TEXTO DEL
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CITA
Descripción Biblia
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Referencias BIBLICAS
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*** Texto del
Lunes, 18 de Febrero de 2013 ***
Lunes 18 de febrero
Desde Jerusalén y
en un circuito hasta Ilírico he predicado
cabalmente las buenas nuevas acerca del
Cristo (Rom. 15:19).
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(Romanos 15:19) con
el poder de señales y portentos presagiosos, con el poder de espíritu santo; de modo que desde
Jerusalén y en un circuito hasta Ilírico
he predicado cabalmente las buenas nuevas acerca del Cristo.
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(Hechos 15:12) Ante aquello, toda
la multitud calló, y empezaron a escuchar a Bernabé y a Pablo contar las
muchas señales y portentos presagiosos que Dios había hecho mediante ellos
entre las naciones.
(2 Corintios 12:12) En
verdad, las señales de apóstol fueron producidas entre ustedes por todo
aguante, y por señales y portentos presagiosos y obras poderosas.
(Mateo 10:23)
23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra;
porque en verdad les digo: De ninguna manera completarán el circuito de las
ciudades de Israel hasta que llegue el Hijo del hombre.
(Mateo 10:23)
23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra;
porque en verdad les digo: De ninguna manera completarán el circuito de las
ciudades de Israel hasta que llegue el Hijo del hombre.
(Hechos 21:19) Y él los saludó y
se puso a hacerles un relato detallado de las cosas que Dios había hecho
entre las naciones mediante su ministerio.
(2 Corintios 10:13)
Por nuestra parte nos jactaremos, no fuera de los límites asignados a
nosotros, sino según los límites del territorio que Dios nos repartió por
medida, haciendo que llegara hasta alcanzarlos a ustedes.
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La gente tiene que
conocer a Jesucristo y cifrar su fe en él. En la carta a los Romanos,
Pablo aborda esa necesidad. En sus primeros versículos explica: “Rindo
servicio sagrado [a Dios] con mi espíritu respecto a las buenas
nuevas acerca de su Hijo”. Más adelante
añade: “No me avergüenzo de las buenas nuevas; son, en realidad, el
poder de Dios para salvación a todo el que tiene fe”. Y luego menciona
“el día que Dios, mediante Cristo Jesús, juzgue las cosas secretas de la
humanidad, conforme a las buenas nuevas” (Rom. 1:9, 16; 2:16).
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(Romanos 1:9) Porque
Dios, a quien rindo servicio sagrado con mi espíritu respecto a las buenas
nuevas acerca de su Hijo, es mi testigo
de cómo sin cesar siempre hago mención de ustedes en mis
oraciones,
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(2 Corintios 1:23) Ahora invoco a Dios como
testigo contra mi propia alma [al asegurarles] que por consideración a
ustedes no he ido todavía a Corinto.
(Filipenses 1:8) Porque Dios es
mi testigo de cómo siento anhelo por todos ustedes en tierno cariño como el
de Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 3:10) mientras que noche y día
hacemos ruegos más que extraordinarios para ver el rostro de ustedes y para
completar las cosas que faltan tocante a su fe?
(2 Timoteo 1:3) Estoy agradecido a Dios —a quien
rindo servicio sagrado como lo hicieron mis antepasados, y con conciencia
limpia— de que nunca ceso de acordarme de ti en mis ruegos, y noche y día
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(Romanos 1:16)
Porque no me avergüenzo de las buenas
nuevas; son, en realidad, el poder de Dios para salvación a
todo el que tiene fe, al judío primero, y también al griego;
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(Salmo 119:46) También hablaré de seguro
de tus recordatorios enfrente de reyes, y no me avergonzaré.
(Marcos 8:38) Porque el que se avergüence
de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del
hombre también se avergonzará de él cuando llegue en la gloria de su Padre
con los santos ángeles”.
(2 Timoteo 1:8) Por lo tanto, no te avergüences
del testimonio acerca de nuestro Señor, ni de mí, prisionero por su causa;
antes bien, acepta tu parte en sufrir el mal por las buenas nuevas según el
poder de Dios.
