TEXTO DEL DIA
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CITA BIBLICA
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Descripción Biblia
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Referencias BIBLICAS
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*** Texto del jueves,
06 de diciembre de 2012 ***
A causa de no conocer
la justicia de Dios, pero de procurar establecer la suya propia, no se sujetaron
a la justicia de Dios (Rom. 10:3).
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(Romanos 10:3)
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pues, a causa de no conocer la justicia de Dios,
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(Romanos 1:17) 17 porque
en ellas se revela la justicia de Dios a causa de fe y hacia fe, así como
está escrito: “Mas el justo... por medio de la fe vivirá”.
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pero de procurar establecer la suya propia,
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(Lucas 16:15)
Por consiguiente, él les dijo: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí
mismos justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones; porque
lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de
Dios.
(Lucas 18:9)
Pero habló esta ilustración también a algunos que confiaban en sí mismos como
justos, y que consideraban como nada a los demás:
(Filipenses
3:9) y ser hallado en unión con él, teniendo, no mi propia justicia, que
resulta de la ley, sino la que es mediante fe en Cristo, la justicia que
proviene de Dios sobre la base de la fe,
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no se sujetaron a la justicia
de Dios.
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(Mateo 15:6) no debe honrar de ningún modo a su
padre’. Y así ustedes han invalidado la palabra de Dios a causa de su
tradición.
(Lucas 7:30) Pero los fariseos y los versados en la
Ley habían desatendido el consejo de Dios a ellos, pues no habían sido
bautizados por él.)
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En su carta a los
Romanos, el apóstol Pablo subrayó un peligro que debemos evitar quienes
buscamos primero la justicia de Dios. De acuerdo con Pablo, los judíos
de su tiempo no alcanzaban a comprender lo que significaba realmente la
justicia de Dios debido a que estaban empeñados en establecer su propia
justicia, es decir, en demostrar que ellos eran justos. ¿Cómo podríamos caer
en esta trampa? Una manera sería comparándonos con nuestros hermanos y viendo
el servicio a Dios como una competencia. Esta actitud fácilmente podría
llevarnos a confiar demasiado en nuestras propias habilidades y a olvidarnos
de lo que realmente importa: la justicia de Jehová (Gál. 6:3, 4).
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(Gálatas 6:3, 4)
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Porque si alguien piensa
que es algo, no siendo nada,
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(Romanos 12:3)
Pues por la bondad inmerecida que se me ha dado digo a cada uno que está allí
entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que sea necesario pensar;
sino que piense de tal modo que tenga juicio sano, cada uno según le haya
distribuido Dios una medida de fe.
(1 Corintios
8:2) Si alguien piensa que ha adquirido conocimiento de algo, todavía
no [lo] sabe exactamente como debe saber[lo].
(2 Corintios
3:5) No que de nosotros mismos estemos adecuadamente capacitados para
estimar algo como proveniente de nosotros mismos, sino que el estar nosotros
adecuadamente capacitados proviene de Dios,
(2 Corintios
12:11) Me he hecho irrazonable. Ustedes me obligaron a ello, porque
debiera haber sido recomendado por ustedes. Pues no resulté ser inferior a
[sus] apóstoles superfinos ni en una sola cosa, aunque nada soy.
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está engañando su propia
mente. 4 Pero que cada uno pruebe lo que su propia obra es,
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(1 Corintios
11:28) Primero apruébese el hombre a sí mismo después de escrutinio, y
así coma del pan y beba de la copa.
(2 Corintios
13:5) Sigan poniéndose a prueba para ver si están en la fe, sigan
dando prueba de lo que ustedes mismos son. ¿O no reconocen que Jesucristo
está en unión con ustedes? A no ser que estén desaprobados.
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, y entonces tendrá causa
para alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona.
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(Gálatas 5:26)
26 No nos hagamos egotistas, promoviendo competencias
unos con otros, envidiándonos unos a otros.
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La motivación
correcta para hacer el bien es el amor que le tenemos a Dios.
