sábado, 9 de febrero de 2013

Sábado, 09 de Febrero de 2013

TEXTO DEL DIA
CITA BIBLICA
Descripción Biblia
Referencias BIBLICAS
*** Texto del Sábado, 09 de Febrero de 2013 ***
Sábado 9 de febrero
Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios (Rom. 3:23).

(Romanos 3:23) Porque todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios,
(Eclesiastés 7:20) Pues no hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque.
(Romanos 3:9) ¿Qué, pues? ¿Estamos en mejor posición nosotros? ¡De ninguna manera! Porque arriba hemos hecho el cargo de que tanto los judíos como los griegos están todos bajo pecado;
(Génesis 1:31) Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire!, [era] muy bueno. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día sexto.
(Isaías 64:6) Y llegamos a ser como alguien inmundo, todos nosotros, y todos nuestros actos de justicia son como una prenda de vestir para períodos de menstruación; y nos marchitaremos como follaje, todos nosotros, y nuestros errores mismos nos llevarán justamente como un viento.
El miedo a equivocarnos, fracasar o quedar en ridículo puede ser paralizante. Algo que nos ayudará a vencer esos temores es el amor a Dios y su Palabra. Ese amor nos impulsará a consultar la Biblia y las publicaciones cristianas antes de adoptar cualquier decisión importante. Y así será menos probable que cometamos errores. ¿Por qué? Porque la Biblia les da “sagacidad a los inexpertos” y “conocimiento y capacidad de pensar al joven” (Pro. 1:4).
(Proverbios 1:4) para dar sagacidad a los inexpertos, conocimiento y capacidad de pensar al joven.
(Josué 9:4) De modo que, aun de su propia cuenta, actuaron con sagacidad y fueron y se abastecieron de provisiones y tomaron sacos gastados para sus asnos, y odres de vino gastados y reventados y atados,
(1 Samuel 23:22) Anden, por favor, perseveren un poco más y averigüen y vean el lugar de él donde llega a estar su pie —quienquiera que lo haya visto allí— porque se me ha dicho que él mismo es de veras astuto.
(Proverbios 15:5) Cualquiera que es tonto trata con falta de respeto la disciplina de su padre, pero cualquiera que hace caso de la censura es sagaz.
(Mateo 10:16) ”¡Miren! Los estoy enviando como ovejas en medio de lobos; por lo tanto, demuestren ser cautelosos como serpientes, y, sin embargo, inocentes como palomas.
(Juan 17:3) 3 Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.
(Proverbios 2:11) la capacidad de pensar misma te vigilará, el discernimiento mismo te salvaguardará,
(Proverbios 3:21) Hijo mío, no se escapen de tus ojos. Salvaguarda la sabiduría práctica y la capacidad de pensar,
(Proverbios 8:12) ”Yo, la sabiduría, he residido con la sagacidad y hallo hasta el conocimiento de las capacidades de pensar.
(Proverbios 14:17) El que es presto para la cólera comete tontedad, pero el hombre de capacidades de pensar es odiado.
. ¿Quiere decir lo anterior que siempre elegiremos el mejor camino? No, pues nadie es perfecto. David, por ejemplo, fue un hombre sabio y fiel, pero cometió errores de juicio que les ocasionaron grandes sufrimientos a él y a otras personas (2 Sam. 12:9-12).
(2 Samuel 12:9-12) ¿Por qué despreciaste la palabra de Jehová, haciendo lo que es malo a sus ojos? A Urías el hitita lo derribaste a espada, y a su esposa la tomaste por esposa tuya, y a él lo mataste por la espada de los hijos de Ammón. 10 Y ahora una espada no se apartará de tu propia casa hasta tiempo indefinido, como consecuencia del hecho de que me despreciaste de modo que tomaste a la esposa de Urías el hitita para que llegara a ser tu esposa’. 11 Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Aquí estoy levantando contra ti calamidad procedente de tu propia casa; y ciertamente tomaré a tus esposas ante tus mismos ojos y las daré a tu semejante, y él ciertamente se acostará con tus esposas ante los ojos de este sol. 12 Mientras que tú mismo obraste en secreto, yo, por mi parte, haré esta cosa enfrente de todo Israel y enfrente del sol’”.
