TEXTO DEL
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CITA
Descripción Biblia
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Referencias
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*** Texto del
Viernes, 08 de Febrero de 2013 ***
Viernes 8 de
febrero
Cesen de mezclarse
en la compañía de cualquiera que, llamándose
hermano, sea fornicador (1 Cor. 5:11).
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(1 Corintios 5:11) Pero
ahora les escribo que cesen de mezclarse en la compañía de
cualquiera que, llamándose hermano, sea fornicador, o persona dominada por la avidez, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, y ni
siquiera coman con tal hombre.
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(Números 16:26) Entonces habló
a la asamblea, y dijo: “Apártense, por favor, de delante de las tiendas de
estos hombres inicuos, y no toquen cosa alguna que pertenezca a ellos, para
que no sean barridos en todo el pecado de ellos”.
(Romanos 16:17) Ahora los exhorto,
hermanos, a que vigilen a los que causan divisiones y ocasiones de tropiezo
contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y que los eviten.
(2 Tesalonicenses 3:6)
Ahora les damos órdenes, hermanos, en el nombre del Señor Jesucristo, de que
se aparten de todo hermano que ande desordenadamente y no según la tradición
que ustedes recibieron de nosotros.
(2 Juan 10) Si
alguno viene a ustedes y no trae esta enseñanza, nunca lo reciban en casa ni
le digan un saludo.
(Efesios 5:5)
5 Porque saben esto, y ustedes mismos lo reconocen:
que ningún fornicador, ni inmundo, ni persona dominada por la avidez —lo que
significa ser idólatra— tiene herencia alguna en el reino del Cristo y de
Dios.
(Deuteronomio 21:20) y tienen que
decir a los ancianos de su ciudad: ‘Este hijo nuestro es terco y rebelde; no
escucha nuestra voz, es glotón y borracho’.
(1 Corintios 6:10) ni ladrones, ni personas
dominadas por la avidez, ni borrachos, ni injuriadores, ni los que practican
extorsión heredarán el reino de Dios.
(Gálatas 5:21) envidias, borracheras,
diversiones estrepitosas, y cosas semejantes a estas. En cuanto a estas
cosas, les aviso de antemano, de la misma manera como ya les avisé, que los
que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
(1 Pedro 4:3) Porque basta el tiempo que ha pasado
para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones cuando procedían en
hechos de conducta relajada, lujurias, excesos con vino, diversiones
estrepitosas, partidas de beber e idolatrías ilegales.
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Imaginemos que un
matrimonio ejemplar ve cómo su único hijo abandona la verdad y es expulsado.
Los padres quedan destrozados. Por supuesto, comprenden que la palabra “cualquiera”
en el texto citado arriba también incluye a los familiares que no vivan
en la misma casa que ellos. Pero experimentan emociones encontradas, pues
quieren mucho a su hijo. Por eso, tal vez razonen: “Si limitamos al máximo la
relación con él, ¿cómo vamos a ayudarlo a volver a Jehová? ¿No sería
mejor ser un poco más flexibles?”. ¿Qué harán estos padres? ¿Obedecerán las
claras instrucciones de Jehová? Es cierto que, en contadas ocasiones,
será preciso reunirse con el hijo para atender algún asunto familiar
importante. Pero ¿utilizarán esta excepción como excusa para relacionarse sin
que haya necesidad? Al decidir lo que van a hacer, no deben pasar
por alto lo que piensa Jehová. Él estableció la expulsión con un propósito:
mantener limpia su organización y, si es posible, lograr que el pecador
recapacite. w11 15/7 4:12, 13, 15
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¿Ha entrado usted
en el descanso de Dios?
“La
palabra de Dios es viva, y ejerce poder.” (HEB. 4:12).
EN EL artículo
anterior vimos que, para entrar en el descanso de Dios, debemos obedecerle y
actuar en conformidad con su propósito. Ahora bien, no siempre resulta fácil.
