martes, 18 de diciembre de 2012

martes, 18 de diciembre de 2012



TEXTO DEL DIA

CITA BIBLICA
Descripción Biblia

Referencias BIBLICAS
*** Texto del martes, 18 de diciembre de 2012 ***
Martes 18 de diciembre
En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí (Juan 13:35).

► es12 pág. 124 Diciembre
(Juan 13:35)
En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí”.
(Romanos 13:8) No deban a nadie ni una sola cosa, salvo el amarse unos a otros; porque el que ama a su semejante ha cumplido [la] ley.
(1 Corintios 13:8) El amor nunca falla. Pero sea que haya [dones de] profetizar, serán eliminados; sea que haya lenguas, cesarán; sea que haya conocimiento, será eliminado.
(Gálatas 6:2) Sigan llevando las cargas los unos de los otros, y así cumplan la ley del Cristo.
(1 Juan 4:20) Si alguno hace la declaración: “Yo amo a Dios”, y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto.
Con estas palabras, Jesús les estaba mandando a sus discípulos que se demostraran amor abnegado, un amor que los identificaría como sus verdaderos seguidores (Juan 13:34).
(Juan 13:34)
Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado,
(Juan 15:9) Así como me ha amado el Padre y yo los he amado a ustedes, permanezcan en mi amor.
(Efesios 5:2) y sigan andando en amor, así como el Cristo también los amó a ustedes y se entregó por ustedes como ofrenda y sacrificio a Dios para olor fragante.
que ustedes también se amen los unos a los otros.
(Levítico 19:18) ”’No debes tomar venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo; y tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Jehová.
(Juan 15:12) Este es mi mandamiento: que ustedes se amen unos a otros así como yo los he amado a ustedes.
(1 Tesalonicenses 4:9) Sin embargo, respecto al amor fraternal, ustedes no tienen necesidad de que les escribamos, porque ustedes mismos son enseñados por Dios a amarse unos a otros;
(Santiago 2:8) Por eso, si ustedes practican el llevar a cabo la ley real según la escritura: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo”, hacen bastante bien.
(1 Pedro 1:22) Ahora que ustedes han purificado sus almas por [su] obediencia a la verdad con el cariño fraternal sin hipocresía como resultado, ámense unos a otros intensamente desde el corazón.
(1 Juan 3:14) Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte.

Y en otra ocasión los exhortó: “Continúen amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen” (Mat. 5:44).
(Mateo 5:44)
 Sin embargo, yo les digo: Continúen amando a sus enemigos
(Proverbios 25:21) Si el que te odia tiene hambre, dale pan de comer; y si tiene sed, dale agua de beber.
(Romanos 12:20) Pero, “si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque haciendo esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza”.
y orando por los que los persiguen;
(Lucas 6:28) bendiciendo a los que los maldicen, orando por los que los insultan.
(Lucas 23:34) [[Pero Jesús decía: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.]] Además, para repartir sus prendas de vestir, echaron suertes.
(Hechos 7:60) Entonces, doblando las rodillas, clamó con fuerte voz: “Jehová, no les imputes este pecado”. Y después de decir esto, se durmió [en la muerte].
(Romanos 12:14) Sigan bendiciendo a los que [los] persiguen; estén bendiciendo, y no maldiciendo.
Pero Jesús no solo les enseñó lo que debían amar, sino también lo que tenían que odiar. Una profecía dijo sobre Cristo: “Amaste la justicia, y odiaste el desafuero”, o, lo que es lo mismo, “la iniquidad” o maldad (Heb. 1:9; Sal. 45:7).
(Hebreos 1:9)
Amaste la justicia, y odiaste el desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió
(Isaías 61:1) El espíritu del Señor Soberano Jehová está sobre mí, por razón de que Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los [que han sido] llevados cautivos y la apertura ancha [de los ojos] aun a los prisioneros;
(Lucas 3:22) y el espíritu santo bajó sobre él en forma corporal como una paloma, y salió una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo, el amado; yo te he aprobado”.
