Salmo 103:3) aquel que está perdonando todo tu error, que está sanando todas tus dolencias,
(Isaías 57:18) He visto sus caminos mismos; y empecé a sanarlo y a conducirlo y a hacer compensación con consuelo para él y para los suyos que estaban de duelo”.
(Jeremías 3:22) “Vuélvanse, hijos renegados. Yo sanaré su condición de renegados.” “¡Aquí estamos! Hemos venido a ti, porque tú, oh Jehová, eres nuestro Dios.


Los amaré de [mi] propio albedrío,
(Deuteronomio 7:7) ”No porque ustedes fueran el más populoso de todos los pueblos les mostró Jehová afecto de modo que los escogiera, porque eran el más pequeño de todos los pueblos.
(Sofonías 3:17) Jehová tu Dios está en medio de ti. Como Poderoso, salvará. Se alborozará sobre ti con regocijo. Se hará silencioso en su amor. Estará gozoso acerca de ti con gritos felices.

porque mi cólera se ha vuelto de él.
(Salmo 78:38) Pero él era misericordioso; cubría el error y no arruinaba. Y muchas veces hizo que su cólera se volviera atrás, y no despertaba toda su furia.
(Isaías 12:1) Y en aquel día de seguro dirás: “Te daré gracias, oh Jehová, porque [aunque] te enojaste conmigo, tu cólera gradualmente se volvió atrás, y procediste a consolarme.

*** w11 15/2 La aprobación de Dios nos conduce a la vida eterna ***
La aprobación de Dios nos conduce a la vida eterna
“Tú mismo bendecirás al justo, oh Jehová; como con un escudo grande, con aprobación lo cercarás.” (SAL. 5:12)
LA VIUDA de Sarepta y su hijo están hambrientos, y lo mismo le sucede a Elías. Cuando la pobre madre se dispone a encender el fuego para cocinar, el profeta le pide pan y agua. Ella no tiene ningún inconveniente en darle de beber, pero los únicos alimentos que posee son “un puñado de harina en el jarro grande y un poco de aceite en el jarro pequeño”. Por eso, cree que no puede ofrecerle nada a Elías, y así se lo explica (1 Rey. 17:8-12).
2 Pero el profeta es insistente: “De lo que hay allí, hazme primero una pequeña torta redonda, y tienes que traérmela acá fuera, y para ti y tu hijo puedes hacer algo después. Porque esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘El jarro grande de harina mismo no se agotará, y el jarro pequeño de aceite mismo no fallará’” (1 Rey. 17:13, 14).
3 La decisión que debía tomar la viuda tenía que ver con algo mucho más importante que el empleo de sus últimas provisiones. ¿Se preocuparía más por cubrir sus necesidades materiales y las de su hijo, o por obtener la aprobación y la amistad de Dios? ¿Confiaría en que Jehová podía salvarlos? Nosotros nos enfrentamos hoy a un dilema semejante. ¿Nos interesa más conseguir seguridad material, o recibir la aprobación de Jehová? Sin duda, tenemos sobradas razones para confiar en Dios y servirle. Y él nos ha explicado cuáles son los pasos que debemos dar para gozar de su favor.
Jehová es digno de recibir adoración
4 Jehová tiene el derecho de exigirnos a los seres humanos que lo adoremos de la forma como él desea. En el cielo, un coro de siervos suyos confirmó este hecho al proclamar con una sola voz: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas” (Rev. 4:11). Él es el Hacedor del universo, y por ello merece recibir nuestra adoración.
5 Tenemos otra razón para servir a Jehová: el inigualable amor que nos ha demostrado a todos los seres humanos. Para empezar, la Biblia indica que formó “al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó” (Gén. 1:27). También, nos hizo el regalo del libre albedrío, o sea, la capacidad de razonar y tomar nuestras propias decisiones. Al habernos dado la vida, es nuestro Padre (Luc. 3:38). Y como buen padre que es, nos proporciona todo lo necesario para ser felices. En efecto, “él hace salir su sol [...] y hace llover”, lo que permite que los campos no solo nos brinden comida en abundancia, sino que también sean un deleite para la vista (Mat. 5:45).