(Éxodo 20:13) ”No debes asesinar.
(Éxodo 20:14) ”No debes cometer adulterio.
(Éxodo 20:17) ”No debes desear la casa de tu semejante. No debes desear la esposa de tu semejante, ni su esclavo, ni su esclava, ni su toro, ni su asno, ni cosa alguna que pertenezca a tu semejante”.
(2 Samuel 11:15) 15 De modo que escribió en la carta, diciendo: “Pongan a Urías enfrente de los ataques más pesados de la batalla, y tienen que retirarse de detrás de él, y él tiene que ser derribado y morir”.
(2 Samuel 11:27) Cuando hubo pasado el período de duelo, David en seguida envió y la acogió en su casa, y ella llegó a ser su esposa. Andando el tiempo, ella le dio a luz un hijo, pero la cosa que David había hecho pareció mala a los ojos de Jehová.
(Hebreos 13:4) Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros.
(2 Samuel 13:32) Sin embargo, Jehonadab hijo de Simeah, hermano de David, respondió y dijo: “No piense mi señor que es a todos los jóvenes, los hijos del rey, a quienes han dado muerte, porque es Amnón solo el que ha muerto, porque por orden de Absalón ha ocurrido como algo señalado desde el día en que él humilló a Tamar su hermana.
(2 Samuel 18:33) Entonces el rey se perturbó y subió a la cámara del techo sobre el paso de entrada y se puso a llorar; y esto decía al andar: “¡Hijo mío, Absalón, hijo mío, hijo mío, Absalón! ¡Oh, que yo pudiera haber muerto, yo mismo, en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!”.
(Números 14:18) ‘Jehová, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa, que perdona error y transgresión, pero de ninguna manera dará exención de castigo, que hace venir el castigo por el error de los padres sobre los hijos, sobre la tercera generación y sobre la cuarta generación’.
(Gálatas 6:7) No se extravíen: de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará;
(2 Samuel 12:19) Cuando David llegó a ver que sus siervos estaban cuchicheando entre sí, David empezó a discernir que el niño había muerto. Así que David dijo a sus siervos: “¿Ha muerto el niño?”. A lo que dijeron: “Ha muerto”.
(2 Samuel 13:14) Y él no consintió en escuchar su voz, sino que usó fuerza superior a la de ella y la humilló y se acostó con ella.
(2 Samuel 15:14) En seguida David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: “Levántense, y huyamos; ¡porque resultará que no tendremos escape a causa de Absalón! ¡Vayan apresuradamente, por temor de que él se dé prisa y realmente nos alcance y haga venir sobre nosotros lo que es malo y hiera la ciudad a filo de espada!”.
(2 Samuel 16:21) 21 Entonces Ahitofel dijo a Absalón: “Ten relaciones con las concubinas de tu padre, que él dejó para que cuidaran la casa. Y todo Israel ciertamente oirá que te has hecho hediondo a tu padre, y las manos de todos los que están contigo ciertamente se pondrán fuertes”.
(2 Samuel 11:4) Después de aquello David envió mensajeros para poder tomarla. De modo que ella entró a donde él, y él se acostó con ella, mientras ella estaba santificándose de su inmundicia. Más tarde ella regresó a su casa.
(2 Samuel 11:8) Por fin David dijo a Urías: “Baja a tu casa y lávate los pies”. Por consiguiente, Urías salió de la casa del rey, y el obsequio del rey salió tras él.
(2 Samuel 11:13) Además, David lo llamó para que comiera delante de él y bebiera. De modo que lo emborrachó. No obstante, este salió por la tarde para acostarse en su cama con los siervos de su señor, y no bajó a su propia casa.
