sábado, 2 de febrero de 2013

Sábado, 02 de Febrero de 2013


TEXTO DEL DÍA

CITA BÍBLICA
Descripción Biblia

Referencias BÍBLICAS
*** Texto del Sábado, 02 de Febrero de 2013 ***
Sábado 2 de febrero
Sigan andando por espíritu (Gál. 5:16).

(Gálatas 5:16) Pero digo: Sigan andando por espíritu y no llevarán a cabo ningún deseo carnal.
(Romanos 8:5) Porque los que están en conformidad con la carne fijan la mente en las cosas de la carne; pero los que están en conformidad con el espíritu, en las cosas del espíritu.
(Romanos 8:13) porque si ustedes viven de acuerdo con la carne, de seguro morirán; pero si por el espíritu hacen morir las prácticas del cuerpo, vivirán.
(Romanos 6:12) Por lo tanto, no dejen que el pecado continúe reinando en su cuerpo mortal de modo que obedezcan los deseos de este.
(1 Pedro 2:11) Amados, los exhorto como a forasteros y residentes temporales a que sigan absteniéndose de los deseos carnales, los cuales son los mismísimos que llevan a cabo un conflicto en contra del alma.
¿Actúa el espíritu santo únicamente en ocasiones especiales o en casos extremos? De ningún modo. La Biblia señala que los cristianos están “andando por espíritu”, “viviendo por espíritu” y siendo “conduc[idos] por espíritu” (Gál. 5:18, 25).
(Gálatas 5:18) Además, si se les conduce por espíritu, no están bajo ley.
(Gálatas 5:25) Si estamos viviendo por espíritu, sigamos andando ordenadamente también por espíritu.

(Romanos 8:14) 14 Porque todos los que son conducidos por el espíritu de Dios, estos son los hijos de Dios.
(Romanos 6:14) Porque el pecado no debe ser amo sobre ustedes, puesto que no están bajo ley, sino bajo bondad inmerecida.
(Romanos 8:2) Porque la ley de ese espíritu que da vida en unión con Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.
(Romanos 8:4) 4 para que el justo requisito de la Ley se cumpliera en nosotros los que andamos, no en conformidad con la carne, sino en conformidad con el espíritu.
Dichas expresiones muestran que esta fuerza divina puede ejercer una influencia constante en nosotros. Por eso, debemos pedirle todos los días a Jehová que guíe nuestros pensamientos, palabras y acciones mediante su espíritu (Sal. 143:10).
(Salmo 143:10) Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Tu espíritu es bueno; que me guíe en la tierra de la rectitud.


(Salmo 25:4) Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová; enséñame tus propias sendas.
(Miqueas 4:2) Y muchas naciones ciertamente irán y dirán: “Vengan, y subamos a la montaña de Jehová y a la casa del Dios de Jacob; y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas”. Porque de Sión saldrá ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.
(Salmo 31:14) Pero yo... en ti he cifrado mi confianza, oh Jehová. He dicho: “Tú eres mi Dios”.
(Juan 20:17) Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes’”.
(Nehemías 9:20) Y les diste tu buen espíritu para hacerlos prudentes, y tu maná no detuviste de su boca, y agua les diste, para su sed.
(Juan 14:26) Mas el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les he dicho.
(Salmo 27:11) Instrúyeme, oh Jehová, en tu camino, y guíame en la senda de la rectitud a causa de mis opositores.
(Isaías 26:10) Aunque se muestre favor al inicuo, simplemente no aprenderá justicia. En la tierra de derechura actuará injustamente, y no verá la eminencia de Jehová.
Si dejamos que este obre libremente, producirá en nuestra vida un fruto que dará gloria a Dios y beneficiará al prójimo. ¿Por qué es tan necesario que nos dejemos guiar por el espíritu santo? Porque nos enfrentamos a una fuerza que actúa en contra de este y quiere dominarnos. Se trata de “la carne”, expresión bíblica que se refiere a nuestra inclinación al pecado, la cual se debe a la imperfección que heredamos de Adán (Gál. 5:17). w11 15/4 4:2, 3

