sábado, 22 de diciembre de 2012

sábado, 22 de diciembre de 2012




TEXTO DEL DIA

CITA BIBLICA
Descripción Biblia

Referencias BIBLICAS
*** Texto del sábado, 22 de diciembre de 2012 ***
Sábado 22 de diciembre
La visión es todavía para el tiempo señalado, [...] manténte en expectación de ella; porque sin falta se realizará. No llegará tarde (Hab. 2:3).

► es12 pág. 125 Diciembre
(Habacuc 2:3)
Porque [la] visión es todavía para el tiempo señalado,
(Daniel 8:19) Y pasó a decir: “Mira, te voy a hacer saber lo que ocurrirá en la parte final de la denunciación, porque es para el señalado tiempo de[l] fin.
(Daniel 10:14) Y he venido a hacer que disciernas lo que acaecerá a tu pueblo en la parte final de los días, porque es una visión todavía para los días [venideros]”.
(Hechos 17:26) E hizo de un solo [hombre] toda nación de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra, y decretó los tiempos señalados y los límites fijos de la morada de [los hombres],


y sigue jadeando hasta el fin, y no dirá mentira. Aun si tardara, manténte en expectación de ella; porque sin falta se realizará. No llegará tarde.
(Miqueas 7:7) Pero en cuanto a mí, por Jehová me mantendré vigilante. Ciertamente mostraré una actitud de espera por el Dios de mi salvación. Mi Dios me oirá.
(Santiago 5:7) Ejerzan paciencia, por lo tanto, hermanos, hasta la presencia del Señor. ¡Miren! El labrador sigue esperando el precioso fruto de la tierra, aguardándolo con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la lluvia tardía.
Con estas palabras, el profeta Habacuc ofrece una garantía respecto al fin de este mundo. Preguntémonos: “¿Refleja mi forma de vivir que comprendo la urgencia de los tiempos y que estoy convencido de que el fin es inminente? ¿O muestro con mis decisiones y prioridades que he retrasado el fin en mi mente o que ni siquiera estoy seguro de que llegará?”. Los cristianos ungidos aún no han terminado su labor de vigía espiritual (Jer. 1:17-19).
(Jeremías 1:17-19)
”Y en cuanto a ti, debes ceñirte las caderas,
(1 Reyes 18:46) Y la misma mano de Jehová resultó estar sobre Elías, de modo que él se ciñó las caderas y se fue corriendo delante de Acab todo el camino hasta Jezreel.
(2 Reyes 4:29) Al punto él dijo a Guehazí: “Ciñe tus lomos y toma mi bastón en tu mano y vete. En caso de encontrarte con alguien, no debes saludarlo; y en caso de que alguien te salude, no debes contestarle. Y tienes que colocar mi bastón sobre el rostro del muchacho”.
(2 Reyes 9:1) Y Eliseo el profeta, por su parte, llamó a uno de los hijos de los profetas y entonces le dijo: “Ciñe tus lomos y toma este frasco de aceite en tu mano y ve a Ramot-galaad.
(Job 38:3) Cíñete los lomos, por favor, como hombre físicamente capacitado, y déjame interrogarte, y tú dame informe.
(Lucas 12:37) ¡Felices son aquellos esclavos a quienes el amo al llegar halle vigilando! Verdaderamente les digo: Él se ceñirá y hará que se reclinen a la mesa, y vendrá a su lado y les servirá.
(1 Pedro 1:13) Por lo tanto, fortifiquen su mente para actividad, mantengan completamente su juicio; pongan su esperanza resueltamente en la bondad inmerecida que ha de ser traída a ustedes en la revelación de Jesucristo.
y tienes que levantarte y hablarles todo lo que yo mismo te mande. No te sobrecojas de terror alguno a causa de ellos,
(Josué 1:9) ¿No te he dado orden yo? Sé animoso y fuerte. No sufras sobresalto ni te aterrorices, porque Jehová tu Dios está contigo adondequiera que vayas”.
(Ezequiel 2:6) ”Y tú, oh hijo del hombre, no tengas miedo de ellos; y no tengas miedo de sus palabras, porque hay gente obstinada y cosas que te punzan, y entre escorpiones moras. De sus palabras no tengas miedo, y ante sus rostros no te sobrecojas de terror, porque son casa rebelde.
para que yo no te infunda terror delante de ellos. 18 Pero en cuanto a mí, aquí he hecho de ti hoy una ciudad fortificada y una columna de hierro y muros de cobre
(Jeremías 15:20) 20 “Y yo he hecho que seas para este pueblo un muro fortificado de cobre; y ciertamente pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti. Porque yo estoy contigo, para salvarte y para librarte —es la expresión de Jehová—.
contra todo el país,
(Jeremías 20:11) Pero Jehová estuvo conmigo como un terrible poderoso. Por eso los mismísimos que me persiguen tropezarán y no prevalecerán. Ciertamente quedarán muy avergonzados, porque no habrán prosperado. [Su] humillación, de duración indefinida, será una que no se olvidará.