Si tratáramos de demostrar que somos justos por méritos propios,
estaríamos negando el amor que decimos tenerle (Luc. 16:15). w10 15/10 2:5, 6
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(Lucas 16:15)
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Por consiguiente, él les dijo: “Ustedes son aquellos que se declaran a
sí mismos justos delante de
los hombres,
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(Mateo 6:2) Por eso, cuando andes haciendo dádivas
de misericordia, no toques trompeta delante de ti, así como hacen los
hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los
glorifiquen. Les digo en verdad: Ellos ya disfrutan de su galardón completo.
(Mateo 23:28) Así ustedes, también, por fuera
realmente parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de
hipocresía y de desafuero.
(Lucas 10:29) Pero, queriendo probar que era justo,
el hombre dijo a Jesús: “¿Quién, verdaderamente, es mi prójimo?”.
(Lucas 18:9) Pero habló esta ilustración también a
algunos que confiaban en sí mismos como justos, y que consideraban como nada
a los demás:
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pero Dios conoce sus
corazones;
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(1 Samuel 16:7) Pero Jehová dijo a
Samuel: “No mires su apariencia ni lo alto de su estatura, porque lo he
rechazado. Porque no de la manera como el hombre ve [es como Dios ve], porque
el simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en cuanto a Jehová, él ve
lo que es el corazón”.
(1 Crónicas 28:9) ”Y tú, Salomón, hijo
mío, conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma
deleitosa; porque todos los corazones Jehová los está escudriñando, y toda
inclinación de los pensamientos la está discerniendo. Si tú lo buscas, él se
dejará hallar de ti; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.
(2 Crónicas 6:30) entonces dígnate oír
tú mismo desde los cielos, el lugar de tu morada, y tienes que perdonar y dar
a cada uno conforme a todos sus caminos, porque tú conoces su corazón (porque
solo tú mismo conoces bien el corazón de los hijos de la humanidad);
(Proverbios 15:11) El Seol y [el lugar de] la
destrucción están enfrente de Jehová. ¡Cuánto más los corazones de los hijos
de la humanidad!
(Hechos 1:24) Y oraron y dijeron: “Tú, oh Jehová,
que conoces los corazones de todos, designa cuál de estos dos hombres has
escogido,
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porque lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios.
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(1 Pedro 5:5) 5 De
igual manera, ustedes, hombres de menos edad, estén en sujeción a los hombres
de más edad. Pero todos ustedes cíñanse con humildad mental los unos para con
los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a
los humildes.
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*** w10 15/10 Sigamos buscando primero
“la justicia de Dios” ***
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Sigamos buscando primero
“la justicia de Dios”
“Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas
estas otras cosas les serán añadidas.” (MAT. 6:33)
“SIGAN, pues, buscando primero el reino.” (Mat. 6:33.) Los testigos de
Jehová conocemos muy bien esta exhortación que hizo Jesús en su Sermón del
Monte. De hecho, nos esforzamos en todo momento por demostrar nuestro
amor y lealtad al Reino. Ahora bien, recordemos que Jesús no terminó
allí su exhortación: enseguida nos animó a buscar “la justicia de Dios”.
En este artículo veremos qué es la justicia de Dios y qué implica
buscarla primero.
2 Los términos originales que se traducen por
“justicia” también pueden verterse “rectitud” y “derecho”. La justicia
de Dios está basada en sus rectos principios y valores. Como él es el
Creador, tiene el derecho de decidir lo que está bien y lo que está mal (Rev.
4:11). Ahora bien, la justicia de Dios no consiste en un frío y rígido
conjunto de leyes o en una interminable lista de reglamentos y estatutos. Más
bien, es un reflejo de la propia personalidad de Jehová. En efecto, la
justicia es una de sus principales cualidades, junto con el amor, la
sabiduría y el poder. De modo que la justicia de Dios está íntimamente
relacionada con su voluntad y propósito. Implica asimismo lo que él espera de
quienes desean servirle.
3 ¿Qué significa buscar primero la justicia de Dios?
En pocas palabras, hacer la voluntad de Jehová a fin de obtener su
favor. Implica esforzarnos por vivir en armonía con sus normas y valores
perfectos en vez de guiarnos por los nuestros (léase Romanos 12:2).
Esta manera de vivir está estrechamente ligada a nuestra relación con Dios.
