jueves, 6 de diciembre de 2012

jueves, 06 de diciembre de 2012



TEXTO DEL DIA

CITA BIBLICA
Descripción Biblia

Referencias BIBLICAS
*** Texto del jueves, 06 de diciembre de 2012 ***
A causa de no conocer la justicia de Dios, pero de procurar establecer la suya propia, no se sujetaron a la justicia de Dios (Rom. 10:3).


(Romanos 10:3)
pues, a causa de no conocer la justicia de Dios,
(Romanos 1:17) 17 porque en ellas se revela la justicia de Dios a causa de fe y hacia fe, así como está escrito: “Mas el justo... por medio de la fe vivirá”.

pero de procurar establecer la suya propia,
(Lucas 16:15) Por consiguiente, él les dijo: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí mismos justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones; porque lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios.
(Lucas 18:9) Pero habló esta ilustración también a algunos que confiaban en sí mismos como justos, y que consideraban como nada a los demás:
(Filipenses 3:9) y ser hallado en unión con él, teniendo, no mi propia justicia, que resulta de la ley, sino la que es mediante fe en Cristo, la justicia que proviene de Dios sobre la base de la fe,

no se sujetaron a la justicia de Dios.
(Mateo 15:6) no debe honrar de ningún modo a su padre’. Y así ustedes han invalidado la palabra de Dios a causa de su tradición.
(Lucas 7:30) Pero los fariseos y los versados en la Ley habían desatendido el consejo de Dios a ellos, pues no habían sido bautizados por él.)
En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo subrayó un peligro que debemos evitar quienes buscamos primero la justicia de Dios. De acuerdo con Pablo, los judíos de su tiempo no alcanzaban a comprender lo que significaba realmente la justicia de Dios debido a que estaban empeñados en establecer su propia justicia, es decir, en demostrar que ellos eran justos. ¿Cómo podríamos caer en esta trampa? Una manera sería comparándonos con nuestros hermanos y viendo el servicio a Dios como una competencia. Esta actitud fácilmente podría llevarnos a confiar demasiado en nuestras propias habilidades y a olvidarnos de lo que realmente importa: la justicia de Jehová (Gál. 6:3, 4).
(Gálatas 6:3, 4)
Porque si alguien piensa que es algo, no siendo nada,
(Romanos 12:3) Pues por la bondad inmerecida que se me ha dado digo a cada uno que está allí entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que sea necesario pensar; sino que piense de tal modo que tenga juicio sano, cada uno según le haya distribuido Dios una medida de fe.
(1 Corintios 8:2) Si alguien piensa que ha adquirido conocimiento de algo, todavía no [lo] sabe exactamente como debe saber[lo].
(2 Corintios 3:5) No que de nosotros mismos estemos adecuadamente capacitados para estimar algo como proveniente de nosotros mismos, sino que el estar nosotros adecuadamente capacitados proviene de Dios,
(2 Corintios 12:11) Me he hecho irrazonable. Ustedes me obligaron a ello, porque debiera haber sido recomendado por ustedes. Pues no resulté ser inferior a [sus] apóstoles superfinos ni en una sola cosa, aunque nada soy.
está engañando su propia mente. 4 Pero que cada uno pruebe lo que su propia obra es,
(1 Corintios 11:28) Primero apruébese el hombre a sí mismo después de escrutinio, y así coma del pan y beba de la copa.
(2 Corintios 13:5) Sigan poniéndose a prueba para ver si están en la fe, sigan dando prueba de lo que ustedes mismos son. ¿O no reconocen que Jesucristo está en unión con ustedes? A no ser que estén desaprobados.
, y entonces tendrá causa para alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona.
(Gálatas 5:26) 26 No nos hagamos egotistas, promoviendo competencias unos con otros, envidiándonos unos a otros.

