TEXTO DEL DIA
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CITA BIBLICA
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Descripción Biblia
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Referencias BIBLICAS
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*** Texto del Lunes, 10 de Diciembre de 2012 ***
Lunes 10 de diciembre
Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse
(Pro. 22:3).
► es12 pág. 121 Diciembre
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(Proverbios 22:3)
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Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse,
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(Éxodo 9:20)
Cualquiera que temió la palabra de Jehová entre los siervos de Faraón hizo
que sus propios siervos y su ganado huyeran a las casas,
(Proverbios 27:12) El
sagaz que ha visto la calamidad se ha ocultado; los inexpertos que han pasado
adelante han sufrido la pena.
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pero los inexpertos
han pasado adelante y tienen
que sufrir la pena.
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(Proverbios 29:1) 29 Un hombre censurado
repetidas veces, pero que hace dura su cerviz, de repente será quebrado, y
eso sin curación.
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Pensemos en
tentaciones que quizás se nos hayan presentado. Para evitar estos peligros,
lo mejor es meditar de antemano en las consecuencias: un paso en falso podría
dar lugar a otro y llevarnos a cometer un pecado grave (Sant. 1:14, 15).
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(Santiago 1:14, 15)
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Más bien, cada uno es probado al ser provocado y
cautivado por su propio
deseo.
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(Génesis 3:6) Por
consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento, y que a los
ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De
modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también
a su esposo cuando [él estuvo] con ella, y él empezó a comerlo.
(Deuteronomio 32:5) Ellos
han obrado ruinosamente por su propia cuenta; no son hijos de él; el defecto
es de ellos mismos. ¡Generación torcida y aviesa!
(Isaías 44:20) Está
alimentándose de cenizas. Su propio corazón, con el cual se ha jugado, lo ha
descarriado. Y él no libra su alma, ni dice: “¿No hay una falsedad en mi
diestra?”.
(1 Juan 2:16)
porque todo [lo que hay] en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los
ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina del
Padre, sino que se origina del mundo.
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15 Entonces el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el
pecado; a su vez, el pecado,
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(Salmo 7:14) 14 ¡Mira! Hay
quien está preñado de lo que es perjudicial, y ha concebido conturbación, y
de seguro dará a luz falsedad.
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cuando se ha realizado, produce la muerte.
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(Ezequiel 18:4) ¡Miren!
Todas las almas... a mí me pertenecen. Como el alma del padre, así igualmente
el alma del hijo... a mí me pertenecen. El alma que peca... ella misma morirá.
(Romanos 5:21) ¿Con
qué fin? Para que, así como el pecado reinó con la muerte, así mismo también
la bondad inmerecida reinara mediante la justicia con vida eterna en mira
mediante Jesucristo nuestro Señor.
(Romanos 7:11)
Porque el pecado, recibiendo un incentivo mediante el mandamiento, me sedujo,
y mediante él me mató.
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Debemos pensar
también en el dolor que les causaremos a Jehová, a la congregación y a
nuestra familia si actuamos deslealmente. Por el contrario, si respetamos los
principios divinos, disfrutaremos de una conciencia tranquila (Sal. 119:37).
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(Salmo 119:37)
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Haz que mis ojos pasen adelante para que no vean lo que es inútil;
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(Números 15:39) ‘Y
tiene que servirles de orilla con flecos, y ustedes tienen que verla y
recordar todos los mandamientos de Jehová y ponerlos por obra, y no deben andar
siguiendo sus corazones y sus ojos, a los cuales están siguiendo en
ayuntamiento inmoral.
(Proverbios 4:25) En
cuanto a tus ojos, directamente adelante deben mirar, sí, tus propios ojos
radiantes deben mirar con fijeza directamente enfrente de ti.
(Proverbios 23:5) ¿Has
hecho que tus ojos les echen un vistazo, cuando no son nada? Porque sin falta
se hacen para sí alas como las de un águila y vuelan hacia los cielos.
(Mateo 7:17) Así
mismo, todo árbol bueno produce fruto excelente, pero todo árbol podrido
produce fruto inservible;
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consérvame vivo en tu propio camino.
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(Salmo 119:25) Mi
alma ha estado pegada al mismísimo polvo. Consérvame vivo conforme a tu
palabra.