(2 Samuel 11:15) De modo que escribió en la carta, diciendo: “Pongan a Urías enfrente de los ataques más pesados de la batalla, y tienen que retirarse de detrás de él, y él tiene que ser derribado y morir”.
(2 Samuel 16:22) 22 Por lo tanto, le asentaron una tienda a Absalón sobre el techo, y Absalón empezó a tener relaciones con las concubinas de su padre ante los ojos de todo Israel.
(Mateo 10:26) Por lo tanto, no los teman; porque nada hay encubierto que no haya de llegar a descubrirse, ni secreto que no haya de llegar a saberse.
(Lucas 12:2) Pero nada hay cuidadosamente ocultado que no haya de revelarse, ni secreto que no llegue a saberse.
Sin embargo, no permitió que sus equivocaciones debilitaran su resolución de tomar decisiones que agradaran a Dios (1 Rey. 15:4, 5). w11 15/4 2:6, 7
(1 Reyes 15:4, 5) Porque, a causa de David, Jehová su Dios le dio una lámpara en Jerusalén, levantando a su hijo después de él y manteniendo en existencia a Jerusalén, 5 porque David hizo lo que era recto a los ojos de Jehová, y no se desvió de nada que Él le hubo mandado todos los días de su vida, excepto en el asunto de Urías el hitita.
(2 Samuel 7:12) Cuando se cumplan tus días, y tengas que yacer con tus antepasados, entonces yo ciertamente levantaré tu descendencia después de ti, que saldrá de tus entrañas; y realmente estableceré con firmeza su reino.
(Salmo 89:35) Una vez he jurado en mi santidad, a David ciertamente no diré mentiras.
(Isaías 37:35) Y ciertamente defenderé esta ciudad para salvarla por causa de mí mismo y por causa de David mi siervo’”.
(Jeremías 33:21) igualmente podría romperse mi propio pacto con David mi siervo, de modo que él no llegara a tener un hijo que reinara sobre su trono; también con los levitas, los sacerdotes, mis ministros.
(1 Reyes 11:36) Y a su hijo daré una tribu, a fin de que David mi siervo continúe teniendo una lámpara siempre delante de mí en Jerusalén, la ciudad que yo me he escogido para poner allí mi nombre.
(2 Crónicas 21:7) Y Jehová no quiso arruinar la casa de David, por causa del pacto que había celebrado con David, y tal como había dicho que les daría a él y a sus hijos una lámpara siempre.
(Salmo 132:17) Allí haré crecer el cuerno de David. He puesto en orden una lámpara para mi ungido.
(Lucas 1:69) Y nos ha levantado un cuerno de salvación en la casa de David su siervo,
(Lucas 2:32) una luz para remover de las naciones el velo, y una gloria de tu pueblo Israel”.
(Juan 1:9) La luz verdadera que da luz a toda clase de hombre estaba para venir al mundo.
(Juan 8:12) Por lo tanto Jesús les habló otra vez, diciendo: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue, de ninguna manera andará en oscuridad, sino que poseerá la luz de la vida”.
(Revelación 22:16) ”‘Yo, Jesús, envié a mi ángel para darles a ustedes testimonio de estas cosas para las congregaciones. Yo soy la raíz y la prole de David, y la brillante estrella de la mañana’”.
(Salmo 87:5)  5 Y respecto de Sión se dirá: “Todos y cada uno nacieron en ella”. Y el Altísimo mismo la establecerá firmemente.
(1 Reyes 14:8) y pasé a arrancar el reino de la casa de David y dártelo a ti, y tú no has llegado a ser como mi siervo David, que guardó mis mandamientos y que anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solo lo que era recto a mis ojos,
(2 Reyes 22:2) Y él procedió a hacer lo que era recto a los ojos de Jehová y a andar en todo el camino de David su antepasado, y no se desvió a la derecha ni a la izquierda.
(2 Samuel 11:4) Después de aquello David envió mensajeros para poder tomarla. De modo que ella entró a donde él, y él se acostó con ella, mientras ella estaba santificándose de su inmundicia. Más tarde ella regresó a su casa.