La motivación correcta para hacer el bien es el amor que le tenemos a Dios. Si tratáramos de demostrar que somos justos por méritos propios, estaríamos negando el amor que decimos tenerle (Luc. 16:15). w10 15/10 2:5, 6
(Lucas 16:15)
Por consiguiente, él les dijo: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí mismos justos delante de los hombres,
(Mateo 6:2) Por eso, cuando andes haciendo dádivas de misericordia, no toques trompeta delante de ti, así como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los glorifiquen. Les digo en verdad: Ellos ya disfrutan de su galardón completo.
(Mateo 23:28) Así ustedes, también, por fuera realmente parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de desafuero.
(Lucas 10:29) Pero, queriendo probar que era justo, el hombre dijo a Jesús: “¿Quién, verdaderamente, es mi prójimo?”.
(Lucas 18:9) Pero habló esta ilustración también a algunos que confiaban en sí mismos como justos, y que consideraban como nada a los demás:
pero Dios conoce sus corazones;
(1 Samuel 16:7) Pero Jehová dijo a Samuel: “No mires su apariencia ni lo alto de su estatura, porque lo he rechazado. Porque no de la manera como el hombre ve [es como Dios ve], porque el simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón”.
(1 Crónicas 28:9) ”Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma deleitosa; porque todos los corazones Jehová los está escudriñando, y toda inclinación de los pensamientos la está discerniendo. Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.
(2 Crónicas 6:30) entonces dígnate oír tú mismo desde los cielos, el lugar de tu morada, y tienes que perdonar y dar a cada uno conforme a todos sus caminos, porque tú conoces su corazón (porque solo tú mismo conoces bien el corazón de los hijos de la humanidad);
(Proverbios 15:11) El Seol y [el lugar de] la destrucción están enfrente de Jehová. ¡Cuánto más los corazones de los hijos de la humanidad!
(Hechos 1:24) Y oraron y dijeron: “Tú, oh Jehová, que conoces los corazones de todos, designa cuál de estos dos hombres has escogido,
porque lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios.
(1 Pedro 5:5) 5 De igual manera, ustedes, hombres de menos edad, estén en sujeción a los hombres de más edad. Pero todos ustedes cíñanse con humildad mental los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.
*** w10 15/10 Sigamos buscando primero “la justicia de Dios” ***

Sigamos buscando primero “la justicia de Dios”

“Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas.” (MAT. 6:33)
“SIGAN, pues, buscando primero el reino.” (Mat. 6:33.) Los testigos de Jehová conocemos muy bien esta exhortación que hizo Jesús en su Sermón del Monte. De hecho, nos esforzamos en todo momento por demostrar nuestro amor y lealtad al Reino. Ahora bien, recordemos que Jesús no terminó allí su exhortación: enseguida nos animó a buscar “la justicia de Dios”. En este artículo veremos qué es la justicia de Dios y qué implica buscarla primero.
2 Los términos originales que se traducen por “justicia” también pueden verterse “rectitud” y “derecho”. La justicia de Dios está basada en sus rectos principios y valores. Como él es el Creador, tiene el derecho de decidir lo que está bien y lo que está mal (Rev. 4:11). Ahora bien, la justicia de Dios no consiste en un frío y rígido conjunto de leyes o en una interminable lista de reglamentos y estatutos. Más bien, es un reflejo de la propia personalidad de Jehová. En efecto, la justicia es una de sus principales cualidades, junto con el amor, la sabiduría y el poder. De modo que la justicia de Dios está íntimamente relacionada con su voluntad y propósito. Implica asimismo lo que él espera de quienes desean servirle.