(Isaías 38:21) E
Isaías procedió a decir: “Que tomen una torta de higos secos comprimidos y
[la] froten sobre el divieso, para que él reviva”.
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Siempre que nos
enfrentemos con una situación peligrosa, pidámosle a Dios fuerzas para
resistir. Satanás busca el momento más oportuno para ponernos a prueba y nos
ataca cuando nos ve más débiles. Es vital que nos mantengamos siempre
espiritualmente fuertes. Cuando nos invade el cansancio o el desánimo, es más
necesario que nunca rogarle a Jehová que nos proteja y nos dé su espíritu (2 Cor. 12:8-10). w11 15/1
4:9, 10
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(2 Corintios 12:8-10)
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Tocante a esto, tres veces
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(1 Pedro 5:7) 7 a
la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por
ustedes.
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supliqué al Señor que esta se apartara de mí; 9 y,
con todo, él realmente me dijo: “Mi bondad inmerecida es suficiente
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(Deuteronomio 3:26) 26 Y
Jehová continuó estando furioso contra mí por causa de ustedes y no me escuchó;
antes bien, me dijo Jehová: ‘¡Basta ya! Nunca me vuelvas a hablar de este
asunto.
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para ti; porque [mi] poder está perfeccionándose en la debilidad”.
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(Isaías 40:29) Está
dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla
sin energía dinámica.
(Hebreos 11:34)
detuvieron la fuerza del fuego, escaparon del filo de la espada, de un estado
débil fueron hechos poderosos, se hicieron valientes en guerra, pusieron en
fuga a los ejércitos de extranjeros.
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Por eso muy gustosamente prefiero jactarme respecto de mis debilidades,
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(2 Corintios 11:30) 30 Si
hay que jactarse, me jactaré de las cosas que tienen que ver con mi
debilidad.
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para que el poder del Cristo permanezca como tienda
sobre mí. 10 Por lo tanto me complazco en debilidades,
en insultos, en necesidades, en persecuciones y dificultades, por Cristo.
Porque cuando soy débil,
entonces soy poderoso.
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(Filipenses 4:13) 13 Para todas
las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.
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*** w11 15/1 Poder para superar
las tentaciones y el desánimo ***
Poder para superar
las tentaciones y el desánimo
“Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue
sobre ustedes.” (HECH. 1:8)
JESÚS sabía que sus discípulos no eran capaces de cumplir por sí
solos todo lo que les había mandado. Tomando en cuenta la magnitud de la obra
que les había encargado, la fortaleza de sus enemigos y su propia fragilidad
como seres humanos, era evidente que necesitaban la ayuda de una fuerza
sobrehumana. Por eso, justo antes de ascender al cielo les aseguró: “Recibirán
poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí
tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante
de la tierra” (Hech. 1:8).
2 Esa promesa comenzó a cumplirse en el Pentecostés
del año 33, cuando los seguidores de Jesús recibieron el poder del espíritu
santo, lo cual les permitió llenar Jerusalén con su predicación. ¡Nadie logró
detenerlos! (Hech. 4:20.) Desde entonces, y “hasta la conclusión del sistema
de cosas”, todos los cristianos fieles hemos necesitado imperiosamente el
poder que Dios brinda (Mat. 28:20).
3 Recordemos la promesa que Jesús les hizo a sus
seguidores: “Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue
sobre ustedes”. Ahora bien, no debemos confundir el espíritu con el
poder. El espíritu santo es la fuerza de Dios en acción; es la energía
que Jehová proyecta y ejerce sobre un individuo u objeto a fin de cumplir su
voluntad. El poder, en cambio, se define como la “capacidad para actuar
u obrar y producir determinados efectos” (Diccionario Estudio Salamanca-Octaedro).
Esta capacidad puede permanecer latente en una persona u objeto hasta que se
necesite conseguir cierto resultado. En vista de lo anterior, el espíritu
santo podría asemejarse a la corriente eléctrica que alimenta a una batería
recargable, mientras que el poder es comparable a la energía almacenada en
dicha batería. El poder que Jehová nos otorga a sus siervos mediante el
espíritu santo nos da la capacidad para cumplir con nuestro voto de dedicación
y resistir las influencias nocivas a las que nos enfrentamos (léanse
Miqueas 3:8 y Colosenses
1:29).