(1 Corintios 1:18) 18 Pues
el habla acerca del madero de tormento es necedad para los que están
pereciendo, pero para nosotros, los que estamos siendo salvados, es el poder
de Dios.
(Hebreos 11:6) 6 Además,
sin fe es imposible ser[le] de buen agrado, porque el que se acerca a Dios
tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le
buscan solícitamente.
(Hechos 3:26) 26 A
ustedes primero Dios, después de haber levantado a su Siervo, lo ha enviado
para que los bendijera, apartando, a cada uno, de sus hechos inicuos.”
(Hechos 18:6) 6 Pero
como ellos siguieron oponiéndose y hablando injuriosamente, sacudió sus
prendas de vestir y les dijo: “Esté la sangre de ustedes sobre sus propias
cabezas. Yo estoy limpio. Desde ahora me iré a gente de las naciones”.
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(Romanos 2:16) Esto
será en el día que Dios, mediante Cristo Jesús, juzgue
las cosas secretas de la humanidad, conforme a las buenas nuevas
que yo declaro.
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(Juan 5:22) Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha
encargado todo el juicio al Hijo,
(Hechos 10:42) También, nos ordenó que predicáramos al pueblo y
que diéramos testimonio cabal de que este es Aquel de quien Dios ha decretado
que sea juez de vivos y de muertos.
(Hechos 17:31) Porque ha fijado un día en que se propone juzgar la
tierra habitada con justicia por un varón a quien ha nombrado, y ha
proporcionado a todos los hombres una garantía con haberlo resucitado de
entre los muertos”.
(Lucas 8:17) Porque nada hay escondido
que no llegue a manifestarse, ni nada cuidadosamente ocultado que nunca
llegue a saberse y nunca salga al descubierto.
(1 Timoteo 5:25) De la misma manera también las
obras excelentes son públicamente manifiestas, y las que no lo son no pueden
mantenerse escondidas.
(1 Pedro
4:5) 5 Pero estas personas rendirán cuenta al
que está listo para juzgar a los vivos y a los muertos.
(2 Corintios 5:10)
Porque todos tenemos que ser puestos de manifiesto ante el tribunal del
Cristo, para que cada uno reciba su retribución por las cosas que haya hecho
mediante el cuerpo, según las cosas que haya practicado, sea cosa buena o
vil.
(1 Pedro 4:6) De
hecho, con este propósito las buenas nuevas fueron declaradas también a los
muertos, para que fueran juzgados en cuanto a la carne desde el punto de
vista de los hombres, pero vivieran en cuanto al espíritu desde el punto de
vista de Dios.
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¿Por qué les habló tanto Pablo a los
romanos acerca de Cristo? Al igual que nosotros, todos los cristianos de
Roma, sin excepción, se enfrentaban a una grave situación. Pablo lo explica
así: “Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios” (Rom. 3:23).
Era imprescindible que los destinatarios de la carta de Pablo reconocieran su
condición de pecadores y aceptaran con fe la solución que Dios ofrecía. w11 15/6
1:5, 8
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(Romanos 3:23)
Porque todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios,
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(Eclesiastés 7:20) Pues no hay en la tierra hombre
justo que siga haciendo el bien y no peque.
(Romanos 3:9) ¿Qué, pues? ¿Estamos en mejor posición nosotros? ¡De
ninguna manera! Porque arriba hemos hecho el cargo de que tanto los judíos
como los griegos están todos bajo pecado;
(Génesis 1:31) Después de eso vio Dios
todo lo que había hecho y, ¡mire!, [era] muy bueno. Y llegó a haber tarde y
llegó a haber mañana, un día sexto.
(Isaías 64:6) Y llegamos a ser como
alguien inmundo, todos nosotros, y todos nuestros actos de justicia son como
una prenda de vestir para períodos de menstruación; y nos marchitaremos como
follaje, todos nosotros, y nuestros errores mismos nos llevarán justamente
como un viento.
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Las buenas noticias que tanto necesitamos
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Las buenas noticias que tanto necesitamos
“Las buenas
nuevas [...] son, en realidad, el poder de Dios para salvación.” (ROM.
1:16).