3 ¿Qué significa buscar primero la justicia de Dios? En pocas palabras, hacer la voluntad de Jehová a fin de obtener su favor. Implica esforzarnos por vivir en armonía con sus normas y valores perfectos en vez de guiarnos por los nuestros (léase Romanos 12:2). Esta manera de vivir está estrechamente ligada a nuestra relación con Dios. De hecho, obedecemos sus leyes por el amor que le tenemos, no por temor al castigo. Ese cariño nos motiva a hacer todo lo posible por complacerlo siguiendo sus pautas, no las nuestras. Estamos convencidos de que eso es lo justo, el mismísimo objetivo para el que fuimos creados. Tal como Jesús, el Rey del Reino de Dios, debemos amar la justicia (Heb. 1:8, 9).
4 ¿Por qué es tan importante buscar la justicia de Jehová? Pues bien, pensemos en la prueba que afrontaron Adán y Eva en el jardín de Edén. Ellos tuvieron que decidir si reconocerían o no el derecho de Jehová a fijar las leyes que los regían (Gén. 2:17; 3:5). Pero eligieron mal y les acarrearon sufrimiento y muerte a todos sus descendientes (Rom. 5:12). Sin embargo, la Palabra de Dios nos da esta garantía: “El que sigue tras la justicia y la bondad amorosa hallará vida, justicia y gloria” (Pro. 21:21). De modo que si buscamos primero la justicia de Dios, tendremos una buena relación con él y podremos obtener la salvación (Rom. 3:23, 24).
El peligro de creerse más justo que los demás
5 En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo subrayó un peligro que debemos evitar quienes buscamos primero la justicia de Dios. Él señaló lo siguiente acerca de los judíos de su tiempo: “Doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto; pues, a causa de no conocer la justicia de Dios, pero de procurar establecer la suya propia, no se sujetaron a la justicia de Dios” (Rom. 10:2, 3). De acuerdo con Pablo, aquellos judíos no alcanzaban a comprender lo que significaba realmente la justicia de Dios debido a que estaban empeñados en establecer su propia justicia, es decir, en demostrar que ellos eran justos.
6 ¿Cómo podríamos caer en esta trampa? Una manera sería comparándonos con nuestros hermanos y viendo el servicio a Dios como una competencia. Esta actitud fácilmente podría llevarnos a confiar demasiado en nuestras propias habilidades y a olvidarnos de lo que realmente importa: la justicia de Jehová (Gál. 6:3, 4). La motivación correcta para hacer el bien es el amor que le tenemos a Dios. Si tratáramos de demostrar que somos justos por méritos propios, estaríamos negando el amor que decimos tenerle (léase Lucas 16:15).
7 En tiempos de Jesús había quienes “confiaban en sí mismos como justos, y [...] consideraban como nada a los demás”. Para ilustrar lo mal que está creerse más justo que las otras personas, dio el siguiente ejemplo: “Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo y el otro recaudador de impuestos. El fariseo se puso de pie y oraba para sí estas cosas: ‘Oh Dios, te doy gracias de que no soy como los demás hombres, dados a extorsión, injustos, adúlteros, ni siquiera como este recaudador de impuestos. Ayuno dos veces a la semana, doy el décimo de todas las cosas que adquiero’. Pero el recaudador de impuestos, estando de pie a la distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos hacia el cielo, sino que se golpeaba el pecho, y decía: ‘Oh Dios, sé benévolo para conmigo, que soy pecador’”. Jesús concluyó su ilustración diciendo: “Este hombre bajó a su casa probado más justo que aquel; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado” (Luc. 18:9-14).
El peligro de ser “justo en demasía”
8 Otro riesgo que corremos se explica en Eclesiastés 7:16: “No te hagas justo en demasía, ni te muestres excesivamente sabio. ¿Por qué debes causarte desolación?”. El escritor de este texto inspirado explica en el versículo 20 por qué debemos evitar esa actitud: “No hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque”. Todo el que se hace “justo en demasía” tiende a fijar sus propias normas de justicia y a juzgar a los demás basándose en ellas. De lo que no se da cuenta es de que en realidad está poniendo sus propias reglas por encima de las normas divinas, por lo que termina convirtiéndose en una persona injusta a la vista de Dios.
