miércoles, 27 de febrero de 2013

miércoles, 27 de febrero de 2013


TEXTO DEL DÍA

CITA BÍBLICA
Descripción Biblia

Referencias BÍBLICAS
*** Texto del miércoles, 27 de febrero de 2013 ***

Miércoles 27 de febrero

Ocúpate en arreglar prestamente los asuntos con el que se queja contra ti en juicio (Mat. 5:25).

(Mateo 5:25) ”Ocúpate en arreglar prestamente los asuntos con el que se queja contra ti en juicio, mientras estás con él en camino hacia allá, no sea que el querellante te entregue al juez, y el juez al servidor del tribunal, y seas echado en prisión.
(Lucas 12:58) Por ejemplo, cuando vas con tu adversario en juicio al gobernante, esfuérzate, mientras estás en el camino, por desembarazarte de la disputa con él, para que nunca te lleve ante el juez, y el juez te entregue al oficial del tribunal, y el oficial del tribunal te eche en prisión.
(Lucas 18:3) Pues bien, había en aquella ciudad una viuda, y ella seguía yendo a él, y decía: ‘Ve que se me rinda justicia de mi adversario en juicio’.

¿Qué debemos hacer si se nos ha ofendido? Mateo 18:15 nos indica cómo resolver el problema de forma pacífica: “Si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano”. Es cierto que en el contexto inmediato (versículos 15 a 17) se está hablando de ofensas graves. Sin embargo, el versículo 15 contiene un principio aplicable a la situación de la que hablamos: debemos abordar en privado a quien nos ha ofendido, haciéndolo con respeto y tratando de arreglar las cosas. El apóstol Pablo escribió: “Que no se ponga el sol estando ustedes en estado [de irritación], ni dejen lugar para el Diablo” (Efe. 4:26, 27).
(Mateo 18:15-17) ”Además, si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no escucha, toma contigo a uno o dos más, para que por boca de dos o tres testigos se establezca todo asunto. 17 Si no les escucha a ellos, habla a la congregación. Si no escucha ni siquiera a la congregación, sea para ti exactamente como hombre de las naciones y como recaudador de impuestos.

(Levítico 19:17) ”’No debes odiar a tu hermano en tu corazón. Debes sin falta censurar a tu asociado, para que no cargues pecado junto con él.
(Proverbios 25:9) Defiende tu propia causa con tu semejante, y no reveles el habla confidencial de otro;
(Lucas 17:3) Presten atención a ustedes mismos. Si tu hermano comete un pecado, dale una reprensión; y si se arrepiente, perdónalo.
(Santiago 5:20) 20 sepan que el que hace volver a un pecador del error de su camino salvará su alma de la muerte y cubrirá una multitud de pecados.
(Deuteronomio 19:15) ”Ningún testigo solo debe levantarse contra un hombre respecto a cualquier error o cualquier pecado, en el caso de cualquier pecado que él cometa. Por boca de dos testigos o por boca de tres testigos debe quedar establecido el asunto.
(Juan 8:17) También, en la propia Ley de ustedes está escrito: ‘El testimonio de dos hombres es verdadero’.
(2 Corintios 13:1) Esta es la tercera vez que voy a ustedes. “Por boca de dos testigos, o de tres, todo asunto tiene que ser establecido.”
(1 Timoteo 5:19) No admitas una acusación contra un anciano, salvo y únicamente por la evidencia de dos o tres testigos.
(Hebreos 10:28) Cualquiera que ha desatendido la ley de Moisés muere sin compasión, por el testimonio de dos o tres.
(Juan 18:28) Entonces condujeron a Jesús desde Caifás al palacio del gobernador. Era temprano en el día ahora. Pero ellos mismos no entraron en el palacio del gobernador, para no contaminarse, sino poder comer la pascua.
(Hechos 10:28) y les dijo: “Bien saben ustedes cuán ilícito le es a un judío unirse o acercarse a un hombre de otra raza; y, no obstante, Dios me ha mostrado que no debo llamar contaminado o inmundo a ningún hombre.
(Hechos 11:3) diciendo que había entrado en casa de varones que no eran circuncisos y había comido con ellos.
(Romanos 16:17) Ahora los exhorto, hermanos, a que vigilen a los que causan divisiones y ocasiones de tropiezo contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y que los eviten.