(2 Samuel 11:15) De modo que escribió en la carta, diciendo: “Pongan a Urías enfrente de los ataques más pesados de la batalla, y tienen que retirarse de detrás de él, y él tiene que ser derribado y morir”.
(Salmo 51:encabezamiento) Al director. Melodía de David. Cuando Natán el profeta entró a donde él después que él hubo tenido relaciones con Bat-seba.
*** w11 15/4 Tomemos decisiones que honren a Dios ***



Tomemos decisiones que honren a Dios
“El sagaz considera sus pasos.” (PRO. 14:15)
LAS tomamos a cada instante. Muchas de ellas no tienen mayores consecuencias, pero otras pueden cambiarnos la vida por completo. ¿De qué estamos hablando? De las decisiones. Ahora bien, sea que tengan poca o mucha trascendencia, siempre debemos adoptarlas pensando en honrar a Dios (léase 1 Corintios 10:31).
2 ¿Le resulta fácil tomar decisiones, o le parece todo un reto? Si queremos alcanzar la madurez cristiana, debemos aprender a distinguir lo bueno de lo malo, y decidir en armonía con nuestros propios principios, y no con los de otras personas (Rom. 12:1, 2; Heb. 5:14). ¿Qué razones adicionales tenemos para aprender a elegir bien? ¿Por qué es a veces tan difícil tomar decisiones? ¿Cómo podemos lograr que nuestras elecciones en la vida honren a Dios?

¿Por qué hay que tomar decisiones?
3 No podemos ser indecisos cuando están en juego los principios de la Biblia. De lo contrario, nuestros compañeros de estudios o trabajo concluirán que no estamos convencidos de nuestras creencias y que somos fáciles de manipular. Tal vez mientan, hagan trampa o roben y luego insistan en que nos unamos a ellos, o que por lo menos los encubramos. Pero eso es “seguir tras la muchedumbre”, es decir, ir ciegamente tras la mayoría (Éxo. 23:2). El cristiano que sabe tomar decisiones que honran a Dios no permite que el temor o el deseo de ser aceptado lo lleven a pasar por alto su conciencia educada por la Biblia (Rom. 13:5).
4 No todo el que trata de imponernos su opinión lo hace con un propósito malo. Siempre hay amigos bienintencionados que insisten en que sigamos sus consejos. También está la familia, que, aunque hayamos dejado el hogar, no deja de preocuparse por nosotros y tal vez quiera intervenir en las decisiones importantes que tomamos. Pensemos, por ejemplo, en los tratamientos médicos. Algunos, como las transfusiones de sangre, están claramente prohibidos por la Biblia (Hechos 15:28, 29) . Pero otros no, y cada cristiano debe decidir si va a aceptarlos o rechazarlos. En estos casos, tal vez nuestros seres queridos tengan opiniones muy firmes. Sin embargo, hemos de recordar que cada cristiano bautizado “llevará su propia carga de responsabilidad” (Gál. 6:4, 5). La prioridad debe ser mantener una buena conciencia delante de Dios, no complacer a los hombres (1 Tim. 1:5).
5 La indecisión es muy peligrosa. ¿Por qué lo decimos? Porque, como señaló el discípulo Santiago, el indeciso es “inconstante en todos sus caminos” (Sant. 1:8). Tal como una barca sin timón que es arrastrada de acá para allá por la tormenta, esa persona se deja llevar por la cambiante opinión popular, lo que fácilmente puede conducirla al naufragio espiritual. Hay quienes incluso terminan culpando a los demás por su lamentable situación (1 Tim. 1:19). ¿Cómo evitaremos que eso nos suceda? Esforzándonos por estar “estabilizados en la fe” (léase Colosenses 2:6, 7). Esa estabilidad se alcanza aprendiendo a tomar decisiones que reflejen confianza en la Palabra inspirada de Dios (2 Tim. 3:14-17). Con todo, hay factores que pueden afectar nuestra capacidad de decidir. ¿Cuáles son?