9 Quien es “justo en demasía” —o como dicen otras traducciones bíblicas, “demasiado legalista” o “excesivamente justo”— podría llegar a cuestionar la forma de actuar de Jehová. No obstante, dudar de la justicia de sus decisiones equivaldría a pensar que nuestro criterio es mejor que el suyo. Sería como sentar a Dios en el banquillo de los acusados y juzgarlo basándonos en lo que consideramos que es bueno o malo. Pero ¿tenemos nosotros el derecho a establecer las normas de justicia? ¡Por supuesto que no! Eso solo le corresponde a Jehová (Rom. 14:10).
10 Por supuesto, a ninguno de nosotros se nos ocurriría jamás juzgar a Dios. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias podríamos terminar haciéndolo debido a nuestra imperfección. Así podría suceder, por ejemplo, si vemos algo que nos parece injusto o si atravesamos graves dificultades. Hasta el fiel Job cayó en este error. La Biblia dice que era un hombre “sin culpa y recto, [...] temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1). Entonces empezó a sobrevenirle una desgracia tras otra, y afligido por esta aparente injusticia, llegó a considerar “justa su propia alma más bien que a Dios” (Job 32:1, 2). Era necesario que corrigiera su actitud. No nos extrañemos, pues, si llegamos a estar en una situación parecida a la de él y experimentamos sentimientos similares. En ese caso, ¿qué puede ayudarnos a corregir nuestra manera de pensar?
No siempre contamos con toda la información
11 Lo primero que debemos recordar es que no siempre contamos con toda la información. Eso fue lo que le ocurrió a Job. Él no tenía ni idea de que Satanás lo había acusado falsamente ante Dios y los ángeles en dos reuniones celestiales (Job 1:7-12; 2:1-6). No entendía que el culpable de sus sufrimientos era el Diablo. De hecho, ni siquiera sabemos si conocía quién era en realidad esta malévola criatura. Por eso concluyó erróneamente que el causante de sus problemas era Dios. Como vemos, es muy fácil equivocarse cuando no se tienen todos los hechos.
12 Ahora analicemos la parábola de Jesús sobre el dueño de una viña y sus trabajadores (léase Mateo 20:8-16). El dueño les paga el mismo dinero a todos, sea que hayan trabajado todo el día o solo una hora. ¿Qué le parece? ¿Diría que eso fue justo? Si nos pusiéramos en el lugar de los que estuvieron todo el día bajo el sol ardiente, podríamos pensar que merecían un mejor pago, ¿verdad? Visto desde ese ángulo, el dueño parecería un hombre cruel e injusto. Incluso la respuesta que les dio cuando le reclamaron sonaría arbitraria y abusiva. Ahora bien, ¿realmente conocemos todos los detalles de la situación?
13 Veamos esta parábola desde otro ángulo. El dueño del viñedo debió de saber que todos sus empleados tenían familias que mantener. En los días de Jesús, a los trabajadores del campo se les pagaba al acabar la jornada, por lo que contaban con ese dinero para poner el pan en la mesa. Con esto presente, piense en los hombres que solo trabajaron una hora debido a que el dueño del viñedo los encontró al final del día. ¿Hubieran podido alimentar a su familia con tan poca paga? Difícilmente. Pero ellos querían trabajar. De hecho, estuvieron esperando todo el día a que alguien los empleara (Mat. 20:1-7). El problema fue que nadie solicitó sus servicios. En ningún lugar se dice que fueran unos holgazanes, así que no fue su culpa. Ahora imagine que usted es uno de esos hombres y que está allí, esperando todo el día, sabiendo que su familia depende de lo que gane. ¿No se sentiría agradecido de ser contratado, aunque fuera por poco tiempo? ¿Y no le sorprendería que al final del día le dieran suficiente dinero para llevarles de comer a los suyos?