(Ezequiel 3:8) ¡Mira! He hecho tu rostro exactamente tan duro como los rostros de ellos, y tu frente exactamente tan dura como sus frentes.
(Miqueas 3:8) Y, por otra parte, yo mismo he llegado a estar lleno de poder, con el espíritu de Jehová, y de justicia y poderío, para informar a Jacob su sublevación y a Israel su pecado.
para con los reyes de Judá, para con sus príncipes, para con sus sacerdotes y para con la gente de la tierra.
(Jeremías 26:12) Ante aquello, Jeremías dijo a todos los príncipes y a todo el pueblo: “Fue Jehová quien me envió a profetizar acerca de esta casa y acerca de esta ciudad todas las palabras que ustedes han oído.
(Daniel 9:6) Y no hemos escuchado a tus siervos los profetas, quienes han hablado en tu nombre a nuestros reyes, nuestros príncipes y nuestros antepasados y a toda la gente de la tierra.
19 Y de seguro pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti,
(Salmo 129:2)  2 por bastante tiempo me han mostrado hostilidad desde mi juventud; sin embargo, no han prevalecido contra mí.
porque: ‘Yo estoy contigo
(Génesis 28:15) Y aquí estoy yo contigo y ciertamente te guardaré en todo el camino por el cual estás yendo, y ciertamente te haré volver a este suelo, porque no voy a dejarte hasta que realmente haya hecho lo que te he hablado”.
(Éxodo 3:12) A lo cual él dijo: “Porque yo resultaré estar contigo, y esta es la señal para ti de que soy yo quien te ha enviado: Después que hayas sacado de Egipto al pueblo, ustedes servirán al Dios [verdadero] sobre esta montaña”.
(Josué 1:5) Nadie se plantará con firmeza delante de ti en todos los días de tu vida. Tal como resulté estar con Moisés resultaré estar contigo. No te desampararé ni te dejaré enteramente.
—es la expresión de Jehová— para librarte’”.
(Jeremías 15:20) “Y yo he hecho que seas para este pueblo un muro fortificado de cobre; y ciertamente pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti. Porque yo estoy contigo, para salvarte y para librarte —es la expresión de Jehová—.
(Romanos 8:31) Entonces, ¿qué diremos a estas cosas? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
¡Qué alegría es ver que continúan firmes en su puesto, como “una columna de hierro” o “una ciudad fortificada”! Mantienen sus “lomos ceñidos con la verdad”, es decir, se conservan fuertes mediante la Palabra de Dios a fin de completar su misión (Efe. 6:14). Y con esa misma determinación, la gran muchedumbre los apoya para que logren cumplir su objetivo. w11 15/3 4:16-18
(Efesios 6:14)
Estén firmes, por lo tanto, teniendo los lomos ceñidos
(1 Samuel 25:13) Al instante David dijo a sus hombres: “¡Cíñase cada uno su espada!”. De modo que se ciñeron cada cual su espada, y David también se ciñó su propia espada; y empezaron a subir tras David, como cuatrocientos hombres, mientras doscientos se quedaron junto al bagaje.
(Isaías 11:5) Y la justicia tiene que resultar ser el cinto de sus caderas, y la fidelidad el cinto de sus lomos.
con la verdad,
(Efesios 5:9) 9 porque el fruto de la luz consiste en toda clase de bondad y justicia y verdad.
y teniendo puesta la coraza de la justicia,
(Proverbios 4:23) Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.
(Isaías 59:17) Entonces él se puso la justicia como cota de malla, y el yelmo de la salvación sobre la cabeza. Además, se puso las prendas de vestir de la venganza como vestido y se envolvió de celo como si fuera una vestidura sin mangas.
*** w11 15/3 Mantengámonos despiertos tal como Jeremías ***

Mantengámonos despiertos tal como Jeremías
“[Yo, Jehová,] me mantengo despierto respecto a mi palabra para ponerla por obra.” (JER. 1:12)
EN LAS colinas de Israel y el Líbano, uno de los primeros árboles que florecen después del invierno es el almendro, que comienza a echar sus hermosas flores blancas o rosadas a finales de enero o principios de febrero. De hecho, en hebreo su nombre significa “el que despierta”.
2 Cuando Jehová nombró profeta a Jeremías, se valió de esta característica del almendro para ilustrar un importante hecho. En una visión, le mostró un retoño de este árbol, y luego pasó a explicarle el significado: “Me mantengo despierto respecto a mi palabra para ponerla por obra” (Jer. 1:11, 12). Tal como el almendro “despertaba” temprano, Dios “madrugaba” para enviar profetas a advertir a los judíos que pagarían muy cara su desobediencia (Jer. 7:25). Y no descansaría, sino que seguiría “despierto” hasta que se cumpliera su palabra. En el año 607 antes de nuestra era, justo cuando lo había decretado, ejecutó el castigo contra la nación apóstata de Judá.