(Lucas 4:18) “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación,
(Hechos 4:27) De veras, pues, tanto Herodes como Poncio Pilato con [hombres de] naciones y con pueblos de Israel realmente fueron reunidos en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste,
(Hechos 10:38) a saber, Jesús que era de Nazaret, cómo Dios lo ungió con espíritu santo y poder, y fue por la tierra haciendo bien y sanando a todos los [que eran] oprimidos por el Diablo; porque Dios estaba con él.
con [el] aceite de alborozo más que a tus socios”.
(Salmo 45:7)  7 Has amado la justicia y odias la iniquidad. Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con el aceite de alborozo más que a tus socios.
(Salmo 45:7)
Has amado la justicia
(Mateo 3:15) En respuesta Jesús le dijo: “Deja que sea, esta vez, porque de esa manera nos es apropiado llevar a cabo todo lo que es justo”. Entonces él dejó de impedírselo.
(Hebreos 7:26) Porque tal sumo sacerdote nos era apropiado: leal, sin engaño, incontaminado, separado de los pecadores, y llegado a ser más alto que los cielos.
y odias la iniquidad.
(Mateo 7:23) Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores del desafuero.
(Hebreos 1:9) Amaste la justicia, y odiaste el desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con [el] aceite de alborozo más que a tus socios”.
Por eso Dios, tu Dios,
(Juan 20:17) 17 Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes’”. . .
te ha ungido
(Isaías 61:1) El espíritu del Señor Soberano Jehová está sobre mí, por razón de que Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los [que han sido] llevados cautivos y la apertura ancha [de los ojos] aun a los prisioneros;
(Hechos 4:27) De veras, pues, tanto Herodes como Poncio Pilato con [hombres de] naciones y con pueblos de Israel realmente fueron reunidos en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste,
(Hechos 10:38) a saber, Jesús que era de Nazaret, cómo Dios lo ungió con espíritu santo y poder, y fue por la tierra haciendo bien y sanando a todos los [que eran] oprimidos por el Diablo; porque Dios estaba con él.
con el aceite de alborozo
(Salmo 21:6)  6 Porque lo constituyes altamente bendecido para siempre; haces que se sienta alegre con el regocijo ante tu rostro.
más que a tus socios.
(1 Crónicas 29:23) Y Salomón empezó a sentarse sobre el trono de Jehová como rey en lugar de David su padre, y a hacerlo con éxito, y todos los israelitas le fueron obedientes.
(2 Crónicas 13:5) ¿No es cosa que ustedes deban saber, el que Jehová el Dios de Israel mismo dio un reino a David sobre Israel para tiempo indefinido, a él y a sus hijos, por un pacto de sal?
(2 Crónicas 13:8) ”Y ahora ustedes están pensando que tienen suficiente fuerza para hacer frente al reino de Jehová en la mano de los hijos de David, cuando ustedes son una gran muchedumbre y están con ustedes los becerros de oro que Jeroboán les hizo como dioses.
(Mateo 1:6) Jesé llegó a ser padre de David el rey. David llegó a ser padre de Salomón mediante la esposa de Urías;
Su ejemplo nos muestra que, además de cultivar amor por la justicia, tenemos que cobrarle odio al pecado, a todo lo que está en contra de la ley de Jehová. El apóstol Juan dijo claramente: “Todo el que peca viola la ley de Dios, porque todo pecado va en contra de la ley de Dios” (1 Juan 3:4, Nueva Traducción Viviente). Cada cristiano debe preguntarse: “¿Odio las cosas que prohíbe la ley de Dios?”. w11 15/2 4:1-3
(1 Juan 3:4)
Todo el que practica pecado
(Romanos 3:20) Así es que por obras de ley ninguna carne será declarada justa ante él, porque por ley es el conocimiento exacto del pecado.
(1 Timoteo 5:20) Censura delante de todos los presentes a las personas que practican el pecado, para que los demás también tengan temor.
también está practicando desafuero,
(Mateo 7:23) Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores del desafuero.
(Romanos 4:15) En realidad la Ley produce ira, pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión alguna.
de modo que el pecado es desafuero
(1 Juan 5:17) 17 Toda injusticia es pecado; y, sin embargo, hay un pecado que no incurre en muerte.

*** w11 15/2 ¿Odiamos la maldad? ***
¿Odiamos la maldad?