(1 Corintios 5:11) Pero ahora les escribo que cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que, llamándose hermano, sea fornicador, o persona dominada por la avidez, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, y ni siquiera coman con tal hombre.
(Efesios 4:26, 27) Estén airados, y, no obstante, no pequen; que no se ponga el sol estando ustedes en estado provocado, 27 ni dejen lugar para el Diablo.
(Salmo 4:4)  4 Agítense, pero no pequen. Digan lo que quieran en su corazón, sobre su cama, y callen. Sélah.
(Levítico 19:17) ”’No debes odiar a tu hermano en tu corazón. Debes sin falta censurar a tu asociado, para que no cargues pecado junto con él.
(Colosenses 3:13) Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes.
(1 Pedro 4:8) Ante todo, tengan amor intenso unos para con otros, porque el amor cubre una multitud de pecados.
(Santiago 4:7) 7 Sujétense, por lo tanto, a Dios; pero opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes.
Hay que actuar sin demora para mantener la paz y evitar que se agraven las heridas. Nunca dejemos que el orgullo, la envidia o la codicia nos impidan resolver rápidamente los problemas (Sant. 4:1-6). w11 15/8 4:6, 7
(Santiago 4:1-6) ¿De qué fuente son las guerras y de qué fuente son las peleas entre ustedes? ¿No son de esta fuente, a saber, de sus deseos vehementes de placer sensual que se hallan en conflicto en sus miembros? 2 Ustedes desean, y sin embargo no tienen. Siguen asesinando y codiciando, y sin embargo no pueden obtener. Siguen peleando y guerreando. No tienen, porque no piden. 3 Sí piden, y sin embargo no reciben, porque piden con un propósito malo, para gastar[lo] en los deseos vehementes que tienen de placer sensual. 4 Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios. 5 ¿O se figuran ustedes que la escritura dice en balde: “Es con tendencia hacia la envidia con lo que el espíritu que se ha domiciliado en nosotros sigue anhelando”? 6 Sin embargo, la bondad inmerecida que él da es mayor. Por eso se dice: “Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes”.
(Santiago 3:14) 14 Pero si ustedes tienen en el corazón amargos celos y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad.
(Romanos 7:23) pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
(Gálatas 5:17) Porque la carne está contra el espíritu en su deseo, y el espíritu contra la carne; porque estos están opuestos el uno al otro, de manera que las mismísimas cosas que ustedes quisieran hacer, no las hacen.
(1 Pedro 2:11) Amados, los exhorto como a forasteros y residentes temporales a que sigan absteniéndose de los deseos carnales, los cuales son los mismísimos que llevan a cabo un conflicto en contra del alma.
(1 Juan 3:15) 15 Todo el que odia a su hermano es homicida, y ustedes saben que ningún homicida tiene la vida eterna [como cosa] permanente en él.
(Colosenses 3:5, 6) 5 Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría. 6 . . .
(Mateo 5:22) Sin embargo, yo les digo que todo el que continúe airado con su hermano será responsable al tribunal de justicia; pero quienquiera que se dirija a su hermano con una palabra execrable de desdén será responsable al Tribunal Supremo; mientras que quienquiera que diga: ‘¡Despreciable necio!’, estará expuesto al Gehena de fuego.
(Santiago 3:16) Porque donde hay celos y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil.
(Isaías 1:15) Y cuando ustedes extienden las palmas de las manos, escondo de ustedes los ojos. Aunque hagan muchas oraciones, no escucho; sus mismas manos se han llenado de derramamiento de sangre.
(Zacarías 7:13) “‘Y así ocurrió que, tal como él llamó y ellos no escucharon, así ellos llamaban y yo no escuchaba —ha dicho Jehová de los ejércitos—.
(Miqueas 3:4) En aquel tiempo clamarán a Jehová por socorro, pero él no les responderá. Y él ocultará de ellos su rostro en aquel tiempo, según como cometieron maldad en sus tratos.
(1 Juan 3:22) y cualquier cosa que le pedimos la recibimos de él, porque estamos observando sus mandamientos y estamos haciendo las cosas que son gratas a sus ojos.
(Ezequiel 16:15) 15 “‘Pero tú empezaste a confiar en tu belleza y a hacerte prostituta debido a tu nombre, y a derramar tus actos de prostitución sobre todo el que pasaba; de él llegó a ser.