3 Hoy, Jehová también está despierto y muy atento a fin de llevar a cabo su propósito. Es imposible que falte a su palabra. Ahora bien, ¿cómo influye en nosotros este hecho? ¿Realmente confiamos en que ahora, en este año 2011, Dios sigue “despierto” y va a cumplir sus promesas? Si nos han surgido dudas y nos estamos adormilando espiritualmente, debemos sacudirnos el sueño ya (Rom. 13:11). Alguien que se mantuvo siempre alerta a fin de cumplir su ministerio fue Jeremías. Si analizamos cómo lo logró y cuál fue su motivación, nos será más fácil perseverar en la obra que Jehová nos ha encargado a nosotros.
Un mensaje urgente
4 Es probable que Jeremías rondara los 25 años cuando recibió su comisión de vigía espiritual (Jer. 1:1, 2). Pero aun así se sentía como un niño, completamente incapaz de dirigirles la palabra a los ancianos de la nación, hombres de gran autoridad y experiencia (Jer. 1:6). Tenía que llevar un estremecedor mensaje de juicio y denuncia a los sacerdotes, a los falsos profetas, a los dirigentes y, en general, a todos los que estaban siguiendo el “proceder popular” y obrando “con una infidelidad duradera” (Jer. 6:13; 8:5, 6). El glorioso templo del rey Salomón, que era el centro de la religión verdadera desde hacía casi cuatrocientos años, sería demolido. Además, Jerusalén y Judá quedarían desoladas, y sus habitantes irían cautivos al destierro. ¡Qué mensaje tan urgente tenía que proclamar el profeta!
5 ¿Y qué puede decirse de nuestro tiempo? En su gran amor por la humanidad, Jehová ha comisionado a los cristianos ungidos para que actúen como un atalaya, o vigía, espiritual y anuncien el juicio que se avecina. Por décadas, este grupo prefigurado por Jeremías ha exhortado a todos a reconocer la urgencia de nuestros días (Jer. 6:17). La Biblia deja bien claro que Jehová, el Señor del Tiempo, no es lento. Aunque su día llegará justo en el momento que él ha establecido, tomará por sorpresa a este mundo (Sof. 3:8; Mar. 13:33; 2 Ped. 3:9, 10).
6 Nunca olvidemos que Jehová está muy despierto y que traerá su glorioso nuevo mundo sin ninguna demora. Los cristianos representados por Jeremías lo saben muy bien, y eso los impulsa a actuar con diligencia. Y lo mismo sucede con sus compañeros con esperanza terrenal, quienes se mantienen alertas y conscientes de que su mensaje es cada día más urgente. Jesús señaló que todos deben tener la oportunidad de decidir si apoyarán al Reino de Dios o no. En este artículo veremos tres cualidades que ayudaron a Jeremías a no dormirse y a efectuar su ministerio, y que permitirán que nosotros hagamos lo mismo.
Amor por las personas
7 ¿Por qué proclamó Jeremías su mensaje a pesar de las adversidades? Porque quería a sus hermanos judíos. Él sabía que muchos estaban sufriendo por culpa de los falsos pastores (Jer. 23:1, 2). Por eso se compadecía y realizaba su labor con mucho cariño. Deseaba que escucharan el mensaje de Dios y siguieran viviendo. De hecho, estaba tan preocupado por ellos que lloró pensando en la calamidad que les esperaba (léanse Jeremías 8:21 y 9:1). Asimismo, a lo largo del libro de Lamentaciones, revela de forma muy gráfica su gran amor e interés por el nombre de Dios y por su pueblo (Lam. 4:6, 9). ¿Cómo reaccionamos nosotros cuando vemos que las personas están “desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor”? ¿Sentimos el deseo de llevarles el consolador mensaje del Reino de Dios? (Mat. 9:36.)
8 En vez de dejarse ayudar, los judíos hicieron sufrir mucho a Jeremías. Sin embargo, él no se amargó ni tomó represalias. Siempre fue paciente y bondadoso con ellos, incluso con el corrupto rey Sedequías. A pesar de que este monarca lo había entregado a quienes deseaban su muerte, el profeta le rogó más tarde que obedeciera la voz de Jehová (Jer. 38:4, 5, 19, 20). ¿Amamos nosotros al prójimo tanto como Jeremías?