14 Repasemos lo que hizo el dueño de la viña. Él no le pagó menos de lo debido a ninguno de sus jornaleros. Más bien, reconoció que todos tenían derecho a ganarse la vida. Aunque pudo haberse aprovechado del exceso de mano de obra para ofrecerles menos, no lo hizo, sino que les pagó lo que era justo, por lo que todos regresaron a casa con lo suficiente para alimentar a sus familias. Cuando tenemos presentes estos detalles adicionales, es natural que cambie nuestra opinión de él. Nos damos cuenta de que, lejos de tomar una decisión arbitraria y abusiva, actuó con consideración. Esta parábola nos enseña que si no tenemos toda la información, es fácil llegar a una conclusión equivocada. Además, destaca con claridad la superioridad de la justicia divina, la cual no se basa simplemente en criterios legales ni en los méritos de las personas.
Un punto de vista limitado o distorsionado
15 Un segundo factor que hemos de tener en cuenta al toparnos con una situación aparentemente injusta es que nuestro punto de vista es limitado e incluso puede estar distorsionado. ¿Qué puede inducirnos al error? La imperfección, los prejuicios o las diferencias culturales. Los seres humanos estamos limitados, pues no podemos saber qué hay en el corazón de los demás ni cuáles son sus verdaderas intenciones. En cambio, Jehová y Jesús no tienen esas limitaciones (Pro. 24:12; Mat. 9:4; Luc. 5:22).
16 Veamos lo que sucedió cuando David cometió adulterio con Bat-seba (2 Sam. 11:2-5). La Ley mosaica dictaba que ambos fueran ejecutados (Lev. 20:10; Deu. 22:22). Sin embargo, aunque Jehová los castigó severamente, decidió no aplicar su propia ley y les perdonó la vida. ¿Actuó de manera injusta? ¿Violó sus rectas normas por favoritismo hacia David? A algunos lectores de la Biblia les parece que sí.
17 No obstante, debemos tener en cuenta que eran jueces imperfectos y limitados quienes debían aplicar la ley del adulterio. Como eran incapaces de leer el corazón de los acusados, esta ley establecía que tomaran la misma decisión en todos los casos. En cambio, Jehová sí puede ver lo que hay en nuestro interior (Gén. 18:25; 1 Cró. 29:17). Por eso no era necesario que él se ciñera a dicha ley, que estaba destinada a los jueces humanos. Esperar que lo hiciera sería como obligar a alguien con visión perfecta a usar lentes correctivos. Como Jehová podía leer el corazón de David y el de Bat-seba, vio su arrepentimiento sincero y los juzgó con misericordia y amor.
Sigamos buscando la justicia de Dios
18 En conclusión: si nos parece que Jehová ha actuado de forma injusta —sea por algo que leamos en la Biblia o que experimentemos en nuestra vida—, no lo juzguemos según nuestro propio concepto de la justicia. Recordemos que no siempre contamos con toda la información y que nuestro punto de vista es limitado y quizás esté distorsionado. Nunca olvidemos que “la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Sant. 1:19, 20). Así, nunca llegaremos a “enfure[cernos] contra Jehová” (Pro. 19:3).
19 Como Jesús, reconozcamos que solo Jehová tiene el derecho de decidir lo que es justo y bueno (Mar. 10:17, 18). Concentrémonos en adquirir “conocimiento exacto” o “conocimiento real” de sus normas (Rom. 10:2; 2 Tim. 3:7, Biblia del nuevo milenio). Si las aceptamos y vivimos conforme a la voluntad divina, demostraremos que estamos buscando primero “la justicia de Dios” (Mat. 6:33).
[Nota]
Según un especialista, el término griego que se vierte “establecer” también puede transmitir la idea de levantar un monumento. De modo que los judíos estaban, por decirlo así, levantando un monumento para su propia gloria, no para la de Dios.
¿Lo recuerda?
• ¿Por qué es importante buscar la justicia de Jehová?