De hecho, obedecemos sus leyes por el amor que le tenemos, no por
temor al castigo. Ese cariño nos motiva a hacer todo lo posible por
complacerlo siguiendo sus pautas, no las nuestras. Estamos convencidos de
que eso es lo justo, el mismísimo objetivo para el que fuimos creados. Tal
como Jesús, el Rey del Reino de Dios, debemos amar la justicia (Heb.
1:8, 9).
4 ¿Por qué es tan importante buscar la justicia de
Jehová? Pues bien, pensemos en la prueba que afrontaron Adán y Eva en el
jardín de Edén. Ellos tuvieron que decidir si reconocerían o no el
derecho de Jehová a fijar las leyes que los regían (Gén. 2:17; 3:5). Pero
eligieron mal y les acarrearon sufrimiento y muerte a todos sus descendientes
(Rom. 5:12). Sin embargo, la Palabra de Dios nos da esta garantía: “El que
sigue tras la justicia y la bondad amorosa hallará vida, justicia
y gloria” (Pro. 21:21). De modo que si buscamos primero la
justicia de Dios, tendremos una buena relación con él y podremos obtener la
salvación (Rom. 3:23, 24).
El peligro de creerse más justo
que los demás
5 En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo subrayó
un peligro que debemos evitar quienes buscamos primero la justicia de
Dios. Él señaló lo siguiente acerca de los judíos de su tiempo:
“Doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a
conocimiento exacto; pues, a causa de no conocer la justicia de Dios,
pero de procurar establecer la suya propia,
no se sujetaron a la justicia de Dios” (Rom. 10:2, 3).
De acuerdo con Pablo, aquellos judíos no alcanzaban a comprender lo
que significaba realmente la justicia de Dios debido a que estaban empeñados
en establecer su propia justicia, es decir, en demostrar que ellos eran
justos.
6 ¿Cómo podríamos caer en esta trampa? Una manera
sería comparándonos con nuestros hermanos y viendo el servicio a Dios como
una competencia. Esta actitud fácilmente podría llevarnos a confiar demasiado
en nuestras propias habilidades y a olvidarnos de lo que realmente importa:
la justicia de Jehová (Gál. 6:3, 4). La motivación correcta para
hacer el bien es el amor que le tenemos a Dios. Si tratáramos de
demostrar que somos justos por méritos propios, estaríamos negando el amor
que decimos tenerle (léase Lucas 16:15).
7 En tiempos de Jesús había quienes “confiaban en sí
mismos como justos, y [...] consideraban como nada a los demás”. Para
ilustrar lo mal que está creerse más justo que las otras personas, dio el
siguiente ejemplo: “Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo y
el otro recaudador de impuestos. El fariseo se puso de pie y oraba para
sí estas cosas: ‘Oh Dios, te doy gracias de que no soy como los demás
hombres, dados a extorsión, injustos, adúlteros, ni siquiera como este
recaudador de impuestos. Ayuno dos veces a la semana, doy el décimo de todas
las cosas que adquiero’. Pero el recaudador de impuestos, estando de pie a la
distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos hacia el cielo,
sino que se golpeaba el pecho, y decía: ‘Oh Dios, sé benévolo para conmigo,
que soy pecador’”. Jesús concluyó su ilustración diciendo: “Este hombre bajó
a su casa probado más justo que aquel; porque todo el que se ensalza será
humillado, pero el que se humilla será ensalzado” (Luc. 18:9-14).
El peligro de ser “justo en
demasía”
8 Otro riesgo que corremos se explica en Eclesiastés
7:16: “No te hagas justo en demasía, ni te
muestres excesivamente sabio. ¿Por qué debes causarte desolación?”.
El escritor de este texto inspirado explica en el versículo 20 por qué
debemos evitar esa actitud: “No hay en la tierra hombre justo que siga
haciendo el bien y no peque”. Todo el que se hace “justo en demasía”
tiende a fijar sus propias normas de justicia y a juzgar a los demás
basándose en ellas. De lo que no se da cuenta es de que en realidad
está poniendo sus propias reglas por encima de las normas divinas, por lo que
termina convirtiéndose en una persona injusta a la vista de Dios.