Por ejemplo, si descubriéramos que algo que nos gusta hacer le desagrada a
Jehová, ¿nos resistiríamos a cambiar? Sin duda, esa actitud no sería
propia de una persona que está “lista para obedecer” (Sant. 3:17).. En este
artículo analizaremos varias situaciones donde podemos demostrar que somos
obedientes, o, lo que es lo mismo, que de verdad queremos vivir de acuerdo
con el propósito de Dios.
2 ¿Nos cuesta a
veces aplicar los consejos bíblicos que recibimos? La Biblia dice que
Dios quiere reunir “las cosas deseables de todas las naciones”, es decir,
personas a las que considera muy valiosas porque aman la justicia (Ageo 2:7)..
Siendo sinceros, antes de conocer la verdad, la mayoría de nosotros dejábamos
mucho que desear. Pero llegamos a amar tanto a Jehová y a su Hijo que hicimos
grandes cambios en nuestra forma de ser y actuar. A fin de agradar a
Dios, seguramente tuvimos que hacer muchos esfuerzos y muchas oraciones, pero
lo logramos. Y, finalmente, llegó el feliz día en el que pudimos
bautizarnos (léase Colosenses 1:9, 10)..
3 Ahora bien, ¿terminó
ahí nuestra batalla? Claro que no. Sabemos que, mientras seamos imperfectos,
tendremos que seguir en la lucha. Pero estamos convencidos de que si no aflojamos
el paso, Jehová bendecirá nuestros esfuerzos por agradarle cada día más.
Aceptemos los consejos
4 El primer paso
para luchar contra nuestros puntos débiles es identificarlos. ¿Cómo nos ayuda
Jehová a lograrlo? Puede valerse de un discurso que nos haga reflexionar o de
un artículo que nos cale hondo. Pero si no captamos el consejo o no lo
ponemos en práctica, puede utilizar a nuestros hermanos para que nos lo
recuerden (léase Gálatas 6:1).
5 No siempre es
fácil aceptar los consejos de otro ser humano, por muy prudente y bondadoso
que sea, pues sabemos que es tan imperfecto como nosotros. Con todo, conviene
recordar que es Jehová quien ordena a los responsables de la
congregación que “traten de reajustar [a los hermanos] con espíritu de
apacibilidad”, es decir, que los corrijan con cariño (Gál. 6:1).. Si aceptamos
lo que nos dicen, seremos aún más “deseables”, o valiosos, a los ojos de
Dios. Es curioso que, cuando hablamos con Jehová, todos admitimos sin
problemas que cometemos errores. Pero quizá no nos resulte tan fácil
reconocer un error concreto cuando un anciano nos lo señala. Puede que
cuestionemos sus intenciones, nos quejemos de su falta de tacto, restemos
importancia al problema o pongamos excusas (2 Rey. 5:11).. Y si se
trata de un asunto delicado —como la conducta de un familiar, la apariencia,
la falta de higiene o las diversiones que Jehová desaprueba—, tal vez hasta
nos enojemos y hagamos sentir mal al consejero. Pero, más tarde, cuando lo
pensamos en frío, comprendemos que reaccionamos mal y que el consejo era
oportuno.
6 El versículo que
encabeza este artículo nos recuerda que “la palabra de Dios [...] ejerce
poder”. En efecto, consigue que hagamos grandes cambios en nuestra vida,
cambios que no solo se producen antes de bautizarnos, sino también después.
En el mismo pasaje, Pablo añade que “la palabra de Dios [...]
penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano,
y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón” (Heb. 4:12).. Aquí,
el “alma” se refiere a nuestro exterior, lo que parecemos ser, y el “espíritu”,
a nuestro interior, lo que en realidad somos. ¿Qué quiso decir el apóstol?
Que cuando examinamos la Biblia y entendemos lo que Dios espera que hagamos,
nuestra reacción revela cómo somos realmente. ¿Qué se puede decir de cada uno
de nosotros? ¿Concuerda siempre nuestro exterior con lo que hay en nuestro
interior? (Léase Mateo 23:27, 28.).
Pensemos en qué haríamos en las siguientes situaciones.
