TEXTO DEL DÍA
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CITA BÍBLICA
Descripción Biblia
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Referencias BÍBLICAS
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*** Texto del Viernes, 15 de
Febrero de 2013 ***
Viernes 15 de febrero
El que come no menosprecie
al que no come (Rom. 14:3).
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(Romanos 14:3) El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no
juzgue al que come, porque Dios ha recibido con gusto a ese.
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(Colosenses 2:16)
16 Por lo tanto, que nadie los juzgue en el comer y
beber, o respecto de una fiesta, o de una observancia de la luna nueva, o de
un sábado;
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Tal y como ocurre con
la comida, en el ocio existen muchísimas opciones válidas (Rom. 14:2, 4).
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(Romanos 14:2) Un [hombre] tiene fe para
comer de todo, pero el que es débil come legumbres.
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(Génesis 9:3)
3 Todo animal moviente que está vivo puede servirles
de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras lo doy todo a
ustedes.
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(Romanos 14:4) ¿Quién eres tú para juzgar al sirviente
de casa ajeno? Para su propio amo
está en pie o cae. En verdad, se le hará estar en pie, porque Jehová puede
hacer que esté en pie.
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(Mateo 7:1)
”Dejen de juzgar, para que no sean juzgados;
(Santiago 4:12) Uno solo hay que es legislador y juez, el
que puede salvar y destruir. Pero tú, ¿quién eres, para que estés juzgando a
[tu] prójimo?
(Jeremías 35:19)
19 por lo tanto esto es lo que ha dicho Jehová de los
ejércitos, el Dios de Israel: “No será cortado de Jonadab hijo de Recab un
hombre que siempre esté de pie delante de mí”’”.
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Por supuesto, la libertad de elección no es una excusa para
participar en actividades perjudiciales. Pensemos en el ejemplo de la comida.
Por mucho que nos guste variar, ¿verdad que jamás se nos ocurriría comer ningún
alimento podrido? No solo sería una insensatez, sino que además estaríamos
poniendo en riesgo nuestra propia salud. Por la misma razón, aunque estemos
abiertos a una amplia variedad de diversiones, evitamos todas las que puedan
ser inmorales, violentas o muy peligrosas, pues violan los principios bíblicos
y amenazan nuestra salud física y espiritual. Es obvio que tenemos que
mantenernos dentro de unos límites razonables. Para ello, lo mejor
es determinar de antemano si el tipo de entretenimiento que nos atrae es
bueno o no (Efe. 5:10).
w11 15/10 1:3, 4
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(Efesios 5:10) Sigan asegurándose de lo que es acepto al Señor;
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(Romanos 12:2)
Y cesen de amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense
rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena
y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.
(Filipenses 1:10) para que se aseguren de las cosas más
importantes, para que estén exentos de defectos y no hagan tropezar a otros
hasta el día de Cristo,
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*** w11 15/10 ¿Son sanas nuestras
diversiones? ***
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¿Son sanas nuestras
diversiones?
“Sigan asegurándose de lo que es acepto al Señor.”
(EFE. 5:10).
LA Biblia muestra en numerosos pasajes que Jehová no quiere que
simplemente pasemos por la vida, sino que desea que disfrutemos de ella. Por
ejemplo, Salmo 104:14, 15. señala que él “está haciendo [...] salir
alimento de la tierra, y vino que regocija el corazón del hombre mortal, para
hacer brillar el rostro con aceite, y pan que sustenta el mismísimo corazón
del hombre mortal”. En efecto, Dios hace crecer los cultivos para que
obtengamos grano, aceite y vino con que alimentarnos. Pero notemos que el
vino es un producto que no solo nos nutre, sino que además nos “regocija
el corazón” (Ecl. 9:7.; 10:19).. Es evidente que Jehová quiere que los
seres humanos vivan felices, pues está “llenando por completo sus corazones [...]
de alegría” (Hech. 14:16, 17)..
2 Siendo así, no hay razón para que los siervos de
Dios se sientan culpables porque de vez en cuando dediquen tiempo a
actividades recreativas. De hecho, el que “observen atentamente las aves
del cielo” y “los lirios del campo”, por mencionar un par de ejemplos, puede
revigorizarlos y enriquecerlos como personas (Mat. 6:26., 28.; Sal. 8:3, 4)..
En realidad, vivir una vida plena y saludable es un “don de Dios” (Ecl.