9 Quien es “justo en demasía” —o como dicen otras
traducciones bíblicas, “demasiado legalista” o “excesivamente justo”— podría
llegar a cuestionar la forma de actuar de Jehová. No obstante, dudar de
la justicia de sus decisiones equivaldría a pensar que nuestro criterio es
mejor que el suyo. Sería como sentar a Dios en el banquillo de los acusados y
juzgarlo basándonos en lo que consideramos que es bueno o malo. Pero ¿tenemos
nosotros el derecho a establecer las normas de justicia? ¡Por supuesto que
no! Eso solo le corresponde a Jehová (Rom. 14:10).
10 Por supuesto, a ninguno de nosotros se nos ocurriría
jamás juzgar a Dios. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias podríamos
terminar haciéndolo debido a nuestra imperfección. Así podría suceder, por
ejemplo, si vemos algo que nos parece injusto o si atravesamos graves
dificultades. Hasta el fiel Job cayó en este error. La Biblia dice que
era un hombre “sin culpa y recto, [...] temeroso de Dios y apartado del
mal” (Job 1:1). Entonces empezó a sobrevenirle una desgracia tras otra, y
afligido por esta aparente injusticia, llegó a considerar “justa su propia
alma más bien que a Dios” (Job 32:1, 2). Era necesario que corrigiera su
actitud. No nos extrañemos, pues, si llegamos a estar en una situación
parecida a la de él y experimentamos sentimientos similares. En ese
caso, ¿qué puede ayudarnos a corregir nuestra manera de pensar?
No siempre contamos con toda
la información
11 Lo primero que debemos recordar es que no siempre
contamos con toda la información. Eso fue
lo que le ocurrió a Job. Él no tenía ni idea de que Satanás lo
había acusado falsamente ante Dios y los ángeles en dos reuniones celestiales
(Job 1:7-12; 2:1-6). No entendía que el culpable de sus sufrimientos era
el Diablo. De hecho, ni siquiera sabemos si conocía quién era en
realidad esta malévola criatura. Por eso concluyó erróneamente que el
causante de sus problemas era Dios. Como vemos, es muy fácil equivocarse
cuando no se tienen todos los hechos.
12 Ahora analicemos la parábola de Jesús sobre el
dueño de una viña y sus trabajadores (léase Mateo 20:8-16).
El dueño les paga el mismo dinero a todos, sea que hayan trabajado todo
el día o solo una hora. ¿Qué le parece? ¿Diría que eso fue justo? Si nos
pusiéramos en el lugar de los que estuvieron todo el día bajo el sol
ardiente, podríamos pensar que merecían un mejor pago, ¿verdad? Visto desde
ese ángulo, el dueño parecería un hombre cruel e injusto. Incluso la
respuesta que les dio cuando le reclamaron sonaría arbitraria y abusiva.
Ahora bien, ¿realmente conocemos todos los detalles de la situación?
13 Veamos esta parábola desde otro ángulo. El dueño
del viñedo debió de saber que todos sus empleados tenían familias que
mantener. En los días de Jesús, a los trabajadores del campo se les
pagaba al acabar la jornada, por lo que contaban con ese dinero para poner el
pan en la mesa. Con esto presente, piense en los hombres que solo trabajaron
una hora debido a que el dueño del viñedo los encontró al final del día.
¿Hubieran podido alimentar a su familia con tan poca paga? Difícilmente. Pero
ellos querían trabajar. De hecho, estuvieron esperando todo el día a que
alguien los empleara (Mat. 20:1-7). El problema fue que nadie solicitó
sus servicios. En ningún lugar se dice que fueran unos holgazanes, así
que no fue su culpa. Ahora imagine que usted es uno de esos hombres y
que está allí, esperando todo el día, sabiendo que su familia depende de lo
que gane. ¿No se sentiría agradecido de ser contratado, aunque fuera por
poco tiempo? ¿Y no le sorprendería que al final del día le dieran
suficiente dinero para llevarles de comer a los suyos?