Dios infunde valor
9 Cuando Jehová le comunicó su comisión, Jeremías trató de rechazarla con excusas, lo cual demuestra que la valentía y la determinación con que actuó más adelante no le venían de nacimiento. La extraordinaria fortaleza que demostró durante su carrera de profeta se debía a que confiaba plenamente en Dios. Así es, Jehová se mantuvo a su lado “como un terrible poderoso”, brindándole su apoyo y dándole fuerzas para efectuar su ministerio (Jer. 20:11). Su reputación de valentía llegó a tal punto que, siglos después, algunos judíos creyeron que Jesús era Jeremías resucitado al ver la intrepidez con que actuaba (Mat. 16:13, 14).
10 Jehová es el “Rey de las naciones”. Por eso tenía el derecho de enviar a su profeta con un mensaje de juicio contra las naciones y los reinos de su día (Jer. 10:6, 7). Los cristianos ungidos que aún viven en la Tierra también están “sobre las naciones y sobre los reinos” (Jer. 1:10). ¿En qué sentido? El Soberano del universo les ha dado una comisión como la de Jeremías, lo que les permite anunciar a todos los reinos y naciones del mundo que serán destruidos en el momento y del modo que Jehová ha establecido. Realizan esta proclamación con la autoridad que les ha conferido el Dios Altísimo y empleando el lenguaje claro de su Palabra inspirada (Jer. 18:7-10; Rev. 11:18). El “Jeremías” de nuestro tiempo está decidido a no aflojar el ritmo. Este grupo nunca dejará de cumplir su comisión de difundir por toda la Tierra los mensajes condenatorios de Jehová.
11 A veces nos desaniman la indiferencia y la oposición de la gente u otros problemas (2 Cor. 1:8). Pero, como Jeremías, no nos rendimos. Más bien, “cobramos denuedo” al apoyarnos constantemente en Jehová mediante la oración (1 Tes. 2:2). Es necesario que nos mantengamos despiertos a fin de cumplir la labor que nos ha asignado nuestro Padre. Debemos tomar la firme resolución de anunciar sin descanso que, en cumplimiento del modelo profético, la cristiandad será destruida como lo fue la Jerusalén apóstata. Los cristianos ungidos están decididos a seguir proclamando no solo “el año de la buena voluntad de parte de Jehová”, sino también “el día de la venganza de parte de nuestro Dios” (Isa. 61:1, 2; 2 Cor. 6:2).
“El regocijo de mi corazón”
12 Para Jeremías, su labor era una fuente de gozo. Por eso le dijo a Jehová: “Fueron halladas tus palabras, y procedí a comerlas; y tu palabra llega a ser para mí el alborozo y el regocijo de mi corazón; porque tu nombre ha sido llamado sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos” (Jer. 15:16). El profeta consideraba un gran honor representar al Dios verdadero y proclamar su palabra. Cabe notar que, cuando prestaba atención a las burlas de la gente, perdía la alegría, pero cuando se concentraba en la hermosura y la importancia de su mensaje, la recuperaba (Jer. 20:8, 9).
13 A fin de seguir predicando con gozo, nosotros también necesitamos nutrirnos con “alimento sólido”, es decir, con las verdades bíblicas más profundas (Heb. 5:14). El estudio concienzudo de la Palabra de Dios fortalece nuestra fe (Col. 2:6, 7). Además, nos ayuda a comprender cuánto le importa a Jehová lo que hacemos. Por eso, si nos cuesta trabajo encontrar tiempo para leer y estudiar la Biblia, hemos de hacer cambios en nuestro horario. Si estudiamos y meditamos, aunque solo sea unos minutos al día, nos sentiremos más cerca de Jehová y “el alborozo y el regocijo” nos llenarán el corazón, tal como sucedió en el caso de Jeremías.
14 Aunque Jeremías proclamó incansablemente las advertencias y los mensajes condenatorios de Jehová, nunca olvidó que también había sido enviado “para edificar y para plantar”, es decir, llevar un mensaje de esperanza y restauración (Jer. 1:10). Y esa labor dio fruto, pues cuando llegó la destrucción de Jerusalén en el año 607 antes de nuestra era, se salvaron algunas personas, tanto judías como de otros pueblos. Por ejemplo, sabemos del caso de los recabitas, Ébed-mélec y Baruc (Jer. 35:19; 39:15-18; 43:5-7). La actitud de estos devotos y leales amigos de Jeremías ilustra muy bien la de los cristianos que tienen la esperanza de vivir en la Tierra. Ellos son los amigos del “Jeremías” de la actualidad. ¡Qué feliz está el resto ungido de poder edificar la fe y la esperanza de la “gran muchedumbre”! (Rev. 7:9.) A su vez, estos leales compañeros de los ungidos tienen la gran satisfacción de ayudar a más personas sinceras a conocer la verdad.