4 ¿Cómo manifestamos el poder que hemos recibido mediante
el espíritu santo? ¿De qué maneras podemos actuar y reaccionar gracias a su
influencia? Aunque los cristianos nos esforzamos por servir fielmente a Dios,
afrontamos innumerables dificultades causadas por Satanás, el mundo y nuestra
propia imperfección. Es vital que superemos estos obstáculos, pues solo
así nos mantendremos leales, seremos constantes en el ministerio y
conservaremos la amistad con Jehová. Veamos cómo nos ayuda el espíritu santo
a resistir las tentaciones y hacer frente al cansancio y el desánimo.
Poder para resistir las tentaciones
5 Jesús enseñó a sus discípulos a pedir: “No nos
metas en tentación, sino líbranos del inicuo” (Mat. 6:13). Jehová no les
fallará a sus siervos fieles que le hacen esta súplica. En otra ocasión,
Jesús aseguró que “el Padre en el cielo [dará] espíritu santo a los que le
piden” (Luc. 11:13). ¡Qué tranquilizador es saber que Dios nos promete esa
poderosa fuerza para que podamos actuar con justicia! Claro, eso no quiere
decir que él impedirá que seamos tentados (1 Cor. 10:13). Más bien,
significa que cuando nos vemos frente a la tentación, es el momento de orar
con más fervor (Mat. 26:42).
6 En respuesta a las tentaciones del Diablo, Jesús
citó de las Escrituras. Es obvio que las conocía muy bien. Notemos las
palabras que empleó: “Está escrito”, “Otra vez está escrito” y “¡Vete, Satanás!
Porque está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es
solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”. El amor de Jesús
por Jehová y su Palabra lo impulsó a rechazar las atractivas ofertas del
Tentador (Mat. 4:1-10). Al ver que Jesús no caía en ninguna de sus
trampas, Satanás se marchó.
7 Si Jesús se apoyó en las Escrituras para resistir
las tentaciones del Diablo, ¡cuánto más deberíamos hacerlo nosotros! El primer
paso para rechazar a Satanás y eludir sus trampas es tomar la firme decisión
de conocer las normas de Jehová y seguirlas fielmente. Mucha gente ha
decidido obedecer dichas normas después de estudiar la Biblia y comprender el
valor de la sabiduría y la justicia divinas. Ciertamente, “la palabra de Dios”
ejerce un gran poder, pues es capaz de descubrir los “pensamientos e
intenciones del corazón” (Heb. 4:12). Además, cuanto más leamos las
Escrituras y meditemos en ellas, mejor comprenderemos que Jehová es un Dios
fiel y veraz (Dan. 9:13). En vista del poder de la Biblia, debemos
dedicar tiempo a reflexionar en pasajes que tengan que ver con nuestras
debilidades.
8 Jesús no solo resistió la tentación porque
conocía las Escrituras, sino también porque estaba “lleno de espíritu santo”
(Luc. 4:1). Al igual que él, nosotros podemos ser más fuertes y capaces
si mantenemos una estrecha relación con Jehová. Pero ¿cómo podemos acercarnos
a Dios? Aprovechando al máximo los medios que él ha provisto para llenarnos
con su espíritu, entre ellos, el estudio de la Biblia, la oración y la
congregación (Sant. 4:7, 8). Muchos hermanos reconocen que es muy
beneficioso mantenerse ocupado en las actividades cristianas. Señalan, por
ejemplo, que les ayuda a fijar la mente en pensamientos que edifican la
espiritualidad.
9 Pensemos en tentaciones que quizás se nos hayan
presentado. Si estamos casados, ¿hemos tenido ganas de coquetear con
alguien? O si somos solteros y un no creyente nos ha invitado a salir, ¿nos
ha costado trabajo rechazar la invitación? Si nos hemos topado con imágenes
sucias en la televisión o en Internet, ¿nos hemos sentido tentados a seguir
mirando? Para evitar estos peligros, lo mejor es meditar de antemano en las
consecuencias: un paso en falso podría dar lugar a otro y llevarnos a cometer
un pecado grave (Sant. 1:14, 15). Debemos pensar también en el dolor que
les causaremos a Jehová, a la congregación y a nuestra familia si actuamos
deslealmente. Por el contrario, si respetamos los principios divinos, disfrutaremos
de una conciencia tranquila (léanse Salmo 119:37
y Proverbios 22:3). Siempre que nos
enfrentemos con una situación como las anteriores, pidámosle a Dios fuerzas
para resistir.