14 Repasemos lo que hizo el dueño de la viña.
Él no le pagó menos de lo debido a ninguno de sus jornaleros. Más bien,
reconoció que todos tenían derecho a ganarse la vida. Aunque pudo haberse
aprovechado del exceso de mano de obra para ofrecerles menos, no lo hizo,
sino que les pagó lo que era justo, por lo que todos regresaron a casa con lo
suficiente para alimentar a sus familias. Cuando tenemos presentes estos
detalles adicionales, es natural que cambie nuestra opinión de él. Nos damos
cuenta de que, lejos de tomar una decisión arbitraria y abusiva, actuó con
consideración. Esta parábola nos enseña que si no tenemos toda la
información, es fácil llegar a una conclusión equivocada. Además,
destaca con claridad la superioridad de la justicia divina, la cual
no se basa simplemente en criterios legales ni en los méritos de
las personas.
Un punto de vista limitado
o distorsionado
15 Un segundo factor que hemos de tener en cuenta al
toparnos con una situación aparentemente injusta es que nuestro punto
de vista es limitado e incluso puede
estar distorsionado. ¿Qué puede inducirnos al error?
La imperfección, los prejuicios o las diferencias culturales. Los seres
humanos estamos limitados, pues no podemos saber qué hay en el corazón
de los demás ni cuáles son sus verdaderas intenciones. En cambio,
Jehová y Jesús no tienen esas limitaciones (Pro. 24:12; Mat. 9:4; Luc.
5:22).
16 Veamos lo que sucedió cuando David cometió
adulterio con Bat-seba (2 Sam. 11:2-5). La Ley mosaica dictaba que
ambos fueran ejecutados (Lev. 20:10; Deu. 22:22). Sin embargo, aunque Jehová
los castigó severamente, decidió no aplicar su propia ley y les perdonó
la vida. ¿Actuó de manera injusta? ¿Violó sus rectas normas por favoritismo
hacia David? A algunos lectores de la Biblia les parece que sí.
17 No obstante, debemos tener en cuenta que eran
jueces imperfectos y limitados quienes debían aplicar la ley del adulterio.
Como eran incapaces de leer el corazón de los acusados, esta ley establecía
que tomaran la misma decisión en todos los casos. En cambio, Jehová sí
puede ver lo que hay en nuestro interior (Gén. 18:25; 1 Cró. 29:17). Por
eso no era necesario que él se ciñera a dicha ley, que estaba destinada
a los jueces humanos. Esperar que lo hiciera sería como obligar a alguien con
visión perfecta a usar lentes correctivos. Como Jehová podía leer el corazón
de David y el de Bat-seba, vio su arrepentimiento sincero y los juzgó con
misericordia y amor.
Sigamos buscando la justicia de
Dios
18 En conclusión: si nos parece que Jehová ha actuado
de forma injusta —sea por algo que leamos en la Biblia o que experimentemos
en nuestra vida—, no lo juzguemos según nuestro propio concepto de la
justicia. Recordemos que no siempre contamos con toda la información y
que nuestro punto de vista es limitado y quizás esté distorsionado. Nunca
olvidemos que “la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Sant.
1:19, 20). Así, nunca llegaremos a “enfure[cernos] contra Jehová” (Pro.
19:3).
19 Como Jesús, reconozcamos que solo Jehová tiene el
derecho de decidir lo que es justo y bueno (Mar. 10:17, 18).
Concentrémonos en adquirir “conocimiento exacto” o “conocimiento real” de sus
normas (Rom. 10:2; 2 Tim. 3:7, Biblia del nuevo milenio).
Si las aceptamos y vivimos conforme a la voluntad divina, demostraremos
que estamos buscando primero “la justicia de Dios” (Mat. 6:33).
[Nota]
Según un especialista, el término griego que se vierte “establecer”
también puede transmitir la idea de levantar un monumento. De modo que
los judíos estaban, por decirlo así, levantando un monumento para su propia
gloria, no para la de Dios.
¿Lo recuerda?
• ¿Por qué es importante buscar la justicia de Jehová?
• ¿De qué dos peligros debemos cuidarnos?
• ¿Qué debemos hacer para buscar primero la justicia de Dios?
[Preguntas del estudio]
1, 2. ¿Qué es la justicia de
Dios, y de qué es un reflejo?
3. a) ¿Qué significa buscar
primero la justicia de Dios? b) ¿Qué nos motiva a respetar las justas normas
de Jehová?
4. ¿Por qué es tan importante
buscar la justicia de Dios?
5. ¿Qué peligro debemos evitar?