3:12, 13). Comprendemos que nuestro tiempo libre forma parte de ese
regalo suyo, y por eso queremos emplearlo como a él le agrada.
Libertad dentro de unos límites
3 Como veremos a continuación, el cristiano equilibrado
reconoce que cada cual tiene derecho a elegir los pasatiempos que prefiera,
pero siempre dentro de unos límites. Con las diversiones ocurre lo mismo que
con ciertos alimentos, que en algunos lugares del mundo son exquisiteces y en
otros se consideran poco menos que incomibles. Los cristianos de cierta parte
del mundo tal vez elijan actividades que a los de otra parte no les
resulten interesantes. Y estas diferencias se dan incluso entre quienes
viven en la misma zona. Hay quienes disfrutan relajándose con un buen libro
en su sillón favorito, mientras que a otros les parece aburrido; a unos les
encanta andar en bicicleta por el campo, pero a otros les resulta agotador.
Todos debemos aceptar que, tal como sucede con la comida, en el ocio existen
muchas opciones válidas (Rom. 14:2-4)..
4 Por supuesto, la libertad de elección no es una
excusa para participar en actividades perjudiciales. Volvamos al ejemplo de
la comida. Por mucho que nos guste variar, ¿verdad que jamás se nos ocurriría
comer ningún alimento podrido? No solo sería una insensatez, sino que
además estaríamos poniendo en riesgo nuestra propia salud. Por la misma razón,
aunque estemos abiertos a una amplia variedad de diversiones, evitamos todas
las que son inmorales, violentas o muy peligrosas, pues violan los principios
bíblicos y amenazan nuestra salud física y espiritual. Es obvio que
debemos mantenernos dentro de unos límites razonables. Para ello, lo mejor es
determinar de antemano si el tipo de entretenimiento que nos atrae es bueno o
no (Efe. 5:10).. A continuación veremos cómo hacerlo.
5 Nuestras diversiones nos beneficiarán únicamente si
son del agrado de Jehová. ¿Cómo sabemos si una actividad está a la altura de
los principios de su Palabra? (Sal. 86:11.). Sometiéndola a una serie de tres
preguntas. La llamaremos “la prueba del qué, cuándo y
quién”. Analicemos una por una estas tres cuestiones.
¿Qué incluye?
6 La primera pregunta que debemos hacernos al elegir una
determinada forma de entretenimiento es la siguiente: “¿Qué incluye la
actividad que me atrae?”. En otras palabras: ¿cuáles son sus características?
Conviene tomar en cuenta que, para el siervo de Dios, existen dos clases de
diversiones: primero, las que debe evitar a toda costa, y segundo, las que
puede aceptar suponiendo que se lo permite la conciencia. ¿Cuáles son
totalmente inadmisibles? Aquellas en las que se realizan o se presentan actos
que chocan de plano con los principios o las leyes divinas (1 Juan
5:19).. Aunque en este mundo malvado triunfa el entretenimiento en el que
ocupan un lugar relevante el sadismo, el demonismo, la homosexualidad, la
pornografía, la violencia y otros actos condenados en las Escrituras, los
cristianos lo rechazamos rotundamente (1 Cor. 6:9, 10.; léase
Revelación 21:8).. Sin importar dónde estemos,
evitamos cualquier contacto con todo lo que exalta estas prácticas, y de
esta manera le demostramos a Jehová que somos obedientes a este mandato suyo:
“Aborrezcan lo que es inicuo” (Rom. 12:9.; 1 Juan 1:5, 6)..
7 Hablemos ahora de la segunda categoría: las
diversiones que no guardan relación directa con prácticas condenadas
expresamente en las Escrituras. ¿Cómo sabe el cristiano si la actividad que
planea realizar es sana a los ojos de Jehová? Mirándola a la luz de los
principios bíblicos (Pro. 4:10, 11).. Así podrá tomar una decisión
personal que lo deje con la conciencia tranquila (Gál. 6:5.; 1 Tim.
1:19).. ¿Qué le ayudará a hacer una buena elección? Regresemos al ejemplo de
la comida. Antes de probar un plato nuevo, solemos preguntar cuáles son sus
ingredientes. Igualmente, antes de elegir cierto tipo de entretenimiento,
hemos de investigar cuál es su contenido (Efe. 5:17)..
8 Pongamos un caso. A muchos nos encantan ciertos
deportes porque nos parecen emocionantes. Eso es perfectamente comprensible.