15 Los cristianos comprendemos que la predicación de las buenas nuevas no es solo un servicio a favor del prójimo, sino parte de nuestra adoración a Jehová. Por lo tanto, sea que la gente nos escuche o no, rendirle a Dios servicio sagrado mediante nuestro ministerio nos produce mucha alegría (Sal. 71:23; léase Romanos 1:9).
Mantengámonos despiertos y cumplamos nuestra comisión
16 Algo que nos ayuda a ver con más claridad la urgencia de los días en que vivimos es la profecía de Revelación 17:10. En ella se habla del séptimo rey, es decir, de una potencia mundial doble formada por Gran Bretaña y Estados Unidos, que ya ha venido a la existencia. Además, se señala que “tiene que permanecer un corto tiempo”. A estas alturas, ese “corto tiempo” tiene que estar a punto de terminar. El profeta Habacuc nos asegura que “la visión [acerca del fin de este mundo] es todavía para el tiempo señalado”. Y luego añade: “Manténte en expectación de ella; porque sin falta se realizará. No llegará tarde” (Hab. 2:3).
17 Preguntémonos: “¿Refleja mi forma de vivir que comprendo la urgencia de los tiempos y que estoy convencido de que el fin es inminente? ¿O muestro con mis decisiones y prioridades que he retrasado el fin en mi mente o que ni siquiera estoy seguro de que llegará?”.
18 Los cristianos ungidos aún no han terminado su labor de vigía espiritual (léase Jeremías 1:17-19). ¡Qué alegría es ver que continúan firmes en su puesto, como “una columna de hierro” o “una ciudad fortificada”! Mantienen sus “lomos ceñidos con la verdad”, es decir, se conservan fuertes mediante la Palabra de Dios a fin de completar su misión (Efe. 6:14). Y con esa misma determinación, la gran muchedumbre los apoya para que logren cumplir su objetivo.
19 Este no es el momento de aflojar el paso en la obra del Reino, sino de reflexionar en la profunda verdad que se presenta en Jeremías 12:5 (léase). Todos tenemos problemas que ponen a prueba nuestra fe, ¿no es cierto? Hacerles frente es como participar en una carrera en la que los corredores son “hombres de a pie”. Sin embargo, al ir acercándose la “gran tribulación”, se irán agravando los obstáculos (Mat. 24:21). Serán tan duros que, para superarlos, habrá que hacer un gran esfuerzo, como si estuviéramos compitiendo “en una carrera [contra] caballos”. Es obvio que se necesita muchísimo aguante y fortaleza para tratar de seguirle el paso a un caballo. Por eso, en realidad, las pruebas actuales nos están preparando para que podamos resistir las que nos esperan.
20 Al igual que Jeremías, los cristianos podemos tener éxito en nuestro ministerio. El amor, la valentía y el gozo fueron algunas de las cualidades que le dieron fuerzas al profeta para efectuar fielmente su labor durante sesenta y siete años. Y la imagen del hermoso almendro en flor nos recuerda que Jehová está despierto y muy atento a fin de cumplir su palabra. Nosotros también tenemos buenas razones para permanecer alerta. Como Jeremías, podemos lograrlo.
¿Lo recuerda?
• ¿Por qué decimos que el amor ayudó a Jeremías a mantenerse despierto y cumplir su asignación?
• ¿Por qué necesitamos que Jehová nos infunda valor?
• ¿Qué ayudó a Jeremías a conservar el gozo?
• ¿Por qué debemos mantenernos despiertos?
[Preguntas del estudio]
 1, 2. ¿Cómo ilustra el almendro el hecho de que Jehová se mantiene despierto?
 3. ¿Qué actitud mantiene Jehová?
 4. ¿Qué desafíos afrontó Jeremías al cumplir su comisión, y por qué era tan urgente su mensaje?
 5, 6. a) ¿Cómo está empleando hoy día Jehová a los cristianos representados por Jeremías? b) ¿De qué hablaremos en este artículo?
 7. ¿Por qué decimos que el amor impulsó a Jeremías a predicar a pesar de las adversidades?
 8. ¿Cómo sabemos que Jeremías no se dejó amargar por el sufrimiento?
 9. ¿Cómo sabemos que el valor de Jeremías provenía de Dios?
10. ¿En qué sentido está el resto ungido “sobre las naciones y sobre los reinos”?
11. ¿Qué nos ayudará a seguir predicando a pesar de los problemas?
12. a) ¿Cómo sabemos que Jeremías conservó la alegría? b) ¿Qué le ayudaba al profeta a no perder el gozo?
13. ¿Por qué es necesario que nos alimentemos con las verdades profundas de la Biblia para no perder el gozo?
14, 15. a) ¿Qué frutos dio la fiel labor de Jeremías? b) ¿Cómo vemos los cristianos la predicación?
16, 17. ¿Cómo destacan Revelación 17:10 y Habacuc 2:3 la urgencia de los tiempos?