(Gálatas 5:17) Porque la carne está contra el espíritu en su deseo, y el espíritu contra la carne; porque estos están opuestos el uno al otro, de manera que las mismísimas cosas que ustedes quisieran hacer, no las hacen.
(Romanos 8:4) 4 para que el justo requisito de la Ley se cumpliera en nosotros los que andamos, no en conformidad con la carne, sino en conformidad con el espíritu.
(Romanos 7:15) Porque lo que obro no lo sé. Porque lo que deseo, esto no lo practico; sino que lo que odio es lo que hago.
(Romanos 7:19) Porque lo bueno que deseo no lo hago, pero lo malo que no deseo es lo que practico.
(Romanos 7:23) pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

*** w11 15/4 ¿Permitimos que nos guíe el espíritu de Dios? ***

¿Permitimos que nos guíe el espíritu de Dios?
“Tu espíritu es bueno; que me guíe en la tierra de la rectitud.” (SAL. 143:10)
¿QUÉ le viene a la mente al oír hablar de la operación del espíritu santo? Tal vez piense en las hazañas de Gedeón y Sansón (Jue. 6:33, 34; 15:14, 15). O quizás acudan a su memoria la valentía de los primeros cristianos y la serenidad con que Esteban se enfrentó al Sanedrín (Hech. 4:31; 6:15). Y si reflexiona sobre tiempos más recientes, es muy probable que recuerde el gozo que reina en las asambleas internacionales, la fidelidad de los hermanos encarcelados por su neutralidad o el extraordinario crecimiento de la predicación. Sin lugar a dudas, todos estos son claros ejemplos de la intervención de la fuerza activa de Jehová.
2 En vista de lo anterior, ¿debemos entender que el espíritu santo actúa únicamente en ocasiones especiales o en casos extremos? De ningún modo. La Biblia señala que los cristianos están “andando por espíritu”, “viviendo por espíritu” y siendo “conduc[idos] por espíritu” (Gál. 5:16, 18, 25). Dichas expresiones muestran que esta fuerza divina puede ejercer una influencia constante en nosotros. Por eso, debemos pedirle todos los días a Jehová que guíe nuestros pensamientos, palabras y acciones mediante su espíritu (léase Salmo 143:10). Si dejamos que este obre libremente, producirá en nuestra vida un fruto que dará gloria a Dios y beneficiará al prójimo.
3 ¿Por qué es tan necesario que nos dejemos guiar por el espíritu santo? Porque nos enfrentamos a una fuerza que actúa en contra de este y quiere dominarnos. Se trata de “la carne”, expresión bíblica que se refiere a nuestra inclinación al pecado, la cual se debe a la imperfección que heredamos de Adán (léase Gálatas 5:17). Ahora bien, ¿de qué manera permitimos que el espíritu santo nos guíe? ¿Qué medidas podemos tomar para combatir la influencia de la carne? Analicemos estas preguntas a la vez que repasamos los restantes seis aspectos del “fruto del espíritu”, a saber, “gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad [y] autodominio” (Gál. 5:22, 23).
La apacibilidad y la gran paciencia fomentan la paz en la congregación
4 (Léase Colosenses 3:12, 13.) Entre las cualidades que promueven la paz dentro de nuestra hermandad figuran la apacibilidad y la gran paciencia. Estos dos aspectos del fruto del espíritu nos permiten actuar con bondad, mantenernos calmados ante las provocaciones y no vengarnos si nos hablan o tratan con poca amabilidad. Cuando tenemos un problema con otro hermano, la gran paciencia nos ayuda a no dar por perdida la relación y, lo que es más, a hacer todo lo posible por reconciliarnos. Ciertamente, la apacibilidad y la gran paciencia son muy necesarias en la congregación, pues todos somos imperfectos.
5 Recordemos a Pablo y Bernabé. Ambos poseían excelentes cualidades y llevaban años trabajando juntos en pro de las buenas nuevas. Sin embargo, en cierta ocasión se produjo entre ellos “un agudo estallido de cólera, de modo que se separaron el uno del otro” (Hech. 15:36-39). Este incidente subraya un hecho: incluso entre cristianos fieles se dan a veces diferencias. Si eso llega a sucedernos a nosotros, ¿cómo podemos evitar que el desacuerdo se convierta en una discusión acalorada y resulte en un distanciamiento permanente?