“ME GUSTA hablar de
las buenas nuevas todos los días.” Es probable que nos hayamos expresado
así, o al menos que lo hayamos pensado, pues los siervos de Jehová
comprendemos la importancia que tiene la predicación de “estas buenas nuevas
del reino”. De hecho, seguramente sabemos de memoria lo que Jesús
predijo acerca de esta obra (Mat. 24:14)..
2 Cuando predicamos
“las buenas nuevas del reino”, estamos continuando la labor que Jesús inició (léase
Lucas 4:43).. Sin duda, uno de los puntos que
destacamos es que pronto Dios corregirá los males que sufre la humanidad.
Durante la “gran tribulación”, eliminará las religiones falsas y dejará la
Tierra libre de toda maldad (Mat. 24:21).. De seguro también señalamos
que, gracias al Reino de Dios, la Tierra entera se convertirá en un paraíso
donde gozaremos de inmensa paz y felicidad. En realidad, “las buenas
nuevas del reino” forman parte de “las buenas nuevas [anunciadas] de antemano
a Abrahán, a saber: ‘Por medio de ti todas las naciones serán bendecidas’”
(Gál. 3:8)..
3 Ahora bien,
¿pudiera ser que no estemos destacando lo suficiente un aspecto clave de
las buenas nuevas que la gente necesita oír? Notemos que en su carta a los
Romanos, Pablo utilizó doce veces la expresión “buenas nuevas”, pero solo una
vez la palabra “reino” (léase Romanos 14:17)..
Entonces, ¿a qué aspecto de las buenas nuevas se refirió con tanta
insistencia en su libro, y por qué es tan importante para todos? ¿Por qué
deberíamos tenerlo siempre presente al difundir “las buenas nuevas de Dios”?
(Mar. 1:14.; Rom. 15:16.; 1 Tes. 2:2.).
¿Qué necesitaban
los romanos?
4 Algo que nos ayuda
a entender mejor este asunto es examinar los temas de los que habló Pablo
durante su primer cautiverio en Roma. El relato señala que cuando un
grupo de judíos fue a visitarlo, él hizo dos cosas. Primero, estuvo “dando
testimonio cabal respecto al reino de Dios”.
Y, segundo, estuvo “tratando de persuadirlos respecto a Jesús”.
¿Con qué resultados? “Algunos creían las cosas que se decían; otros no.”
Tras esto, leemos que Pablo “recibía amablemente a todos los que venían” a
visitarlo y que actuaba igual que en la anterior ocasión: primero,
“predicándoles el reino de Dios” y, segundo,
“enseñando las cosas respecto al Señor Jesucristo”
(Hech. 28:17., 23-31).. Como vemos, el apóstol destacaba siempre el Reino de
Dios. Pero ¿en qué más centraba la atención? En algo esencial para este
gobierno: el papel de Jesús en el propósito divino.
5 Todas las personas
tenían que conocer a Jesucristo y cifrar su fe en él. En la carta a los
Romanos, Pablo aborda esa necesidad. En sus primeros versículos explica:
“Rindo servicio sagrado [a Dios] con mi espíritu respecto a las buenas
nuevas acerca de su Hijo”. Más adelante
añade: “No me avergüenzo de las buenas nuevas; son, en realidad, el
poder de Dios para salvación a todo el que tiene fe”. Y luego menciona
“el día que Dios, mediante Cristo Jesús, juzgue las cosas secretas de la
humanidad, conforme a las buenas nuevas”. Finalmente, termina diciendo: “Desde
Jerusalén y en un circuito hasta Ilírico he predicado cabalmente las buenas
nuevas acerca del Cristo” (Rom. 1:9., 16.;
2:16.; 15:19).. ¿Por qué sería que Pablo les habló tanto a los romanos acerca
de Cristo?
6 Desconocemos cómo
se fundó la congregación de Roma. Puede que la establecieran algunos judíos o
prosélitos que se convirtieron al cristianismo durante el Pentecostés del año
33 y luego regresaron a la capital del imperio (Hech. 2:10).. O quizás llegara
la verdad a Roma a través de comerciantes o viajeros cristianos. Sea como
fuere, cuando Pablo escribió su carta, hacia el año 56, la congregación ya
llevaba buen tiempo establecida ( Rom. 1:8).. ¿Cómo eran los hermanos de esa
comunidad?
