TEXTO DEL DÍA
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CITA BÍBLICA
Descripción Biblia
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Referencias BÍBLICAS
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*** Texto del Lunes, 04 de
Febrero de 2013 ***
Lunes 4 de febrero
El que está mostrando
perspicacia en un asunto hallará el
bien (Pro. 16:20).
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(Proverbios 16:20) El que está mostrando perspicacia en un asunto hallará el bien,
y feliz es el que está confiando en Jehová.
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(Génesis 41:39) Después Faraón
dijo a José: “Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan
discreto y sabio como tú.
(Proverbios 13:15) La buena
perspicacia misma da favor, pero el camino de los de tratos traicioneros es
escarpado.
(1 Crónicas
5:20) Y fueron ayudados contra ellos, de manera que los hagritas y
todos los que estaban con ellos fueron dados en su mano, porque fue a Dios a quien
clamaron por socorro en la guerra, y él se dejó rogar a favor de ellos porque
confiaron en él.
(Salmo 34:8)
Gusten y vean que Jehová es bueno; feliz es el hombre físicamente capacitado
que se refugia en él.
(Salmo 146:5)
Feliz es el que tiene al Dios de Jacob por ayuda suya, cuya esperanza está en
Jehová su Dios,
(1 Timoteo
4:10) Porque con este fin estamos trabajando duro y esforzándonos,
porque hemos cifrado nuestra esperanza en un Dios vivo, que es Salvador de
hombres de toda clase, especialmente de los fieles.
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No todas las ovejas
son igual de receptivas y amigables, pero el pastor perspicaz siempre trata
de hallar en ellas algo bueno. Claro, como son imperfectos, puede que a los
ancianos a veces les cueste trabajo formarse una opinión positiva de ciertos
miembros del rebaño. Aun así, hacen todo lo posible por imitar el ejemplo del
Pastor Excelente y tratar a todos con amor. Y sus esfuerzos son de agradecer.
Es importante que todos los cristianos “sean sumisos” a los
superintendentes, pues, según indicó Pablo, “están velando por [nuestras]
almas” (Heb. 13:17).
Tal como un pastor pasa noches en vela vigilando el ganado, los ancianos
sacrifican horas de sueño para ayudar a quienes tienen problemas
espirituales, emocionales o de salud. Por ejemplo, en ocasiones, los miembros
de los Comités de Enlace con los Hospitales se levantan en plena noche para
atender emergencias médicas. ¡Cuánto agradecemos que estén ahí cuando más los
necesitamos! w11 15/6 4:7, 8
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(Hebreos 13:17) Sean
obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes,
y sean sumisos, porque ellos están
velando por las almas de ustedes como los que han de rendir
cuenta; para que ellos lo hagan con gozo y no con suspiros,
por cuanto esto les sería gravemente dañoso a
ustedes.
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(1 Tesalonicenses
5:12) Ahora les solicitamos, hermanos, que respeten a los que trabajan
duro entre ustedes y los presiden en [el] Señor y los amonestan;
(Hebreos 13:24)
Den mis saludos a todos los que llevan la delantera entre ustedes, y a todos
los santos. Los de Italia les envían sus saludos.
(1 Corintios
16:16) Sigan ustedes también sometiéndose a personas de esa clase y a
todo el que coopera y labora.
(Efesios 5:21) Estén en sujeción los unos a los otros en
temor de Cristo.
(1 Pedro
5:5) De igual manera, ustedes, hombres de menos edad, estén en sujeción
a los hombres de más edad. Pero todos ustedes cíñanse con humildad mental los
unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad
inmerecida a los humildes.
(Hechos 20:28)
28 Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño,
entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para
pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del [Hijo]
suyo.
(Isaías 35:10)
10 Y los mismísimos redimidos por Jehová volverán y
ciertamente vendrán a Sión con clamor gozoso; y habrá regocijo hasta tiempo
indefinido sobre la cabeza de ellos. Alborozo y regocijo alcanzarán, y el
desconsuelo y el suspirar tendrán que huir.