6 La frase “un agudo estallido de cólera” indica que el enfrentamiento entre Pablo y Bernabé ocurrió de repente y fue muy intenso. ¿Cuál es la lección? Si estamos tratando un asunto con un hermano y vemos que nos estamos enojando, haremos bien en seguir el consejo de Santiago 1:19, 20: “Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”. Según las circunstancias, podemos tratar de cambiar de tema, dejar la conversación para otro momento o excusarnos y marcharnos antes de que se caldeen los ánimos (Pro. 12:16; 17:14; 29:11).
7 ¿Cuáles son los beneficios de aplicar este consejo? Cuando nos damos tiempo para tranquilizarnos, orar a Jehová y pensar cómo debemos responder, permitimos que nos guíe el espíritu santo (Pro. 15:1, 28). Eso nos ayudará a manifestar apacibilidad y gran paciencia. Y así estaremos mejor preparados para seguir la exhortación de Efesios 4:26, 29: “Estén airados, y, no obstante, no pequen [...]. No proceda de la boca de ustedes ningún dicho corrompido, sino todo dicho que sea bueno para edificación según haya necesidad, para que imparta lo que sea favorable a los oyentes”. Sin duda alguna, al vestirnos de apacibilidad y gran paciencia, contribuimos a que reinen la paz y la unidad en la congregación.
La benignidad y la bondad reaniman a la familia
8 (Léase Efesios 4:31, 32; 5:8, 9.) ¡Cuánto nos reaniman en un día de calor una brisa suave y una bebida fría! Pues así de reconfortantes son la benignidad y la bondad. En el hogar, contribuyen a que el ambiente sea agradable. Ahora bien, ¿qué implican estos dos aspectos del fruto del espíritu? El término original para “benignidad” se refiere a la cualidad de quien realiza actos serviciales y usa palabras amables debido al interés sincero que siente por los demás. Al igual que la benignidad, la palabra que se traduce “bondad” se refiere a la virtud que se manifiesta en la práctica ayudando con generosidad a los demás (Hech. 9:36, 39; 16:14, 15). No obstante, la bondad implica algo más.
9 La bondad es excelencia moral. Influye en lo que hacemos, pero, más importante aún, en lo que somos. Ocurre igual que con la fruta que una madre corta en pedazos y sirve a su familia. Debe estar dulce y bien madura, sin defectos ni por dentro ni por fuera. Del mismo modo, la bondad que produce el espíritu santo va de dentro a fuera, extendiéndose a todas las facetas de la vida del cristiano.
10 ¿Qué ayudará a las familias cristianas a tratarse con benignidad y bondad? Un factor importante es el conocimiento exacto de la Palabra de Dios (Col. 3:9, 10). Hay padres que deciden estudiar el fruto del espíritu en la Noche de Adoración en Familia. ¿Podría hacerlo usted? No es difícil. Valiéndose de las herramientas de investigación disponibles en su idioma, busque información sobre cada uno de los aspectos del fruto del espíritu. Podría analizar solo unos cuantos párrafos en cada sesión y dedicar varias semanas a cada aspecto. Cuando examinen juntos las publicaciones, lean y comenten los textos citados. Luego, piensen en aplicaciones prácticas de lo que han aprendido y pídanle a Jehová que bendiga sus esfuerzos (1 Tim. 4:15; 1 Juan 5:14, 15). Ahora bien, ¿de verdad influirá esto en cómo se tratan en su hogar?
11 Una pareja joven deseaba tener éxito en su matrimonio, por lo que decidió estudiar a fondo el fruto del espíritu, y más concretamente el aspecto de la bondad. La esposa comenta qué beneficios obtuvieron: “Vimos que la bondad amorosa es una cualidad que implica fidelidad y lealtad, lo cual nos ha ayudado mucho a mejorar nuestra forma de tratarnos. Hemos aprendido a ceder y perdonar, y también a dar las gracias y a disculparnos siempre que hace falta”.