10 El relato de las tentaciones que sufrió Jesús
encierra otra lección. Cuando Satanás se le acercó en el desierto, el Hijo de
Dios llevaba cuarenta días sin comer. De seguro, el Diablo vio que era
un “tiempo [muy] conveniente” para ponerlo a prueba (Luc. 4:13). Hoy hace lo
mismo con nosotros: busca el momento más oportuno para ponernos a prueba y
nos ataca cuando percibe que estamos más débiles. Por eso es imprescindible
que nos mantengamos siempre espiritualmente fuertes. Cuando nos invade el
cansancio o el desánimo, es más necesario que nunca rogarle a Jehová que nos
proteja y nos dé su espíritu (2 Cor. 12:8-10).
Poder para vencer el cansancio
y el desánimo
11 Como somos imperfectos, no es raro que nos
invada el desánimo, y más teniendo en cuenta que vivimos en una época muy
problemática, quizás la más angustiosa que haya atravesado la humanidad (2 Tim.
3:1-5). Al ir acercándonos al Armagedón, hay cada vez más problemas,
sean económicos, emocionales o de otro tipo. No es de extrañar que a
muchos les resulte cada día más difícil cuidar de sus familias. La inquietud
es tan agobiante que los deja completamente exhaustos. Si ese es su
caso, ¿qué puede ayudarle a soportar la presión?
12 Recuerde que Jesús nos prometió un ayudante: el espíritu
santo (léase Juan 14:16, 17).
Es la fuerza más poderosa del universo. Con ella, Jehová nos suministra “más
que sobreabundantemente” la fortaleza para vencer cualquier dificultad (Efe.
3:20). El apóstol Pablo indicó que, gracias al espíritu, recibimos “el
poder que es más allá de lo normal”, aun en las ocasiones en que “se nos
oprime de toda manera” (2 Cor. 4:7, 8). Es cierto que Jehová
no promete eliminar las tensiones, pero sí nos garantiza que su espíritu
nos dará las fuerzas necesarias (Fili. 4:13).
13 Veamos el caso de Stephanie, una precursora regular
de 19 años. A los 12 sufrió un derrame y se le detectó un tumor
cerebral. Desde entonces ha sido operada dos veces, ha recibido radioterapia
y ha sufrido otros dos derrames, los cuales la han dejado con la visión muy
reducida y escasa movilidad en el lado izquierdo del cuerpo. Stephanie tiene
que ahorrar energías para las cosas que considera más importantes, como las
reuniones y el ministerio. Sin embargo, percibe las diversas maneras como
Jehová la fortalece para seguir resistiendo. Por ejemplo, las biografías que
aparecen en nuestras publicaciones la consuelan en momentos de desaliento.
Los hermanos la animan enviándole tarjetas y conversando con ella antes y
después de las reuniones. Y algunas personas interesadas en la verdad
han aceptado ir a su casa a tomar clases de la Biblia. Por todo esto,
Stephanie se siente en deuda con Jehová y piensa que Salmo 41:3 —su versículo
favorito— se cumple en su caso.
14 Si estamos agotados o bajo mucha presión, pudiéramos
pensar que nos sentiríamos mejor dedicando menos tiempo al estudio personal y
en familia, al ministerio y a las reuniones. Pero eso es lo peor que podríamos
hacer. ¿Por qué? Porque las actividades cristianas nos permiten recibir espíritu
santo, y por eso siempre nos reconfortan y revitalizan (léase Mateo
11:28, 29). ¿No es verdad que en ocasiones
llegamos agotados a la reunión, pero cuando esta termina nos sentimos con
nuevas energías? ¡Es como si se nos hubieran recargado las pilas
espirituales!
15 Esto no significa que sea fácil llevar la
carga que implica ser discípulo de Cristo. Se requiere un gran esfuerzo
para mantenerse fiel (Mat. 16:24-26; Luc. 13:24). Pero si nos agotamos, Jehová
puede darnos energías mediante su espíritu. El profeta Isaías escribió: “Los
que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con
alas como águilas. Correrán, y no se fatigarán; andarán, y no se
cansarán” (Isa. 40:29-31). Entonces, cabría preguntarse: ¿por qué hay quienes
consideran agotadoras las actividades espirituales?