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*** w11 15/6 “Respeten a los
que trabajan duro entre ustedes” ***
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“Respeten a los que trabajan duro
entre ustedes”
“Respeten a los
que trabajan duro entre ustedes y los presiden en el Señor y los amonestan.”
(1 TES. 5:12).
VIAJEMOS en el tiempo al
siglo primero. Imaginemos que estamos en la congregación de Tesalónica, una
de las primeras de Europa. El apóstol Pablo pasó mucho tiempo allí
fortaleciendo y animando a los cristianos. Y es probable que, tal como
hizo en otras ciudades, nombrara ancianos para que cuidaran del rebaño (Hech.
14:23).. Sin embargo, cuando la congregación ya estaba establecida, los judíos
agitaron a la gente y lograron echar a Pablo y a Silas de la ciudad. Los
hermanos que permanecieron en Tesalónica debieron de sentirse desamparados y,
probablemente, bastante atemorizados.
2 Como es natural, el apóstol
estaba muy preocupado por aquella congregación tan joven. De hecho,
intentó regresar a la ciudad, pero Satanás le “cortó el camino”. Entonces
envió a Timoteo para fortalecer a los hermanos (1 Tes. 2:18.; 3:2).. Más
tarde, este regresó con un informe positivo, y Pablo decidió enviarles una
animadora carta. En ella incluyó el siguiente consejo: “Respeten a los
que [...] los presiden” (léase 1 Tesalonicenses
5:12, 13)..
3 Es cierto que los
superintendentes de Tesalónica no poseían la experiencia de Pablo y sus
compañeros de viaje ni contaban con un historial de servicio tan largo
como el de los ancianos de Jerusalén. A fin de cuentas, la congregación
aún se encontraba en su primer año de vida. Con todo, el apóstol les mostró a
los hermanos tres buenas razones para estar agradecidos a sus pastores al
decirles: “[Ellos] trabajan duro entre ustedes y los presiden [...] y
los amonestan”. De hecho, les indicó que debían tener con ellos una
“consideración más que extraordinaria en amor”. Finalmente, los exhortó a ser
“pacíficos unos con otros”. Si usted hubiera estado en Tesalónica, ¿habría
valorado la labor de los ancianos? Pues bien, ¿aprecia a los superintendentes
de su congregación? ¿Los ve como “dádivas en hombres”, regalos que Dios le ha
hecho mediante Cristo? (Efe. 4:8.).
“Trabajan duro”
4 Como hemos visto, ¿qué habían
estado haciendo los ancianos después de que Pablo y Silas dejaron Tesalónica
y se fueron a Berea? Trabajar duro. Ciertamente, se habían esforzado por enseñar
a la congregación con las Escrituras, tal como le habían visto hacer al apóstol.
Ahora bien, la Biblia dice que los de Berea “eran de disposición más noble
que los de Tesalónica, porque [...] examinaban con cuidado las
Escrituras diariamente” (Hech. 17:11).. ¿Significa esto que los cristianos de
Tesalónica no valoraban la Palabra de Dios? No. En realidad, este
comentario no se refería a los hermanos de Tesalónica, sino a la mayoría
de los judíos de aquella ciudad. Pablo dijo que quienes “recibieron la
palabra de Dios [...] la aceptaron, no como palabra de hombres,
sino [...] como palabra de Dios” (1 Tes. 2:13).. Sin duda, los
ancianos tuvieron que trabajar mucho para saciar el hambre espiritual de todos
los que aceptaban la verdad.
5 En la actualidad, “el
esclavo fiel y discreto” le suministra al rebaño de Dios “alimento al tiempo
apropiado” (Mat. 24:45). . De hecho, produce en muchos idiomas una gran
cantidad de publicaciones bíblicas y otras herramientas, como el Índice
de las publicaciones Watch Tower y el
programa Watchtower Library. Bajo la dirección del esclavo, los
ancianos también trabajan duro para nutrir espiritualmente a sus hermanos. A fin
de atender las necesidades particulares de su congregación, pasan muchas
horas preparando discursos instructivos y motivadores. Además, a muchos de
ellos se les asignan intervenciones en las asambleas. ¿Nos hemos detenido a
pensar en todo el tiempo que esto les supone?