12 Otro matrimonio se puso a estudiar la benignidad. ¿Por qué razón? Porque se percataron de que sus problemas se debían a que no estaban cultivando esa cualidad en su relación. El esposo explica los resultados: “Aprendimos que, en vez de pensar siempre mal de la otra persona, necesitábamos concedernos el beneficio de la duda y centrarnos en los puntos positivos. Por otro lado, cada uno comenzó a interesarse más en las necesidades del otro. En mi caso, vi que para demostrar más benignidad tenía que animar a mi esposa a expresar su opinión y no ofenderme si no me gustaba lo que decía. Era necesario que me tragara el orgullo. Poco a poco fuimos mejorando, y ya no andábamos tan a la defensiva. Fue todo un alivio”. ¿Qué puede decirse de usted y su familia? ¿Les ayudaría estudiar el fruto del espíritu?
Vivamos nuestra fe tanto en público como en privado
13 Los cristianos debemos seguir la guía del espíritu en todo momento, incluso cuando la gente no nos ve. En la actualidad, el mundo del entretenimiento ha caído muy bajo y difunde por doquier imágenes repugnantes, lo que constituye una seria amenaza contra nuestra espiritualidad. ¿Cómo podemos protegernos contra esta trampa de Satanás? Siguiendo esta exhortación de la Biblia: “Desechen toda suciedad, y esa cosa superflua, la maldad, y acepten con apacibilidad la implantación de la palabra que puede salvar sus almas” (Sant. 1:21). Algo que nos permite mantenernos puros a la vista de Jehová es la fe. Examinemos cómo nos ayuda este aspecto del fruto del espíritu.
14 La verdadera fe implica ver a Jehová como alguien real. Si no lo viéramos así, sería muy fácil que cayéramos en el pecado. Pensemos en lo que sucedió en tiempos de Ezequiel. Dios le reveló al profeta las prácticas detestables que algunos miembros de su pueblo realizaban a escondidas, y le señaló: “¿Has visto, oh hijo del hombre, lo que los de edad madura de la casa de Israel están haciendo en la oscuridad, cada uno en los cuartos interiores de su exhibición? Porque están diciendo: ‘Jehová no nos está viendo. Jehová ha dejado la tierra’” (Eze. 8:12). ¿Notamos la raíz del problema? Creían que Dios no se daba cuenta de sus malas acciones. En efecto, no lo veían como alguien real.
15 ¡Qué diferente fue José! A pesar de hallarse lejos de los suyos, se negó a acostarse con la esposa de Potifar, su amo. Y expresó la razón al decir: “¿Cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?” (Gén. 39:7-9). Efectivamente, veía a Jehová como alguien real. Si Dios es igual de real para nosotros, nos negaremos a hacer en privado cosas que le desagraden, entre ellas, entretenernos con imágenes sucias. Tendremos la misma determinación que el salmista que cantó: “Andaré en la integridad de mi corazón dentro de mi casa. No pondré enfrente de mis ojos ninguna cosa que no sirva para nada” (Sal. 101:2, 3).
El autodominio nos ayuda a proteger el corazón
16 El último aspecto del fruto del espíritu es el autodominio. Saber controlarnos nos permite rechazar las cosas que Dios condena y nos ayuda a vigilar el corazón (Pro. 4:23). Fijémonos en la escena que describe Proverbios 7:6-23. “Un joven falto de corazón” cae en las redes de una prostituta, quien lo engatusa en “la calle cerca de la esquina de ella”. ¿Qué lo llevó a pasar por allí? Probablemente la curiosidad. El hecho es que, sin darse cuenta, es arrastrado a cometer una locura que atentará contra “su misma alma”, sí, contra su propia vida.