6 Además, Jehová nos ha rescatado de las terribles consecuencias del pecado. Cuando Adán se rebeló, actuó como el jugador que le quita dinero a su familia para apostarlo. ¿Por qué? Porque al desobedecer a Dios, les quitó a sus hijos la herencia a la que hubieran tenido derecho: ser felices por toda la eternidad. Con su egoísmo, vendió a la humanidad como esclava a una dueña muy cruel: la imperfección. Este es el motivo por el que estamos condenados a enfermarnos, sufrir penas y tristezas y finalmente morir. ¡Cuánto necesitamos que se nos libre de esa terrible esclavitud! Claro, la liberación de un esclavo exige un pago a cambio, y Jehová se ha encargado de efectuarlo (léase Romanos 5:21). Lo hizo al disponer que su Hijo, Jesús, viniera a “dar su alma en rescate en cambio por muchos” (Mat. 20:28). Dentro de poco, las personas que cuentan con el favor divino obtendrán plenamente los beneficios del rescate.
7 Ciertamente, el Creador ha hecho más que nadie por proporcionarnos una vida feliz y llena de significado. Si obtenemos su aprobación, lograremos ver cómo repara los estragos que ha sufrido la humanidad. De manera directa y personal, Jehová nos mostrará que es el “remunerador de los que le buscan solícitamente” (Heb. 11:6).
“Tu pueblo se ofrecerá de buena gana”
8 Jehová nunca obliga a nadie a servirle. Permite que cada persona haga uso de su libre albedrío. Y concede su aprobación a quien toma la sabia decisión de servirle. En tiempos de Isaías planteó esta pregunta: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”. Como vemos, reconoció el derecho del profeta a tomar su propia decisión y respetó su dignidad. Sin duda, Isaías se sintió muy satisfecho de poder responderle: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí” (Isa. 6:8).
9 Cada uno de nosotros es libre de rendir culto a Dios o de negarse a hacerlo. Jehová quiere que lo adoremos por voluntad propia (léase Josué 24:15). Nunca aprobará nuestro servicio si lo realizamos de mala gana o simplemente para complacer a otras personas (Col. 3:22). Tampoco lo aceptará si se lo ofrecemos “con titubeo”, es decir, si actuamos con indecisión al dejar que algunas actividades cristianas sufran por culpa de los intereses mundanos (Éxo. 22:29). Él sabe que cuando le servimos con toda el alma, los primeros beneficiados somos nosotros. Esta es la razón por la que Moisés exhortó a los israelitas a elegir la vida. ¿De qué modo harían esa elección? “Amando a Jehová [...], escuchando su voz y adhiriéndo[se] a él.” (Deu. 30:19, 20.)
10 En la antigüedad, el rey David cantó a Jehová: “Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar. En los esplendores de la santidad, desde la matriz del alba, tienes tu compañía de hombres jóvenes justamente como gotas de rocío” (Sal. 110:3). Hoy, mucha gente solo se preocupa por el dinero y las diversiones. Sin embargo, quienes aman a Jehová comprenden que el servicio sagrado siempre viene primero. Y el celo con el que predican las buenas nuevas deja claro cuáles son sus prioridades. Confían plenamente en que Jehová cubrirá sus necesidades cotidianas (Mat. 6:33, 34).
Sacrificios que Dios aprueba
11 El pacto de la Ley establecía que, para conseguir el favor de Dios, había que hacerle ofrendas que fueran gratas a sus ojos. Así, leemos en Levítico 19:5 que los israelitas debían presentar el “sacrificio de comunión a Jehová” de tal modo que les permitiera “granjearse [su] aprobación”. Y ese mismo libro indica que tenían que ofrecerle el “sacrificio de acción de gracias” de tal forma que pudieran “granjearse [su] aprobación” (Lev. 22:29). Cada vez que los israelitas presentaban sobre el fuego del altar un sacrificio animal digno, el humo que se elevaba era para Jehová como un “olor conducente a descanso” (Lev. 1:9, 13). Dicho de otro modo, aquellas expresiones de amor de sus siervos le producían sosiego y placer (Gén. 8:21, nota). Estos detalles de la Ley nos enseñan un principio aplicable hoy: recibiremos la aprobación de Jehová si le ofrecemos los sacrificios que le agradan. Pero ¿cuáles son estos sacrificios? Centrémonos en dos facetas: nuestras acciones y nuestras palabras.