7 Algunos eran de
origen judío. Por ejemplo, Pablo envió saludos a Andrónico y Junias, a
quienes llama “parientes”, probablemente con el sentido de que eran de la
misma familia y nación. También eran judíos Áquila y Priscila, quienes
ejercían su oficio de fabricantes de tiendas de campaña en la capital (Rom.
4:1.; 9:3., 4.; 16:3., 7.; Hech. 18:2).. No obstante, parece que
muchos de los hermanos a quienes saludó el apóstol eran de procedencia
gentil. Algunos hasta quizás fueran “de la casa de César”, queriendo decir,
posiblemente, esclavos del emperador y oficiales de segundo rango (Fili.
4:22.; Rom. 1:6.; 11:13)..
8 Al igual que
nosotros, todos los cristianos de Roma, sin excepción, se enfrentaban a una
grave situación. Pablo lo explica así: “Todos han pecado y no alcanzan a
la gloria de Dios” ( Rom. 3:23).. Como vemos, era imprescindible que los
destinatarios de la carta de Pablo reconocieran su condición de pecadores y
aceptaran con fe la solución que Dios les ofrecía.
Reconozcamos el problema:
somos pecadores
9 En los primeros
versículos de su carta, Pablo les recalcó a los romanos el maravilloso efecto
que podían tener en ellos las buenas nuevas que menciona repetidas veces:
“No me avergüenzo de las buenas nuevas; son, en realidad, el poder de
Dios para salvación a todo el que tiene fe, al judío primero, y
también al griego”. Como indicó el apóstol, todos —fueran judíos o no— tenían
la salvación a su alcance. Pero era preciso que demostraran fe, de acuerdo
con la profunda verdad que Pablo señaló al citar de Habacuc 2:4.: “El justo...
por medio de la fe vivirá” (Rom. 1:16, 17.; Gál. 3:11.; Heb. 10:38).. Ahora
bien, ¿qué relación hay entre estas buenas nuevas, que ofrecen la salvación,
y el hecho de que “todos [los seres humanos] han pecado”?
10 Para que alguien
cultive la fe que puede salvarle, primero debe reconocer que es pecador. Este
concepto no resulta extraño en los países donde la gente ha crecido
creyendo en Dios y tiene cierto conocimiento de la Biblia (léase
Eclesiastés 7:20). .En tales lugares, incluso
los que cuestionan la afirmación de Pablo de que “todos han pecado” tienen al
menos una idea de lo que quiso decir (Rom. 3:23).. Sin embargo, hay sitios
donde los hermanos encuentran en el ministerio muchas personas que
sencillamente no entienden esa afirmación.
11 En algunas
naciones, la persona común y corriente desconoce que nacemos pecadores y que
el pecado se hereda. Claro, comprende que comete errores, tiene defectos y a
veces hace cosas malas. Además, observa que a todo el mundo le pasa igual.
No obstante, la cultura en que se ha criado no le ayuda a
comprender las causas de esa situación. Para colmo, puede que en su idioma se
entienda, por lo general, que el pecador es únicamente el que desobedece
ciertas normas o incluso incurre en delitos. Como es obvio, quien se ha
criado en un ambiente así no entiende este término en el mismo sentido
en que lo usó Pablo y, por consiguiente, no se considera pecador.
12 Hasta en las
naciones de la cristiandad, hay muchos que no aceptan el hecho de que
seamos pecadores. ¿Por qué? Porque aunque vayan de vez en cuando a la
iglesia, toman el relato bíblico de Adán y Eva como un cuento o una leyenda.
Y otros se han criado en un ambiente poco o nada religioso. Dudan de que
exista un Creador y, por consiguiente, no admiten que un Ser Supremo
haya fijado normas morales para la humanidad ni que desobedecerlas sea
pecado. En cierto sentido, son como las personas del siglo primero de
las que dijo Pablo que “no tenían esperanza, y estaban sin Dios en el mundo”
(Efe. 2:12)..