“Odiaste el desafuero.” (HEB. 1:9)
EN CIERTA ocasión, Jesús indicó a sus discípulos cuál debía ser la cualidad más importante para ellos: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí” (Juan 13:34, 35). Con estas palabras les estaba mandando que se demostraran mutuamente amor abnegado, un amor que los identificaría como sus verdaderos seguidores. Y en otra ocasión también los exhortó: “Continúen amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen” (Mat. 5:44).
2 Pero Jesús no solo enseñó a sus discípulos lo que debían amar, sino también lo que tenían que odiar. Una profecía dijo lo siguiente sobre Cristo: “Amaste la justicia, y odiaste el desafuero”, o, lo que es lo mismo, “la iniquidad” o maldad (Heb. 1:9; Sal. 45:7). Su ejemplo nos muestra que, además de cultivar amor por la justicia, tenemos que cobrarle odio al pecado, a todo lo que está en contra de la ley de Jehová. Cabe señalar que el apóstol Juan dijo claramente: “Todo el que peca viola la ley de Dios, porque todo pecado va en contra de la ley de Dios” (1 Juan 3:4, Nueva Traducción Viviente).
3 Cada cristiano hace bien en preguntarse: “¿Odio las cosas que prohíbe la ley de Dios?”. Veamos a continuación cómo debemos manifestar odio por la maldad en estos cuatro campos: 1) el abuso del alcohol, 2) el ocultismo, 3) la inmoralidad y 4) el trato con quienes aman el pecado.
Seamos prudentes con el alcohol
4 En diversas ocasiones, Jesús tomó vino, sabiendo que es un regalo de Dios (Sal. 104:14, 15). Sin embargo, nunca cayó en excesos con la bebida (Pro. 23:29-33). Por eso pudo recomendar sin ninguna hipocresía que se evitaran tales abusos (léase Lucas 21:34). El consumo inmoderado de alcohol puede conducir a otros graves pecados. De ahí que Pablo escribiera: “No anden emborrachándose con vino, en lo cual hay disolución [o conducta desenfrenada], sino sigan llenándose de espíritu” (Efe. 5:18). Además, exhortó a las hermanas de edad avanzada a que no estuvieran “esclavizadas a mucho vino” (Tito 2:3).
5 Si nuestra conciencia nos permite consumir alcohol, deberíamos preguntarnos: “¿Tengo la misma actitud que Jesús frente a los excesos con la bebida? Si me viera en la necesidad de aconsejar a un hermano sobre este asunto, ¿podría hacerlo con franqueza? ¿Bebo para olvidar los problemas y relajarme? ¿Cuánto alcohol consumo semanalmente? ¿Cómo reacciono cuando alguien da a entender que me estoy excediendo? ¿Me pongo a la defensiva o incluso me enojo?”. Si dejamos que el vino nos esclavice, se verán afectadas las facultades que nos permiten razonar con claridad y tomar decisiones sabias. Y eso es algo que, como cristianos, no podemos permitir, pues siempre debemos proteger nuestra capacidad de pensar (Pro. 3:21, 22).
Evitemos el ocultismo
6 Durante toda su vida en la Tierra, Jesús se opuso con firmeza a Satanás y sus demonios. Cuando el Diablo lanzó ataques directos contra él, se mantuvo leal a Dios (Luc. 4:1-13). Y también supo resistir cuando el Enemigo intentó de forma más velada corromper su pensamiento y conducta (Mat. 16:21-23). Además, a muchas personas necesitadas de su ayuda las libró del cruel dominio de los espíritus malignos (Mar. 5:2, 8, 12-15; 9:20, 25-27).
7 Después de ser coronado en 1914, Jesús libró a los cielos de la contaminante presencia de Satanás y sus demonios. Por este motivo, el Diablo está más empeñado que nunca en seguir “extraviando [con sus engaños] a toda la tierra habitada” (Rev. 12:9, 10). Con razón hay cada vez más interés por el ocultismo. Ciertamente, es una plaga muy extendida de la que debemos protegernos. La cuestión es: ¿cómo podemos hacerlo?