18, 19. ¿Por qué no es este el momento de aflojar el paso?
20. ¿Qué estamos decididos a lograr?

(Jeremías 1:12) 12 Y Jehová pasó a decirme: “Has visto bien, porque me mantengo despierto respecto a mi palabra para ponerla por obra”.
(Jeremías 1:11, 12) 11 Y siguió ocurriéndome la palabra de Jehová, y dijo: “¿Qué estás viendo, Jeremías?”. De modo que dije: “Un retoño de almendro es lo que estoy viendo”. 12 Y Jehová pasó a decirme: “Has visto bien, porque me mantengo despierto respecto a mi palabra para ponerla por obra”.
(Jeremías 7:25) 25 desde el día en que los antepasados de ustedes salieron de la tierra de Egipto hasta el día de hoy; y yo seguí enviando a ustedes todos mis siervos los profetas, madrugando diariamente y enviándo[los]. . .
(Romanos 13:11) 11 [Hagan] esto, también, porque ustedes conocen el tiempo, que ya es hora de que despierten del sueño, porque ahora está más cerca nuestra salvación que cuando nos hicimos creyentes.
(Jeremías 1:1, 2) 1 Las palabras de Jeremías hijo de Hilquías, uno de los sacerdotes que estaban en Anatot, en la tierra de Benjamín; 2 a quien le ocurrió la palabra de Jehová en los días de Josías hijo de Amón, el rey de Judá, en el año decimotercero de reinar él.
(Jeremías 1:6) 6 Pero yo dije: “¡Ay, oh Señor Soberano Jehová! Mira que realmente no sé hablar, pues solo soy un muchacho”.
(Jeremías 6:13) 13 “Porque desde el menor de ellos aun hasta el mayor de ellos, cada uno está sacando para sí ganancia injusta; y desde el profeta aun hasta el sacerdote, cada uno está obrando falsamente.
(Jeremías 8:5, 6) 5 ¿Por qué es infiel este pueblo, Jerusalén, con una infidelidad duradera? Se han asido de la artimaña; han rehusado volverse. 6 He prestado atención, y me quedé escuchando. No era recta la manera como seguían hablando. No había hombre alguno que se arrepintiera de su maldad, y dijera: ‘¿Qué he hecho?’. Cada uno está volviéndose al proceder popular, como caballo que va lanzándose con ímpetu a la batalla.
(Jeremías 6:17) 17 “Y levanté sobre ustedes atalayas: ‘¡Presten atención al sonido del cuerno!’.” Pero ellos siguieron diciendo: “No vamos a prestar atención”.
(Sofonías 3:8) 8 ”‘Por lo tanto, manténganse en expectación de mí —es la expresión de Jehová— hasta el día en que me levante a[l] botín, porque mi decisión judicial es reunir naciones, para que yo junte reinos, a fin de derramar sobre ellos mi denunciación, toda mi cólera ardiente; porque por el fuego de mi celo toda la tierra será devorada.
(Marcos 13:33) 33 Sigan mirando, manténganse despiertos, porque no saben cuándo es el tiempo señalado.
(2 Pedro 3:9, 10) 9 Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento. 10 Sin embargo, el día de Jehová vendrá como ladrón, y en este los cielos pasarán con un ruido de silbido, pero los elementos, estando intensamente calientes, serán disueltos, y la tierra y las obras [que hay] en ella serán descubiertas.
(Jeremías 23:1, 2) 23 “¡Ay de los pastores que están destruyendo y esparciendo las ovejas de mi apacentamiento!”, es la expresión de Jehová. 2 Por lo tanto, esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel contra los pastores que están pastoreando a mi pueblo: “Ustedes mismos han esparcido mis ovejas; y siguieron dispersándolas, y no han dirigido su atención a ellas”. “Aquí voy a dirigir mi atención a ustedes por la maldad de sus tratos”, es la expresión de Jehová.
(Jeremías 8:21) 21 Por el quebranto de la hija de mi pueblo he quedado desbaratado. Me he entristecido. Pasmo absoluto se ha apoderado de mí.
(Jeremías 9:1) 9 ¡Oh, que mi cabeza fuera aguas, y que mis ojos fueran fuente de lágrimas! Entonces podría llorar día y noche por aquellos de la hija de mi pueblo que fueron muertos.
(Lamentaciones 4:6)  6 El [castigo por el] error de la hija de mi pueblo también llega a ser mayor que el [castigo por el] pecado de Sodoma, la cual fue derribada como en un momento, y a la cual ninguna mano se dirigió [con ayuda].
(Lamentaciones 4:9)  9 Mejores han resultado ser los muertos a espada que los muertos por el hambre, porque estos languidecen, traspasados por falta del producto del campo abierto.
(Mateo 9:36) 36 Al ver las muchedumbres, se compadeció de ellas, porque estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor.