¿Por qué es a veces tan difícil tomar decisiones?
6 El miedo a equivocarnos, fracasar o quedar en ridículo puede ser paralizante. Eso es comprensible; después de todo, nadie quiere hacer una elección que le cause problemas o le haga pasar vergüenza. Algo que nos ayudará a vencer esos temores es el amor a Dios y su Palabra. Ese amor nos impulsará a consultar la Biblia y las publicaciones cristianas antes de adoptar cualquier decisión importante. Y así será menos probable que cometamos errores. ¿Por qué? Porque la Biblia les da “sagacidad a los inexpertos” y “conocimiento y capacidad de pensar al joven” (Pro. 1:4).
7 ¿Quiere decir lo anterior que siempre elegiremos el mejor camino? No, pues nadie es perfecto (Rom. 3:23) . David, por ejemplo, fue un hombre sabio y fiel, pero cometió errores de juicio que les ocasionaron grandes sufrimientos a él y a otras personas (2 Sam. 12:9-12). Sin embargo, no permitió que sus equivocaciones debilitaran su resolución de tomar decisiones que agradaran a Dios (1 Rey. 15:4, 5). Al igual que este rey, debemos recordar que Jehová pasa por alto los errores y perdona los pecados, y que siempre apoyará a quienes lo aman y obedecen. Así impediremos que nos paralicen los errores del pasado (Sal. 51:1-4, 7-10) .
8 ¿Qué nos ayudará a reducir la ansiedad que produce la toma de decisiones? Comprender que muchas veces hay más de una opción acertada. Analicemos el razonamiento que siguió el apóstol Pablo al hablar del matrimonio. Por inspiración escribió: “Si alguno piensa que se está portando impropiamente para con su virginidad, si esta ha pasado la flor de la juventud, y esa es la manera como debe efectuarse, que haga lo que quiera; no peca. Que se casen. Pero si alguno está resuelto en su corazón, y no tiene necesidad alguna, sino que tiene autoridad sobre su propia voluntad y ha tomado esta decisión en su propio corazón, de guardar su propia virginidad, hará bien” (1 Cor. 7:36-38). Como vemos, Pablo recomendó la soltería, pero no dijo que fuera la única opción aceptable.
9 ¿Deberíamos preocuparnos por las opiniones ajenas? Hasta cierto grado, sí. Veamos lo que aconsejó Pablo acerca de comer alimentos que quizás hubieran sido ofrecidos a los ídolos. Primero reconoció que había decisiones que, aunque no eran malas en sí mismas, podían perturbar a quienes tenían una conciencia débil. ¿Qué determinación tomó él? “Si el alimento hace tropezar a mi hermano, no volveré a comer carne jamás, para no hacer tropezar a mi hermano.” (1 Cor. 8:4-13.) Nosotros también debemos tomar en cuenta cómo afectarán a los demás nuestras elecciones, pero sin olvidar nunca que lo más importante es el efecto que tendrán en nuestra amistad con Jehová (léase Romanos 14:1-4). ¿Qué principios podrían guiarnos a fin de tomar decisiones que honren a Dios?
Seis pasos para elegir bien
10 No tomarse libertades indebidas. Lo primero que debemos hacer es preguntarnos: “¿Realmente me corresponde a mí tomar esta decisión?”. El rey Salomón escribió: “¿Ha venido la presunción? Entonces vendrá la deshonra; pero la sabiduría está con los modestos” (Pro. 11:2).