13 En Romanos, Pablo
presentó dos razones por las que haber recibido una formación como esa
no es una excusa válida. La primera razón es que el universo da
testimonio de la existencia del Creador (léase Romanos
1:19, 20).. Este hecho está en armonía con la
observación que hizo el apóstol al escribir desde Roma su carta a los
Hebreos: “Toda casa es construida por alguien, pero el que ha construido
todas las cosas es Dios” (Heb. 3:4).. Este razonamiento muestra que tuvo que
haber un Creador que construyera o produjera el universo entero.
14 Por consiguiente,
al escribir a los romanos, Pablo tenía base sólida para calificar de
“inexcusables” a todas las personas —gentiles o israelitas— que dieran culto
a imágenes sin vida. Y lo mismo cabía decir de quienes se entregaran a
prácticas sexuales inmorales contrarias al uso natural que deben recibir los
cuerpos del hombre y la mujer (Rom. 1:22-27).. Prosiguiendo con su línea de
razonamiento, Pablo llegó a la conclusión de que “tanto los judíos como los
griegos están todos bajo pecado” (Rom. 3:9)..
La conciencia “da
testimonio”
15 La carta a los
Romanos muestra otra razón por la que todos deberían reconocer que son
pecadores y que necesitan ser librados de esa triste situación. Refiriéndose
al código de leyes que Dios entregó al antiguo Israel, Pablo escribió: “Todos
los que hayan pecado bajo ley serán juzgados por ley” (Rom. 2:12).. Luego,
continuando con su argumentación, señaló que muchas veces las personas de las
naciones o grupos étnicos que no conocen ese código divino “hacen por
naturaleza las cosas de la ley”. Así, suelen condenar el incesto, el asesinato
y el robo. ¿Por qué razón? Porque, como explica Pablo, todos los seres
humanos estamos dotados de conciencia (léase Romanos
2:14, 15)..
16 No obstante,
todos sabemos que el hecho de que nuestra conciencia dé testimonio de lo que
está bien y está mal no significa que siempre obedezcamos su voz.
Tomemos como ejemplo a los israelitas de la antigüedad. Muchas veces
no hicieron caso ni de la conciencia que les había dado Jehová
ni de los mandamientos de la Ley que prohibían el robo y el adulterio
(Rom. 2:21-23).. Por ello, su culpa era doble. Sin duda, eran pecadores, pues
no alcanzaban el nivel requerido por las normas y la voluntad de Jehová.
Y esto afectaba gravemente su relación con él (Lev. 19:11.; 20:10.;
Rom. 3:20)..
17 Por lo que hemos
visto hasta ahora, habrá quien piense que el libro de Romanos pinta un cuadro
poco alentador de la situación en que nos encontramos ante el Todopoderoso.
Pero Pablo fue más allá en su explicación. Citando las palabras de David en
Salmo 32:1, 2., escribió: “Felices son aquellos cuyos desafueros han sido
perdonados y cuyos pecados han sido cubiertos; feliz es el hombre cuyo pecado
Jehová de ninguna manera tomará en cuenta” (Rom. 4:7, 8).. Como vemos,
Dios perdona los pecados, y para ello ha establecido el medio legal necesario.
Buenas nuevas que
se centran en Jesús
18 ¡Qué noticias tan
alentadoras! Esto nos trae de vuelta al aspecto de las buenas nuevas que
Pablo destacó en su carta a los Romanos. Como ya vimos, el apóstol escribió:
“No me avergüenzo de las buenas nuevas; son, en realidad, el poder de
Dios para salvación” (Rom. 1:15, 16)..
19 En este caso, las
buenas nuevas se centran en el papel que Jesús desempeña en el cumplimiento
del propósito divino. Por ejemplo, Pablo señaló que, “conforme a las buenas
nuevas”, llegará “el día que Dios, mediante Cristo Jesús, juzgue las cosas
secretas de la humanidad” (Rom. 2:16).. Al expresarse de este modo,
no estaba quitando importancia ni al “reino del Cristo y de Dios”
ni a lo que Jehová hará mediante dicho gobierno (Efe. 5:5).. Lo que
sí estaba indicando es que todo el que desee vivir bajo el Reino y disfrutar
de sus bendiciones debe dar dos pasos: primero, reconocer que es pecador a
los ojos de Dios, y, segundo, demostrar fe en Jesucristo para recibir el
perdón de sus pecados. Cuando llegamos a entender y aceptar estos aspectos
del propósito divino y vemos el futuro que se abre ante nosotros, tenemos
todos los motivos del mundo para exclamar: “¡Qué noticias tan buenas!”.