12 El apóstol Pablo escribió a los cristianos de Roma: “Presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio” (Rom. 12:1). Como vemos, si deseamos recibir el favor divino, debemos mantener nuestro cuerpo en un estado que Jehová acepte. Él lo rechazaría como sacrificio si lo estuviéramos contaminando con el abuso del alcohol o el consumo de tabaco, hojas de coca, nueces de betel u otras drogas (2 Cor. 7:1). También lo consideraría ofensivo si tuviéramos una conducta inmoral, pues “el que practica la fornicación peca contra su propio cuerpo” (1 Cor. 6:18). Ciertamente, es preciso que los hombres y mujeres que desean agradar a Dios sean “santos [...] en toda su conducta” (1 Ped. 1:14-16).
13 Otro sacrificio que Jehová recibe con gusto tiene que ver con la facultad del habla. Así es, las personas que aman a Dios siempre hablan bien de él, dentro y fuera de casa (léase Salmo 34:1-3). Al leer los Salmos 148 a 150, observamos con cuánta frecuencia se nos invita a alabarlo. No hay duda: “la alabanza [a Jehová] es propia”, siempre y cuando venga “de parte de los rectos” (Sal. 33:1). Una excelente manera de glorificar a nuestro Padre celestial es participando en la predicación de las buenas nuevas, obra a la que concedió gran importancia Jesús, nuestro Modelo (Luc. 4:18, 43, 44).
14 Al trabajar con celo en el ministerio, damos prueba de que amamos a Dios y anhelamos su aprobación. Pensemos en la exhortación que dirigió Oseas a los israelitas que habían perdido el favor divino por practicar la religión falsa (Ose. 13:1-3). El profeta los invitó a rogarle a Jehová: “Dígnate perdonar el error; y acepta lo que es bueno, y ciertamente ofreceremos en cambio los toros jóvenes de nuestros labios” (Ose. 14:1, 2).
15 ¿Qué simbolizan “los toros jóvenes de nuestros labios”? Dado que el toro era el animal más valioso que podía sacrificar un israelita, esta expresión se refiere a las palabras sinceras y bien meditadas con las que se alaba al Dios verdadero. ¿Cómo respondía Jehová a quienes le hacían tales dádivas? Él mismo dio la respuesta: “Los amaré de mi propio albedrío” (Ose. 14:4). Como vemos, por su propio deseo y voluntad, Dios brindaba su perdón, su aprobación y su amistad a quienes le hacían dichos sacrificios de alabanza.
16 Los verdaderos siervos de Dios siempre se han distinguido por alabarlo públicamente. Para el salmista era tan importante darle gloria que le dirigió esta súplica: “Por favor, complácete en las ofrendas voluntarias de mi boca, oh Jehová” (Sal. 119:108). ¿Qué puede decirse de la actualidad? Refiriéndose al sinnúmero de adoradores de nuestros tiempos, Isaías predijo: “Las alabanzas de Jehová anunciarán” y “con [la] aprobación [de él] subirán [sus ofrendas] sobre [su] altar” (Isa. 60:6, 7). Hoy, millones de cristianos cumplimos estas palabras al ofrecerle el “sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre” (Heb. 13:15).
17 ¿Qué hay de usted? ¿Está haciendo ofrendas que complacen a Dios? Si no es así, ¿realizará los cambios precisos y comenzará a alabarlo en público predicando las buenas nuevas? Ese sacrificio de alabanza será una muestra de fe, por lo que le resultará “más grato a Jehová que un toro” (léase Salmo 69:30, 31). Tenga la seguridad de que el “olor conducente a descanso” de esa ofrenda llegará hasta su trono, y él le concederá su aprobación (Eze. 20:41). ¡Qué gozo sin par podrá sentir entonces!
“Tú mismo bendecirás al justo”
18 Hoy, muchos llegan a la misma conclusión equivocada que algunos israelitas del tiempo de Malaquías: “¿De qué vale servir a Dios? ¿Qué hemos ganado con obedecer sus mandamientos[?]” (Mal. 3:14, Nueva Traducción Viviente). Cegados por el materialismo, creen que las promesas de Jehová nunca se realizarán y que las leyes divinas se han quedado anticuadas. Piensan que lo único que logran quienes van a predicarles es perder el tiempo y perturbar la paz de los hogares.