6 A la hora de realizar su
labor pastoral, los ancianos de Tesalónica tenían muy presente el ejemplo de
Pablo. Él no se dedicaba a hacer visitas de forma mecánica o por
cumplir. En el artículo anterior vimos que trataba a los hermanos con
ternura, “como cuando una madre que cría acaricia a sus propios hijos” (léase
1 Tesalonicenses 2:7, 8)..
Lo que es más, estaba dispuesto a entregarse por entero a fin de
ayudarlos. Esa es la actitud con la que los ancianos tesalonicenses debían
pastorear la congregación.
7 Hoy, los ancianos han de
cuidar a las ovejas con la misma bondad y amor que el apóstol. No todas
son igual de receptivas y amigables, pero el pastor perspicaz siempre trata
de hallar en ellas algo bueno (Pro. 16:20).. Claro está, como es imperfecto,
puede que a veces le cueste trabajo formarse una opinión positiva de ciertos
miembros del rebaño. Aun así, hace todo lo posible por imitar el ejemplo del
Pastor Excelente y tratar a todos con amor. ¿Verdad que sus esfuerzos son de
agradecer?
8 Es importante que todos los
cristianos “sean sumisos” a los superintendentes. ¿Por qué? Porque, según
indicó Pablo, “están velando por [nuestras] almas” (Heb. 13:17).. Tal como un
pastor pasa noches en vela vigilando el ganado, los ancianos sacrifican horas
de sueño para ayudar a quienes tienen problemas espirituales, emocionales o
de salud. Por ejemplo, en ocasiones, los miembros de los Comités de Enlace
con los Hospitales se levantan en plena noche para atender emergencias médicas.
¡Cuánto agradecemos que estén ahí cuando más los necesitamos!
9 También merecen nuestro más
ferviente apoyo los ancianos que organizan la construcción de Salones del
Reino y colaboran con los comités de socorro. Pensemos en las labores
humanitarias que se llevaron a cabo en Myanmar (antes Birmania) en 2008
tras el paso del ciclón Nargis. Una de las regiones más afectadas fue el
delta del río Irauadi, donde se encuentra la congregación de Pothigon. A fin
de socorrer a los hermanos, un equipo tuvo que atravesar zonas devastadas,
sembradas de cadáveres. Entre los primeros en llegar estaba un superintendente
que antes había visitado ese circuito. Cuando los hermanos lo vieron,
exclamaron agradecidos: “¡Miren, es nuestro superintendente de circuito! ¡Jehová
nos ha salvado!”. Al igual que ellos, ¿valoramos nosotros el arduo
trabajo que efectúan día y noche ancianos como estos? Tampoco podemos olvidar
a quienes, sin hacer alardes de su labor, juzgan casos muy complejos en comités
especiales (Mat. 6:2-4).. Quienes se benefician de su ayuda la agradecen de
corazón.
10 Por otro lado, muchos
ancianos realizan un buen número de tareas administrativas. El coordinador
del cuerpo de ancianos prepara los programas para las reuniones de cada
semana. El secretario compila los informes de servicio mensuales y
anuales de la congregación. El superintendente de la escuela confecciona
con mucho cuidado la lista de asignaciones. Además, diversos hermanos
intervienen las cuentas de la congregación cada tres meses. Y todos los
ancianos han de leer las cartas que les envía la sucursal y seguir las
instrucciones a fin de mantener “la unidad en la fe” (Efe. 4:3., 13)..
Estas labores permiten que “todas las cosas se efectúen decentemente y por
arreglo”, es decir, de forma correcta y ordenada (1 Cor. 14:40)..
“Los presiden”
11 En la carta que dirige a
los tesalonicenses, Pablo también les dice que sus ancianos “los presiden”.
El verbo griego significa literalmente “están parados [o de pie] delante”,
y también puede traducirse “dirigen” y “llevan la delantera” (1 Tes.