Vayamos al paso
de la organización de Jehová
7 Muchos de nosotros
conocemos muy bien Proverbios 4:18.: “La senda de los justos es como la luz
brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente
establecido”. Estas palabras indican que nuestra conducta cristiana y nuestra
comprensión del propósito divino van mejorando con el tiempo.
8 En el artículo
anterior vimos que, después de la muerte de Jesús, muchos discípulos suyos de
origen judío seguían apegados a la Ley mosaica (Hech. 21:20).. En sus
escritos inspirados, Pablo les demostró magistralmente que los cristianos no tenían
que obedecer dicha Ley, pero hubo quienes se negaron a aceptarlo (Col.
2:13-15).. ¿Por qué? Tal vez porque creían que cumpliendo la Ley —o al menos
algunos de sus preceptos— evitarían que los judíos los persiguieran. En su
carta a los Hebreos, el apóstol les dejó claro que para entrar en el descanso
de Jehová era indispensable que se mantuvieran al paso con el desarrollo del
propósito divino (Heb. 4:1, 2, 6.; léase Hebreos
4:11).. Si querían que Dios los aprobara, tendrían que
aceptar que él estaba dirigiendo a su pueblo por un camino diferente.
9 En la actualidad
también hemos visto cómo se han ido aclarando diversas doctrinas bíblicas.
Lejos de inquietarnos, estas actualizaciones refuerzan nuestra confianza en
el esclavo. Sabemos que el Cuerpo Gobernante, que actúa en nombre de este, no duda
en revisar o corregir algún punto cuando comprende que es necesario. Y no
tiene miedo a las críticas. Para estos hermanos, lo más importante es mantenerse
al día con el desarrollo del propósito de Dios. ¿Qué hay de nosotros? ¿Cómo
respondemos cuando se modifica una explicación bíblica? (Léase Lucas
5:39.).
10 Examinemos ahora
otra situación. A finales del siglo XIX y principios del XX, entre los
Estudiantes de la Biblia —como se llamaba entonces a los testigos de Jehová—
había excelentes oradores. Pensaban que, en su caso, la mejor forma de
predicar era presentando buenos discursos. Les encantaba hablar en público, y
algunos parecían disfrutar con las adulaciones de los presentes. No obstante,
llegó un momento en que el pueblo de Dios comprendió que la voluntad divina
era que también se emplearan otros métodos de predicación, como las visitas
casa por casa. Cuando eso sucedió, algunos excelentes oradores se negaron de
plano a intentarlo. Daban la imagen de ser hombres espirituales y entregados
al servicio del Señor, pero cuando se les demostró lo que Jehová esperaba que
hicieran, salieron a la superficie sus verdaderas intenciones y motivaciones.
Su actitud los llevó a ser desaprobados por Dios y a terminar
abandonando su organización (Mat. 10:1-6.; Hech. 5:42; 20:20)..
11 ¿Qué sucedió con
los que permanecieron leales? ¿Acaso les resultó fácil ir de puerta en
puerta? Claro que no. A muchos se les hizo cuesta arriba, sobre todo al
principio. La diferencia es que ellos fueron obedientes. Poco a poco
vencieron sus temores, y Jehová los bendijo abundantemente. ¿Y usted? ¿Qué
hace cuando se le invita a probar un método de predicación al que no está
acostumbrado? ¿Está dispuesto a intentarlo?
Cuando un ser
querido deja a Jehová
12 Como bien sabemos,
Jehová solo acepta a quienes se mantienen puros física, moral y
espiritualmente (léase Tito 2:14)..
Ahora bien, este principio puede plantearnos pruebas de lealtad especialmente
duras. Por poner un ejemplo, imaginemos que un matrimonio ejemplar ve cómo su
único hijo abandona la verdad. El joven desprecia la relación espiritual
que lo une a Jehová y a sus padres, opta por “disfrutar temporalmente del
pecado” y acaba siendo expulsado (Heb. 11:25)..