11 Por ejemplo, los padres pueden darle a su hijo la libertad de tomar ciertas decisiones. Pero eso no le da el derecho a pensar que es libre de hacer lo que quiera (Col. 3:20). De igual modo, aunque la madre disfruta de cierto grado de autoridad, no debe olvidar que la dirección de la familia recae en su esposo (Pro. 1:8; 31:10-18; Efe. 5:23). Y este, a su vez, ha de recordar que su autoridad es limitada, pues debe sujetarse a Cristo (1 Cor. 11:3). En la congregación, los ancianos toman decisiones que afectan a los hermanos. Por eso deben asegurarse de no ir “más allá de las cosas que están escritas” en la Biblia (1 Cor. 4:6). Además, han de esforzarse por seguir siempre las instrucciones del esclavo fiel (Mat. 24:45-47). Si queremos ahorrarnos angustias y sufrimientos a nosotros mismos y a quienes nos rodean, seamos modestos y aprendamos a tomar decisiones solo cuando nos corresponda.
12 Informarse bien. Salomón escribió: “Los planes del diligente propenden de seguro a ventaja, pero todo el que es apresurado se encamina de seguro a la carencia” (Pro. 21:5). Veamos un ejemplo. ¿Ha recibido usted alguna propuesta de negocios? No se deje dominar por las emociones. Reúna toda la información necesaria, pida consejo a quienes conozcan bien el tema y analice los principios bíblicos aplicables a la situación (Pro. 20:18). Luego elabore una lista con los pros y los contras. Recuerde que el cristiano prudente siempre “calcula los gastos” antes de decidir ( Luc. 14:28). Piense en el impacto que tendrá su elección no solo en sus finanzas, sino también en su salud espiritual. Toda esta investigación requiere tiempo y esfuerzo, pero impedirá que nos precipitemos y nos ahorrará muchos dolores de cabeza.
13 Pedir sabiduría. Para que nuestras decisiones honren a Dios, debemos solicitarle su ayuda. Santiago aseguró: “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara; y le será dada” (Sant. 1:5). No hay nada de vergonzoso en admitir que necesitamos la guía divina para hacer una buena elección (Pro. 3:5, 6). De hecho, confiar exclusivamente en nuestro criterio podría llevarnos por mal camino. Si le rogamos a Jehová que nos dé sabiduría y buscamos la dirección de la Biblia, el espíritu santo nos ayudará a descubrir las verdaderas razones por las que preferimos una determinada opción (Heb. 4:12; léase Santiago 1:22-25).
14 No posponer la decisión. Es cierto que no es bueno apresurarse; primero hay que investigar y pedir sabiduría. Efectivamente, el sabio “considera sus pasos” con cuidado (Pro. 14:15). Pero tampoco es bueno postergar las cosas. El indeciso pudiera inventar excusas absurdas para no actuar (Pro. 22:13). Lo que no sabe es que de este modo ya está tomando una decisión: dejar su vida en manos de otros.
15 Poner manos a la obra. El esfuerzo que exige tomar una buena decisión puede desperdiciarse si no actuamos con determinación. “Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismo poder”, aconsejó Salomón Ecl. 9:10). Además, debemos emplear todos los recursos que sean necesarios para obtener el resultado deseado. Pongamos el caso de un publicador que decide ser precursor. ¿Tendrá éxito en su ministerio? Solo si se asegura de que el empleo y las diversiones no le roben las energías y el tiempo que exige su labor.
16 A menudo, las mejores decisiones son las más difíciles de llevar a la práctica. Esto se debe a que “el mundo entero yace en el poder del inicuo” (1 Juan 5:19). Así es, “tenemos una lucha [...] contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales” (Efe. 6:12). Como señalaron Pablo y Judas, todos los que están decididos a honrar a Dios tienen por delante esa dura batalla (1 Tim. 6:12; Jud. 3).
17 Evaluar los resultados y hacer cualquier cambio necesario. Las cosas no siempre resultan como se planearon, pues “el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos” (Ecl. 9:11). Aun así, en el caso de algunas decisiones, Jehová espera que nos mantengamos firmes contra viento y marea. Por ejemplo, los votos que hacemos al casarnos y al dedicarnos a Dios no son negociables. Él desea que los cumplamos (léase Salmo 15:1, 2, 4). Claro, hay muchas otras decisiones que no son tan trascendentales. El cristiano sabio las evalúa periódicamente y no permite que el orgullo o la terquedad le impidan hacer ajustes o incluso dar marcha atrás si es necesario (Pro. 16:18). Lo que más le importa es asegurarse de honrar a Dios.