6. ¿Qué actitud debemos evitar,
y por qué?
7. ¿Cómo explicó Jesús que está
mal creerse más justo que los demás?
8, 9. ¿Qué significa ser “justo
en demasía”, y a qué nos puede llevar esta actitud?
10. Tal como le sucedió a Job, ¿qué podría llevarnos a juzgar a Dios?
11, 12. a) ¿Qué debemos recordar si creemos que una situación es
injusta? b) ¿Por qué podría parecer injusto el dueño de la viña de la
parábola de Jesús?
13. ¿Desde qué otro ángulo se puede ver la parábola de los
trabajadores de la viña?
14. ¿Qué importante lección aprendemos de la parábola de los
trabajadores de la viña?
15. ¿Por qué decimos que nuestro punto de vista sobre la justicia es
limitado e incluso podría estar distorsionado?
16, 17. ¿Cuál pudo haber sido la razón por la que Jehová no aplicó
su ley del adulterio en el caso de David y Bat-seba?
18, 19. ¿Qué impedirá que juzguemos a Jehová según nuestro concepto de
la justicia?
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(Mateo 6:33) 33 ”Sigan,
pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas
[otras] cosas les serán añadidas. . .
(Mateo 6:33) 33 ”Sigan,
pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas
[otras] cosas les serán añadidas.
(Revelación 4:10, 11) . . .: 11 “Digno
eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el
poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron
y fueron creadas”.
(Romanos 12:2) 2 Y cesen de
amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su
mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y
la perfecta voluntad de Dios.
(Hebreos 1:8, 9) 8 Pero
respecto al Hijo: “Dios es tu trono para siempre jamás, y [el] cetro de
tu reino es el cetro de rectitud. 9 Amaste la
justicia, y odiaste el desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con [el]
aceite de alborozo más que a tus socios”.
(Génesis 2:17) 17 Pero en
cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él,
porque en el día que comas de él, positivamente morirás”.
(Génesis 3:5) 5 Porque Dios
sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y
tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”.
(Romanos 5:12) 12 Por eso, así
como por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte
mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque
todos habían pecado...
(Proverbios 21:21) 21 El que
sigue tras la justicia y la bondad amorosa hallará vida, justicia y gloria.
(Romanos 3:23, 24) 23 Porque
todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios, 24 y
es como dádiva gratuita que por su bondad inmerecida se les está
declarando justos mediante la liberación por el rescate [pagado] por
Cristo Jesús.
(Romanos 10:2, 3) 2 Porque
les doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a
conocimiento exacto; 3 pues, a causa de no conocer la
justicia de Dios, pero de procurar establecer la suya propia, no se sujetaron
a la justicia de Dios.
(Gálatas 6:3, 4) 3 Porque
si alguien piensa que es algo, no siendo nada, está engañando su propia
mente. 4 Pero que cada uno pruebe lo que su propia obra
es, y entonces tendrá causa para alborozarse respecto de sí mismo solo, y no
en comparación con la otra persona.
(Lucas 16:15) 15 Por
consiguiente, él les dijo: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí mismos
justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones; porque lo que
entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios.
(Lucas 18:9-14) 9 Pero habló
esta ilustración también a algunos que confiaban en sí mismos como justos, y
que consideraban como nada a los demás: 10 “Dos
hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo y el otro recaudador de
impuestos. 11 El fariseo se puso de pie y oraba para
sí estas cosas: ‘Oh Dios, te doy gracias de que no soy como los demás
hombres, dados a extorsión, injustos, adúlteros, ni siquiera como este
recaudador de impuestos. 12 Ayuno dos veces a la
semana, doy el décimo de todas las cosas que adquiero’. 13 Pero
el recaudador de impuestos, estando de pie a la distancia, no quería ni
siquiera alzar los ojos hacia el cielo, sino que se golpeaba el pecho, y
decía: ‘Oh Dios, sé benévolo para conmigo, [que soy] pecador’. 14 Les
digo: Este hombre bajó a su casa probado más justo que aquel; porque todo el
que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado”.
(Eclesiastés 7:16) 16 No te hagas
justo en demasía, ni te muestres excesivamente sabio. ¿Por qué debes causarte
desolación?