19 Esa forma de pensar se remonta en realidad al jardín de Edén. ¿Quién convenció a Eva de que no era suficiente la maravillosa vida que Jehová le había dado? ¿Quién le insinuó que no valía la pena esforzarse por conseguir la aprobación de su Padre celestial? Fue Satanás, el mismo que hoy induce a la gente a creer que no se consigue nada haciendo la voluntad de Dios. Pero Eva y su esposo terminaron comprobando que perder el favor divino implica perder la vida. Y esa es la amarga lección que aprenderán dentro de poco todos los que siguen su mal ejemplo (Gén. 3:1-7, 17-19).
20 Alguien que actuó de manera mucho más sabia que nuestros primeros padres fue la viuda de Sarepta. ¿Qué hizo al escuchar las alentadoras palabras del profeta? Se puso a hornear el poco pan que tenía y le sirvió a él primero. Pero Jehová fue fiel a la promesa que le había hecho mediante Elías, como bien señala el relato: “Continuó comiendo, ella junto con él y con su casa, por días. El jarro grande de harina mismo no se agotó, y el jarro pequeño de aceite mismo no falló, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de Elías” (1 Rey. 17:15, 16).
21 La viuda de Sarepta hizo algo que hoy solo una pequeña parte de los miles de millones de habitantes del planeta están dispuestos a hacer. Cifró su fe en el Dios de la salvación, y él no le falló. Esta y muchas otras narraciones bíblicas nos confirman que Jehová merece toda nuestra confianza (léanse Josué 21:43-45 y 23:14). Y en la actualidad también vemos numerosas pruebas de que él nunca abandona a quienes gozan de su aprobación (Sal. 34:6, 7, 17-19).
22 El día de juicio “sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra” es inminente e inevitable (Luc. 21:34, 35). De poco van a servir los lujos y las riquezas. Nada tendrá más valor que oír al Juez designado por Dios diciéndonos: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes” (Mat. 25:34). Entonces veremos hacerse realidad estas palabras: “Tú mismo bendecirás al justo, oh Jehová; como con un escudo grande, con aprobación lo cercarás” (Sal. 5:12). Sin duda, ahora es el momento de buscar la aprobación de Dios.
[Nota]
Véase La Atalaya del 15 de marzo de 2005, página 13, párrafo 15, y del 1 de agosto de 1997, páginas 20 a 25.
¿Recordamos estos puntos?
• ¿Por qué merece Jehová que lo adoremos de todo corazón?
• ¿Qué sacrificios acepta hoy Jehová?
• ¿Qué son “los toros jóvenes de nuestros labios”, y por qué se los debemos ofrecer a Jehová?
• ¿Por qué tenemos que buscar el favor de Dios?
[Preguntas del estudio]
 1, 2. ¿Qué le pide Elías a la viuda de Sarepta, y qué promesa termina haciéndole?
 3. ¿A qué importante cuestión nos enfrentamos?
 4. ¿Por qué merece Jehová que lo adoremos?
 5. ¿Por qué debería impulsarnos a servir a Dios el amor que él nos demuestra?
 6, 7. a) ¿De qué manera perjudicó Adán a sus descendientes? b) ¿Cómo beneficiará el sacrificio de Cristo a quienes buscan la aprobación de Dios?
 8. Al repasar la experiencia de Isaías, ¿qué aprendemos sobre el servicio a Dios?
 9, 10. a) ¿Con qué actitud debemos servir a Jehová? b) ¿Por qué es la mejor decisión servir a Dios con toda el alma?
11. ¿Qué bendición esperaban obtener los israelitas al hacer sacrificios a Jehová?
12. Si no quieren ofender a Dios, ¿qué prácticas deben evitar quienes le “presenten sus cuerpos como sacrificio”?
13. ¿Por qué es apropiado que alabemos a Jehová?
14, 15. ¿Qué tipo de sacrificios animó a ofrecer Oseas, y cómo los recibía Jehová?
16, 17. ¿Cómo recibe Jehová la alabanza de quienes comienzan a predicar movidos por la fe?
18, 19. a) ¿Qué opinión tiene la mayoría de la gente sobre el valor de servir a Dios? b) ¿Qué implica perder el favor divino?
20, 21. a) ¿Qué hizo la viuda de Sarepta, y cómo le benefició? b) ¿Por qué debemos imitar su ejemplo, y cómo podemos hacerlo?
22. ¿Por qué es urgente buscar la aprobación de Dios ahora mismo?



(Salmo 5:12) 12 Porque tú mismo bendecirás al justo, oh Jehová; como con un escudo grande, con aprobación lo cercarás.