Enseñemos a otros a tomar decisiones que honren a Dios
18 Hay mucho que pueden hacer los padres para ayudar a un hijo a tomar decisiones que honren a Dios. Una de las mejores maneras de enseñarle es con el ejemplo (Luc. 6:40). Quizás podrían explicarle los pasos que ellos mismos dieron antes de hacer cierta elección. Tal vez quieran dejarlo decidir en algunos asuntos. Si da un paso acertado, no deben olvidarse de felicitarlo. Pero ¿y si se equivoca? La primera reacción suele ser protegerlo de las consecuencias. Sin embargo, eso no siempre es lo mejor. Pensemos en un padre que le permite a su hijo obtener una licencia de conducir. Imagínese que el muchacho comete una infracción y recibe una multa. El padre podría pagarla, ¿verdad? En cambio, si le pide que trabaje para conseguir el dinero, es más probable que aprenda a responsabilizarse de sus actos (Rom. 13:4).
19 Jesús indicó que todos sus discípulos tenemos el deber de enseñar a la gente (Mat. 28:20). Y una de las cosas más importantes que podemos enseñar a nuestros estudiantes es a decidir bien. Para lograr este objetivo, tenemos que resistir el impulso de decirles qué hacer en cada situación. Es mucho mejor ayudarlos a razonar y a tomar sus propias decisiones basándose en los principios de la Biblia. Al fin y al cabo, “cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios” (Rom. 14:12). No cabe duda: tenemos sobradas razones para esforzarnos por tomar decisiones que honren a Jehová.
[Nota]
Para un análisis detallado de este tema, véase el suplemento “¿Qué opino de las fracciones sanguíneas y de los procedimientos médicos que impliquen el uso de mi sangre?” (Nuestro Ministerio del Reino de noviembre de 2006, páginas 3 a 6).
¿Qué respondería?
• ¿Por qué es necesario aprender a tomar decisiones?
• ¿De qué modo nos afecta el miedo, y cómo podemos superarlo?
• ¿Qué seis pasos debemos dar para que nuestras decisiones siempre honren a Dios?
[Preguntas del estudio]
 1, 2. a) ¿En qué debemos pensar cada vez que tomamos una decisión? b) ¿Qué preguntas contestaremos a continuación?
 3. ¿Qué factores no deberían influir en nuestras decisiones?
 4. ¿Por qué podrían los demás tratar de imponernos su opinión?
 5. ¿Cómo evitaremos que nuestra fe se vaya a pique?
 6. ¿Cómo podría afectarnos el miedo?
 7. ¿Qué aprendemos del ejemplo de David?
 8. ¿Qué nos enseñan los comentarios de Pablo referentes al matrimonio?
 9. ¿Deberíamos preocuparnos por las opiniones ajenas? Explique su respuesta.
10, 11. a) ¿Qué nos ayudará a no tomarnos libertades indebidas en el hogar? b) ¿Qué deben recordar los ancianos al tomar decisiones que afectan a la congregación?
12. a) ¿Por qué es necesario investigar primero? b) ¿Qué debe incluir la investigación?
13. a) ¿Qué garantía nos ofrece Santiago 1:5? b) ¿Por qué es útil pedirle sabiduría a Dios?
14. ¿Por qué no debemos aplazar las decisiones?
15, 16. ¿Qué se necesita para llevar a la práctica una decisión?
17. ¿Qué espera Jehová que hagamos después de tomar nuestras decisiones?
18. ¿Cómo pueden los padres enseñar a sus hijos a tomar buenas decisiones?
19. ¿Qué debemos enseñarles a nuestros estudiantes de la Biblia, y cuál es la mejor manera de hacerlo?

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