Ahora bien, ¿pudiera ser que también nos atraigan otros “ingredientes”, como
la competitividad salvaje, el riesgo, las lesiones, las celebraciones
desenfrenadas o el patriotismo? Hagamos un autoanálisis. Tal vez descubramos
que nuestra actitud no encaja con el criterio de Jehová ni con el
mensaje de paz y amor que predicamos y optemos por renunciar a esa actividad
(Isa. 61:1.; Gál. 5:19-21).. Pero si llegamos a la conclusión de que los “ingredientes”
de cierta diversión son compatibles con las normas bíblicas, llevarla a cabo
puede resultarnos revitalizante (Gál. 5:22, 23.; léase Filipenses
4:8)..
¿Cuándo la realizaré?
9 En segundo lugar deberíamos plantearnos esta otra
pregunta: “¿Cuándo realizaré la actividad?”. Hay que analizar tanto el
momento en que la vamos a llevar a cabo como el tiempo que nos consumirá.
Mientras que la pregunta del qué revela cuáles son nuestras
preferencias y lo que nos parece aceptable o no, la del cuándo saca a
la luz nuestras verdaderas prioridades, ya que muestra lo que nos parece en
realidad más importante. Pues bien, ¿cómo nos aseguramos de que el
entretenimiento no cobre demasiada relevancia en nuestra vida?
10 Recordemos que Jesucristo dijo: “Tienes que amar a
Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y
con todas tus fuerzas” (Mar. 12:30).. ¿Cómo demostramos que nuestro principal
interés en la vida es amar a Jehová? Obedeciendo este consejo de Jesús: “Sigan,
pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras
cosas les serán añadidas” (Mat. 6:33).. Como veremos, estas palabras nos
ayudan a determinar el tiempo y la importancia que debemos concederle al
entretenimiento.
11 Jesús no pide que busquemos “solo el reino”.
Lo que nos manda es buscar “primero el reino”. Él sabe que
debemos dedicar tiempo y energías a muchas otras actividades, pues
necesitamos un hogar, comida, ropa, educación, trabajo y esparcimiento, entre
otras cosas. Pero los intereses del Reino siempre deben recibir prioridad (1 Cor.
7:29-31).. Si nos guiamos por este principio fundamental, no permitiremos
que nada interfiera en nuestra actividad más importante: el servicio a Jehová.
Al aplicar este principio a las diversiones, las mantendremos dentro de
unos límites y lograremos que nos beneficien.
12 ¿Cuántas horas le dedicaremos al entretenimiento? Para
decidirlo, hay que sentarse a calcular “los gastos” (Luc. 14:28).. En efecto,
debemos analizar la inversión de tiempo que requiere cierta actividad
recreativa y plantearnos si vale la pena. Si vemos que nos llevará a
descuidar obligaciones como el estudio personal, la adoración en familia, las
reuniones cristianas y la predicación, entonces sería un “derroche” que no podemos
permitirnos (Mar. 8:36).. Pero si concluimos que se trata de una diversión
ocasional que renovará nuestras energías y nos permitirá seguir buscando
primero el Reino, será una buena “inversión”.
¿Quién me acompañará?
13 La tercera pregunta que todos debemos hacernos es la
siguiente: “¿Quién me acompañará en la actividad?”. Es muy importante
saber con quién nos relacionaremos, pues nuestras diversiones solo serán
edificantes si también lo son nuestras amistades. Claro está, tal como una
comida resulta mucho más agradable cuando se está en buena compañía, el
entretenimiento se disfruta mucho más cuando se comparte con buenos amigos.
Por eso es perfectamente comprensible que a la mayoría de nosotros, y en
especial a los jóvenes, nos guste divertirnos en grupo. La clave del éxito
reside en seleccionar amistades beneficiosas y evitar las compañías
perjudiciales (2 Cró. 19:2.; léase Proverbios
13:20; . Sant. 4:4)..
14 A la hora de elegir nuestras compañías, hacemos bien
en imitar el ejemplo de Jesús. Desde el comienzo de la creación, él ha amado
siempre a los seres humanos (Pro. 8:31).. Y cuando estuvo en la Tierra,
trató con bondad y consideración a todos sus semejantes (Mat. 15:29-37).. No obstante,
tenía clara en su mente la línea divisoria entre la simple cordialidad y la
amistad verdadera. Se llevaba bien con las personas en general, pero únicamente
entablaba relaciones estrechas con quienes cumplían con una condición. ¿Cuál?