(1 Reyes 17:8-12) 8 La palabra de Jehová ahora le vino, diciendo: 9 “Levántate, ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y tienes que morar allí. ¡Mira! Ciertamente daré orden allí a una mujer, una viuda, para que te suministre alimento”. 10 Por lo tanto, él se levantó y se fue a Sarepta, y entró por la entrada de la ciudad; y, ¡mire!, allí estaba una mujer, una viuda, recogiendo pedazos de leña. De modo que la llamó y dijo: “Por favor, consígueme un sorbo de agua en una vasija para beber”. 11 Cuando ella empezó a ir para conseguirlo, él pasó a llamarla y a decir: “Por favor, consígueme un pedacito de pan en tu mano”. 12 Por lo cual ella dijo: “Tan ciertamente como que vive Jehová tu Dios, no tengo torta redonda, sino un puñado de harina en el jarro grande y un poco de aceite en el jarro pequeño; y aquí estoy recogiendo unos cuantos pedazos de leña, y tengo que entrar y hacer algo para mí y mi hijo, y tendremos que comerlo y morir”.
(1 Reyes 17:13, 14) 13 Entonces le dijo Elías: “No tengas miedo. Entra, haz conforme a tu palabra. Solo que de lo que hay allí, hazme primero una pequeña torta redonda, y tienes que traérmela acá fuera, y para ti y tu hijo puedes hacer algo después. 14 Porque esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘El jarro grande de harina mismo no se agotará, y el jarro pequeño de aceite mismo no fallará hasta el día en que Jehová dé un aguacero sobre la superficie del suelo’”.
(Revelación 4:11) 11 “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”.
(Génesis 1:27) 27 Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó.
(Lucas 3:38) 38 [hijo] de Enós, [hijo] de Set, [hijo] de Adán, [hijo] de Dios.
(Mateo 5:45) 45 para que demuestren ser hijos de su Padre que está en los cielos, ya que él hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos.
(Romanos 5:21) 21 ¿Con qué fin? Para que, así como el pecado reinó con la muerte, así mismo también la bondad inmerecida reinara mediante la justicia con vida eterna en mira mediante Jesucristo nuestro Señor.
(Mateo 20:28) 28 Así como el Hijo del hombre no vino para que se le ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio por muchos”.
(Hebreos 11:6) 6 Además, sin fe es imposible ser[le] de buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente.
(Isaías 6:8) 8 Y empecé a oír la voz de Jehová que decía: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”. Y yo procedí a decir: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”.
(Josué 24:15) 15 Ahora, si es malo a sus ojos servir a Jehová, escójanse hoy a quién quieren servir, si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados que estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra están morando. Pero en cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová”.
(Colosenses 3:22) 22 Esclavos, sean obedientes en todo a los que son [sus] amos en sentido carnal, no con actos de servir al ojo, como quienes procuran agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, con temor de Jehová.
(Éxodo 22:29) 29 ”No debes dar con titubeo la plenitud de tus productos agrícolas ni el desbordamiento de tu lagar. El primogénito de tus hijos me has de dar.
(Deuteronomio 30:19, 20) 19 De veras tomo los cielos y la tierra como testigos contra ustedes hoy, de que he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la invocación de mal; y tienes que escoger la vida a fin de que te mantengas vivo, tú y tu prole, 20 amando a Jehová tu Dios, escuchando su voz y adhiriéndote a él; porque él es tu vida y la longitud de tus días, para que mores sobre el suelo que Jehová juró a tus antepasados Abrahán, Isaac y Jacob que les daría”.
(Salmo 110:3)  3 Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar. En los esplendores de la santidad, desde la matriz del alba, tienes tu compañía de hombres jóvenes justamente como gotas de rocío.
(Mateo 6:33, 34) 33 ”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas. 34 Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad.
(Levítico 19:5) 5 ”’Ahora bien, en caso de que sacrifiquen un sacrificio de comunión a Jehová, deben sacrificarlo para granjearse aprobación.
(Levítico 22:29) 29 ”Y en caso de que ustedes sacrificaran un sacrificio de acción de gracias a Jehová, deben sacrificarlo para granjearse aprobación.
(Levítico 1:9) 9 Y sus intestinos y sus canillas serán lavados con agua; y el sacerdote tiene que hacer humear todo ello sobre el altar como ofrenda quemada, ofrenda hecha por fuego, de olor conducente a descanso a Jehová.