• ¿De qué dos peligros debemos cuidarnos?
• ¿Qué debemos hacer para buscar primero la justicia de Dios?
[Preguntas del estudio]
 1, 2. ¿Qué es la justicia de Dios, y de qué es un reflejo?
 3. a) ¿Qué significa buscar primero la justicia de Dios? b) ¿Qué nos motiva a respetar las justas normas de Jehová?
 4. ¿Por qué es tan importante buscar la justicia de Dios?
 5. ¿Qué peligro debemos evitar?
 6. ¿Qué actitud debemos evitar, y por qué?
 7. ¿Cómo explicó Jesús que está mal creerse más justo que los demás?
 8, 9. ¿Qué significa ser “justo en demasía”, y a qué nos puede llevar esta actitud?
10. Tal como le sucedió a Job, ¿qué podría llevarnos a juzgar a Dios?
11, 12. a) ¿Qué debemos recordar si creemos que una situación es injusta? b) ¿Por qué podría parecer injusto el dueño de la viña de la parábola de Jesús?
13. ¿Desde qué otro ángulo se puede ver la parábola de los trabajadores de la viña?
14. ¿Qué importante lección aprendemos de la parábola de los trabajadores de la viña?
15. ¿Por qué decimos que nuestro punto de vista sobre la justicia es limitado e incluso podría estar distorsionado?
16, 17. ¿Cuál pudo haber sido la razón por la que Jehová no aplicó su ley del adulterio en el caso de David y Bat-seba?
18, 19. ¿Qué impedirá que juzguemos a Jehová según nuestro concepto de la justicia?

(Mateo 6:33) 33 ”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas. . .
(Mateo 6:33) 33 ”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas.
(Revelación 4:10, 11) . . .: 11 “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”.
(Romanos 12:2) 2 Y cesen de amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.
(Hebreos 1:8, 9) 8 Pero respecto al Hijo: “Dios es tu trono para siempre jamás, y [el] cetro de tu reino es el cetro de rectitud. 9 Amaste la justicia, y odiaste el desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con [el] aceite de alborozo más que a tus socios”.
(Génesis 2:17) 17 Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás”.
(Génesis 3:5) 5 Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”.
(Romanos 5:12) 12 Por eso, así como por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado...
(Proverbios 21:21) 21 El que sigue tras la justicia y la bondad amorosa hallará vida, justicia y gloria.
(Romanos 3:23, 24) 23 Porque todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios, 24 y es como dádiva gratuita que por su bondad inmerecida se les está declarando justos mediante la liberación por el rescate [pagado] por Cristo Jesús.
(Romanos 10:2, 3) 2 Porque les doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto; 3 pues, a causa de no conocer la justicia de Dios, pero de procurar establecer la suya propia, no se sujetaron a la justicia de Dios.
(Gálatas 6:3, 4) 3 Porque si alguien piensa que es algo, no siendo nada, está engañando su propia mente. 4 Pero que cada uno pruebe lo que su propia obra es, y entonces tendrá causa para alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona.
(Lucas 16:15) 15 Por consiguiente, él les dijo: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí mismos justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones; porque lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios.
(Lucas 18:9-14) 9 Pero habló esta ilustración también a algunos que confiaban en sí mismos como justos, y que consideraban como nada a los demás: 10 “Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo y el otro recaudador de impuestos. 11 El fariseo se puso de pie y oraba para sí estas cosas: ‘Oh Dios, te doy gracias de que no soy como los demás hombres, dados a extorsión, injustos, adúlteros, ni siquiera como este recaudador de impuestos. 12 Ayuno dos veces a la semana, doy el décimo de todas las cosas que adquiero’. 13 Pero el recaudador de impuestos, estando de pie a la distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos hacia el cielo, sino que se golpeaba el pecho, y decía: ‘Oh Dios, sé benévolo para conmigo, [que soy] pecador’. 14 Les digo: Este hombre bajó a su casa probado más justo que aquel; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado”.