13 Sus padres quedan
destrozados. Por supuesto, ellos conocen perfectamente las instrucciones bíblicas
para estos casos: “Cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que,
llamándose hermano, sea fornicador, o persona dominada por la avidez, o idólatra,
o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, y ni siquiera coman
con tal hombre” (1 Cor. 5:11, 13).. Comprenden que la palabra “cualquiera”
también incluye a los familiares que no vivan en la misma casa que
ellos. Pero experimentan emociones encontradas, pues quieren mucho a su hijo.
Por eso, tal vez razonen: “Si limitamos al máximo la relación con él, ¿cómo
vamos a ayudarlo a volver a Jehová? ¿No sería mejor ser un poco más
flexibles?”.
14 Compartimos el
dolor de tales padres. Ellos no se encuentran en esta situación por
voluntad propia. Fue el propio hijo quien, cuando tuvo en sus manos la decisión
de corregirse, prefirió seguir en el mal camino, aun sabiendo que eso afectaría
gravemente la relación con ellos y con la congregación. Es natural que
los padres sientan desconsuelo e impotencia.
15 Pero ellos también
tienen en sus manos una decisión: ¿obedecerán las claras instrucciones de
Jehová? Es cierto que, en contadas ocasiones, será preciso reunirse con
el hijo para atender algún asunto familiar importante. Pero ¿utilizarán esta
excepción como excusa para relacionarse sin que haya necesidad? Al decidir
lo que van a hacer, no deben pasar por alto lo que piensa Jehová. Él estableció
la expulsión con un propósito: mantener limpia su organización y, si es
posible, lograr que el pecador recapacite. ¿Cómo pueden contribuir los padres
a que se cumpla este propósito?
16 Aarón, el hermano
de Moisés, se enfrentó a una situación parecida con dos de sus hijos, Nadab y
Abihú. Jehová los castigó con la muerte por haber cometido la grave ofensa de
ofrecerle incienso de forma impropia. ¡Qué doloroso debió de ser para su
padre saber que nunca más volvería a verlos, hablarles ni estar con
ellos! Pero eso no fue todo. Aarón y sus demás hijos recibieron la orden
divina de evitar las muestras de duelo acostumbradas: “No vayan a dejar
sus cabezas desaseadas, y no deben rasgar sus prendas de vestir, para
que no mueran ustedes y para que no se indigne [Dios] contra toda
la asamblea” (Lev. 10:1-6).. De este episodio extraemos una clara lección:
nuestro amor a Jehová siempre debe estar por encima de nuestro amor a un
familiar, y más aún si no se arrepiente de sus pecados.
17 En la actualidad,
Dios no ejecuta de inmediato a quienes violan sus leyes. En su gran
amor, les concede la oportunidad de demostrar arrepentimiento. Claro, si un
hijo es expulsado, es porque no ha aprovechado esta oportunidad. Por
tanto, ¿qué sucedería si sus padres siguieran relacionándose con él
innecesariamente? ¿No consideraría Jehová que lo están poniendo a
prueba?
18 Muchos cristianos
que estuvieron fuera de la congregación y fueron readmitidos reconocen que la
firmeza de sus familiares y amigos fue lo que les hizo recapacitar. En una
carta que recomendaba la readmisión de una joven, los ancianos de su
congregación escribieron que algo que la ayudó a cambiar fue que “su hermano
respetó las medidas disciplinarias de la expulsión”. Ella reconoció que ver a
este miembro de su familia “obedecer fielmente los principios bíblicos la
animó a regresar”.
19 Tal como hemos
visto en este artículo, no podemos dejarnos llevar por el corazón.
Aunque nos cueste obedecer algún principio bíblico, debemos hacerlo con la
absoluta seguridad de que la mejor manera de afrontar los problemas es la que
Jehová nos enseña.
“La palabra de
Dios es viva”
20 Cuando Pablo afirmó
en Hebreos 4:12. que “la palabra de Dios es viva”, no se refería específicamente
a la Biblia. El contexto muestra que estaba hablando del conjunto de las
promesas divinas. La idea principal es que estas no son palabras
muertas, vacías, sino que siempre se cumplen. Eso mismo es lo que había
destacado el propio Jehová al asegurar: “Así resultará ser mi palabra [...].