20 Sin duda, debemos
tener muy presente este aspecto de las buenas nuevas cuando efectuamos
nuestro ministerio. Citando de Isaías, Pablo escribió: “Ninguno que cifre su
fe en [Cristo] será desilusionado” ( Rom. 10:11.; Isa. 28:16).. El mensaje
acerca de Jesús no resulta extraño en los países donde la gente ha oído
hablar de las enseñanzas bíblicas sobre el pecado. Pero no ocurre igual
en las culturas donde no se acepta este mensaje o ni siquiera se
conoce. Por eso, cuando las personas de tales lugares llegan a creer en Dios
y en su Palabra, es preciso explicarles el papel que desempeña Jesús.
El artículo siguiente examinará cómo se expone este aspecto de las
buenas nuevas en el capítulo 5 de Romanos.. Esta información probablemente nos
será útil para el ministerio.
21 Como hemos visto,
la carta a los Romanos habla vez tras vez de las buenas nuevas y señala que
“son, en realidad, el poder de Dios para salvación a todo el que tiene fe”
(Rom. 1:16).. ¡Qué felices nos sentimos al aceptar este mensaje y ayudar a las
personas sinceras a hacer lo mismo! Da gusto ver que quienes aman la verdad
hacen suyas las palabras que citó Pablo en Romanos 10:15.: “¡Cuán hermosos son
los pies de los que declaran buenas nuevas de cosas buenas!” (Isa. 52:7)..
[Nota]
Otros libros
inspirados usan expresiones semejantes (Mar. 1:1.; Hech. 5:42.; 1 Cor.
9:12.; Fili. 1:27)..
¿Recordamos estos detalles?
• ¿Qué aspecto de
las buenas nuevas se destaca en el libro de Romanos?
• ¿Qué hecho
debemos ayudar a entender a la gente?
• ¿Qué bendiciones
nos ofrecen a todos “las buenas nuevas acerca del Cristo”?
[Preguntas del estudio]
1, 2. ¿Por qué predicamos “las buenas nuevas
del reino”, y qué aspectos solemos destacar?
3. ¿Por qué podemos decir que Pablo puso de
relieve el tema de las buenas nuevas en Romanos?
4. Durante su primer cautiverio en Roma,
¿qué dos temas destacó Pablo en su predicación?
5. ¿Qué importante necesidad trata Pablo en
su carta a los Romanos?
6, 7. ¿Qué origen tuvo la congregación de
Roma, y qué tipo de personas la componían?
8. ¿A qué situación se enfrentaban los
romanos?
9. Tal como destaca Pablo, ¿qué efecto
pueden tener las buenas nuevas?
10, 11. ¿Por qué
les resulta fácil a algunas personas entender Romanos 3:23. y a otras no?
12. ¿Por qué
no creen muchas personas que todos somos pecadores?
13, 14. a) ¿Cuál es
una razón por la que son inexcusables quienes no creen en Dios
ni en el pecado? b) ¿Qué han terminado haciendo muchas personas por
no creer en el Dios verdadero?
15. ¿Quiénes están
dotados de conciencia, y qué efecto tiene esto en su conducta?
16. ¿Por qué
no garantiza la conciencia que no pequemos nunca?
17. ¿Qué
alentadoras palabras encontramos en Romanos?
18, 19. a) ¿Qué
aspecto de las buenas nuevas destacó Pablo en Romanos? b) ¿Qué pasos debemos
dar para recibir las bendiciones del Reino?
20, 21. ¿Por qué
debemos tener muy presentes en nuestro ministerio las buenas nuevas que se
destacan en Romanos, y qué resultados podemos obtener?
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lunes, 18 de febrero de 2013
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