(Eclesiastés 7:16) 16 No te hagas justo en demasía, ni te muestres excesivamente sabio. ¿Por qué debes causarte desolación?
(Eclesiastés 7:20) 20 Pues no hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque.
(Romanos 14:10) 10 Pero ¿por qué juzgas a tu hermano? ¿O por qué también menosprecias a tu hermano? Pues todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios;
(Job 1:1) 1 Sucedió que en la tierra de Uz hubo un hombre cuyo nombre era Job; y aquel hombre resultó sin culpa y recto, y temeroso de Dios y apartado del mal.
(Job 32:1, 2) 32 De modo que estos tres hombres cesaron de responder a Job, porque él era justo a sus propios ojos. 2 Pero se enardeció la cólera de Elihú hijo de Barakel el buzita de la familia de Ram. Contra Job se encendió su cólera por declarar este justa su propia alma más bien que a Dios.
(Job 1:7-12) 7 Entonces Jehová dijo a Satanás: “¿De dónde vienes?”. Ante esto, Satanás contestó a Jehová y dijo: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. 8 Y Jehová pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”. 9 Ante esto, Satanás contestó a Jehová y dijo: “¿Ha temido Job a Dios por nada? 10 ¿No has puesto tú mismo un seto [protector] alrededor de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor? La obra de sus manos has bendecido, y su ganado mismo se ha extendido en la tierra. 11 Pero, para variar, sírvete alargar la mano, y toca todo lo que tiene, [y ve] si no te maldice en tu misma cara”. 12 Por consiguiente, Jehová dijo a Satanás: “¡Mira! Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que contra él mismo no alargues la mano!”. De manera que Satanás salió de ante la persona de Jehová.
(Job 2:1-6) 2 Después llegó a ser el día en que los hijos del Dios [verdadero] entraban para tomar su puesto delante de Jehová, y Satanás también procedió a entrar allí mismo entre ellos para tomar su puesto delante de Jehová. 2 Entonces Jehová dijo a Satanás: “¿Y tú, de dónde vienes?”. Ante esto, Satanás respondió a Jehová y dijo: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. 3 Y Jehová pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Todavía está reteniendo firmemente su integridad, aunque tú me incitas contra él para que me lo trague sin causa”. 4 Pero Satanás respondió a Jehová y dijo: “Piel en el interés de piel, y todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su alma. 5 Para variar, sírvete alargar la mano, y toca hasta su hueso y su carne, [y ve] si no te maldice en tu misma cara”. 6 Por consiguiente, Jehová dijo a Satanás: “¡Allí está en tu mano! ¡Solo ten cuidado con su alma misma!”. . .
(Mateo 20:8-16) 8 ”Cuando empezó a anochecer, el amo de la viña dijo a su encargado: ‘Llama a los obreros y págales su salario, procediendo desde los últimos hasta los primeros’. 9 Cuando vinieron los hombres de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. 10 Por eso, cuando vinieron los primeros, concluyeron que ellos recibirían más; pero ellos también recibieron pago a razón de un denario. 11 Al recibirlo, se pusieron a murmurar contra el amo de casa 12 y dijeron: ‘¡Estos últimos trabajaron una sola hora; no obstante, los hiciste iguales a nosotros que soportamos el peso del día y el calor ardiente!’. 13 Mas él, respondiendo a uno de ellos, dijo: ‘Amigo, no te hago ningún mal. Conviniste conmigo por un denario, ¿no es verdad? 14 Toma lo tuyo y vete. Quiero dar a este último lo mismo que a ti. 15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con mis propias cosas? ¿O es inicuo tu ojo porque yo soy bueno?’. 16 De esta manera los últimos serán primeros, y los primeros, últimos”.