8 La Biblia nos previene claramente contra los peligros del espiritismo y las demás formas de ocultismo (léase Deuteronomio 18:10-12). Hoy, Satanás y sus demonios influyen en la forma de pensar de la gente a través de películas, libros y videojuegos que promueven las prácticas ocultistas. Por eso es conveniente analizar el tipo de entretenimiento que seleccionamos. Preguntémonos: “En los últimos meses, ¿he elegido películas, programas de televisión, juegos electrónicos, libros o historietas que giran en torno a la magia o lo sobrenatural? ¿Comprendo la importancia de rechazar el ocultismo, o les resto gravedad a sus peligros? ¿He pensado en cómo ve Jehová mis diversiones? ¿He bajado la guardia ante estas influencias satánicas? En ese caso, ¿estoy decidido a cerrarles de una vez por todas las puertas de mi mente y así demostrar amor por Jehová y sus justos principios?” (Hech. 19:19, 20).
Sigamos las advertencias de Jesús contra la inmoralidad
9 Jesús siempre respaldó las normas divinas sobre moralidad sexual. Dijo: “¿No leyeron que el que los creó desde el principio los hizo macho y hembra y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre” (Mat. 19:4-6). Cristo sabía, además, que lo que entra por los ojos llega hasta el corazón. Por eso, en el Sermón del Monte señaló: “Oyeron ustedes que se dijo: ‘No debes cometer adulterio’. Pero yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mat. 5:27, 28). La persona que no hace caso de estos consejos de Jesús está alimentando en su interior amor por la maldad.
10 A fin de fomentar la inmoralidad, Satanás ha inundado la sociedad actual de imágenes pornográficas. Una vez que se contemplan, son difíciles de borrar de la mente, y llegan a crear adicción. Así le sucedió a un cristiano, quien confiesa: “Miraba pornografía en secreto. Había creado mi propio mundo de fantasía, y lo veía como algo aparte del mundo donde servía a Jehová. Sabía que lo que hacía estaba mal, pero aun así me decía que Dios seguía aceptando mi adoración”. ¿Qué le ayudó a cambiar de actitud? “Aunque fue lo más difícil que he tenido que hacer —explica—, decidí hablar del problema con los ancianos.” Con el tiempo, logró vencer aquel sucio hábito. “Una vez que me libré de ese pecado —señala—, sentí por fin que mi conciencia estaba limpia de verdad.” No hay duda: solo se puede odiar la pornografía si se ha aprendido a odiar la maldad.
11 La música y la letra de las canciones pueden dejar una profunda huella en nuestros sentimientos y, por consiguiente, en nuestro corazón. Es verdad que la música es un don de Dios y que se ha utilizado por siglos en su adoración (Éxo. 15:20, 21; Efe. 5:19). Pero no es menos cierto que las canciones de este mundo ensalzan la inmoralidad (1 Juan 5:19). ¿Cómo podemos determinar si lo que escuchamos nos está corrompiendo?
12 Pudiéramos preguntarnos: “¿Qué dicen las canciones que escucho? ¿Exaltan el asesinato, el adulterio, la fornicación y el lenguaje obsceno? Si le leyera la letra a otra persona, ¿pensaría ella que detesto la maldad o, por el contrario, que tengo el corazón contaminado?”. No podemos afirmar que odiamos el pecado y al mismo tiempo escuchar canciones que lo alaban. Jamás olvidemos lo que dijo Jesús: “Las cosas que proceden de la boca salen del corazón, y esas cosas contaminan al hombre. Por ejemplo, del corazón salen razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias” (Mat. 15:18, 19; compárese con Santiago 3:10, 11).
Tengamos el mismo criterio de Jesús sobre quienes aman la maldad
13 Jesús señaló que había venido a invitar al arrepentimiento a quienes estaban violando la ley de Dios (Luc. 5:30-32). Ahora bien, ¿cómo veía él a la gente que se negaba a abandonar el pecado? Advirtió a sus oyentes que tales personas eran una influencia peligrosa (Mat. 23:15, 23-26). Y afirmó: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día [en que Dios traiga el juicio]: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?’”. A esos individuos, que en realidad no están arrepentidos ni han dejado de practicar el pecado, Cristo les dirá: “Apártense de mí” (Mat. 7:21-23). ¿Por qué los juzgará con tanta severidad? Porque con sus malas acciones han estado deshonrando a Dios y haciendo daño a sus semejantes.