(Eclesiastés 7:20) 20 Pues no hay
en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque.
(Romanos 14:10) 10 Pero ¿por
qué juzgas a tu hermano? ¿O por qué también menosprecias a tu hermano? Pues
todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios;
(Job 1:1) 1 Sucedió que en la tierra de Uz
hubo un hombre cuyo nombre era Job; y aquel hombre resultó sin culpa y recto,
y temeroso de Dios y apartado del mal.
(Job 32:1, 2) 32 De modo que estos
tres hombres cesaron de responder a Job, porque él era justo a sus propios
ojos. 2 Pero se enardeció la cólera de Elihú hijo de
Barakel el buzita de la familia de Ram. Contra Job se encendió su cólera por
declarar este justa su propia alma más bien que a Dios.
(Job 1:7-12) 7 Entonces
Jehová dijo a Satanás: “¿De dónde vienes?”. Ante esto, Satanás contestó a
Jehová y dijo: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. 8 Y
Jehová pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que
no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de
Dios y apartado del mal?”. 9 Ante esto, Satanás
contestó a Jehová y dijo: “¿Ha temido Job a Dios por nada? 10 ¿No
has puesto tú mismo un seto [protector] alrededor de él y alrededor de su
casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor? La obra de sus
manos has bendecido, y su ganado mismo se ha extendido en la tierra. 11 Pero,
para variar, sírvete alargar la mano, y toca todo lo que tiene, [y ve] si no
te maldice en tu misma cara”. 12 Por consiguiente,
Jehová dijo a Satanás: “¡Mira! Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que
contra él mismo no alargues la mano!”. De manera que Satanás salió de ante la
persona de Jehová.
(Job 2:1-6) 2 Después llegó a ser el día
en que los hijos del Dios [verdadero] entraban para tomar su puesto delante
de Jehová, y Satanás también procedió a entrar allí mismo entre ellos para
tomar su puesto delante de Jehová. 2 Entonces Jehová
dijo a Satanás: “¿Y tú, de dónde vienes?”. Ante esto, Satanás respondió a
Jehová y dijo: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. 3 Y
Jehová pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que
no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de
Dios y apartado del mal? Todavía está reteniendo firmemente su integridad,
aunque tú me incitas contra él para que me lo trague sin causa”. 4 Pero
Satanás respondió a Jehová y dijo: “Piel en el interés de piel, y todo lo que
el hombre tiene lo dará en el interés de su alma. 5 Para
variar, sírvete alargar la mano, y toca hasta su hueso y su carne, [y ve] si
no te maldice en tu misma cara”. 6 Por consiguiente,
Jehová dijo a Satanás: “¡Allí está en tu mano! ¡Solo ten cuidado con su alma
misma!”. . .
(Mateo 20:8-16) 8 ”Cuando
empezó a anochecer, el amo de la viña dijo a su encargado: ‘Llama a los
obreros y págales su salario, procediendo desde los últimos hasta los
primeros’. 9 Cuando vinieron los hombres de la hora
undécima, recibieron cada uno un denario. 10 Por eso,
cuando vinieron los primeros, concluyeron que ellos recibirían más; pero ellos
también recibieron pago a razón de un denario. 11 Al
recibirlo, se pusieron a murmurar contra el amo de casa 12 y
dijeron: ‘¡Estos últimos trabajaron una sola hora; no obstante, los hiciste
iguales a nosotros que soportamos el peso del día y el calor ardiente!’. 13 Mas
él, respondiendo a uno de ellos, dijo: ‘Amigo, no te hago ningún mal.
Conviniste conmigo por un denario, ¿no es verdad? 14 Toma
lo tuyo y vete. Quiero dar a este último lo mismo que a ti. 15 ¿No
me es lícito hacer lo que quiero con mis propias cosas? ¿O es inicuo tu ojo
porque yo soy bueno?’. 16 De esta manera los últimos
serán primeros, y los primeros, últimos”.