(2 Crónicas 19:2) Jehú hijo de Hananí el hombre de visiones salió ahora delante de él y dijo al rey Jehosafat: “¿Es a los inicuos a quienes se ha de dar ayuda, y es para los que odian a Jehová para quienes debes tener amor? Y por esto hay indignación contra ti procedente de la persona de Jehová.
(Juan 15:19) Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.
(Juan 17:14) Yo les he dado tu palabra, pero el mundo los ha odiado, porque ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.
(1 Juan 5:19) Sabemos que nosotros nos originamos de Dios, pero el mundo entero yace en el [poder del] inicuo.
(Lucas 6:26) ”¡Ay, cuando todos los hombres hablen bien de ustedes, porque cosas como estas son las que los antepasados de ellos hicieron a los falsos profetas!
(Gálatas 1:10) ¿Es, de hecho, a hombres a quienes ahora estoy tratando de persuadir, o a Dios? ¿O estoy procurando agradar a hombres? Si todavía estuviera agradando a hombres, no sería esclavo de Cristo.
(Juan 18:36) Jesús contestó: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente”.
(Romanos 8:7) porque el tener la mente puesta en la carne significa enemistad con Dios, porque esta no está sujeta a la ley de Dios, ni, de hecho, lo puede estar.
(1 Juan 2:15) No estén amando ni al mundo ni las cosas [que están] en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él;
(Génesis 8:21) 21 Y Jehová empezó a oler un olor conducente a descanso, de modo que dijo Jehová en su corazón: “Nunca más invocaré el mal sobre el suelo a causa del hombre, porque la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud; y nunca más asestaré un golpe a toda cosa viviente tal como he hecho.
(Juan 1:16) 16 Porque todos nosotros recibimos de su plenitud, sí, bondad inmerecida sobre bondad inmerecida.
(Salmo 138:6) Porque Jehová es alto, y, no obstante, al humilde lo ve; pero al altanero lo conoce solo de distancia.
(Isaías 2:11) Los ojos altivos del hombre terrestre tienen que ser rebajados, y la altanería de los hombres tiene que inclinarse; y solo Jehová tiene que ser puesto en alto en aquel día.
(Proverbios 3:34) Si se trata de burladores, él mismo escarnecerá; pero a los mansos mostrará favor.
(1 Pedro 5:5) De igual manera, ustedes, hombres de menos edad, estén en sujeción a los hombres de más edad. Pero todos ustedes cíñanse con humildad mental los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.
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Busquemos la paz
“Sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz.” (ROM. 14:19)
EL MUNDO actual no disfruta de verdadera paz. Ni siquiera viven unidos quienes pertenecen al mismo país y hablan el mismo idioma, pues a menudo los separan cuestiones religiosas, políticas y sociales. ¡Qué diferente es el pueblo de Jehová! En él reina la paz, a pesar de que en su seno están representadas “todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas” (Rev. 7:9).
2 Pero esta bendición no es casualidad. ¿Qué razones explican que el pueblo de Jehová viva en armonía? La primera y más importante es que sus integrantes están en “paz con Dios”, ya que han cifrado su fe en Jesús y han sido redimidos por su sangre (Rom. 5:1; Efe. 1:7). La segunda razón es que, como sirven lealmente a Jehová, reciben el espíritu santo, el cual produce como fruto diversas cualidades, entre ellas la paz (Gál. 5:22). La tercera razón es que “no son parte del mundo” (Juan 15:19). Siempre se mantienen neutrales en asuntos políticos y nunca participan en las guerras, sean dentro o fuera de su país, pues han convertido “sus espadas en rejas de arado” (Isa. 2:4).
3 Ahora bien, la paz de que gozamos no solo nos lleva a evitar hacer daño a nuestros hermanos. Nos mueve a amarlos, sin importar su raza o cultura (Juan 15:17). En efecto, nos impulsa a hacer “lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe” (Gál. 6:10). Vivimos en un auténtico paraíso espiritual que debemos valorar y proteger. Por eso, es bueno examinar cómo podemos buscar la paz en la congregación.