14 La Palabra de Dios manda sacar de la congregación a quienes rehúsan arrepentirse de sus pecados (léase 1 Corintios 5:9-13). Esta medida es necesaria al menos por tres razones: 1) para que no se ensucie el nombre de Jehová, 2) para que no se contamine la congregación y 3) para animar al propio pecador a arrepentirse.
15 ¿Compartimos el criterio de Jesús sobre las personas que se empeñan en violar la ley de Dios? Todos hacemos bien en preguntarnos: “Si alguien fuera expulsado o decidiera desasociarse de la congregación, ¿intentaría yo mantener un trato frecuente con él? ¿Y si se tratara de un pariente cercano que ya no vive en mi hogar?”. Sin duda, situaciones como estas someten a prueba nuestro amor por la justicia y nuestra lealtad a Jehová.
16 Examinemos un caso de la vida real. Cierta cristiana vio cómo su hijo adulto iba perdiendo el amor por Jehová y se entregaba al pecado sin demostrar ningún arrepentimiento, de modo que tuvo que ser expulsado de la congregación. La hermana amaba a Jehová, pero también amaba a su hijo, y por ello se le hacía muy difícil aplicar el mandamiento bíblico de no relacionarse con él.
17 ¿Qué le habríamos dicho a esta hermana? Pues bien, un anciano la ayudó a ver que Jehová comprendía su tristeza. También la invitó a pensar en el dolor que tuvo que sentir Dios al ver rebelarse a algunos de sus hijos celestiales. Le recordó que, aunque nuestro Padre sabe lo duro que puede resultarnos, ordena expulsar a quienes no se arrepienten. La hermana supo valorar aquellos consejos y demostró respeto por las medidas disciplinarias. Esa lealtad sin duda complace mucho a Jehová (Pro. 27:11).
18 Si afrontamos una situación tan dura como la anterior, haremos bien en recordar que Jehová se compadece de nuestro dolor. Al cortar la relación con la persona expulsada o desasociada, demostramos que odiamos las actitudes y la conducta que la llevaron a estar fuera de la congregación. Pero también indicamos que amamos al pecador y que sabemos que las medidas disciplinarias son para su bien. De hecho, si las apoyamos por lealtad a Jehová, es más probable que la persona se arrepienta y vuelva a la verdad.
19 Una hermana que fue expulsada y más tarde readmitida escribió: “Me alegra saber que Jehová ama tanto a su organización que se encarga de mantenerla limpia. A la gente de fuera puede parecerle una medida muy dura, pero realmente es necesaria y amorosa”. ¿Habría llegado ella a esa conclusión si los miembros de la congregación —entre ellos sus propios familiares— hubieran mantenido tras la expulsión un trato frecuente con ella? Si apoyamos las medidas disciplinarias que establecen las Escrituras, demostramos amor por la justicia y reconocemos el derecho de Jehová a decirnos cómo debemos actuar.
“Odien lo que es malo”
20 El apóstol Pedro nos hace esta advertencia: “Mantengan su juicio, sean vigilantes”. ¿Por qué razón? Porque “[nuestro] adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien” (1 Ped. 5:8). ¿Estaremos nosotros entre las presas que él logrará atrapar? Mucho dependerá de cuánto nos hayamos esforzado por odiar el mal.
21 Cultivar odio por la maldad no es fácil. Somos imperfectos y vivimos en un mundo que apela a los deseos egoístas (1 Juan 2:15-17). Pero si imitamos a Jesucristo y nutrimos nuestro amor por Jehová, lograremos aborrecer el pecado. Es preciso que todos los cristianos “odien lo que es malo”. Por lo tanto, adoptemos la resolución de obedecer ese mandato, con la seguridad de que Jehová “[guarda a] los que le son leales; de la mano de los inicuos los libra” (Sal. 97:10).
[Notas]
Este asunto se analiza con más detalle en La Atalaya del 15 de noviembre de 1981, páginas 20 a 25.