16 La Biblia anima a todos los siervos de Dios a que “se
aseguren de las cosas más importantes” (Fili. 1:10). Pablo comparó la vida
del cristiano a una carrera de larga distancia y dio este consejo inspirado: “Quitémonos
nosotros también todo peso [...] y corramos con aguante la carrera que
está puesta delante de nosotros” (Heb. 12:1). El punto de esta ilustración
es que debemos evitar las actividades y las cargas innecesarias. Tal vez
estemos tratando de acomodar demasiadas actividades en nuestra ya de por sí
apretada agenda, lo cual puede hacer que nos sintamos cansados y estresados.
En tal caso, haríamos bien en preguntarnos: “¿Cuánto tiempo y energías
dedico al trabajo? ¿Con cuánta frecuencia hago viajes por placer? ¿Cuántas
horas invierto en los deportes y otras diversiones?”. La sensatez y la
modestia nos ayudarán a reconocer nuestras limitaciones y a no cargarnos
de compromisos innecesarios.
17 Otros cristianos quizás estén desanimados porque
han tenido que esperar el fin de este mundo más tiempo del que imaginaban
(Pro. 13:12). ¿Qué puede darles aliento? Estas palabras de Habacuc 2:3: “La
visión es todavía para el tiempo señalado, y sigue jadeando hasta el fin, y
no dirá mentira. Aun si tardara, mantente en expectación de ella; porque
sin falta se realizará. No llegará tarde”. Como vemos, contamos con la
garantía expresa de Jehová de que el fin llegará justo en el momento que él
ha fijado.
18 Sin duda, los siervos fieles de Jehová anhelamos el
día en que el cansancio y el abatimiento queden en el pasado y todo el mundo
goce de “vigor juvenil” (Job 33:25). Aun hoy podemos disfrutar de la
fortaleza interior que nos brinda el espíritu santo si participamos en las
animadoras actividades cristianas (2 Cor. 4:16; Efe. 3:16). No dejemos
que la fatiga nos haga perder las bendiciones eternas que nos aguardan. Todas
nuestras dificultades —sean tentaciones, cansancio o desánimo— terminarán a más
tardar cuando llegue el nuevo mundo. En el siguiente artículo veremos cómo
nos da poder el espíritu santo para resistir la persecución, la presión de
quienes nos rodean y otros problemas.
¿Qué respondería?
• ¿Cómo nos infunde poder la lectura de la Biblia?
• ¿Cómo nos fortalecen la oración y la meditación?
• ¿Cómo podemos reducir las causas de desánimo?
[Preguntas del estudio]
1, 2. ¿Qué ayuda prometió Jesús
a sus discípulos, y por qué la necesitarían?
3. a) ¿En qué se diferencian el
espíritu santo y el poder? b) ¿Cómo nos ayuda el poder que nos proporciona
Jehová?
4. ¿Qué analizaremos en este
artículo, y con qué fin lo haremos?
5. ¿Cómo puede fortalecernos la
oración?
6. ¿Qué utilizó Jesús para
rechazar las ofertas de Satanás?
7. ¿Cómo nos ayuda la Biblia a
resistir las tentaciones?
8. ¿Con qué medios contamos
para obtener el espíritu santo?
9, 10. a) ¿Cuáles son las
tentaciones más comunes donde usted vive? b) ¿Cómo pueden ayudarnos la
meditación y la oración a vencer las tentaciones, sobre todo si nos
encontramos cansados?
11, 12. a) ¿Por qué se sienten desanimadas tantas personas hoy día? b)
¿Qué nos dará las fuerzas para vencer el desaliento?
13. a) ¿Cómo ha recibido Stephanie poder para afrontar sus graves
problemas? b) ¿Conoce usted casos similares?
14. ¿Qué es lo peor que podemos hacer si nos sentimos agobiados, y por
qué?
15. a) ¿Promete Jehová que no tendremos que esforzarnos por
mantenernos fieles? Apoye su respuesta con pasajes bíblicos. b) ¿Qué nos
promete Dios, y qué pregunta surge?
16. ¿Cómo podríamos eliminar algunas causas de agotamiento y desánimo?
17. ¿Por qué se sienten desanimados algunos cristianos, y qué garantía
de Jehová puede darles aliento?