(Mateo 20:1-7) 20 ”Porque el reino de los
cielos es semejante a un hombre, un amo de casa, que salió muy de mañana para
contratar obreros para su viña. 2 Cuando hubo
convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. 3 Saliendo
también cerca de la hora tercera, vio a otros que estaban de pie desocupados
en la plaza del mercado; 4 y a aquellos dijo: ‘Ustedes
también, vayan a la viña, y les daré lo que sea justo’. 5 De
modo que ellos se fueron. Él volvió a salir cerca de la hora sexta, y de la
nona, e hizo lo mismo. 6 Finalmente, salió cerca de la
hora undécima y halló a otros de pie, y les dijo: ‘¿Por qué han estado de pie
aquí desocupados todo el día?’. 7 Le dijeron: ‘Porque
nadie nos ha contratado’. Les dijo: ‘Ustedes también vayan a la viña’.
(Proverbios 24:12) 12 En caso de
que digas: “¡Mira! No sabíamos de esto”, aquel mismo que está avaluando los
corazones, ¿no lo discernirá?, y aquel mismo que está observando tu alma, ¿no
lo sabrá, y ciertamente pagará al hombre terrestre conforme a su actividad?
(Mateo 9:4) 4 Y Jesús,
conociendo los pensamientos de ellos, dijo: “¿Por qué piensan cosas inicuas
en sus corazones?
(Lucas 5:22) 22 Pero Jesús,
discerniendo lo que razonaban, les dijo en respuesta: “¿Qué razonan en sus
corazones?
(2 Samuel 11:2-5) 2 Y
al tiempo del atardecer aconteció que David procedió a levantarse de su cama
y a pasearse sobre la azotea de la casa del rey; y desde la azotea alcanzó a
ver a una mujer que estaba bañándose, y la mujer era de muy buena apariencia.
3 Entonces envió David y preguntó acerca de la mujer,
y alguien dijo: “¿No es esta Bat-seba hija de Eliam la esposa de Urías el
hitita?”. 4 Después de aquello David envió mensajeros
para poder tomarla. De modo que ella entró a donde él, y él se acostó con
ella, mientras ella estaba santificándose de su inmundicia. Más tarde ella
regresó a su casa. 5 Y la mujer quedó encinta. Por lo
tanto ella envió e informó a David y dijo: “Estoy encinta”.
(Levítico 20:10) 10 ”’Ahora
bien, un hombre que comete adulterio con la esposa de otro hombre es uno que
comete adulterio con la esposa de su semejante. Él debe ser muerto sin falta,
el adúltero y también la adúltera.
(Deuteronomio 22:22) 22 ”En
caso de que se halle a un hombre acostado con una mujer poseída por un dueño,
ambos entonces tienen que morir juntos, el hombre que estaba acostado con la
mujer y la mujer. Así tienes que eliminar de Israel lo que es malo.
(Génesis 18:25) 25 ¡Es
inconcebible de ti el que vayas a obrar de esta manera para dar muerte al
justo con el inicuo, de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le
ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti. ¿El Juez de toda la tierra no va a hacer
lo que es recto?”. . .
(1 Crónicas 29:17) 17 Y
bien sé yo, oh Dios mío, que tú eres examinador del corazón, y que es en la
rectitud en lo que te complaces. Yo, por mi parte, en la probidad de mi
corazón he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y ahora he tenido gozo
en ver a tu pueblo que se halla aquí ahora hacerte ofrendas voluntariamente.
(Santiago 1:19, 20) 19 Sepan
esto, mis amados hermanos. Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír,
lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira; 20 porque
la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
(Proverbios 19:3) 3 La tontedad
del hombre terrestre tuerce su camino, y por eso su corazón se enfurece
contra Jehová mismo.
(Marcos 10:17, 18) 17 Y
al salir él para seguir su camino, cierto hombre vino corriendo y cayó de
rodillas delante de él y le hizo una pregunta: “Buen Maestro, ¿qué tengo que
hacer para heredar vida eterna?”. 18 Jesús le dijo:
“¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno solo, Dios.
(Romanos 10:2) 2 Porque les
doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento
exacto;
(2 Timoteo 3:7) 7 que
siempre están aprendiendo y, sin embargo, nunca pueden llegar a un
conocimiento exacto de la verdad.
(Mateo 6:33) 33 ”Sigan,
pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas
[otras] cosas les serán añadidas.
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jueves, 6 de diciembre de 2012
jueves, 06 de diciembre de 2012
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