(Levítico 1:13) 13 Y lavará con agua los intestinos y las canillas; y el sacerdote tiene que presentarlo todo y hacerlo humear sobre el altar. Es una ofrenda quemada, una ofrenda hecha por fuego, de olor conducente a descanso a Jehová.
(Génesis 8:21) 21 Y Jehová empezó a oler un olor conducente a descanso, de modo que dijo Jehová en su corazón: “Nunca más invocaré el mal sobre el suelo a causa del hombre, porque la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud; y nunca más asestaré un golpe a toda cosa viviente tal como he hecho.
(Romanos 12:1) 12 Por consiguiente, les suplico por las compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio.
(2 Corintios 7:1) 7 Por lo tanto, dado que tenemos estas promesas, amados, limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
(1 Corintios 6:18) 18 Huyan de la fornicación. Todo otro pecado que el hombre cometa está fuera de su cuerpo, pero el que practica la fornicación peca contra su propio cuerpo.
(1 Pedro 1:14-16) 14 Como hijos obedientes, dejen de amoldarse según los deseos que tuvieron en otro tiempo en su ignorancia, 15 y más bien, de acuerdo con el Santo que los llamó, háganse ustedes mismos santos también en toda [su] conducta, 16 porque está escrito: “Tienen que ser santos, porque yo soy santo”.
(Salmo 34:1-3) 34 Ciertamente bendeciré a Jehová en todo tiempo; constantemente estará su alabanza en mi boca. ב [Behth]  2 En Jehová se jactará mi alma; los mansos oirán y se regocijarán. ג [Guí·mel]  3 Oh, engrandezcan ustedes a Jehová conmigo, y juntos ensalcemos su nombre.
(Salmo 33:1) 33 Clamen gozosamente, oh justos, a causa de Jehová. De parte de los rectos la alabanza es propia.
(Lucas 4:18) 18 “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación,
(Lucas 4:43, 44) 43 Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado”. 44 Por consiguiente, iba predicando en las sinagogas de Judea.
(Oseas 13:1-3) 13 “Al hablar Efraín, hubo temblor; él mismo llevó [peso] en Israel. Pero procedió a hacerse culpable respecto a Baal y morir. 2 Y ahora cometen pecado adicional y se hacen una estatua fundida de su plata, ídolos según su propio entendimiento, obra de artífices, todo ello. A ellos les dicen: ‘Que los sacrificadores que son hombres besen a simples becerros’. 3 Por lo tanto, llegarán a ser como las nubes de la mañana y como el rocío que temprano se va; como el tamo que es arrebatado de la era como por tempestad, y como el humo [que escapa] del hoyo [del techo].
(Oseas 14:1, 2) 14 “Vuelve, sí, oh Israel, a Jehová tu Dios, porque has tropezado en tu error. 2 Tomen con ustedes palabras y vuelvan a Jehová. Díganle todos: ‘Dígnate perdonar el error; y acepta lo que es bueno, y ciertamente ofreceremos en cambio los toros jóvenes de nuestros labios.
(Oseas 14:4) 4 ”Sanaré la infidelidad de ellos. Los amaré de [mi] propio albedrío, porque mi cólera se ha vuelto de él.
(Salmo 119:108) 108 Por favor, complácete en las ofrendas voluntarias de mi boca, oh Jehová, y enséñame tus propias decisiones judiciales.
(Isaías 60:6, 7) 6 La mismísima oleada en masa de camellos te cubrirá, los camellos jóvenes de Madián y de Efá. Todos los de Seba... vendrán. Oro y olíbano traerán. Y las alabanzas de Jehová anunciarán. 7 Todos los rebaños de Quedar... te serán juntados. Los carneros de Nebayot... te ministrarán. Con aprobación subirán sobre mi altar, y yo hermosearé mi propia casa de hermosura.
(Hebreos 13:15) 15 Mediante él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.
(Salmo 69:30, 31) 30 Ciertamente alabaré el nombre de Dios con canción, y lo engrandeceré, sí, con acción de gracias. 31 Esto también le será más grato a Jehová que un toro, que un toro joven que exhibe cuernos, que tiene pezuña partida.