17 ¿Cómo podría haber evitado su desastroso error? Haciendo caso de esta advertencia: “Ni [...] entres en sus veredas” (Pro. 7:25). ¿La lección para nosotros? Si queremos que el espíritu santo nos dirija, no debemos meternos en situaciones que nos expongan a la tentación. Cualquiera podría actuar de forma tan imprudente como el “joven falto de corazón”. Una de las maneras de seguir su mal camino sería ir sin rumbo de un canal a otro de la televisión o de una página a otra de Internet. Aunque la persona no lo haga a propósito, podría toparse con escenas eróticas y terminar cayendo en el vicio de la pornografía. Adoptar este hábito perjudicaría gravemente su conciencia y su relación con Dios, e incluso podría costarle la vida (léase Romanos 8:5-8).
18 Por supuesto, si nos encontramos con una imagen excitante no tenemos por qué seguir mirándola: podemos —y debemos— demostrar autodominio tomando de inmediato las medidas oportunas. Claro, es mucho mejor evitar el peligro desde el principio (Pro. 22:3). Damos prueba de autocontrol cuando adoptamos precauciones y las respetamos. Algunos toman la sabia medida de colocar la computadora en una zona del hogar que sea transitada. Otros deciden navegar por la Red o ver la televisión únicamente si están acompañados. Y hay quienes optan por no usar Internet (léase Mateo 5:27-30). En fin, cada uno debe dar los pasos que vea necesario para protegerse a sí mismo y a su familia, de forma que puedan adorar a Jehová con “corazón limpio”, “buena conciencia” y “fe sin hipocresía” (1 Tim. 1:5).
19 Sin duda, las cualidades que engloba el fruto del espíritu son sumamente beneficiosas. La apacibilidad y la gran paciencia contribuyen a que reine la paz en la congregación. La benignidad y la bondad promueven la felicidad en el hogar. Y la fe y el autodominio nos ayudan a seguir cerca de Jehová y mantenernos limpios a su vista. Por si fuera poco, Gálatas 6:8 nos da esta garantía: “El que esté sembrando con miras al espíritu, segará del espíritu vida eterna”. Efectivamente, tomando como base el sacrificio de Cristo, Jehová empleará su fuerza activa para impartir vida eterna. Pero solo otorgará esta bendición a quienes se dejan guiar por su espíritu.
Hagamos un repaso
• ¿Cómo contribuyen la apacibilidad y la gran paciencia a que reine la paz en la congregación?
• ¿Qué ayudará al cristiano a manifestar benignidad y bondad en su hogar?
• ¿Cómo nos ayudan la fe y el autodominio a proteger el corazón?
[Preguntas del estudio]
 1, 2. a) Mencione algunas ocasiones en las que Jehová ha usado su fuerza activa en beneficio de sus siervos. b) ¿Actúa el espíritu santo únicamente en circunstancias especiales? Explique su respuesta.
 3. a) ¿Por qué es tan necesario que nos dejemos guiar por el espíritu santo? b) ¿Qué preguntas analizaremos?
 4. ¿Cómo contribuyen la apacibilidad y la gran paciencia a que reine la paz en la congregación?
 5. ¿Qué ocurrió entre Pablo y Bernabé, y qué hecho subraya este incidente?
 6, 7. a) ¿Qué consejo bíblico nos ayudará a evitar que una conversación con un hermano degenere en una discusión acalorada? b) ¿Cuáles son los beneficios de ser “presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar [y] lento en cuanto a ira”?
 8, 9. ¿Qué son la benignidad y la bondad, y qué efecto tienen en el ambiente del hogar?
10. ¿Qué ayudará a las familias a cultivar el fruto del espíritu?
11, 12. ¿Qué beneficios obtuvieron dos matrimonios al estudiar la bondad y la benignidad?
13. ¿Contra qué amenaza tenemos que estar en guardia?
14. ¿Cómo lleva la falta de fe al pecado?
15. ¿Cómo nos protege tener una fe firme?
16, 17. a) Según muestra Proverbios, ¿cómo se enredó en el pecado “un joven falto de corazón”? b) Tal como vemos en la página 26, ¿qué problema similar podría afectarnos hoy, sin importar nuestra edad?
18. ¿Qué medidas podría adoptar un cristiano para vigilar su corazón, y cómo entra en juego el autodominio en estos casos?
19. ¿Cómo nos beneficiamos al dejar que nos guíe el espíritu?

No hay comentarios:

Publicar un comentario