5:12.; nota). Notemos que estos son los mismos superintendentes de los que el
apóstol ya ha dicho que “trabajan duro”. Por tanto, son todos ellos los que
presiden la congregación, y no uno solo. Hoy día, la gran mayoría de los
ancianos están literalmente “parados [o de pie] delante” de sus hermanos
cuando dirigen las reuniones. Y el cambio de la designación “superintendente
presidente” a “coordinador del cuerpo de ancianos” nos ayuda a verlos a todos
por igual como miembros de un cuerpo unido.
12 Ahora bien, presidir la
congregación implica algo más que enseñar. Pablo empleó el mismo verbo
en 1 Timoteo 3:4., cuando explicó que el superintendente debe ser un “hombre
que presida su propia casa excelentemente, que tenga hijos en sujeción con
toda seriedad”. Es obvio que, en este caso, presidir no es tan solo
enseñar a los hijos, sino también tenerlos “en sujeción” y dirigir a toda la
familia. De igual modo, los ancianos han de dirigir la congregación y
ayudar a todos sus miembros a estar en sujeción a Jehová (1 Tim. 3:5.).
13 Para poder presidir bien la
congregación, los ancianos han de analizar en conjunto cuáles son las
necesidades de esta y cómo atenderlas. Tal vez nos preguntemos si no sería
más sencillo que solo uno de ellos tomara todas las decisiones. No obstante,
los superintendentes de la actualidad siguen el ejemplo del cuerpo de
ancianos que gobernaba a la congregación en el siglo primero. Cuando se reúnen,
escuchan las opiniones de todos y examinan las Escrituras con el objetivo de
encontrar principios aplicables a las necesidades de su congregación. Cada
uno contribuye al éxito de dichas reuniones consultando de antemano la
Palabra de Dios y las instrucciones del esclavo fiel. Claro, todo esto lleva
su tiempo. Y, como ocurrió en el siglo primero con el debate sobre la
circuncisión, a veces tienen diferentes opiniones y les cuesta llegar a un
consenso. En tales casos, siguen analizando el asunto hasta que logran
tomar una decisión basada en la Biblia (Hech. 15:2, 6, 7., 12-14., 28)..
14 ¿Qué sucedería si un
anciano tratara de imponer sus opiniones y criterios o, peor aún, sembrara la
semilla de la discordia, como hizo Diótrefes en el siglo primero? (3 Juan
9, 10.). Toda la congregación saldría perjudicada. Pues bien, como en
aquel entonces, Satanás sigue intentando perturbar la paz de los cristianos
de la actualidad. ¿Cómo? A menudo, fomentando ambiciones personales como
la de sobresalir entre los demás. Por tanto, los ancianos hacen bien en
cultivar la humildad y trabajar unidos. Sin duda, la congregación entera
agradece que todos ellos cooperen humildemente como un solo cuerpo.
“Los amonestan”
15 En tercer lugar, Pablo
destacó una responsabilidad pastoral difícil pero muy necesaria: amonestar al
rebaño. En las Escrituras Griegas Cristianas, el apóstol es el único
escritor que emplea el verbo que se traduce “amonestar”. Este término
significa aconsejar y corregir con firmeza, pero sin hostilidad (Hech. 20:31.;
2 Tes. 3:15).. Así, Pablo les explicó a los corintios: “No estoy
escribiendo estas cosas para avergonzarlos, sino para amonestarlos como a mis
hijos amados” (1 Cor. 4:14).. Como vemos, Pablo amonestaba a sus hermanos
porque los amaba y se preocupaba por ellos.
16 A la hora de amonestar a
alguien, todo anciano ha de actuar con tacto. Al igual que Pablo, debe procurar
que sus consejos sean amorosos, bondadosos y útiles (léase 1 Tesalonicenses
2:11, 12).. Por supuesto, también es preciso
que “se adhiera firmemente a la fiel palabra [...], para que pueda
exhortar por la enseñanza que es saludable” (Tito 1:5-9)..