18. a) ¿Qué promesas divinas nos dan aliento? b) ¿Qué veremos en el
siguiente artículo?
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(Hechos 1:8) 8 pero recibirán
poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí
tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más
distante de la tierra”.
(Hechos 1:8) 8 pero recibirán
poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí
tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más
distante de la tierra”.
(Hechos 4:20) 20 Pero en
cuanto a nosotros, no podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y
oído”.
(Mateo 28:20) 20 enseñándoles
a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con
ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”.
(Miqueas 3:8) 8 Y, por otra
parte, yo mismo he llegado a estar lleno de poder, con el espíritu de Jehová,
y de justicia y poderío, para informar a Jacob su sublevación y a Israel su
pecado.
(Colosenses 1:29) 29 Con este
fin, verdaderamente trabajo duro, esforzándome de acuerdo con la operación de
él y que obra en mí con poder.
(Mateo 6:13) 13 Y no nos
metas en tentación, sino líbranos del inicuo’.
(Lucas 11:13) 13 Por lo
tanto, si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡con
cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!”.
(1 Corintios 10:13) 13 Ninguna
tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres. Pero
Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar,
sino que junto con la tentación también dispondrá la salida para que puedan
aguantarla.
(Mateo 26:42) 42 De nuevo,
por segunda vez, se fue y oró, diciendo: “Padre mío, si no es posible que
esta pase sin que la beba, efectúese tu voluntad”.
(Mateo 4:1-10) 4 Entonces Jesús fue
conducido por el espíritu al desierto para ser tentado por el Diablo. 2 Después
que hubo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces sintió hambre. 3 También,
el Tentador vino y le dijo: “Si eres hijo de Dios, di a estas piedras que se
conviertan en panes”. 4 Pero en respuesta él dijo: “Está
escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión
que sale de la boca de Jehová’”. 5 Entonces el Diablo
lo llevó consigo a la ciudad santa, y lo apostó sobre el almenaje del templo 6 y
le dijo: “Si eres hijo de Dios, arrójate abajo; porque está escrito: ‘A sus ángeles
dará encargo acerca de ti, y te llevarán en sus manos, para que nunca des con
tu pie contra una piedra’”. 7 Jesús le dijo: “Otra vez
está escrito: ‘No debes poner a prueba a Jehová tu Dios’”. 8 De
nuevo el Diablo lo llevó consigo a una montaña excepcionalmente alta, y le
mostró todos los reinos del mundo y su gloria, 9 y le
dijo: “Todas estas cosas te las daré si caes y me rindes un acto de adoración”.
10 Entonces Jesús le dijo: “¡Vete, Satanás! Porque está
escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a
quien tienes que rendir servicio sagrado’”.
(Hebreos 4:12) 12 Porque la
palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de
dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas
y [su] tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones de[l] corazón.
(Daniel 9:13) 13 Tal como está
escrito en la ley de Moisés, toda esta calamidad... ha venido sobre nosotros,
y no hemos ablandado el rostro de Jehová nuestro Dios volviéndonos de nuestro
error y mostrando perspicacia en tu apego a la verdad.
(Lucas 4:1) 4 Ahora bien, Jesús, lleno de
espíritu santo, se apartó del Jordán, y el espíritu lo condujo por aquí y por
allá en el desierto
(Santiago 4:7, 8) 7 Sujétense,
por lo tanto, a Dios; pero opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes. 8 Acérquense
a Dios, y él se acercará a ustedes. Límpiense las manos, pecadores, y
purifiquen su corazón, indecisos.
(Santiago 1:14, 15) 14 Más
bien, cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo. 15 Entonces
el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado; a su vez, el
pecado, cuando se ha realizado, produce la muerte.
(Salmo 119:37) 37 Haz
que mis ojos pasen adelante para que no vean lo que es inútil; consérvame
vivo en tu propio camino.
(Proverbios 22:3) 3 Sagaz es el
que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han
pasado adelante y tienen que sufrir la pena.
(Lucas 4:13) 13 De modo que
el Diablo, habiendo concluido toda la tentación, se retiró de él hasta otro
tiempo conveniente.