(Mateo 20:1-7) 20 ”Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, un amo de casa, que salió muy de mañana para contratar obreros para su viña. 2 Cuando hubo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. 3 Saliendo también cerca de la hora tercera, vio a otros que estaban de pie desocupados en la plaza del mercado; 4 y a aquellos dijo: ‘Ustedes también, vayan a la viña, y les daré lo que sea justo’. 5 De modo que ellos se fueron. Él volvió a salir cerca de la hora sexta, y de la nona, e hizo lo mismo. 6 Finalmente, salió cerca de la hora undécima y halló a otros de pie, y les dijo: ‘¿Por qué han estado de pie aquí desocupados todo el día?’. 7 Le dijeron: ‘Porque nadie nos ha contratado’. Les dijo: ‘Ustedes también vayan a la viña’.
(Proverbios 24:12) 12 En caso de que digas: “¡Mira! No sabíamos de esto”, aquel mismo que está avaluando los corazones, ¿no lo discernirá?, y aquel mismo que está observando tu alma, ¿no lo sabrá, y ciertamente pagará al hombre terrestre conforme a su actividad?
(Mateo 9:4) 4 Y Jesús, conociendo los pensamientos de ellos, dijo: “¿Por qué piensan cosas inicuas en sus corazones?
(Lucas 5:22) 22 Pero Jesús, discerniendo lo que razonaban, les dijo en respuesta: “¿Qué razonan en sus corazones?
(2 Samuel 11:2-5) 2 Y al tiempo del atardecer aconteció que David procedió a levantarse de su cama y a pasearse sobre la azotea de la casa del rey; y desde la azotea alcanzó a ver a una mujer que estaba bañándose, y la mujer era de muy buena apariencia. 3 Entonces envió David y preguntó acerca de la mujer, y alguien dijo: “¿No es esta Bat-seba hija de Eliam la esposa de Urías el hitita?”. 4 Después de aquello David envió mensajeros para poder tomarla. De modo que ella entró a donde él, y él se acostó con ella, mientras ella estaba santificándose de su inmundicia. Más tarde ella regresó a su casa. 5 Y la mujer quedó encinta. Por lo tanto ella envió e informó a David y dijo: “Estoy encinta”.
(Levítico 20:10) 10 ”’Ahora bien, un hombre que comete adulterio con la esposa de otro hombre es uno que comete adulterio con la esposa de su semejante. Él debe ser muerto sin falta, el adúltero y también la adúltera.
(Deuteronomio 22:22) 22 ”En caso de que se halle a un hombre acostado con una mujer poseída por un dueño, ambos entonces tienen que morir juntos, el hombre que estaba acostado con la mujer y la mujer. Así tienes que eliminar de Israel lo que es malo.
(Génesis 18:25) 25 ¡Es inconcebible de ti el que vayas a obrar de esta manera para dar muerte al justo con el inicuo, de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti. ¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?”. . .
(1 Crónicas 29:17) 17 Y bien sé yo, oh Dios mío, que tú eres examinador del corazón, y que es en la rectitud en lo que te complaces. Yo, por mi parte, en la probidad de mi corazón he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y ahora he tenido gozo en ver a tu pueblo que se halla aquí ahora hacerte ofrendas voluntariamente.
(Santiago 1:19, 20) 19 Sepan esto, mis amados hermanos. Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
(Proverbios 19:3) 3 La tontedad del hombre terrestre tuerce su camino, y por eso su corazón se enfurece contra Jehová mismo.
(Marcos 10:17, 18) 17 Y al salir él para seguir su camino, cierto hombre vino corriendo y cayó de rodillas delante de él y le hizo una pregunta: “Buen Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar vida eterna?”. 18 Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno solo, Dios.
(Romanos 10:2) 2 Porque les doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto;
(2 Timoteo 3:7) 7 que siempre están aprendiendo y, sin embargo, nunca pueden llegar a un conocimiento exacto de la verdad.
(Mateo 6:33) 33 ”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas.


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