Cuando un hermano ofende a otro
4 Santiago escribió: “Todos tropezamos muchas veces. Si alguno no tropieza en palabra, este es varón perfecto” (Sant. 3:2). Por tanto, es inevitable que se produzcan malentendidos y desavenencias entre hermanos (Fili. 4:2, 3). Pero ¿es posible resolverlos sin perturbar la paz de la congregación? Desde luego que sí. La Biblia indica qué pasos debemos dar si notamos que hemos ofendido a alguien (léase Mateo 5:23, 24).
5 Pero ¿y si es el otro el que ha cometido una ofensa contra nosotros? ¿Deberíamos razonar que es él quien tiene que dar el primer paso y disculparse? No. Recordemos que el verdadero amor “no lleva cuenta del daño” (1 Cor. 13:5). Cuando se trata de problemas de poca importancia, es mucho mejor hacer borrón y cuenta nueva, o sea, perdonar y olvidar (léase Colosenses 3:13). Al actuar así, estaremos en paz con los demás y con nosotros mismos. ¡Con razón dice la Biblia que es una “hermosura [...] pasar por alto la transgresión”! (Pro. 19:11.)
6 ¿Y si no logramos pasar por alto lo sucedido? ¿Sacaremos algo contándoselo a todo el que esté dispuesto a escucharnos? Con eso lo único que conseguiremos será perturbar la paz de la congregación. Mateo 18:15 nos indica cómo resolver el problema de forma pacífica: “Si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano”. Es cierto que en el contexto inmediato (versículos 15 a 17) se está hablando de ofensas graves. Sin embargo, el versículo 15 contiene un principio aplicable a la situación de la que hablamos: debemos abordar en privado a quien nos ha ofendido, haciéndolo con respeto y tratando de arreglar las cosas.
7 El apóstol Pablo escribió: “Estén airados, y, no obstante, no pequen; que no se ponga el sol estando ustedes en estado [de irritación], ni dejen lugar para el Diablo” (Efe. 4:26, 27). Y Jesús aconsejó: “Ocúpate en arreglar prestamente los asuntos con el que se queja contra ti en juicio” (Mat. 5:25). En ambos textos se subraya la importancia de actuar sin demora para mantener la paz y evitar que se agraven las heridas. Nunca dejemos que el orgullo, la envidia o la codicia nos impidan resolver rápidamente los problemas (Sant. 4:1-6).
Cuando hay varios implicados
8 Supongamos que el problema no se limita a dos hermanos, sino que hay varios implicados. Eso fue lo que sucedió en el siglo primero entre los cristianos de Roma, algunos de los cuales eran de origen judío y otros no. Parece que la polémica surgió porque había quienes menospreciaban a los que tenían una conciencia “débil” —es decir, muy restrictiva— y los criticaban por decisiones estrictamente personales. ¿Qué consejos dio Pablo por inspiración? (Rom. 14:1-6.)
9 El apóstol se dirigió a ambas partes. Al que tenía muy claro que no era necesario obedecer la Ley mosaica, le advirtió que no se creyera mejor que quienes aún no lo tenían tan claro y consideraban repulsivos los alimentos que esta prohibía (Rom. 14:2, 10). Si trataba con desprecio a estos hermanos, podría hundirlos espiritualmente. “Deja de demoler la obra de Dios simplemente por causa de alimento —escribió Pablo—. [...] Es bueno no comer carne, ni beber vino, ni hacer cosa alguna por la cual tu hermano tropiece.” (Rom. 14:14, 15, 20, 21.) Por otra parte, al cristiano de conciencia más restrictiva le aconsejó que no criticara a quienes no compartían su criterio (Rom. 14:13). Anteriormente ya les había hecho esta exhortación: “Digo a cada uno que está allí entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que sea necesario pensar” (Rom. 12:3). Y ahora les recomendó: “Sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificación mutua” (Rom. 14:19).
10 ¿Cómo respondieron los romanos a las palabras de Pablo? Sin duda, le escucharon y corrigieron su forma de actuar. Hoy día, los cristianos deben demostrar la misma actitud cuando surgen diferencias entre ellos. Han de analizar los principios bíblicos pertinentes y aplicarlos con amor y humildad. Claro está, para que “mantengan [la] paz”, es probable que todas las partes involucradas necesiten hacer cambios, tal y como hicieron los cristianos de Roma (Mar. 9:50).