17 Los ancianos saben que no son
perfectos y que a veces dicen cosas que luego lamentan (1 Rey. 8:46.;
Sant. 3:8).. También comprenden que, para cualquier miembro de la congregación,
ser corregido no es “cosa de gozo, sino penosa” (Heb. 12:11).. Por eso,
antes de abordar a un cristiano para amonestarlo, suelen pasar mucho tiempo
reflexionando y orando. Así que, si un superintendente nos diera un consejo,
deberíamos verlo como una prueba de su interés por nosotros.
18 Supongamos que tenemos
cierto problema de salud de origen desconocido. Logramos dar con un médico
que identifica la enfermedad, pero su diagnóstico no es precisamente
agradable. ¿Nos enojaremos con él? Es evidente que no. ¿Y si nos
recomienda un tratamiento doloroso, como una operación? Como sabemos que es
por nuestro propio bien, seguramente lo aceptaremos. ¿Influirá en algo si nos
lo dice de forma brusca? Tal vez al principio, pero no permitiremos que
eso condicione nuestra decisión de tratarnos. De igual modo, cuando un
anciano nos da un consejo, no permitamos que la forma en que nos lo dé
afecte nuestra decisión de escucharlo. Recordemos que Jehová y Jesús podrían
estar usándolo para ayudarnos o protegernos espiritualmente.
Los ancianos son un
regalo de Jehová
19 Si alguien tiene el detalle
de hacernos un obsequio, ¿cómo podríamos agradecerlo? Una buena manera sería
usándolo. Pues bien, Jehová, por medio de Jesucristo, nos ha entregado “dádivas
en [la forma de] hombres”, los ancianos. ¿Cómo demostramos aprecio? Cuando
pronuncian un discurso, escuchamos con atención y procuramos poner en práctica
lo que dicen. Cuando piden comentarios, los ofrecemos con gusto. Y siempre
apoyamos las actividades espirituales que organizan, como la predicación del
Reino. Asimismo, les contamos cómo nos han ayudado los consejos que nos
dieron. Y también agradecemos los sacrificios que hacen sus familias al
estar dispuestas a pasar menos tiempo con ellos.
20 ¡Qué agradecidos estamos de
contar con ancianos que trabajan duro, nos presiden y nos amonestan! No cabe
duda: estas “dádivas en [la forma de] hombres” son un generoso regalo de
Jehová.
¿Lo recuerda?
• ¿Por qué debían los
tesalonicenses respetar a los pastores de su congregación?
• ¿Qué duro trabajo realizan
los ancianos a favor nuestro?
• ¿Cómo nos beneficia el que
los superintendentes nos presidan?
• ¿Qué debemos recordar si
un anciano nos aconseja o amonesta?
[Preguntas del estudio]
1, 2. a) ¿En qué situación se encontraban
los tesalonicenses cuando Pablo les escribió su primera carta? b) ¿Qué
consejo les dio el apóstol?
3. ¿Por qué merecían los ancianos de Tesalónica
una “consideración más que extraordinaria”?
4, 5. ¿Por qué dijo Pablo que los ancianos
de su tiempo estaban trabajando duro, y por qué puede decirse lo mismo de los
superintendentes actuales?
6, 7. a) ¿Qué ejemplo les dio Pablo a los
ancianos de Tesalónica? b) ¿Por qué les puede costar trabajo a los ancianos
de hoy día imitar al apóstol?
8, 9. ¿De qué diversas formas están los
ancianos “velando por [nuestras] almas”?
10. ¿De qué tareas menos
visibles se encargan los ancianos?
11, 12. ¿Quiénes presiden la
congregación, y qué implica su labor?
13. ¿Por qué a veces le toma
tiempo al cuerpo de ancianos llegar a una decisión?
14. ¿Por qué es de agradecer
que los ancianos trabajen en unidad?
15. ¿Por qué amonestan los
ancianos a sus hermanos?
16. ¿Qué debe tener muy
presente todo anciano al amonestar a sus hermanos?
17, 18. ¿Qué debemos
recordar si un anciano nos da un consejo?
19, 20. ¿Cómo demostramos
aprecio por las “dádivas en [la forma de] hombres”?
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lunes, 4 de febrero de 2013
Lunes, 04 de Febrero de 2013
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