La misma que les señaló a sus once apóstoles fieles: “Ustedes son mis
amigos si hacen lo que les mando”
(Juan 15:14.; véase también Juan 13:27., 30).. Es patente que Jesús
solo aceptaba en su círculo íntimo a quienes eran discípulos suyos y siervos
de Jehová.
15 Esa es la actitud que debemos adoptar nosotros. Para
determinar si alguien merece nuestra amistad, preguntémonos: “¿Demuestra con
sus palabras y acciones que obedece los mandatos de Jehová y de Jesús? ¿Comparte
mis creencias y valores bíblicos? ¿Será una influencia positiva y me ayudará
a mantenerme fiel a Jehová y buscar primero el Reino?”. Si respondemos
afirmativamente a estas cuestiones, podemos tener la confianza de que tal
persona será un buen compañero para nuestros momentos de ocio (léase
Salmo 119:63.;2 Cor. 6:14.; 2 Tim. 2:22)..
Pongamos a prueba nuestras diversiones
16 En resumen, hemos analizado tres aspectos relacionados con nuestro tiempo libre: qué diversiones elegimos, cuándo las realizamos y con quién. Y hemos visto que para que nuestro entretenimiento nos beneficie, tiene que estar a la altura de las normas bíblicas en cada uno de esos tres puntos. Antes de elegir cualquier actividad, debemos someterla a la siguiente prueba: ¿Qué incluye? Hay que asegurarse de que no contenga nada impropio para un cristiano (Pro. 4:20-27).. ¿Cuándo la realizaremos? No podemos permitir que nos consuma demasiado tiempo (1 Tim. 4:8).. ¿Quién nos acompañará? Debemos evitar a toda costa las malas influencias (Ecl. 9:18.; 1 Cor. 15:33)..
17 Si vemos que cierta actividad no cumple las condiciones bíblicas del qué, cuándo y quién, entonces no pasa la prueba. Pero si concluimos que sí las cumple, podemos tener la tranquilidad de que esa diversión nos beneficiará y contribuirá a honrar a Jehová (Sal. 119:33-35)..
18 En definitiva, en los momentos de ocio, asegurémonos siempre de hacer lo que debemos, cuando debemos y con quien debemos. Esforcémonos de corazón por seguir en todo momento este consejo bíblico: “Sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios” (1 Cor. 10:31)..
[Nota]
En este artículo emplearemos indistintamente términos como entretenimiento, diversiones, ocio y pasatiempos para referirnos en general a las actividades recreativas que realizamos en nuestro tiempo libre.
¿Qué respondería?
¿Cómo podemos aplicar al entretenimiento los principios que hallamos en los siguientes versículos?
• Filipenses 4:8.
• Mateo 6:33.
• Proverbios 13:20.
[Preguntas del estudio]
1, 2. a) ¿Qué pasajes bíblicos muestran que Jehová desea que disfrutemos la vida? b) Dado que el tiempo libre es un “don de Dios”, ¿qué queremos hacer con él?
3. ¿Por qué es razonable tomar en cuenta la diversidad de gustos en materia de diversiones?
4. ¿Por qué es necesario mantenerse dentro de unos límites al elegir diversiones? Ilústrelo con una comparación.
5. ¿Cómo podemos saber si le agradan a Jehová nuestras diversiones?
6. ¿Qué diversiones rechazamos, y por qué?
7, 8. ¿Cómo sabe el cristiano si la actividad que planea realizar es sana a los ojos de Jehová? Ponga un ejemplo.
9. Mencione qué descubrimos al hacernos la pregunta: “¿Cuándo realizaré la actividad?”.
10, 11. ¿Cómo nos ayuda Mateo 6:33 a determinar cuánto tiempo debemos dedicar al entretenimiento?
12. ¿Qué aplicación tienen las palabras de Lucas 14:28 en el campo del entretenimiento?
13. ¿Por qué conviene analizar con quién nos relacionamos cuando nos divertimos?
14, 15. a) ¿Qué buen ejemplo dio Jesús a la hora de elegir amistades? b) ¿Qué preguntas debemos plantearnos al seleccionar nuestros amigos?
16. ¿A qué prueba debemos someter las actividades que practicamos en nuestro tiempo libre?
17, 18. a) ¿Cómo podemos saber si nuestra forma de entretenernos está a la altura de las normas bíblicas? b) ¿Qué decisión debe tomar cada cristiano en lo relacionado con las diversiones?
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viernes, 15 de febrero de 2013
Viernes, 15 de Febrero de 2013
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