Cuando los ancianos dan ayuda
11 Imaginémonos que un hermano acude a un anciano para contarle cierto problema que tiene con alguien de la familia o de la congregación. ¿Qué hará el superintendente? En primer lugar, escucharle con atención, pues recuerda la siguiente advertencia: “Cualquiera que tapa su oído al clamor [...] del de condición humilde [...] clamará y no se le responderá” (Pro. 21:13). Ahora bien, evitará ponerse automáticamente de parte del ofendido, pues otro proverbio señala: “El primero que da su versión parece que dice la verdad, hasta que llega el otro y lo desmiente” (Pro. 18:17, Nueva Biblia al Día). Por lo general, después de escucharle, le preguntará si ha hablado con la otra persona. Además, le mostrará con la Palabra de Dios los pasos que puede dar a fin de restablecer la paz.
12 Ciertamente, formarse una opinión sin conocer antes las dos versiones es muy peligroso. Así lo demuestra el ejemplo de tres personajes bíblicos. El primero es Potifar, quien creyó a su esposa cuando esta le contó que José había intentado violarla. Se enojó tanto con él que lo encarceló injustamente (Gén. 39:19, 20). El segundo es el rey David. Cuando Zibá aseguró que su amo, Mefibóset, se había pasado al enemigo, David no comprobó si era cierto. Simplemente le dijo: “¡Mira! Tuyo es todo lo que pertenece a Mefibóset” (2 Sam. 16:4; 19:25-27). El tercero es Artajerjes, rey de Persia. En cierta ocasión recibió un informe de que los judíos estaban reedificando las murallas de Jerusalén e iban a rebelarse contra él. La acusación era falsa, pero el monarca la dio por verdadera y ordenó paralizar todas las obras. Como consecuencia, se detuvo la reconstrucción del templo de Dios (Esd. 4:11-13, 23, 24). Estos casos contienen una importante lección para los ancianos: antes de emitir cualquier juicio, deben informarse bien y, como aconsejó Pablo, evitar a toda costa el favoritismo (léase 1 Timoteo 5:21).
13 ¿Es suficiente con escuchar las dos versiones de un conflicto? No; a menudo hace falta algo más. La Biblia indica que “si alguien piensa que ha adquirido conocimiento de algo, todavía no lo sabe exactamente como debe saberlo” (1 Cor. 8:2). Es muy probable que nos falten datos sobre el origen del problema o sobre las circunstancias de los implicados. Cuando los ancianos juzgan algún asunto, deben tener cuidado para no dejarse llevar por manipulaciones, mentiras o rumores. Han de recordar que Jesucristo, el Juez que Dios ha nombrado, siempre actúa con justicia, tal como se había profetizado: “No juzgará por la mera apariencia de las cosas a sus ojos, ni [...] simplemente según lo que oigan sus oídos” (Isa. 11:3, 4). Además, él sigue en todo momento la guía del espíritu de Jehová, y lo mismo deben hacer ellos.
14 Por eso es tan necesario que, antes de emitir un juicio, le pidan a Jehová su espíritu y busquen su guía consultando las Escrituras y las publicaciones del “esclavo fiel y discreto” (Mat. 24:45).
Algo más importante que conservar la paz
15 Es cierto que los cristianos debemos buscar siempre la paz. Con todo, la Biblia afirma: “La sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica” (Sant. 3:17). Como vemos, Jehová considera que mantener la castidad —es decir, la pureza moral y espiritual— es aún más importante que conservar la paz. Por eso, si nos enteramos de que un hermano ha cometido un pecado grave, debemos animarle a que se lo confiese a los ancianos (1 Cor. 6:9, 10; Sant. 5:14-16). Pero si no lo hace, tenemos el deber de informárselo nosotros. Sería un grave error quedarnos callados, tal vez creyendo que así mantenemos la paz con el pecador. Si lo hiciéramos, nos convertiríamos en sus cómplices (Lev. 5:1; léase Proverbios 29:24).