(Jeremías 38:4, 5) 4 Y los príncipes empezaron a decir al rey: “Désele muerte, por favor, a este hombre, porque así es como está debilitando las manos de los hombres de guerra que quedan en esta ciudad y las manos de toda la gente, hablándoles conforme a estas palabras. Porque este hombre no es uno que busque la paz de este pueblo, sino calamidad”. 5 De modo que el rey Sedequías dijo: “¡Miren! Está en la mano de ustedes. Porque no hay absolutamente nada en que el rey mismo pueda prevalecer contra ustedes”.
(Jeremías 38:19, 20) 19 Entonces el rey Sedequías dijo a Jeremías: “Me tienen aterrado los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me den en mano de ellos y estos realmente me traten abusivamente”. 20 Pero Jeremías dijo: “No harán tal dar. Obedece, por favor, la voz de Jehová en lo que te estoy hablando, y te irá bien, y tu alma continuará viviendo. . .
(Jeremías 20:11) 11 Pero Jehová estuvo conmigo como un terrible poderoso. Por eso los mismísimos que me persiguen tropezarán y no prevalecerán. Ciertamente quedarán muy avergonzados, porque no habrán prosperado. [Su] humillación, de duración indefinida, será una que no se olvidará.
(Mateo 16:13, 14) 13 Ahora bien, cuando hubo llegado a las partes de Cesarea de Filipo, Jesús se puso a preguntar a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?”. 14 Ellos dijeron: “Algunos dicen Juan el Bautista; otros, Elías; otros más, Jeremías o uno de los profetas”.
(Jeremías 10:6, 7) 6 De ninguna manera hay alguien semejante a ti, oh Jehová. Tú eres grande, y tu nombre es grande en poderío. 7 ¿Quién no debería temerte, oh Rey de las naciones?, porque eso es propio [respecto] a ti; porque entre todos los sabios de las naciones y entre todas sus gobernaciones reales no hay absolutamente nadie semejante a ti. . .
(Jeremías 1:10) 10 Ve, te he comisionado este día para estar sobre las naciones y sobre los reinos, para desarraigar y para demoler y para destruir y para derruir, para edificar y para plantar”.
(Jeremías 18:7-10) 7 En cualquier momento que yo hable contra una nación y contra un reino para desarraigar[la] y para demoler[la] y para destruir[la], 8 y esa nación realmente se vuelva de su maldad contra la cual haya hablado, yo también ciertamente sentiré pesar por la calamidad que haya pensado ejecutar en ella. 9 Pero en cualquier momento que yo hable respecto de una nación y respecto de un reino para edificar[la] y para plantar[la], 10 y esta realmente haga lo que es malo a mis ojos al no obedecer mi voz, yo también ciertamente sentiré pesar por el bien que yo [me] hubiera dicho que haría para su bien’.
(Revelación 11:18) 18 Pero las naciones se airaron, y vino tu propia ira, y el tiempo señalado para que los muertos sean juzgados, y para dar [su] galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra”.
(2 Corintios 1:8) 8 Porque no deseamos que estén en ignorancia, hermanos, acerca de la tribulación que nos sucedió en el [distrito de] Asia, que estuvimos bajo extremada presión más allá de nuestras fuerzas, de modo que nos sentimos muy inseguros hasta de nuestra vida.
(1 Tesalonicenses 2:2) 2 sino que, después de primero haber sufrido y de haber sido tratados insolentemente (como ustedes lo saben) en Filipos, cobramos denuedo por medio de nuestro Dios para hablarles las buenas nuevas de Dios con mucho luchar.
(Isaías 61:1, 2) 61 El espíritu del Señor Soberano Jehová está sobre mí, por razón de que Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los [que han sido] llevados cautivos y la apertura ancha [de los ojos] aun a los prisioneros; 2 para proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová, y el día de la venganza de parte de nuestro Dios; para consolar a todos los que están de duelo;
(2 Corintios 6:2) 2 Porque él dice: “En un tiempo acepto te oí, y en día de salvación te ayudé”. ¡Miren! Ahora es el tiempo especialmente acepto. ¡Miren! Ahora es el día de salvación.
(Jeremías 15:16) 16 Fueron halladas tus palabras, y procedí a comerlas; y tu palabra llega a ser para mí el alborozo y el regocijo de mi corazón; porque tu nombre ha sido llamado sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
(Jeremías 20:8, 9) 8 Porque cuantas veces grito, clamo. Violencia y expoliación son lo que clamo. Porque la palabra de Jehová vino a ser para mí causa de oprobio y de mofa todo el día. 9 Y dije: “No voy a hacer mención de él, y no hablaré más en su nombre”. Y en mi corazón resultó ser como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos; y me cansé de contener, y no pude [aguantarlo].