No volverá a mí sin resultados, sino que [...] tendrá éxito seguro
en aquello para lo cual la he enviado” (Isa. 55:11).. Por tanto, no hay
razón para que nos impacientemos si las cosas no avanzan tan rápido como
quisiéramos. Jehová “ha seguido trabajando” y lo seguirá haciendo hasta que
su propósito termine de cumplirse (Juan 5:17)..
21 Hay miembros de la
“gran muchedumbre” que llevan décadas sirviendo a Jehová (Rev. 7:9).. Muchos
no esperaban tener que llegar a la vejez, pero no han permitido que
eso los desanime (Sal. 92:14).. ¿Por qué? Porque saben que “la palabra de Dios
es viva”, pues Jehová está trabajando para que sus promesas se cumplan sin
falta. A él le importa mucho su propósito y le alegra comprobar que a
nosotros también. Durante el séptimo día en el que vivimos, Jehová ha estado
descansando, con la certeza de que su voluntad se cumplirá y de que su pueblo
siempre vivirá en conformidad con ella. Como hemos aprendido, todos podemos
entrar en el descanso de Dios. ¿Lo ha hecho usted ya?
[Notas]
Aunque muchos líderes
judíos obedecían la Ley mosaica al pie de la letra, cuando llegó Jesús no lo
reconocieron como el Mesías. El problema fue que no quisieron ver cómo
estaba desarrollando Dios su propósito.
Hallará más
información en las páginas 207 a 209 del libro “Manténganse en el
amor de Dios”.
En nuestros
tiempos, Dios nos habla por medio de la Biblia, la cual consigue que hagamos
grandes cambios en nuestra vida. Por lo tanto, la explicación de Pablo en
Hebreos 4:12 también es aplicable a las Escrituras.
Recordemos las ideas
principales
• ¿Qué debemos
hacer para entrar en el descanso de Dios?
• ¿Cómo deberíamos
responder a los consejos de la Biblia si hemos entendido lo que Dios espera
de nosotros?
• ¿Qué situaciones
ponen a prueba nuestra lealtad a Dios, y por qué es esencial ser obedientes?
• ¿Qué dos
aplicaciones tiene Hebreos 4:12?
[Preguntas del estudio]
1. ¿Qué debemos hacer para entrar en el
descanso de Dios, y por qué puede resultarnos difícil?
2, 3. ¿Qué necesitamos para agradar a Jehová?
4. ¿De qué tres medios se vale Jehová para
darnos consejos?
5. ¿Por qué deben los ancianos ayudar a los
hermanos, y qué reacciones debemos evitar cuando nos aconsejan?
6. ¿Cómo revela la palabra de Dios los “pensamientos
e intenciones del corazón”?
7, 8. a) ¿Por qué insistían en seguir
obedeciendo la Ley mosaica algunos cristianos de origen judío? b) ¿Por qué
decimos que estaban actuando en contra del propósito de Jehová?
9. ¿Cómo debemos responder cuando el esclavo
modifica una explicación bíblica?
10, 11. ¿Qué lección
aprendemos de lo que ocurrió cuando se introdujeron nuevos métodos de
predicación?
12, 13. a) ¿Por qué
exige Jehová que se expulse a quienes cometen pecados graves y no se
arrepienten? b) ¿A qué difícil prueba de lealtad se enfrentan algunos padres?
14, 15. ¿A qué
decisión se enfrentan los padres de un expulsado?
16, 17. ¿Qué nos
enseña el ejemplo de Aarón?
18, 19. ¿Qué alegría
pudieran recibir los cristianos que obedecen las instrucciones de Jehová
sobre el trato con familiares expulsados?
20. ¿Qué dos
aplicaciones tiene Hebreos 4:12? (Véase también la nota.)
21. ¿Qué ánimo les
brinda Hebreos 4:12 a los miembros de la “gran muchedumbre” de más edad?
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viernes, 8 de febrero de 2013
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