Véase también La Atalaya del 15 de enero de 2007, páginas 17 a 20.
¿Qué responderíamos?
• ¿Qué nos ayudará a examinar nuestra actitud frente al alcohol?
• ¿Qué medidas podemos tomar contra el ocultismo?
• ¿Por qué es peligrosa la pornografía?
• Cuando un ser querido es expulsado, ¿cómo demostramos que odiamos la maldad?
[Preguntas del estudio]
 1. ¿Qué clase de amor indicó Jesús a sus discípulos que deberían demostrar?
 2. ¿Qué debemos odiar los cristianos?
 3. ¿Qué cuatro campos en los que debemos manifestar odio por la maldad vamos a analizar?
 4. ¿Por qué pudo Jesús recomendar con franqueza que se evitaran los excesos con la bebida?
 5. ¿Qué preguntas debería hacerse el cristiano que consume bebidas alcohólicas?
 6, 7. a) ¿Cómo reaccionó Jesús ante Satanás y sus demonios? b) ¿Por qué están tan extendidas las artes ocultas?
 8. ¿Qué preguntas deberíamos hacernos sobre las diversiones que elegimos?
 9. ¿Cómo podría una persona alimentar en su corazón amor por la maldad?
10. Relate una experiencia que ilustre que es posible dejar el vicio de la pornografía.
11, 12. ¿Cómo podemos mostrar odio por la maldad a la hora de seleccionar la música que escuchamos?
13. ¿Cómo veía Jesús a las personas que se negaban a abandonar el pecado?
14. ¿Por qué se expulsa de la congregación a quienes se niegan a arrepentirse?
15. ¿Qué serias preguntas debería hacerse todo el que desee ser leal a Jehová?
16, 17. ¿A qué difícil situación se enfrentó una cristiana, y qué le ayudó a respetar las medidas disciplinarias?
18, 19. a) Cuando cortamos la relación con quienes practican el pecado, ¿a qué cosas demostramos odio? b) ¿Qué pudiéramos conseguir siendo leales a Dios y sus disposiciones?
20, 21. ¿Por qué es tan necesario aprender a odiar la maldad?



(Hebreos 1:9) 9 Amaste la justicia, y odiaste el desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con [el] aceite de alborozo más que a tus socios”.
(Juan 13:34, 35) 34 Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. 35 En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí”.
(Mateo 5:44) 44 Sin embargo, yo les digo: Continúen amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen;
(Hebreos 1:9) 9 Amaste la justicia, y odiaste el desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con [el] aceite de alborozo más que a tus socios”.
(Salmo 45:7)  7 Has amado la justicia y odias la iniquidad. Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con el aceite de alborozo más que a tus socios.
(1 Juan 3:4) 4 Todo el que practica pecado también está practicando desafuero, de modo que el pecado es desafuero. . .
(Salmo 104:14, 15) 14 Él está haciendo brotar hierba verde para las bestias, y vegetación para el servicio de la humanidad, para hacer salir alimento de la tierra, 15 y vino que regocija el corazón del hombre mortal, para hacer brillar el rostro con aceite, y pan que sustenta el mismísimo corazón del hombre mortal.
(Proverbios 23:29-33) 29 ¿Quién tiene el ¡ay!? ¿Quién tiene desasosiego? ¿Quién tiene contiendas? ¿Quién tiene preocupación? ¿Quién tiene heridas sin causa? ¿Quién tiene deslustre de ojos? 30 Los que se quedan largo tiempo con el vino, los que entran en busca de vino mezclado. 31 No mires el vino cuando rojea, cuando luce centelleante en la copa, [cuando] baja con suavidad. 32 A su fin muerde justamente como una serpiente, y segrega veneno justamente como una víbora. 33 Tus propios ojos verán cosas extrañas, y tu propio corazón hablará cosas perversas.
(Lucas 21:34) 34 ”Mas presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente
(Efesios 5:18) 18 También, no anden emborrachándose con vino, en lo cual hay disolución, sino sigan llenándose de espíritu,
(Tito 2:3) 3 Igualmente, que las mujeres de edad sean reverentes en su comportamiento, no calumniadoras, ni esclavizadas a mucho vino, maestras de lo que es bueno;
(Proverbios 3:21, 22) 21 Hijo mío, no se escapen de tus ojos. Salvaguarda la sabiduría práctica y la capacidad de pensar, 22 y resultarán ser vida a tu alma y encanto a tu garganta.