(Hebreos 5:14) 14 Pero el alimento sólido pertenece a personas maduras, a los que mediante el uso tienen sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto.
(Colosenses 2:6, 7) 6 Por lo tanto, como han aceptado a Cristo Jesús el Señor, sigan andando en unión con él, 7 arraigados y siendo edificados en él y siendo estabilizados en la fe, así como se les enseñó, rebosando de [fe] en acción de gracias.
(Jeremías 1:10) 10 Ve, te he comisionado este día para estar sobre las naciones y sobre los reinos, para desarraigar y para demoler y para destruir y para derruir, para edificar y para plantar”.
(Jeremías 35:19) 19 por lo tanto esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: “No será cortado de Jonadab hijo de Recab un hombre que siempre esté de pie delante de mí”’”.
(Jeremías 39:15-18) 15 Y a Jeremías le ocurrió la palabra de Jehová mientras se hallaba encerrado en el Patio de la Guardia, diciendo: 16 “Ve, y tienes que decir a Ébed-mélec el etíope: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: “Mira, voy a realizar mis palabras sobre esta ciudad para calamidad y no para bien, y ciertamente sucederán delante de ti en aquel día”’. 17 ”‘Y de veras te libraré en aquel día —es la expresión de Jehová—, y no serás dado en la mano de los hombres de quienes tú mismo estás asustado.’ 18 ”‘Porque sin falta te suministraré un escape, y no caerás a espada; y ciertamente llegarás a tener tu alma como despojo, porque has confiado en mí’, es la expresión de Jehová”.
(Jeremías 43:5-7) 5 De manera que Johanán hijo de Qaréah y todos los jefes de las fuerzas militares tomaron a todo el resto de Judá que había regresado de todas las naciones a las cuales habían sido dispersados, para residir por algún tiempo en la tierra de Judá, 6 aun a los hombres físicamente capacitados y las esposas y los niñitos y las hijas del rey y toda alma que Nebuzaradán el jefe de la guardia de corps había dejado que se quedaran con Guedalías hijo de Ahiqam hijo de Safán, y a Jeremías el profeta y a Baruc hijo de Nerías. 7 Y por fin entraron en la tierra de Egipto, pues no obedecieron la voz de Jehová; y gradualmente llegaron hasta Tahpanhés.
(Revelación 7:9) 9 Después de estas cosas vi, y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos. . .
(Salmo 71:23) 23 Mis labios clamarán gozosamente cuando me sienta inclinado a celebrarte con melodía, aun mi alma que tú has redimido.
(Romanos 1:9) 9 Porque Dios, a quien rindo servicio sagrado con mi espíritu respecto a las buenas nuevas acerca de su Hijo, es mi testigo de cómo sin cesar siempre hago mención de ustedes en mis oraciones,
(Revelación 17:10) 10 Y hay siete reyes: cinco han caído, uno es, el otro todavía no ha llegado, pero cuando sí llegue tiene que permanecer un corto tiempo.
(Habacuc 2:3) 3 Porque [la] visión es todavía para el tiempo señalado, y sigue jadeando hasta el fin, y no dirá mentira. Aun si tardara, manténte en expectación de ella; porque sin falta se realizará. No llegará tarde.
(Jeremías 1:17-19) 17 ”Y en cuanto a ti, debes ceñirte las caderas, y tienes que levantarte y hablarles todo lo que yo mismo te mande. No te sobrecojas de terror alguno a causa de ellos, para que yo no te infunda terror delante de ellos. 18 Pero en cuanto a mí, aquí he hecho de ti hoy una ciudad fortificada y una columna de hierro y muros de cobre contra todo el país, para con los reyes de Judá, para con sus príncipes, para con sus sacerdotes y para con la gente de la tierra. 19 Y de seguro pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti, porque: ‘Yo estoy contigo —es la expresión de Jehová— para librarte’”.
(Efesios 6:14) 14 Estén firmes, por lo tanto, teniendo los lomos ceñidos con la verdad, y teniendo puesta la coraza de la justicia,
(Jeremías 12:5) 5 Porque con hombres de a pie has corrido, y te rendían de cansancio, ¿cómo, pues, puedes correr en una carrera con caballos? ¿Y en la tierra de paz estás con confianza? De modo que, ¿cómo actuarás entre los orgullosos [matorrales] a lo largo del Jordán?
(Mateo 24:21) 21 porque entonces habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. . .
(Revelación 17:10) 10 Y hay siete reyes: cinco han caído, uno es, el otro todavía no ha llegado, pero cuando sí llegue tiene que permanecer un corto tiempo.
(Habacuc 2:3) 3 Porque [la] visión es todavía para el tiempo señalado, y sigue jadeando hasta el fin, y no dirá mentira. Aun si tardara, manténte en expectación de ella; porque sin falta se realizará. No llegará tarde.

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