16 Cierto episodio de la vida de Jehú demuestra que es más importante defender la justicia divina que buscar la paz. Jehová envió a Jehú a castigar a la familia del rey Acab. Cuando el malvado rey Jehoram, hijo de Acab y Jezabel, salió a su encuentro en su carro, le dijo: “¿Hay paz, Jehú?”. Su respuesta fue contundente: “¿Qué paz podría haber mientras haya las fornicaciones de Jezabel tu madre y sus muchas hechicerías?” (2 Rey. 9:22). De inmediato, Jehú le disparó una flecha que le atravesó el corazón. ¿Qué lección pueden extraer de este relato los ancianos de la actualidad? Que cuando alguien peca y se niega a arrepentirse, no pueden tolerar su mala conducta solo por mantener la paz con esa persona. Deben expulsarla, pues así la congregación podrá seguir disfrutando de paz con Dios (1 Cor. 5:1, 2, 11-13).
17 Afortunadamente, la mayoría de los problemas entre hermanos no tienen que ver con pecados graves ni requieren la formación de un comité judicial. En tales casos, el amor dicta que perdonemos y pasemos la página. La Biblia asegura: “El que encubre la transgresión busca amor, y el que sigue hablando de un asunto separa a los que se han familiarizado entre sí” (Pro. 17:9). Si nos esforzamos por pasar por alto los errores de nuestros hermanos, la congregación será un oasis de paz. Y, lo que es más, conservaremos la buena relación con Jehová (Mat. 6:14, 15).
Las bendiciones de buscar la paz
18 El cristiano que busca “las cosas que contribuyen a la paz” recibirá grandes bendiciones. Para empezar, como imita la personalidad de Jehová, gozará de su amistad y estará colaborando para que todos disfrutemos de armonía y unidad en nuestro paraíso espiritual. Por otro lado, al promover las buenas relaciones en la congregación, le resultará más fácil hacer lo mismo en el territorio cuando predica “las buenas nuevas de la paz” (Efe. 6:15). Así logrará “ser amable para con todos” y mantenerse “reprimido”, o controlado, cuando lo traten mal (2 Tim. 2:24).
19 Además, verá hacerse realidad esta promesa: “Va a haber resurrección así de justos como de injustos” (Hech. 24:15). Cuando eso suceda en la Tierra, volverán a la vida millones de personas de todos los orígenes, culturas, personalidades y épocas, desde la actualidad hasta los tiempos de “la fundación del mundo” (Luc. 11:50, 51). Dado que entonces tendremos el gran honor de enseñarles los caminos de la paz, ¡qué importante es que ya estemos andando en ellos!
[Nota]
La Atalaya del 15 de octubre de 1999, páginas 17 a 22, expone consejos bíblicos aplicables a casos graves, como la calumnia y el fraude.
¿Lo sabría explicar?
• ¿Qué pasos debemos dar si notamos que hemos ofendido a alguien?
• ¿De qué forma mantenemos la paz cuando un hermano nos ofende?
• ¿Por qué es un error ponerse de parte de alguien en los problemas ajenos?
• ¿Qué es más importante que buscar la paz?
[Preguntas del estudio]
 1, 2. ¿Por qué razones reinan la paz y la concordia entre los testigos de Jehová?
 3. ¿A qué nos impulsa la paz de que gozamos, y qué veremos en este artículo?
 4. ¿Qué debemos hacer si hemos ofendido a alguien?
 5. ¿De qué forma buscamos la paz cuando un hermano nos ofende?
 6. ¿Qué deberíamos hacer si no logramos pasar por alto cierta ofensa?
 7. ¿Por qué es importante resolver los problemas lo antes posible?
 8, 9. a) ¿Qué polémica surgió entre los cristianos de Roma? b) ¿Qué consejos dio Pablo?
10. Al igual que los cristianos de Roma, ¿qué debemos hacer para solucionar las diferencias?
11. ¿Qué deben hacer los ancianos cuando alguien les cuente que tiene un problema con otro cristiano?
12. ¿Qué ejemplos ilustran el peligro de emitir un juicio sobre un conflicto sin haber oído antes a todas las partes?
13, 14. a) ¿Qué debemos recordar cuando hay un problema entre dos personas? b) ¿Con qué ayuda cuentan los superintendentes a la hora de emitir un juicio?
15. ¿Cuándo debemos hacerles saber a los ancianos que un hermano ha cometido un pecado grave?
16. ¿Qué nos enseña el relato de Jehú y el rey Jehoram?
17. ¿Cómo contribuimos a que la congregación sea un oasis de paz?
18, 19. ¿Qué bendiciones recibiremos si nos esforzamos por buscar la paz?

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