(Lucas 4:1-13) 4 Ahora bien, Jesús, lleno de espíritu santo, se apartó del Jordán, y el espíritu lo condujo por aquí y por allá en el desierto 2 por cuarenta días, mientras lo tentaba el Diablo. Además, no comió nada en aquellos días, y por eso, cuando estos hubieron concluido, tuvo hambre. 3 Entonces el Diablo le dijo: “Si eres hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”. 4 Pero Jesús le respondió: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre’”. 5 De modo que lo llevó hacia arriba y le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo; 6 y el Diablo le dijo: “Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy. 7 Por eso, si tú haces un acto de adoración delante de mí, todo será tuyo”. 8 Respondiendo, Jesús le dijo: “Está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”. 9 Entonces lo condujo a Jerusalén y lo apostó sobre el almenaje del templo y le dijo: “Si eres hijo de Dios, échate abajo desde aquí; 10 porque está escrito: ‘A sus ángeles dará encargo acerca de ti, que te conserven’, 11 y: ‘Te llevarán en sus manos, para que nunca des con tu pie contra una piedra’”. 12 Respondiendo, Jesús le dijo: “Dicho está: ‘No debes poner a prueba a Jehová tu Dios’”. 13 De modo que el Diablo, habiendo concluido toda la tentación, se retiró de él hasta otro tiempo conveniente.
(Mateo 16:21-23) 21 Desde ese tiempo en adelante Jesucristo comenzó a mostrar a sus discípulos que él tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos y de los sacerdotes principales y de los escribas, y ser muerto, y al tercer día ser levantado. 22 Con eso, Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: “Sé bondadoso contigo mismo, Señor; tú absolutamente no tendrás este [destino]”. 23 Pero él, dándole la espalda, dijo a Pedro: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Me eres un tropiezo, porque no piensas los pensamientos de Dios, sino los de los hombres”.
(Marcos 5:2) 2 E inmediatamente después que él salió de la barca, vino a su encuentro de entre las tumbas conmemorativas un hombre bajo el poder de un espíritu inmundo.
(Marcos 5:8) 8 Porque él le había estado diciendo: “Sal del hombre, espíritu inmundo”.
(Marcos 5:12-15) 12 De modo que ellos le suplicaron, diciendo: “Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos”. 13 Y él se lo permitió. Con eso, los espíritus inmundos salieron, y entraron en los cerdos; y la piara se precipitó por el despeñadero en el mar, unos dos mil de ellos, y uno tras otro se ahogaron en el mar. 14 Pero sus porquerizos huyeron y lo informaron en la ciudad y en la región rural; y la gente vino a ver qué era lo que había acontecido. 15 De modo que llegaron a Jesús, y contemplaron al endemoniado sentado, vestido y en su cabal juicio, este que había tenido la legión; y tuvieron temor.
(Marcos 9:20) 20 De modo que se lo llevaron. Pero al verlo, el espíritu en seguida convulsionó [al muchacho], y este, cayendo al suelo, se revolcaba, espumajeando.
(Marcos 9:25-27) 25 Jesús, notando ahora que una muchedumbre venía corriendo en masa hacia [ellos], reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: sal de él y no entres más en él”. 26 Y después de clamar y hacer muchas convulsiones, salió; y [el muchacho] quedó como muerto, de modo que la mayor parte de ellos decía: “¡Está muerto!”. 27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo alzó, y él se levantó.
(Revelación 12:9, 10) 9 De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados abajo con él. 10 Y oí una voz fuerte en el cielo decir: “¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios!
(Deuteronomio 18:10-12) 10 No debería hallarse en ti nadie que haga pasar por el fuego a su hijo o a su hija, nadie que emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero, 11 ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos. 12 Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová, y a causa de estas cosas detestables Jehová tu Dios va a expulsarlas de delante de ti.