(2 Corintios 12:8-10) 8 Tocante
a esto, tres veces supliqué al Señor que esta se apartara de mí; 9 y,
con todo, él realmente me dijo: “Mi bondad inmerecida es suficiente para ti;
porque [mi] poder está perfeccionándose en la debilidad”. Por eso muy
gustosamente prefiero jactarme respecto de mis debilidades, para que el poder
del Cristo permanezca como tienda sobre mí. 10 Por lo
tanto me complazco en debilidades, en insultos, en necesidades, en
persecuciones y dificultades, por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces
soy poderoso.
(2 Timoteo 3:1-5) 3 Mas sabe
esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de
manejar. 2 Porque los hombres serán amadores de sí
mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a
los padres, desagradecidos, desleales, 3 sin tener
cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin
autodominio, feroces, sin amor del bien, 4 traicioneros,
testarudos, hinchados [de orgullo], amadores de placeres más bien que
amadores de Dios, 5 teniendo una forma de devoción
piadosa, pero resultando falsos a su poder; y de estos apártate.
(Juan 14:16, 17) 16 y
yo pediré al Padre, y él les dará otro ayudante que esté con ustedes para
siempre, 17 el espíritu de la verdad, que el mundo no
puede recibir, porque ni lo contempla ni lo conoce. Ustedes lo conocen,
porque permanece con ustedes y está en ustedes.
(Efesios 3:20) 20 Ahora, a
aquel que, según su poder que está operando en nosotros, puede hacer más que
sobreabundantemente en exceso de todas las cosas que pedimos o concebimos,
(2 Corintios 4:7, 8) 7 Sin
embargo, tenemos este tesoro en vasos de barro, para que el poder que es más
allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros. 8 Se
nos oprime de toda manera, mas no se nos aprieta de tal modo que no podamos
movernos; nos hallamos perplejos, pero no absolutamente sin salida;
(Filipenses 4:13) 13 Para todas
las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.
(Salmo 41:3) 3 Jehová
mismo lo sustentará sobre un diván de enfermedad; ciertamente cambiarás toda
su cama durante su enfermedad.
(Mateo 11:28, 29) 28 Vengan
a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. 29 Tomen
sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de
corazón, y hallarán refrigerio para sus almas.
(Mateo 16:24-26) 24 Entonces
Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese
a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo. 25 Porque
el que quiera salvar su alma, la perderá; pero el que pierda su alma por
causa de mí, la hallará. 26 Porque ¿de qué provecho le
será al hombre si gana todo el mundo, pero lo paga con perder su alma?, o ¿qué
dará el hombre en cambio por su alma?
(Lucas 13:24) 24 “Esfuércense
vigorosamente por entrar por la puerta angosta, porque muchos, les digo,
tratarán de entrar, pero no podrán,
(Isaías 40:29-31) 29 Está
dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla
sin energía dinámica. 30 Los muchachos se cansan y
también se fatigan, y los jóvenes mismos sin falta tropiezan, 31 pero
los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas
como águilas. Correrán, y no se fatigarán; andarán, y no se cansarán.”
(Filipenses 1:10) 10 para que se
aseguren de las cosas más importantes, para que estén exentos de defectos y
no hagan tropezar a otros hasta el día de Cristo,
(Hebreos 12:1) 12 Pues, entonces, porque
tenemos tan grande nube de testigos que nos cerca, quitémonos nosotros también
todo peso, y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la
carrera que está puesta delante de nosotros,
(Proverbios 13:12) 12 La
expectación pospuesta enferma el corazón, pero la cosa deseada es árbol de
vida cuando sí viene.
(Habacuc 2:3) 3 Porque [la]
visión es todavía para el tiempo señalado, y sigue jadeando hasta el fin, y
no dirá mentira. Aun si tardara, manténte en expectación de ella; porque sin
falta se realizará. No llegará tarde.
(Job 33:25) 25 Que su
carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su
vigor juvenil’.
(2 Corintios 4:16) 16 Por
lo tanto no nos rendimos; más bien, aunque el hombre que somos exteriormente
se vaya desgastando, ciertamente el hombre que somos interiormente va
renovándose de día en día.
(Efesios 3:16) 16 a fin de que
les conceda, según las riquezas de su gloria, que sean hechos poderosos en el
hombre que son en el interior, con poder mediante el espíritu de él,
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lunes, 10 de diciembre de 2012
Lunes, 10 de Diciembre de 2012
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