(Ezequiel 20:41) 41 Debido al olor conducente a descanso me complaceré en ustedes, cuando los saque de los pueblos y realmente los junte de las tierras a las cuales han sido esparcidos, y ciertamente seré santificado en ustedes delante de los ojos de las naciones.’
(Malaquías 3:14) 14 “Ustedes han dicho: ‘De ningún valor es servir a Dios. Y ¿qué provecho hay en que hayamos guardado la obligación a él, y que hayamos andado contristados por causa de Jehová de los ejércitos?
(Génesis 3:1-7) 3 Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?”. 2 Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. 3 Pero en cuanto a [comer] del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran’”. 4 Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán. 5 Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. 6 Por consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento, y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también a su esposo cuando [él estuvo] con ella, y él empezó a comerlo. 7 Entonces se les abrieron los ojos a ambos, y empezaron a darse cuenta de que estaban desnudos. Por lo tanto cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas para los lomos.
(Génesis 3:17-19) 17 Y a Adán dijo: “Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato: ‘No debes comer de él’, maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. 18 Y espinos y cardos hará crecer para ti, y tienes que comer la vegetación del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás”.
(1 Reyes 17:15, 16) 15 Por lo tanto, ella se fue e hizo conforme a la palabra de Elías; y continuó comiendo, ella junto con él y con su casa, por días. 16 El jarro grande de harina mismo no se agotó, y el jarro pequeño de aceite mismo no falló, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de Elías.
(Josué 21:43-45) 43 Así que Jehová dio a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus antepasados, y ellos procedieron a tomar posesión de ella y a morar en ella. 44 Además, Jehová les dio descanso todo en derredor, conforme a todo lo que había jurado a sus antepasados, y ni siquiera uno de todos sus enemigos se mantuvo de pie delante de ellos. Todos sus enemigos los dio Jehová en manos de ellos. 45 No falló ni una promesa de toda la buena promesa que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se realizó.
(Josué 23:14) 14 ”Ahora, ¡miren!, hoy me voy por el camino de toda la tierra, y ustedes bien saben con todo su corazón y con toda su alma que ni una sola palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas se han realizado para ustedes. Ni una sola palabra de ellas ha fallado.
(Salmo 34:6, 7)  6 Este afligido llamó, y Jehová mismo oyó. Y de todas sus angustias Él lo salvó. ח [Jehth]  7 El ángel de Jehová está acampando todo en derredor de los que le temen, y los libra.
(Salmo 34:17-19) 17 Clamaron, y Jehová mismo oyó, y de todas sus angustias los libró. ק [Qohf] 18 Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están aplastados en espíritu. ר [Rehsch] 19 Son muchas las calamidades del justo, pero de todas ellas lo libra Jehová.
(Lucas 21:34, 35) 34 ”Mas presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente 35 como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra.
(Mateo 25:34) 34 ”Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.
(Salmo 5:12) 12 Porque tú mismo bendecirás al justo, oh Jehová; como con un escudo grande, con aprobación lo cercarás.
*** w05 15/3 págs. 13-14 párr. 15 No vivamos ya para nosotros mismos ***
15 Muchos cristianos de hoy han imitado el ejemplo de los cuatro pescadores más bien que el del joven gobernante rico. Han sacrificado su bienestar económico y las oportunidades que les ofrecía este mundo a fin de servir a Jehová. “A la edad de 22 años, tuve que tomar una decisión importante —cuenta Deborah—. Hacía unos seis meses que estudiaba la Biblia y quería dedicar mi vida a Jehová, pero mi familia se opuso muchísimo. Como eran multimillonarios, pensaban que el que me hiciera Testigo supondría una deshonra para ellos, así que me dieron veinticuatro horas para que decidiera lo que prefería: una vida lujosa, o la verdad. Si no cortaba todo contacto con los Testigos, me desheredarían. Jehová me ayudó a tomar la decisión correcta y me fortaleció para llevarla a cabo. He dedicado los pasados cuarenta y dos años al servicio de tiempo completo, y no me arrepiento de ello en absoluto. Al dar la espalda a un estilo de vida egoísta y centrado en los placeres, me he librado de la sensación de vacío y la infelicidad que invaden a los miembros de mi familia. Junto con mi esposo, he ayudado a más de un centenar de personas a aprender la verdad. Estos hijos espirituales me son mucho más valiosos que todas las riquezas.” Millones de testigos de Jehová piensan igual. ¿Y usted?

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