(Hechos 19:19, 20) 19 De hecho, buen número de los que habían practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron delante de todos. Y calcularon en conjunto los precios de ellos y hallaron que valían cincuenta mil piezas de plata. 20 Así, de una manera poderosa, la palabra de Jehová siguió creciendo y prevaleciendo.
(Mateo 19:4-6) 4 En respuesta, él dijo: “¿No leyeron que el que los creó desde [el] principio los hizo macho y hembra 5 y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’? 6 De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”.
(Mateo 5:27, 28) 27 ”Oyeron ustedes que se dijo: ‘No debes cometer adulterio’. 28 Pero yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
(Éxodo 15:20, 21) 20 Y Míriam la profetisa, hermana de Aarón, procedió a tomar una pandereta en la mano; y todas las mujeres empezaron a salir con ella con panderetas y en danzas. 21 Y Míriam siguió respondiendo a los hombres: “Canten a Jehová, porque se ha ensalzado soberanamente. Al caballo y a su jinete en el mar ha lanzado”.
(Efesios 5:19) 19 hablándose a sí mismos con salmos y alabanzas a Dios y canciones espirituales, cantando y acompañándose con música en el corazón a Jehová,
(1 Juan 5:19) 19 Sabemos que nosotros nos originamos de Dios, pero el mundo entero yace en el [poder del] inicuo.
(Mateo 15:18, 19) 18 Sin embargo, las cosas que proceden de la boca salen del corazón, y esas cosas contaminan al hombre. 19 Por ejemplo, del corazón salen razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias. . .
(Santiago 3:10, 11) 10 De la misma boca salen bendición y maldición. No es correcto, hermanos míos, que estas cosas sigan ocurriendo de esta manera. 11 La fuente no hace que lo dulce y lo amargo salgan burbujeando por la misma abertura, ¿verdad?
(Lucas 5:30-32) 30 Por esto los fariseos y sus escribas se pusieron a murmurar, y decían a los discípulos de él: “¿Por qué comen y beben ustedes con recaudadores de impuestos y pecadores?”. 31 Respondiendo, Jesús les dijo: “Los que están sanos no necesitan médico, pero los que se hallan mal sí. 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores a arrepentimiento”.
(Mateo 23:15) 15 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque atraviesan mar y tierra seca para hacer un solo prosélito, y cuando este llega a serlo, lo hacen merecedor del Gehena dos veces más que ustedes.
(Mateo 23:23-26) 23 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque dan el décimo de la hierbabuena y del eneldo y del comino, pero han desatendido los asuntos de más peso de la Ley, a saber: la justicia y la misericordia y la fidelidad. Era obligatorio hacer estas cosas, y sin embargo no desatender las otras cosas. 24 ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito pero engullen el camello! 25 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpian el exterior de la copa y del plato, pero por dentro están llenos de saqueo e inmoderación. 26 Fariseo ciego, limpia primero el interior de la copa y del plato, para que su exterior también quede limpio.
(Mateo 7:21-23) 21 ”No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?’. 23 Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores del desafuero.
(1 Corintios 5:9-13) 9 En mi carta les escribí que cesaran de mezclarse en la compañía de fornicadores, 10 no [queriendo decir] enteramente con los fornicadores de este mundo, o personas dominadas por la avidez y los que practican extorsión, o idólatras. De otro modo, ustedes realmente tendrían que salirse del mundo. 11 Pero ahora les escribo que cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que, llamándose hermano, sea fornicador, o persona dominada por la avidez, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, y ni siquiera coman con tal hombre. 12 Pues, ¿qué tengo yo que ver con juzgar a los de afuera? ¿No juzgan ustedes a los de adentro, 13 mientras Dios juzga a los de afuera? “Remuevan al [hombre] inicuo de entre ustedes.”
(Proverbios 27:11) 11 Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio.
(1 Pedro 5:8) 8 Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar [a alguien].
(1 Juan 2:15-17) 15 No estén amando ni al mundo ni las cosas [que están] en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; 16 porque todo [lo que hay] en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina del Padre, sino que se origina del mundo. 17 Además, el mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
(Salmo 97:10) 10 Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo. Él está guardando las almas de los que le son leales; de la mano de los inicuos los libra.

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